Capítulo 08: Una nueva víctima
A/N: Bueno, ya acabamos! Gracias por soportarme y el próximo capítulo será el final. Creo que ya lo he explicado todo y dado todas las pistas.
Gracias a mis beta-readers Anna y Stefi
1
Había pasado un día más y las cosas poco a poco iban volviendo a la normalidad en el castillo, con la única excepción de Merenwen que no dejaba de quejarse por la desaparición de la comida, que fue achacada naturalmente a los hobbits. A pesar de que se negaron, nadie les creyó.
Legolas paseaba por el jardín, cerca de la fuente. Había evitado hablar o encontrarse con Elessar desde que Gandalf lo interrogara y se sentía muy confuso. Antes de entrar a la habitación de Arwen, había visto a Elessar salir de allí, aún tenía la mano en el pomo de la puerta. Gandalf lo había interrogado de nuevo y él se lo dijo.
Ahora estaba confuso, ¿por qué Elessar trataría de ocultarlo? ¿sería él el culpable?. Un llanto lo atrajo hacia la fuente y allí encontró a Aileen con el pequeño Eldarion en brazos. La doncella trataba en vano de calmarlo.
- "¿Qué sucede?", preguntó Legolas amablemente.
- "Pregunta por su madre, Alteza. Yo ya no sé que decirle", respondió desesperada Aileen.
- "Permíteme al niño"; pidió el elfo, tomando en sus brazos a Eldarion. Lo abrazó suavemente y le dijo:
- "Tu madre ha ido a un largo viaje, pequeño", Eldarion lo miró con sus grandes ojos grises. - "Ella tardará mucho en volver, pero siempre te recuerda y ha enviado a alguien que te cuidará".
El elfo pensaba en Galadriel, pero el pequeño le cogió la mejilla con su manita y exclamó: - "¿Tú?"
Antes de que el elfo pudiera responder, alguien más lo hizo.
- "Sí, hijo. Legolas se quedará un tiempo con nosotros, ¿verdad?", dijo Elessar que se había aproximado silenciosamente, oyéndolo todo.
El elfo no se atrevió a negarse delante del pequeño y sonriendo, asintió. Eldarion sonrió también y Legolas le dio un beso en la frente antes de entregárselo a Aileen, que se apresuró a llevárselo, con una extraña expresión en el rostro.
Legolas y Elessar quedaron frente a frente.
- "Le dijiste a Gandalf, ¿verdad?", preguntó el mortal.
- "Sí. No podía seguir callando. No en una situación así", respondió Legolas con tristeza.
- "Pero yo no entré. Iba a hacerlo, pero me arrepentí en el último momento. Estuve en el estudio, luego me acerqué a la puerta del dormitorio y toqué el pomo, pero no la abrí y volví a bajar", explicó el rey.
- "Lo sé. Lo vi en tus ojos ayer cuando estabas en los Recintos Sagrados. Por eso hablé", dijo Legolas.
- "Antes, cuando callabas, ¿pensabas que había sido yo?", el elfo asintió, "¿por eso callaste?", Legolas volvió a asentir, "¿para protegerme? ¿por qué?"
Legolas bajó la mirada.
- "Dime, Legolas, ¿por qué me protegías?", exclamó Elessar tomándolo de los hombros y obligándolo a mirarlo.
Los ojos de Legolas estaban llenos de lágrimas tantos años contenidas. Lágrimas que se obligó a sí mismo a no derramar cuando se separó de Elessar. Lágrimas que habían estado guardadas por dos años y que ahora fluían libremente por sus mejillas.
Sus miradas se encontraron y Legolas vio esa misma mirada de angustia que tenía Elessar el día de la separación, cuando ambos decidieron que lo mejor para ambos reinos sería que cada quien siguiese su camino.
- "¿Por qué?", susurró Elessar
- "Porque te sigo amando"
La boca de Elessar buscó la suya, pero Legolas trató de evitarlo. Había visto a alguien aproximarse.
- "Lamento la interrupción, Elessar. Algo grave ha ocurrido y Gandalf necesita verte", dijo Glorfindel con la voz fría.
2
En el estudio, Gandalf, Berengond y Frodo estaban discutiendo. Cuando Elessar llegó, el mago informó de inmediato.
