***************************************************************************
CAPÍTULO 15
LA PRISION DE CRISTAL
***************************************************************************
Silencio... Nada... Ni un grito, ni una súplica, ni un gemido... Sólo nada...
Nadie que elevara su voz entre aquel sepulcral silencio, que lo envolvía todo con su negro manto... Como si la noche hubiera invadido al día...
A pesar de todo, el sol seguía, allá en el cielo, pero ya no parecía emitir sus cálidos rayos... Era un sol muerto, asesinado por la oscuridad...
Una inmensa torre de cristal rosado se elevaba desde lo que hacía unos momentos era el Estadio Pokémon... La gente que había conseguido escapar huía despavorida hacia sus casas, creyendo que aquello era el fín del mundo... Pero, para los que no habían conseguido escapar, su destino era bastante incierto...
Los televisores que emitían en directo los combates lo único que ahora mostraban era una sucesión continua de rayas blancas y negras... se había perdido la conexión con el interior... Mientras tanto, las emisoras de radio daban un noticiario especial sobre este misterioso fenómeno: no sabían qué decir...
La oscuridad, como predijo Makatrull, había llegado...
**********
En el Centro Pokémon...
Estaba vacío... En él sólo estaban la enfermera Joy y George... Habían visto todo lo sucedido por televisión, y no entendían nada... La imagen se había ido... Joy, un tanto asustada, se marchó a atender a Togepi...
George, mientras tanto, encendió la radio... Una voz nerviosa comenzó a hablar...
"¡Esto es increíble! ¡Nos acaban de mandar una noticia alarmante, proveniente de la Meseta Añil! Al parecer, unos extraños gemelos, según testigos oculares, han sembrado el pánico en el Estadio Pokémon... De momento es la única información que tenemos aquí, en Ciudad Trigal... Ya saben, las próximas noticias dentro de una hora... Se despide de ustedes Rosa, desde la Torre de Radio de Ciudad Trigal... ¡Mantengan la calma!"
George la apagó inmediatamente... Oía gritos de pánico viniendo del exterior... Una enorme cantidad de gente corría despavorida, sin saber a dónde ir... A George le picaba la curiosidad demasiado como para seguir esperando allí... Tenía que salir al exterior...
Cogió su abrigo y abrió las puertas del Centro Pokémon... Lo primero que le llamó la atención fue la oscuridad que fuera había... ¿Ya era de noche? ¿A las 17:40 horas? ¿Qué estaba pasando allí?
Miró al cielo... El sol estaba allí, apagado... Era una visión horrible...
GEORGE: ¡Mi madre! ¿Qué es esto?
George oyó a alguien que se acercaba corriendo detrás de él. Se dio la vuelta y lo agarró fuertemente del brazo, para sorpresa del asustado corredor.
GEORGE: Perdona, chavalote... ¿Qué diablos ocurre?
El pobre "chavalote" se quedó mirando la enorme figura de George, temiendo lo que semejante bestia podría hacerle si no contestaba rápido.
CHICO: (muy nervioso) Verá, señor... Hay momentos en la vida en la que uno se pregunta: ¿realmente se es tan cobarde como la gente cree? ¡Pues, sinceramente, esto supera mis expectativas!
GEORGE: ("gota") ¿Quieres ir al grano?
CHICO: (llorando desesperado) ¡Vale, se lo diré! ¡PERO, POR AMOR DE DIOS, NO ME COMA!
George "gote". Mientras una parte de su cabeza le decía que debería aplastar a ese mequetrefe por insultarle, otra parte de su cabeza le decía que lo mejor sería ponerse a dieta a partir de ahora...
GEORGE: ("gota") No te voy a comer, idiota.
CHICO: Eso me deja más tranquilo... Si mira hacia allá, verá la inmensidad del problema... ¡Yo creo que ya lo he visto suficiente!
El chico salió corriendo. George había visto el fenómeno, y no podía apartar la vista de él... ¡Era una imagen celestial, bellísima! ¡Un auténtico regalo para la vista! La torre de cristal emitía un precioso fulgor rosado que iluminaba todo a su alrededor... Aquello era una bella pesadilla, o un horrendo sueño...
GEORGE: ¡La madre del amor hermoso! ¡Creo que las tres cervezas que me he tomado antes me han debido de sentar mal!
**********
Joy sostenía al negro Togepi en sus brazos. Por alguna extraña razón, el Pokémon había vuelto en sí. Tenía la mirada muy triste, y emitió un débil chirrido lastimero... Necesitaba a Misty, y ella no estaba...
JOY: (saliendo de la enfermería) Parece que ya estás algo mejor, Togepi. ¿Por qué no sonríes?
