Antes, durante y después del Torneo de Shaman King.
Por: Michelle_my.bell/ Anna Sora Kyouyama Takenouchi no Asakura Yagami.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei, lo demás es mío...
--Antes de empezar, los usuales comentarios de la autora:--
Hola!!!!! Cómo están, queridos lectores y lectoras -no sé porque sonó a "spoiler" del presidente de mi país-? Como ven sobreviví las vacaciones de invierno acá en México, para tener que regresar al tedioso año de secundaria. Ah, los amigos son más patanes, hay más "mensajitos" por celular y las calificaciones son mediocres...extrañaba al 2º "A". Ah, sí, la respuesta a los reviews que han dejado aquí está:
Rally: Como tanto lo has pedido (o eso vi en tu review ñ_ñ), he aquí otro capítulo, que como el segundo, tiene una linda parejita y demasiada azúcar...¡Gracias por tus comentarios!
Kiyu: Gomen ne, pero me reservo lo de la botella de tequila hasta el próximo capítulo... -.-, porque aquí también hay algo sobre Anna y Yoh (por no ser más obvia ¬¬). Y que bueno que te guste la pareja Ren-Tamao, creo que son como Matt- Mimi de Digimon, ne?
Hikari: ¡Mil gracias por el apoyo tomodachi! Espero que más lectores opinen los mismo (en especial dos personitas de primero "B" y "C", que espero que lean esto...) para seguir esforzándome. Por cierto, mi linda tomodachi "Marijo Asakura" me va a hacer el favor de grabarme TODOS los capítulos de SK...^.^ Que felicidad...Incluso el mundo no se ve tan decadente después de todo...
Anna: ¡También mil gracias tomodachi! Espero continúes con tu historia. Peeeeeero...como ya mencioné, lo del tequila hasta el cuarto capítulo (que mala soy...je je), así que tendré que dejarte en la duda.
Sarah Kerrigan: Una palabra: GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS...creo que entendiste, ne? Ji, ji, tu información nos hará muy felices a Mariana Tao, Marijo Asakura y a mí...Este es un día bello para mí...por eso te dedico este lindo capítulo y el que sigue (je je, ya saben con que sobornarme), y un gran beso y abrazo tomodachi.
Bueno, ya basta de empalagosas frases de agradecimiento y al chile...es decir, a leer...(perdonen por la vulgar expresión mexicana que cierto tipo llamado Zacarías me pegó)
----------------------
3. ¿Tienes frío?
Cada vez el tiempo parecía pasar más lento para Yoh; los segundos se convertían en pedazos de eternidad. Incluso estuvo a punto de dormirse ahí, sentado, viendo como Anna, de espaldas, pasaba lentamente las páginas de su lectura, sin siquiera probar su comida. El muchacho parpadeó, apenas se atrevía a respirar. A lo lejos oyó el canto de algún grillo en el jardín, y los pasos de alguien que corría apresuradamente por el pasillo. Tratando de hacer memoria, notó que hace 15 minutos había entrado a la habitación, y que ni una palabra había salido de sus labios...Era un idiota...Silenciosamente el shaman trató de levantarse y salir, pero una voz arruinó su escape...
-¿Sigues ahí Yoh? -preguntó la rubia con su frío tono de siempre, sin voltear a verlo.
-¿Cómo lo supiste?
-Tu poder espiritual es muy alto para pasar desapercibido para cualquiera que tenga nuestras habilidades. Desde que entró Tamao sospeché que eras tú, ya que no creo que ella sea tan poderosa...
-Ah... vaya, así que me descubriste, perdona si...-pero la itako tomó la palabra, cerrando su libro de golpe.
-¿Quieres hablar de algo, no es así?
-Supongo que sí -respondió el chico de una manera un tanto formal- Creo que ya sabrás de que...
-¿Del Torneo, quizás? Porque es lo único que ocupa mi mente...
-También la mía -mintió Yoh. En ese momento, Anna volteó a verlo...con una mirada que era diferente a la que aparecía siempre en su cara. El chico parpadeó de nuevo...más confundido por aquellos ojos obscuros que lo miraban de un modo un tanto triste. Sin decir nada, Kyouyama se levantó y se apoyo en la ventana de su cuarto, dejando que el viento jugase con sus cabellos y se llevará las lágrimas que nacían en su mirar...
