Capítulo 07:

A/N: Debo hacer una aclaración: en el capítulo anterior, cuando Legolas es interrogado por Gandalf y dice que recibió una nota de Arwen citándolo para la 1:15, debe decir 1:45 ya que a esa hora subió Legolas.

He procurado que en este capítulo se resuelvan algunas de las historias paralelas. Espero les sirva.

1

Luego de un triste almuerzo, en el que casi nadie habló, Gandalf solicitó la presencia de Elrond en el estudio, pues aún no había hablado con él.

- "¿Qué haré, Gandalf?", dijo el abatido Señor de Rivendel

- "Actuar con sabiduría, querido amigo, como siempre lo has hecho", fue la respuesta.

- "Hoy debería ser un día de dicha y yo debería estar partiendo el encuentro de Celebrian. En cambio, en unos momentos, enterraré a mi hija", continuó Elrond. - "¡y ni siquiera sabemos quién fue el criminal que lo hizo!"

- "Pero lo averiguaremos. De eso estoy seguro", dijo el mago

- "¿Cómo?", Elrond parecía no entender, - "ya has interrogado a todos, como manda la ley. Sin embargo aún no tenemos al culpable"

- "Debemos estar seguros. He interrogado a todos, sí. Pero aún no he conversado con ellos. Eso es lo que haré ahora. La conversación es un poderoso recurso, uno acaba enterándose así de todo. Ahora conversaré y pronto tendremos al culpable", el mago entornó los ojos antes de responder, - "pero, ¿tendrás el valor de hacer justicia?"

- "¿Qué significa esto, Gandalf?", preguntó indignado Elrond

- "Lo digo porque este caso pondrá de manifiesto situaciones que podrían ser desagradables, y debes estar preparado para afrontarlas", contestó sosegadamente el mago.

- "¿Qué puede ser peor que la muerte de Arwen?"

- "Saber quién lo hizo. Por eso necesito que me cuentes qué hiciste ayer, luego de subir, a la 1:10"

- "No tengo idea a dónde quieres llegar. Subí a acostarme, y no vi al guardia que habitualmente está en el pasillo. Iba a mi habitación, cuando me encontré con Luthién, quien me dijo que llevaba unas hierbas aromáticas que Arwen le había pedido. Me extrañó, debido a la hora, pero no tenía motivos para sospechar nada, ¡Si lo hubiera sabido!"

- "¿Saber qué?"

- "¡Que ella asesinaría a Arwen! Ha desaparecido, ¿no? ¿Qué otra prueba se necesita de su culpabilidad?", estalló Elrond

- "Primero debemos hallarla. Los guardias dicen que nadie salió, el jardín estaba custodiado, las puertas también, y no vieron a nadie"

- "Entonces, está dentro del castillo"

- "Este castillo es muy antiguo. Beregond me está consiguiendo los planos que están en la biblioteca, una vez que los tengamos, emprenderemos una búsqueda exhaustiva, amigo mío", informó el mago.

Elessar entró, ataviado con su capa real y corona.

- "Lord Elrond, Gandalf, la ceremonia póstuma va a comenzar", dijo con aspecto abatido.

2

Los Recintos Sagrados, lugar donde reposaban los reyes y senescales de Gondor, eran un amplio edificio con una sala donde había todo lo necesario para embalsamar los cuerpos, además de otra sala donde se efectuaban las ceremonias póstumas y un lugar especial donde se colocaban los cuerpos embalsamados de los reyes y sus familiares.

En la sala de ceremonias se alzaba un altar en el cual estaba la urna que contenia el cuerpo embalsamado de la reina. La tapa era de cristal, según la costumbre. Sin embargo, el rostro destrozado de Arwen estaba cubierto con un lienzo.

Durante la mañana se habían hecho los honores a la soberana y se había comunicado la noticia al pueblo. En otras circunstancias, se habría embalsamado el cuerpo hasta que los reyes de tierras distantes llegasen a presentarle sus respetos, pero esta vez, Elessar y Elrond no lo quisieron así. Además, las personas que habían sido importantes para la reina ya se encontraban en el castillo, de manera que se procedió de acuerdo a la usanza élfica y se llevó a cabo una pequeña ceremonia, muy emotiva, en la que todos los presentes recordaron a la reina como había sido en vida: hermosa y amable.