Togepi seguía triste, con los ojos llorosos. Sabía que algo la había pasado a Misty, y él lo sentía... Comenzó a chirriar de nuevo...
JOY: ¡No me empieces otra vez, Togepi! ¡George, trae algo de comida!
George no respondió... Joy comenzó a mirar por todas partes y lo vio, en el exterior...
JOY: ¿George? ¿Qué estará haciendo allá fuera ese cabeza de chorlito?
La enfermera Joy, con Togepi en sus brazos, agarró también su abrigo y salió extrañada al exterior... Encontró a George paralizado, con su enorme boca abierta de par en par... No pestañeaba: tenía la mirada fija en algo brillante que sobresalía de entre los edificios lejanos, en dirección al Estadio.
JOY: ¿Qué es lo que te pasa, George? ¿Qué...?
TOGEPI: (señalando una dirección, nervioso) ¡Priiiiiiiiiiiiiii! ¡Togi, togi!
La enfermera Joy dirigió su mirada hacia donde Togepi la señalaba... No pudo contener un grito de asombro: aquella era la imagen más bella que había visto en su vida..
JOY: ¡Es precioso!
Joy y George se habían quedado inmóviles, maravillados ante tanta belleza... Pero Togepi no parecía verlo con tan buenos ojos... Comenzó a chirriar, triste e impotente...
Allá, a lo lejos, la inmensa construcción de cristal que se había formado en el Estadio se levantaba, acariciando el cielo. Parecía una hermosa montaña de cuarzo rosa, algo que alegraba la vista... Pero, a pesar de la belleza que irradiaba, desprendía una intensa y terrorífica sensación de desasosiego...
George seguía allí, observando el asombroso fenómeno que tenía delante suyo... La enfermera Joy, temerosa, se colocó a su lado...
JOY: ¡Esto es increíble!
GEORGE: Si esto es un sueño... ¡que me despierten, por favor!
JOY: Esto no es un sueño, George... Está pasando...
GEORGE: ¡Es una tragedia! ¿Sabes cuánta gente puede haber allí dentro?
Joy no parpadeaba. Parecía haber perdido la razón. Cuando ella creía que las dosis de locura iban a acabar, aquí estaba la cosa más extraña, rara y terroríficamente bella que había visto nunca...
JOY: Yo no voy a quedarme de brazos cruzados mientras esa cosa rosa se come mi ciudad.
GEORGE: ¿Qué?
JOY: Creo que esta es la ocasión perfecta para que una enfermera Joy demuestre lo que vale...
GEORGE: ("gota") Me estás asustando
JOY: Toma. Coge a Togepi y espérame aquí un momento, George. Ahora vuelvo.
La enfermera Joy entró de nuevo al Centro Pokémon. George, curioso, entró también, quedándose en el recibidor. Observó, extrañado, como la enfermera Joy se iba hacia el mostrador y pulsaba un botón de su ordenador. De repente, una de las paredes tras la enfermera Joy comenzó a abrirse, descubriendo la entrada a un pasadizo secreto...
GEORGE: (con la boca abierta) ¿Pe... pero?
Joy desapareció tras el pasadizo, para sorpresa de George, que no entendía absolutamente nada... Comenzaron a oirse unos extraños ruidos... Al poco rato, la ¿enfermera? Joy apareció de nuevo...
JOY: ¡Ya estoy lista!
Joy había vuelto, sí... Había vuelto, pero un tanto... cambiada. Llevaba unos pantalones de cuero negro, unas botas negras y una sexy chaqueta negra. Llevaba puesto también un cinturón del que colgaban dos pistolas lanzadoras de dardos tranquilizantes (marca ACME). En su rostro unas horteras y pequeñas gafas de sol ocultaban sus ojos. Su cabello rosa ahora estaba sujeto con una cinta negra, formando una coleta...
No hace falta decir que George llevaba un buen rato "fregando" el suelo con sus propias "gotas".
GEORGE: ("gota") ¿Pero qué broma es ésta, Joy? ¿Te crees que vas a una fiesta de disfraces?
JOY: (poniéndose unos guantes negros) Nada de Joy, mi querido George. ¡Ha llegado la hora de que Joanna Nursery devuelva el orden a las calles!
GEORGE: ¿¿¿¿C"MO????
Joy pulsó de nuevo el botón del ordenador y la pared secreta volvió a su lugar...
JOY: Ni se te ocurra contarle esto a nadie, ¿entendido?
GEORGE: Te juro que aunque se me ocurriera contarle esto a alguien nadie me creería...
