Capítulo 07
La Otra Cara de la Moneda
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Nota: Los personajes de Slayers pertenecen a su creador.
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Era de mañana y Lina se hallaba en la proa del Ryuu Dorei, siguiendo la ruta que el Heru tomara al alejarse. Su mente estaba envuelta en los eventos de la noche anterior.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
"¡Val!, ya quédate quieto." Gritó Lina por quinta vez y masajeándose la sienes.
"Lo siento."
Lina estaba exahusta, Val era el último de los heridos que había tenido que atender. Gourry había despertado apenas media hora atrás y se había unido a los tripulantes que reparaban el barco. Lina se había sorprendido por toda la energía que el príncipe le transmitiera, y no sólo por la cantidad, sino por la pureza. Esa energía tan pura era la que le había permitido ayudar todos los tripulantes.
"Si deseas tener fuerzas para encontrar a la quimera tienes que quedarte quieto." Le reprochó.
"Lo sé."
Lina suspiró y regresó a la tarea de curar las heridas en los brazos del capitán. Lo observó mientras se dejaba hacer. Val le parecía apenas un chiquillo, su rostro era todavía el de un adolescente, pero ella podía ver más allá de la simple apariencia. El mar le había curtido el corazón, el mar y algún otro secreto que con algo de tiempo ella podría averiguar.
Mientras ella y la princesa continuaban atendiendo a los heridos, los tripulantes reparaban el Ryuu Dorei pues la fragata había sufrido un daño considerable.
"¿Xellos?" Llamó la Embajadora desde la puerta con cierto temor. Finalmente había despertado de su inconsciencia para encontrarse sola en su habitación.
"El Embajador está bien, está descansando al final." Le indicó la princesa.
De inmediato Filia recorrió las hileras de camas hasta llegar a donde se encontraba Xellos descansando. Sin atreverse a despertarlo, simplemente le quitó algunos mechones que le caían sobre la frente.
A Lina le daba mucha curiosidad la pareja. Esa devoción ciega que se profesaban no la podía entender. Sin embargo, pequeños sucesos, pequeños gestos de parte de ambos, comenzaban a causarle sospechas acerca de si sería cierto o no lo de los anillos. No sabía si realmente un par de anillos encantados podían causar que dos personas se amaran profundamente, pero podía tratarse simplemente de una ilusión. Ya fuera para Xellos o para Filia. Quizás uno de los dos estaba bajo el hechizo del otro, o incluso ambos bajo el hechizo de anillo.
*Mmhh... Deben ser ambos bajo el mismo hechizo.* Pensó para sus adentros. Pero el leve movimiento de Val la hizo regresar bruscamente de sus pensamientos.
"VAL, la próxima vez que te muevas vas a necesitar que alguien repare el daño que YO te voy a hacer." Dijo enfadada.
"Gomen nasai, Ruu Miko." Dijo sin poder evitar una nota triste. Lina continuó en silencio su trabajo. De cuando en cuando, Val dejaba escapar un leve suspiro de preocupación.
"Capitán... Vamos a encontrarlo." Era la princesa la que había hablado. Se detuvo a su lado y bajándose a la altura del capitán, lo abrazó. Al principio Val se te mostró visiblemente incómodo, pero después de unos segundos del insistente abrazo de la princesa, no pudo menos que regresarle el gesto. Escondiéndo el rostro en el hombro de la princesa.
"Le prometí que nunca regresaría a ese barco..." Dijo con la voz entrecortada.
La escena golpeó a Lina profundamente, nunca había visto tal muestra de afecto entre dos personas. Realmente la quimera debía ser más que un simple demonio si había logrado un lugar en el curtido corazón del capitán. Se puso en pie al lado de Val y la princesa.
"La princesa tiene razón, lo vamos a encontrar, y nunca volverá a ese barco porque lo vamos a hundir hasta las profundidades del mismo mar del caos." Mostró aquella sonrisa que la hacía parecer invencible y dueña del mundo.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
"¿Lina?"
"Ajoy Gourry, ¿cómo te sientes?" Le preguntó Lina.
"Mucho mejor, gracias." Le sonrió. "Ahh... Lina... ¿cómo sabes que vamos en la dirección correcta?" Le preguntó Gourry un tanto inseguro.
"El Heru tiene una especie de concentración mágica protegiéndolo. Una magia que me confundió la primera vez que la sentí, es diferente a todas."
"¿Como cuando estabamos dentro del domo?"
"Hai. Pero ahora que ya sé como se siente es más fácil para mí seguirla."
"No entiendo Lina, puedes rastrearla, ¿igual que los perros?"
"Baka, no es un olor. Es como el sol, cuando dirigies tu mirada hacia él sientes el calor, si vuelves tu mirada hacia otra parte dejas de sentirlo."
"Ahhh..."
