Disclaimer. Todos los personajes conocidos y lugares mencionados en este escrito pertenecen al genio de J.R.R Tolkien, todos los demás desconocidos son inventos de mi imaginación.
A Legolas, hijo de Thranduil, en el Reino del Bosque Negro
¡Hermano! ¡Hermano! Creo vivir la peor pesadilla que pudo presentarse en mis sueños. Te contare aquel sueño que tuve anoche y a mi parecer fue total realidad. Ascar no podrá expresarte en su escrito la confusión que hay en mi y a ti acudo, en este momento.
Me disponía a descansar ya entrada la noche, pues mi guardia había terminado, inútil es decir que hay los suficientes guerreros para que no me toque de nuevo tal guardia hasta dentro de un par de días.
Como el día había sido pesado, al terminar ensangrentado de cuerpos mutilados de Orcos y otras criaturas, decidí asearme un poco antes de acostarme, Haldir viendo mi dilema al desenredar mi cabello de hojas y polvo, se ofreció a brindarme esa ayuda, y recordando lo bien que te había asistido en tu enlace, le deje trabajar con mi cabello, ya mis párpados se empezaban a sentir pesados y necesitaban reposo, pues a pesar de mi condición de elfo, mi vista también necesita su descanso, caí en su regazo mientras el trabajaba en mi cabeza, sentía sus manos, subir y bajar sobre mi cabellera, tejiendo mis hilos dorados, era una experiencia placentera lo admito, pero tal vez mi rostro expreso algún otro gesto, pues sus manos rozaban delicadamente mi rostro "Tienes un hermoso rostro" dijo Haldir, no dije nada, pues estaba exhausto y fingí no escuchar ese comentario, "Digno del hermano de Legolas..", no sé muy bien a que se refirió con esto ultimo, mas sus caricias fueron mas repetitivas, y escuchaba que su respiración se agitaba, pensé que trataba de hacerme descansar en total relajación, mas cuando sus labios tocaron los míos, no fueron esos mis pensamientos, abrí mis ojos cuando sus manos recorrían ansiosamente mi pecho y le tenía prácticamente encima de mi! ¿Crees eso posible? Una pesadilla debió de ser, algún encanto que tenga esta tierra por donde el maldito Smeagol nos lleva.
Me retire de su lado, expresando mi deseo de no apartarme mucho del fuego, recordando las líneas que me enviaste, llegué a un lado de nuestro valiente Aragorn, quien yacía en su manta contemplando la luz de las estrellas que le iluminaban de manera celestial, muy amable fue al recibirme a su lado, y creo que el fuego daba a su mirada un centelleo particular que nunca había observado en el. "Aragorn, me alegra mucho tu presencia y el poder descansar juntos en este campamento al igual que cuando empuñamos las espadas en la batalla", le dije al ver que me recibía con una sonrisa, "Eres bienvenido, Altadil, siempre tu presencia me recuerda el cariño tan .. grande que siento por Legolas, toma el lugar a mi lado", yo coloque mis mantas a su lado, le comente lo siguiente "Algo muy extraño sucede a Haldir, pues sus atenciones conmigo me han parecido muy .. peculiares.".
El me miraba y aun con esa sonrisa enigmática me dijo "No temas nada mas, que yo te protegeré de él, siempre que tu lo desees yo estaré contigo..", no entendí mas que su apoyo para conmigo y me sentí aliviado, le di las buenas noches y me dispuse a dormir, sentí su mirada sobre mi, esa mirada extraña, un escalofrío paso sobre mi cuerpo y luego, como si un balde de agua fría cayera sobre mi, sus brazos me rodearon, ¡si! ¡Aunque no lo creas hermano mío! El me abrazó fuertemente y me acercó hacia él, yo abrí mis ojos llenos de miedo, vi esa oscuridad que dices, me besó con tanta fuerza y pasión como nunca he percibido, sentí su pecho junto al mío agitándose, clamando por que dejara a su lengua profanar mi boca, no hermano, no son inventos míos, no lo creo posible, ¿podrías creerme a acaso?, ¿a quien mas pedir consejo? Sus labios bajaron por mi cuello al ver que no conseguían respuesta de mi boca, su mano en mi espalda me invadía, mientras otra se frotaba con mis.. ¡Hermano! Ahora solo me queda confiar en Ascar, mas una pena le embarga y no hace caso a mis comentarios, simplemente me contesta pidiéndome mi opinión sobre el cuidado de los pequeños elfos, si se deben alimentar cada 3 horas o si es preferible dejarles descansar, ¿qué pensamientos son esos en la cabeza de un guerrero elfo?
El hablar con el gran mago gris me aterra, pues mis problemas son insignificantes en estos momentos, a ti acudo en esta hora de necesidad..
Lleno de profundos miedos,
Altadil, hijo de Thranduil, en tierras extrañas con hombres y elfos extraños.