La urna que contenía el cuerpo fue paseada luego por las calles de Gondor, donde sus súbditos pudieron despedirse de la soberana, y finalmente fue conducido al lugar dónde yacería para siempre. Sus amigos más cercanos desfilaron junto a la urna, y luego de contemplar el cuerpo brevemente, salían hacia el ambiente principal de los Recintos Sagrados. Gandalf lo observaba todo, pues deseaba captar las impresiones y reacciones de los presentes, y fue el último en despedirse de la difunta.

El mago estaba en la puerta, cuando Eowyn pasó junto a él, con los ojos húmedos, y fue a despedirse de Arwen. Primero pareció nerviosa y miró el cadáver ataviado con ricas ropas, desde abajo hacia arriba. No de detuvo mucho tiempo contemplando el lienzo que cubría el rostro y su mirada se desvió hacia las manos. Estuvo inmóvil unos instantes y de pronto pareció notar algo, pues su mirada era de auténtico asombro, y luego de miedo. Retrocedió y se alejó rápidamente de allí

Gandalf se acercó también y lo primero que miró fueron las manos del cadáver. La muerte hacía parecer esas manos más pálidas de lo normal, y estaban cruzadas en el regazo del cadáver, con los dedos entrelazados. En verdad no había nada allí que pudiera causar espanto, tenía únicamente el anillo de enlace con Elessar y sus uñas eran largas y bien cuidadas, como correspondía a una reina.

El mago miró largamente el rostro cubierto por el lienzo y murmuró:

- "Arwen, te juro que descubriré al que hizo esto"

3

Luego del funeral, nadie tenía deseos de hablar, como pudo comprobar el mago. Ni siquiera Frodo estaba con él, había preferido la compañía de los otros hobbits y de Gimli y se excusó de continuar las investigaciones por esa tarde.

Gandalf se dirigió a la cocina, donde donde Merenwen se encontraba preparando té.

- "¡Oh, señor Gandalf, esto fue muy triste, aún no puedo creer que mi señora fuera aesinada de ese modo. En el pueblo no se habla de otra cosa"

- "¿Y qué dicen?", preguntó curioso el mago

- "Pues lo que yo misma le he dicho señor, que fueron esos elfos.el rubio y el pelirrojo"

- "Merenwen, ¿sabe que la joya de su señora fue encontrada entre las cosas de Finwë?", aventuró el mago.

- "Desde luego, ¿quién no lo sabe? Lo que no entiendo, señor, y usted disculpe, es por qué aún no lo han encerrado", dijo indignada la cocinera.

- "Alguien pudo ponerla allí", contestó Gandalf.

- "¿Alguien?", dijo ella con asombro

- "Sí, alguien que deseara que se culpase a aquéllos elfos. Alguien que supiese que Finwë dijo que odiaba a la reina, que deseaba que muriese.alguien que.podría ser usted misma.", contestó el mago, mirándola fijamente. Su táctica dio resultado.

- "¿QUEEEEE? ¿YO? No entiendo a qué se refiere, ¿me está acusando?", exclamó Merenwen con indignación y una chispa de temor en los ojos.

- "Por supuesto que no, mi querida Merenwen. Sólo digo que pudo haber alguien que deseara culpar a ese elfo. ¿Recuerda la conversación que me contó? ¿la que oyó en el balcón de ellos?"

- "Claro que sí, señor. Yo oí cada palabra de lo que le dije."

- "Era en élfico. Finwë no habla la Lengua Común"

- "¿N-no la habla?", tartamudeó la cocinera - "Y-yo, y-yo."

- "Será mejor que me lo cuente todo", pidió el mago.

- "Está bien, señor. Creo que es lo mejor. Verá, señor Gandalf, yo hablo élfico, yo fui joven alguna vez y aunque usted no lo crea, hermosa. Tan hermosa como mi reina, y tan hermosa que un elfo se fijó en mí, en una mortal. Finfarmin se llamaba, y lo dejó todo por mí. Tuvimos una hija, tendría la edad de mi reina, y él, apenas nacida la niña, me convenció de ir a vivir entre los elfos. Allí aprendí a preparar manjares exquisitos. Todo estuvo bien mientras estuve allí, pero como usted sabe, ellos no envejecen, y yo empecé a marchitarme. Un día, vi a Finfarmin coqueteando con una elfa joven y miré en el agua del rio mi reflejo, mi rostro se había marcado con algunas arrujgas y mi piel no era fina como antes. No pude soportarlo y huí esa misma noche. Él no hizo nada por encontrarme, sabía que era lo mejor. Le dejé a mi hija de dos años de nacida, la llamaba Luthién, como esa doncella. Creo que por eso no aprecio a los elfos. Pero mi reina siempre me recordó a mi hija", dijo Merenwen con los ojos enrojecidos - "Y ahora la han asesinado, ¿entiende? ¡Tienen que ser esos elfos! ¿Quién más podría hacer algo así?"