"Necesito hablar con Val acerca del plan para rescatar a la quimera. ¿Me acompañas?"
"Claro, vamos."
*******
La criatura abrió lentamente los ojos, la débil luz de la lámpara le molestó las pupilas y gruñó un poco. Se estiró como despertando de un largo y acalambrado sueño. Su brazo chocó contra algo sobre la cama y volvió la cabeza bruscamente. Justo a su lado se encontraba un ser que le parecía familiar. El ser estaba profundamente dormido. Se volteó completamente para verlo mejor y extendiendo la mano reitró unos mechones metálicos del juvenil rostro.
Ah, su mano era del mismo color que la piel de aquel ser, con esporádicas incrustaciones aquí y allá. *Debe ser de mi misma raza.* Su primer pensamiento. Observó detenidamente al ser. Una marca roja y profunda en el costado le atrajo la atención. Extendió nuevamente la mano y tocó directamente la marca. Un estremecimiento recorrió el cuerpo del ser, una especie de gemido salió de su boca y finalmente abrió los ojos. Retiró la mano de inmediato.
Dos gemas azules parecieron observarlo fijamente, al principio extrañadas y luego sorprendidas, pero el ser no se movió. Parecía tan cansado, sumido en un profundo dolor. Pasó su mano por los mechones metálicos, bajo la suya mano se sentían suaves. El ser le sonrió tímidamente.
Sintió el deseo de observarse a sí mismo, compararse quizás con el ser que descansaba a su lado. Tenían la misma piel, eso era seguro. Los cabellos, arrancó uno de sus propios cabellos y lo observó, misma textura y mismo color. El ser a su lado tenía lo que parecían ser ropas y él estaba completamente desnudo. Tomó la sábana y desgarró un pedazo de la tela, cubriéndo su desnudez con ella. Luego sintió el deseo de comunicarse con él.
"Qué..." Trató de hablar, su voz profunda atrajo la atención del ser que lo miró asombrado. Volvió a intentarlo. "¿Qué eres?" Una pregunta sencilla. Pero la respuesta contestaría varias interrogantes. Si él era igual que aquel ser, entonces él sería lo mismo.
"Eres una quimera... parte humano, demonio y golem." Le contestó la criatura con algo de trabajo.
"¿Cómo llegué aquí?" Le preguntó un poco más animado.
"Gaarv... el pirata, hizo una copia de mí." Susurró.
"¿Fue él quién te hirió?" Un movimiento afirmativo. Zelgadis se sentía demasiado débil como para continuar la conversación. Necesitaba descansar, aparentemente el proceso había mermado gran parte de su fuerza vital. Sin saberlo cerró los ojos y de inmediato se sumió en un blanco sueño.
La nueva quimera no se inmutó al ver que su interlocutor se había quedado dormido. En su mente continuaban formándose nuevas interrogantes y pensamientos, le parecía recordar sucesos. A pesar de estar recién creado poseía todas las cualidades de su original, incluyendo la capacidad de pensar lógicamente y transmitir sus ideas verbalmente.
*Gaarv... ese nombre me causa cierta repulsión.* No bien había pasado por su mente el nombre cuando la correspondiente voz del pirata lo sobresaltó.
"¡Perfecto!, y ya estás despierto." Un estremecimiento involuntario fue la respuesta, y al ver al pirata comenzar a acercarse se aferró al borde de la cama. El pirata traía en su mano un collar similar al que el otro ser llevara alrededor de su cuello. No había pasado desapercibido a su vista que el collar estaba enganchado a la cadena.
"Ahora quédate quieto y compórtate." Le dijo el pirata aparentando control.
"Ggggggrrrrr...."
"Demonios, si hasta has copiado ese mal hábito de la quimera. Será un placer arrancarte el gruñido y cambiarlo por algo más apropiado para un esclavo, un sumiso gemido." Una maquiavélica sonrisa se asomó al rostro del pirata mientras continuaba acercándose.
"¡BOLA DE FUEGO!" Y el pirata quedó calcinado en su lugar, dándole oportunidad a la nueva criatura a escapar por la puerta del camarote como una centella azul.
Gaarv parpadeó varias veces, tratando de entender lo que había sucedido. Zelgadis continuaba dormido a pesar del pandemonio que se estaba desatando.
"¡¡¡MALDITA QUIMERA DEL DEMONIO!!!" Rugió y salió tras la copia de Zel.
*******
No fue hasta el día siguiente que Lina pudo ver la silueta del Heru. Le parecía algo extraño, el barco aparentemente navegaba sin rumbo. Las velas todas rasgadas.
"¿Nani?" De inmediato le hizo señas al Hanzoku. Al momento en que ambos barcos estuvieron detenidos, tomó a Gourry de un brazo.
"¡RAY WING!" Una burbuja se formó alrededor y se elevaron en dirección del Hanzoku.
