Capítulo 7
Frío Seco
Arken elf: Agradezco la review recibida, gracias a eso he decidido continuar esta historia. Lamento la tardanza.
GRACIAS.
*****
Meses Después...
El viento soplaba fuertemente esa noche, una tormenta se avecinaba. Los árboles se agitaban con fiereza ante tal fuerza que arrancaba las hojas indefensas de sus viejas ramas.
El bosque se sumergía en sonidos irregulares y miedo, los habitantes huían a sus escondites.
La figura de un joven de extraña apariencia se divisaba entre la maleza, junto a él otra criatura de blanco resplandor observaba sin inmutarse.
A sus pies relucía la superficie plana y sólida de una cripta, con una sencilla inscripción grabada en su forma.
"Ash Ketchum, amado hijo y gran entrenador".
La hierba (Ahora crecida), recubría parte de la lápida ocultándola del mundo.
Por su estado, era obvio que nadie la había visitado hace tiempo.
-Muerto para el mundo- se escucho la voz del joven.
-Bill habrás de pagar por eso- continuo.
-Te juro que hoy iniciara el tiempo de tu caída, junto con aquel que comenzó esta maldición- finalizo internándose nuevamente en el bosque.
*****
El sol iluminaba el cielo una vez mas.
Todo parecía normal en los alrededores, la gente había vuelto a sus actividades tiempo atrás y muy pocos continuaban con la búsqueda del místico pókemon de Viridian.
No muy lejos de ahí, el joven de negra vestimenta caminaba observando a la gente pasar frente a él, sin detenerse atravesó las extensas calles de la ciudad, sin un rumbo fijo o un propósito igual.
Tranquilo levanto la mano para cubrirse del sol, traía consigo tan solo un par de pokébolas en su cinturón, con pantalón, playera y gabardina negra ocultaba su cuerpo del resto y su largo cabello erizado le tapaba los oídos ocultándolos para bien.
Había pasado casi un año desde su ultima visita a esa ciudad, pero ahora las cosas eran muy distintas.
Se le podía ver en sus ojos.
Una mirada que alguna vez fue inocente y tierna no reflejaba nada mas que frialdad aquella que pudiese atravesar el alma de cualquiera con tan solo un chasquido.
Indiferencia para todos, odio solo para uno.
Un espíritu infranqueable creado solo del dolor, la ira, el sufrimiento y la traición, cualquier otro sentimiento se ocultaba ya olvidado.
Observo la gigantesca construcción que se divisaba al frente.
Ese edificio, un lugar que contenía terribles recuerdos tanto para él, como para muchos otros.
Se adentro pasando por la puerta principal hasta la sala de espera, los guardias le miraban extrañados, pero al ver que se detuvo en el mostrador no hicieron nada.
Recargando su brazo levemente en la barra, se detuvo mirando a su alrededor.
*****
Recuerdos de su primera llegada se hacían visibles en su mente...
-Vamos debemos apresurarnos- Gritaba Bill con enojo al resto del equipo.
-Señor hacemos lo que podemos, lo que sucede es que no tenemos suficiente espacio en las áreas designadas, y debemos reorganizar todo para seleccionar lo mas importante- replico su ayudante mientras anotaba algo en una pequeña libreta suya.
-No me importa lo que sea, solo apresúrense- replico el científico en jefe.
-¿Dónde se encuentra mi pequeño proyecto?- pregunto mirando a su alrededor.
El joven híbrido peleaba jalando sus ataduras, lo cual comenzó a llamar la atención de los presentes. Ya que a pesar de encontrarse restringido, peleaba por su libertad.
El hombre molesto se aproximo a él mirándolo fríamente.
-Tonta criatura, ¿Acaso crees tener oportunidad?- pregunto al chico. Y sin molestarse en escuchar una respuesta, levanto la mano acertando un golpe en su rostro que lo hizo caer fuertemente en el suelo, la sangre salpico levemente el pavimento al lado del niño, quien solo le miró con odio, pero no hizo nada.
