***************************************************************************

CAPÍTULO 4

EL TREN DEL REGRESO

***************************************************************************

"Al fin".

Esa fue la primera sensación que recorrió su mente al entrar en aquel tren: el tren que la devolvería, al fin, con la vida que había dejado atrás. Atrás quedaba todo un año de recuerdos y tristeza, de amargura... y soledad. Se sentía sola, incluso con sus hermanas...

"Al fin volvería a vivir aventuras, junto a Ash, Brock... Quería volver a verlos con toda su alma..."

Pero la realidad, a veces, podía ser bastante dura... No quería ser pesimista, pero también se había hecho a la idea de no encontrarlos allí, en la Meseta Añil...

Las puertas del tren comenzaron a cerrarse. Fuera, sus hermanas la saludaban, despidiéndose de ella con lágrimas en los ojos... Pero, a pesar de todo, Misty se sentía feliz...

MISTY: ** Siento dejaros de nuevo, pero he de seguir a mi corazón... y espero que, por favor, me lleve por el buen camino.**

Devolvió el saludo a sus hermanas y se sentó en su asiento, junto a la ventanilla... El tren partiría en cualquier momento.

MISTY: Bueno, Togepi. Nos vamos. ¿No estás contento?

No respondió. Seguía metido en su huevo, ahora de un color más oscuro de lo habitual... tan oscuro, que ya apenas se podía considerar blanco.

MISTY: (preocupada) No lo entiendo. ¿Qué te pasa, Togepi? ¿Qué es lo que te pasa?

CHICO: ¿Te importa que me siente aquí, señorita?

Misty metió a Togepi en la bolsa y se giró, sorprendida. Un chico de edad aproximada a Brock, tal vez ligeramente mayor, la estaba mirando fijamente, esperando su respuesta. Tenía el cabello castaño, pelo corto y peinado simple; tras unas gafas oscuras se podían ver unos pequeños y tristes ojos marrón-verdosos; llevaba unas ropas bastante apagadas, carentes de luz, sin alegría; en la mano derecha sostenía un cuaderno amarillo desgastado por el uso, y en la mano izquierda un bolígrafo negro, con la tapa mordisqueada... Por alguna razón, aquella persona la provocó un profundo escalofrío...

CHICO: Perdona, ¿te importa que me siente aquí?

MISTY: (nerviosa) Sssí... digo... No... No me importa... Puedes sentarte.

CHICO: Gracias...

El chico misterioso se sentó y soltó un tremendo suspiro. Sin decir nada, abrió su cuaderno y comenzó a escribir...

Misty estaba cada vez más nerviosa. Aquel chico tenía algo que la hacía temblar. Era como si estuviera sentada al lado de un témpano de hielo...

Notó que aquel chico llevaba tres Pokéballs colgadas del cinturón. ¿Sería un entrenador?

MISTY: (intentando romper el hielo) Ho... hola. Me llamo Misty...

El chico ni se inmutó. Suspiró de nuevo y continuó escribiendo.

MISTY: (molesta) ¿No me has oído?

CHICO: (sin mirarla) Estás nerviosa, ¿verdad?

Misty se quedó extrañada. ¿Por qué habría dicho eso?

MISTY: ¿Qué es lo que quieres decir?

El chico mantuvo silencio, y siguió escribiendo. Misty comenzó a sentir curiosidad por lo que estaba escribiendo aquel chico...

MISTY: ¿Qué estás escribiendo?

No contestó. Misty, sin pensar en las consecuencias que podría tener, se fue inclinando poco a poco hacia él, intentando leer algo...

De repente, el chico cerró el cuaderno y se giró hacia Misty, furioso.

CHICO: ¡¡NI SE TE OCURRA LEER ESTO!! ¿ME HAS OÍDO TÚ A MÍ?

Misty retrocedió, aterrorizada. En cualquier otra situación, Misty habría respondido dándole una bofetada o un puñetazo. Pero aquel chico la inspiraba un miedo insoportable... Ahora que lo miraba más de cerca, observó como sus ojos estaban inyectados en sangre, y la miraban con una furia jamás vista en cualquier otra persona. Al mismo tiempo notó cómo el resto de pasajeros del vagón la miraban y cuchicheaban entre sí. Sin duda, era una situación insoportable... Misty tuvo que aguantarse las ganas de llorar...