- "Elessar, envié a Beregond a la biblioteca a buscar los planos del castillo y por fin hoy pudo hallar el libro", explicó Ganfalf extendiéndole un viejo volumen de hojas amarillentas.
El rey lo tomó sin comprender y lo abrió donde señalaba el marcador. Varias páginas habían sido arrancadas.
- "¿Qué significa eso?", preguntó.
- "Alguien las arrancó, y ha sido reciente, a juzgar por las señales. Además, este volumen era el único que no tenía polvo de todos los que se hallaban en esa estantería y eso sólo puede significar que alguien lo ha consultado recientemente, pues estaba en una de las secciones más antiguas", dijo el mago.
Elessar iba a responder, cuando de pronto se abrió la puerta del estudio y apareció Eowyn, bastante desarreglada, como si no hubiera dormido bien.
- "¿Qué sucede?", preguntó el rey, molesto.
- "L-lo siento. Debo hablar con Gandalf", dijo ella, asustada.
- "Ahora no es posible. Discutimos un asunto importante", replicó el rey.
- "Aragorn, espera", pidió Gandalf - "Querida dama, en este momento tratamos un tema importante, pero luego te atenderé con mucho gusto", dijo bondadosamente, - "recordaste algo, ¿verdad?", continuó.
- "S-sí", dijo Eowyn, pero no estaba segura si debía hablar delante del rey, - "es que no lo entiendo. Ella no puede...", y se interrumpió. - "Volveré luego", dijo y se fue rápidamente.
Berengond también fue despedido. El rey se encontraba preocupado.
- "Gandalf, el consejo y Elrond me piden un culpable"
- "Lo sé, amigo mío", contestó tranquilamente el mago, encendiendo su pipa.
- "¿Cómo van las investigaciones?", inquirió Elessar, impaciente. Gandalf lo puso al corriente de todos los hechos anteriores: la historia de Merenwen, la de Finwe y la misteriosa aparición de Eowyn en el balcón.
- "¡Eso no nos lleva a ninguna parte!", exclamó el rey - "Necesito un culpable para mañana"
- "Elessar, hay algo más", dijo Gandalf
- "¿Qué?"
- "Los cabellos en la mano de Arwen. Los ha examinado el alquimista", el mago lo miró fijamente. - "sin duda pertenecen a Legolas"
El rey se paró de su asiento como impulsado por un resorte.
- "¡Legolas! No puede ser", exclamó
- "Desgraciadamente sí. Además, él confesó que entró a la habitación y vio a Arwen"
- "¡Pero ya estaba muerta! ¡Él mismo te lo dijo!", Elessar estaba visiblemente alterado.
- "Eso dijo él. No hay nadie que lo corrobore.", Elessar abrió la boca asombrado ¿Gandalf sospechaba de Legolas?
- "Mira, Elessar, Legolas ha confesado que entró, pero en el primer interrogatorio no lo dijo, sólo lo hizo cuando fue descubierto por mis informantes. Él también dijo que la reina había descubierto la relación de ustedes y que deseaba aclarar las cosas, pero no pudo presentar la nota que ella le envió. Está también el detalle del cabello", el mago lo miraba pensativo, y agregó - "por lo menos media docena de personas los vio hoy en el jardín"
El rey enrojeció. Tomó aire y preguntó finalmente
- "¿Estás acusando a Legolas?"
- "Yo no he acusado a nadie. Elessar, me pides un culpable y yo te acabo de demostrar que si mañana debo presentar al culpable, sería Legolas, pues todo lo acusa".
- "¡NO! ¡ESO NO PUEDE SER!", gritó el rey. - "Tendrás un día más", dijo antes de salir con un violento portazo.
3
El mago se sentó tranquilamente en el sofá, fumando su pipa. Frodo no pudo resistirlo más y preguntó.
- "¿Qué harás ahora? Hemos interrogado a todos..."
- "Esperar"
- "¿Esperar? ¿Qué?"
- "Esperar a que trabajen las células grises, mi querido hobbit. Ellas nos dirán quién es el culpable", respondió tranquilamente el mago.
