Capítulo 4: Un motivo y un sospechoso por: L.G.

Disclaimer: Los personajes y lugares son de Tolkien, la trama, mía ¿qué mas puedo decir?

A/N: Aca empiezan los interrogatorios.¿alguna idea de quién fue el asesino? Para premiarlo, por supuesto.muejeje

*** 1

Gandalf salió, cerrando la puerta tras de sí. El pasillo estaba lleno de gente. Lo primero que vio fue el rostro desencajado de Elrond, aún en ropa de dormir, rodeado por sus hijos. Galadriel y Celeborn estaban abrazados, ambos con lágrimas en los ojos.

- "¡Señores!", dijo el mago para que todos pudieran oírlo - "se ha cometido un horrible crimen en el castillo. No hay nada que podamos hacer por la víctima, nuestra querida soberana Arwen", se oyó un triste sollozo. - "sin embargo, su asesino debe ser descubierto y castigado. Los guardias los acompañarán a la puerta, y se quedarán aquí sólo las personas alojadas en el castillo"

Lentamente, los presentes empezaron a moverse. Presentaron primero sus condolencias a Elessar, que parecía aturdido. Luego a Elrond, Galadriel y Celeborn. Frodo admiró el temple de los elfos, pues estos parecían serenos al recibir de extraños palabras por la muerte de Arwen, en un día que debía ser de alegría para todos ellos.

Gandalf hizo una seña a uno de los guardias.

- "Tráiganme también a los dos elfos que están abajo. Y al sanador"

El guardia lo miró dudando.

- "Haga todo lo que el Señor Gandalf le pida", ordenó Elessar.

- "Sí, señor"

- "Pasemos todos al estudio. Allí estaremos más tranquilos", pidió el mago, y todos, como sonámbulos empezaron a caminar hacia allí.

Gandalf vio a Merenwen y Aileen, quienes no se habían retirado con los demás. Ambas tenían los ojos enrojecidos. El mago les pidió ocuparse de sus señores, trayendo un té caliente para los familiares de la reina. Le extrañó la ausencia de Luthién, pero en ese momento traían a Haldir y a Finwë, éste último con las muñecas atadas.

- "Desátenlo", pidió el mago. Los guardias lo miraron dudando, pero finalmente obedecieron desatando al elfo, que aún seguía pálido. Haldir lo abrazó tratando de reconfortarlo.

- "¡Yo no lo hice!", gritó Finw? en élfico con los ojos llenos de lágrimas. No había podido defenderse, los guardias no le entendían y en la confusión, nadie se había tomado la molestia de oír a Haldir tratando de explicar lo que decía.

- "Lo sé, melda", susurraba Haldir acariciándole los cabellos, - "lo sé"

Gandalf los condujo al estudio, donde todos se habían acomodado. Merenwen y Aileen servían té con mucha azúcar al Rey y a los elfos familiares de Arwen. Reinaba un silencio mortal.

- "Amigos míos, como dije hace un momento, ya nada podemos hacer por la pobre Arwen, sólo capurar al infame asesino. Y para eso necesito la colaboración de todos"

- "¡Por supuesto Gandalf! Quisiera asesinarlo con mis propias manos", dijo Elessar con voz quebrada. Elrond asintió.

La puerta se abrió y entró el sanador, lamentándose por lo ocurrido. Gandalf pidió a los demás retirarse a descansar, pues en la mañana los llamaría para tratar de esclarecer los hechos. Además, no deseaba que nadie viera así a la reina, y que la recordaran siempre bella, y no desfigurada como ahora estaba. También ordenó a los guardias dejar en libertad a Finw? y poner más vigías para evitar que cualquiera entre o salga.

Sólo se quedaron Elessar, Elrond y sus hijos, Galadriel y Celeborn. Legolas se detuvo en la puerta, dudando, pero Glorfindel lo arrastró al pasillo.

- "¡Déjalo! Este no es el momento...además, deseo hablar contigo", pidió Glorfindel.

- "Lo siento. Ahora no deseo hablar, será en otro momento", contestó el elfo, entrando en su habitación. Glorfindel se quedó un momento en el pasillo y luego volvió lentamente la suya, como lo hacían todos.

El sanador y sus ayudantes retiraron el cuerpo envolviéndolo en una sábana y lo llevaron hacia los Recintos Sagrados. La alfombra manchada de sangre fue retirada también, pero no se tocó nada más de la habitación y ésta fue cerrada con llave por ambas puertas. Las llaves las guardó Gandalf.

