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CAPÍTULO 11
TODO SE DERRUMBA
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La música había cesado en el restaurante "El Risueño Poliwhirl". Un silencio sepulcral era lo único que se escuchaba. Ya no había risas, ya no había alegría... La gente cuchicheaba entre sí, preguntándose qué es lo que había pasado...
Se decía que una chica pelirroja había pegado a la sobrina del dueño del restaurante... Sin dar explicaciones, sin decir ni una palabra... Luego desapareció en los callejones...
Haruka, acompañada por Ash y Brock, había sido llevada a la cocina, junto a su tío. El tremendo golpe que recibió por parte de Misty provocó que tuviera hinchado el sangrante pómulo derecho...
HARUKA: ¡Ay!
El tío Andrews, ayudado por Brock, la estaban curando la herida, gracias al botiquín que Brock siempre lleva consigo en casos de emergencia. En esos momentos Andrews estaba aplicando una gasa empapada en alcohol sobre la herida, para desagrado de Haruka...
HARUKA: ¡Au! ¡Tío, ten más cuidado!
ANDREWS: No te quejes tanto... ¡Brock, ve a pedir algo de hielo! ¡Hay que bajarla esa hinchazón!
Brock, sin esperar una segunda llamada, se fue a buscar a los cocineros... Ash estaba allí, junto a Haruka, sentado en una silla. Tenía puesta la mano bajo el mentón, con actitud pensativa...
ASH: **¿Qué es lo que te pasa, Misty? Has cambiado mucho... ¿Por qué le has hecho esto a Haruka? ¿Por qué, Misty?**
Ash vió como el tío Andrews sacaba un par de tiritas del botiquín y las colocaba sobre la herida...
ANDREWS: Bueno, Haruka. Ahora hay que bajarte esa hinchazón... Espero que Brock no tarde mucho.
HARUKA: Tampoco ha sido para tanto, tío... No hace falta que...
ANDREWS: (enfadado) ¡No empieces con tus tonterías otra vez! ¡Hay que bajarte esa hinchazón ya!
HARUKA: ¡Pero es que tú siempre haces mucho daño! ¡Eres un bruto, tío!
Andrews miraba con rabia aquella herida... No le gustaba lo que la habían hecho...
ANDREWS: ¡Mira lo que te ha hecho esa maldita niñata! ¡No pienso permitir que esto quede así!
En esos momentos llegaba Brock con una bolsita llena de hielo...
BROCK: Aquí tienes el hielo, Andrews...
ANDREWS: Encárgate tú... Voy a llamar a la policía...
ASH: (sorprendido) ¿La policía? ¿Crees que es necesario que...?
ANDREWS: Esa chica es un peligro. Está loca... En la comisaría ya sabrán como tratarla...
Haruka soltó un suspiro, mientras sostenía la bolsita de hielo sobre la hinchazón. Brock no decía nada: aún estaba sobrecogido ante lo sucedido... Ash, por otra parte, no quería quedarse con las manos cruzadas...
ASH: Misty no está loca... La conocemos desde hace mucho tiempo. Ella sería incapaz de hacer daño a nadie si no tuviera una buena razón...
ANDREWS: (enfadado) ¿Estás insinuando que esa malnacida tenía razones para hacerle eso a Haruka? ¡Esa chica está loca! ¿Pero no te has fijado en el numerito que ha montado cuando se ha ido?
ASH: ¡No está loca! Ella no es así... No era así... Algo la tiene que haber pasado...
BROCK: Ash...
ASH: ¿Qué pasa, Brock?
BROCK: No hemos sabido nada de Misty desde hace más de un año. Ni tan siquiera aún nos ha contado por qué se fue. Apenas la hemos dejado hablar desde que nos hemos vuelto a encontrar... Puede que SÍ haya cambiado... y no precisamente para bien...
ASH: ¿Cómo puedes decir eso, Brock? Aunque te pese, Brock, ella siempre seguirá siendo nuestra amiga, pase lo que pase...
BROCK: ¿Estás seguro, Ash?
Ash se quedó mirando la cara triste de Brock... No parecía muy convencido por las palabras de Ash...
ASH: **Misty, ¿que es lo que te está pasando?**
Ash guardó silencio, mientras miraba al suelo, apenado... Brock se dirigió a guardar el botiquín, mientras Haruka observaba a Ash, extrañada. Sabía que algo pasaba... Todo lo que estaba pasando no tenía sentido...
HARUKA: Tío Andrews...
ANDREWS: ¿Qué quieres, Haruka? Tengo que hacer una llamada, así que date prisa... Tranquila, Haruka... Pronto podrás respirar tranquila cuando la policía atrape a esa mocosa hija del demonio.
HARUKA: Por favor, tío... No quiero que llames a la policía...
ANDREWS: (extrañado) ¿No? ¿Y por qué no?
Ash reaccionó al oír aquello... A pesar de todo, Haruka seguía teniendo un corazón de oro...
ANDREWS: ¿Cómo puedes perdonar a esa? ¡Pero has visto lo que te ha hecho!
HARUKA: Sí, ya sé lo que me ha hecho... Y ya no me importa... Esto, al menos, se cura...