- "Pero...yo creí..." empezó Frodo visiblemente decepcionado
- "Creíste que iría buscando pistas como un sabueso, ¿verdad?", rió el mago. - "No, mi querido hobbit, hemos reunido las piezas, ahora debemos armarlas, mmm..., pero... Me falta algo, Eowyn!", exclamó el mago.
Como si lo hubiera invocado con el pesamiento, se abrió la puerta y apareció Faramir pálido y descompuesto.
- "¡Gandalf! ¡Pronto! Es Eowyn, no puedo despertarla!"
Mago y hobbit corrieron al dormitorio de la dama, tropezando en el pasillo con los gemelos que los siguieron.
En el dormitorio, yacía Eowyn, profundamente dormida. Junto a su mesa de noche había una taza vacía. Cuando Gandalf la intentó despertar, fue en vano. Rápidamente envió a buscar al sanador, e informó apesadumbrado.
- "Está muerta"
Un gemido escapó de una garganta. No era Faramir. Todos voltearon a mirar de dónde provenía. Elladan.
- "¡NO! ¡NO PUEDE SER! ¡Es mi culpa!", sollozaba el altivo elfo.
Elrohir trató en vano de sacarlo de allí. Elladan se acercó a la cama y cayó de rodillas tomando la mano de Eowyn y llenándola de besos.
Faramir estaba muy pálido.
Gandalf mandó desalojar la habitación, pero fue imposible sacar de allí al hijo de Elrond.
4
Gandalf estaba apesadumbrado, apenas hablaba. Luego del entierro de Eowyn, Gandalf, visiblemente afectado por todo, hizo un anuncio.
- "Damas y caballeros, cometí un gravísimo error que ha costado la vida de nuestra querida Dama Eowyn", se oyó un sollozo ahogado: Elladan.
- "Lo único que queda hacer en su memoria es castigar al culpable. He estado meditando profundamente y tengo ya al culpable, quien será castigado de acuerdo a las leyes de Gondor: la decapitación. Esta noche, a las 8 en punto, los espero en el estudio para la explicación final. Hasta entonces, los guardias vigilarán las entradas y salidas del castillo".
TBC
A/N: Bueno, ya acabamos! Gracias por soportarme y el próximo capítulo será el final. Creo que ya lo he explicado todo y dado todas las pistas.
Gracias a mis beta-readers Anna y Stefi
1
Había pasado un día más y las cosas poco a poco iban volviendo a la normalidad en el castillo, con la única excepción de Merenwen que no dejaba de quejarse por la desaparición de la comida, que fue achacada naturalmente a los hobbits. A pesar de que se negaron, nadie les creyó.
Legolas paseaba por el jardín, cerca de la fuente. Había evitado hablar o encontrarse con Elessar desde que Gandalf lo interrogara y se sentía muy confuso. Antes de entrar a la habitación de Arwen, había visto a Elessar salir de allí, aún tenía la mano en el pomo de la puerta. Gandalf lo había interrogado de nuevo y él se lo dijo.
Ahora estaba confuso, ¿por qué Elessar trataría de ocultarlo? ¿sería él el culpable?. Un llanto lo atrajo hacia la fuente y allí encontró a Aileen con el pequeño Eldarion en brazos. La doncella trataba en vano de calmarlo.
- "¿Qué sucede?", preguntó Legolas amablemente.
- "Pregunta por su madre, Alteza. Yo ya no sé que decirle", respondió desesperada Aileen.
- "Permíteme al niño"; pidió el elfo, tomando en sus brazos a Eldarion. Lo abrazó suavemente y le dijo:
- "Tu madre ha ido a un largo viaje, pequeño", Eldarion lo miró con sus grandes ojos grises. - "Ella tardará mucho en volver, pero siempre te recuerda y ha enviado a alguien que te cuidará".
El elfo pensaba en Galadriel, pero el pequeño le cogió la mejilla con su manita y exclamó: - "¿Tú?"
Antes de que el elfo pudiera responder, alguien más lo hizo.
- "Sí, hijo. Legolas se quedará un tiempo con nosotros, ¿verdad?", dijo Elessar que se había aproximado silenciosamente, oyéndolo todo.