El Embajador ya se encontraba totalmente recuperado y al lado de Val, así también la Princesa y la Embajadora.
"Parece más un barco fantasma." Comentó el Embajador.
Val observaba el barco por unos aparatos similares a los que usara Lina para ver de lejos.
"No hay ni un sólo monstruo en cubierta, nadie al timón... y no hay señales del pirata por ninguna parte."
"¿Qué pudo haber sucedido?" Preguntó Lina.
"Debemos acercarnos e investigar." Sugirió Val y Lina asintió. Soltaron un pequeño barco y Gourry, Val y Xellos subieron a él, Lina por su parte, prefirió levitar hasta el Heru.
Llegaron al lado del barco, ninguna alarma, ningún grito de alerta. Subieron hasta cubierta y Lina los alcanzó.
"Es demasiado extraño." Interrumpió Val. Todos habían desenvainado sus espadas y estaban en extrema alerta.
Se dividieron en dos grupos, Lina y Gourry buscarían a babor y Xellos con Val a estribor. Todo estaba tenebrosamente silencioso y más que obscuro. Gourry recordó el barco de donde Lina lo había sacado y tembló un poco.
"¿Qué sucede Gourry?"
"Ahhh... nada, sólo malos recuerdos." Pero no bien había adelantado otro poco, tropezó con algo tirado en el suelo.
"Uuffff, ¿qué es esa pestilencia?, ¡LUZ!" No podían creer lo que veian, por doquier habían partes de lo que una vez fueron los monstruos de Gaarv.
"L-sama, ¿qué es lo que sucedió aquí?" Dijo Gourry asombrado.
"No lo sé, pero será mejor que encontremos a la quimera y salgamos pronto." Dijo Lina.
"Ahh... ¿pero no se van a detener a saludarme?" Les sorprendió una horrenda voz, cargada de veneno.
"¡Gaarv!" Lina se volvió de inmediato, el pirata estaba a unos pasos de ellos. Al fijarse en sus ropas, se percató del pésimo estado en que se encontraba el pirata.
"Será un placer mostrarles mi barco... el infierno." Con una mirada desquiciada cargó contra ambos pero Gourry se interpuso entre Lina y el pirata. Sus ojos azules refulgiendo al anticipar un buen enfrentamiento. Lina se recostó de la pared de madera sin aparente preocupación.
"Ummhh... Gaarv, si llegas a vencer a Gourry quizás podamos hacer algo interesante, ¿no te parece?" Le dijo con tono de aburrida.
"¡Maldita Bruja de Mar!" Pero ya Gourry había comenzado la batalla entre ambos.
*******
Xellos y Val se habían adentrado al otro lado del barco. Caminaban en silencio sin decir palabra. Así estuvieron hasta que Val ya no pudo aguantar la tensión.
"Embajador... ¿Dónde conoció a Filia?" Le hubiera gustado más preguntar de dónde la había sacado, pero después de todo lo ocurrido lo menos que podía mostrarle era un poco de respeto.
"Sore wa himitsu desu, Val-chan." Lo dijo con cierto veneno, pero sin añadir nada más.
"¿Aún sigues resentido por lo que pasó en Wolfpack?" Le preguntó con tono de burla.
"Valteria..." Era más una advertencia que otra cosa.
"Xel, sabes que no podía aceptar. No podía volverme un esclavo más en Wolfpack, como lo eras tú." Sin embargo, había algo de nostalgia en su voz.
"Yo no era un esclavo Val, mi lugar estaba en Wolfpack..."
"¿Estaba?" Le preguntó con sincera curiosidad.
"Hai... hasta que conocí a Filia." Continuaron un rato más en silencio.
"¿Cómo lograste que... ya sabes quien... te dejara ir?" Le dijo un poco inseguro.
"Jajja... Ella no me ha dejado ir aún, pero no puede retenerme demasiado tampoco." Contestó con una media sonrisa.
"¿Nani?"
"Eso... también es un secreto."
Dejaron de hablar cuando una especie de gruñido se hizo audible atrás de ellos. Val lo reconoció de inmediato y se abalanzó sobre la figura antes que Xel pudiera detenerlo.
"¡Zel!"
La quimera se quedó como si estuviera congelada. Sabía que conocía de alguna parte al chico que lo estaba abrazando, pero tanta proximidad lo estaba incomodando.
"¡¡Ggggggrrrrrrr!!"
"Ahhh Zel, no te voy a recordar lo mucho que me molesta que me gruñas. Cualquiera pensaría que no me recuerdas." Val se quedó muy quieto de repente. La quimera lo había tomado por el cuello.
"¿Zel?"