Elessar y los otros los siguieron hasta los Recintos Sagrados, para despedirse de Arwen antes de que fuera entregada a los embalsamadores. Lo que quedaba de esa noche, Elessar lo pasó en el estudio.

2

Gandalf no había dormido casi nada, tratando de descubrir al culpable de tan horrible hecho, pero en vano. Se levantó al amanecer y se dirigió al estudio, donde Elessar se encontraba ya de pie, con los ojos enrojecidos.

- "¿Quién pudo hacer algo así, Gandalf?", preguntó impotente.

El mago iba a responder, cuando fue interrumpido por Frodo, que entraba en ese momento.

- "Lo siento, no he podido dormir. ¿Puedo ayudar en algo?"

- "Por supuesto, mi querido hobbit", respondió el mago. - "Elessar, comprenderás que este hecho requiere investigarse"

- "Lo entiendo perfectamente y te confiero las facultades para hacerlo. Siempre me fié de tu buen juicio y lo haré ahora también".

Elrond y Celeborn entraron al estudio.

- "Gandalf", dijo el primero, - "deseamos que este crimen se aclare y que el culpable lo pague con la muerte"

- "Bien", respondió el mago, - "como todos están de acuerdo en esto, me encargaré de dar con el culpable, pero necesito interrogar a todos para poder relacionar los hechos"

- "Hazlo, amigo mío. Puedes usar este estudio. Pediré que vengan y los interrogaremos", dijo Elessar.

- "Elessar, lo siento, creo que no me expresé bien. Debo interrogarlos yo, con la compañía de alguien neutral que me ayude a tomar notas. Tu presencia o la de Elrond sólo conseguiría intimidar al testigo y en estos casos se requiere que hablen libremente, pues no sabemos cuando podemos toparnos con una pista...mmm... ¿Frodo?", preguntó el mago.

- "¡Claro! Deseo ayudar en lo que pueda", exclamó el hobbit.

- "Bien. Si es lo que deseas...", dijo el Rey, "debo ir ahora a los Recintos Sagrados a verificar todo y enviar heraldos con la triste noticia a los reinos vecinos. Asignaré a Beregond para que los asista en todo lo que se requiera"

- "Te ayudaremos también, pues debemos comunicar la noticia a los pueblos élficos también", manifestó Celeborn y los tres salieron.

Gandalf tomó asiento en el escritorio y Frodo lo hizo en el sofá.

- "¿Y ahora qué, Gandalf?"

- "Pues empecemos a ordenar los hechos. He confirmado con el sanador la hora de la muerte, dice que pudo ocurrir entre las 12 y las 2 am. Esto nos da un amplio margen, pero Arwen subió poco antes de la una y el que la encontró fue Finw?, déjame ver...eso fue como a las dos. Sí. Empezaremos con él"

Frodo se dirigió a la puerta. Afuera aguardaba Beregornd y partió a buscar a Finw?.

3

Finw? apareció, junto con Haldir. Las ojeras de ambos indicaban que no habían dormido nada.

- "Mithrandir, esto es horrible. Todos sospechan de mí", exclamó el elfo pelirrojo dejándose caer en el sofá.

- "Amigo mío, calma. Debemos aclarar los hechos y para eso los he llamado. Es necesario que me cuenten todo, inclusive aquéllos detalles que no tengan que ver con el crimen", respondió el mago, - "y mientras hablamos, pediré el desayuno, pues aún no lo he tomado y presiento que ustedes tampoco"

Frodo salió nuevamente a pedir a Beregond el desayuno, luego volvió a su lugar junto a Gandalf y trató de seguir la conversación, pues esta era en élfico ya que Finwë no hablaba la Lengua Común. El mago le traducía las partes importantes para que pudiera tomar notas.

- "Es preciso esclarecer el crimen cuanto antes. Todos lo culpan y eso no es justo. Partiremos de aquí apenas se aclare todo", dijo decididamente Haldir.

- "Bien, amigos míos. Comencemos con la fiesta. ¿Por qué subiste Finwë?"

- "Bebíamos con Elladan y Elrohir, y comentábamos sobre el torneo de la tarde. Hicimos varias bromas sobre Legolas y sus cabellos cuando se le enredaron en la pulsera de Arwen y esto pareció no gustarle a Elladan. Yo.yo había bebido demasiado y creo que hablé de más. Él dijo algo sobre el respeto al anfitrión y yo contesté que no había sido invitado.", Finwë dudó en ese momento, pero la mirada de Haldir lo animó a continuar, - "Arwen no me invitó a mí", aclaró, - "y Elladan me dijo que yo debía respetar a su hermana y no tener una conducta escandalosa y que por eso ella se había retirado de su propia fiesta de cumpleaños". Finwë se detuvo nuevamente.

