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CAPÍTULO 7

HIELO

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Estaba atardeciendo. La ciudad de Meseta Añil comenzaba a apagarse, ya que la noche allí no era su principal atractivo. El sol comenzó a ocultarse, una vez más...

Había estado esperando toda la tarde, pero ni rastro de Ash... Durante toda la tarde fue viniendo gente de todos los tipos: mujeres, niños, ancianos, adultos... pero ni rastro de Ash... Tenía sueño y estaba cansada... quería llorar pero no podía...

La enfermera Joy, que pasaba por allí, la echó un vistazo.

JOY: No estés tan triste, Misty...

MISTY: (sin mirarla) ¿Cómo está Togepi?

JOY: Sigue igual... Pero se pondrá bien. Eres tú la que me preocupa. Llevas aquí sentada desde las cuatro...

MISTY: Quiero que venga ya... ¿Por qué no viene?

JOY: ¿Nunca se te ha ocurrido llamarle? Quizá puedas averiguar algo...

Podría llamarlo, sí... si supiera su número. Además, ¿de qué serviría llamarlo? La preguntaría que por qué le llamaba ahora, si ni tan siquiera tuvo el valor de despedirse... O aún peor: ¿y si ya no le importaba que ella existiera?

No. Llamar no era buena idea...

MISTY: No creo que sirva de nada llamar...

JOY: Aún quedan tres días para que empiece el Campeonato. Puede venir en cualquier momento. ¿Tan importante es para tí?

Misty cerró los ojos. Quería decir algo que nunca le había dicho a nadie...

MISTY: Es muy importante... Más de lo que me habría interesado en un principio...

JOY: Puedes hablar lo que quieras... Te escucho.

MISTY: Hace unos cuatro años, más o menos, me escapé de casa. Dejé un mensaje a mis hermanas diciendo que me había ido a convertirme en una maestra Pokémon... Aunque esa era una de las razones, en realidad me fui porque no podía soportarlas. Eran muy desconsideradas conmigo... Aunque ahora sé que no lo hacían con mala intención y que en el fondo me quieren, pero... yo no era del todo feliz con ellas...

JOY: ¿Y? ¿Eso es todo?

MISTY: No. Tras varios días de viaje en solitario, me detuve a pescar en un río. Y entonces fue cuando conocí a Ash... Bueno, se podría decir que más bien lo "pesqu"...

JOY: (sonriendo) Hay muchos peces en el mar...

A Misty se le escapó una sonrisa...

MISTY: Y desde entonces ya no me volví a separar de él... Se convirtió, junto con Brock, mi otro amigo, en mi nueva familia... Me da miedo imaginar cómo habría sido mi vida si jamás le hubiera conocido...

Después, poco a poco, me comencé a sentir atraída por él. No sé por qué, pero tiene "algo" que... que... no puedo explicarlo. Lo triste de todo esto es que jamás me atreví a decirle nada, temiendo terminar con esa amistad que nos tenía unidos. Y puede que ahora me arrepienta de no haberlo hecho... Hace un año que no sé nada de él, y un año es mucho tiempo...

JOY: ¿De verdad lo quieres tanto?

MISTY: No lo sé... Pero lo echo de menos... Siento como si algo se me hubiera muerto en el alma...

De repente, Misty comenzó a sentir frío, como un susurro helado soplándole en el cuello...

"Algo se muere en el alma... cuando un amigo se va. Sé lo que sientes. Te puedo leer como a un libro abierto, Misty".

MISTY: ¿Qué? ¡Otra vez tú! ¡Déjame en paz!

JOY: ¡Misty! ¡Tranquila! ¿Qué pasa?

Misty miró asustada a la enfermera Joy. Ella, al parecer, no había oído nada.

JOY: ¿Qué te pasa?

MISTY: ¿Usted no lo ha oído?

JOY: No, Misty. No he oído nada.

MISTY: ¿Me estoy volviendo loca?