"¡LUZ!" La esfera de luz apareció en la mano de la quimera y Val quedó mudo del asombro ante la apariencia de la quimera. Estaba completamente salpicado de sangre, carne y probablemente vísceras, no sólo el rostro sino todo el cuerpo. Los ojos azules parecían que hasta entonces le habían sido tan familiares estaban achicados en una especie de mirada cruel e inhumana. Era como si hubieran perdido la inocencia que los suavizaba. Xellos observó la posición de alerta de la criatura y se preparó para atacar.
"Xellos, espera." Le dijo algo ahogado Val.
"Está fuera de sí, no sabe quién eres." Replicó Xellos en un susurro no queriéndo provocarlo más.
La quimera observaba el rostro del hombre que tenía en su poder. Le parecía tan familiar que le dolía el ver la tristeza reflejada en él, lentamente lo fue soltando. Un ruido lo sacó de su estudio, apenas imperceptible para los otros dos hombres pero para él lo suficientemente claro. Sonido de espadas del otro lado del barco. *Zelgadis.* El otro ser que era tan similar estaba en el otro lado del barco. De inmediato soltó a Val y se dirigió a donde lo había dejado. Val y Xellos reaccionaron un poco después y comenzaron a seguir a la desquiciada quimera.
Cuando llegaron al camarote, no podían creer lo que veían. Dos Zelgadis, uno sobre la cama y el otro muy preocupado a su lado.
"¿Nani? ¿Qué sucedió aquí?" Xellos no entendía bien.
"¿Zel?" La quimera sobre la cama reaccionó al escuchar la voz de Val y una sonrisa le iluminó el rostro. Pero cuando el capitán trató de acercarse, la otra quimera le dio una mirada de advertencia.
"¿Cuál de los dos es la quimera?" Le susurró el Embajador a Val. "¿Cómo saberlo?, son idénticos." Estuvieron un rato observándolos, el ruido de espadas se acercaba.
"Si no podemos saber cuál de los dos es Zelgadis, entonces los sacaremos a los dos." Sentenció Val con firmeza.
"Menuda tarea... Sacar a la quimera herida será facil, ¿pero quién sacará a la otra?" Susurró de vuelta Xellos.
Val aspiró profundamente, como para tomar fuerzas. Se fijó por unos momentos en ambas figuras y finalmente encontró la diferencia. Zelgadis aún llevaba los delicados grilletes de oro que servían para ayudarlo a controlar su magia. Respiró profundamente y se dirigió con firmeza a la quimera que estaba en pie. "Zelgadis una vez confió en mí... ahora confía tú también. Salgamos de este maldito barco."
La quimera sintió que realmente lo conocía. Una débil mano se posó sobre la suya en la cama y giró para ver a la quimera herida. Sus fuerzas estaban evaporándose rápidamente. Maldijo en su mente confusa. Pero finalmente decidió acompañarlos.
"Vamos." Fue la única palabra.
*******
Lina continuaba recostada de la misma pared de madera, en un aburrido gesto. Gaarv no podía atinarle un sólo golpe a Gourry. Si no podía vencer a Gourry, no era nada interesante para ella.
"Gourry, creo que deberíamos marcharnos, el Embajador y el Capitán ya están sacando a la quimera."
"¿QUÉ?" Rugió el pirata. Lina sonrió y le hizo un gesto a Gourry para que salieran. De inmediato se dirigieron a las escaleras del barco para subir a cubierta mientras el pirata los seguía muy de cerca dando gruñidos como una bestia.
Cuando llegaron a cubierta, efectivamente, el Embajador y el Capitán bajaban por el costado del barco.
"¡Gourry!, sube al barco, yo los alcanzaré después."
"¡Pero Lina!"
"Vé Gourry."
"No saldré sin tí de aquí."
"¡BAKA, SAL AHORA O YO MISMA TE ARROJARÉ A ESE BARCO!" El aura de Lina comenzaba a notarse.
"H.. Hai." Y Gourry saltó por el costado del barco y en un momento estuvo con los demás. "¡¡ALÉJENSE LO MÁS QUE PUEDAN DEL HERU!!" Val le hizo señas de haberle entendido y Lina finalmente se dignó a darle la cara al capitán del Heru.
"Parece que la fiesta terminó, mon Capitán." Sonrió complacida.
El Capitán del Heru volvió a rugir, una especie de chillido salía mezclado con los retumbantes sonidos. Lina sabía que Gaarv ocultaba algo más bajo su aparente forma. Podía sentirlo perfectamente. Sonrió nuevamente.
"¿Por qué no me muestra su verdadera cara capitán?, estoy ansiosa por conocer al Timonero del Infierno." El cuerpo de Lina ardía de anticipación, ella presentía que había más de aquel pirata de lo que se permitía ver.
"Maldita Bruja."
"Tsk, tsk, que falta de educación hacia una dama capitán."
"Tu no eres una dama, eres una maldita chiquilla que se ha atravesado por primera y última vez en mi camino."
Un aura roja, similar a la de Lina, envolvió al pirata.
