Tenían que prepararse para la batalla. Estaban en un cuarto, y a Link le devolvieron su espada, y a Fox su arma láser. A Mario y a Luigi también les dieron unas espadas.
"Pues no estamos muy acostumbrados a ellas," dijo Mario sosteniendo la espada, "pero si sabemos manejarlas."
Salieron fuera del salón, y vieron a lo lejos una llanura verde. El sol iluminaba el hermoso día, y en el cielo se veían dibujadas algunas blancas nubes. Caminaron un poco hasta otra casita. Adentro Donkey les volvió a hablar: "Me acaban de informar unos espías que no hay tiempo que perder, al parecer la Alianza Maligna está preparando sus ejércitos para el combate, nuestra única esperanza es que ustedes vayan directamente a la Fortaleza Oscura, que es donde están los tres enemigos, y los derroten a ellos, así sus ejércitos se descontrolarán.
"Aquí está un mapa de todo DK Land y sus alrededores, y marcados con dos X grandes de color rojo están los lugares en donde están supuestamente las dos llaves. ¿Alguna pregunta?"
"Si, yo tengo una," dijo Luigi angustiado.
"A ver, dime," dijo Donkey.
"Este— ¿donde están los baños?" dijo con una sonrisilla. Todos lo voltaron a ver y Mario le metió un golpe en la cabeza.
"Oye," dijo Luigi, "¡es en serio!" Donkey le mostró el lugar, y después de que Lugi suplió sus necesidades, se prepararon para partir. Donkey les dio unos yoshis, que eran unos animalitos que parecían dinosaurios, medían como hasta el pecho de un humano, caminaban sobre dos patas, con una trompa grande un redonda, muy amigables y valientes, y de muchos diversos colores. Así que montaron los yoshis, y después de poner provisiones en unas mochilas, salieron, y la gente a los alrededores los despidió con gritos, aplausos, y hasta algo de música.
Entonces los cuatro héroes miraron hacia el horizonte, en donde el sol se empezaba a poner sobre las montañas, y todos ellos se preguntaron que les esperaba, sin saber que estaban a punto de experimentar la más emocionante, intrépida y peligrosa aventura de sus vidas.
-::-
Ya hacía media hora desde que habían perdido de vista la aldea en donde se encontraron con Donkey. Cabalgaban tranquilamente encima de sus yoshis por un sendero pedregoso, y a los lados estaba una llanura verde. Al norte se veían las montañas, y al noroeste había un denso bosque. Iban en fila india, Link era el que llevaba el mapa. Según veía Link en el mapa, debían seguir el sendero, atravesar el bosque, y después pasarían cerca de la Fortaleza Oscura, pero se desviarían a la izquierda hacía el desierto, en donde decían buscar la primera llave. Por el camino, discutían como deberían de llamarse a sí mismos.
"Yo digo que los Super-Dupers," dijo Luigi.
"¡Ja, que nombre más ridículo! Hasta me daría vergüenza," dijo Link riéndose.
"Haber," dijo Luigi fingiéndose ofendido, "dime una mejor idea."
"Pues," dijo Link pensando, "que tal algo sencillo como: Los Héroes."
"Naaaa," interrumpió Fox. "Mejor los Héroes Interestelares."
Mario también opino: "Mejor los Héroes Universales, pues debemos salvar el universo, ¿no?"
Siguieron opinando y discutiendo por un buen rato, bromeando y pasándosela bien. Por fin, empezaron a llegar a algo.
"Haber, ¿cual es el nombre de nuestra dimensión?" preguntó Fox.
"Nintendo," le contestó Luigi.
"Entonces, vamos a llamarnos los Héroes de Nintendo."
"¡Ya se!" dijo Mario parando su yoshi. "¡Que se llame Escuadrón Nintendo!"
"¡Me gusta!"
"¡Suena bien!"
"¡Si, que sea ese!"
Luigi dijo con aires de asombrado, "Hermano mío, estoy orgulloso de ti." Lo dijo de una forma tan graciosa que todos estallaron en risas. El camino había sido tranquilo hasta entonces, y ya sería como la hora sexta de la noche, así que se detuvieron a descansar, y para que los yoshis también reposaran. Comieron algo de pan y agua, y se recostaron en el césped. Y sin querer, se quedaron profundamente dormidos.