JOY: No digas eso. No sé lo que te pasa, pero lo verás todo distinto cuando duermas un poco.

MISTY: Cree que estoy loca, ¿verdad?

JOY: (enfadada) ¡No vuelvas a decir eso!

MISTY: Lo siento...

El reloj del recibidor dió las diez. Era hora de cerrar...

JOY: Será mejor que te vayas a la cama. Te recomiendo que antes de acostarte te des una buena ducha con agua caliente. Te aseguro que haciendo todo eso, mañana verás las cosas de otro modo.

MISTY: De otro modo... ¿por qué aún no puedo ser feliz, enfermera Joy?

JOY: Misty... Por favor... Olvídate ya de todo esto y vete a descansar... Es por tu bien...

Misty asintió con la cabeza. Algo le dijo que debería hacerla caso.

MISTY: (disimulando una sonrisa) Sí... Iré a darme una ducha y luego me iré a dormir, como usted me dijo...

Se levantó del sillón y comenzó a subir las escaleras que la separaban de las habitaciones, mientras la enfermera Joy la observaba preocupada...

Con aire cansado, entró en el baño. Era pequeño, pero agradable. Tenía un pequeño lavabo con espejo a la izquierda, junto a un armario de metal. A su derecha se encontraba el WC (o excusado, letrina, trono, taza del váter... cómo más os guste llamarlo) y al fondo la típica ducha con cortinas corredizas...

Misty dejó su bolsa sobre una mesita que había en una de las esquinas y sacó una toalla del armario, junto con los demás utensilios para una buena ducha: gel, jabón, una esponja...

MISTY: Bueno... ¡Ah, casi se me olvida!

Cerró la puerta con el cerrojo. Quería asegurarse de que nadie la sorprendiera mientras se duchaba. Una vez tranquila, comenzó a quitarse la ropa, la cual fue dejando sobre la mesita, para evitar que se arrugase o mojase. Una vez desnuda, agarró la toalla y se introdujo en la ducha. Colocó la toalla sobre la barra de las cortinas y las cerró... Y, al fín, el cálido chorro de agua caliente comenzó a caer sobre ella... Comenzó a sentirse muy relajada... Podría llegar a quedarse allí toda la noche si no fuera porque estaba muerta de sueño...

El agua seguía cayendo, mientras Misty se enjabonaba el cabello... Todo iba bien, no pasaba nada... nada... nada... nada... Comenzó a soñar despierta...

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Allí estaba ella, sentada en un banco del parque, observando el reflejo de la luna sobre el agua del estanque. El suave ulular de los Hoot Hoot animaba el ambiente... De repente lo vió. Allí estaba él, junto a su inseparable Pikachu, sonriendo. Allí estaba él, tan ingenuo como siempre. Allí estaba Ash...

MISTY: ¡ASH!

Con lágrimas en los ojos, se levantó corriendo y se lanzó a sus brazos...

MISTY: ¡Cuánto te he echado de menos!

ASH: (con una extraña voz) Yo también te he echado de menos... Misty...

MISTY: ¿Qué... qué te pasa? Tienes una voz muy rara...

ASH: (con la extraña voz) ¿Por qué tienes tanta prisa? No tienes paciencia, Misty...

MISTY: ¿Qué estás diciendo?

ASH: (con la extraña voz) Las cosas nunca son lo que parecen...

Aquel Ash del sueño la agarró una mano. Misty sintió frío... mucho frío... Ash cerró los ojos y, con la mano que tenía libre, dió un manotazo al Pikachu que tenía sobre los hombros... Para sorpresa de Misty, Pikachu se rompió en mil pedazos al chocar contra el suelo...

ASH: (sonrisa siniestra) Aún no puedes ser feliz... Te lo estoy avisando... Y no quieres hacerme caso...

La cara de Ash comenzó a verse borrosa, y en su lugar apareció una cara triste, con gafas oscuras...