- "Calma, buena mujer. Veo que ha sufrido mucho, pero no se puede culpar a todos los elfos por el error de uno. Y descuide, el culpable será castigado, he empeñado en ello mi palabra", y dicho esto, el mago salió.

4

Anochecía ya, cuando Finwë llamó a la puerta del estudio.

- "Dime, Gandalf, ¿para qué me has hecho venir sin Haldir?", preguntóo nervioso Finwë.

- "Sólo deseo preguntarte algo, amigo mío", respondió el mago, sonriéndole para darle confianza.

- "Pues pregunta", contestó él, receloso.

- "¿Tú sabías de la existencia de la joya de Arwen antes de que la exhibieran en el torneo?", fue la pregunta, directa y sin rodeos.

Finwe enrojeció, pero luego de pensarlo un momento, respondió

- "Sí, lo sabía"

- "¿Cómo?"

- "Lo oí. Me dirigía al estudio de Elessar a buscarlo, y oí parte de la conversación. No fue intencional, los oídos de los elfos son agudos y Gimli hablaba fuerte. Me llamó la atención el que dijeran que esa joya compraría un reino".

- "¿Y que ibas a decirle a Elessar?", inquirió el mago.

- "Iba a pedirle ayuda para mi reino del bosque mágico, que fue devastado en la guerra. Haldir no sabe nada de esto, yo tenía la intención de hablar con el rey para ver si podía ayudarme"

- "Pero no hablaste, ¿verdad?"

- "No. No lo hice.", dijo Finwë

- "¿Por qué?"

- "Bueno, es que pensé que quien tiene dinero para desperdiciarlo en comprar joyas, no querría prestármelo para ayudar"

- "¿Y decidiste tomar la joya?", fue la siguiente pregunta directa.

Los ojos de Finwë despidieron una llama de indignación, pero se contuvo. Pensó un largo rato, mientras el mago, pacientemente, esperaba la respuesta.

- "Esa noche no podía dormir y me asomé al balcón. No había nadie. Temprano esa muchacha, Luthién, se encerró con uno de los guardias en la cabaña. Nadie vigilaba el jardín. Sin pensarlo, me deslicé por el balcón y salté al jardín. Caminé por allí y vi una enredadera que subía a la ventana del estudio, que estaba abierta. Subí. Encontré la joya. Con esa joya habría podido recostruir mi reino. La tuve entre mis manos, pero no me la llevé. Amo a Haldir, y eso no hubiera sido lo correcto. La devolví a su lugar", dijo finalmente el pelirrojo.

- "Y la noche del asesinato, ¿ella la tenia puesta?"

- "No, la hubiera visto, refulgía con el brillo de mil estrellas", respondió Finwë, - "pero ha desaparecido, ¿verdad?", preguntó.

- "La encontraron en tu equipaje", explicó el mago.

- "¿QUE? No, no puede ser, yo no la tomé", dijo el elfo, completamente confundido.

- "¿Tienes idea de quién pudo colocarla allí?"

Finwe pensó un momento, para luego sonreír irónicamente.

- "Prácticamente todo el palacio. Incluso podrían haber entrado por el balcón, esa gente parece aficionada a las acrobacias nocturnas"

- "¿Cómo dices?", preguntó sorprendido el mago.

- "Pudieron entrar en cualquier momento por el balcón. La noche antes de la fiesta, vi como Eowyn lo hacía", declaró el elfo. Gandalf arqueó las cejas.

- "¿Y los guardias de enfrente?"

- "Te dije que no estaban. Fue la noche que busqué la joya. Cuando volvía, sentí ruido y me acerque silenciosamente. Allí vi a Eowyn. Ella saltó al jardín y caminó por el otro pabellón. Aproveché para subiir nuevamente a mi balcón", explicó Finwë.

- "Ya veo", dijo el mago, pensativo.

- "Gandalf, ¿Cuándo podremos irnos?", preguntó el joven elfo.

- "Hasta que esto no se aclare, nadie se moverá de aquí", dijo firmemente el mago.

TBC