-Anna...
-¿Qué? -respondió la mencionada con un tono de enojo en su voz...
-Yo...me preguntaba sí... -pero hasta ahí podía llegar la voz de Asakura, quien la perdió de repente. Ya no encontraba el valor para terminar con un me preguntaba si realmente quieres casarte conmigo por algo más que un compromiso. Odiándose por su cobardía en el amor y su valor en los duelos, el joven pasó una mano por su pelo, tirando accidentalmente sus audífonos. Algo torpe, los recogió y notó que estaban helados a pesar de traerlos en su cabeza todo el día. Y fue cuando un destello de inteligencia brotó de su cerebro.
-¿Tienes frío? -preguntó amablemente caminando hacia ella
-So...solo un poco... -tartamudeó la muchacha, cuyos labios tenían un extraño color morado, y sus mejillas parecían de porcelana. Distraídamente escuchó como su prometido abría su armario y buscaba algo. -Yoh...¿Qué demo...? -pero su respuesta fue olvidada al sentir que alguien colocaba sobre ella una manta abrigadora. Era Yoh, quien se colocó a su lado y le sonrió.
-Gracias, pero en realidad no tenía mucho frío...
-Claro, y solo te pintaste los labios de morado -bromeó él. Para su sorpresa Kyouyama no lo golpeó, solo seguía contemplado la Luna en sepulcral silencio. Tras unos minutos habló...
-Es una hermosa noche ¿no lo crees? Después de la tormenta todo parece recién lavado, como si fuera nuevo...
Yoh asintió en silencio, pero de nuevo su prometida habló.
-Yoh...solo quiero decirte que...espero que todo lo que has vivido hasta ahora te ayude mañana...tú sabes...el entrenamiento y todo eso... -La itako se maldijo en silencio, deseando decir algo que pudiera conducir a una agradable plática.
-Seguro -respondió el shaman con una sonrisa, temblando de pies a cabeza. Anna, al notarlo, retiró la manta de su cuerpo.
-Toma, tu tienes más frío que yo...y no me gustaría...es decir, no sería bueno para tu poder espiritual llegar débil al Torneo.
-¿Y tú?
-Yo estoy bien.
Yoh permaneció en silencio, confundido al ver que su prometida se preocupaba por él. De repente sonrió, y con un rápido movimiento pasó la manta sobre los hombros de Anna y sobre los suyos, quedando así los dos abrigados y muy juntos uno del otro.
-Así está mejor ¿no crees?
Kyouyama no dijo nada, dirigiendo sus ojos hacia otro lado, sintiendo su cara colorada al sentir a alguien tan cerca de ella. Finalmente reaccionó...
-Sí...mucho mejor. -tratando no parecer muy cursi, cambió de tema- La Luna hoy se ve muy grande y hermosa. A veces incluso parece un ojo gigante que todo lo ve...
-Entonces debe de ser testigo de muchos sucesos interesantes en todos lados...Luna entrometida -musitó el chico, viendo como la rubia sonreía levemente.- Debe de haber oído cientos de declaraciones de amor, peleas, huidas... -en este punto se detuvo, mientras que Anna fingía estar interesada en el cielo y no en la charla, como otras veces- Incluso apuesto que ha visto a una itako sobre el tejado...-Su prometida no dijo nada, solo siguió contemplando el cielo obscuro, tachonado de pequeños diamantes llamados por los mortales estrellas y por la comunidad shamanica "astros que hablan".
-¿Sabes...? -continuó el muchacho- Cuando era más pequeño mi abuelo me contaba que las estrellas son las mensajeras de los shamanes. Solo ellas saben los secretos de todos, por eso, uno puede descifrar su destino a través de ellas...
-¿Las estrellas...hablan?-preguntó Kyouyama adormilada, recargándose inconscientemente en el hombro del shaman. Por un momento la rubia pensó quitar su cabeza, pero al ver que el chico no se molestaba y a su vez recargaba su cabeza en la de ella, continuó en su postura, sintiéndose inmensamente feliz...
-Sí...cada una tiene un nombre en especial, porque respresenta a cada shaman que ha muerto.
-Deben de brillar mucho por su poder espiritual...