JOY: ¡Entonces, vámonos! Tenemos mucho que hacer...
La ¿enfermera? Joy comenzó a dirigirse a la salida...
GEORGE: Enfermera Joy, ¿no crees que al menos podrías haberte quitado la cofia? (La cofia, para los que no lo sepan, es el gorrito que tienen las enfermeras sobre la cabeza)
Joy, impaciente, agarró a George por el bigote y se lo llevó a la fuerza.
JOY: ¡Tú te vienes conmigo, George!
GEORGE: ¡Auch!
TOGEPI: (sorprendido) ¡Priiiiiiiiii!
************
Brock... Sentía dolor...
Aún no podía entender lo que había sucedido... Recordaba a un joven, de mediana estatura, que había aparecido de la nada, situado unas gradas más abajo de donde él se encontraba... Se llevó a Misty. Desapareció...
Recordaba a la gente huir aterrorizada. Él, paralizado por la impresión, nada pudo hacer para evitar que una avalancha de gente pasara sobre él, dejándolo malherido en el suelo. Sintió como le pisoteaban la espalda, mientras soportaba el dolor... Después no se pudo levantar...
Oyó una voz... Una voz que hacía estremecer los corazones, una voz tan fría y distante que no parecía ser real... Provenía del campo de batalla, del contrincante de Ash... Después ya no escuchó nada más... Sólo silencio...
Brock "abri" los ojos (lo de "abrir" lo pongo entre comillas por razones obvias). Vio unas pequeñas manchas de sangre en el polvoriento suelo... Al parecer, sangraba ligeramente por la nariz...
Intentó levantarse, poco a poco. Pero cada movimiento que hacía era todo un suplicio: tenía la espalda muy dolorida... Afortunadamente, Brock era bastante corpulento, y sacó fuerzas de flaqueza de donde no tenía... Y se levantó, no sin antes soltar un tremendo grito de dolor...
Una vez de pie, se sacudió el polvo de sus ropas y miró a su alrededor... ¡Todo estaba cubierto por cristal! A cualquier sitio donde miraba lo único que encontraba era cristal. Todo a su alrededor era cristal rosado. ¡Todo el Estadio estaba rodeado de esa cosa y no parecía haber manera de salir de allí.
(NOTA DEL AUTOR: Es complicado describir todo lo que Brock estaba viendo. Para que os hagáis una idea, todo esto es muy parecido a la Torre de Marfil de la Historia Interminable, sólo que ubicado sobre el Estadio Pokémon. Además, el Estadio se supone que ha quedado DENTRO de la torre, por lo tanto eso significa que no hay escapatoria posible... Espero que sepáis captar la escena tal como la tengo en mente yo... Si no ha sido posible, al menos lo he intentado. FIN DE LA ACLARACI"N)
BROCK: (confuso) ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es todo esto?
Avanzó unos pasos y colocó sus manos sobre un muro de aquel extraño cristal. Rápidamente las apartó: el cristal estaba helado...
BROCK: ¡Esto está helado! No lo entiendo...
Un sonido sibilante se escuchaba. Era como un suave soplido... una suave y sosegada brisa corría por aquellos pasillos de cristal...
BROCK: ¿Será esto un sueño?
Brock sintió el cálido fluir de su propia sangre saliendo lentamente de su nariz. Brock comenzó a rebuscar en sus bolsillos y sacó un pañuelo de papel, con el que intentó cortar la hemorragia. Una vez solucionado el problema, se dedicó a observar... Aquello era un auténtico laberinto. Lo que antes eran las gradas se había convertido en toda una maraña de pasillos, que no parecían llevar a ningún sitio...
Brock agarró uno de sus Pokéballs y lo lanzó. El rocoso Pokémon Geodude apareció, lanzando su particular y despreocupado "¡Geo!", desconociendo lo que allí pasaba.
BROCK: ¡Geodude! ¡Tienes que ayudarme! Estamos encerrados en un sitio muy extraño y no tengo ni idea de dónde está la salida...
El confuso Pokémon asintió, aunque sin entender absolutamente nada de lo que su entrenador quería decirle...
BROCK: Además, creo que Haruka y Ash se han quedado abajo, en el campo de batalla. Tenemos que encontrarlos... ¿Lo has entendido, Geodude?
Geodude asintió. Brock, satisfecho, le indicó una dirección. Geodude se dirigió flotando hacia allá, y Brock tomó el camino contrario. Tenían que encontrar alguna manera de encontrar a Ash y Haruka... o a Misty...