MISTY: Lo... siento...

El tren comenzó a moverse... camino de la Meseta Añil...

**********

Habían pasado cinco minutos... Misty observaba por la ventanilla, viendo cómo el sol comenzaba a ocultarse, allá a lo lejos... El viaje iba a ser largo... Muy largo...

Entre sus brazos llevaba la gorra de Ash. No se había separado de ella desde que aquel cretino la...

CHICO: Es bonito, ¿verdad?

Casi se había olvidado de él. Aquel chico desagradable aún estaba allí... ¡y encima tenía la osadía de dirigirla la palabra!

MISTY: No sé ni como puedes tener el valor de hablarme...

CHICO: (ignorándola) Hacía tiempo que no veía un atardecer tan bonito...

Misty se estaba mosqueando. Comunicarse con aquel chico era como mandar señales al espacio: era imposible obtener respuesta.

CHICO: No estés nerviosa... Todo saldrá bien... Sólo tienes que admirar el atardecer... dejarte llevar...

Misty no lo comprendía. ¿Quién era? ¿Qué hacía en ese tren? ¿Por qué no se callaba? ¿POR QUÉ NO LA DEJABA EN PAZ?

CHICO: Por favor... Escucha al viento...

O se callaba, o seguro que acabaría comiéndose su dichoso cuaderno...

CHICO: Tranquila... Le volverás a ver...

Misty se quedó de piedra. Eso ya comenzaba a sonar muy raro...

MISTY: (nerviosa) ¿Qui... quién eres tú?

El chico misterioso esbozó una gran sonrisa. Parecía estar buscando aquella reacción en Misty...

CHICO: Veo que al fin has reaccionado, Misty...

MISTY: ¿Có... cómo sabes mi nombre?

CHICO: Me lo dijiste antes, ¿no lo recuerdas?

MISTY: ("gota") Sí... Claro...

CHICO: Si no me guardas rencor por lo de antes, permíteme presentarme: me llamo Eidan Nobody, pero todos me conocen más como "Makatrull"...

MISTY: ¿Ma... Makatrull? ¿Qué clase de nombre es ese?

MAKATRULL: ¡Mira tú qué graciosa! ¿Qué clase de nombre es Misty? ¡Venga, responde!

MISTY: ¿Y a ti qué te importa? ¿Quién te ha dicho que yo quiero hablar contigo?

La sonrisa de Makatrull se desvaneció. Suspiró, y continuó escribiendo en su cuaderno.

MAKATRULL: No quieres entender. Está claro...

Sin quererlo, Misty comenzó a sentir pena por aquel chico. Aunque era un poco extraño, sólo quería hablar con ella. ¿Qué habría de malo en ello?

MISTY: Perdona, Makatrull. Yo...

Makatrull, mientras Misty decía esto, arrancó una hoja de su cuaderno y la arrugó con rabia.

MAKATRULL: ¡ESTO NO VA A NINGÚN SITIO! ¡MAL! ¡MAL! ¡MAL!

Metió como pudo la bola de papel arrugado en un cenicero y cerró de nuevo su cuaderno.

MAKATRULL: ¿Has cambiado de opinión, Misty?

MISTY: Sssssí... Perdona si esto te molesta, pero... ¿eres capaz de mantener una conversación sin pegar esos sustos?

MAKATRULL: Lo entenderías mejor si supieras la importancia que tiene este cuaderno para mí... Además, uno no ha tenido mucha suerte en la vida y la mejor manera de desahogarse es soltando toda la rabia que tienes dentro...

MISTY: Te entiendo. Yo también lo he pasado mal, en la infancia...

MAKATRULL: No te he pedido que me cuentes tu vida, ya que nada de lo que me cuentes puede cambiar nada... No intentes entenderme... no te preguntes tantas cosas... actúa... muévete... vuela... sueña... vive...

MISTY: ("goteando") ¿QUEEEEEEEEEEEÉ?