MAKATRULL: La oscuridad se acerca, Misty... Te lo he avisado...

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Misty abrió los ojos. Notó que un intenso frío comenzó a recorrer su cuerpo desnudo. Estaba congelándose viva...

MISTY: (tiritando) ¿Qué... qué es lo que pasa ahora?

Miró a su alrededor... ¡La ducha estaba congelada! ¡El suelo estaba cubierto de hielo! ¡Y un viento helado venía tras las cortinas!

MISTY: ¡Esto es una pesadilla!

Temblando, apartó las cortinas de un golpe... Todo el servicio estaba cubierto de hielo y nieve. Pero no fue eso lo que la dejó sin habla... Allí estaba Makatrull, mirándola fijamente con una sonrisa en los labios...

Hubo silencio durante diez largos segundos. Misty se había quedado paralizada de la impresión y no se atrevía a hablar...

MAKATRULL: Estás preciosa, Misty...

Misty, que aún no había reaccionado, recordó que en esos momentos se encontraba desnuda. Cogió apresudaramente la toalla y se tapó como pudo. Estaba llorando de angustia, pero sus lágrimas estaban congeladas y no salían de sus ojos.

MISTY: ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo has entrado aquí?

MAKATRULL: Tengo mis propios medios... Necesito que sepas algo...

MISTY: ¡VETE DE AQUÍ! ¡Y DÉJAME EN PAZ DE UNA MALDITA VEZ!

MAKATRULL: No... Espera... Deja que te explique...

Misty, furiosa, salió de la ducha y soltó un tremendo puñetazo en el rostro de Makatrull. Tras el impacto, un ruido de cristales rotos asaltó sus oídos... Un ruido que ella creyó provenía de las gafas de Makatrull al romperse...

Comenzó a sentir calor... El hielo estaba desapareciendo... Ya no había nieve... Y Makatrull ya no estaba... Había vuelto a desaparecer...

Comenzó a respirar, nerviosa. No entendía nada... Sintió algo tibio y viscoso en su mano derecha... Sangre... Su mano estaba sangrando...

Miró al suelo, y vió una mezcla de cristales rotos, sangre y agua... Miró al frente y vió su reflejo... en lo que quedaba del espejo que ella misma acababa de destrozar de un puñetazo...

Comenzarón a oirse golpes en la puerta, aún cerrada... Misty no se movió... aún estaba intentando asimilar lo que había ocurrido...

JOY: (desde fuera) ¡MISTY! ¿QUÉ HA PASADO AHÍ DENTRO? ¡ABRE LA PUERTA! ¡MISTY!

De nada sirvió. Misty no escuchaba, no se movía... Sólo miraba aquel espejo roto, mirando su imagen, su reflejo... Esa no era Misty... ella era alegre, enérgica, llena de vida... No eso que se reflejaba en aquel espejo roto... Mientras, los golpes se hacían cada vez más intensos...

HOMBRE: (saliendo de una de las habitaciones) ¿Qué es lo que pasa ahí dentro?

JOY: ¡Es la chica de antes! ¡Está ahí encerrada y no responde!

HOMBRE: ¡Déjame a mí!

El hombre, el mismo hombre bigotudo de antes, pidió a la enfermera Joy que se apartara y comenzó a dar patadas a la puerta con todas sus fuerzas. Tras unas cuantas patadas, el cerrojo se partió y pudieron abrirla... Lo que se encontraron fue una imagen dantesca: el baño medio inundado, cristales rotos por todas partes y una chica desnuda estaba de pie delante de un ya inexistente espejo, sangrando abundantemente por su mano derecha...

HOMBRE: ¡Santo Dios!

JOY: ¡MISTY!

Misty giró su cara hacía ellos. Sus ojos reflejaban el horror por el que estaba pasando...

MISTY: (llorando) Él... ha sido él... Estaba aquí... ¡OS JURO QUE ESTABA AQUÍ!

CONTINUARÁ...