***********
Fuera del Estadio todo era un caos. Cientos de curiosos se amontaban en el exterior. Varios coches de policía rodeaban la construcción, y los policías impedían que la gente entrara al interior. De hecho, la agente Jenny (o Mara, como la conozcáis los lectores), junto a dos guardias más, impedían el paso por la puerta principal. Habían acordonado la zona y no dejaban que ningún curioso se acercara más de la cuenta...
La gente miraba arriba, a lo alto de la torre. Casi llegaba a las negras nubes de tormenta que habían comenzado a formarse hacía un tiempo... Nadie de los allí presentes podría explicar lo que había pasado...
Mientras tanto, en el Centro Pokémon...
GEORGE: ¡Pero enfermera Joy! ¿Te has vuelto loca?
Joy y George estaban a las puertas de un pequeño garaje escondido tras el Centro Pokémon. George sostenía a Togepi torpemente con sus grandes manos, mientras Joy accionaba el mecanismo que abría el garaje.
GEORGE: ¿A qué viene toda esta chifladura, Joy?
JOY: Te he dicho, George, que me llamo Joanna...
GEORGE: Joanna, Joy... ¿Cual es la diferencia? ¿Y por qué tengo que cargar con esta cosa llorona?
JOY: Porque yo tengo que conducir...
GEORGE: ¿Conducir?
La puerta del garaje comenzó a abrirse, y ante los asombrados ojos de George se erguía la majestuosa figura de un coche todoterreno negro...
GEORGE: (maravillado) ¡Vaya! ¿Y desde cuando tienes tú este coche?
JOY: No creo que eso sea asunto tuyo, George...
GEORGE: Siempre he soñado con tener uno de estos...
Joy se acercó al todoterreno y abrió la puerta del conductor. De un salto se introdujo en el coche y puso la llave en el contacto...
JOY: ¡George, monta! ¡No tengo todo el día!
George estaba confundido. Por mucho que lo intentaba no llegaba a comprender lo que se le estaría pasando por la cabeza a su querida enfermera Joy...
GEORGE: Verás, Joy... Joanna... Pensándolo mejor...
JOY: ¿Sí?
GEORGE: Creo que me quedaré aquí, cuidando del bicho este...
Togepi soltó un pequeño chirrido de nerviosismo. Pero Joy no parecía tener buena cara... Lanzó una mirada amenazadora a George...
GEORGE: ("gota") Creo que será mejor que subamos al coche, cosa pequeña. Me parece que la enfermera Joy se ha levantado hoy con muy mal humor...
TOGEPI: (asintiendo) Priii... Togi...
George, con Togepi en sus manazas, se montó en el lado del acompañante. Se colocó el cinturón de seguridad como buenamente pudo (con semejante tamaño era una tarea un poco complicada) y suspiró. La ¿enfermera? Joy esbozó una sonrisa de satisfacción y arrancó el motor.
JOY: Será mejor que te agarres fuerte, George. ¡El viaje va a ser movidito!
El coche arrancó con un potente rugido...
JOY: Y ahora, ¡rumbo hacia esa torre! ¡Yihaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Joy pisó el acelerador a fondo y el todoterreno salió despedido, en dirección al Estadio Pokémon...
GEORGE: (asustado) ¡MI MADRE!
TOGEPI: (asustado) ¡PRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
*****************
Brock no creía lo que veían sus ojos... Había visto gente atrapada en aquel extraño cristal... Se habían quedado como estatuas, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos. Eran personas que no habían conseguido escapar a tiempo, y habían sido atrapadas en el interior del cristal...
Intentaba romper el cristal con sus manos, pero era imposible. Era demasiado duro... y le dolía demasiado el cuerpo como para intentar golpear más fuerte. Aquello era una pesadilla...
Entre los "congelados" se distinguía la mirada asustada de un niño. A su lado, la que parecía su madre, tenía los ojos cerrados, como si no quisiera ver lo que estaba pasando.
Brock estaba sin palabras... Había tenido mucha suerte... Afortunadamente, el cristal no le había alcanzado. Sí, había sido pisoteado sin piedad, pero al menos no estaba preso en aquella extraña sustancia, material o lo que diablos fuera aquello. Lo único que deseaba en esos momentos era salir de aquella extraña prisión de cristal, encontrar a sus amigos y volver a la normalidad. Todo aquello no debería estar pasando...
Oyó unos ruidos... Al parecer, Geodude se aproximaba a Brock dando pequeños saltos sobre el cristalizado suelo, desprendiendo pequeñísimas partículas de cristal a cada salto. Parecía nervioso...
BROCK: (apartando la vista de las personas "congeladas") Mira, Geodude... Esto es espantoso...
