Melodía nocturna: Sangre, venganza y amor…
Hola. En el capítulo anterior pudimos enterarnos un poco de las personalidades de más de nuestros protagonistas. En esta época, Kenshin es el hermano mayor de Soujirou, ambos hijos de Hiko Seijurou, quien es el cazador de vampiros de la dinastía del dragón, pero si algo le llegara a ocurrir, automáticamente el puesto sería para Kenshin. Sin embargo, Hiko ha entrenado a sus dos hijos en el Hiten Mitsurugy, por lo que ambos son cazadores de vampiros, aunque en caso de que Hiko muriera, Kenshin sería el cazador oficial, Soujirou tiene también el poder puesto que es parte de la dinastía del dragón. Ambos chicos son huérfanos de madre desde pequeños, pero son muy buenos hermanos entre sí y siempre buscan ayudarse mutuamente. Como jóvenes que son, ambos chicos son apasionados de la música. Kenshin, de 19 años, es un gran guitarrista, estudia Derecho y es aficionado del maga y el anime, además de la lectura. Soujirou, de 17 años, toca la batería como nadie y entrará pronto a la universidad para estudiar Psicología, es aficionado a los comics y a los juegos de video. Ambos chicos son amigos de una mujer llamada Megumi Takani, quien es mayor que ellos, pero es su especie de médico personal. En nuestro capítulo anterior, Soujirou y Kenshin conocieron a Sanosuke Sahara, Tsunam Tsukioka y Shougo Mutoh, con los cuales se han aliado para formar digamos una banda musical. También fuimos testigos de la aparición de Aoshi Shinomori, quien aunque no lo parece, es un vampiro y tuvo un encuentro singular con Hiko Seijurou. Finalizamos con el encuentro inesperado de dos de nuestros principales protagonistas, Kenshin Himura y Kaoru Kamiya se han encontrado en la misma Universidad. ¿Qué sucederá ahora?
Capítulo 3: Descubrimientos
Imágenes… Muchas imágenes desbordando sus mentes…
En cuanto estrecharon sus manos, ambos comenzaron a experimentar extrañas sensaciones: Melancolía, dolor, culpa… Pero también amor, mucho amor, demasiado amor, ilusión y esperanza.
Las imágenes pasaban tan rápido y se veían tan borrosas, que ni siquiera podían distinguir los rostros de la gente que aparecía.
Un suceso en particular llamó su atención. Estaba oscuro, unas luciérnagas brillaban con esa luz verde jade en medio de la noche. Había una mujer ahí, vestía un kimono a la forma tradicional, luego, alguien más se añadió a la escena, un hombre vestido también a la forma tradicional. No se distinguían sus rostros ni lo que decían entre ellos, pero pudieron sentir su tristeza cuando el hombre abrazó tiernamente a la mujer con quien conversaba. Luego la soltó y el hombre desapareció en medio de las tinieblas, dejando llorando desconsoladamente a la mujer…
Pero todo aquello pasó en centésimas de segundo y desapareció en cuanto la chica y el joven dejaron de estrecharse las manos.
La joven se balanceó un poco y el muchacho cerró los ojos brevemente algo aturdido. "¿Qué fue eso?" Pensaron ambos, pero se recuperaron rápidamente y actuaron como si un hubiera sucedido nada. Ninguno de los dos quería dar una mala impresión, así que actuaron normalmente, después de todo, no sabían que ambos habían visto las misma imágenes.
-Kaoru, es un bello nombre – dijo el muchacho aparentando normalidad.
-Lo mismo digo de ti Kenshin, tu nombre es… Hermoso – respondió la joven con una sonrisa.
-A… Arigato – Kenshin tenía un pequeño rubor en sus mejillas, si Soujirou lo viera, seguro se moriría de risa.
-Entonces buscas la oficina de servicios escolares. Vamos, si sigues caminando en esa dirección no llegarás a ningún lugar, la oficina queda para el otro lado – añadió Kaoru.
-Muchas gracias de verdad. A veces suelo ser algo despistado.
-Sí, lo sé – pronunció la chica con naturalidad.
-¿Cómo?
-Ah… eh… que es por aquí, vamos - ¿Qué había sido eso? Ella no había visto a Kenshin nunca en su vida. ¿Por qué de repente se sentía como si lo conociera desde siempre?
-OK
Mientras caminaban, los jóvenes sostuvieron una muy amena charla. Kenshin por ejemplo, se sentía como un pez en el agua hablando con esa muchacha, algo que nunca antes le había sucedido. Solía ser algo tímido con la gente en general, pero hablar con Kaoru era extremadamente fácil para él, ella le brindaba mucha seguridad y además era muy amable. Pero no solo eso, conforme más hablaba con ella, se daba cuenta de que tenían mucho en común…
Lo mismo sucedía con Kaoru, aunque parecía ser una chica moderna que le caía bien a todo el mundo por su forma de ser, la verdad era que no tenía amigos. Siempre le fue muy difícil abrirse ante otra persona que no fuera su hermano, ni siquiera lo hacía ante su novio Enishi. En la preparatoria hizo unas pocas amistades, pero dejó de frecuentarlas cuando entró a la universidad, y aunque era aceptada por sus compañeros, no tenía a nadie a quien pudiera llamar amigo de verdad. Pero con Kenshin era diferente, tan solo la mirada cálida de ese chico la hacía sentirse protegida, a salvo, y el dulce tono de su voz era tan agradable. La extraña cortesía con la que actuaba le daba un toque todavía más atractivo, puesto que es muy raro en esta época toparse con un chico cortés y caballeroso, y este singular pelirrojo lo era. Además, de eso, notó que compartían mucho en común.
-WOW… Que coincidencia, yo también estudio Derecho – dijo alegre la chica.
