Disclaimer: Blurry Eyes le pertenece a L'Arc~en~Ciel, Harry Potter y relacionados a J. Rowling. La historia es míiiiiiaaaaa~!! (lero lero >P)
Advertencia: *slash* No se deje al alcanxe de homofóbicos y/o abuelitas con problemas cardiovasculares.. puede ser contraproducente :3Uu
Dedicatoria: Errm.. a mi pulgoxo, para que sepa qué es precisamente lo que yo siento por él y lo que provoca en mí o.oUu.. aunque no le guste precisamente mucho el slash xD Recuerda, no hay por qué encelarse; nunca te cambiaría por alguien más ^^..
----------------------------
¤-Blurry Eyes-¤
----------------------------
Sirius volvió a suspirar.
Era el décimo suspiro que dejaba escapar aquella tarde, mientras permanecía sentado en un sofá de la sala común, a un lado de su mejor amigo, James, que permanecía atento a la lectura del interminable libro de transformaciones, ajeno a la fija y soñadora mirada que Sirius Black tenía puesta en él desde hacía una hora entera.
A Sirius le encantaba ver a James. Era como ir todos los días al cine a ver una película diferente; visitar el mismo sitio cada día y encontrar en él algo completamente nuevo y llamativo que la tarde anterior. Algo dulce, encantador, atractivo, innovador, fascinante, incomparable.. Todo eso era James Potter para Sirius Black. Todo eso y todavía más...
..el problema era que no sabía cómo decírselo...
-"¿Sabes algo, James? Me gustas mucho.."...ay, no, que estúpido suena...- se dijo a sí mismo, dejando caer la cabeza sobre la bracera del sofá color rojo. James lo miró de reojo, con esos difuminados ojos azules, y Sirius sintió que moría. Sonrió estúpidamente y James le devolvió una sonrisa dulce antes de regresar la mirada a las letras de su libro. Pronto tendrían un examen. A Sirius eso no le importaba; se sabía las respuestas de memoria (tanto entrenar para animago, claro..) así que simplemente se había dedicado a sentarse junto a James y mirarlo. Mirarlo, porque con eso le bastaba para sobrevivir todo el día. No comer, no dormir, no beber, no ir al baño.. nada de eso era necesario para él si tan sólo podía ver un segundo a James y recibir por lo menos una sonrisa suya... No es necesario decir lo eufórico iba a clases cada mañana, después de recibir los buenos días y la tan amada sonrisa de su mejor amigo. Era por lo mismo que siempre estaba de buen humor. ¿Cómo no estarlo, si James Potter le consideraba su mejor amigo? ¿Cómo no estarlo si compartían habitación? ¿¿Cómo no estarlo si, ya fuese por cualquier motivo, siempre recibía una sonrisa, un abrazo, una risa, una mirada, un roce de James??
El sueño de cualquier chica.
La realidad de Sirius Black.
-"¡Jamie! ¡¡Adivina!! ¡¡Estoy enamorado de ti!! :D" .. no, eso suena todavía más estúpido ¬¬..- y ya estaba comenzando a desesperarse. Veía fijamente el apacible y concentrado rostro de su mejor amigo y volvía al principio. Llevaba por lo menos un mes intentando confesarle sus sentimientos, pero siempre, por una u otra razón, sus intentos se veían frustrados. Algunas razones por falta de tiempo; otras por falta de valor; otras por falta de confianza y otras porque dudaba de que lo sintiese por James realmente fuera...
Volvió a suspirar.
¿Qué era lo que sentía por James?
Cariño.
Atracción.
Ternura.
Comprensión.
Amistad.
Respeto.
Confianza.
Gusto.
Anonadamiento.
Curiosidad.
Deseo..
...sí, deseo. Le deseaba realmente...
..amor...
