Nota1: Los derechos como siempre son de J.K Rowling, creadora de estos
maravillosos personajes.
Nota2: Gracias por los reviews a:
Femme Greeneyes,
Lantra Lupin,
Cho Chang,
Noriko SakumaPotter de Malfoy.
Espero que les guste este capitulo.
Capitulo 5.- Mi casa, la tuya, vive a mi lado
Un sueño, no mejor aun una realidad, sentía su respiración a su lado, ¿cómo pudo ser tan tonto?, todo el tiempo desperdiciado, si su mente aun tenia dudas su corazón se las había aclarado completamente, una noche completamente de instinto y con el corazón mandándole.
Recordó su temor, cuando despertó, siempre tenia esa sensación de que todo era un sueño, y despertaría en Azkaban, en el frió piso de su celda.
Pero no, por que aun cuando estaba en el suelo, era en una mullida alfombra y con el a su lado, pudo haber estado hasta en unas piedras en medio del bosque.
Remus Lupin era realmente la persona que su corazón había buscado toda su vida, a su lado el futuro parecía tan brillante.
No lo dejaría marchar, ya nunca jamás, y lo contemplo nuevamente deseaba sonreírle, deseaba compartir todos los recuerdos y todo el tiempo que le quedara y solo con una persona, él.
Nuevamente le agradecía a la vida, sus esperanzas se convertían en realidad.
Remus despertó lentamente, estaba seguro que todo aquello que había sentido era un sueño mas, uno que su afligida mente le ofrecía, no quería abrir los ojos, quería seguir soñando con que unos brazos lo rodeaban y eran los de Sirius, no quería despertar y ver un cuarto solitario.
Abrió lentamente los ojos, y casi se le llenan de lagrimas, no era un sueño, por primera ves su realidad, era mas maravillosa que cualquier fantasía.
Los dos se contemplaron sin poder creerlo, y es que así era, después del maravilloso beso, Remus pudo salir del hospital, Sirius lo llevo a su casa, alegando que necesitaba aun mas cuidados, y bueno Remus no puso objeción, dejaron las cosas que Sirius cargaba regadas por la sala, después se entregaron a recuperar esos años, a vencer las inseguridades, a compartir lo que su corazón había deseado por tantos años.
Y ahora ambos despertaban en el suelo, en que momento habían jalado una sabana, Remus no lo recordaba, en que momento se habían quedado dormidos, tampoco, pero no era que realmente le importara, sus otros recuerdos eran maravillosos.
Los dos se sonrieron y no pudieron evitar lentamente sonrojarse, en ese momento el ruido leve de una puerta abriéndose los despertó.
-Que no se hayan levantado todavía- Harry entraba sigilosamente cargando en una mano sus zapatos, con todo cuidado.
- Tienes mala suerte, Harry- Sirius, que había corrido a sorprender al adolescente, lo observaba parado frente a el, se sorprendió de que Harry, primero con expresión asustada, enrojeciera de golpe.
- Siri.us - Harry trato de coordinar sus ideas, y trato de voltear a otro lado.
- ¿Qué horas son estas para venir jovencito?.. si yo- pero Sirius no pudo continuar cuando un sonrojado Lupin apareció tras el, y le tendía sus ropas.
- Vístete, antes de regañarlo Sirius- Remus le sugirió tratando de contener la risa, pero cuando sus ojos se cruzaron con los de Harry, los dos rompieron a reír.
Sirius tomo sus ropas, y se las coloco deprisa, aparentando indignación ante los que se reían de el.
- Veo que se lo pasaron de lo mejor aquí, eh- Harry con su comentario enrojeció a los dos mayores.
- ¿y tu, jovencito?, con que solo era una fiesta, pero me imagino que en la recamara de Draco Malfoy- Sirius quería tratar de parecer enojado.
- Al menos no fue en el piso- comento Harry observando ya en la sala, el terrible desorden.
- Harry, no digas esas cosas- Remus estaba totalmente rojo- por que no mejor dejamos de discutir, y preparo el desayuno, ustedes dos vayan y se bañan y lavan las manos, y después vienen a la cocina- mientras hablaba Remus se encamino a la cocina.
- Pero...- Sirius trataba de alegar algo, pero Remus lo corto.