-Supongo que las más bellas y grandes deben de ser Shaman King. Espero mañana ser uno, y ¿quién sabe? Tal vez cuando me muera sea el astro más brillante...
-Eso no pasará... no quiero convertirme en una solterona cuarentona y amargada ¿enendiste? Por eso es que mañana debes mostrar que eres el mejor para salvar tu pellejo...si no quieres que yo te degolle vivo...-dijo la chica algo enojada cerrando los ojos. Su prometido sonrío al oir su mandato, que le recordaba a la Anna que todos conocían y no a la personita que descansaba sobre su hombro; pasó su brazo por la cintura de la itako, que al notar este gesto entrecruzó los dedos de la mano (que estaba al lado de la de Yoh), con los del chico.
De nuevo el silencio inundaba la pieza, pero no era algo incómodo, más bien era la última pieza en aquella escena. Poco a poco, los jóvenes se acercaron más al otro, sintiendo su respiración, para quedar unidos en un tierno abrazo bajo la manta, y bajo la mirada de las estrellas...
Yoh salió un poco de su agradable momento, mientras sentía que a su lado la muchacha ya estaba totalmente dormida. Él no quería interrumpir el sueño de la rubia ni dejar de estar tan cerca de su piel, por lo que lentamente la cargó de un modo similar a como había hecho cuando bajaron por el árbol en la tormenta, colocándola suavemente en su futón...Estaba a punto de quitarse la manta cuando oyó la voz de Anna...
-No te vayas... -murmuró suavemente.
-No me quiero ir, quizás me secuestraran si estoy solo -musitó el shaman tapándose con la cobija al lado de la itako... -No me iré, nunca...
Solamente la Luna y el cielo fueron testigos de aquellos chicos durmiendo juntos, bajo el resplandor de las estrellas, quienes hablarían de ello a todos los shamanes... que dirían que el compromiso Asakura-Kyouyama estaba cada vez más cerca...
-No me falles Yoh... -susurró Anna recargándose en el pecho del shaman. Cada vez los sentimientos fluían de manera fácil, y ya no tenía nada por que avergonzarse, si Yoh estaba a su lado y la abrazaba con fuerza en silenciosa promesa.
-No lo haré...
Continuará...
Por: Michelle_my.bell/ Anna Sora Kyouyama Takenouchi no Asakura Yagami.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei, lo demás es mío...
--Antes de empezar, los usuales comentarios de la autora:--
Hola!!!!! Cómo están, queridos lectores y lectoras -no sé porque sonó a "spoiler" del presidente de mi país-? Como ven sobreviví las vacaciones de invierno acá en México, para tener que regresar al tedioso año de secundaria. Ah, los amigos son más patanes, hay más "mensajitos" por celular y las calificaciones son mediocres...extrañaba al 2º "A". Ah, sí, la respuesta a los reviews que han dejado aquí está:
Rally: Como tanto lo has pedido (o eso vi en tu review ñ_ñ), he aquí otro capítulo, que como el segundo, tiene una linda parejita y demasiada azúcar...¡Gracias por tus comentarios!
Kiyu: Gomen ne, pero me reservo lo de la botella de tequila hasta el próximo capítulo... -.-, porque aquí también hay algo sobre Anna y Yoh (por no ser más obvia ¬¬). Y que bueno que te guste la pareja Ren-Tamao, creo que son como Matt- Mimi de Digimon, ne?
Hikari: ¡Mil gracias por el apoyo tomodachi! Espero que más lectores opinen los mismo (en especial dos personitas de primero "B" y "C", que espero que lean esto...) para seguir esforzándome. Por cierto, mi linda tomodachi "Marijo Asakura" me va a hacer el favor de grabarme TODOS los capítulos de SK...^.^ Que felicidad...Incluso el mundo no se ve tan decadente después de todo...
Anna: ¡También mil gracias tomodachi! Espero continúes con tu historia. Peeeeeero...como ya mencioné, lo del tequila hasta el cuarto capítulo (que mala soy...je je), así que tendré que dejarte en la duda.
Sarah Kerrigan: Una palabra: GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS...creo que entendiste, ne? Ji, ji, tu información nos hará muy felices a Mariana Tao, Marijo Asakura y a mí...Este es un día bello para mí...por eso te dedico este lindo capítulo y el que sigue (je je, ya saben con que sobornarme), y un gran beso y abrazo tomodachi.
