CAPITULO 5  - LOS ANILLOS DE SALOMON

Ni Harry ni Ron ni Hermione dijeron una palabra hasta que llegaron al cuarto de Harry. Hermione se dejo caer en una silla, completamente palida y Ron se sento en la cama de Harry. Harry no tuvo tiempo para decir nada, pues en aquel momento una lechuza entro por la ventana. Harry se asusto por un momento... el ya habia tenido problemas con el Ministerio de magia un verano por haber hecho magia fuera de los terrenos del colegio, cuando, siendo un mago menor de edad, no tenia permiso para hacerlo. Sin embargo, Harry se dio cuenta de que lo que estaba pensando era una estupidez, ya que no era posible de que el Ministerio de Magia pensara que habia sido el quien habia organizado todo el follon en el salon de los Dursey. Noto que la lechuza, de color pardo-rojizo, tenia  la insignia de Hogwarts, asi que debia ser la carta de la admision para el quinto curso. De repente aparecieron otras dos lechuzas, tambien con la insignia de Hogwart, posandose en la ventana de Harry.

- Chicos, creo que todos tenemos correo - dijo Harry,.... las primeras palabras que salian de su boca despues de todo lo que habia pasado abajo. Desde luego, penso Harry, no se podia decir que esta Junta de Comunidades hubiera sido aburrida. Aunque dudaba mucho que los Dursey volvieran a aceptar ser los anfitriones, o tan siquiera ir a alguna otra reunion... al menos mientras Harry estuviera viviendo bajo su techo.

Hermione y Ron se adelantaron, cogiendo sus respectivas cartas. Harry abrio la suya, que ponia:

"Estimado señor Potter:

    Por favor recuerde que el nuevo curso escolar en el colegio Hogwarts de Magia y Brujeria  empieza el primero de septiembre. El Expreso de Hogwarts sale ese dia  a las once en punto del anden nueve y tres cuartos, en King's Cross.

    Le recordamos que empieza el quinto curso en esta escuela, y que por tanto al finalizar tendran lugar los examenes TIMOS.

    La lista de los libros que necesita para el proximo año se adjunta en esta carta.

    Atentamente

    Profesora M. McGonagall

    Directora adjunta de Hogwarts"

La lista de libros ponia:

    * "Mas cerca que nunca: Tercer grado de adivinacion" de Apolo Clatwider

    * "Instrumentos y armas magicos. Manual de defensa y ataque" Anonimo. Compilacion por H.R Herstey

    * "Libro de hechizos. Grado 5" de Miranda Goshawk

    * "Preparacion de los examenes TIMOS. Areas y ejemplos"

    * "Criaturas presuntamente extintas" de Stanley McBrian

-¡¡Chicos, me han hecho  prefecta!! - grito Hermione, levantandose alegremente de la silla - Mirad - les mostro la carta - dice: "Por ser una de las alumnas mas aplicadas que ha pasado por Hogwarts en los ultimos años, es un placer comunicarle que ha sido designada una de los dos prefectos de Gryffindor durante este curso" - Hermione se puso a celebrarlo bailando por la habitacion

-¡Oh no! -murmuro Ron- ¿eso significa que habra que aguantarte que cosas? - Harry le dio un buen golpe en las costillas, pero afortunadamente en ese momento se abrio la puerta de la habitacion.  Harry pego un respingo, al igual que Ron y Hermione. Sacaron rapidamente sus varitas, pero se calmaron al ver que era la muchacha que les habia ayudado antes.

- ¡Tranquilos chicos, que no voy a atacaros! -dijo, sonriendo. Todos bajaron las varitas, pero no las soltaron

- ¿Eh... quien es usted?- pregunto Harry, adelantandose, con la carta de la escuela en la mano

- Llamarme Carla, sin mas, no me gusta que me llamen por el apellido - contesto la muchacha. Harry penso que no podia ser mas de cinco años mayor que el, unos veinte o veintiun anos como mucho. Era alta, de ojos negros y por lo que se veia, de sonrisa facil. A pesar de que  ahora su acento se notaba un poco mas, hablaba el ingles a la perfeccion  - Creo que te debo una explicacion, Harry, y a vosotros tambien, chicos, de porque la Junta de Comunidades ha tenido este final tan... peculiar -Harry no pudo evitar sonreir - a ver... por donde empiezo... ya se... bueno, antes de nada, ¿como os llamais vosotros? -pregunto, dirigiendose a Hermione y Ron.