-¿De verdad?
-Sí, estoy por pasar a tercero.
-Yo debería estar en cuarto, pero tengo que tomar algunas materias de tercero debido al cambio de universidad.
-Pues espero que podamos tomar algunas materias juntos Kenshin.
-Realmente me encantaría, tal vez podemos ponernos de acuerdo.
-Claro, ven el día once y podremos escoger el mismo horario.
-Así lo haré. Me dará mucho gusto tomar clase contigo.
-El gusto será mío. Y dime ¿qué fue lo que te impulsó a estudiar esta carrera?
-Pues verás, siempre he pensado en una forma de proteger a las personas de los abusos que la gente poderosa comete, pero lo quiero hacer de una manera pacífica, así que por eso me decidí a estudiar Derecho. Además, la lectura es casi como un vicio para mí y todo lo que tiene que ver con el hombre desde una perspectiva digamos… más humana.
-Wow…
-¿Oro?
-Es muy raro encontrar a chicos que piensen así… Algunos compañeros que tengo, eligieron esta carrera por que quieren poder… Todo lo opuesto a lo que tu deseas… Tal y como yo lo pensé. Yo decidí estudiar esa carrera por eso, por que estoy harta de que la gente con dinero o poder se aproveche de la pobreza o de la ignorancia de las personas. Yo quiero ayudarlas. Valla Kenshin, eres realmente muy especial.
-Eh… ah… Bueno… También decidí estudiar esta carrera por que… bueno…
-¿Sí?
-Eh… yo… No soy muy bueno con los números. Odio las matemáticas – respondió apenado.
-¿Hm? Jajajajajajajajajajajaja…. ¿Y de qué te apenas Kenshin?
-Oro… pues… Creo que eso afectará tu forma de pensar sobre mí.
-De ninguna manera. Veo que además de bueno, eres sincero. Yo también odio las matemáticas y en parte también fue por eso que me decidí por el Derecho, además, te puedo asegurar que un buen porcentaje de los estudiantes de Derecho es un cero a la izquierda en Matemáticas y todas las demás ciencias exactas. Así que no tienes nada de que apenarte.
-Que comprensiva Kaoru-dono.
-¿Qué dijiste?- preguntó molesta la chica.
-Ka… Ka… Ka… Kaoru, Kaoru solamente – respondió temeroso el joven. Estamos en el siglo XXI, el "dono" es totalmente retro. ¿De dónde lo sacó? Lo raro fue que aquella palabra salió de su boca con la mayor naturalidad. Pero por razones que él mismo desconocía, supo que a Kaoru le molestó mucho esa palabra "dono" y tenía miedo de cómo pudiera reaccionar.
-¿Ah sí? Me pareció escuchar un horrible "dono".
-Ah… eh… No, para nada.
-Pues… Eso me alegra por que ¿sabes? Detesto esa palabra. Y no es por que esté pasada de moda ni nada así, simplemente la detesto. Así que te agradecería que nunca te dirijas a mí con "dono", "kun" o "san"… El "chan" y el "sama" son bien recibidos – finalizó con una sonrisa la joven.
-Muchas gracias por decírmelo. Lo tendré en cuenta. Y espero que tú también te dirijas a mí con la mayor naturalidad posible.
-Gracias.
-Gracias a ti – dijo Kenshin mientras leía en letrero de una oficina: "Servicios Escolares" – Creo que ya llegamos.
-Emmm… Sí. Pues… espero verte el día once para coordinar nuestros horarios – dijo la chica un poco triste de que la charla con ese simpático y dulce pelirrojo terminara – Bueno, fue un placer conocerte Kenshin Himura, hasta la vista – Kaoru se dio vuelta y comenzó a caminar rumbo al estacionamiento de la Universidad, pero la dulce voz del pelirrojo la detuvo.
-Espera… Eh… ¿vas a tu casa?…
-¿Sí? – respondió la chica con ilusión en su mirada.
-Ah… Eh… Ah… Muchas gracias por ayudarme.
-Oh… Sí, no hay de qué – dijo algo decepcionada la chica.
-Eh… oye… ¿Tienes auto? – preguntó el pelirrojo.
-Sí.
-Ah… Es que. Me hubiera gustado llevarte a tu casa en señal de agradecimiento – dijo desilusionado el joven.
-Ah… - Rayos, de haber sabido, habría respondido que no tenía vehículo.
-Oye… No quisiera molestarte, pero si tienes tiempo… ehmmm. Pues… - Kenshin se estaba poniendo tan rojo como su cabello. Era la primera vez que quería invitar a una chica a salir y eso realmente lo ponía nervioso.
-Sí… Si tengo tiempo. Ahmmm… ¿Por qué no entras por tu tira de materias? No tardarás más de 15 minutos. Yo te espero aquí y cuando salgas podremos finalizar nuestra conversación. ¿Te gusta la idea? – "¿Qué rayos fue eso? ¿Desde cuando se preocupaba por finalizar conversaciones con los chicos? Pero esta no era una conversación cualquiera, y tampoco era un chico cualquiera…"
-Ah… OK. Ya regreso.
-Bien.
Después de unos cuantos minutos, Kenshin salió de la oficina donde tramitó su solicitud de materias. Al salir, miró a Kaoru que lo esperaba pacientemente mientras leía un libro, la chica lucía como si estuviera fuera de esa dimensión y solo mantuviera su concentración en lo que leía. Un poco titubeante, Kenshin se acercó a la joven, ella al notar su presencia cerró su libro suavemente para dedicarle toda su atención. Cosa rara, por que Kaoru casi nunca acostumbraba interrumpir su lectura cuando alguien se le acercaba para hablarle, a menos que fuera algo de suma importancia. Pero con Kenshin era diferente… Sí… todo era muy diferente…
-¿Terminaste?- preguntó amablemente la chica.