El equipo se apresuro a levantarlo llevándolo adentro, mientras Bill se sonreía con aires de autoridad.
La grandes puertas de cristal se abrieron cerrándose nuevamente a su espalda para no volverse abrir mas.
O al menos eso pensaba en ese momento, aunque el destino se encargaría de todo lo contrarió.
*****
Ahora se encontraba en ese lugar de nuevo, pero por opción propia ( irónico)- pensó.
Dio un ultimo vistazo en el piso de recepción internándose en el pasillo.
Los guardias del lugar se percataron, pero antes de que pudiesen moverse una fuerza desconocida los lanzo contra el muro a una velocidad sobrehumana.
Ambos quedaron inconscientes al instante.
La recepcionista se levanto exaltada, preparándose para enfrentar a ese chico, pero al ver la mirada de ese jovencito quien le observaba de frente se paralizo de miedo.
-Tu no debes intervenir- murmuro levantándola por los aires, sin siquiera tocarla.
Recuperando el aliento la mujer se tenso tratando demoverse, pero para entonces no alcanzo a ver nada mas que la barra de informes.
Ella se impacto contra la barra, perdiendo el conocimiento, pero sin mas daño.
Él sabía que ellos lo estarían esperando, pero todo aquel que se metiera en su camino no sufriría mejor suerte.
Al caminar, sujeto fuertemente una de las esferas que colgaban de su cinturón, volviendo al pasillo, las alarmas sonaban en toda la estructura y los grupos de seguridad se preparaban para el ataque.
Sin importar la confusión el joven híbrido continuaba su camino en búsqueda de su verdadero objetivo.
El momento de la verdad había llegado, una misión que se conocería como Frío Seco daba comienzo, la única manera de recuperar lo perdido...
*****
Me disculpo por lo pequeño de este capítulo, pero deseo saber si la idea es lo suficientemente buena para continuar, si es Así, por favor díganlo y si no cualquier comentario o sugerencia será bien recibido.
ATTE
Arken elf.
Arken elf: Agradezco la review recibida, gracias a eso he decidido continuar esta historia. Lamento la tardanza.
GRACIAS.
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Meses Después...
El viento soplaba fuertemente esa noche, una tormenta se avecinaba. Los árboles se agitaban con fiereza ante tal fuerza que arrancaba las hojas indefensas de sus viejas ramas.
El bosque se sumergía en sonidos irregulares y miedo, los habitantes huían a sus escondites.
La figura de un joven de extraña apariencia se divisaba entre la maleza, junto a él otra criatura de blanco resplandor observaba sin inmutarse.
A sus pies relucía la superficie plana y sólida de una cripta, con una sencilla inscripción grabada en su forma.
"Ash Ketchum, amado hijo y gran entrenador".
La hierba (Ahora crecida), recubría parte de la lápida ocultándola del mundo.
Por su estado, era obvio que nadie la había visitado hace tiempo.
-Muerto para el mundo- se escucho la voz del joven.
-Bill habrás de pagar por eso- continuo.
-Te juro que hoy iniciara el tiempo de tu caída, junto con aquel que comenzó esta maldición- finalizo internándose nuevamente en el bosque.
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El sol iluminaba el cielo una vez mas.
Todo parecía normal en los alrededores, la gente había vuelto a sus actividades tiempo atrás y muy pocos continuaban con la búsqueda del místico pókemon de Viridian.
No muy lejos de ahí, el joven de negra vestimenta caminaba observando a la gente pasar frente a él, sin detenerse atravesó las extensas calles de la ciudad, sin un rumbo fijo o un propósito igual.
Tranquilo levanto la mano para cubrirse del sol, traía consigo tan solo un par de pokébolas en su cinturón, con pantalón, playera y gabardina negra ocultaba su cuerpo del resto y su largo cabello erizado le tapaba los oídos ocultándolos para bien.
Había pasado casi un año desde su ultima visita a esa ciudad, pero ahora las cosas eran muy distintas.