Pero Geodude no parecía muy dispuesto a mirar. Había algo dentro de su rocosa cabeza que no le dejaba mirar en otra dirección. Había visto algo...
BROCK: ¿Pasa algo, Geodude?
Una helada brisa movió sus erizados cabellos marrones. Parecía venir de todas direcciones, de ninguna parte... Esa brisa traía consigo unas palabras... Unas palabras que llegaron a los oídos de un cada vez más confuso Brock. Parecía la voz de alguien que sufría... Alguien que pedía socorro...
A Brock se le paralizó el corazón durante unos instantes. Las palabras lo rodeaban, mientras la brisa le congelaba los músculos... Sentía el dolor de la persona que emitía todo aquello... Era una voz suave, triste, melancólica... y femenina...
Brock, como hipnotizado, comenzó a caminar hacia la dirección de donde provenía aquel huidizo lamento... Geodude, viendo que su entrenador no parecía hacerle ningún caso, se colocó en su camino. Brock, como si estuviera ciego, tropezó con él y cayó dolorosamente al suelo...
BROCK: ¡AY! ¿Por qué has hecho eso, Geodude?
Geodude miró a su entrenador con cara enfadada... Brock, molesto, sacó su Pokéball e hizo volver al enfadado Pokémon.
BROCK: Lo que hay que aguantar algunas veces...
Volvió a oír aquella suave voz... Ahora parecía más cercana...
BROCK: Yo te ayudaré, quienquiera que seas. Aguanta.
Brock, llevado por sus instintos, comenzó a correr. Mientras recorría los pasillos no dejaba de ver gente "congelada": niños, niñas, padres, jóvenes y no tan jóvenes... incluida alguna que otra bella muchacha. Pero a pesar de todo, él continuó corriendo... Sabía que, fuera donde fuera, una chica estaba en apuros. Si había alguna esperanza de salvar a alguien allí dentro, siempre era de agrado encontrarse a alguien a quien ayudar... ¡Y más aún si era una chica preciosa!
A Brock le dolían los huesos a cada paso, pero el simple hecho de escuchar aquella voz le daba fuerzas. Tenía que encontrar a aquella dama en apuros y ayudarla... Brock había nacido para eso, y después de haberse leído cientos y cientos de cuentos de hadas al fin había llegado su oportunidad...
VOZ: Ayúdame... Por favor...
Brock se detuvo. Ahora la voz estaba muy cerca... Miró a su izquierda, y vio a una bella chica, de aproximadamente su misma edad, que estaba tirada en el suelo, con las piernas aprisionadas bajo una gruesa capa de aquel extraño cristal...
Brock, como era de esperar, corrió desesperado hacia ella y comenzó a hacer uso de las fuerzas que le quedaban para levantar aquello... Pero pesaba demasiado...
Impotente, se arrodillo frente a la muchacha y la obligó a abrir los ojos. La muchacha abrió sus ojos azules, y miró a Brock... Sonrió débilmente...
BROCK: (nervioso y colorado) ¿Estás bien?
SAPHIRE: Gracias por venir a ayudarme... Me llamo Saphire... Pero creo que no estoy bien... Me duelen las piernas y no puedo moverme.
Brock observó más detenidamente a la chica. ¿No había sido ella la que había sido lanzada a través del Estadio hace ya unas horas? ¿Cómo podría seguir viva?
BROCK: Ya lo sé. Tienes un bloque de cristal aprisionándote las piernas...
Brock estaba muy nervioso. Aquellos ojos lo miraban, como pidiendo ayuda... Quería ayudarla, pero Brock estaba como paralizado: jamás creería que pudiera tener miedo de una chica...
BROCK: ¿Por qué me estás mirando así, Saphire? ¿Por qué tanta... tristeza?
SAPHIRE: No pienso responder a tu pregunta... No hasta que no sepa tu nombre y muestres algún ánimo de querer ayudarme...
BROCK: Pues claro que quiero ayudarte... ¿Por qué piensas eso?
SAPHIRE: No quieres ayudarme... Nadie ha querido ayudarme en mi vida y tú no vas a ser el primero, quienquiera que seas...
BROCK: Me llamo Brock... ¿Satisfecha?
SAPHIRE: No del todo...
Brock estaba un tanto confuso. En cualquier otra situación estaría haciendo todo lo posible por rescatar a una chica en apuros, pero aquella era una situación muy extraña...
BROCK: Verás, Saphire... Yo te ayudaría encantado, por supuesto... Pero esto pesa demasiado...
SAPHIRE: ¿Conoces a tu amiga Misty?
Brock se quedó extrañado, por un momento.