-Sí. Muchas gracias por esperar.
-OK… Entonces ¿en qué nos quedamos?
-Pues… En el motivo que nos orilló a estudiar Derecho. Oh… Estás a punto de terminar ese libro ¿verdad? – Preguntó Kenshin.
-Eh… Sí, comencé a leerlo hace una semana más o menos, es una verdadera obra de arte, una joya de la literatura. Se llama "Memorias de una Geisha".
-Sí. Yo tengo ese libro. Hace poco que también terminé de leerlo – respondió Kenshin para la gran sorpresa de Kaoru.
-¡En verdad!
-Sí. Es realmente maravilloso. Incluso creo que lo leeré otra vez, es tan hermoso que nunca se me hizo cansado o tedioso.
-Wow… Entonces tenemos mucho de que hablar Kenshin.
-Me encantaría, sabes, a veces he querido compartir mis opiniones con alguien más. Pero desafortunadamente no he podido encontrar a alguien.
-Pues a mi me pasa lo mismo. Pero ahora, ya no estoy tan segura.
-Eh… Disculpa Kaoru, me gustaría continuar con la conversación…
-¿Ya tienes que irte Kenshin?
-No… No me dejaste terminar. Digo que me gustaría continuar la conversación en otro lugar, claro, si a ti no te molesta.
-No, por supuesto que no me molesta. ¿Qué sugieres?
-Pues… Bueno yo… Eh… Si estás de acuerdo, me honraría mucho si aceptaras una invitación a comer.
-¿A comer?
-Bueno, sí. ¿Te gusta la comida italiana?
-¡Me fascina!
-¿Entonces aceptas?
-Claro.
-Eso me alegra. Entonces te mostraré dónde. Supongo que tu auto está en el estacionamiento ¿no?
-Sí.
-Espero que no sea mucha molestia que me sigas, yo traigo una motocicleta.
-Wow… Así que también tienes una motocicleta… A mi me fascinan – respondió la joven.
-De hecho, es de mi hermano Soujirou, me la prestó hoy.
-Pues entonces ya no perdamos más tiempo aquí y vamos. Yo te sigo. O si quieres dime el nombre del restaurante, igual y lo conozco.
-Eh… Bueno yo… Lo que sucede es que yo…
-¿Tú qué?
-Yo planeaba cocinar y que comiéramos en mi casa.
-No me digas que también cocinas.
-Eh… bueno… un poco.
-Wow Kenshin. Eres todo un estuche de monerías. Pues entonces yo te sigo, quiero probar tu comida y me gustaría conocer tú casa – "¿Qué fue eso de nuevo? ¿Desde cuando aceptaba invitaciones para ir a la casa de un muchacho sin conocerlo siquiera?" Pero se trataba de Kenshin… y Kenshin tenía algo muy especial a lo que Kaoru ni siquiera trataba de resistirse.
-Muy bien, entonces nos veremos.
Kaoru subió a su deportivo negro y siguió a Kenshin quien iba en una sofisticada motocicleta. Kaoru no pudo evitar sentir cierta atracción hacia aquel chico pelirrojo de ojos hermosos. Pero no solo era atracción lo que sentía, era también como un aura diferente la que emanaba de Kenshin…
Un rato después, ambos llegaron al edificio donde se encontraba el departamento de Kenshin.
-Pasa por favor – pronunció el muchacho mientras le cedía el paso a su acompañante.
-Que lindo apartamento Kenshin, es bastante grande.
-Si, es muy amplio. ¿Quieres que te lo muestre?
-Me encantaría.
-Pues mira, por aquí está el cuarto de mi padre. Es de los cuartos más grandes.
-Ya veo.
-Sí, y este es el cuarto de Soujirou. Déjame llamarle para presentártelo. Soujirou ¿puedo pasar?- preguntó Kenshin desde el exterior.
-Sí, entra – respondió una agradable voz desde dentro.
-Soujirou, traje una invitada, se quedará a comer con nosotros. Kaoru, él es mi hermano – dijo el muchacho pelirrojo.
-Mucho gusto, yo soy Kaoru Kamiya – dijo la chica con una sonrisa en el rostro.
-Hola, Soujirou Himura a tus órdenes – pronunció Soujirou mientras se levantaba de un sofá y dejaba un videojuego.
-Eres tan educado como tu hermano.
-Jajaja, gracias.
-Bien, ahora creo que comenzaré a cocinar. ¿Gustas algo de tomar mientras preparo la comida Kaoru? – preguntó Kenshin muy cortésmente.
-Eh… No gracias, estoy bien. Esperaré a que esté lista la comida Kenshin, gracias.
-Ok. Pues entonces, Soujirou te atenderá mientras cocino.
-Si quieres puedo ayudarte, no soy muy buena en la cocina, pero al menos puedo ayudarte a cortar o algo así.
-No te preocupes Kaoru, tú eres mi invitada. Ponte cómoda. O si quieres, Soujirou puede enseñarte el resto de la casa.
-Está bien Kenshin, como digas.
Kenshin se fue a la cocina mientras Soujirou le mostraba a Kaoru algunas cosas interesantes.
-Mira, este es el cuarto de Kenshin ¿quieres entrar? – preguntó Soujirou.
-Claro.
Cuando entraron, Kaoru quedó maravillada. El cuarto de Kenshin era casi como un santuario para ella y se parecía mucho al cuarto de ella misma. El de Kenshin era muy moderno, con un lindo librero repleto de libros perfectamente ordenados. Había una linda computadora negra y un discreto aparato de sonido. Kaoru observó también, que en las paredes del cuarto habían diferentes posters de grupos de rock que a ella le fascinaban y también de series de anime, sip, anime.