Se le podía ver en sus ojos.
Una mirada que alguna vez fue inocente y tierna no reflejaba nada mas que frialdad aquella que pudiese atravesar el alma de cualquiera con tan solo un chasquido.
Indiferencia para todos, odio solo para uno.
Un espíritu infranqueable creado solo del dolor, la ira, el sufrimiento y la traición, cualquier otro sentimiento se ocultaba ya olvidado.
Observo la gigantesca construcción que se divisaba al frente.
Ese edificio, un lugar que contenía terribles recuerdos tanto para él, como para muchos otros.
Se adentro pasando por la puerta principal hasta la sala de espera, los guardias le miraban extrañados, pero al ver que se detuvo en el mostrador no hicieron nada.
Recargando su brazo levemente en la barra, se detuvo mirando a su alrededor.
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Recuerdos de su primera llegada se hacían visibles en su mente...
-Vamos debemos apresurarnos- Gritaba Bill con enojo al resto del equipo.
-Señor hacemos lo que podemos, lo que sucede es que no tenemos suficiente espacio en las áreas designadas, y debemos reorganizar todo para seleccionar lo mas importante- replico su ayudante mientras anotaba algo en una pequeña libreta suya.
-No me importa lo que sea, solo apresúrense- replico el científico en jefe.
-¿Dónde se encuentra mi pequeño proyecto?- pregunto mirando a su alrededor.
El joven híbrido peleaba jalando sus ataduras, lo cual comenzó a llamar la atención de los presentes. Ya que a pesar de encontrarse restringido, peleaba por su libertad.
El hombre molesto se aproximo a él mirándolo fríamente.
-Tonta criatura, ¿Acaso crees tener oportunidad?- pregunto al chico. Y sin molestarse en escuchar una respuesta, levanto la mano acertando un golpe en su rostro que lo hizo caer fuertemente en el suelo, la sangre salpico levemente el pavimento al lado del niño, quien solo le miró con odio, pero no hizo nada.
El equipo se apresuro a levantarlo llevándolo adentro, mientras Bill se sonreía con aires de autoridad.
La grandes puertas de cristal se abrieron cerrándose nuevamente a su espalda para no volverse abrir mas.
O al menos eso pensaba en ese momento, aunque el destino se encargaría de todo lo contrarió.
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Ahora se encontraba en ese lugar de nuevo, pero por opción propia ( irónico)- pensó.
Dio un ultimo vistazo en el piso de recepción internándose en el pasillo.
Los guardias del lugar se percataron, pero antes de que pudiesen moverse una fuerza desconocida los lanzo contra el muro a una velocidad sobrehumana.
Ambos quedaron inconscientes al instante.
La recepcionista se levanto exaltada, preparándose para enfrentar a ese chico, pero al ver la mirada de ese jovencito quien le observaba de frente se paralizo de miedo.
-Tu no debes intervenir- murmuro levantándola por los aires, sin siquiera tocarla.
Recuperando el aliento la mujer se tenso tratando demoverse, pero para entonces no alcanzo a ver nada mas que la barra de informes.
Ella se impacto contra la barra, perdiendo el conocimiento, pero sin mas daño.
Él sabía que ellos lo estarían esperando, pero todo aquel que se metiera en su camino no sufriría mejor suerte.
Al caminar, sujeto fuertemente una de las esferas que colgaban de su cinturón, volviendo al pasillo, las alarmas sonaban en toda la estructura y los grupos de seguridad se preparaban para el ataque.
Sin importar la confusión el joven híbrido continuaba su camino en búsqueda de su verdadero objetivo.
El momento de la verdad había llegado, una misión que se conocería como Frío Seco daba comienzo, la única manera de recuperar lo perdido...
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Me disculpo por lo pequeño de este capítulo, pero deseo saber si la idea es lo suficientemente buena para continuar, si es Así, por favor díganlo y si no cualquier comentario o sugerencia será bien recibido.
ATTE
Arken elf.