Amor, mucho amor. Del más puro, fuerte y despiadado amor que hubiese podido cruzar alguna vez las puertas de Hogwarts. Del amor más desesperado y testarudo de todos. Del amor más dulce y profundo que alguna vez alguien se hubiese podido imaginar. Y le importaba un cuerno lo que los demás dijeran; lo que Peter Pettigrew gritara cuando se enteró; lo que Lily Evans bufara cuando le pidió consejo; lo que Remus Lupin explicara cuando recurrió a él... Lo amaba. Realmente amaba a Prongs...
-"Tú puedes"- había dicho Lupin, con una gran sonrisa, el día en que se lo contó. -"Estoy seguro de que James también te quiere mucho, pero para estar seguros necesitas decírselo.. Solamente eso. No es difícil. La recompensa será muy buena si te atreves".- y era precisamente por eso que seguía intentando vanamente el poder destrabar su lengua, declarar su amor y poder -finalmente- descubrir el sabor de los labios de Prongs. Los labios con el mismo aroma a vainilla que desprendía su cuerpo. El aroma que había podido aspirar tantas veces cuando, juguetón, James Potter se había tirado a sus brazos o habían dormido en la misma cama por descuido, flojera o mero gusto en sí. Aunque algunas veces James solía tener pesadillas y, como un hermano pequeño, acudía en busca de los brazos y el pecho de Sirius Black para poder dormir. Para sentirse protegido... Noches en las que Sirius había podido tocarle, abrazarle, acariciarle.. como a un hermano, eso sí, pero era lo de menos. Había podido hacerlo y era lo único que importaba. Había podido acariciar su rostro de piel suave, su negro y revuelto cabello, su espalda delgada, sus brazos largos. Brazos que le habían rodeado en incontables ocasiones en forma amistosa, en aquellas veces en que James se sentía contento y deseaba poder compartir su alegría con su mejor amigo. Con la persona más importante para él. Veces en que se habían podido mirar fijamente a los ojos, esos ojos que Sirius tanto amaba; azules y profundos como el mismo mar; brillantes, borrosos a causa de una débil miopía.. Ausentes, soñadores, pícaros, alegres, inocentes, penetrantes como posos de agua. Esos malditos ojos de los que estaba tan enamorado.. Esos malditos y hermosos ojos que solían mirarle muy a menudo con una mirada de cariño. Las miradas que en vez de cariño imploraba porque reflejaran amor... aunque era curioso encontrarle observándolo fijamente, a través de las delgadas gafas, durante los momentos de ocio en la sala común. ¿Acaso eso significaba que James también lo..?
-"Tenemos mucho tiempo siendo amigos.. ¿Verdad? Tanto que ya no puedo recordar cómo fue que nos conocimos... cómo fue que comenzó nuestra amistad... Aunque no, miento.. En realidad sí que lo recuerdo. Te vi por primera vez hace tantos años, de la mano de tu madre, en una larga fila para poder entrar a un cine muggle. Me acerqué a ti. Pensé que eras uno de ellos. Me miraste con temor, mismo que se desvaneció con la primera sonrisa, y desde entonces hemos sido amigos. Más que amigos. Hermanos. No sé qué haría yo en el mundo si tú no te hubieses atravesado nunca en mi camino... No lo sé... Hace tanto tiempo que somos amigos.. hace tanto tiempo que estás a mi lado.. A mi lado cuando te necesito, cuando te quiero, cuando simplemente hace falta una sonrisa y una palabra amistosa. Un abrazo. Es mucho más de lo que yo hubiese podido pedir... Hace tanto que te conozco, James... Hace tanto que te amo..".- hubiese podido saltar de su asiento una vez hubo terminado de tejer sus pensamientos. Las palabras habían fluido como agua de un manantial y ni siquiera se había dado cuenta. Tonto fue cuando no lo percató. En realidad hacía tanto que planeaba declaraciones perfectas.. Porque siempre, en su cabeza, pequeños versos, poemas, pensamientos o simples palabras comenzaban a tejerse como hilos de una telaraña hasta formar parte de complicadas declaraciones amorosas que serían el máximo y más hermoso sueño de cualquier niña..