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La Otra Cara de la Moneda
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Nota: Los personajes de Slayers pertenecen a su creador.
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Era de mañana y Lina se hallaba en la proa del Ryuu Dorei, siguiendo la ruta que el Heru tomara al alejarse. Su mente estaba envuelta en los eventos de la noche anterior.
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"¡Val!, ya quédate quieto." Gritó Lina por quinta vez y masajeándose la sienes.
"Lo siento."
Lina estaba exahusta, Val era el último de los heridos que había tenido que atender. Gourry había despertado apenas media hora atrás y se había unido a los tripulantes que reparaban el barco. Lina se había sorprendido por toda la energía que el príncipe le transmitiera, y no sólo por la cantidad, sino por la pureza. Esa energía tan pura era la que le había permitido ayudar todos los tripulantes.
"Si deseas tener fuerzas para encontrar a la quimera tienes que quedarte quieto." Le reprochó.
"Lo sé."
Lina suspiró y regresó a la tarea de curar las heridas en los brazos del capitán. Lo observó mientras se dejaba hacer. Val le parecía apenas un chiquillo, su rostro era todavía el de un adolescente, pero ella podía ver más allá de la simple apariencia. El mar le había curtido el corazón, el mar y algún otro secreto que con algo de tiempo ella podría averiguar.
Mientras ella y la princesa continuaban atendiendo a los heridos, los tripulantes reparaban el Ryuu Dorei pues la fragata había sufrido un daño considerable.
"¿Xellos?" Llamó la Embajadora desde la puerta con cierto temor. Finalmente había despertado de su inconsciencia para encontrarse sola en su habitación.
"El Embajador está bien, está descansando al final." Le indicó la princesa.
De inmediato Filia recorrió las hileras de camas hasta llegar a donde se encontraba Xellos descansando. Sin atreverse a despertarlo, simplemente le quitó algunos mechones que le caían sobre la frente.
A Lina le daba mucha curiosidad la pareja. Esa devoción ciega que se profesaban no la podía entender. Sin embargo, pequeños sucesos, pequeños gestos de parte de ambos, comenzaban a causarle sospechas acerca de si sería cierto o no lo de los anillos. No sabía si realmente un par de anillos encantados podían causar que dos personas se amaran profundamente, pero podía tratarse simplemente de una ilusión. Ya fuera para Xellos o para Filia. Quizás uno de los dos estaba bajo el hechizo del otro, o incluso ambos bajo el hechizo de anillo.
*Mmhh... Deben ser ambos bajo el mismo hechizo.* Pensó para sus adentros. Pero el leve movimiento de Val la hizo regresar bruscamente de sus pensamientos.
"VAL, la próxima vez que te muevas vas a necesitar que alguien repare el daño que YO te voy a hacer." Dijo enfadada.
"Gomen nasai, Ruu Miko." Dijo sin poder evitar una nota triste. Lina continuó en silencio su trabajo. De cuando en cuando, Val dejaba escapar un leve suspiro de preocupación.
"Capitán... Vamos a encontrarlo." Era la princesa la que había hablado. Se detuvo a su lado y bajándose a la altura del capitán, lo abrazó. Al principio Val se te mostró visiblemente incómodo, pero después de unos segundos del insistente abrazo de la princesa, no pudo menos que regresarle el gesto. Escondiéndo el rostro en el hombro de la princesa.
"Le prometí que nunca regresaría a ese barco..." Dijo con la voz entrecortada.
La escena golpeó a Lina profundamente, nunca había visto tal muestra de afecto entre dos personas. Realmente la quimera debía ser más que un simple demonio si había logrado un lugar en el curtido corazón del capitán. Se puso en pie al lado de Val y la princesa.
"La princesa tiene razón, lo vamos a encontrar, y nunca volverá a ese barco porque lo vamos a hundir hasta las profundidades del mismo mar del caos." Mostró aquella sonrisa que la hacía parecer invencible y dueña del mundo.
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"¿Lina?"
"Ajoy Gourry, ¿cómo te sientes?" Le preguntó Lina.
"Mucho mejor, gracias." Le sonrió. "Ahh... Lina... ¿cómo sabes que vamos en la dirección correcta?" Le preguntó Gourry un tanto inseguro.
"El Heru tiene una especie de concentración mágica protegiéndolo. Una magia que me confundió la primera vez que la sentí, es diferente a todas."
"¿Como cuando estabamos dentro del domo?"
"Hai. Pero ahora que ya sé como se siente es más fácil para mí seguirla."
"No entiendo Lina, puedes rastrearla, ¿igual que los perros?"
"Baka, no es un olor. Es como el sol, cuando dirigies tu mirada hacia él sientes el calor, si vuelves tu mirada hacia otra parte dejas de sentirlo."
"Ahhh..."