- Y te lavas las manos de verdad Sirius Black, por que no me puedes engañar de nuevo- Remus le sonrió una ves mas antes de perderse de vista.
-Sirius, puedes explicarme que paso aquí- Harry lo observaba con suspicacia.
- Solo una ves , fingí lavármelas y el me lo tiene que recordar siempre; pero aun así, Harry, tenias razón creo que con nadie mas podría ser feliz, como con él- el adulto camino seguido de Harry.
- ¿Entonces el va a vivir aquí?, ¿ya se lo pediste verdad?- Harry observo a su padrino con detenimiento.
- No aun no le he dicho, pero lo obligare a aceptar vivir aquí- Sirius camino decidido.
- ¿Tu no cambias verdad?- Harry se quedo rezagado.
Remus encontró rápidamente los ingredientes, después de todo, en esa casa había pasado varias vacaciones siendo joven, con todos sus amigos, y como siempre le gusto cocinar ayudaba a la señora Black, una gran mujer, siempre le tuvo gran aprecio, aprobaría ella, la relación que tenia el con su hijo; si seguramente, por que ella siempre buscaba la felicidad de los demás; quien no creería que estuviera demasiado de acuerdo, era la demás familia de Sirius.
Pero el no estaba dispuesto a sacrificar su felicidad, solo Sirius le importaba, y si Harry los aceptaba, no necesitaban la aprobación de nadie mas.
Tomo algunos ingredientes, recordó fácilmente que el desayuno favorito de Sirius eran los pankeques de calabaza, y seguramente a Harry le gustarían también.
Completamente distraído en su labor, no se percato de una presencia, o tal ves aun que lo hubiera deseado no la hubiera visto.
La madre de Sirius lo observaba complacido, sufrió mucho cuando su hijo estuvo en Azkaban, ella murió el mismo año que Sirius se graduó en Hogwarts, pero siempre lo vigilo, ahora cuando vio a Remus en su cocina, supo que al fin su hijo seria feliz, y ella descansaría, después de todo, ella noto ese cariño del pequeño Remus, por eso le enseño a cocinar los platillos favoritos de Sirius. Ojala y nadie se interpusiera entre ellos dos.
Remus continuo, no enterado de la presencia que lo había vigilado y que ahora se desvanecía en un brillo.
Sirius entro a la cocina, cuando Remus terminaba de preparar el desayuno, rápidamente puso la mesa, siempre sonriéndole al cocinero y robándole un ocasional beso se sentía tan bien que ahora no podía imaginarse, por que no lo pensó antes.
Harry, entro también se había rezagado por que Draco, preocupado por el regaño que tal ves obtendría, le había hablado mediante la chimenea, cerciorándose de que estaba bien, había aparecido en la mansión, después de todo Sirius había accedido a que fuera su invitado.
Draco saludo al profesor Lupin, y los cuatro se sentaron a desayunar, Sirius comía a toda prisa, mucho tiempo había pasado desde que probara los pankeques de calabaza, su desayuno favorito.
Pero en su mente rondaba la pregunta, ¿cómo le pediría a Remus que viviera con el?, Remus a veces era muy orgulloso, cuando de cosas de dinero se trataba.
- Moony - Sirius estaba decidió a empezar la conversación, los dos se habían sentado en un sillón de la sala, y Harry y Draco habían salido a volar un rato por los jardines de la mansión- dime, ¿tienes trabajo en estos momentos?.
- ¿qué?- La pregunta había tomado totalmente desprevenido a Remus- no,... me despidieron del ultimo un poco antes de entrar a ...- no seria bueno recordar eso.
- Entonces, fue mi culpa que te despidieran- Sirius bajo la vista un poco molesto consigo mismo, hasta que unos brazos lo abrazaron-
- No fue tu culpa Padfoot, de todas maneras pronto me hubieran despedido, la luna llena es en unos días, era hora de despedirme- Remus sonrió amargamente, el era un buen profesor, sus alumnos lo querían, el problema era que también era un hombre lobo y eso era algo imperdonable.
- Bien , pues tengo una solución, tengo el trabajo perfecto para ti- Sirius sonreía, su plan era perfecto.