BROCK: Sí... Claro que la conozco.
SAPHIRE: Ella ha estado soportando un peso mil veces mayor al de este bloque de cristal... Ha estado un año separada de lo que más quería en el mundo: sus amigos. Ella cree que ya no os importa, que ha perdido el tiempo regresando a buscaros... Ahora está atrapada por un ser casi imparable, del que sé menos de lo que yo me imaginaba... Puede estar sufriendo, puede estar triste... ¿Y tú me dices que esto pesa mucho? ¡Tú no sabes lo que es un verdadero lastre, Brock! ¡Tú no sabes lo que significa ser acosado por Eidan Nobody!
Brock se quedó pensativo. Algunas cosas comenzaban a encajar para él...
BROCK: ¿Misty? ¿Eso es lo que la está pasando? Lo primero lo comprendo, Saphire... Lo de ese tal Eidan ya no lo tengo tan claro... Siento decírtelo. Pero tienes razón... ¡Te sacaré de ahí como me llaman SuperBrock, el sueño prohibido de las chicas!
Saphire, al oir eso, pensó que habría sido mejor que el bloque de cristal le hubiera caído en la cabeza en vez de en las piernas...
BROCK: ("gota") **Creo que no debería haber dicho eso...**
Brock sacó dos Pokéballs y ordenó salir a sus Pokémon. Crobat y Geodude aparecieron...
BROCK: Ayudadme, chicos. Tenemos que sacar a esta preciosidad de ahí...
Los dos Pokémon asintieron y entre los tres intentaron levantar el pesado cristal. Tras unos cuantos intentos, al fin consiguieron liberar las atrapadas piernas de Saphire. Tenía parte de los pantalones desgarrados...
BROCK: ¡Uf! Es peor de lo que me imaginaba...
SAPHIRE: ¿Pasa algo, Brock?
BROCK: No, tranquila. Sólo es un pequeño rasguño. Enseguida te soluciono esto...
Brock se llevó la mano a la espalda, buscando su siempre socorrida mochila, en busca del botiquín. Pero había un pequeño problema: había dejado la mochila en el Centro Pokémon...
BROCK: **¡Mierda!**
Brock, viendo aquella ocasión perdida de quedar ante Saphire como un héroe, comenzó a ponerse nervioso...
BROCK: Me temo que esto no va a ser tan fácil...
SAPHIRE: (suspiro) No importa, Brock. Ya intentaré mantenerme de pie... No creo que sea tan grave...
Saphire, ante los preocupados ojos de Brock, intentó levantarse, pero el dolor que la provocaba la herida de la pierna derecha la hizo caer de nuevo al suelo...
BROCK: ¡Saphire!
SAPHIRE: ¡Ay! Creo que sí es grave, Brock...
Saphire vio como Brock hacía volver a sus Pokémon y se arrodillaba frente a ella. Brock parecía preocupado...
BROCK: No te preocupes. Yo te llevaré sobre la espalda, hasta que encontremos un sitio donde puedas descansar...
Saphire mostraba una extraña expresión en su rostro. No quería aceptar el hecho de que aquel chico quisiera ayudarla...
SAPHIRE: Gra... Gracias, Brock. Pero, ¿no crees que sería demasiada molestia por tu parte?
BROCK: ¡Bah! No te preocupes por mí. Mi entrenamiento con los Pokémon tipo roca me ha hecho bastante fornido, aunque no sea yo quien deba decirlo.
SAPHIRE: Ya será para menos, Bro...
Antes de que ella terminara la frase, vio como Brock se daba la vuelta y la invitaba a subir sobre su espalda...
BROCK: ¿Subes?
Saphire se tragó sus palabras... Tras unos segundos pensativa, subió a sus espaldas. Brock, por muy macho que se creyera, hizo una pequeña muestra de sufrimiento al notar el peso de Saphire sobre él...
BROCK: (colorado) ¿Estás cómoda?
SAPHIRE: (colorada) Más o menos, Brock... ¡Y ten cuidado donde pones las manos!
BROCK: ("gota") ¡Aaaaaah! ¡Perdón!
Brock, lentamente, comenzó a caminar, con Saphire a sus espaldas. Tenía que encontrar algún lugar seguro, o incluso la salida. Necesitaba encontrar a Ash y Haruka... Había que encontrar algo, cualquier cosa. Pero allí no había nada, salvo infinitos pasillos de cristal por todas partes...
Brock notó como Saphire dormía, con la cabeza apoyada sobre su hombro. Brock se estaba poniendo demasiado nervioso... Aquello era demasiado bonito para ser verdad...