-¿No me digas que tu hermano es otaku Soujirou?
-Pues sí, a Kenshin le fascina todo lo relacionado al anime y manga. Yo soy más aficionado de los comics, pero esto también me agrada.
-No lo tomes a mal, pero creo que el cuarto de Kenshin es el más hermoso de todos los de la casa –añadió Kaoru.
-Pues, si tú lo dices. Pero es que aún no has visto nuestro cuarto preferido – respondió Soujirou.
-¿Y qué esperas para enseñármelo?
Soujirou llevó a Kaoru hacia el cuarto donde estaban sus instrumentos musicales y donde solían practicar.
-Es genial – dijo Kaoru emocionada – Tienen una batería, micrófonos, amplificadores, guitarras eléctricas, bajos… wow
-No todos los instrumentos son nuestros. Aquí es donde nuestra banda suele practicar.
-¿Están en un grupo?
-Sí, nos unimos a ellos hace dos meses… Pero las prácticas cada vez mejoran más.
-¿Y cuál es la banda en la que están?
-Se llama "Deep of fire".
-¿Deep of fire? Entonces… Eso quiere decir que conoces a Sanza.
-Sí… ¿Tú lo conoces también?
-Se puede decir… Así que entonces, se están preparando para el concurso de bandas que habrá en "Lamia", el bar de Tae – dijo Kaoru.
-Sí… Sanosuke ha mencionado algo de eso.
-Que interesante.
-Oye y ¿cómo es que sabes todo eso?- preguntó el joven.
-Bueno, hace tiempo también me uní a una banda, aún estamos acoplándonos y no hemos decidido si entraremos al concurso.
-Y ¿cuál es tu instrumento Kaoru?
-La guitarra eléctrica.
-¿De verdad?- dijo Soujirou sorprendido.
-Sí… Me fascina. Desde muy niña toco la guitarra.
-Es increíble.
-¿Por qué?
-Kenshin también toca la guitarra.
-¿Hablas en serio Soujirou?
-Sí. Es el guitarrista principal de nuestra banda y no tienes idea de cuanto se apasiona a la hora de tocar.
-Kenshin es increíble, cada vez que conozco más de él, me sorprendo más. Y ¿Cuál es tu instrumento Soujirou?
-La batería.
-Qué bien. A mi también me fascina tocar la batería.
-¿Sabes?
-Solo un poco.
-¿Porqué no tocamos algo en lo que Kenshin termina?
-Me encantaría.
Pero en ese momento, Kenshin llegó para avisarles que la comida estaba lista.
Los jóvenes fueron con gusto a la mesa.
-Soujirou ¿Dónde está otou-san?
-Se fue a recorrer la ciudad, dijo que llegaría hasta en la noche.
-Entonces comeremos sin él.
-Me hubiera gustado conocer a tu papá Kenshin.
-Espero que pueda ser en otra ocasión Kaoru.
-Por supuesto que sí.
Los tres chicos comieron alegremente. Disfrutaron primero de una deliciosa ensalada césar a base de lechuga, vinagreta italiana y queso parmesano. Luego comieron una suculenta ración de spaghetti a la boloñesa y como plato fuerte un delicioso pollo a la parmagiana , para finalizar con un pay de frambuesa.
-Kenshin, esta ha sido la mejor comida de mi vida. No tenía idea de que pudieras cocinar también – mencionó Kaoru.
-Estoy acostumbrado a cocinar desde niño, eso es todo Kaoru.
-Kenshin tiene una especie de talento natural para la cocina – agregó Soujirou.
-Ya lo creo que sí – mencionó Kaoru.
-A… Arigato. Me alegra que te gustara Kaoru.
-A propósito Kenshin. Soujirou me comentó que están en una banda.
-Sí, estamos practicando y cada vez mejoramos más.
-Que interesante, me encantaría escucharte alguna vez.
-Realmente no soy tan bueno Kaoru.
-No le hagas caso Kaoru, es el mejor cuando se trata de tocar la guitarra. Y ¿sabes qué? Aquí entre nos… - dijo Soujirou a Kaoru haciéndole una seña para que se acercara.
-¿Sí? – dijo la chica, bastante interesada en lo que Soujirou pudiera decirle.
-Kenshin tiene una voz muy especial para cantar.
-¡Soujirou! No digas eso – dijo Kenshin sonrojado.
-¿De verdad? Pues no me sorprendería, ya que de por sí el tono de su voz es muy agradable – añadió Kaoru.
-No… no le hagas caso Kaoru, a veces Soujirou inventa cosas.
-No son inventos Kaoru. Lo que yo digo es la verdad.
-Pues entonces no cabe duda de que quiero escucharte Kenshin. Creo que sería genial que fuera en el concurso de bandas, así que esperaré hasta ese día. Y si mi banda se incorpora lo suficiente tal vez incluso seamos rivales.
-Oro.
-Jajaja. Me encanta cuando dices eso. Bueno, es tarde y ya debo irme. Fue un placer conocerlos chicos.
-El placer es nuestro – respondieron ambos.
-Ah… Lo olvidaba, espero verlos en el concurso de bandas, será en tres semanas.
-Ahí estaremos.
-OK. Bye.
-Bye.
Después de despedirse, Kaoru se subió a su deportivo y se dirigió a su casa.
Mientras tanto en el departamento.
-Hey Kenshin. ¿Desde cuando traes invitados a la casa? Eso es nuevo en ti. Me gusta.
-Soujirou por favor. De haber sabido que le dirías que canto, la habría llevado a un restaurante.
-¿Y Porqué te pones así? Kaoru es muy amable.
-No quiero que se forme una mala imagen de mí.
-¿Y Desde cuando te interesa lo que una chica piense de ti?
