CAPITULO 3  - VISITAS INESPERADAS

(Pero muy bien recibidas)

Los padres de Hermione, los Granger, estaban en la puerta del salon, cada uno de ellos llevando una bandeja envuelta como regalo. Detras de ellos, Ron y Hermione, tambien cada uno de ellos con un regalo en la mano,  miraban alegremente a Harry. Por su parte, la tia Petunia, apoyada en la pared, blanca como una sábana, miraba a Ron con terror absoluto. Harry comprendio subitamente por que; el año anterior el padre, los hermanos gemelos y el propio Ron habian ido a buscarlo para llevarle a los mundiales de Quidditch, y el resultado de su corta visita habia sido destrozar el salon, y que los gemelos hicieran que la lengua de Dudley le creciera tanto que no le cupiera dentro de la boca hasta que el senor Weasley consiguio volver a ponersela en su estado normal.

Durante algunos segundos todos se quedaron mirandose fijamente, sin que nadie dijera nada. Despues, tanto Hermione como Ron repitieron a la vez: "¡Harry, feliz cumpleanos! ¡Sorpresa!". Ron, muy alto, pelirrojo y con más pecas de lo habitual, golpeo afectuosamente la espalda de Harry. Hermione, con su espeso pelo castaño, dio un beso a Harry en la mejilla y  puso un paquete terriblemente pesado en sus brazos. Harry, a todo esto, seguia sin habla, emocionado, y sintiendo lo poco que pegaban sus amigos de Hogwarts en el ambiente de Privet Drive. Finalmente fue el senor Granger el que rompio el hielo:

-¿Senora Dursey? Creo que sera mejor que pasemos al salon, ya que los demas participantes de la Junta no tardaran en llegar - Se volvio un momento hacia la Harry - Hola Harry, me alegro de verte. Feliz cumpleaños.

- Gracias, senor Granger

- Chicos, - dijo la senora Granger - casi sera mejor va a ser que vosotros subais a la habitacion de Harry mientras dura la reunion. Espero que no se alargue mucho.

Tia Petunia miro a los Granger como sino pudiera creer lo que oia. Harry lo comprendio de golpe: Los Granger eran miembros de la Junta de Comunidades. Por eso traian bandejas con comida: la tradicion era que cada familia traia un plato diferente y los demas comian el plato mientras oian las mejoras que habia habido en ese vecindario en cuestion. En aquel momento sono la puerta. Dado que su tia no parecia estar en condiciones de andar, Harry decidio ir a abrir, cargado con sus regalos de cumpleaños. Más gente entro en la casa, todos con una bandeja de comida. Tia Petunia parecio recobrarse un poco, y empezo a hablar con el resto de visitantes, aunque seguia mirando a Ron con terror, y a los Granger con una expresion en la que se mezclaba sospecha y furia. Sin embargo, no se atrevio a decir nada delante de los demas miembros de la Junta y todos pasaron al salon.

Harry dirigio una mirada a sus amigos, que le acompanaron otra vez escaleras arriba, hasta su habitacion. Una vez que entraron y cerraron la puerta, Harry no pudo evitar echarse a reir. Ron y Hermione se unieron en la risa, aunque ninguno sabia realmente porque se estaba riendo.

- ¡Chicos, como me alegro de veros! ¿Pero como demonios habias hecho para venir aqui? - dijo Harry, sentandose con las piernas cruzadas en su cama.

- Bueno -Hermione, se sento en una silla, con una sonrisa picara- me entere ese ano por casualidad de que la reunion de Comunidades era en casa de tus tios. La verdad es que mis padres no querian acudir, ya que lo consideran un autentico engorro, pero al final consegui convencerles. Asi que escribi a Ron para que se viniera con nosotros y asi pudieramos por una vez darte en persona tu regalo de cumpleaños.

- Pues lo habeis conseguido. ¡La  sorpresa ha sido mas que sonada! Menuda cara ha puesto mi tia - la sonrisa de Harry se hizo tan maliciosa como la de Hermione

- ¿Donde esta tu primo, Harry? - pregunto Ron

- Se ha ido con mi tio a Londres a comprar unas cosas. No se cuando volveran, pero espero que tarden mucho...

- No deberias hablar asi, Harry - dijo Hermione en tono de desaprobacion - ¡Venga, abre los regalos!

El regalo de Hermione era un pergamino del tamaño de un poster que habia comprado en un anticuario mágico y que mostraba un enorme dibujo de Hogwarts. El de Ron era un bote lleno de tinta con una etiqueta que ponia: "Bote de tinta mágica que se hace invisible cuando menos conviene y despues se hace visible en el momento mas inoportuno".