Bueno, ya basta de empalagosas frases de agradecimiento y al chile...es decir, a leer...(perdonen por la vulgar expresión mexicana que cierto tipo llamado Zacarías me pegó)
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3. ¿Tienes frío?
Cada vez el tiempo parecía pasar más lento para Yoh; los segundos se convertían en pedazos de eternidad. Incluso estuvo a punto de dormirse ahí, sentado, viendo como Anna, de espaldas, pasaba lentamente las páginas de su lectura, sin siquiera probar su comida. El muchacho parpadeó, apenas se atrevía a respirar. A lo lejos oyó el canto de algún grillo en el jardín, y los pasos de alguien que corría apresuradamente por el pasillo. Tratando de hacer memoria, notó que hace 15 minutos había entrado a la habitación, y que ni una palabra había salido de sus labios...Era un idiota...Silenciosamente el shaman trató de levantarse y salir, pero una voz arruinó su escape...
-¿Sigues ahí Yoh? -preguntó la rubia con su frío tono de siempre, sin voltear a verlo.
-¿Cómo lo supiste?
-Tu poder espiritual es muy alto para pasar desapercibido para cualquiera que tenga nuestras habilidades. Desde que entró Tamao sospeché que eras tú, ya que no creo que ella sea tan poderosa...
-Ah... vaya, así que me descubriste, perdona si...-pero la itako tomó la palabra, cerrando su libro de golpe.
-¿Quieres hablar de algo, no es así?
-Supongo que sí -respondió el chico de una manera un tanto formal- Creo que ya sabrás de que...
-¿Del Torneo, quizás? Porque es lo único que ocupa mi mente...
-También la mía -mintió Yoh. En ese momento, Anna volteó a verlo...con una mirada que era diferente a la que aparecía siempre en su cara. El chico parpadeó de nuevo...más confundido por aquellos ojos obscuros que lo miraban de un modo un tanto triste. Sin decir nada, Kyouyama se levantó y se apoyo en la ventana de su cuarto, dejando que el viento jugase con sus cabellos y se llevará las lágrimas que nacían en su mirar...
-Anna...
-¿Qué? -respondió la mencionada con un tono de enojo en su voz...
-Yo...me preguntaba sí... -pero hasta ahí podía llegar la voz de Asakura, quien la perdió de repente. Ya no encontraba el valor para terminar con un me preguntaba si realmente quieres casarte conmigo por algo más que un compromiso. Odiándose por su cobardía en el amor y su valor en los duelos, el joven pasó una mano por su pelo, tirando accidentalmente sus audífonos. Algo torpe, los recogió y notó que estaban helados a pesar de traerlos en su cabeza todo el día. Y fue cuando un destello de inteligencia brotó de su cerebro.
-¿Tienes frío? -preguntó amablemente caminando hacia ella
-So...solo un poco... -tartamudeó la muchacha, cuyos labios tenían un extraño color morado, y sus mejillas parecían de porcelana. Distraídamente escuchó como su prometido abría su armario y buscaba algo. -Yoh...¿Qué demo...? -pero su respuesta fue olvidada al sentir que alguien colocaba sobre ella una manta abrigadora. Era Yoh, quien se colocó a su lado y le sonrió.
-Gracias, pero en realidad no tenía mucho frío...
-Claro, y solo te pintaste los labios de morado -bromeó él. Para su sorpresa Kyouyama no lo golpeó, solo seguía contemplado la Luna en sepulcral silencio. Tras unos minutos habló...
-Es una hermosa noche ¿no lo crees? Después de la tormenta todo parece recién lavado, como si fuera nuevo...
Yoh asintió en silencio, pero de nuevo su prometida habló.
-Yoh...solo quiero decirte que...espero que todo lo que has vivido hasta ahora te ayude mañana...tú sabes...el entrenamiento y todo eso... -La itako se maldijo en silencio, deseando decir algo que pudiera conducir a una agradable plática.
-Seguro -respondió el shaman con una sonrisa, temblando de pies a cabeza. Anna, al notarlo, retiró la manta de su cuerpo.
-Toma, tu tienes más frío que yo...y no me gustaría...es decir, no sería bueno para tu poder espiritual llegar débil al Torneo.