- No tienes que molestarte, ya encontrare alguno pronto- Remus le sonreía- y tengo algún dinero guardado para estas semanas- esto ultimo lo dijo, y después se quedo cayado, la cuenta del hospital que el se empeño en pagar en secreto y los honorarios de Snape (que no había querido cobrarle, pero tampoco quiso insultar a Remus rechazando, lo que con esfuerzo le daba), ese dinero se había esfumado, pasaría un poco de problemas, pero era feliz, así se lo había arreglado toda su vida.
- No mientas Remus, eres muy orgulloso, se que con ese dinero pagaste las dos cuentas que no querías dejarme a mi; y estas dispuesto a pasar hambre, o a sufrir hasta que encuentres un trabajo- Sirius lo conocía demasiado bien- por eso no te estoy ofreciendo regalarte dinero, pues no lo aceptarías, pero te ofrezco un trabajo, con días libres todos aquellos de luna llena y el día siguiente.
- Yo...- Remus se sonrojaba- ¿será un trabajo útil?, y ¿no gastaras a lo tonto verdad Sirius?, ¿cuál es el trabajo?.
- Eres un excelente maestro- Sirius se sonreía, pero adopto una expresión algo seria- sabes que muchas de mis habilidades las perdí en Azkaban , necesito un maestro para un curso intensivo, yo seré tu alumno.
- Sirius, no es necesario que me pagues, con gusto te daré esas clases, siempre que tenga tiempo- Remus sonreía ante el gesto de su amigo.
- Pero yo necesito todo tu tiempo, es por eso que te contratare, es justo, eres uno de los mejores maestros, y también puedes darle algunos cursos a Harry y imagino que Draco asistirá también, (ya son inseparables) para mejorar sus notas- Sirius lo observo fijamente- naturalmente tendrás que vivir aquí, pues yo como tu alumno principal, necesito tu asistencia en todo momento, y como tu maestro nocturno, tengo muchas cosas que enseñarte aun.
Ese ultimo comentario enrojeció el rostro de Remus, y se olvido de replicar algo, cuando un beso lo distrajo completamente, así que había aceptado vivir con Sirius, ojala y no hubiera cometido un error.
Capitulo 6.- Los problemas son invitados inesperados
Notas: Arabella no se quedara de brazos cruzados, una sociedad que juzga tampoco, los problemas llegan para ambas parejas.
Nota2: Gracias por los reviews a:
Femme Greeneyes,
Lantra Lupin,
Cho Chang,
Noriko SakumaPotter de Malfoy.
Espero que les guste este capitulo.
Capitulo 5.- Mi casa, la tuya, vive a mi lado
Un sueño, no mejor aun una realidad, sentía su respiración a su lado, ¿cómo pudo ser tan tonto?, todo el tiempo desperdiciado, si su mente aun tenia dudas su corazón se las había aclarado completamente, una noche completamente de instinto y con el corazón mandándole.
Recordó su temor, cuando despertó, siempre tenia esa sensación de que todo era un sueño, y despertaría en Azkaban, en el frió piso de su celda.
Pero no, por que aun cuando estaba en el suelo, era en una mullida alfombra y con el a su lado, pudo haber estado hasta en unas piedras en medio del bosque.
Remus Lupin era realmente la persona que su corazón había buscado toda su vida, a su lado el futuro parecía tan brillante.
No lo dejaría marchar, ya nunca jamás, y lo contemplo nuevamente deseaba sonreírle, deseaba compartir todos los recuerdos y todo el tiempo que le quedara y solo con una persona, él.
Nuevamente le agradecía a la vida, sus esperanzas se convertían en realidad.
Remus despertó lentamente, estaba seguro que todo aquello que había sentido era un sueño mas, uno que su afligida mente le ofrecía, no quería abrir los ojos, quería seguir soñando con que unos brazos lo rodeaban y eran los de Sirius, no quería despertar y ver un cuarto solitario.
Abrió lentamente los ojos, y casi se le llenan de lagrimas, no era un sueño, por primera ves su realidad, era mas maravillosa que cualquier fantasía.
Los dos se contemplaron sin poder creerlo, y es que así era, después del maravilloso beso, Remus pudo salir del hospital, Sirius lo llevo a su casa, alegando que necesitaba aun mas cuidados, y bueno Remus no puso objeción, dejaron las cosas que Sirius cargaba regadas por la sala, después se entregaron a recuperar esos años, a vencer las inseguridades, a compartir lo que su corazón había deseado por tantos años.
