Melodía Nocturna: Sangre, venganza y amor
Hola!!! Bueno, como verán sigo con esta locura que en realidad deseo muchísimo que les agrade.
En el capítulo anterior nos enteramos un poco de la forma de vida que lleva una de nuestras protagonistas: Kaoru Kamiya. Que por cierto no le va nada mal, como principales elementos, mencionaré que ella es una muchacha muy rica, le encanta la música y domina perfectamente la guitarra, estudia derecho, tiene 18 años, es muy apasionada en cuanto a sus aficiones y también tiene un novio hipersexy llamado Enishi Yukishirou, este último tiene una hermana llamada Tomoe, la cual es muy extraña. Pero, a pesar de querer mucho a Enishi, Kaoru no lo ama y de hecho, está en busca del verdadero amor ¿será capaz de encontrarlo? Como último detalle importante añadiré que Kaoru tiene un hermano mayor, Rikai, al cual adora muchísimo.
Antes de continuar, quisiera aclarar que a lo largo de este fic, haré uso de un sin número de canciones de todo tipo, pero que si gustan escuchar e imaginar un poco más los acontecimientos que se desarrollan en esta historia, pueden encontrar las piezas en el "KAZAA" (www.kazaa.com) . En este capítulo utilizaré "Pegasus fantasy (instrumental)", pieza clásica de uno de mis animes favoritos que es "Saint Seiya", la encuentran buscándola como "Pegasus fantasy instrumental" se las recomiendo ^^
Ahora sí, los dejo con el capítulo, que lo disfruten.
Capítulo 2: Los futuros cazadores.
Kenshin Himura, un joven bastante interesante. Hijo mayor de un hombre llamado Hiko Seijuro.
La razón por la que Kenshin y su hermano menor Soujirou no tenían el apellido de su padre era, a decir del mismo Hiko, por "cuestiones de seguridad", sobre todo cuando los hermanos eran aún pequeños.
Pero… veo que esto aún no aclara la verdadera razón de porqué los hermanos Himura tenían el apellido de su madre en vez del apellido de su padre. Pues bien, la explicación puede resultar algo compleja y hasta difícil de creer, pero es la siguiente:
Hiko Seijurou pertenecía a una dinastía de gente muy especial; su padre, su abuelo, su bisabuelo y sus demás antecesores habían desempeñado ese cargo desde siempre, y, actualmente, desde que su padre murió, Hiko era el encargado de cumplir con la misión encomendada, la cual, en el caso de muerte, tendría que transmitir a su hijo mayor.
La dinastía a la que pertenecía Hiko Seijurou era una de las más importantes en su rango y de las más poderosas: La dinastía de los cazadores reales del dragón. Su misión: proteger a todas las personas posibles de aquellos seres bebedores de sangre humana, mejor conocidos como "vampiros", y al mismo tiempo, acabar con estas criaturas nocturnas. Para ello, Hiko aprendió desde pequeño el ejercicio del Hiten Mitsurugy, el cual es un estilo antiguo de kendo muy difícil de dominar y totalmente desconocido para la gente común. Hiko Seijurou transmitió la enseñanza de este estilo a sus dos hijos, y aunque se trataba de la misma técnica, los hermanos la adoptaron en diferentes formas.
Es así, que a sus 40 años de edad, Hiko Seijurou había sido cazador de vampiros durante 20 años, la mitad de su vida o casi la edad de Kenshin, y había dado a sus hijos desde que nacieron el apellido de su madre, para que no corrieran peligro si alguien llegara a enterarse de la verdadera identidad de su padre.
Kasumi Himura era la esposa de HiKo, madre de Kenshin y Soujirou, pero murió al dar a luz al segundo de los hermanos, debido a que tuvo que someterse a un parto de emergencia inmediatamente después de haber sido herida gravemente por un vampiro.
Aunque el pequeño Soujirou nació sano y salvo, Kasumi no corrió la misma suerte que su recién nacido hijo. La señora Himura murió justo después de darle el último adiós a su esposo. Kasumi le encargó a Hiko el cuidado de sus dos pequeños y hermosos hijos, ya que aquellos dulces hermanos eran el fruto del gran amor que habían vivido, y eran las bendiciones más grandes que ambos pudieran tener.
Así lo hizo el gran Hiko, siempre protegió a sus hijos y los entrenó duramente desde que ellos tenían memoria para recordar, no solo en el estilo Hiten Mitsurugy, si no también en variados tipos de artes marciales, las cuales dieron a sus respectivos cuerpos un acondicionamiento y fortaleza casi sobrenatural. Aunque Hiko casi nunca, o mejor dicho, nunca dio muestras tiernas de cariño a sus hijos como cualquier buen padre lo haría, la verdad era que los quería muchísimo, y por eso trató de darles siempre una buena vida, además de educarlos para ser hombres de bien. Realmente, Hiko los amaba, con el solo hecho de ver a sus hijos bastaba para que experimentara lindos recuerdos y cálidas emociones, por ejemplo; cuando miraba a Kenshin, recordaba a su amada Kasumi debido al cabello rojo castaño y a esos ojos violetas tan peculiares; en cambio, cuando veía a Soujirou, Hiko notaba el reflejo de su difunto padre por el parecido tan sorprendente del muchacho con él. Por todas esas razones, Hiko se esmeró tanto en la educación de sus dos hijos, mostrándose sumamente exigente con los dos, y a veces un poco más con Kenshin, ya que, por ser el hijo mayor, asumiría la misión de su padre en caso de que este muriera. Claro que desde que tenían suficiente edad, Kenshin y Soujirou habían comenzado con la exterminación de vampiros.
Hiko siempre les dijo que los vampiros en general eran criaturas que solo buscaban el beneficio y placer propio a costa de lo que fuera y que su misión como futuros cazadores era exterminarlos. Hiko introdujo esta idea en lo más profundo de la mente de su hijo mayor.
Kenshin siempre fue una persona dulce y bondadosa, incluso a veces dudaba en matar o no a los vampiros con los que se cruzaba, su consuelo era que afortunadamente todos los vampiros con los que se había topado, eran criaturas si alma. Ciertamente Kenshin tenía una especie de rechazo a los vampiros debido a que fue un vampiro el que acabó con la vida de su madre, de la cual, solo conservaba vagos recuerdos, puesto que tenía dos años cuando ella murió. Pero aún así, no le agradaba mucho la idea de ser el futuro cazador de vampiros, aunque al menos sabía que ayudaba a los demás con su labor.
El atractivo joven Kenshin Himura contaba actualmente con 19 años de edad, originario de la ciudad de Kyoto.
Recientemente, su padre, su hermano y él, se habían mudado a Tokio, debido a que habían recibido informes por parte de otros grupos cazadores de vampiros de que en esta ciudad el número de vampiros peligrosos estaba incrementándose.