Fox se despertó, y ya era de noche. Miró al cielo, y por la posición de la luna se dio cuenta que era como la hora décima de la noche. Miró a su alrededor, y sus compañeros estaban tirados bien dormidos. Dos de los yoshis dormían. Los yoshis dormían parados, sólo que inclinaban su cabeza y la apoyaban en su pecho. Alrededor sólo se escuchaban grillos, algunos pájaros, y el sonido del césped moviéndose con la fresca brisa de la noche.
Le dio hambre, y recordó que la comida estaba en un saco, en uno de los yoshis. Se levantó, y empezó a caminar. En eso se paró. Escucho: nada. Siguió caminando hacia el yoshi, pero al voltear a su derecha, vio dos puntitos amarillos en medio de la oscuridad. Sacó su arma al instante, y apuntó, pero los puntos desaparecieron. Caminó cuidadosamente hacia Mario, con su arma preparada, y mirando a todos lados. Su corazón poco a poco empezaba a palpitar más rápidamente. Se acercó a Mario, y sin bajar la vista, le dio unos toques con su pie, y le dijo susurrando, "Mario... ¡Mario!"
Mario lo vió, y antes de poder decir, ¿Qué pasa?, Fox le dijo en señas que no hablara. Con sus ojos, Mario le preguntó a Fox que que estaba sucediendo.
¡Pero en eso algo tumbó a Fox y se fue por el suelo dando tumbos! Mario se levantó y desenvainó su espada, sus ojos estaban medio acostumbrados a la oscuridad, y alcanzó a ver una mancha negra que se deslizaba rumbo a Fox. El sonido despertó a los demás, pero no sabían lo que pasaba.
Fox se levantó, y vio que dos ojos amarillos se le acercaban. Entonces se dio cuenta que no tenía su arma.
¡Rayos! Empezó a buscarla a tientas en el césped. ¿Dónde estaba? Los ojos se acercaban cada vez más, y la adrenalina empezó a correr por su sangre.
Mario avanzaba casi corriendo detrás de... fuera lo que fuera, pero sabía que debía defender a su amigo Fox. La mancha empezó a correr hacia Fox, quien estaba de rodillas buscando su arma, entonces la mancha se paró a tan solo dos metros de Fox, y rugió con fuerza. Fox gritó, "¡Ayuda!"
Y justo cuando el animal iba a saltar sobre Fox, Mario le dio a la mancha un espadazo con toda su furia. El animal chilló, y trató de atacar a Mario, pero éste le dio otro espadazo, y chillando de dolor, la mancha se retiró velozmente.
Entonces los demás llegaron corriendo con espadas en mano.
"¡¿Que paso?!" preguntó Luigi.
"Escuchamos algo," dijo Link. Entonces Mario les explicó lo que había pasado, pero no estaban seguros de qué era lo que había atacado a Fox. Así que desde allí decidieron que todas las noches, alguien iba a montar guardia. Se iban a rolar, cada quien vigilando por dos horas, y luego despertaba al otro, y así sucesivamente.
La noche transcurrió sin nada más. Se despertaron y subieron a sus yoshis, y empezaron a cabalgar. A lo lejos el sol empezaba a salir detrás de las distantes montañas. Pero poco a poco se empezaban a acercar al bosque, el que tenían que atravesar, siguiendo el camino en el que estaban. Entraron en el bosque, que estaba lleno de pinos árboles, césped y arbustos. Pero no había forma de perderse, sólo tenían que seguir el camino. El Escuadrón Nintendo se movía lentamente a lo largo del bosque, hasta que los rayos del sol empezaron a batallar para pasar entre las ramas de los altos y frondosos pinos, así que aunque era mediodía, estaba oscuro.
Llego la noche, así que se sentaron para cenar. Amarraron lo yoshis a un árbol, y se sentaron en unas rocas a lado del camino. Sacaron unos panes, frijoles y agua, encendieron una fogata para resguardarse del frío de la noche, y empezaron a comer.
"Ya necesitaba esto, ¡mi estómago lo estaba pidiendo a gritos!" dijo Luigi.
"Si, y como que andar en yoshi todo el santo día—bueno, es medio cansado," dijo Fox. Entonces empezaron a comer alegremente. Platicaban de todo un poco. En el bosque se escuchaban algunos pájaros, y uno que otro cuadrúpedo. Entonces Mario le dijo a Link, "Aver Link, saca el mapa por favor."