-Eh… eh… oh… Bueno yo…
-No te preocupes Kenshin. No sé por que, pero me dio la impresión de que has encontrado a tu media naranja. Tus ojos cambian cuando la miras.
-Soujirou por favor. Apenas nos conocemos.
-Sí. Pero eso no quita que ustedes ya se conocieran desde antes y por eso congeniaron tan bien. Quizá fueron novios en otra vida…
-No empieces con tus historias raras y mejor ayúdame a limpiar.
-OK… Como digas.
-¿Sabes? Soujirou. Deberíamos de prepararnos más para el concurso.
-Yo también lo creo así…
-En tres semanas volveremos a encontrarnos…
En otro lugar…
Kaoru llegaba a su casa con muy buen humor después del ameno rato que había pasado en compañía de los hermanos Himura. Parecía increíble, pero el tiempo se había pasado volando y ya estaba oscuro cuando Kaoru llegó a su casa. Justo cuando bajaba de su auto, un sujeto alto, de cabello negro vestido con saco y corbata negra se le acercó.
-Disculpe – mencionó el hombre.
-¿Sí? ¿Qué desea? – preguntó Kaoru con cautela.
-¿Aquí vive Rikai Kamiya?
-Sí, yo soy su hermana, Kaoru Kamiya. ¿Quién lo busca?
-Mi nombre es Aoshi Shinomori. Necesito hablar con su hermano de algo muy importante.
-¿Aoshi Shinomori? Un momento… Es usted el tipo que lo ha estado fastidiando diciéndole cosas raras a cerca de su novia Tomoe ¿no? Mi hermano ya me lo había comentado, él no quiere saber nada que provenga de usted, está harto de sus extrañas historias a cerca de vampiros y esas cosas.
-Entonces su hermano no ha creído ni una palabra de lo que le he hablado. Es una pena. Quizás ahora sea demasiado tarde.
-Oiga. No le permito que hable de mi hermano en ese tono. Y si él no cree ninguna de sus palabras, yo tampoco tengo por qué hacerlo.
-Creo que el problema es que no entienden las dimensiones de este. Lo que le dije a su hermano es cierto. Tomoe Yukishirou no es lo que aparenta ser.
-A mi no me corresponde escuchar eso.
-¿Porqué no me deja pasar y podremos charlar calmadamente? Le explicaré todo lo relativo a esa mujer.
-Eh… ¿Sabe qué? Mejor vallase de aquí. Si mi hermano llega y lo encuentra, le aseguro que le puede ir muy mal. Retírese por favor. Hágalo inmediatamente si no quiere que llame a la policía– exclamo impaciente Kaoru.
-Oye niña. Deberías hablarle con más respeto a Aoshi-sama, te está haciendo un gran favor en tratar de explicarte el daño que esa mujer llamada Tomoe puede causar – dijo una tercera voz. Se trataba de una chica de aproximadamente 16 años, cabello negro largo atado en una coleta baja que a la vez estaba trenzada.
-¿Quién eres tú? – preguntó Kaoru a la chica.
-Yo soy Misao Makimachi, la asistente de Aoshi-sama.
-¿Qué? ¿Asistente?
-Así es señorita Kamiya. Ahora, es su última oportunidad para saber que es lo que sucede con Tomoe Yukishirou. Estoy seguro de que sabe que ella no es de fiar, y sé que desea saber por qué es tan extraña. Yo tengo la respuesta a sus preguntas sobre ella. Creo que si se preocupa por el bienestar de su hermano, le interesará saber esto.
Kaoru no sabía que responder ante las palabras de Aoshi. Ciertamente el hombre estaba en lo correcto, pero su hermano se enfadaría mucho si se enterara.
-Yo… No me gustaría que mi hermano se enterara de que tuve una conversación con usted – pronunció la joven Kamiya.
-No se preocupe. Trataré de ser lo más claro y breve posible.
-Está bien. Pasen.
Misao y Aoshi entraron a la casa de Kaoru. Los tres se acomodaron en una espaciosa sala.
-Ahora, dígame qué es lo que sucede con esa mujer. Yo, siento algo muy extraño en ella, pero no sé que es.
-La respuesta es sencilla, señorita Kamiya. Tomoe Yukishirou es un vampiro.
-¿Qué? – respondió Kaoru con la más absoluta incredulidad.
-Sé que es muy difícil de creer, pero así es. Hace algunos meses, Tomoe Yukishirou vino a Japón y se instaló aquí en Tokio. Nuestras investigaciones dicen que ella vivía en Europa junto con su madre, pero cuando esta murió, Tomoe vino aquí y ahora vive con su hermano menor ¿cierto?
-¿Cómo es que sabe todo eso? – preguntó Kaoru sorprendida de que Aoshi pudiera poseer tal información.
-Mi asistente es quien se encarga de la mayoría de las investigaciones. Si quiere saber cómo tuvo acceso a toda esa información entonces entiéndase con ella – respondió Shinomori. Kaoru volteó a mirar a la chica llamada Misao.
-¿Qué puedo decir? Tengo un talento natural para la investigación – añadió la joven Misao con una sonrisa inocente.
-Lo importante de esto señorita Kamiya, es que hay otro motivo por el cual Tomoe Yukishirou vino a Tokio. Y es eso lo que aún estamos investigando. Lo que podemos decirle por ahora, es que a Tomoe Yukishirou le encantaba viajar por toda Europa. Jamás se interesó realmente por la salud de su madre.
-No entiendo a que quiere llegar señor Shinomori.
-Como dije, a Tomoe Yukishirou le encantaba andar de paseo por toda Europa despilfarrando cantidades ridículas de dinero. En fin, en uno de esos viajes, Tomoe Yukishirou conoció Gian-Carlo Alexandretti, un vampiro italiano.