Y ahora ambos despertaban en el suelo, en que momento habían jalado una sabana, Remus no lo recordaba, en que momento se habían quedado dormidos, tampoco, pero no era que realmente le importara, sus otros recuerdos eran maravillosos.
Los dos se sonrieron y no pudieron evitar lentamente sonrojarse, en ese momento el ruido leve de una puerta abriéndose los despertó.
-Que no se hayan levantado todavía- Harry entraba sigilosamente cargando en una mano sus zapatos, con todo cuidado.
- Tienes mala suerte, Harry- Sirius, que había corrido a sorprender al adolescente, lo observaba parado frente a el, se sorprendió de que Harry, primero con expresión asustada, enrojeciera de golpe.
- Siri.us - Harry trato de coordinar sus ideas, y trato de voltear a otro lado.
- ¿Qué horas son estas para venir jovencito?.. si yo- pero Sirius no pudo continuar cuando un sonrojado Lupin apareció tras el, y le tendía sus ropas.
- Vístete, antes de regañarlo Sirius- Remus le sugirió tratando de contener la risa, pero cuando sus ojos se cruzaron con los de Harry, los dos rompieron a reír.
Sirius tomo sus ropas, y se las coloco deprisa, aparentando indignación ante los que se reían de el.
- Veo que se lo pasaron de lo mejor aquí, eh- Harry con su comentario enrojeció a los dos mayores.
- ¿y tu, jovencito?, con que solo era una fiesta, pero me imagino que en la recamara de Draco Malfoy- Sirius quería tratar de parecer enojado.
- Al menos no fue en el piso- comento Harry observando ya en la sala, el terrible desorden.
- Harry, no digas esas cosas- Remus estaba totalmente rojo- por que no mejor dejamos de discutir, y preparo el desayuno, ustedes dos vayan y se bañan y lavan las manos, y después vienen a la cocina- mientras hablaba Remus se encamino a la cocina.
- Pero...- Sirius trataba de alegar algo, pero Remus lo corto.
- Y te lavas las manos de verdad Sirius Black, por que no me puedes engañar de nuevo- Remus le sonrió una ves mas antes de perderse de vista.
-Sirius, puedes explicarme que paso aquí- Harry lo observaba con suspicacia.
- Solo una ves , fingí lavármelas y el me lo tiene que recordar siempre; pero aun así, Harry, tenias razón creo que con nadie mas podría ser feliz, como con él- el adulto camino seguido de Harry.
- ¿Entonces el va a vivir aquí?, ¿ya se lo pediste verdad?- Harry observo a su padrino con detenimiento.
- No aun no le he dicho, pero lo obligare a aceptar vivir aquí- Sirius camino decidido.
- ¿Tu no cambias verdad?- Harry se quedo rezagado.
Remus encontró rápidamente los ingredientes, después de todo, en esa casa había pasado varias vacaciones siendo joven, con todos sus amigos, y como siempre le gusto cocinar ayudaba a la señora Black, una gran mujer, siempre le tuvo gran aprecio, aprobaría ella, la relación que tenia el con su hijo; si seguramente, por que ella siempre buscaba la felicidad de los demás; quien no creería que estuviera demasiado de acuerdo, era la demás familia de Sirius.
Pero el no estaba dispuesto a sacrificar su felicidad, solo Sirius le importaba, y si Harry los aceptaba, no necesitaban la aprobación de nadie mas.
Tomo algunos ingredientes, recordó fácilmente que el desayuno favorito de Sirius eran los pankeques de calabaza, y seguramente a Harry le gustarían también.
Completamente distraído en su labor, no se percato de una presencia, o tal ves aun que lo hubiera deseado no la hubiera visto.
La madre de Sirius lo observaba complacido, sufrió mucho cuando su hijo estuvo en Azkaban, ella murió el mismo año que Sirius se graduó en Hogwarts, pero siempre lo vigilo, ahora cuando vio a Remus en su cocina, supo que al fin su hijo seria feliz, y ella descansaría, después de todo, ella noto ese cariño del pequeño Remus, por eso le enseño a cocinar los platillos favoritos de Sirius. Ojala y nadie se interpusiera entre ellos dos.
Remus continuo, no enterado de la presencia que lo había vigilado y que ahora se desvanecía en un brillo.