Mientras tanto, en Kyoto, el exterminio de vampiros quedó a cargo de la dinastía de los "Miburo", quienes se caracterizaban principalmente por su frialdad y precisión sin titubear a la hora de matar vampiros de cualquier clase.
A pesar de ser un futuro cazador, Kenshin trataba de vivir su vida como un joven de su edad lo haría, claro que esto podía resultar a veces prácticamente imposible, ya que Kenshin no era el estereotipo común de hombre de 19 años. Desde pequeño, se había inclinado mucho por el arte musical, a los doce años logró juntar suficiente dinero para comprar su propia guitarra eléctrica, también logró transmitirle este gusto a su hermano, quien se interesó sobre todo, en el aprendizaje de la batería. La música para ambos era parte fundamental de sus vidas, ya que tal vez sin ella, no habrían soportado el duro entrenamiento por el que tuvieron que pasar desde chicos.
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Ahora conozcamos un poco más sobre ellos…
Kenshin y Soujirou se encontraban desempacando sus pertenencias en sus respectivos cuartos, ambos estaban felices por el cambio de vivienda. Ahora, cada quien tenía su propio cuarto. El departamento era bastante grande y cómodo, casi de lujo, incluso tenían un cuarto especial donde acomodar sus instrumentos y practicar.
Kenshin estaba muy alegre en su cuarto, decorándolo a su gusto, colocando en las paredes posters de grupos de j-rock como "ANIMETAL" o "X-JAPAN" y también de sus animes favoritos, como por ejemplo "Saint Seiya", curiosamente, Seiya y Athena, los protagonistas de este anime, realmente hacía enfadar a Kenshin, pero a final de cuentas, le fascinaba todo lo demás… Luego, acomodó en un moderno librero color madera oscuro todos los libros de Derecho que utilizaba para la Universidad, todas las novelas que había leído, su colección de mangas y algunos comics que su hermano Soujirou le prestó y había "olvidado" devolverle etc etc…
Mientras tanto, en el cuarto de Soujirou…
Este chico de ojos miel con un levísimo y casi imperceptible toque violáceo, rostro inocente e infantil y cabello sedoso castaño, tenía más o menos las mismas aficiones que su hermano, a veces diferían un poco, pero realmente no era demasiado.
Él también estaba feliz en su nuevo cuarto, se encontraba conectando al televisor su "play station 2" y también sacaba de otra caja su "nintendo game cube"… Luego, colocó en las paredes algunos posters de las películas de comics que habían salido hasta ahora, tales como X-Men, Spiderman, etc…, y un poster del grupo de rock gótico conocido como "Lacrimosa", los cuales componían música que le fascinaba. En un librero parecido al de su hermano, colocó sus comics y algunos libros de psicología que utilizó en el medio semestre que asistió a la universidad de Kyoto, algo de Sigmund Freud y también algo de Ronald L. Hubbard. Si no había ningún inconveniente, Soujirou ingresaría a la misma universidad a la que Kenshin asistiría en Tokyo, a diferencia del pelirrojo que estudiaba derecho y comenzaría el cuarto semestre, Soujirou comenzaría con el primer semestre en Psicología.
Como verán, los dos hermanos eligieron carreras del tipo humanista, claro que eso solo contribuía a hacer más especiales las personalidades de ambos.
Después de acomodar sus libros y comics, Soujirou se dedicó a sacar todas sus figuras coleccionables de comics y se dispuso a acomodarlas en un mueble especial.
Ahora veamos que sigue haciendo Kenshin…
Una vez terminó de acomodar sus cd's de música, Kenshin sacó de una caja una espada antigua de filo invertido, a la cual denominaba "Sakabattou"… Al parecer, esa espada databa de 1879 aproximadamente, más o menos el período perteneciente al gobierno Meiji en Japón. Un día, Kenshin recibió esta espada como regalo en su cumpleaños numero 15 por parte de un amigo cercano de su padre.
Esa espada le transmitía a Kenshin una serie de sensaciones extrañas, mezcladas con cierta dosis de melancolía, incluso, a veces, cuando se concentraba mucho en ella, venían a su mente ciertas imágenes muy confusas y borrosas, pero el sentimiento siempre era el mismo, como una sensación de felicidad inmensa completada demasiado tarde, lo que le hacía sentir a veces una ansiedad y tristeza inexplicable…
Mientras Kenshin seguía analizando estos pensamientos, una voz lo interrumpió:
-Baka Deshii!!! – Gruñió Hiko desde el exterior - ¡Tengo mucha hambre! ¡Prepara la cena!
-¡Oro! – mencionó Kenshin – ya voy otou-san… eh… quiero decir, Sishiou.
Kenshin salió apresurado a la cocina y comenzó a preparar la cena lo más rápido que le era posible.
Tiempo más tarde…
-Díganme tontos… ¿Ya terminaron de desempacar? – preguntó Hiko satisfecho con la cena recién ingerida mientras disfrutaba de una copa de sake.
-Ya casi - respondieron ambos hermanos al mismo tiempo.
-Bien, más vale que se apresuren, saldremos en media hora para familiarizarnos con los rincones de esta ciudad y comenzar la cacería- agregó Hiko.
Los chicos solo se limitaron a terminar su cena.
Tiempo más tarde…
-¡Dense prisa baka deshis, es hora! – gritaba Hiko desde la puerta del apartamento.
Mientras tanto, en el cuarto de Kenshin…
-¿Qué pasa Kenshin? ¿Aún no estás listo – preguntó Soujirou quien ya estaba listo para salir.
-¿Eh? No… No pasa nada, es solo que pensé que al menos por esta noche otou-san nos dejaría descansar un poco de todo esto, pero veo que no… - dijo con desgano el apuesto pelirrojo.
-Sé a lo que te refieres hermano, hay muchos lugares que quiero conocer de esta ciudad y no son precisamente los rincones oscuros donde "ellos" se ocultan aunque… No puedo negar que me interesa mucho saber como son los vampiros de Tokio – respondió el muchacho con una sonrisa en el rostro.
-Por favor Soujirou… Todos los vampiros son iguales, atacan a traición y buscan su beneficio propio, eso es todo.
-No lo sé Kenshin, puede que lo que digas sea cierto, pero también puede que no. El hecho de que no hayamos encontrado un vampiro con alma no significa que no los haya. Yo creo que…
-Soujirou – interrumpió Kenshin – solo hay una verdad en todo esto, y como futuro cazador real del dragón es tu obligación tenerla siempre presente: Los vampiros, sean como sean, son nuestros enemigos y nuestro deber es acabarlos, de otro modo, serían ellos los que terminarían por exterminar a la raza humana. Esa es nuestra misión como cazadores y como seres humanos.
-Pero no tiene que ser así… Lo que sucede es que te tomas demasiado en serio las palabras de Otou-san. Kenshin, el hecho de que nuestro padre sea un hombre increíblemente genial, no significa que sea perfecto y que no tenga sentimientos.