- ¿De donde has conseguido esto, Ron? - pregunto Harry, interesado, moviendo la tinta de forma que empezo a brillar de color azul y rojo

- De mis hermanos, ¿de quien sino? -contesto Ron, sonriendo- estan fabricando cantidad de cosas nuevas este verano, ya veras  - los hermanos gemelos de Ron iban a empezar el septimo y ultimo curso de Hogwarts, tenian la idea de montar un tienda de trucos magicos despues. Por eso, se pasaban el dia (a parte de haciendo todas las trastadas y travesuras posibles) inventando cada cosa mas rara, como el caramelo que habia hecho que el año anterior la lengua de Dudley superara cualquier record Guinnes.

- ¿Como te ha ido el verano, Harry? - pregunto Hermione, repentinamente seria, a la vez que dirigia una mirada rápida a la ventana, como si por un momento temiera que alguien entrara por ella -  ¿Has tenido noticias de Sirius o de Dumbledore?

- He recibido un par de cartas de Sirius. De Dumbledore no se nada desde que dejamos la escuela. ¿No sabrás tu algo, Ron? - la madre de Ron habia pedido permiso a Dumbledore, el director de Hogwarts, para que Harry se quedara en casa de los Weasley durante el verano. Sin embargo Dumbledore, al que casi todo el mundo magico consideraba el mago vivo mas poderoso, habia considerado preferible que Harry se quedara con sus parientes muggles.

- Mama le volvio a escribir para ver cuando podias venir a nuestra casa - Ron estaba fascinado con los libros que Dudley guardaba en la habitacion de Harry, ya que jamas se tomaba la molestia de leer. Como las fotos en el mundo magico solian moverse, el hecho de que las fotos en los libros muggles fueran estáticas, llamaba a Ron muchisimo la atencion - Dumbledore contesto que nos mandaria una lechuza en cuanto fuera posible. Oye Harry - Ron dejo de prestar atencion a los libros, mirando fijamente a Harry - ¿has tenido algun problema... ya sabes, en la cicatriz.. desde...?

- No - dijo Harry rapidamente. Y era verdad. La cicatriz en forma de rayo que le atravesaba la frente no le habia dado ningun problema desde el final del curso anterior  - ¿Pero no creeis que es un poco raro? Ahora que Voldemort ha recuperado su cuerpo... habra empezado a intentar recuperar el poder... y seguramente no se detendra en matar a los que se pongan en su camino - al decir estas ultimas palabras Harry no pudo evitar temblar un poco, a pesar de que no era la primera vez que pensaba en todo esto.

La cicatriz de Harry era un elemento completamente anormal, incluso en el ya poco normal mundo de los magos. Harry la habia tenido desde hacia catorce años, desde la noche de Halloween en que sus padres habian muerto. Los Dursey habian mentido a Harry durante años, contandole que sus padres habian muerto en un accidente de coche, cuando en realidad James y Lily Potter habian sido asesinados por uno de los más tenebrosos magos que nunca habian existido: Lord Voldemort. Voldemort habia acudido hacia catorce años a la casa del matrimonio Potter, matando primero a James Potter antes de ir hacia donde estaba Harry. Sin embargo, Lily Potter se habia negado a dejar de escudar a su hijo, asi que Voldemort la habia matado a ella tambien. Pero cuando Voldemort habia dirigido su varita contra Harry y efectuado la terrible maldicion asesina Avada Kedavra, maldicion que se creia inbloqueable... el rayo de luz verde habia rebotado  contra el,  haciendo que perdiera su cuerpo y sus poderes. Medio muerto, Voldemort habia huido, haciendo que gran parte de la comunidad magica, que durante años habia estado aterrorizada por su maldad, respirara de nuevo. Harry, sin saberlo, se habia hecho famoso en todo el mundo mágico, asi como la cicatriz en forma de rayo que la maldicion de Voldemort le habia dejado en la frente, cicatriz que parecia haber creado una especie de vinculo entre Voldemort y Harry, muy a pesar de este ultimo. Desde que, a los once años, habia ido a Hogwarts, cada vez que Harry habia tenido a Voldemort cerca, o cuando Voldemort se habia sentido especialmente furioso, la cicatriz empezaba a dolerle de forma que parecia que toda su cabeza iba a explotar.

El vinculo entre Harry y Voldemort se habia hecho más fuerte desde hacia un poco mas de un mes, cuando, tras permanecer catorce anos escondido, Voldemort habia conseguido recuperar su cuerpo y sus poderes. Para ello habia utilizado una pocion de Magia Negra, pocion en la que un ingrediente fundamental era la sangre de un enemigo. Y Voldemort habia empleado la sangre de Harry, tras conseguir que Harry ganara el año anterior  el Trofeo de los Tres Campeones en Hogwarts, y tocara el Caliz de Fuego, convertido en un traslador que le llevo directo a las manos de Voldemort. Con la sangre de Harry, ademas, la proteccion mágica que Lily Potter habia dejado en su hijo tambien se transferia a Voldemort. Pero eso no habia sido todo. Harry habia ganado el Trofeo junto con otro chico de Hogwarts, Cedric Diggory. Ambos habian tocado el traslador al mismo tiempo, y Voldemort habia matado sin contemplaciones a Cedric antes de apresar a Harry. Desde entonces a Harry le habia sido dificil evitar una terrible sensacion de culpabilidad y vacio cada vez que pensaba en ello, ya que habia sido el quien le habia propuesto a Cedric coger juntos el Caliz de Fuego y compartir la victoria.