El elfo no se atrevió a negarse delante del pequeño y sonriendo, asintió. Eldarion sonrió también y Legolas le dio un beso en la frente antes de entregárselo a Aileen, que se apresuró a llevárselo, con una extraña expresión en el rostro.
Legolas y Elessar quedaron frente a frente.
- "Le dijiste a Gandalf, ¿verdad?", preguntó el mortal.
- "Sí. No podía seguir callando. No en una situación así", respondió Legolas con tristeza.
- "Pero yo no entré. Iba a hacerlo, pero me arrepentí en el último momento. Estuve en el estudio, luego me acerqué a la puerta del dormitorio y toqué el pomo, pero no la abrí y volví a bajar", explicó el rey.
- "Lo sé. Lo vi en tus ojos ayer cuando estabas en los Recintos Sagrados. Por eso hablé", dijo Legolas.
- "Antes, cuando callabas, ¿pensabas que había sido yo?", el elfo asintió, "¿por eso callaste?", Legolas volvió a asentir, "¿para protegerme? ¿por qué?"
Legolas bajó la mirada.
- "Dime, Legolas, ¿por qué me protegías?", exclamó Elessar tomándolo de los hombros y obligándolo a mirarlo.
Los ojos de Legolas estaban llenos de lágrimas tantos años contenidas. Lágrimas que se obligó a sí mismo a no derramar cuando se separó de Elessar. Lágrimas que habían estado guardadas por dos años y que ahora fluían libremente por sus mejillas.
Sus miradas se encontraron y Legolas vio esa misma mirada de angustia que tenía Elessar el día de la separación, cuando ambos decidieron que lo mejor para ambos reinos sería que cada quien siguiese su camino.
- "¿Por qué?", susurró Elessar
- "Porque te sigo amando"
La boca de Elessar buscó la suya, pero Legolas trató de evitarlo. Había visto a alguien aproximarse.
- "Lamento la interrupción, Elessar. Algo grave ha ocurrido y Gandalf necesita verte", dijo Glorfindel con la voz fría.
2
En el estudio, Gandalf, Berengond y Frodo estaban discutiendo. Cuando Elessar llegó, el mago informó de inmediato.
- "Elessar, envié a Beregond a la biblioteca a buscar los planos del castillo y por fin hoy pudo hallar el libro", explicó Ganfalf extendiéndole un viejo volumen de hojas amarillentas.
El rey lo tomó sin comprender y lo abrió donde señalaba el marcador. Varias páginas habían sido arrancadas.
- "¿Qué significa eso?", preguntó.
- "Alguien las arrancó, y ha sido reciente, a juzgar por las señales. Además, este volumen era el único que no tenía polvo de todos los que se hallaban en esa estantería y eso sólo puede significar que alguien lo ha consultado recientemente, pues estaba en una de las secciones más antiguas", dijo el mago.
Elessar iba a responder, cuando de pronto se abrió la puerta del estudio y apareció Eowyn, bastante desarreglada, como si no hubiera dormido bien.
- "¿Qué sucede?", preguntó el rey, molesto.
- "L-lo siento. Debo hablar con Gandalf", dijo ella, asustada.
- "Ahora no es posible. Discutimos un asunto importante", replicó el rey.
- "Aragorn, espera", pidió Gandalf - "Querida dama, en este momento tratamos un tema importante, pero luego te atenderé con mucho gusto", dijo bondadosamente, - "recordaste algo, ¿verdad?", continuó.
- "S-sí", dijo Eowyn, pero no estaba segura si debía hablar delante del rey, - "es que no lo entiendo. Ella no puede...", y se interrumpió. - "Volveré luego", dijo y se fue rápidamente.
Berengond también fue despedido. El rey se encontraba preocupado.
- "Gandalf, el consejo y Elrond me piden un culpable"
- "Lo sé, amigo mío", contestó tranquilamente el mago, encendiendo su pipa.
- "¿Cómo van las investigaciones?", inquirió Elessar, impaciente. Gandalf lo puso al corriente de todos los hechos anteriores: la historia de Merenwen, la de Finwe y la misteriosa aparición de Eowyn en el balcón.