-Soujirou por favor…
-Recuerda que a él no solo lo mueve su misión como cazador, estoy seguro que después de la muerte de mamá, nuestro padre se tomó el exterminio de vampiros como algo muy personal.
-¿Y qué si así fuera? Yo habría hecho lo mismo Soujirou.
-Por mí está bien, incluso a veces yo he tomado el exterminio de vampiros así. Realmente me habría gustado conocer en persona a nuestra madre y no por simples fotografías. Pero… también sé que fue un solo vampiro el que causó la muerte de okaa-san y que este fue aniquilado inmediatamente después por otou-san… En pocas palabras: La muerte de Mamá ha sido vengada.
-Te equivocas… La muerte de mamá será vengada cuando terminemos con todos.
-Vamos Kenshin… Es imposible terminar con todos los vampiros en el mundo, por muchas familias cazadoras que existan en el globo, jamás podremos acabar con todos… Kenshin, deja de hablar como papá, no te queda para nada, no es tu estilo.
-No deberías hablar así.
-No deberías dejarte influir tanto por papá.
-¡Soujirou!
-¡Kenshin!
Ambos callaron… mientras tanto, la voz impaciente de Hiko llamando a sus hijos, retumbaba en el apartamento.
-Perdóname… Sé que mis ideas suenan muy extrañas, yo mismo a veces dudo, pero hay algo que me dice que no son del todo erróneas. También sé que debes sentirte presionado, ya que si algo le llegara a ocurrir a papá, serías tú quien asumiría el papel de cazador. Lo único que quiero que hagas es liberarte un poco y abrirte a la posibilidad de que puede haber otras soluciones. A fin de cuentas, somos hermanos, hemos crecido juntos desde siempre y sé que tú, al igual que yo, sufres cuando tienes que matar a un vampiro.
-Veo que no puedo ocultarte nada Soujirou – respondió Kenshin con una sonrisa.
-Escucha Kenshin, aunque seas tú el que "oficialmente" asuma el papel de cazador, yo no te dejaré solo.
-Gracias hermano.
-Ni lo menciones. Mejor salgamos ya por que presiento que otou-san está algo furioso.
-¿Algo? – respondió Kenshin con sarcasmo.
-Jajajajaja.
-Jajajajaja.
-¿Ya llevas tu espada Soujirou?
-Si, aquí la traigo… ¿Y tú?
-Claro.
-Oye Kenshin… ¿Por qué nunca usas la sakabattou?
-Hmmm… Esa espada tiene un significado diferente para mí… Además, no quiero mancharla con sangre de vampiro.
-Ya veo… bueno…
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡BAKA DESHIS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE DEMONIOS HACEN!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡DEBEMOS IRNOS!!!!!!!!- demandó Hiko desde afuera.
-¡ORO!
-¡AHG!
-Es mejor apresurarse Soujirou.
-Sí, al mal paso, darle prisa.
Más tarde…
Era una calle solitaria, demasiado solitaria y silenciosa para ser real… Ni siquiera la presencia de tres siluetas en medio de la noche rompía aquella imponente quietud, de pronto…
-¿Lo encontraste? – preguntó Soujirou a su hermano en un tono casi imperceptible.
Kenshin, solo se respondió a responderle negativamente con la mirada.
-Supongo que escapó – agregó Soujirou.
-Shsss, creo que escuché algo – murmuró Kenshin mientras se acercaba cautelosamente a un callejón. Una vez dentro, advirtió que no había salida, pero, en ese momento, un gato callejero saltó de un bote de basura, provocando que los nervios del pelirrojo se tensaran, al darse cuenta de que solo era un gato, Kenshin se relajó.
-Parece que fue solo ese gato lo que escuché Soujirou, creo que tienes razón, escapó – dijo el pelirrojo regresando por donde había venido.
-Bueno, entonces retirémonos Kenshin, creo que por esta noche ya fue suficiente.
-De acuerdo.
Ambos muchachos comenzaron a alejarse del lugar, pero, de pronto, una gran sombra oscura saltó desde una enorme barda directo hacia Kenshin, quien se encontraba totalmente de espaldas.
En cuestión de milésimas de segundo, Soujirou volteó, y lo que pudo observar fue un abominable ser enorme, casi de la talla de su padre, el rostro pálido, los impresionantes ojos eran de un color gris claro con un contorno rojo alrededor de la pupila, sus labios resecos, la boca era enorme, al punto que sus blancos y largos colmillos sobresalían de un modo aterrador, era un vampiro dispuesto a alimentarse.
En ese pequeñísimo lapso de tiempo, Kenshin, quien ya esperaba un ataque de ese tipo, sacó rápidamente su katana sin siquiera voltear, esperó a que el enorme vampiro se acercara un poco más a él, y cuando lo creyó conveniente, se dio vuelta para asestarle un toque con la espada justo en el pecho. La sangre salía a chorros más y más impresionantes mientras Kenshin hundía su espada en esa criatura y la traspasaba totalmente.
-Ahhh – gritó Kenshin mientras empujaba al vampiro contra la pared, de manera que lo ensartó en su espada, la cual, se enterró en el muro.
El vampiro saco un chorro de sangre en forma casi escandalosa por la boca, sus ojos desorbitados no daban el menor crédito a lo que veían.
-¿Me crees un tonto? Sabía perfectamente que estabas aquí. Hubieras aprovechado la oportunidad que te di, pero estabas tan sediento que no pudiste pensar, ahora, ya no puedo hacer nada para evitar lo que tiene que seguir – agregó Kenshin sin dejar de soltar la espada al tiempo que el vampiro trataba desesperadamente de escapar sin éxito alguno.
-¿Qui… quién eres maldito? ¿De dónde vienes? ¿Por qué osan molestarnos? – preguntó el vampiro con dificultad.
-Eso ya no importa, al menos para ti – dijo el pelirrojo con cierta lástima por aquel ser – Soujirou, tu turno…
-¿Pero por qué tengo que hacerlo yo Kenshin? Sabes que no me gusta.
-Si le saco mi espada del cuerpo, escapará. Tienes que hacerlo tú.
-De todos modos, está mal herido y casi sin sangre, no tiene energías ya…
-Soujirou, si lo dejamos ir, será un peligro. Vamos…
-Odio que no exista otra manera – dijo Soujirou con cierta frustración.
-Lo sé… Lo sé…
Pero, en ese momento, una katana salida de otro lugar, cortó de un solo tajo la cabeza del vampiro, provocando que esta rodara en el suelo y que el cuerpo descabezado del vampiro perdiera toda estabilidad.
Kenshin y Soujirou se miraron asombrados.
-Fuiste muy rápido Soujirou, ni siquiera logré ver en que momento sacaste tu espada.
-Kenshin… No fui yo…
-¿Qué?
-¡Yo lo hice par de imbéciles! ¿Cuántas veces tengo que decirles que a un vampiro se le mata al instante? ¿Por qué demonios dudan tanto?