Tras recuperar su cuerpo, Voldemort habia obligado a Harry a batirse en duelo con el, como diversion para sus seguidores, los llamados mortifagos. Contra todo pronostico, Harry habia conseguido escapar con vida otra vez de Voldemort y de los mortifagos, y regresar a Hogwarts donde habia puesto en guardia a Dumbledore, del que se decia que era la unica persona a la que Voldemort realmente habia temido. Sin embargo, no toda la comunidad mágica parecia dispuesta a aceptar que Lord Voldemort habia regresado. El poder de Voldemort durante once anos habia sido tal, que todos los magos y brujas que se le habian enfrentado habian muerto, hasta la noche en que Voldemort mato a los padres de Harry. Muchos se negaban a que el Senor Tenebroso, como tambien le llamaban, podia haber vuelto a recuperar sus poderes, y entre los incredulos estaba el propio Ministro de magia,  Cornelius Fudge.

- Si la cicatriz no te ha dolido, eso es buen sintoma, ¿no? -dijo Hermione en tono tranquilizador, aunque no se la veia muy convencida

- Si, eso quiere decir que Ya-sabes-quien no puede estar siendo más fuerte, ¿verdad? -dijo Ron, aunque se le veia nervioso. Harry sabia que sus amigos querian tranquilizarle a el, mas que a ellos mismos -Asi que Harry no tienes que preocuparte, estas seguro...

-Cuando Voldemort recupero su cuerpo -Harry ignoro el temblor de Ron, el cual, como casi todos en el mundo magico, evitaban decir el nombre de Voldemort- dijo que Dumbledore se habia ocupado de que estaria seguro mientras estuviera al cuidado de mis tios. Que habia invocado magia muy antigua, o algo asi. - Harry penso amargamente que vivir con sus parientes muggles era realmente un precio muy alto a cambio de estar a salvo de Voldemort - ¿Como le han ido las cosas en el Ministerio a tu padre?

- Lo esta teniendo bastante dificil  - contesto Ron - Malfoy esta interfiriendo, pero esta consiguiendo que algunos magos y brujas vuelvan a Inglaterra desde el extranjero ahora que Ya-sabes-quien ha vuelto - Harry se dio cuenta, tras escuchar a Ron, que la idea de que Voldemort volviera no le resultaba ya tan amenazante como antes, que, a pesar de que todavia le resultaba doloroso pensar en Cedric, ya podia razonar con claridad desde que Voldemort habia recuperado su cuerpo.

- ¡Ey, no te he dado tu tarta de cumpleaños! - dijo Hermione saltando repentinamente de la silla - La llevaba mi madre, casi sera mejor que vayamos a por ella.

- Mama te mandara esta noche la tarta via lechuza - informo Ron - ¿Tu primo sigue haciendo regimen, Harry? - pregunto, mientras salian del cuarto y bajaban las escaleras. Harry volvio a tener la extraña sensacion de que Ron y Hermione no deberian estar alli, que no pegaban con el ambiente de la casa.

- Si, aunque mi tia lo ha relajado un poco. Ya podemos comer mas cosas, a parte de fruta todo el dia - De repente se escucho un golpe en la puerta y Harry oyo la voz del tio Vernon hablando con Dudley - Mi tio y mi primo acaban de llegar - dijo - Sera mejor que esperemos a que entren en el salon, asi no pondrán el grito en el cielo al verte, Ron.

-Me he traido algunos de los caramelos Crece-Lenguas de Fred y George - dijo Ron, con una mirada maliciosa - Y tambien alguna que otra cosa mas....

- ¡Ron! No puedes utilizarlos y menos con un muggle. Como el Ministerio se entere puedes verte metido en un buen problema - dijo Hermione, muy seria

- Solo los tengo para casos de emergencia, Hermione. Nunca sabes cuando pueden venir bien...

Harry hecho un vistazo a la escalera. El tio Vernon y Dudley ya habian entrado en el salon, asi que podian arriesgarse a ir a por su pastel: el tio Vernon no se atreveria a hacer un escándalo con todos los miembros de la Junta de Comunidades alrededor. Harry hizo una senal a sus amigos, y echando un vistazo a traves de la puerta acristalada, entraron en el salon.