Sirius entro a la cocina, cuando Remus terminaba de preparar el desayuno, rápidamente puso la mesa, siempre sonriéndole al cocinero y robándole un ocasional beso se sentía tan bien que ahora no podía imaginarse, por que no lo pensó antes.
Harry, entro también se había rezagado por que Draco, preocupado por el regaño que tal ves obtendría, le había hablado mediante la chimenea, cerciorándose de que estaba bien, había aparecido en la mansión, después de todo Sirius había accedido a que fuera su invitado.
Draco saludo al profesor Lupin, y los cuatro se sentaron a desayunar, Sirius comía a toda prisa, mucho tiempo había pasado desde que probara los pankeques de calabaza, su desayuno favorito.
Pero en su mente rondaba la pregunta, ¿cómo le pediría a Remus que viviera con el?, Remus a veces era muy orgulloso, cuando de cosas de dinero se trataba.
- Moony - Sirius estaba decidió a empezar la conversación, los dos se habían sentado en un sillón de la sala, y Harry y Draco habían salido a volar un rato por los jardines de la mansión- dime, ¿tienes trabajo en estos momentos?.
- ¿qué?- La pregunta había tomado totalmente desprevenido a Remus- no,... me despidieron del ultimo un poco antes de entrar a ...- no seria bueno recordar eso.
- Entonces, fue mi culpa que te despidieran- Sirius bajo la vista un poco molesto consigo mismo, hasta que unos brazos lo abrazaron-
- No fue tu culpa Padfoot, de todas maneras pronto me hubieran despedido, la luna llena es en unos días, era hora de despedirme- Remus sonrió amargamente, el era un buen profesor, sus alumnos lo querían, el problema era que también era un hombre lobo y eso era algo imperdonable.
- Bien , pues tengo una solución, tengo el trabajo perfecto para ti- Sirius sonreía, su plan era perfecto.
- No tienes que molestarte, ya encontrare alguno pronto- Remus le sonreía- y tengo algún dinero guardado para estas semanas- esto ultimo lo dijo, y después se quedo cayado, la cuenta del hospital que el se empeño en pagar en secreto y los honorarios de Snape (que no había querido cobrarle, pero tampoco quiso insultar a Remus rechazando, lo que con esfuerzo le daba), ese dinero se había esfumado, pasaría un poco de problemas, pero era feliz, así se lo había arreglado toda su vida.
- No mientas Remus, eres muy orgulloso, se que con ese dinero pagaste las dos cuentas que no querías dejarme a mi; y estas dispuesto a pasar hambre, o a sufrir hasta que encuentres un trabajo- Sirius lo conocía demasiado bien- por eso no te estoy ofreciendo regalarte dinero, pues no lo aceptarías, pero te ofrezco un trabajo, con días libres todos aquellos de luna llena y el día siguiente.
- Yo...- Remus se sonrojaba- ¿será un trabajo útil?, y ¿no gastaras a lo tonto verdad Sirius?, ¿cuál es el trabajo?.
- Eres un excelente maestro- Sirius se sonreía, pero adopto una expresión algo seria- sabes que muchas de mis habilidades las perdí en Azkaban , necesito un maestro para un curso intensivo, yo seré tu alumno.
- Sirius, no es necesario que me pagues, con gusto te daré esas clases, siempre que tenga tiempo- Remus sonreía ante el gesto de su amigo.
- Pero yo necesito todo tu tiempo, es por eso que te contratare, es justo, eres uno de los mejores maestros, y también puedes darle algunos cursos a Harry y imagino que Draco asistirá también, (ya son inseparables) para mejorar sus notas- Sirius lo observo fijamente- naturalmente tendrás que vivir aquí, pues yo como tu alumno principal, necesito tu asistencia en todo momento, y como tu maestro nocturno, tengo muchas cosas que enseñarte aun.
Ese ultimo comentario enrojeció el rostro de Remus, y se olvido de replicar algo, cuando un beso lo distrajo completamente, así que había aceptado vivir con Sirius, ojala y no hubiera cometido un error.
Capitulo 6.- Los problemas son invitados inesperados
Notas: Arabella no se quedara de brazos cruzados, una sociedad que juzga tampoco, los problemas llegan para ambas parejas.