-Sishiou – respondieron los chicos a la vez.
-No tiene sentido seguir hablando con inútiles como ustedes… Vamos a casa, suficiente por hoy – agregó Hiko mientras recogía la cabeza del vampiro tomándola de los cabellos, luego la guardó en una bolsa negra en donde habían más cabezas.
En cuanto amaneciera, Hiko expondría estas cabezas al sol naciente de la mañana y esto provocaría que se hicieran polvo, luego, esparciría las cenizas, y de esa forma el vampiro dueño de esas cenizas, dejaría permanentemente de existir… Esta era la forma más efectiva de acabar de manera total con un vampiro.
A la siguiente mañana…
Los tres hombres habían terminado de de desayunar. Kenshin y Soujirou eran los que se encargaban de recoger los platos sucios y demás. Mientras tanto, Hiko les hablaba…
-Y… ¿Qué harán hoy par de bakkas?
-Pues… Iré a ver a Megumi, ella me ayudó con la transferencia de universidad, pero me gustaría cerciorarme personalmente de que todo esté en orden, no quiero dejarle a ella todo el trámite, creo que es demasiado cómodo de mi parte dejar que ella haga todo cuando esa es mi responsabilidad – respondió Kenshin.
-Yo también necesito verla, puesto que nos ayudó a los dos con el cambio de escuela.
-Tienes razón Soujirou.
-Hmmm… Pues yo creo que esa mujer es demasiado considerada por ayudar a dos bakkas como ustedes.
-¡Sishiou! – exclamó Soujirou.
-Estás excediendo nuestro límite – agregó Kenshin.
Pero la amena "plática familiar" se vio interrumpida por el sonido del timbre de la puerta… Ding, dong.
-Mejor iré a ver quién es – dijo Kenshin.
-Hazlo rápido bakka.
-Eres imposible otou-san – suspiró Soujirou.
Mientras tanto, en la puerta…
Kenshin abrió sin siquiera averiguar quien tocaba, como siempre, podía llegar a ser realmente despistado. Para su sorpresa, quien llamaba a la puerta era nada más y nada menos que Megumi Takani, la muchacha que le había ayudado con el cambio de universidad a Tokio.
Megumi era una amiga muy antigua de él. Aunque ella era originaria de Aizu, vivía en Kyoto desde muy pequeña y allí conoció a Kenshin, Soujirou y por supuesto, a Hiko.
-Hola Ken – pronunció la mujer en su tono usualmente coqueto mientras besaba a Kenshin en la mejilla y lo abrazaba fuertemente.
-Ororororo, por favor Megumi… No puedo respirar – dijo Kenshin algo abochornado.
-¿Qué? ¿Te sucedió algo? ¿Estás herido? Anda contéstame – mencionó ella en tono alarmado mientras le daba de vueltas al pobre de Kenshin.
-Megumi… Estoy bien, es que me abrazaste muy fuerte y no podía respirar.
-Ay Ken… por favor no me asustes de esa forma, sabes que me preocupo mucho por ti.
-Lo siento Megumi – mencionó Kenshin mientras colocaba una mano detrás de la cabeza y cerraba sus ojos dulcemente.
La razón por la que Megumi se portaba tan sobre protectora en ese aspecto, era que solo ella conocía el secreto que envolvía a los hermanos Himura y a Hiko Seijurou.
Una noche, cuando todavía vivía en Kyoto, ella regresaba de la biblioteca y en el camino, fue atacada por un vampiro. De no ser por Kenshin, ella habría muerto, puesto que no tenía oportunidad de defenderse contra un vampiro.
Pero Kenshin podía ser demasiado despistado, mientras que Megumi podía ser muy astuta. Después de unas cuantas investigaciones, Megumi dio con la verdadera identidad de ese cazador de vampiros que la había ayudado.
A partir de entonces, se hicieron mucho más amigos. Kenshin tenía unos doce años y Megumi 14 en aquel entonces.
Kenshin y Soujirou eran muy valiosos para ella, puesto que eran las personas más leales y tiernas que hubiera conocido en su vida y, aunque siempre actuaba con ellos coquetamente, en realidad se preocupaba mucho por su bienestar.
Megumi tuvo vocación para la medicina desde siempre, es por eso que después de enterarse de la identidad de Kenshin y Soujirou, ella asumió el cargo de ser una especie de "doctora personal" para ambos. Los curaba cuando salían heridos de algún combate contra un vampiro, pero la mayoría de las veces, los curaba cuando se lastimaban a causa del duro entrenamiento.
A los 18, consiguió una beca del 100% en una de las mejores universidades privadas más prestigiadas de Japón y de las más costosas; así que tuvo que abandonar a sus amigos e irse a vivir a Tokio, claro que trataba de visitarlos cada semestre, pero era difícil, ya que en vacaciones a veces tomaba cursos o talleres que absorbían la mayor parte de su tiempo.
Después de vivir fuera de Kyoto por tres años, Megumi recibió la noticia de que Kenshin y los demás se mudarían a Tokio. La mujer, emocionada por la noticia, arregló todo lo necesario para que el establecimiento de sus amigos fuera lo más cómodo posible. Arregló el traslado de Kenshin y Soujirou a la misma universidad que la de ella.
Sorprendentemente, Hiko Seijurou sacó todos los ahorros de su vida y compró un departamento bastante bello además de pagar algunos semestres por adelantado de las carreras de sus hijos; Derecho para Kenshin y Psicología para Soujirou.
-Ken, ¿Podrías ser tan amable de ayudarme con estas bolsas? – pronunció Megumi.
-Por supuesto Megumi, entremos por favor – respondió Kenshin cediéndole el paso a Megumi.
Una vez dentro, Megumi saludó a los demás.
-Hiko-san, usted cada día más joven.
-Gracias por el cumplido muchacha.
-Tenga, esto es para usted – agregó Megumi sacando de una de las bolsas una botella de sake – espero le guste.
-Tú siempre tan considerada. Gracias.
-No hay por qué Hiko-san. ¡Soujirou! ¡Qué alegría verte! – dijo la mujer abrazando efusivamente al chico – Mírate, cada día te pones más guapo… No cabe duda de que ambos, Ken y tú, son hermanos, los dos son tan atractivos.
-Oro.
-También me da gusto verte Megumi – respondió Soujirou con una sonrisa.
-Bueno, los dejo. Iré a la cocina a disfrutar de este sake yo solo… Hasta luego Megumi.
-Hasta luego Hiko-san.
Hiko se retiró a la cocina dejando a Megumi, Soujirou y Kenshin.
-Megumi, no debiste – dijo Kenshin, refiriéndose al regalo que la mujer le hizo a Hiko.
-Vamos Ken… Un poco no le hará daño. Hiko-san es de las personas más sanas que conozco.
-Sí… pero me refiero a que no era necesario que gastaras tu dinero en eso.