"Necesito hablar con Val acerca del plan para rescatar a la quimera. ¿Me acompañas?"
"Claro, vamos."
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La criatura abrió lentamente los ojos, la débil luz de la lámpara le molestó las pupilas y gruñó un poco. Se estiró como despertando de un largo y acalambrado sueño. Su brazo chocó contra algo sobre la cama y volvió la cabeza bruscamente. Justo a su lado se encontraba un ser que le parecía familiar. El ser estaba profundamente dormido. Se volteó completamente para verlo mejor y extendiendo la mano reitró unos mechones metálicos del juvenil rostro.
Ah, su mano era del mismo color que la piel de aquel ser, con esporádicas incrustaciones aquí y allá. *Debe ser de mi misma raza.* Su primer pensamiento. Observó detenidamente al ser. Una marca roja y profunda en el costado le atrajo la atención. Extendió nuevamente la mano y tocó directamente la marca. Un estremecimiento recorrió el cuerpo del ser, una especie de gemido salió de su boca y finalmente abrió los ojos. Retiró la mano de inmediato.
Dos gemas azules parecieron observarlo fijamente, al principio extrañadas y luego sorprendidas, pero el ser no se movió. Parecía tan cansado, sumido en un profundo dolor. Pasó su mano por los mechones metálicos, bajo la suya mano se sentían suaves. El ser le sonrió tímidamente.
Sintió el deseo de observarse a sí mismo, compararse quizás con el ser que descansaba a su lado. Tenían la misma piel, eso era seguro. Los cabellos, arrancó uno de sus propios cabellos y lo observó, misma textura y mismo color. El ser a su lado tenía lo que parecían ser ropas y él estaba completamente desnudo. Tomó la sábana y desgarró un pedazo de la tela, cubriéndo su desnudez con ella. Luego sintió el deseo de comunicarse con él.
"Qué..." Trató de hablar, su voz profunda atrajo la atención del ser que lo miró asombrado. Volvió a intentarlo. "¿Qué eres?" Una pregunta sencilla. Pero la respuesta contestaría varias interrogantes. Si él era igual que aquel ser, entonces él sería lo mismo.
"Eres una quimera... parte humano, demonio y golem." Le contestó la criatura con algo de trabajo.
"¿Cómo llegué aquí?" Le preguntó un poco más animado.
"Gaarv... el pirata, hizo una copia de mí." Susurró.
"¿Fue él quién te hirió?" Un movimiento afirmativo. Zelgadis se sentía demasiado débil como para continuar la conversación. Necesitaba descansar, aparentemente el proceso había mermado gran parte de su fuerza vital. Sin saberlo cerró los ojos y de inmediato se sumió en un blanco sueño.
La nueva quimera no se inmutó al ver que su interlocutor se había quedado dormido. En su mente continuaban formándose nuevas interrogantes y pensamientos, le parecía recordar sucesos. A pesar de estar recién creado poseía todas las cualidades de su original, incluyendo la capacidad de pensar lógicamente y transmitir sus ideas verbalmente.
*Gaarv... ese nombre me causa cierta repulsión.* No bien había pasado por su mente el nombre cuando la correspondiente voz del pirata lo sobresaltó.
"¡Perfecto!, y ya estás despierto." Un estremecimiento involuntario fue la respuesta, y al ver al pirata comenzar a acercarse se aferró al borde de la cama. El pirata traía en su mano un collar similar al que el otro ser llevara alrededor de su cuello. No había pasado desapercibido a su vista que el collar estaba enganchado a la cadena.
"Ahora quédate quieto y compórtate." Le dijo el pirata aparentando control.
"Ggggggrrrrr...."
"Demonios, si hasta has copiado ese mal hábito de la quimera. Será un placer arrancarte el gruñido y cambiarlo por algo más apropiado para un esclavo, un sumiso gemido." Una maquiavélica sonrisa se asomó al rostro del pirata mientras continuaba acercándose.
"¡BOLA DE FUEGO!" Y el pirata quedó calcinado en su lugar, dándole oportunidad a la nueva criatura a escapar por la puerta del camarote como una centella azul.
Gaarv parpadeó varias veces, tratando de entender lo que había sucedido. Zelgadis continuaba dormido a pesar del pandemonio que se estaba desatando.
"¡¡¡MALDITA QUIMERA DEL DEMONIO!!!" Rugió y salió tras la copia de Zel.
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No fue hasta el día siguiente que Lina pudo ver la silueta del Heru. Le parecía algo extraño, el barco aparentemente navegaba sin rumbo. Las velas todas rasgadas.
"¿Nani?" De inmediato le hizo señas al Hanzoku. Al momento en que ambos barcos estuvieron detenidos, tomó a Gourry de un brazo.
"¡RAY WING!" Una burbuja se formó alrededor y se elevaron en dirección del Hanzoku.
