"Tengo que hacerlo, ya no puedo aguantar más... este sentimiento me está matando, tengo que decirle, decirle cuánto me gusta... Pero ¿si me rechaza? ¿Qué haré? Además de sentirme un fracasado, que no tiene suerte con las chicas... ni menos con una que resulta ser mi mejor amiga... ¿Por qué justamente ella? De todas las chicas que hay en el mundo, yo tengo que ir y enamorarme de ella, de la más seria, la más estudiosa, la mejor alumna... sin embargo para mí es la chica más linda e inteligente que he visto en mi vida... Ella es... no hay palabras para describirla, porque ella es única e inigualable, no hay nadie que se asemeje a ella...
Solo espero que ella sienta lo mismo que yo. Desde que la vi, me enamoré, me conquistó... su forma de hablar, su voz de mandona y sabelotodo, su enmarañado cabello, y ya no pude evitar sentir lo que ahora siento, este amor que me negué a ver por mucho tiempo, y como ya no lo puedo esconder, se me hace muy difícil tratar de ocultarlo. Lo único que me queda por hacer es confesar, rebelarle mis sentimientos, mostrarle mi corazón"
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Un muchacho colorado llamado Ron Weasley se apresuraba a ponerse la túnica y bajar a desayunar.
Cuando entro al Gran Salón, corrió a sentarse junto a su mejor amigo, Harry Potter, que estaba sentado solo en la mesa de Gryffindor.
- Hola, Ron.- saludo Harry.- ¿A qué se debe tanta felicidad?
- Bueno, Harry, hoy es mi día de suerte.- respondió Ron, sonriendo.
-¿A sí? ¿Por qué lo dices?
- Es que hoy me voy a declararle a alguien...
-¡No! ¿Enserio? ¿Y quién es la afortunada?
- Ah, no sé... no pienso decirte...
-¿Cómo que no me dirás? ¡Soy tu amigo!
- Lo mismo, después te enterarás...
-¿De que hablan ustedes dos?- Hermione se acercó a ellos y se sentó al lado de Harry.
- Bueno... nosotros... –tartamudeó Ron.
- Ron me estaba contando que se le declarará a una chica.- contestó Harry. Ron lo miró duramente mientras Harry sonreía.
-¿Enserio, Ron? ¿Y se puede saber quién es?- quiso saber Hermione, con una sonrisa.
- Lo siento, no puedo decirles...
- Bueno, danos una pista aunque sea... ¿Es de nuestro curso?- dijo Hermione.
- Sí... es de quinto...
-¿Es de Gryffindor?- interroga Harry.
-¡No! Digo... no les diré nada, ya basta Harry...
- Pero, por favor Ron, somos de confianza, ¿o no?
- Sí, pero...
- Déjalo, Harry, si no nos quiere contar... –replicó Hermione.
- No es que no quiera, es que...
- No importa, Ron... –respondió Hermione, sonriendo.
Ron sintió que su cara se ponía colorada. ¿Por qué? ¿Por qué cada vez que ella sonreía tenía que quedarse como un estúpido, poniéndose colorado? Cuando eso le pasaba, se odiaba a él mismo.
-¡Ron!- Harry lo sacó de sus pensamientos.
-¿Qué?
- Vamos a clases, ¿recuerdas que estamos en el colegio?
- Oh, sí, vamos a clases...
Él, Harry y Hermione se dirigieron al aula de Pociones, donde los de Slytherin ya estaban allí.
Enseguida entró Snape y la clase comenzó.
"¡Que clase más aburrida!" pensó Ron. Entonces posó su mirada en Hermione. Se veía tan linda con su mano apoyada en el mentón... un nudo se el hizo en el estómago al recordar lo que le tenía que decir a Hermione... ¿y si ella lo rechazaba? Su vida ya no tendría sentido, su vida se centraba en ella, solo en ella.
-¡Señor Weasley!
Ron salió de sus pensamientos y se volvió a un Snape que lo miraba furioso.
-¿Eh?
-¿Cómo que "eh"? ¿Me quiere hacer el favor de prestar atención en la clase y dejar de mirar a la señorita Granger?- repuso Snape. Todos los de Slytherin se rieron, mientras que Ron y Hermione evitaban mirarse, sonrojados.
Después de eso, la clase resulto inaguantable. Snape no paraba de quitarle puntos a Gryffindor, sin ningún motivo.
Cuando por fin sonó el timbre, Harry, Ron y Hermione se dirigieron a los invernaderos, para una clase de Botánica.
Los tres se sentaron juntos y la profesora empezó a dar las indicaciones del trabajo. Harry se puso de pie y fue a buscar los materiales para trabajar, dejando a Ron y a Hermione solos. Ron se sentía bastante nervioso, pero tenía que hacerlo...