-Tonterías… Miren, también traje regalos para ustedes.
-¡Regalos! – exclamó un alegre Soujirou.
Megumi le dio una bolsa a cada quien – Vamos chicos… ábranlas, a ver si les gusta.
Ken sacó de su bolsa dos chaquetas largas negras, eran una especie de gabardina. Aunque no lo parecía, estaban hechas de una tela muy ligera.
-Anda Ken, las dos son iguales, ponte una para ver cómo te queda – mencionó Megumi.
Kenshin se puso una chaqueta. Le quedaba estupenda, perfecta para él, y le daba un toque de elegancia y atracción bastante sexy.
-WOW. Está linda Kenshin – agregó Soujirou.
-Te ves tan guapo Ken… Te queda perfecta.
-Gracias Megumi – dijo Ken sonrojado – Pero, ¿por qué dos?
-Son para cuando vallas de cacería Ken. Así que por eso te doy dos, si se te ensucia una, tienes la otra.
-Entiendo… Arigato Megumi.
-Pero aún no sacas todo Ken.
-¿Hay más?
-Claro, mira bien la bolsa.
Kenshin sacó dos boinas negras de cuero muy modernas y unas gafas que tenían cierto toque deportivo, las cuales tenían las micas de color rojo.
-Oro.
-Ken, todo esto es para que lo uses cuando vallas a cazar vampiros, aquí en Tokio debes ser mucho más cuidadoso con respecto a tu identidad – decía Megumi.
-Pero… ¿Todo esto será necesario? – preguntó Kenshin.
-Por supuesto Ken. Con la boina, puedes cubrirte ese hermoso cabello rojo y con las gafas, el color de tus ojos no se verá…
-Pero…
-No hay pero que valga Ken, ese cabello y el color de tus ojos son los dos rasgos que te hacen inconfundible, si no los ocultas, tu identidad será muy fácil de descubrir.
-¿Tú crees?
-Claro. Además… estoy segura de que te verás muy sexy Ken – respondió Megumi con unas orejas de zorro en la cabeza.
-Oro.
-Sou-chan, ¿qué esperas para abrir lo tuyo? – mencionó la mujer.
-Ah… Sí…
Soujirou abrió la bolsa que le correspondía, sacó dos chamarras de mezclilla oscura y un poco deslavada, y una especie de máscara-antifaz de color blanco, con la figura del rostro moldeada.
-¿Te gusta Sou-chan? Hace tiempo me pediste que te consiguiera una ¿lo recuerdas?
-Por supuesto… Muchas gracias Megumi, es justo como la quería, al estilo "fantasma de la opera" – respondió un alegre Soujirou.
-Así es guapo.
-Arigato Megumi – añadió Kenshin.
-No tienen nada que agradecer, esto lo hago con mucho gusto, ustedes son las personas que más quiero, lo saben.
Ambos muchachos respondieron con una sonrisa.
-Oigan chicos, por favor cuídense mucho y si algo les sucede, no duden en recurrir a mí ¿ok?
-Claro que sí Megumi, tú también sabes que cuentas siempre con nosotros – respondió Kenshin – Es más, te daré un juego de llaves del departamento para que entres cuando quieras.
-Oh… Muchas gracias Ken.
-Oye Megumi, ¿y tienes muchos amigos aquí en Tokio? – preguntó Soujirou.
-Conocidos tengo muchos Sou-chan, pero amigos solo a ustedes… No suelo caerle muy bien a la gente – respondió algo triste.
-Yo tampoco tengo muchos amigos Megumi, no te desanimes… El que es muy sociable es Soujirou – agregó Kenshin.
-Es cierto pero… Ahora que lo mencionas, nunca te he conocido una novia Sou-chan.
-Hm… la verdad es que no he tenido – respondió Soujirou divertido.
-Pero eso no es posible, siendo tú tan lindo y apuesto.
-Jajajajajajajaja, ¿tú crees Megumi?... Pero en lugar de preguntarme a mí, deberías preguntarle a Kenshin, es dos años mayor que yo y tampoco ha tenido nunca una novia.
-So… Soujirou.
-Ah, pero eso se debe a que Ken ya está reservado para mí querido Sou-chan.
-¿Oro? ¿De qué hablas Megumi?
-Ken, aún eres joven, debes conocer y vivir más, mientras tanto, yo me encargaré y cuidaré de ti hasta el momento en que encuentres a alguien lo suficientemente capaz de hacerlo, y si no la encuentras, entonces yo encantada me quedaré contigo siempre – mencionó en tono coqueto.
-Gra… gracias – respondió Kenshin algo turbado.
-WOW – agregó Soujirou.
-Bueno, qué dicen, ¿los llevo a dar un paseo por la ciudad?
-¡Sí! – exclamó Soujirou.
-Ok, otou-san está disfrutando de su sake, y tenemos tiempo… vamos – añadió Kenshin.
Megumi llevó a sus amigos a lugares de distracción, primero fueron a una especie de balneario lleno de toboganes y juegos; luego fueron a una de las plazas principales conformadas por un sin fin de comercios de todo tipo, desde puestos de comida hasta verdaderas y enormes tiendas de anime y manga (las preferidas de Kenshin) y de comics (las preferidas de Soujirou); posteriormente, a petición de Soujirou, fueron al cine.
En la noche, Megumi los llevó a un bar donde se podía escuchar muy buen rock.
-Les va a encantar chicos, las bandas que tocan aquí son realmente buenas, incluso hasta podrían unírseles – mencionó Megumi.
-Wow, eso sería genial ¿no lo crees Kenshin? – dijo Soujirou.
-Tienes razón Soujirou, me agrada la idea.
-Pues entremos chicos.
Los tres jóvenes entraron al lugar, se sentaron en una de las mesas al frente del escenario, pidieron algunas bebidas y comenzaron a disfrutar de la música.
-A propósito Megumi ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó Kenshin.
-Se llama Lamia.
-Oh – dijo Soujirou.
¿Qué sucede? – respondió Megumi.
-Lamia, es la antigua voz para vampiro en griego – añadió Kenshin.
Después de un rato, la dueña del lugar subió al escenario.
-Hola a todos, su amiga Sekihara Tae les da la bienvenida a "Lamia", y ahora tengo el gusto de presentarles a una gran banda… Los dejo ahora con "Deep of Fire".