El Embajador ya se encontraba totalmente recuperado y al lado de Val, así también la Princesa y la Embajadora.
"Parece más un barco fantasma." Comentó el Embajador.
Val observaba el barco por unos aparatos similares a los que usara Lina para ver de lejos.
"No hay ni un sólo monstruo en cubierta, nadie al timón... y no hay señales del pirata por ninguna parte."
"¿Qué pudo haber sucedido?" Preguntó Lina.
"Debemos acercarnos e investigar." Sugirió Val y Lina asintió. Soltaron un pequeño barco y Gourry, Val y Xellos subieron a él, Lina por su parte, prefirió levitar hasta el Heru.
Llegaron al lado del barco, ninguna alarma, ningún grito de alerta. Subieron hasta cubierta y Lina los alcanzó.
"Es demasiado extraño." Interrumpió Val. Todos habían desenvainado sus espadas y estaban en extrema alerta.
Se dividieron en dos grupos, Lina y Gourry buscarían a babor y Xellos con Val a estribor. Todo estaba tenebrosamente silencioso y más que obscuro. Gourry recordó el barco de donde Lina lo había sacado y tembló un poco.
"¿Qué sucede Gourry?"
"Ahhh... nada, sólo malos recuerdos." Pero no bien había adelantado otro poco, tropezó con algo tirado en el suelo.
"Uuffff, ¿qué es esa pestilencia?, ¡LUZ!" No podían creer lo que veian, por doquier habían partes de lo que una vez fueron los monstruos de Gaarv.
"L-sama, ¿qué es lo que sucedió aquí?" Dijo Gourry asombrado.
"No lo sé, pero será mejor que encontremos a la quimera y salgamos pronto." Dijo Lina.
"Ahh... ¿pero no se van a detener a saludarme?" Les sorprendió una horrenda voz, cargada de veneno.
"¡Gaarv!" Lina se volvió de inmediato, el pirata estaba a unos pasos de ellos. Al fijarse en sus ropas, se percató del pésimo estado en que se encontraba el pirata.
"Será un placer mostrarles mi barco... el infierno." Con una mirada desquiciada cargó contra ambos pero Gourry se interpuso entre Lina y el pirata. Sus ojos azules refulgiendo al anticipar un buen enfrentamiento. Lina se recostó de la pared de madera sin aparente preocupación.
"Ummhh... Gaarv, si llegas a vencer a Gourry quizás podamos hacer algo interesante, ¿no te parece?" Le dijo con tono de aburrida.
"¡Maldita Bruja de Mar!" Pero ya Gourry había comenzado la batalla entre ambos.
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Xellos y Val se habían adentrado al otro lado del barco. Caminaban en silencio sin decir palabra. Así estuvieron hasta que Val ya no pudo aguantar la tensión.
"Embajador... ¿Dónde conoció a Filia?" Le hubiera gustado más preguntar de dónde la había sacado, pero después de todo lo ocurrido lo menos que podía mostrarle era un poco de respeto.
"Sore wa himitsu desu, Val-chan." Lo dijo con cierto veneno, pero sin añadir nada más.
"¿Aún sigues resentido por lo que pasó en Wolfpack?" Le preguntó con tono de burla.
"Valteria..." Era más una advertencia que otra cosa.
"Xel, sabes que no podía aceptar. No podía volverme un esclavo más en Wolfpack, como lo eras tú." Sin embargo, había algo de nostalgia en su voz.
"Yo no era un esclavo Val, mi lugar estaba en Wolfpack..."
"¿Estaba?" Le preguntó con sincera curiosidad.
"Hai... hasta que conocí a Filia." Continuaron un rato más en silencio.
"¿Cómo lograste que... ya sabes quien... te dejara ir?" Le dijo un poco inseguro.
"Jajja... Ella no me ha dejado ir aún, pero no puede retenerme demasiado tampoco." Contestó con una media sonrisa.
"¿Nani?"
"Eso... también es un secreto."
Dejaron de hablar cuando una especie de gruñido se hizo audible atrás de ellos. Val lo reconoció de inmediato y se abalanzó sobre la figura antes que Xel pudiera detenerlo.
"¡Zel!"
La quimera se quedó como si estuviera congelada. Sabía que conocía de alguna parte al chico que lo estaba abrazando, pero tanta proximidad lo estaba incomodando.
"¡¡Ggggggrrrrrrr!!"
"Ahhh Zel, no te voy a recordar lo mucho que me molesta que me gruñas. Cualquiera pensaría que no me recuerdas." Val se quedó muy quieto de repente. La quimera lo había tomado por el cuello.
"¿Zel?"