ANDREWS: Creo que debería hablar con tus padres... No creo que a ellos les importe tan poco lo que te pueda suceder.
HARUKA: ¿Y ahora qué tienen que ver mis padres con todo esto? Sólo te estoy pidiendo que no llames a la policía...
ANDREWS: ¿Estás segura de lo que dices?
HARUKA: Estoy segura... Creo...
Ash, sin que los otros le vieran, soltó un suspiro de alivio... Pero seguía preocupado por Misty... ¿Qué podría estar haciendo ahora?
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Eran la 21:37 horas. En la creciente oscuridad de la noche una chica, triste y desconsolada, caminaba sin rumbo por las calles... Era Misty, con la cara desencajada, maldiciendo su existencia. Había hecho algo terrible... y sus sueños se derrumbaban... Todo se derrumba...
Con los ojos secos de tanto llorar, echó la vista atrás... Cuánto camino recorrido y tan poco había avanzado... Cuánto tiempo ha pasado y el reloj aún no marcaba las horas...
MISTY: **Ash... Siento haber perdido el tiempo buscándote. **
Estaba cansada... Había corrido mucho y ya apenas tenía fuerzas para dar un paso más. Vio un callejón, iluminado por una vieja farola... Entre la penumbra consiguió distinguir un oxidado banco... Aquel callejón, al parecer, no era muy transitado... Nadie podría verla...
Misty se sentó en el banco, y se quedó mirando a la luna... La luna, una compañera que ilumina la oscuridad, pero no alivia los corazones...
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Centro Pokémon. La enfermera Joy aprovechaba el descanso nocturno para ir a echar un vistazo a los Pokémon heridos o enfermos, entre los cuales estaba Togepi... Desde que lo llevaba investigando, apenas había conseguido averiguar nada... Alguna vez que otra Togepi soltaba un débil chirrido, un chirrido agonizante, como si algo intentara consumirlo desde dentro...
JOY: (mirando una pantalla en la que se mostraban los látidos de Togepi) Esto es muy extraño...
La pantalla mostraba como los latidos de Togepi llevaban un ritmo anormalmente rápido...
JOY: ¿Qué es lo que pasará con este Pokémon?
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Misty estaba sentada en el banco, observando como se le iba consumiendo el alma, presa de una melancolía infinita. Había venido aquí a ser feliz, pero lo que había conseguido fue estropearlo todo...
Misty cerró los ojos... Dejó volar sus pensamientos, dió libertad a sus recuerdos... Ocultó sus lágrimas... Volvió a abrir los ojos...
Observó atentamente... Delante suyo, tirada en el suelo, una botella de cristal se le ofrecía a la vista. Debería ser la botella de vino que algún mendigo borracho se habría olvidado, algunos momentos antes... Misty, por alguna extraña razón, se agachó y la recogió del suelo... Con expresión triste, comenzó a darla vueltas entre sus manos... Aquello la estaba dando una idea... una terrorífica idea...
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Joy estaba poniendo una inyección a un pequeño Growlithe, sin quitar ojo de Togepi... Los latidos habían aumentado su ritmo, misteriosamente... Togepi había comenzado a moverse, sin llegar a salir del huevo. Un lastimoso "Togepriiii" se hizo escuchar...
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Misty siguió mirando la botella, como si estuviera pensando algo. Tras un rato, cogió la botella por el cuello y derramó lo que quedaba del vino... Luego se aseguró de que nadie venía... Con mucho cuidado, intentó romper la botella haciendo el menor ruido posible... Tras unos cuantos golpes, consiguió que la botella se desquebrajara...
Misty, sin saber lo que hacía, cogió uno de los cristales y se quedó mirándolo. Lentamente, fue acercando su dedo índice hacia el borde del cristal...
MISTY: (mueca de dolor) ¡Ay!
Se había hecho un pequeño corte en el dedo... Sí, el cristal estaba afilado... Tal como ella quería...
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Joy no podía creer lo que estaba pasando... La pantalla que reflejaba los latidos de Togepi se había vuelto loca... y Togepi había comenzado a emitir un molesto chirrido...
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MISTY: **Está afilado... Pronto acabará el sufrimiento... y no pienso dejarme atrapar...**
Misty apretó el cristal en su mano derecha, mientras cerraba los ojos. Lentamente, fue colocando aquel cristal en su cuello, dispuesta a acabar con aquel sufrimiento de la manera más rápida que existe...
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El ruido era cada vez más insoportable. La enfermera Joy, aterrada, se tapo los oídos. Aquel desagradable chirrido aumentaba por momentos...
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Misty, con aquel cristal afilado preparado para acabar con su vida, comenzó a llorar... ¿Cómo podría haber llegado a esta situación? ¡Quería suicidarse!
MISTY: **Adiós, Ash... Espero que seas feliz con esa Haruka... Ella es mejor que yo... Yo no te merecía, pero seguí insistiendo... y tú no querías darte cuenta... Y yo me iba acobardando cada vez más... Ahora he pegado injustamente a una buena chica, que sólo quería ayudarme... Ahora todos me odiarán por lo que he hecho... Ya no merezco seguir viviendo...**
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La enfermera Joy ya no podía aguantarlo más. El horroroso chirrido seguía en aumento, y algunos cristales se habían roto... El resto de los Pokémon habían comenzado a agitarse, acompañando al estruendo con sus aullidos y gritos...