BROCK: **¿Por qué tendrá que pasar esto en este espantoso lugar? ¿Por qué no habrá podido pasar en otro sitio más idílico? ¿Por qué? Aunque tampoco puedo quejarme...**
Brock prosiguió con su penoso caminar. Aquel camino no parecía llevar a ninguna parte...
**************
Exterior del Estadio... Una gran cantidad de gente congestionaba las calles próximas al edificio. Había personas chillando, corriendo... muchos lloraban. Era una imagen indescriptible... ¿Quién podría imaginarse que aquello podría pasar?
La agente Jenny, junto con dos de sus hombres, bloqueaban la única entrada al estadio que no había sido bloqueada por el cristal. No podían permitir que nadie entrara allá dentro. Tenían que impedirlo a toda costa...
JENNY: Lo siento muchísimo. Nadie puede entrar al Estadio...
HOMBRE: ¡Tiene que dejarme entrar! ¡Mi esposa y mis dos hijos están ahí dentro!
JENNY: Lo siento mucho, caballero. Pero las órdenes son las órdenes...
MUJER: ¿Qué está pasando, agente? ¿No hay nadie capaz de explicar esto?
JENNY: Por favor. Mantengan la calma. Les aseguro que todo saldrá bien...
Esto último lo dijo no muy convencida... Miró a su alrededor, sintiendo aquellas miradas de preocupación e impotencia clavándose en ella. Sabía que toda aquella gente quería respuestas, las cuales no podía dar en esos momentos. Todo había pasado muy rápido...
De repente, un rugido de motor se oyó a lo lejos. Un coche todoterreno bajaba a toda velocidad por una de las calles, en dirección al Estadio. La multitud, al ver que el coche se les venía encima, comenzó a huir despavorida hacia las aceras. El coche pasó a toda velocidad ante ellos, hizo un derrape y acabó deteniéndose frente a una farola... Del capó del coche comenzó a salir un humo blanco... Había roto el radiador...
JOY: (saliendo por la puerta) Bueno, ya hemos llegado... ¿Te ha gustado el viaje, George?
George se había quedado dentro del coche. Estaba temblando. En sus manos llevaba a Togepi, con cara de estar muy mareado.
GEORGE: (temblando) Sí... Joy... El... viajecito... ha... sido... muy... divertido... enfermera... Joy... Pero... la... próxima... vez... ¿PODRÍAS USAR LOS FRENOS MÁS DE VEZ EN CUANDO? ¡PA' HABERNOS MATAO!
JOY: No me seas exagerado, George. ¿Es que no te gusta tener una aventura de vez en cuando?
George salió del abollado coche, con Togepi en sus brazos. Vio como la gente los miraba, como si hubieran visto un fantasma...
Uno de los guardias se acercó a la agente Jenny y la dijo algo al oído...
GUARDIA 1: ¿Esa no es la enfermera Joy, agente Jenny?
JENNY: ("gota") Sí... ¿Pero por qué irá vestida así?
GUARDÍA 2: Me se de alguien que va a tener que llamar a la grúa... Ha aparcado en mal sitio...
Jenny y el otro guardia miraron a su compañero, al darse cuenta de la estupidez que acababa de decir.
Joy comenzó a avanzar hacia los policías, mientras la gente se apartaba a su paso. George, un tanto inseguro, iba tras ella.
JOY: Buenas tardes, agente. ¿Cómo está el patio? ¿Han averiguado algo?
JENNY: ("gota") Pe... Pero... ¿Joy?
JOY: Agente Secreto Joanna Nursery, número 006HJ78 barra PKMNCNTR... Para ser exactos...
Los tres policías cayeron al suelo al estilo ANIME, incapaces de creer aquello...
GEORGE: ("gota") **Creo que definitivamente se ha vuelto loca.**
TOGEPI: ("gota") Togiiii...
La agente Jenny, una vez recuperada, se levantó y encaró a la ¿enfermera? Joy...
JENNY: Supongo que esto será una broma. Jamás he oído hablar de ninguna Joanna Nursery.
JOY: ¿No será por el hecho de que soy un agente "SECRETO", mi querida Jenny?
GUARDIA 2: En eso tiene razón...
JENNY: (suspiro) ¿Y a ti quién te ha preguntado?
GUARDIA 2: Lo siento...
Joy, mientras los dos agentes discutían, se dispuso a traspasar el cordón policial...
JENNY: ¡Un momento! ¿A dónde te crees que vas, Joy?
JOY: Voy a entrar ahí dentro...
JENNY: ¡Debes de estar loca si crees que vas a entrar ahí dentro!
JOY: ¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú?