En ese momento, salieron a escena tres apuestos muchachos. El líder de la banda, vocalista y guitarrista provisional, Sanosuke Sagara, conocido como "Sanza", un joven alto, fuerte, de piel algo bronceada, con una ligerísima y muy delgada casi imperceptible barba a lo largo del contorno de su rostro, cabello café castaño corto y peinado en picos, ojos miel, vestido con unos pantalones ajustados de cuero negro, una camisa de moda en color vino remangada, ajustada y semiabierta (por no decir abierta), la cual, dejaba ver casi por completo su bien formado torso, como toque final, portaba una cinta roja en la cabeza. En los sintetizadores encontramos a Shougo Mutoc, mejor conocido como "Amakusa", es, al igual que Sanza, un joven alto, un poco más fornido, tes de piel clara, mirada atractiva y penetrante además de misteriosa, cabello castaño lacio, suelto y largo hasta los hombros, vestido con unos jeans deslavados y una camisa gris claro de manga corta, ajustada y de cierre. En la batería tenemos a Tsunam Tsukioka, mejor conocido como "Katsu", joven de cabello negro y largo, apariencia tranquila, vistiendo unos jeans rotos en las rodillas y una playera azul marino. Ellos tres conformaban el grupo "Deep of fire".
Comenzaron a tocar, realmente eran buenos, las chicas enloquecían y gritaban sin cesar. Pero Kenshin y Soujirou notaron que la banda tenía ciertos problemas para acoplarse, Sanosuke tenía dificultades para mantener el ritmo de la guitarra que tocaba y a la vez cantar, además de eso; Katsu a veces cometía errores en la batería, aunque eran prácticamente imperceptibles.
El grupo terminó de tocar… La mesa de Kenshin, Soujirou y Megumi estaba al frente, por lo que los hermanos pudieron apreciar perfectamente a la banda.
-Parece que tuvieron dificultades – dijo Kenshin.
-Sí, no dominan bien sus propios instrumentos – respondió Soujirou.
-Además, son solo tres.
-Tienes razón Kenshin, aunque son buenos, no lo son tanto como yo creía.
-Pero es que faltan dos integrantes – agregó Megumi.
-¿Oro?
-¿Qué?
-Sí, antes eran 5, no sé donde estén los demás.
Pero alguien interrumpió la charla.
-Ah… Vaya vaya, miren quien está aquí… Nada más y nada menos que la kitsune, hace tiempo que no te veía por aquí – dijo el joven conocido como "Sanza", quien se acercó a la mesa de Kenshin y los demás.
-¿Ustedes se conocen? – preguntó Soujirou.
-Podría decirse chico. Por cierto kitsune, no me digas que ahora piensas hacer de las tuyas con estos dos incautos.
-Mejor cállate, estos chicos son mis amigos.
-Claro, lo que tú digas… Y ustedes, mejor deberían alejarse de esta zorra, puede causarles muchos problemas, casi termino con mi novia Sayo por culpa de esta mujer.
-Ya deja de hablar Sanosuke y preocúpate por tus propios asuntos – respondió Megumi molesta y apenada de que Soujirou y Kenshin tuvieran que presenciar tal discusión.
-Y qué si no lo hago zorra – respondió desafiante Sanosuke.
-Megumi tiene razón, deberías de encargarte de lo tuyo en vez de seguir molestando – se adelantó Kenshin a responder en un tono muy tranquilo y sereno.
-Nadie pidió tu opinión pelirrojo.
-Oye… Sanza, deberías hacerle caso a mi hermano, no queremos problemas. Mejor ve a investigar cual es la forma correcta de tocar la guitarra por que cometiste bastantes errores hace un rato – agregó Soujirou.
-¿Qué dijiste mocoso? – respondió molesto Sanosuke.
-Simplemente la verdad… Sabes, si tienes problemas con la guitarra, mi hermano Kenshin puede enseñarte a tocarla como se debe, y dile a tu baterista que con mucho gusto le daré una asesoría para que no tenga tantas dificultades.
-Ja… con que te crees muy listo niño… ¿Por qué no salimos a arreglar esto de una buena vez?
-Lo siento mucho, pero no me gustar lastimar a las personas – respondió con una sonrisa.
-¿Qué te has creído? – dijo Sanosuke mientras tomaba a Soujirou por el cuello de la camisa.
En ese instante, Kenshin se levantó y dio un golpe en la mesa con una expresión algo desafiante. Megumi, y los demás lo miraron con sorpresa. Pero así como surgió su expresión desafiante, desapareció, sustituyéndose por una linda sonrisa.
-¿Por qué no lo arreglamos de otra manera? – dijo Kenshin.
-¿Qué sugieres pelirrojo?
-¿Tendrían la amabilidad de prestarnos sus instrumentos un momento?
Momentos después, Shougo, Katsu y Sanosuke se encontraban sentados en la mesa de enfrente junto con Megumi.
-Con que van a tocar… Interesante – comentaba Shougo.
-Sí, pero no creo que toquen algo tan bueno como nosotros lo hacemos – agregó Sano.
-Sabes Sanosuke, tu tuviste la culpa de que el baterista y el guitarrista se fueran, deberías de rezar por que estos chicos lo hagan bien, no nos vendría mal meter a dos elementos en la banda, estaríamos completos de nuevo – dijo Katsu.
-Oye, tuve que hacerlo, esos dos que estaban antes, no tenían el nivel adecuado – dijo Sanosuke para defenderse.
-Pero al menos no cometíamos tantos errores como ahora – añadió Shougo.
-Cuando escuchen a mis amigos, estoy segura de que irán a implorarles que se les unan a su banda – intervino Megumi.
-Silencio, van a comenzar, iré a presentarlos – mencionó Katsu, quien se dirigió al escenario donde ya se encontraban Kenshin y Soujirou en la guitarra y batería respectivamente listos para comenzar a tocar… Katsu dirigió unas palabras al público – Muchas gracias a todos por acompañarnos esta noche, hoy tendremos algo inusual, estos chicos que ven aquí, nos han pedido el escenario para mostrar su talento, es así que los dejo con Kenshin y Soujirou, quienes interpretarán en forma completamente instrumental, una pieza muy conocida por todos la cual es todo un clásico, estoy hablando de "Pegasus fantasy"… Suerte chicos y comiencen – finalizó Katsu al momento que se retiraba del escenario.
Kenshin y Soujirou se miraron, Soujirou dio tres golpes con las baquetas y comenzaron a tocar. (N/A: Poner "pegasus fantasy" aquí ^^)
Kenshin dominaba la guitarra eléctrica en forma maravillosa, coordinándose perfectamente con su hermano en tiempo y armonía, usaba el pedal de distorsión magníficamente y al tocar la cuerdas de la guitarra, daba una prolongación genial al sonido de cada nota, agregando un toque apasionado y casi melancólico… Transmitiendo sensaciones increíbles en cada uno de los oyentes con cada acorde, con cada nota, con cada movimiento de cuerdas o de manos…
Soujirou tocaba excelentemente bien la batería, y le daba la perfecta libertad a Kenshin de manipular la guitarra a su antojo sin preocuparse del tiempo o del ritmo, de repente, Soujirou realizaba remates que embellecían la melodía, y que combinadas con las perfectas distorsiones con el pedal que realizaba Kenshin, producían un sonido prendido, roquero y apasionado.