- Ron Weasley y Hermione Granger - contesto Ron

- Ah si, ya he oido hablar de vosotros -Ron y Hermione la miraron con asombro- Muy simpaticos tus padres, por cierto, Hermione... - comento la muchacha apreciativamente - de los muggles mas agradables que he visto... y creeme que he visto muchos... en fin, donde estaba, asi, que por donde empiezo... a ver. ¿¡alguno de vosotros sabe algo de los Anillos anulares de Salomon?

Hermione levanto la mano instantaneamente, mientras Harry y Ron se la quedaban mirando.  Ron se echo a reir, mientras Hermione bajaba la mano, poniendose bastante roja y decia: "Si, son anillos que hacen que su portador pueda efectuar cualquier hechizo, sin importar los hechizos protectores que haya"

- Muy bien explicado - contesto Carla, y Harry tuvo la extraña impresion de que estaba en una clase, solo quedaba que diera puntos para Gryffindor - Harry - continuo- como creo que ya sabes, ya se tuvo bastante cuidado de que Voldemort... - Harry se quedo completamente asombrado al oir que la muchacha decia el nombre sin ningun problema, y por los gesto de Ron y Hermione, ellos tambien - no pudiera atacarte aqui. Pero teniamos que tener en cuenta los Anillos de Salomon, que hacian que cualquier mago medianamente cualificado pudiera atacarte y apuntarse un buen tanto. En mi opinion, los mas peligrosos son los mortifagos que escaparon de Azkaban - parecia meditarlo un momento - porque entregarte a Voldemort haria que este olvidara cuando le abandonaron y traicionaron. Hoy era un dia especialmente delicado, con todos los muggles aqui, por eso me he unido a la reunion yo tambien.

- No lo entiendo -dijo Ron- usted ha podido hacer hechizos aturdidores, ¿no se supone que si hay un hechizo protector en algun lugar nadie puede hacer magia?

-Hay muchos tipos de hechizos de proteccion, Ron - explico Carla - El que hay en concreto en esta casa solo afecta a Harry y a su familia. Es decir, los dos magos que al principio entraron en el salon no podian haber atacado a Harry o a los Dursey, pero si a cualquier otra persona. Seguramente atacaron este dia por todos los muggles que venian hoy.

- Pero el peligro ya esta conjurado, ¿no? - dijo Hermione, aunque con voz un poco debil - ¡Ya le ha quitado el Anillo de Salomon a ese mortifago!

- Si y no, Hermione. Los Anillos de Salomon son dos. No se sabe su procedencia, ni que mago o bruja los creo. Lo unico que se sabe seguro es que fueron propiedad del rey  Salomon, uno para cada dedo anular. Este anillo - se lo mostro a Harry, Ron y Hermione -  fue robado por los mortifagos a un auror hace quince años. Del otro no se sabe nada desde hace mas de treinta años. Lo siento -dijo volviendose hacia Harry- lamento preocuparte de esta manera, Harry, pero tienes que estar preparado para lo que pueda suceder.

-Ya - dijo Harry, sentandose sobre la cama. Le daba la sensacion de ser un plato en un instalacion de tiro. O mas bien un ciervo cuando se acababa de abrir la veda de caza.

- Y en cuanto a que sean mortifagos los que hemos atrapado, no lo tengo nada claro. Pueden ser magos a los que simplemente les han aplicado la maldicion Imperio de una forma muy fuerte y no se han podido resistir a ella. Despues de todo, solo los necesitaban durante unas pocas horas - Se dirigio a Ron y Hermione - Sera mejor que nos vayamos ya. Hermione, Ron, os llevare a vuestras casas en coche, lo tengo aparcado en la entrada - Los dos se levantaron  asombrados - ¿Que ocurre, las brujas no tenemos derecho a tener coche? - dijo Carla, echandose a reir- Y tranquilo,  Harry... Arabella se ocupa de vigilar esta casa y ya has visto que es muy buena con los hechizos aturdidores

-¿Quiere decir que la senora Figg siempre ha sido un bruja? -pregunto Harry, completamente asombrado

-Si, tenia la mision de cuidarte.- Carla se quedo mirando a Harry, como si de repente se hubiera dado cuenta de la cicatriz en la frente de este

- ¿Pasa algo? - pregunto Harry, nervioso. Estaba acostumbrado a que la gente se quedara mirando su cicatriz, que era una leyenda en el mundo magico, pero no sabia como interpretar la mirada de Carla.