Link así lo hizo. "Bueno, el mapa dice que este sendero atraviesa todo el bosque, así que simplemente lo tenemos que seguir. Luego que salgamos, caminaremos por un buen—siguiendo siempre el sendero—y pasaremos cerca de la Fortaleza Oscura, ¡de una vez aprovechamos para ver el lugar en donde vamos a pelear! Y bueno, después nos vamos a desviar del camino hacia el oeste, para llegar a un desierto, y ahí hay que buscar la primera llave."
"Perfecto," dijo Fox, "entonces está simple: no desviarnos del camino."
"Exactamente," dijo Link. Al terminar de comer, decidieron descansar un poco antes de seguir el camino. Entonces se recostaron, y Mario, que no tenía sueño, se quedó vigilando.
Pasaron unas dos horas, y a Mario le empezaron a pesar los ojos, así que también se quedó dormido. Al despertar, aunque se molestaron un poco con Mario por no haber vigilado, continuaron el viaje. Los yoshis se sentían mucho mejor después del descanso, al igual que los demás. El día empezó a pasar, y el sol (que no se veía por las tantas hojas de los gigantescos árboles) se empezó a meter. Así que poco a poco, el bosque se empezó a poner muy oscuro.
"Cada vez veo menos, espero que mis ojos se acostumbren o si no me da miedo que me— ¡auch!" Todos se empezaron a reír porque Luigi se había caído mientras hablaba. Luigi se levantó y se sobó la rodilla. Mario no sabía si debían parar a dormir, pues ya casi no se veía nada, cuando en eso, adelante vieron luces.
"¡Miren allá!," dijo Mario apuntando hacia delante, "¡tal vez sea un aldea!" Todos empezaron a cabalgar hacia delante, con la esperanza de que en esa aldea pudieran encontrar algún hotel donde descansar. Estaban acercándose a las luces, pero entonces Link recordó que el mapa no indicaba que existía una aldea cerca del camino, las únicas aldeas (que eran seis) estaban, la más cerca, a medio kilómetro del camino. Y justo cuando Link les iba a decir eso, Fox, que fue el que cabalgó más rápido, entró al lugar en donde estaban las luces. Los demás entraron detrás de él, pero de repente, todos se pararon. Frente a ellos había varios cocodrilos, y tirado en el suelo inconsciente estaba Fox. Todos desenvainaron sus espadas y dieron unos pasos al frente. Los cocodrilos, que eran unos seres grandes, feroces, que caminaban sobre dos patas y eran normalmente rudos, se pararon frente a ellos, y sacaron unas hachas y palos.
"¿¡Que le hicieron a Fox?!" gritó Link desafiante.
"Lo mandamos a un profundo sueño, ¡jajaj!!" dijo con una voz ronca el más alto y fuerte de todos.
Mario volteó a ver a su alrededor, y de repente, de entre las sombras salieron más cocodrilos, y los rodearon. Eran diez.
Mario vio a su hermano y a Link, "Prepárense para pelear," susurró.
"¡Si!", dijo Luigi emocionado, "ya quería algo de acción."
"Si, ¡yo también ya quería!" dijo Link. Así que los tres se bajaron de sus yoshis para pelear mejor.
"Veo que son muy valientes," dijo el cocodrilo jefe, que se llamaba Derk, "pero yo y mis amigos no tenemos ganas de pelear." Entonces Derk agarró a Fox, que estaba inconsciente, y le puso el filo del su hacha en la garganta. "Si uno de ustedes tres tontos se mueven... bueno, este pobre se quedará sin cabeza. Así que por favor, tiren sus armas." Los demás cocodrilos se empezaron a reír de los tres héroes.
"No hay de otra," dijo Mario tirando la espada, "no podemos arriesgarnos."
Luigi tiró la espada desilusionado, "No se vale," dijo, "yo quería pelear."
Link seriamente tiró la espada. Entonces los cocodrilos los amarraron con sogas, y los colgaron de cabeza en un palo que estaba horizontalmente sujetado por otros dos palos, uno a cada extremo. Los cocodrilos tomaron sus espadas, dinero, comida, pertenencias y los yoshis.
"Creo que podremos vender esto a muy buen precio, ¿no creen?" dijo uno de los cocodrilos.
"Claro que si, ¡vamos a venderlo en Kuestdel!" dijo otro. Link recordó que Kuestdel era una aldea, las más cerca del sendero. El Escuadrón Nintendo estaba de cabeza atado por las manos y pies. Escucharon como los cocodrilos se ponían de acuerdo, y resolvieron en que cinco de ellos iban a ir a Kuestdel a vender lo robado, y los otros cinco se quedarían a vigilar a los prisioneros. Derk, el jefe, iría a la aldea. En menos de dos horas, los cinco cocodrilos se fueron.