- "Debo aclarar que por razones que desconozco, la difunta reina se hallaba sumamente ofendida a causa de nuestra relación, aunque jamás dimos motivo alguno y siempre nos comportamos respetando las costumbres élficas", precisó Haldir.

- "Entiendo. ¿Y qué hiciste?", preguntó Gandalf dirigiéndose nuevamente a Finwë.

- "Contesté que se ocupara de sus asuntos y que si Galadriel y Celeborn no tenían nada que objetar, mucho menos ella", contestó Finwë, - "Entiende por favor que yo estaba bajo efectos del alcohol y eso me enfureció mucho. Por eso dije que yo mismo aclararía las cosas con Arwen y subí, a pesar de que Haldir trató de detenerme", nueva pausa de Finwë.

- "¿Y qué pasó entonces? ¿Viste alguien en el pasillo?", preguntó el mago.

En ese momento, entraba Merenwen con el desayuno.

- "Usted disculpe Señor Gandalf. La doncella principal ha tenido una crisis de nervios y se niega entrar en esta habitación. Por eso yo misma he venido a servirles el desayuno"

- "Está bien, Merenwen. Pase", respondió el mago. Y aprovechó para dirigir unas palabras a Beregond, que salió nuevamente.

La voluminosa cocinera se las arregló para colocar las bandejas sobre la mesita, sirviendo luego té caliente en las tazas, acompañado de huevos y pan élfico. Luego lanzó una furibunda y desaprobadora mirada a Haldir y Finwë y se retiró.

- "¿Ves? Ella también sospecha de mí", exclamó Finwë a punto de llorar.

- "Calma, melda (amado). Continúa", respondió Haldir, tomándole la mano.

- "Bien. Yo subí muy molesto y sí me extrañó no ver a nadie arriba, no estaba el guardia tampoco. Toqué la puerta del dormitorio, pero nadie me respondió, entonces probé la cerradura y estaba abierta, de modo que entré. Estaba en penumbras y caminé hacia el centro, llamándola. Casi tropiezo con el cuerpo y no me dí cuenta de que estaba muerta. Me arrodillé para ayudarla pues pensé que estaba desvanecida, la sacudí incluso, y entonces me dí cuenta.creo que me quedé un rato allí, sosteniendo su cabeza horrorizado por lo que le habían hecho, y luego bajé para avisar a Haldir". Finwë se había puesto nuevamente pálido y la mano que sostenía la taza de té comenzó a temblar derramando parte de su contenido.

- "Está bien, amigo mío. Eso explica la sangre en tu ropa y manos. Si recuerdas algún detalle más, quizás el asesino estuvo aquí cuando tú entraste", pero Finwë negó con la cabeza. - "si recuerdas algo más, por favor no dudes en decírnoslo", pidió Gandalf, dando por concluida la entrevista.

Cuando ambos elfos se retiraron, Merenwen volvió a entrar para llevarse las bandejas.

- "Disculpe usted Señor Gandalf. No es que quiera ser entrometida, pero es que quien hizo esto a mi señora Arwen no merece piedad", dijo la cocinera.

- "Explíquese, Merenwen", pidió el mago.

- "Esos elfos.el pelirrojo. Yo lo oí diciendo que quería que mi señora muriese. No es que yo estuviera espiando, solo pasé bajo el balcón y los oí. Fue una suerte que no hablaran en élfico", y pasó a relatar lo ocurrido en el balcón, cuando Finwë hablaba con Haldir.

Gandalf agradeció la información. Luego de que ella se hubo retirado, se dirigió a Frodo.

- "¿Y bien, mi buen hobbit? ¿Qué opinas?"

- "Pues las cosas se presentan muy negras para él. Pero eso no es un motivo para matar a alguien, por más bebido que estuviese".

Beregond entró entonces, alcanzándole al mago un envoltorio.

- "Señor Gandalf, aquí está, tal como usted lo dijo", dijo.

- "Bien hecho, Beregond. Se lo entregaré al rey. Puede retirarse", el guardia obedeció.

Gandalf abrió el envoltorio, lanzando sobre el escritorio la joya perdida, que relucía a la luz de la soleada mañana.

- "¿Esto es un motivo? Lo encontraron en el equipaje de Finwë", dijo gravemente.

TBC