La agente Jenny comenzó a impacientarse. Aquello ya se estaba pasando de la raya.
JENNY: Te estás pasando, Joy. Y como sigas así, no voy a tener más remedio que arrestarte...
JOY: ¿Arrestarme? ¿A mí? ¿A Joanna Nursery?
GEORGE: (poniendo una mano sobre su hombro) ¿No crees que ya ha durado demasiado la broma, Joy?
La gente no podía creer lo que estaba presenciando. Aquello era incomprensible...
JENNY: Joy... No me hagas hacer algo de lo que me arrepienta. Siempre he tenido mucho respeto hacia toda tu familia, pero... Tú me estás haciendo perder la paciencia...
JOY: ¿En serio? ¡La culpa la tienes tú! ¡Te he dicho amablemente que quería pasar y tú no me has dejado pasar!
JENNY: (furiosa) ¿Significa para tí algo este cordón policial, Joanna Nursery o cual sea tu estúpido nombre?
JOY: (furiosa) ¿Quieres que cuente la fortuna que habéis recaudado toda tu familia gracias a los sobornos del Team Rocket? ¡Sois unos corruptos!
La agente Jenny se tapó la cara de vergüenza. George, viendo la que se venía encima, hizo un último intento de llevarse a la enfermera Joy de allí, aunque fue en vano...
JOY: ¿Qué pasa, agente Jenny? ¿Te molesta que diga eso?
JENNY: ¡Arrestad a esa loca, antes de que yo misma la estrangule!
Los dos guardias, obedientes, agarraron a Joy de los brazos y se la intentaron llevar...
JENNY: (intentando tranquilizarse) Apartarla de mi vista... Creo que hoy ya he visto suficiente...
JOY: ¡Soltadme, idiotas! ¡Os recuerdo que soy la Agente Secreto Joanna Nursery! ¡Soltadme ahora mismo!
GUARDIA 1: Sí, claro. Y yo soy Romeo...
GUARDIA 2: Y yo su amada Julieta...
Joy, con un rápido movimiento, logró librarse de sus apresores y se apartó de ellos con una voltereta hacia atrás...
GUARDIA 1: Pero... ¿Cómo ha hecho eso?
GUARDIA 2: ¿Está permitido hacer eso?
Sin darles tiempo a reaccionar, Joy propinó una tremenda patada en el estomago al primer guardia, dejándole casi sin respiración. Después dio una vuelta en el aire y propino una segunda patada en el costado del guardia, dejándolo inconsciente en el suelo. El segundo guardia, sin pensárselo dos veces, se abalanzó sobre ella, pero tampoco salió muy bien parado. Joy lo agarró de uno de sus brazos y comenzó a darle vueltas alrededor suyo, para después lanzarlo hacia una pared...
La agente Jenny, viendo todo aquello, comenzó a desenfundar su arma, pero no la dio tiempo... Sintió un pequeño pinchazo en su hombro izquierdo... Miró hacía delante y vio a Joy, apuntándola con una de sus pistolas de dardos... Confusa, Jenny se miró el hombro y vio una pequeña aguja clavada. Comenzó a sentir mucho sueño...
JENNY: ¡Será hija de... ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ!
Y cayó al suelo, completamente KO. George estaba aterrorizado. ¿Era esa la enfermera Joy que conocía? ¿Se habría perdido algo en todos estos años de amistad? ¿Realmente había perdido la cabeza? Detrás suyo oía las voces nerviosas de la gente, mientras algunos se frotaban los ojos ante aquello...
JOY: No quería hacerlo, pero no he tenido más remedio...
Joy miró hacia arriba, a lo alto de la torre. Llegaba casi hasta las negras nubes de tormenta que se estaban formando, arriba en el cielo. Fuera lo que fuera todo aquello, no parecía presagiar nada bueno...
JOY: Bueno, cosa rosa... Ha llegado la hora de acabar contigo... ¡GEORGE!
George había comenzado a alejarse de puntillas, pero para su desgracia Joy lo había visto...
JOY: ¡George! ¿No me digas que me vas a abandonar ahora? ¡Ven aquí ahora mismo!
George, no muy convencido, se dio la vuelta, no sin antes santiguarse unas cuántas veces...
GEORGE: (santiguándose) **Perdónala, Dios. No sabe lo que hace.**
Joy sonrío, mientras veía al pobre George acercándose, con el triste Togepi en sus brazos. Juntos entraron al Estadio, mientras la gente los miraba, aún sorprendidos por lo que había pasado...
Lo último que se oyó fue el lastimero chirrido de Togepi. Sentía a Misty muy cerca...
CONTINUARÁ...