"Vaya suerte la nuestra," dijo Mario. En eso, Fox empezó a recobrar la conciencia.
"¿En donde estoy?" preguntó Fox extrañado. Entonces Link le contó todo a Fox, y lo puso al tanto de la situación.
"Entonces hay que hacer algo," dijo Fox. "¡No nos podemos quedar aquí!"
"Si, yo digo que tratemos de desatarnos, ¡y luego será fácil deshacernos de esos cinco torpes!"
"Si," dijo Mario, "ahí están unas hachas y una espada," dijo apuntando a una piedra, en donde las hachas y la espada estaban recostadas.
"¡Cállense ustedes cuatro!" gritó uno de los cocodrilos.
"¡Yo digo que nos los comamos!" dijo otro.
"¿Pero para que? ¡Los humanos saben horribles! Acuérdate del último, ¡casi ni tenía carne!"
"Pero mira ese," dijo apuntando a Mario, "¡esta medio gordito!" Link, Luigi y Fox se rieron, y Mario solo los miró con cara de: ¡¿de que se ríen?!
"No, mejor vamos a esperar a Derk, que el nos diga que hacer," dijo uno, y los otros estuvieron de acuerdo. Pasó como una hora, y los cuatro héroes ya no aguantaban, hasta que de repente Luigi se empezó a soltar de las sogas que lo amarraban. Los demás vieron que Luigi se estaba soltando, pero no dijeron nada, solo voltearon a ver a los cocodrilos, a ver si no se daban cuenta.
El sudor empezó a bajar por la frente de Luigi, y el corazón empezó a latir más fuertemente, pues poco a poco se empezaba a soltar de las cuerdas. De repente, uno de los cocodrilos volteó.
¡No te muevas! Pensó Luigi. Todos voltearon a ver al cocodrilo, tratando de encubrir lo que sabían.
"¿Qué? ¡¿Por que rayos me miran así?!" preguntó el cocodrilo.
"¿Que?— ¿como?" respondió Fox con una sonrisa fingida.
El cocodrilo los miró con ojos de sospecha, "Mas vale que no intenten nada, o me los como."
Entonces cuatro de los cocodrilos se durmieron, y uno se quedó despierto, pero dándole la espalda a los cuatro cautivos.
Entonces Luigi se soltó de las manos, y se quedó congelado, esperando que el cocodrilo no se diera cuenta. Esperó unos segundos, y empezó a soltarse de sus piernas. Los tres amigos miraban a Luigi intensamente, y las gotas de sudor empezaban a caer al suelo.
Repentinamente, Luigi se soltó de los pies, y cayó al suelo. ¡Rayos!
Todos se asustaron, y lentamente voltearon a ver al cocodrilo... pero éste no se movió. Luigi respiró, por poco y lo descubren. Entonces se paró, y volteo a ver a Mario, que le estaba diciendo algo pero sin hablar. Luigi le leyó los labios: Ve por las hachas. Mario apuntó las hachas con los ojos. Entonces Luigi empezó a caminar hacia ellas, pero mirando a los cocodrilos. Caminaba lentamente.
Los otros tres estaban tensos, miraban a los cocodrilos, y luego a Luigi. Cocodrilos, Luigi, Cocodrilos, Luigi. Entonces Luigi se acercó a las hachas, y agarró tres y una espada por el mango. Caminó hacia sus amigos, iba a desatarlos.
Clang ¡la espada se le cayó al suelo! Todos se congelaron, y Luigi sintió como si se le saliera el corazón. Pero los cocodrilos no se movieron, ¿estaban dormidos, o que?
Siguió caminando, y desató a Mario de las manos, pero cuando iba a desatarlos de los pies...
"¡Muere!" ¡Luigi apenas tubo tiempo de apartarse del espadazo que un cocodrilo le dio! ¡Los cocodrilos se habían despertado! Todos empezaron a gritar, "¡Atrapen a ese verde!" Y empezaron a corretear los cinco a Luigi, quien corría como loco, pero la verdad es que Luigi estaba esperando a que Mario se desatara a el mismo y a los demás.
Mario se desató los pies, y empezó a desatar a Fox.
"¡Rápido, Mario!" dijo Link.
"¡Lo hago lo más rápido que puedo!" respondió Mario.
Luigi corría y corría en círculos, uno se puso delante de él, pero lo pasó por entre las piernas.
