NOTAS DE LA AUTORA

ÚLTIMA VERSIÓN: revisado en septiembre de 2015.

Esta es la versión actualizada y revisada de un fanfiction que escribí hace trece años cuando iba a tercero de la ESO. Siempre le he tenido mucho cariño por la buena acogida que tuvo entonces, así que he querido corregir un poco el estilo antes de volver a subirlo y darlo por bueno. De corazón espero que, si lo leéis, lo disfrutéis tanto como yo disfruté escribiéndolo en su día y he disfrutado de nuevo revisándolo.

Disclaimer: todos los personajes originales de los libros de Harry Potter así como las situaciones, lugares y elementos que en ellos se describen pertenecen a J.K. Rowling. Yo me he limitado a tomar ese maravilloso mundo prestado y a ampliarlo un poquito con mi propia imaginación, aderezándolo con mis propios personajes y mis ocurrencias disparatadas.

Gracias por leer.

Harry Potter y la piedra del tiempo

1. Sueño

La lluvia caía suavemente sobre el asfalto. Harry miraba a su alrededor tratando de encontrar algún detalle que le sonara familiar en aquel lugar. Era una calle larga y estrecha, de casas viejas y mal distribuidas que parecían haber sido colocadas al azar sin ninguna clase de gusto ni orden determinado. Unas cuantas farolas de luz mortecina iluminaban la calle con un resplandor azulado que daban a todo un aspecto de infinita tristeza. El cielo, cubierto de una densa capa de nubes negras, no le daba ninguna información. Harry no tenía ni idea de donde estaba, pero tampoco le importaba. Lo esencialmente importante, pensaba, era hallar un lugar para guarecerse de la lluvia, así que echó a andar por esa calle desconocida.

— "Este lugar parece hecho adrede para que uno se moje" — pensó con fastidio.

Por más que miraba no podía encontrar un solo portal donde meterse, sólo paredes desnudas y puertas cegadas. Cada vez estaba más mojado y se estremecía como si los huesos se le congelaran. Pero había algo más que simple frío. Harry percibía algo que no acababa de definir, algo que le daba miedo... algo que estaba muy cerca. Andaba preocupado, cuando un súbito rumor de pasos hizo que se detuviera de golpe. Una figura se acercaba desde el otro lado de la calle. Andaba deprisa hacia él, como queriendo alcanzarlo. Harry esperó a que se acercara, tratando de distinguir algo a través de sus gafas empapadas. Se apartó el pelo chorreante de la cara solo para ver a un hombre vestido de negro de pies a cabeza, cuyas facciones ensombrecía un gran sombrero negro. No parecía mago.

—"¿Será un muggle?" —se preguntó, tratando de distinguir algo a través de sus gafas empapadas.

Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para plantearse esta pregunta, puesto que antes de que pudiera reaccionar, Harry se vio amenazado por una pistola que el hombre había sacado y que dirigía hacia su pecho. Aquello no tenía el más mínimo sentido, pero hacerse preguntas no le iba a ayudar a salir de allí con vida. El chico notó de nuevo esa sensación de terror que lo había invadido momentos antes, y sin llegar a pensar en lo que hacía había levantado su varita. Sin duda alguna aquel tipo era un muggle así que en cierto modo Harry tenía ventaja sobre él. Decidió actuar cuanto antes, murmurando un hechizo paralizante. La varita comenzó a zumbar de una forma extraña y de repente despidió un rayo amarillo que se dirigió a toda velocidad hacia el muggle. Lo que sucedió entonces fue completamente inesperado. El rayo casi había alcanzado al hombre, un palmo más y lo habría tocado, pero en ese mismo instante el rayo de luz se desintegró en numerosas chispas amarillas que salieron despedidas en todas direcciones sin causar el más mínimo daño a la figura, que permaneció inalterable.

Harry se quedó petrificado y comprendió su situación. Estaba en mitad de una calle desierta con un loco apuntándole con una pistola y sin capacidad de defenderse. Levantó la vista hacia su agresor, asustado, y entonces los vio… fue tan solo un instante, un simple segundo en el que Harry pudo distinguir los ojos de aquel hombre, pero bastó para captar todo el odio que despedían. Un odio imposible de describir, un odio dirigido a él sin posibilidad de discusión, pero ¿por qué? Harry no tuvo tiempo de seguir pensando pues lo siguiente que vio fue un rápido resplandor acompañado por el sonido indiscutible de un disparo, luego todo se volvió negro.

Harry se despertó. Eran todavía las seis de la mañana y en la casa todo era silencio. Se incorporó jadeante y sudoroso. Notaba la sábana pegada al cuerpo y la boca reseca... además de un fuerte nerviosismo. Ese sueño... un sueño como tantos otros, una pesadilla… pero si era sólo eso, ¿por qué seguía temblando? No, no podía ser. Nada más que un sueño, sólo un sueño... permaneció varios segundos sentado antes de acostarse de nuevo tratando de calmarse. No se durmió hasta mucho tiempo después, lo que le proporcionó una sola hora de sueño intranquilo.