MAKATRULL: (sonriendo) Sabía que no lo entenderías... Estoy acostumbrado... Todo lo que digo aparentemente no dice nada... pero puede decir más cosas de las que realmente quiero decir...

Misty cada vez estaba más confundida. Makatrull era una persona realmente extraña... ¡y preocupante!

MISTY: ¿Nunca has pensado en ir a un psiquiatra?

MAKATRULL: Te he dicho que no te preguntes tantas cosas... Además... se está haciendo de noche... Mira...

En efecto. El sol estaba ya casi oculto en el horizonte y el cielo comenzaba a colorearse de la oscura tonalidad de la noche. Las primeras estrellas comenzaban a aparecer...

MAKATRULL: Falta un pequeño detalle...

Makatrull abrió su cuaderno y escribió una frase rápida. Inmediatamente después lo cerró, sonriendo.

Como si aquel hecho tuviera alguna relación, el aullido de un Houndoom enamorado de la luna se hizo escuchar entre el sonido metálico del tren...

MAKATRULL: Ahora ya es una noche perfecta...

Aquello ya empezaba a ser demasiado. Cuanto más tiempo pasaba, más misterioso y terrorífico le parecía todo aquello... Y Makatrull, para intrigar aún más, seguía sonriendo.

MAKATRULL: Creo que esos preciosos ojos empiezan a estar cansados. Será mejor que duermas... el viaje puede ser largo...

Misty no dijo nada. Se apresuró a cerrar los ojos. Quería dormir y que pasara todo aquello cuanto antes...

*********

Una hora después...

Mientras dormía, un escalofrío la recorrió todo el cuerpo... como si un viento frío y suave la meciera, la acunara. Y, en sueños, oyó una voz...

"Duerme tranquila, Misty. Le volverás a ver... te doy mi palabra... Pero puede que lo que encuentres no sea lo que esperabas... Pero, como tú dijiste, sólo te basta con verle, ¿verdad?"

Misty abrió los ojos. Esa voz... ¡Era Makatrull! Se giró, nerviosa, y lo vió... durmiendo como un tronco.

MISTY: **¡Misty, estás paranoica! Sólo ha sido un sueño...**

El tren estaba a oscuras, y los pasajeros dormían. A través de la ventanilla comenzaban a verse las luces de Ciudad Plateada, abajo, en el valle. Por lo menos deberían quedar unas cinco horas de viaje.

MISTY: **Será mejor que me vuelva a dormir...**

Misty cerró de nuevo los ojos... al mismo tiempo que Makatrull sonreía...

********

Cinco horas después...

"Atención, señores pasajeros. Les informamos que en breves instantes el tren Ciudad Celeste-Meseta Añil llegará a su destino. Esperamos que hayan tenido un buen viaje".

MISTY: (medio "groggy") Sí. Especialmente los de primera clase. Porque lo que es yo...

Misty se estiró de mala gana. Le dolían todos los huesos. Miró por la ventanilla y vio la gran ciudad de Meseta Añil, iluminada aún débilmente por el sol, que aún estaba saliendo por el horizonte. Parecía que fue ayer cuando se tuvo que ir precipitadamente de aquella ciudad, hace ya poco más de un año...

Miró a su alrededor. Había gente que aún dormía, pero la mayoría estaba ya despertándose, con ojeras en los ojos y los cabellos revueltos. Todo parecía normal... Misty abrió su bolsa y sacó a Togepi. Ahí las cosas no eran tan normales: seguía sin moverse y estaba completamente negro. Parecía un trozo de carbón...

MISTY: (aterrada) ¿Qué está pasando contigo, Togepi?

Misty lo abrazó con todas sus fuerzas. Todo aquello no tenía sentido... Pero aún había algo más extraño: volvió a sentir aquel viento frío de anoche, y aquella voz, pero ahora decía otro mensaje...

"No te preocupes por lo que veas, ni por lo que escuches. Sólo confía en tu corazón."

¡Otra vez la voz de Makatrull! Misty metió al negro Togepi en la bolsa y miró por todas partes. ¡Makatrull había desaparecido! ¡Ya no estaba allí!

MISTY: ¡Dios mío!

El tren, al fin se detuvo. Había llegado a la Meseta Añil...

CONTINUARÁ...