-Al parecer, la tonta de Tomoe se enamoró de Gian-Carlo y ambos tuvieron una aventura, pero un buen día Gian-Carlo la convirtió en lo que es ahora y la dejó sola en Italia sin un centavo – añadió la joven Misao.
-Con su recién adquirida habilidad, Tomoe llegó a su casa en Francia. Eso coincide más o menos con la fecha en que murió la madre de Yukishirou – agregó Aoshi.
-No creo nada de eso de los vampiros. Pero suponiendo que eso es cierto ¿debo entender que usted piensa que Tomoe asesinó a su propia madre?- preguntó Kaoru con la paciencia al límite.
-Es lo que creemos, pero tampoco podemos asegurarlo. Lo que es cierto, es que al verse sin dinero, Tomoe utilizó como pretexto la muerte de su madre para venir a Japón. Lo que ella quiere ahora es buscar a Gian-Carlo y vengarse de él, pero para eso necesita ayuda y dinero, mucho dinero. Gian-Carlo es un vampiro muy viejo, eso lo hace realmente poderoso.
-¿Y qué tipo de ayuda es la que puede desear Tomoe en el caso de que su ridícula historia sea cierta señor Shinomori?
-Necesita alimentarse y crear aliados – respondió en tono grave el hombre.
-¿Aliados? ¿Se está refiriendo a… mi hermano y a… Enishi?
-Por el momento, son los dos prospectos que Tomoe ha elegido, además de que tanto su hermano como Enishi Yukishirou pueden financiar su búsqueda por Gian-Carlo.
-Patrañas. Cometí un gran error al dejarlo entrar a mi casa. Le exijo que se valla – respondió bruscamente Kaoru.
-Escuche señorita Kamiya. Su hermano está en un gran peligro al mantener cualquier tipo de relación con esa mujer. En cualquier momento ella podría… Matarlo, o incluso convertirlo en un vampiro. Sé que usted nota la hostilidad que hay en Tomoe, pero ni su hermano ni Enishi Yukishirou sienten el peligro puesto que el amor hacia ella los ciega. Usted es la única que puede hacerlos entrar en razón.
-Así es Kaoru, no solo tu hermano, también tu novio está en grave peligro – añadió Misao.
-Yo… Yo no puedo creer en esas cosas. Los vampiros son mitos, no existen.
-Ese es uno de los principales medios de protección para los vampiros. Que los demás no crean o simplemente nieguen su existencia. Pero la verdad es que los vampiros han existido desde que el hombre existe. Y cada vez son más, claro que muchos se pueden camuflar fácilmente en el mundo de los mortales pasando por auténticos humanos. Y esos son vampiros muy especiales y poderosos – expuso Aoshi.
-Son tonterías. Solo tonterías.
-Escuche señorita Kamiya, sé que le es imposible creerme por ahora y la entiendo. Pero le sugiero que vigile a su hermano y que esté al tanto del comportamiento de Tomoe. Dígame ¿alguna vez la ha visto desayunar, comer o cenar?
-No…
-¿La ha visto a plena luz del día?
-No…
-¿Su piel a veces es más pálida de lo normal?
-Sí…
-Ahí tiene, rasgos inconfundibles de vampiros.
-Usted está loco.
-Solo le aconsejo que cuide a su hermano, a su novio y a usted misma. Esa mujer es muy peligrosa para ustedes.
-¿Porqué se dedica usted a este tipo de cosas? – preguntó la joven Kamiya.
-Por que es mi deber señorita. No quiero quitarle más tiempo, esta es mi tarjeta con mi número. Llámeme si necesita ayuda o se presentan problemas. Ahora sí nos retiramos. Con su permiso.
-Bye – se despidió la joven Misao.
Una vez que Aoshi y Misao abandonaron el lugar, Kaoru se sentó pensativa en un sofá contemplando la tarjeta. Minutos después el teléfono sonó.
-¿Diga? – dijo Kaoru.
-Kaoru ¿qué no piensas venir? Tenemos que practicar las nuevas piezas-le respondió una voz femenina en el auricular – Enishi está aquí y comienza a impacientarse.
-Ah… "Rayos, olvidé que hoy había ensayo"- pensó la joven Kamiya y luego dijo – Estoy allí en 10 minutos Sayo, por favor esperen.
-Está bien, pero trata de darte prisa.
-Sí- y dicho esto, Kaoru tomó las llaves de su auto y salió de su casa…
Horas después, en otro lugar…
Era una lujosa habitación de un hotel ubicado en las afueras de Tokio. Las siluetas de un hombre y una mujer se distinguían difícilmente en medio de la oscuridad del lugar. Ropas tiradas en el suelo…
-To… Tomoe- pronunciaba un hombre presa de una agitación extraña.
-¿Me amas Rikai?- preguntó una mujer de cabello y ojos negros muy cerca del oído del hombre que estaba debajo de ella.
-Sí… Infinitamente.
-¿Incluso sabiendo lo que soy, un vampiro?
-Sí…
-¿No te importa todo lo que te dijo ese molesto de Shinomori?
-No…
-¿No temes por tu vida?
-No…
Aquella extraña conversación estaba dándose en medio de una relación íntima entre Rikai (el hermano de Kaoru) y Tomoe (hermana de Enishi). Rikai se encontraba en medio de un extraño éxtasis mientras que Tomoe se encargaba de hundirlo más y más en él con sus caricias y el tono extraño de su voz…
-¿Entonces de verdad me amas?- volvió a preguntar la mujer.
-Sí… Con locura… - respondió Rikai con la respiración muy agitada.
-¿Cómo podrías demostrármelo?
-Pide… lo que quieras…
-¿Lo que quiera?
