Desde lejos…
Lo miro a la distancia con ojos profundos,
Mi mirada incluso puede taladrar su alma
Y observo un escalofrío recorrer su cuerpo
Mientras siente mi quemante observación en él.
Su mirada fría color sangre llena mis fantasías,
Y su voz profunda inunda mis pensamientos,
Lo odio, no me deja concentrarme en vivir mi propia vida,
Es el culpable de mi desamparo.
He seguido su camino desde siempre,
Estuve con el cuando dio su paso de niño a hombre,
Su evolución como persona fue observada por mis ojos
Y sus andares plasmados en mis memorias.
Le observe calderar el hielo de su vida desde un lugar distante,
E imaginé que sus sonrisas eran mías,
Le seguí por el mundo ofreciéndole alfombra de aplausos
Y le regale mi admiración como a Dios durante la sequía.
Y ahora lo pienso ¿Qué me está pasando?
Que camino como alma en pena tras sus pasos
Sin hilo de vida propia en eterna adoración,
Mientras mi mirada ofuscada lo mira tortuosa,
Y no sé si reír o llorar al verle salir triunfante de peligros mundanos,
O apretarme el pecho sosteniendo suspiros al mirarme de frente.
Sé que sabe que existo,
Sus sonrisas hacia mi camino las he notado siempre,
Sabe que lo acoso en pomposa extravagancia
Y que adora ver mi suplicio adorante.
Un suspiro sale de mis labios
Mientras mi odio crece más hacia él,
Que me mira con sonrisa taciturna,
Sabiendo que es cruel amarle desde las tribunas.
Lo sé, no es un buen poema, y me siento tonta por ello, pero es que se me vino de pronto a la mente durante un arduo viaje en carretera en el que no tenia nada para entretenerme más que un cuaderno, un lápiz y una pequeña pancarta diciendo "Hola Don Señor extraño de atrás" pegada en el parabrisas trasero y que a final de cuentas mi papá me dijo que quitara, y bien, me canse de saludar extraños y me puse a escribir este pequeño poema.
Manden comentarios si así lo desean, si no, no hay problema, sabré entender. Pueden comunicarse conmigo a los e-mails que ya conocen.
Misao Kirimachi Surasai.