"¡LUZ!" La esfera de luz apareció en la mano de la quimera y Val quedó mudo del asombro ante la apariencia de la quimera. Estaba completamente salpicado de sangre, carne y probablemente vísceras, no sólo el rostro sino todo el cuerpo. Los ojos azules parecían que hasta entonces le habían sido tan familiares estaban achicados en una especie de mirada cruel e inhumana. Era como si hubieran perdido la inocencia que los suavizaba. Xellos observó la posición de alerta de la criatura y se preparó para atacar.
"Xellos, espera." Le dijo algo ahogado Val.
"Está fuera de sí, no sabe quién eres." Replicó Xellos en un susurro no queriéndo provocarlo más.
La quimera observaba el rostro del hombre que tenía en su poder. Le parecía tan familiar que le dolía el ver la tristeza reflejada en él, lentamente lo fue soltando. Un ruido lo sacó de su estudio, apenas imperceptible para los otros dos hombres pero para él lo suficientemente claro. Sonido de espadas del otro lado del barco. *Zelgadis.* El otro ser que era tan similar estaba en el otro lado del barco. De inmediato soltó a Val y se dirigió a donde lo había dejado. Val y Xellos reaccionaron un poco después y comenzaron a seguir a la desquiciada quimera.
Cuando llegaron al camarote, no podían creer lo que veían. Dos Zelgadis, uno sobre la cama y el otro muy preocupado a su lado.
"¿Nani? ¿Qué sucedió aquí?" Xellos no entendía bien.
"¿Zel?" La quimera sobre la cama reaccionó al escuchar la voz de Val y una sonrisa le iluminó el rostro. Pero cuando el capitán trató de acercarse, la otra quimera le dio una mirada de advertencia.
"¿Cuál de los dos es la quimera?" Le susurró el Embajador a Val. "¿Cómo saberlo?, son idénticos." Estuvieron un rato observándolos, el ruido de espadas se acercaba.
"Si no podemos saber cuál de los dos es Zelgadis, entonces los sacaremos a los dos." Sentenció Val con firmeza.
"Menuda tarea... Sacar a la quimera herida será facil, ¿pero quién sacará a la otra?" Susurró de vuelta Xellos.
Val aspiró profundamente, como para tomar fuerzas. Se fijó por unos momentos en ambas figuras y finalmente encontró la diferencia. Zelgadis aún llevaba los delicados grilletes de oro que servían para ayudarlo a controlar su magia. Respiró profundamente y se dirigió con firmeza a la quimera que estaba en pie. "Zelgadis una vez confió en mí... ahora confía tú también. Salgamos de este maldito barco."
La quimera sintió que realmente lo conocía. Una débil mano se posó sobre la suya en la cama y giró para ver a la quimera herida. Sus fuerzas estaban evaporándose rápidamente. Maldijo en su mente confusa. Pero finalmente decidió acompañarlos.
"Vamos." Fue la única palabra.
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Lina continuaba recostada de la misma pared de madera, en un aburrido gesto. Gaarv no podía atinarle un sólo golpe a Gourry. Si no podía vencer a Gourry, no era nada interesante para ella.
"Gourry, creo que deberíamos marcharnos, el Embajador y el Capitán ya están sacando a la quimera."
"¿QUÉ?" Rugió el pirata. Lina sonrió y le hizo un gesto a Gourry para que salieran. De inmediato se dirigieron a las escaleras del barco para subir a cubierta mientras el pirata los seguía muy de cerca dando gruñidos como una bestia.
Cuando llegaron a cubierta, efectivamente, el Embajador y el Capitán bajaban por el costado del barco.
"¡Gourry!, sube al barco, yo los alcanzaré después."
"¡Pero Lina!"
"Vé Gourry."
"No saldré sin tí de aquí."
"¡BAKA, SAL AHORA O YO MISMA TE ARROJARÉ A ESE BARCO!" El aura de Lina comenzaba a notarse.
"H.. Hai." Y Gourry saltó por el costado del barco y en un momento estuvo con los demás. "¡¡ALÉJENSE LO MÁS QUE PUEDAN DEL HERU!!" Val le hizo señas de haberle entendido y Lina finalmente se dignó a darle la cara al capitán del Heru.
"Parece que la fiesta terminó, mon Capitán." Sonrió complacida.
El Capitán del Heru volvió a rugir, una especie de chillido salía mezclado con los retumbantes sonidos. Lina sabía que Gaarv ocultaba algo más bajo su aparente forma. Podía sentirlo perfectamente. Sonrió nuevamente.
"¿Por qué no me muestra su verdadera cara capitán?, estoy ansiosa por conocer al Timonero del Infierno." El cuerpo de Lina ardía de anticipación, ella presentía que había más de aquel pirata de lo que se permitía ver.
"Maldita Bruja."
"Tsk, tsk, que falta de educación hacia una dama capitán."
"Tu no eres una dama, eres una maldita chiquilla que se ha atravesado por primera y última vez en mi camino."
Un aura roja, similar a la de Lina, envolvió al pirata.
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