Ambos hermanos tocaban de lo mejor, y no cometían ni un solo error de coordinación o tiempo, la gente no tardó en enloquecer debido a la grandiosidad de la melodía, y enloquecieron aún más cuando Kenshin realizó un solo impresionante…. Sus dedos se movían a una velocidad increíble y su precisión era casi incomprensible… El juego de luces también contribuía a prender aún más el ambiente.
Mientras tanto, en la mesa de en frente, Amakusa, Katsu y Sanosuke contemplaban admirados y casi embobados a esos chicos que a pesar de aparentar ser muy jóvenes, tocaban con la experiencia de todo un veterano, pero a la vez, con el toque juvenil de su edad, en ese momento el pensamiento de los tres muchachos fue: "Deben ser parte de nuestra banda".
Sanosuke había corrido a los antiguos integrantes por que no tenían el nivel adecuado, pero ahora, al ver a estos chicos, se dio cuenta de que habían encontrado a los músicos perfectos para su banda…
Megumi apreciaba satisfecha y llena de orgullo la interpretación de sus dos amigos… Era como si viera a personas diferentes pero a la vez las mismas, era como si plasmaran todas sus emociones en cada nota, como si se dejaran embargar por esa energía musical y se olvidaran de todo los demás… realmente eran felices cuando tocaban.
Cuando terminaron su maravillosa interpretación, la gente les aplaudía como desesperada, los gritos de las chicas no se hicieron esperar ante tal muestra de talento y guapura de ambos jóvenes que se limitaban a mirar asombrados la reacción del público que los aclamaba.
Un rato después, Sanosuke se disculpó por la forma en que se había comportado y junto con Shougo y Katsu, pidieron humildemente a los hermanos Himura que se unieran a la banda "Deep of fire".
Soujirou y Kenshin aceptaron muy complacidos unirse a ella.
Después de un rato de charlar amenamente, los hermanos Himura anunciaron que debían irse, pero que estaban dispuestos a cumplir con los ensayos y presentaciones de la banda.
Esa misma noche, Kenshin, Soujirou y Hiko, salieron a cazar vampiros. Como de costumbre, Soujirou y Kenshin iban juntos mientras que Hiko se separaba de ellos.
Hiko era un hombre frío cuando de vampiros se trataba, no se permitía tener el mínimo de piedad con ellos. Seijurou se encontraba persiguiendo a un vampiro, aunque este último era muy rápido, Hiko logró darle alcance. Mientras luchaba con este vampiro, Hiko no se percató de que había uno más acechándolo. Justo cuando el maestro Seijurou degolló al vampiro con el que luchaba, surgió el otro de entre las sombras rápidamente… Hiko, totalmente desprotegido solo lo vio venir, pero antes de que el vampiro se impactara contra él y lo atacara, alguien intervino pateando al vampiro, alejándolo así de Hiko.
-AHG… Con que eres tú maldito proscrito – dijo el vampiro aturdido por el golpe del sujeto misterioso.
-Será mejor que guardes silencio si quieres que te deje ir – respondió el hombre.
-Calla… Muy pronto encontraremos la manera de acabar contigo y cuando lo hagamos rogarás por unirte a nosotros.
-Realmente no lo creo – dijo el sujeto acercándose más y más al vampiro mientras sacaba una especie de jeringa de su gabardina clara, la cual, portaba encima de un elegante e impecable traje negro.
-¿Qué… qué me vas a hacer? – preguntó atemorizado el vampiro.
En un rápido movimiento, el sujeto misterioso logró inyectarle al vampiro una sustancia extraña.
-AHG… ¿Qué me has hecho maldito?
-Con esto ya no tendrás que beber sangre humana en un buen tiempo, así que no habrá necesidad de que mates a inocentes – añadió el hombre.
-Pero eso no impide que siga bebiendo sangre.
-Por supuesto que lo impide… Si te atreves a beber sangre humana, la sustancia que te inyecté reaccionará al combinarse, y provocara tu muerte segura, ya que la sangre humana que bebas se tornara venenosa para ti.
-¿Qué? No… no te creo.
-Si quieres puedes comprobarlo, pero acepta mi consejo, no lo hagas, te costaría la vida. Ah… lo olvidaba, no intentes beber de otros vampiros, si lo haces, solamente los contagiarás. Lo que yo te recomiendo es que duermas por un tiempo, y cuando despiertes yo mismo podré ayudarte a vivir sin tener que beber sangre humana.
-No quiero nada de ti maldito proscrito. Cuando el efecto de esta cosa pase, regresaré para acabarte.
-No podrías.
Y con esto, el vampiro se dio a la huída lanzando maldiciones y demás, mientras que Hiko contemplaba confuso todo pero se disponía a seguir al vampiro.
-No se preocupe, ya no representa peligro – le dijo el elegante hombre.
-¿Qué? – respondió Hiko algo molesto.
-A propósito, ¿se encuentra bien? – preguntó el sujeto.
-Por supuesto, no necesitaba ninguna ayuda. Ahora dígame quién es usted – exigió Hiko.
-Me presentaré, mi nombre es Aoshi Shinomori.
-Y ¿qué es lo que pretende con todo esto Shinomori?
-Simplemente la paz… Ahora le toca a usted presentarse señor, esa forma en la que mató al vampiro aquel se me hace familiar, la he visto en otros lugares, de casualidad ¿ha estado usted en Kyoto?
-Yo soy Hiko Seijurou, cazador de vampiros y sí, he estado en Kyoto.
-Ya veo… Me doy cuenta de que es una persona muy hábil… Escuche, no es necesario que mate a los vampiros de esa manera, le propongo que unamos fuerzas, yo puedo encontrar una manera en que los vampiros dejen de causar daños y puedan vivir en armonía con los humanos.
-Eso es imposible Shinomori, este es mi deber.
-Si usted me permitiera unos minutos para explicarle.
-No tiene que explicarme nada… Yo soy un cazador… Así que es mejor que se vaya… Tendré piedad con usted por que me "ayudó", pero a la próxima que lo encuentre, no dudaré en cumplir con mi deber y lo mataré… Por que a mi no me engaña, usted es un vampiro al igual que este que yace aquí, es solo que usted tiene alma.
-Veo que no puedo ocultarle nada Hiko-san… Pero creame, mis intenciones no son malas, todo lo contrario, he encontrado formas para vivir de otras cosas que no sean la sangre humana y quiero compartirla con los de mi especie, al igual que usted, tampoco quiero que se acabe con vidas inocentes, por que al fin y al cabo, yo también fui un ser humano, y lo sigo siendo en cierta forma.
-No me importa lo que piense, simplemente apártese de mi camino, si no lo hace, lo mataré – finalizó Hiko marchándose del lugar.
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Pasaron dos meses después de que Soujirou y Kenshin llegaran a Tokio y se unieran a la banda "Deep of fire". Realmente su vida había cambiando para bien, se encontraban muy felices, ya que habían hecho buenas amistades con los miembros de la banda.