-Sí… - pronunció Rikai casi en forma de gemido…
-¿Estarías dispuesto a cumplirlo Rikai?
-Sí… Sí – dijo el hombre con la voz entrecortada.
-¿Qué es lo que quieres tú Rikai?
-E… E… Estar contigo.
-¿Para siempre?
-Pa… Para siempre…
-Pero… Somos diferentes Rikai, no podríamos estar juntos para siempre.
-Yo… quiero… estar contigo… para siempre – decía Rikai en medio de respiraciones cortas y rápidas.
-Yo también… ¿Sabes qué es lo que quiero?
-Dímelo…
-Quiero un compañero, me siento muy sola Rikai.
-Pero… yo… yo… estaré contigo… siempre…
-No entiendes querido. Quiero un compañero que comparta la misma naturaleza que la mía… ¿Sabes qué más quiero?
-¿Qué?
-Quiero alimentarme. Estoy muy débil, no he probado alimento en varios días…
-Entonces… bebe de mí…
-¿Hablas en serio amor?
-A… a… aliméntate y… hazme tu compañero.
-¿Serías capaz de hacer eso por mí?
-Sí…
-Pero… ¿En verdad lo quieres?
-Sí… Te lo suplico… Bebe de mí y hazme tuyo…
-¿Estás seguro?
-Sí…
-¿Completamente?
-Sí…
-No quiero obligarte a hacer algo que no deseas- añadió la mujer con malicia en sus ojos.
-Lo qi… quiero… Lo deseo…
-Entonces cierra los ojos… Relájate. Tu corazón está demasiado agitado, tranquilo, tranquilo… Eso es. Déjame ver tu cuello… Sí… Obediente, eres tan obediente… Tranquilo… Así, así. Sentirás dolor al principio, pero después se pasará y te gustará. ¿Confías en mí Rikai?
-S… Sí…
-Entonces te abriré las puertas a un nuevo mundo… No te resistas en ningún momento y trata de disfrutarlo… Cumpliré tu deseo y beberé de ti… - Dijo en susurro. Sin más preámbulos, Tomoe abrió completamente la boca mostrando sus colmillos de vampiro y los encajó bruscamente en el cuello de Rikai, como una fiera salvaje que devora a su presa.
Rikai sintió dos finas agujas traspasando su piel, sintió dolor, pero en ningún momento puso resistencia alguna. Luego, pudo sentir el trayecto de su sangre circulando sus venas en dirección a la boca de Tomoe, pudo percibir la succión que ella ejercía sobre su cuello y luego fue víctima de un placer mucho mayor al que había experimentado hace unos instantes intimando con la mujer. Después de algunos segundos de placer que para Rikai fueron más largos, Tomoe se separó de él adquiriendo un color natural en todo su cuerpo y su temperatura corporal también se elevó. Rikai ahora yacía en la cama moribundo, era solo cuestión de segundos antes de que su corazón dejara de latir, Tomoe lo había poseído en una forma casi feroz. A pesar de estar a punto de morir, Rikai aún poseía algo de conciencia y contemplaba el cambio que Tomoe había sufrido en su cuerpo, no sentía ninguna especie de dolor aunque tampoco podía mover una sola parte de su cuerpo. Después de limpiarse la sangre que escurría de su boca, Tomoe se acercó a Rikai.
-Ahora, necesitas un nuevo soplo vital, de lo contrario, en poco tiempo dejarás de existir y no queremos que eso pase – le susurró – No te preocupes, yo tengo lo que necesitas, pero prométeme que te detendrás cuando lo ordene.
-Lo… Lo… prometo – dijo Rikai con las pocas energías que le quedaban.
-Bien… Entonces… – pronunció la mujer al tiempo que se cortaba las venas con las uñas. La sangre comenzó a fluir de su muñeca, poco a poco la acercó a los labios de Rikai hasta que fue él mismo quien la tomó y comenzó a beber desesperadamente la sangre de Tomoe. Ella, al sentir que era suficiente, le ordenó detenerse. Al principio Rikai no pareció escuchar, pero no tardó en obedecerla a pesar del incontenible deseo que tenía de seguir bebiendo de ella. Al hacerlo, Rikai siguió tendido en la cama incluso más agotado de lo que estaba, pero con una gran euforia en su interior. Luego, su cuerpo comenzó a retorcerse mientras Tomoe lo contemplaba impasible. Después, el color del cuerpo de Rikai fue cambiando gradualmente hasta volverse un pálido extrañamente atractivo, los colmillos en su boca no tardaron en formarse. Terminado el proceso, Rikai se incorporó.
-Bien… Lo has hecho muy bien. ¿Cómo te sientes ahora? – preguntó la mujer.
-Como nunca me había sentido en mi vida – respondió Rikai maravillado de su nuevo yo.
-Sí…
-Tomoe… quiero… quiero más…
-Lo sé querido, lo sé. Pero por ahora ya no hay tiempo, pronto amanecerá y necesitamos dormir. Vámonos de aquí, te llevaré a un lugar tranquilo y descansaremos juntos –dicho esto, Tomoe tomó la mano de Rikai y salieron juntos a otro lugar…
En casa de Kaoru…
Eran aproximadamente las 5:30 am y Kaoru apenas regresaba del "ensayo" con su banda. Habían practicado duramente hasta altas horas de la noche y parte de la madrugada en casa de una chica llamada Misanagi. Enishi se fue antes por que dijo que no se sentía muy bien, por lo que solo estuvieron para ensayar Kaoru, Sayo y Misanagi. Después de todo, Enishi solo era un refuerzo en lo que conseguían una integrante más, ya que el apuesto novio de Kaoru se negó ser el único hombre en una banda de puras chicas. Pero después de tanto practicar, habían quedado agotadas, por lo que Misanagi sugirió hacer algo "loco" para que se relajaran. Para Kaoru hacer algo loco era ir a las carreras clandestinas de autos que se realizaban ya muy tarde en ciertos puntos desiertos de la ciudad o hacer travesuras en la calle. Pero para Misanagi hacer algo loco podía significar un sin numero de cosas. Y para Sayo, la más calmada de las tres, hacer algo loco era sinónimo de hacer algo prohibido. Kaoru tuvo un poco de temor por lo que pudiera sugerir Misanagi, y de Sayo pues ni hablar. Lo cierto es que las tres estaban tan agotadas que Misanagi creyó conveniente traer un galón de jugo de naranja bien frío y dos botellas de vodka de su servibar, aprovechando que sus papás estaban de viaje y no había nadie que la vigilara.