Entonces Mario desató a Fox y empezó con Link, mientras que Fox tomaba un hacha.
Luigi trató de esquivar a uno, pero se tropezó con una piedra, así que uno de los cocodrilos lo agarró de una pierna, y le dio un golpe en el estómago.
"¡Te voy a comer, pedazo de carne!" Dijo abriendo la boca. Y entonces Luigi cerró los ojos, pero en eso el cocodrilo lo soltó, y el cocodrilo cayó al suelo muerto.
"¡¿Pero que rayos esta pasando?!" gritó un cocodrilo, entonces se dieron cuenta de que los otros tres estaban libres. Luigi corrió junto a sus amigos, y le dieron un hacha. Mario, quien tenía la espada, dio un paso al frente, y dijo, "Ahora si, cuatro contra cuatro, será una pelea justa!!"
"¡Prepárense para morir!" gritaron los cocodrilos.
"¡Por fin tenderemos acción!" gritó Luigi que reventaba de alegría, y además la adrenalina lo hacía sentir con muchas fuerzas. Y entonces con gritos de guerra, los cuatro héroes y los cuetro cocodrilos avanzaron al frente, y la pelea comenzó.
Mario no estaba atacando mucho, solo se defendía de los golpes. Luigi se estaba luciendo agachándose, saltando y riéndose de su contrincante, que se estaba cansando. Link peleaba normal, aunque ya le estaban dando ganas de deshacerse de su contrincante. Pero Fox, que nunca había usado una espada, estaba teniendo problemas. Cuando Mario se dio cuenta de ello, con un hábil movimiento de su espada, mandó al cocodrilo al más allá, y corrió a socorrer a Fox, y pronto su contrincante también cayó al suelo. Entonces los dos cocodrilos restantes, al ver que eran aventajados, empezaron a dar pasos hacia atrás, pensando en la retirada.
"Ja, prepárense," dijo Link. Repentinamente, empezaron a escuchar gritos que venían del bosque, y de entre los árboles salieron los cinco cocodrilos que se habían ido a la aldea, y tenían sus hachas en mano.
"¡Oh rayos!" dijo Fox.
"¡Santas espadas!" exclamó Mario.
"¡Por el Rey!" susurró Link.
"¡Que bien!" dijo Luigi con una sonrisa, "'ora si se puso interesante,¡ja ja!"
Mario se acercó a Link y le dijo, "Cubre a Fox, porque no sabe usar bien el hacha."
"Bien," dijo Link. Y entonces la guerra comenzó. El Escuadrón Nintendo peleaba ahora si con toda su furia. Los cocodrilos eran fuertes, pero lentos, y no eran un rival para los cuatro héroes. Aunque Fox no era muy bueno, peleaba lo mejor que podía. Los cocodrilos estaban muy enfurecidos, y peleaban como toros descontrolados, el único que peleaba controladamente era Derk, y peleaba contra Luigi. La verdad es que Luigi estaba peleando bien, y se defendía y atacaba a su oponente.
Los tres héroes se encargaron de cuatro, así que sólo quedaban tres cocodrilos. Al ver eso Derk, se asustó y pensó en la retirada, y entonces, lamentablemente Luigi bajó su hacha un poco, y Derk aprovechó, y de un hachazo mandó volando al pobre y cayó al suelo.
"¡Retirada!" gritó Derk, y empezó a correr hacia el bosque, y el otro cocodrilo igual, pero cuando el último intentó correr, Link lo detuvo, y Fox de un golpe lo dejó atolondrado.
"¡Corran! ¡Cobardes!" gritó Mario.
"¡Aquí hay un prisionero!" dijo Fox, y Mario se acercó, y le puso la punta de la espada en la garganta, y le dijo: "¿Donde están nuestras pertenencias?"
El cocodrilo, asustado respondió rápidamente, "En la aldea Kuestdel, lo vendimos a Jokin, el humano"
"Bien, entonces vamos," dijo Mario.
En eso, volteando a todos lados, Link preguntó, "¿Dónde está Luigi?"
Y entonces, Mario lo vio: estaba tirado. Corrió a él.
"¡¿Qué, que la paso?!" dijo Fox mientras venía corriendo hacia Mario, quien estaba arrodillado junto a Luigi.
"Debemos ir a esa aldea cuanto antes," dijo Mario.
"¿Porque?" preguntó Link.
"Porque si no... Luigi—va a morir." Entonces vieron que Luigi tenía una enorme herida en el pecho, y la sangre había manchado toda su ropa.