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Misty sentía el frío cristal en su cuello. Creía que habría tenido valor para matarse, pero no lo tuvo. Seguía allí, con la mano derecha sosteniendo aquel cristal asesino y liberador, sin dar el siguiente paso.
Quería morir, pero algo la decía que no debía... Tenía la sensación de que miles de ojos la observaban, deseando que no hiciera nada. ¿Serían "ellos" los que la observaban? No iba a caer en sus garras...
Makatrull, tuviera las intenciones que tuviera, no iba a conseguir su objetivo. Ya que nada en su vida tenía ya sentido (Togepi, enfermo y moribundo; y Ash, cada vez más lejos), prefería morir libre que con "ellos", quienquiera que fueran.
Misty cerró los ojos. Había llegado el momento de abandonar aquel mundo que no había querido ser justo con ella.... Apretó el cristal contra su cuello, dispuesta a dar el corte definitivo...
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La pantalla estalló en mil pedazos... La enfermera Joy se había tirado al suelo, tapándose los oídos. Aquello ya era insoportable...
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VOZ: ¡MISTY!
Misty oyó una voz detrás de ella. Asustada, lanzó el cristal al suelo y se levantó del banco. Era George, el amigo gordinflón de la enfermera Joy. Parecía bastante preocupado...
GEORGE: ¿Qué estás haciendo por estas calles? ¡De noche son muy peligrosas! ¡No quiero ni pensar lo que esos mendigos desalmados podrían hacerte, muchacha!
MISTY: (nerviosa) George... Me has asustado... Yo...
GEORGE: ¡Vamos, Misty! Vente conmigo al Centro Pokémon. Empieza a hacer frío...
MISTY: No, George. No hace falta...
GEORGE: Tú te vienes conmigo, Misty. Si le digo a la enfermera Joy que te he dejado sola, aquí en la calle, es capaz de echarme una bronca de no te menees...
George agarró el brazo de Misty, dispuesto a llevársela. Pero Misty no quiso...
MISTY: ¡Déjame, George! ¡No quiero ir! ¡Estoy mejor aquí!
George se giró hacia Misty, enfadado. A Misty le sorprendió aquello: George, por lo poco que sabía de él, no era una persona que se enfadara con facilidad...
GEORGE: (enfadado) ¿Crees que no te he visto, Misty?
MISTY: (confusa) ¿Qué... qué estás diciendo?
GEORGE: (enfadado) Mira, muchacha... No sé qué es lo que te estará pasando por esa cabecita loca que tienes, pero no pienso permitir que cometas una estupidez...
MISTY: ¡Tú no lo entiendes! ¡Mi vida es un asco!
GEORGE: La vida es un asco... Sí, tienes razón... Pero lo bueno que tiene la vida es que puede cambiar... para bien o para mal... Todo depende de cómo afronte uno las cosas que se le ofrece...
Misty no dijo nada... George parecía saber lo que decía...
MISTY: Tienes razón, George. He sido una estúpida...
GEORGE: (sonriendo) Tranquila, Misty. Olvidemos esto que ha pasado y vente conmigo, ¿vale?
Misty, sin decir nada, se acercó al banco y se tumbó. Estaba demasiado cansada: todo había pasado muy deprisa... Habían sido dos días horribles...
George, preocupado, se acercó a ella y se la cargo a las espaldas... Misty ya había tenido suficiente sufrimiento por hoy... Necesitaba descansar...
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Mientras tanto, en el Centro Pokémon...
El terrible chirrido cesó. Togepi se había calmado y seguía siendo aquel huevo negro triste en que se había convertido. La enfermera Joy, sin creerse lo que había pasado, salió de la enfermería. Aún aturdida, se acercó al mostrador... Estaba esperando a que George volviera del recado al que le había mandado...
Las puertas acristaladas del recibidor se abrieron... Una joven chica morena de unos diecinueve años había entrado... Su larga melena negra la llegaba a la cintura y unos bonitos ojos azules iluminaban su rostro triste y somnoliento. Llevaba unos pantalones vaqueros negros con las perneras cortadas y una camiseta roja que dejaba ver sus hombros y sus brazos. Parecía cansada...
Aquella bella, pero misteriosa joven se acercó al mostrador, en donde la enfermera Joy estaba. Miraba con curiosidad a aquella nueva visitante...
JOY: ¿Desea algo, joven?
CHICA: Quería inscribirme para el Campeonato Pokémon...
JOY: (encendiendo su ordenador) Bueno... Era obvio, viendo la época en la que estamos... Pero la próxima vez no vengas tan de noche. Estoy a punto de cerrar...
CHICA: Lo siento...
JOY: No importa... ¿De dónde eres? ¿Cómo te llamas?
CHICA: Vengo de Ciudad Purplestone... y mi nombre es Saphire... Saphire McTwin...
CONTINUARÁ...