Era una mañana de verano, Kenshin se disponía a ir a la Universidad para verificar los trámites que tenía que realizar en cuanto a las materias que cursaría en el período que se acercaba.
Como se habían mudado a medio período escolar, no le quedó otra opción más que esperar a que terminara y entrar como alumno de nuevo ingreso al siguiente período el cual iniciaría en aproximadamente dos meses y medio.
Kenshin fue a la universidad para conocerla y familiarizarse un poco, era un lugar bastante grande, contaba con un amplio estacionamiento para los vehículos de los estudiantes; una hermosa biblioteca con una cantidad inmensa de volúmenes y las mejores y más cómodas instalaciones, contando con perfecto equipo de audio y video, además de computadoras y muchas cosas más; los jardines eran bellísimos y las fuentes que adornaban cada uno de ellos también; el gimnasio también era sumamente extenso al igual que los auditorios con los que la institución contaba; las áreas deportivas eran de primer nivel, y los salones estaban acondicionados perfectamente, realmente era una universidad muy bella…
Kenshin iba embobado admirando la que sería su futura universidad, realmente estaba feliz por eso…
Mientras tanto, en uno de los salones cerca de ahí…
Un grupo de 11 personas se encontraba en el salón A-311, el ambiente era realmente tenso, los alumnos esperaban sentados escuchar su nombre por parte del profesor que tenían al frente.
-Sorata, siete; Kunimoto, siete; Ishimara, siete; Yagi, ocho; Saki, ocho y… Kamiya…
La joven Kamiya esperaba sumamente nerviosa su calificación de la materia de "Teoría del Derecho II"… Materia con la que había tenido bastantes problemas; había reprobado con cero el primer examen, pero en los siguientes se concentró y estudió mucho, por que había logrado un ocho en el segundo examen (lo que ninguno de sus compañeros logró), un 10 en el tercero y un 10 en el final… ahora esperaba su calificación impacientemente, el corazón le dio un brinco cuando escuchó…
-Kamiya… ah… sí… excelente trabajo, tienes diez… felicidades – decía el profesor que tenía al frente – Los demás a quienes no nombré, están reprobados.
Wow, al parecer el profesor había tomado en cuenta todo su esfuerzo a lo largo del semestre y había terminado por ponerle un diez.
De 35 gentes que era el grupo, solo 11 habían obtenido derecho para presentar examen final, y solo 6 habían pasado la materia, ya que incluso, si sacaban un seis, el profesor lo tomaría como reprobado, la mínima calificación para aprobar era siete.
Kaoru salió muy contenta del salón, le hacía sentir muy bien la noticia de haber aprobado con diez la materia que incluso había pensado dar de baja. Ahora iba casi brincando de alegría, ya no podía esperar para llegar a su casa y contárselo a su hermano. Iba tan feliz que no se dio cuenta de por donde caminaba si no hasta muy tarde…
PLAST!!!!!
Kaoru se estrelló con algo o alguien que la detuvo casi en seguida…
-"Auch… pero qué demonios" – pensaba Kaoru al momento que trataba de incorporarse.
-Disculpa por favor, yo tuve la culpa, no veía por donde iba… ¿Estás bien? – decía el sujeto con quien había tropezado.
-Deberías tener más cuida… - pero Kaoru dejo de hablar al mirar de frente a la persona con la que había chocado. – "Que ojos más hermosos, son violeta… Y ese cabello, ese rostro… WOW. ¡QUE HOMBRE MÁS APUESTO!" – pensaba la chica.
-"Que chica más linda… Siento como si la conociera… es realmente hermosa" – pensaba el chico pelirrojo.
-De… descuida, yo tuve la culpa… Fui yo quien no se fijaba por donde iba – logró hablar por fin la muchacha.
-Oro… - fue lo único que se le ocurrió decir a Kenshin.
-¿Cómo dijiste? – preguntó la joven algo intrigada.
-Ah… eh… go… gomen… Esa expresión… la digo sin darme cuenta… Creo que desde niño.
-¿Puedes volver a repetirla?
-¿Oro?
-Sí… no sé por que pero… Se me hizo muy familiar, como si ya la hubiera escuchado antes… No sé en donde, pero estoy segura de que la he escuchado antes, incluso de la misma manera en que la pronuncias.
-Oro.
-Y dime… ¿No te lastimé? – preguntó Kaoru.
-No… ¿Tú estás bien?
-Claro, realmente esto no es nada.
-Me alegro… De nuevo te ofrezco mis disculpas.
-Ah… no hay problema… Y dime, ¿eres nuevo? Nunca te había visto por aquí.
-Eh… Sí, de hecho entraré como alumno de nuevo ingreso para el siguiente período y vine a arreglar ciertos trámites. Por cierto, ¿Sabes donde queda la oficina de "Servicios Escolares"? Me dijeron que fuera ahí para pedir mis materias.
-Claro… Vamos, yo te llevo – dijo Kaoru muy entusiasmada.
-No quisiera causarte molestias – respondió el chico.
-No es ninguna molestia… La universidad es grande y si no sabes en donde queda cada cosa puedes tardar mucho en salir de aquí…
-Muchísimas gracias.
-Por cierto, mi nombre es Kaoru Kamiya. ¿Cómo te llamas tú?
-Yo soy Kenshin Himura, a tus órdenes…
Dijeron ambos mientras se estrechaban las manos, y cuando lo hicieron, algo en su interior se agitó en forma precipitada… Fue como si miles de imágenes pasaran por las mentes de ambos… imágenes confusas, sensaciones intensas… Como si algo resurgiera de sus cenizas con más fuerza que nunca…
Continuará…
Notas de la autora:
Hola… Tanto tiempo ne? Bueno, primero que nada una disculpa por la tardanza en actualizar, pero espero que haya valido de algo la espera… Espero que ahora que tengo vacaciones pueda dedicarle un poco más de tiempo a mis fics.
Muchas gracias a todos los que dejaron su review o me mandaron su comentario vía e-mail, de verdad que todos esos detalles son extremadamente valiosos para mí.
Quisiera profundizar en agradecimientos especiales, pero no cuento con mucho tiempo en este, pero dedico este capítulo muy especialmente a mi amiga Tanuki-chan de Monterrey por haber sido quien más me apoyó para que continuara con esta locura, gracias amiga, y lo que sea, sabes que cuentas conmigo… Muchas gracias también a Meg.
Ojalá les guste y ya saben, espero sus comentarios.
Ah… Y aprovecho para hacerle publicidad al fic de mi hermano "Tres espadas un destino". Chéquenlo, está muy interesante y original, también lo encuentran aquí, es de Rurouni Kenshin y el nick de mi hermano es "Arcanis el omnipotente". Denle una leída, les va a gustar…
Cuídense mucho y hasta pronto…
Hitokiri lady ^_^x
Hitokiri_rlady@hotmail.com