El ambiente estaba animado. Todos los miembros estaban de pie, en pequenos circulos, hablando unos con otros, incluidos los Granger, que charlaban animadamente con una mujer joven, de pelo negro largisimo, mientras comian un poco de pastel. Tia Petunia, por su parte, estaba hablando en voz baja y muy rápidamente con su marido, a la vez que apuntaba con la barbilla a los Granger. La expresion del tio Vernon pasaba del morado al rojo, y del rojo al verdoso, pero, tal como habia previsto Harry, no se atrevio a decir nada con toda la gente que habia alrededor.  Dudley estaba aprovechando que sus padres no le estaban prestando ninguna atencion para coger trozos de pastel y meterselos en la boca lo mas rapidamente que podia. Harry observo como su primo, que aunque seguia muy gordo habia perdido algunos kilos durante el ultimo curso, se metia toda la comida posible en la boca y se la tragaba sin masticar siquiera. La Copa de Comunidades estaba en una de las repisas superiores de la chimenea. Era una copa hermosamente labrada, hecha de plata con los bordes dorados. Harry ya habia pensado en alguna ocasion que era una pena que algun orfebre perdiera el tiempo haciendo un objeto hermoso para un proposito tan amanado.

Harry, Ron y Hermione fueron hacia los Granger. La senora Granger les dirigio una sonrisa y dijo, señalando hacia la unica bandeja que habia sin desembolver en la mesa:

- Toma Harry, aqui tienes tu tarta. No nos dimos cuenta de que no te la habiamos dado.

- Espero que no te importe que no tenga azucar, Harry - comento el senor Granger, con un guiño. Harry sonrio.

- Para nada. Muchas gracias, senores Granger.

El tio Vernon estaba mirando furiosamente a Ron, y a Harry le entro autentico pánico de que hiciera alguna barbaridad. Asi que cogio su tarta, mientras Dudley le miraba con furia, y se marcho a la cocina con Ron y Hermione para coger platos para servirse.

-Hola Harry, ¿que tal estas? - dijo una voz familiar . Tras dejar la tarta en la mesa Harry vio que en la puerta de la cocina estaba la señora Figg, una anciana vecina que solia cuidarle cuando los Dursey se iban de veraneo o hacian alguna excursion. La ropa de la senora Figg tenia pelos de gato, animal que le apasionaba.

-Bien gracias, ¿y usted? - respondio Harry

- Un poco cansada, para que te lo voy a negar. Creo que llego un poco tarde a la Junta... espero que tu tia lo haya organizado todo bien... La verdad es que no tengo tiempo para nada. Tengo cinco gatos a los que cuidar, y a mi edad ya no me puedo mover tan rapido como vosotros, jovenes - dijo sonriendo a Hermione y a Ron. La senora Figg andaba con un baston, y parecia tener dificultades para cargar con una pequeña bandeja. Hermione se apresuro a ayudarla.

- Gracias, muchacha, eres un encanto

- Yo tambien tengo un gato - comento Hermione, con una sonrisa.

-Y seguro que son tus padres los que se encargan de cuidarlo, ¿a que si? - dijo la senora Figg, mientras hacia algo que se parecia muchisimo a un guiño

Pero antes de que Hermione pudiera responder se oyo en el salon algo que sono terriblemente parecido a una explosion. Tras dos segundos de un silencio sepulcral, el salon se lleno de gritos. Hermione y Ron, mirandose, y sin decir una sola palabra, e ignorando por completo a la señora Figg,  sacaron rapidamente sus varitas. A Harry le hubiera gustado hacer lo propio, pero tenia la suya en el piso de arriba.

-¿Que pasa? - dijo Hermione, asustada, mientras los tres se acercaban cautelosamente a la puerta del salon, que estaba cerrada. La  puerta era vidriosa en la parte superior, asi que pudieron ver dos sombras que querian abrirla desde dentro, pero la puerta, que tanto Harry como Ron y Hermione habian cruzado sin problemas un momento antes, permanecia cerrada. De repente se vieron varios rayos de luz roja, y una de las sombras de la puerta cayo como fulminada. Hermione dio un grito, mientras Ron se ponia completamente blanco.

-¡Mama! ¡Papa! ¿Estais bien? - grito Hermione, moviendose muy lentamente hacia la puerta, con la varita en ristre.

Otro rayo de luz roja y la segunda sombra quedo fulminada. Harry se dio cuenta que este rayo habia atravesado la puerta del salon y que por lo tanto habia venido desde detras de el, y dándose la vuelta, vio a la senora Figg, que se acercaba a la puerta tambien con una varita.

- Atras, muchachos - dijo con una voz cortante que Harry jamas habia oido. Habia tirado su baston y se acercaba con paso seguro a la puerta.

Ron, Hermione y Harry se miraron mutuamente, y retrocedieron. La señora Figg dijo: "Alohomora" y entro en  el salon.

(CONTINUARA....)