Las otras dos chicas, al ver esto, supusieron que a Misanagi le apetecía un trago. Misanagi, sirvió jugo con una cantidad considerable de vodka para las tres. Kaoru y Sayo al principio no quisieron ingerir demasiada bebida, pero Misanagi tenía un gran talento para inducir a beber más, que a veces ni siquiera te dabas cuenta. Podía organizar desde divertidos e inocentes juegos hasta tretas en las que bebías o bebías. Claro que esto lo hacía muy rara vez, y era con el único fin de pasar un buen rato y divertirse en confianza.
Pasó un rato y las chicas ya llevaban algunas copas. Su conversación comenzaba a tornarse divertida y estaban pasando un rato agradable. Pero Misanagi seguía bebiendo sin motivo aparente. Kaoru ya se sentía algo mareada y agotada. Sayo no era muy resistente al alcohol por lo que luego le daban ataques de risa muy graciosos y comenzaba a arrastrar las palabras igual que Misanagi.
-Vamos chicas, beban, que no me gusta conversar con alguien que esté más sobrio que yo.
-Creo que es suficiente para mí –dijo Kaoru – tengo que manejar.
-Oh vamos Kaoru… Por eso no hay problema, puedes quedarte aquí si quieres y mañana te vas – decía Misanagi –Además tenemos muuuuchooo de qué hablar…
-¡Es cierto¡ Mis papás me van a matar si no llego a dormir a la casa – decía una asustada Sayo.
-Si quieres yo te llevo Sayo, me queda de paso.
-¿De verdad?
-Sí…
-Gracias Kaoru – dijo Sayo a punto de llorar. Es muy gracioso como puede actuar cierta cantidad de alcohol en el cuerpo humano.
-Bueno Misanagi, creo que es suficiente por hoy, ya nos vamos. Vete a acostar ¿sí?
-OK. OK. Maneja con cuidado, no creas que estás tan sobria.
-Está bien – dijo Kaoru mientras ayudaba a su amiga a subir al auto, Sayo balbuceaba cosas como -¿Qué diría Sanosuke si me viera?
-Kaoru… - llamó Misanagi cuando esta terminó de ayudar a Sayo.
-¿Sí?
-¿De verdad quieres a Enishi?
-¿Qué?
-Solo respóndeme.
-Ah… Sí… si lo quiero…
-Pues entonces ya no lo descuides.
-¿Qué?
-Nada, nada. No me hagas caso, estoy ebria ¿no ves? Anda… vállanse con cuidado chicas.
Es así, que después de dejar a Sayo en su casa, Kaoru llegó a la suya un poco más mareada debido a que la brisa del viento le había pegado con facilidad, y eso normalmente hace que los efectos por beber de más se intensifiquen.
Kaoru no estaba ebria, pero si lo suficientemente mareada y cansada como para desear intensamente dormir unas cuantas horas sin interrupción alguna. A pesar de estar muy mareada, notó que el auto de su hermano Rikai no estaba, pero no le dio mucha importancia y se fue a dormir…
Como al medio día, Kaoru se despertó con un leve dolor de cabeza. Se dio un baño y luego comió algo. Para su sorpresa, Rikai no estaba en casa y eso le preocupó.
Espero pacientemente pero Rikai simplemente no llegaba.
Eran aproximadamente las 11:00 pm cuando Kaoru decidió que la espera había llegado a su fin. Iba a comenzar a telefonear a los amigos de Rikai para preguntar sobre su paradero cuando escuchó que alguien entraba en la casa. Segura de que era su hermano quien había llegado, Kaoru corrió a recibirlo. Se llevó una gran sorpresa al no ver a nadie en la entrada. Luego, una voz proveniente de la sala llamó su atención.
-Ka… Kaoru – pronunció el hombre.
-¿Rikai?
-Ne… Necesito… Necesito que me ayudes. No puedo más con la ansiedad – pronunció Rikai con esfuerzo.
Continuará…
¿Kaoru está en peligro? ¿Qué sucederá ahora? No se pierdan el siguiente capítulo.
Notas de la autora:
Hola. ¿Qué les pareció?
Espero que les esté agradando la idea y realmente me encantaría saber su opinión puesto que son los más importantes para que siga escribiendo. Por favor, les agradecería mucho que tomaran parte de su valiosísimo tiempo en decirme lo que piensan a cerca de esta historia… Por favor, háganme saber sus opiniones.
Quisiera agradecerles y dedicar este capítulo a las personas que me han apoyado últimamente en esta historia con sus valiosos reviews, ojalá les guste. Desafortunadamente no tengo tiempo ahora para agradecerles personalmente, pero saben que estoy en deuda con cada uno.
MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SUS VALIOSAS OPINIONES…
Si quieren saber sobre las actualizaciones de este fic, dejen su mail en un review o bien mándenme un correo electrónico, estaré complacida en poder servirlos. No lo olviden, estoy a sus órdenes.
Cuídense mucho y hasta pronto.
Hitokiri lady.