- "¡Eso no nos lleva a ninguna parte!", exclamó el rey - "Necesito un culpable para mañana"
- "Elessar, hay algo más", dijo Gandalf
- "¿Qué?"
- "Los cabellos en la mano de Arwen. Los ha examinado el alquimista", el mago lo miró fijamente. - "sin duda pertenecen a Legolas"
El rey se paró de su asiento como impulsado por un resorte.
- "¡Legolas! No puede ser", exclamó
- "Desgraciadamente sí. Además, él confesó que entró a la habitación y vio a Arwen"
- "¡Pero ya estaba muerta! ¡Él mismo te lo dijo!", Elessar estaba visiblemente alterado.
- "Eso dijo él. No hay nadie que lo corrobore.", Elessar abrió la boca asombrado ¿Gandalf sospechaba de Legolas?
- "Mira, Elessar, Legolas ha confesado que entró, pero en el primer interrogatorio no lo dijo, sólo lo hizo cuando fue descubierto por mis informantes. Él también dijo que la reina había descubierto la relación de ustedes y que deseaba aclarar las cosas, pero no pudo presentar la nota que ella le envió. Está también el detalle del cabello", el mago lo miraba pensativo, y agregó - "por lo menos media docena de personas los vio hoy en el jardín"
El rey enrojeció. Tomó aire y preguntó finalmente
- "¿Estás acusando a Legolas?"
- "Yo no he acusado a nadie. Elessar, me pides un culpable y yo te acabo de demostrar que si mañana debo presentar al culpable, sería Legolas, pues todo lo acusa".
- "¡NO! ¡ESO NO PUEDE SER!", gritó el rey. - "Tendrás un día más", dijo antes de salir con un violento portazo.
3
El mago se sentó tranquilamente en el sofá, fumando su pipa. Frodo no pudo resistirlo más y preguntó.
- "¿Qué harás ahora? Hemos interrogado a todos..."
- "Esperar"
- "¿Esperar? ¿Qué?"
- "Esperar a que trabajen las células grises, mi querido hobbit. Ellas nos dirán quién es el culpable", respondió tranquilamente el mago.
- "Pero...yo creí..." empezó Frodo visiblemente decepcionado
- "Creíste que iría buscando pistas como un sabueso, ¿verdad?", rió el mago. - "No, mi querido hobbit, hemos reunido las piezas, ahora debemos armarlas, mmm..., pero... Me falta algo, Eowyn!", exclamó el mago.
Como si lo hubiera invocado con el pesamiento, se abrió la puerta y apareció Faramir pálido y descompuesto.
- "¡Gandalf! ¡Pronto! Es Eowyn, no puedo despertarla!"
Mago y hobbit corrieron al dormitorio de la dama, tropezando en el pasillo con los gemelos que los siguieron.
En el dormitorio, yacía Eowyn, profundamente dormida. Junto a su mesa de noche había una taza vacía. Cuando Gandalf la intentó despertar, fue en vano. Rápidamente envió a buscar al sanador, e informó apesadumbrado.
- "Está muerta"
Un gemido escapó de una garganta. No era Faramir. Todos voltearon a mirar de dónde provenía. Elladan.
- "¡NO! ¡NO PUEDE SER! ¡Es mi culpa!", sollozaba el altivo elfo.
Elrohir trató en vano de sacarlo de allí. Elladan se acercó a la cama y cayó de rodillas tomando la mano de Eowyn y llenándola de besos.
Faramir estaba muy pálido.
Gandalf mandó desalojar la habitación, pero fue imposible sacar de allí al hijo de Elrond.
4
Gandalf estaba apesadumbrado, apenas hablaba. Luego del entierro de Eowyn, Gandalf, visiblemente afectado por todo, hizo un anuncio.
- "Damas y caballeros, cometí un gravísimo error que ha costado la vida de nuestra querida Dama Eowyn", se oyó un sollozo ahogado: Elladan.
- "Lo único que queda hacer en su memoria es castigar al culpable. He estado meditando profundamente y tengo ya al culpable, quien será castigado de acuerdo a las leyes de Gondor: la decapitación. Esta noche, a las 8 en punto, los espero en el estudio para la explicación final. Hasta entonces, los guardias vigilarán las entradas y salidas del castillo".
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