- Nada, lo siento, es que acabo de recordar algo  - dijo la muchacha, sacudiendo la cabeza, como si volviera a la realidad -  Ah, por cierto, Harry, creo que tus tios estan un poco enfadados, pero no les hagas caso... ya les he dicho que como tengas algun problema con ellos, vamos a organizar todos los años una Junta de Comunidades aqui...

Ni Harry ni Ron ni Hermione pudieron evitar reirse. Harry se sintio mejor; no habia pensado en la posible venganza de los Dursey ante la fallida reunion, pero, aunque tuviera que aguantar sus caras avinagradas lo que quedara de verano, sabia que el miedo les tendria calmados hasta que volviera a Hogwarts. De repente se acordo de algo - Eh.. Carla - dijo con timided - ¿esta usted en contacto con Dumbledore?

La muchacha sonrio... con una sonrisa algo maliciosa por cierto - Pues si, Harry - su sonrisa se hizo aun mas maliciosa -. ¿Por que?

- Es que queremos saber si Harry puede venirse a mi casa este verano -  dijo Ron, que habia leido correctamente los pensamientos de Harry

- Ahh, ya. La verdad es que no lo se, Harry, pero te prometo que en cuanto me entere te mandare una lechuza tan rapido como tu primo se ha escondido hoy bajo la mesa, aunque parece dificil llegar a ese punto de velocidad... .

Riendose muy a pesar de si mismo, Harry les acompaño hasta la puerta. Despues echo un vistazo a la cocina, donde aun estaba el pastel que le habian traido los padres de Hermione. "¿ Y por que no?", penso. Por lo menos tendria algo de cena... no le apetecia nada pescado al vapor o algo por el estilo y menos aun aguantar las miradas de los Dursey durante la cena. Tras coger su pastel, subio las escaleras para arriba.

Asi que la señora Figg, la vecina, era una bruja. ¿Por que nunca le habia dicho que el era un mago? Habia estado con ella en su casa imnumerables veces, viendo fotos de sus gatos y oliendo a repollo. ¿Por que tanto secretismo hasta que cumplio los once años y recibio la carta de que estaba admitido en Hogwarts? 

¿Todo por Voldemort? Harry se sento en la mesa dispuesto a escribir una larguiiiiiiiiisima carta a su padrino, Sirius, contandole todo lo que habia pasado esta noche.. aunque no estaba muy seguro de si debia mencionar lo de los anillos. Conociendo a Sirius, este era capaz de dormir todas las noches en el jardin de los Dursey solo para asegurarse de que Harry estuviera bien.

Sirius Black era el padrino de Harry, y habia sido el mejor amigo de su padre, James Potter, aunque Harry solo lo sabia desde hacia año y medio, poco despues de que Sirius hubiera escapado de Azkaban, la prision de los magos. Sirius habia estaba en esa prision durante doce años por un delito que no habia cometido; la docena de personas a las que se supone habia matado habian sido asesinadas en realidad por Wormtail, el principal sirviente de Lord Voldemort. Dos años atras Harry, Ron y Hermione habian estado a punto de conseguir demostrar que Wormtail seguia con vida, pero solo el profesor Dumbledore les habia creido.  Desde entonces Sirius seguia a la fuga, aunque en estrecho contacto con Harry y con Dumbledore. Sirius podia disfrazarse bastante bien, ya que era un animago (mago que se podia transformar en un animal), no registrado y podia convertirse en un enorme perro negro a voluntad.

Un aleteo en la ventana alarmo a Harry, concentrado en escribir su carta.  Se tranquilizo al vez que eran dos lechuzas muy conocidas: Errol, la vieja lechuza de los Weasley, y Pig, la pequeña e hiperactiva lechuza de Ron. Entre ambas cargaban un pastel enorme, regalo de la senora Weasley sin duda...  motivo por el que Errol parecia que iba a caerse desmayado en cualquier momento. Harry abrio la ventana, dejandolas entrar. Despues de todo, y a pesar de que uno este amenazado por uno de los magos mas tenebrosos que hayan existido, el hecho de que tus amigos hayan ido a tu casa siempre resultaba agradable, aunque el saldo negativo fuera un ataque frustrado y que los miembros de una Junta de Comunidades se dieran a la fuga. Mientras escribia, y comia de los pasteles, Harry no pudo evitar pensar que, desde luego, cada cumpleaños guardaba una sorpresa.

(CONTINUARA....)