- Hermione...
-¿Sí?
- Quiero hablar contigo...
- Yo también quiero hablar contigo, Ron...
-¿Enserio? Tu primero...
- Bueno, ya que insistes... En realidad quería pedirte que me hagas un favor...
-¿Un favor?
- Sí...
- Lo que quieras...
- Bueno, quiero que le preguntes a Harry que siente por mí...
-¿Qué?
- Eso...
-¿Y para que quieres que le pregunte eso?
- Eh... no se lo dirás a nadie, ¿verdad? Sé que puedo confiar en ti, Ron...
- Claro, dime...
- Es que... a mí me gusta Harry... –susurró Hermione, sonrojándose.
-¿Disculpa?- Ron no daba crédito a sus oídos.
- Ya te lo dije. Me gusta Harry y quiero saber si él siente lo mismo por mí.
A Ron se le cayo el mundo encima. Hermione, la chica que él quería, estaba enamorada de su mejor amigo... el corazón de Ron se desgarró de tristeza. ¿Cómo era posible? Él quería a Hermione, y ella quería a otro, y no era cualquier otro, era Harry.
-¿Ron? ¡Ron! ¿Me estas escuchando?- exclamó Hermione.
- Sí...
-¿Entonces? ¿Lo harás?- dijo Hermione, mirándolo suplicante.
- Eh... –Ron vio los ojos esperanzados de Hermione, y no pudo negarle. Si ella no lo quería, no podía obligarla a que lo quiera. – Esta bien... lo haré...
-¿Enserio? ¡Gracias, Ron!- Hermione abrazó a Ron y éste se sintió peor de lo que estaba.
-¿Interrumpo algo?- Harry se acercaba a ellos, frunciendo el ceño.
- No, nada, Harry... –respondió Hermione, sonrojada.
Durante el resto de la clase, Ron no hablo demasiado. Todavía no podía creer lo que Hermione le había dicho. Sentía unas ganas inmensas de llorar, pero no podía hacerlo, el siempre se mostraba tan fuerte, pero sin embargo en esos momentos quería ponerse a llorar de tristeza.
A la hora del almuerzo, Harry, Ron y Hermione se dirigían al Gran Salón, cuando los mellizos Weasley se acercaron a ellos.
- Hola a todos.- saludo Fred.- Harry, tienes que venir. Hoy es la primera reunión con nuestra nueva capitán en el equipo de Gryffindor.
-¿Ya tienen nuevo capitán? ¿Y quién es?- dijo Hermione.
- Angelina Jhonson.- respondió George.- ¿Vienes Harry?
- Si, nos vemos luego.- Harry se despide de Ron y Hermione.
Ambos se dirigen a la mesa de Gryffindor.
- Después del almuerzo tenemos... cuidado de criaturas mágicas... lástima que tengamos con los de Slytherin, ¿no, Ron? ¡Ron!
-¿Qué?- Ron estaba perdido en sus pensamientos. No se podía sacar de la cabeza las palabras de Hermione.- ¿Qué decías?
- Nada, olvídalo... oye, Ron, ¿te acuerdas que me tenías que decir algo?
-¿Yo?
- ¡Sí tu! Cuando estábamos en los invernaderos me dijiste que tenías que hablar conmigo...
-¿Sabes que? Ahora no lo recuerdo...
En la noche del mismo día, todos estaban en la sala común. Ron había estado pensando en hablar con Harry sobre Hermione.
- Oye, Harry... ¿podríamos hablar?
- Sí, ¿qué sucede, Ron?
- Bueno... yo solamente quería preguntarte que sientes tu por Hermione...
-¿Yo por Hermione? Bueno... ella me gusta mucho.- susurró Harry. Ron se sintió peor aún. Ambos se querían... y él no podía hacer nada. Pero él quería lo mejor para sus amigos.
- Yo creo que deberías decírselo... – se atrevió a decir Ron.
-¿Tu crees? No me animo, Ron...
- Hazlo, no es bueno ocultar lo que sientes...
- Esta bien, lo haré...
Harry salió del dormitorio de los chicos y bajo a la sala común, donde se encontraba Hermione. Ron observaba la escena desde la escalera.
- Tengo que decirte algo muy importante.- dijo Harry.
-¿Qué pasa, Harry?
Harry suspiró.
- Tu... tu... Hermione tu... me gustas mucho.- confesó Harry, sonrojándose hasta las orejas.
-¿Qué? ¿Me lo dices enserio?
-¡Claro! Nunca hable más enserio en toda mi vida...
- Yo también te quiero, Harry...
Harry no pronunció ninguna palabra más. Se acercó a Hermione y la besó.
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Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.
Aquí esta mi primera historia, espero que les guste y déjenme reviews, no sean tan malos