-¿Y tú?
-Yo estoy bien.
Yoh permaneció en silencio, confundido al ver que su prometida se preocupaba por él. De repente sonrió, y con un rápido movimiento pasó la manta sobre los hombros de Anna y sobre los suyos, quedando así los dos abrigados y muy juntos uno del otro.
-Así está mejor ¿no crees?
Kyouyama no dijo nada, dirigiendo sus ojos hacia otro lado, sintiendo su cara colorada al sentir a alguien tan cerca de ella. Finalmente reaccionó...
-Sí...mucho mejor. -tratando no parecer muy cursi, cambió de tema- La Luna hoy se ve muy grande y hermosa. A veces incluso parece un ojo gigante que todo lo ve...
-Entonces debe de ser testigo de muchos sucesos interesantes en todos lados...Luna entrometida -musitó el chico, viendo como la rubia sonreía levemente.- Debe de haber oído cientos de declaraciones de amor, peleas, huidas... -en este punto se detuvo, mientras que Anna fingía estar interesada en el cielo y no en la charla, como otras veces- Incluso apuesto que ha visto a una itako sobre el tejado...-Su prometida no dijo nada, solo siguió contemplando el cielo obscuro, tachonado de pequeños diamantes llamados por los mortales estrellas y por la comunidad shamanica "astros que hablan".
-¿Sabes...? -continuó el muchacho- Cuando era más pequeño mi abuelo me contaba que las estrellas son las mensajeras de los shamanes. Solo ellas saben los secretos de todos, por eso, uno puede descifrar su destino a través de ellas...
-¿Las estrellas...hablan?-preguntó Kyouyama adormilada, recargándose inconscientemente en el hombro del shaman. Por un momento la rubia pensó quitar su cabeza, pero al ver que el chico no se molestaba y a su vez recargaba su cabeza en la de ella, continuó en su postura, sintiéndose inmensamente feliz...
-Sí...cada una tiene un nombre en especial, porque respresenta a cada shaman que ha muerto.
-Deben de brillar mucho por su poder espiritual...
-Supongo que las más bellas y grandes deben de ser Shaman King. Espero mañana ser uno, y ¿quién sabe? Tal vez cuando me muera sea el astro más brillante...
-Eso no pasará... no quiero convertirme en una solterona cuarentona y amargada ¿enendiste? Por eso es que mañana debes mostrar que eres el mejor para salvar tu pellejo...si no quieres que yo te degolle vivo...-dijo la chica algo enojada cerrando los ojos. Su prometido sonrío al oir su mandato, que le recordaba a la Anna que todos conocían y no a la personita que descansaba sobre su hombro; pasó su brazo por la cintura de la itako, que al notar este gesto entrecruzó los dedos de la mano (que estaba al lado de la de Yoh), con los del chico.
De nuevo el silencio inundaba la pieza, pero no era algo incómodo, más bien era la última pieza en aquella escena. Poco a poco, los jóvenes se acercaron más al otro, sintiendo su respiración, para quedar unidos en un tierno abrazo bajo la manta, y bajo la mirada de las estrellas...
Yoh salió un poco de su agradable momento, mientras sentía que a su lado la muchacha ya estaba totalmente dormida. Él no quería interrumpir el sueño de la rubia ni dejar de estar tan cerca de su piel, por lo que lentamente la cargó de un modo similar a como había hecho cuando bajaron por el árbol en la tormenta, colocándola suavemente en su futón...Estaba a punto de quitarse la manta cuando oyó la voz de Anna...
-No te vayas... -murmuró suavemente.
-No me quiero ir, quizás me secuestraran si estoy solo -musitó el shaman tapándose con la cobija al lado de la itako... -No me iré, nunca...
Solamente la Luna y el cielo fueron testigos de aquellos chicos durmiendo juntos, bajo el resplandor de las estrellas, quienes hablarían de ello a todos los shamanes... que dirían que el compromiso Asakura-Kyouyama estaba cada vez más cerca...
-No me falles Yoh... -susurró Anna recargándose en el pecho del shaman. Cada vez los sentimientos fluían de manera fácil, y ya no tenía nada por que avergonzarse, si Yoh estaba a su lado y la abrazaba con fuerza en silenciosa promesa.
-No lo haré...
Continuará...