...el amor era algo tan terrible..
Tan hermoso y tan terrible.
Se tuvo que golpear nuevamente la frente contra el respaldo para borrar la estúpida sonrisa que se había dibujado en sus labios.
Se quedó así, recargada la frente contra la bracera durante largo rato. Largo rato en que no notó que un par de borrosos ojos azules lo miraban de reojo.
El sonido pesado de un libro al azotar contra una mesa le sacó de su trance y levantó la mirada. James Potter, sentado junto a él y también recargado sobre el respaldo correspondiente a su sillón le sonrió dulcemente. Se miraron fijamente a los ojos por un momento. Sirius sintió enrojecer. Algunas miradas curiosas de la gente en la sala comenzaron a clavarse en ellos, pero no les prestaron importancia. En aquel momento, el azul penetrante de ambas miradas lo eran todo para los dos. Extasiados estaban viéndose. Desterrados a un país en el que sus sueños podían hacerse realidad y estaban juntos para siempre...
De un momento a otro, de improvisto, Prongs se impulsó con manos y pies y de un salto fue a parar sobre Sirius, quien soltó un alarido apagado al sentirle aterrizar sobre él. El sillón se tambaleó, James se fue hacia el frente y Sirius hacia atrás. El golpe robó la atención de todos los Gryffindor presentes y una que otra risita se escuchó por ahí. Dos de los Marauders of Hogwarts yacían tirados sobre el piso, uno sobre el otro, sillón volcado y mejillas sonrojadas. Black golpeó a Potter con un cojín y las carcajadas llegaron después. Nunca, nunca iban a cambiar.
----------------------------
Siguió practicándolo por unos días más. Los entrenamientos de Quidditch también se acrecentaban y el frío le calaba hasta los huesos. Aún así, continuó volando por el campo, esquivando bludgers locas y viendo de vez en cuando hacia atrás, en busca de sus compañeros.
Nunca vio casa en Hogwarts a tan excelente equipo; un trío, una organización. Tan buenos cazadores no se podría haber esperado Gryffindor jamás. James Potter, el goleador. Sirius Black, el defensor. Remus Lupin, el estratega. Si los tres hubiesen podido ser nombrados capitanes de equipo así hubiese sido; pero era James quien ocupaba el puesto. 1973; cursaban su último año en Hogwarts. Pronto el trío se vería separado, roto, despedazado. Pronto las aspiraciones de ganar la séptima copa de Quidditch consecutiva para Gryffindor iban perdiéndose. Por lo menos la sexta, la última que los Marauders podrían conseguir, sería para Gryffindor. Peter Pettigrew y Lily Evans observaban a sus amigos volar, sentados en las gradas y apoyándoles. Evans parecía haber aceptado las preferencias de su mejor amigo (Black) y esperaba sinceramente que pudiese llegar a concretar algo con Potter. Pettigrew simplemente evitaba el tema. Los bateadores, Patil y Patil, se divertían lanzando bludgers a diestra y siniestra contra quienes se les presentaran, desternillándose de risa y gritando y agitando sus bates como verdaderos dementes. El guardián, Eldrick Wood, desfallecía tratando de parar al menos una de las tantas quaffles que pasaban zumbando a través de los aros, y Filius Weasley, el buscador, simplemente sobrevolaba el campo en busca de algún destello dorado.
Agotado, Wood pidió un descanso y descendió hasta tocar el pasto con ambos pies. Los bateadores le siguieron, refunfuñando, y el buscador bajó en picada justo para atrapar la snitch antes de tocar el suelo con los pies. James, Sirius y Remus se quedaron allá arriba un rato más, haciendo piruetas con sus escobas y riendo, divertidos. En cierto momento, Lupin se acercó volando hasta Sirius y le dijo algo en un oído. Prongs arqueó una ceja. Black parecía haberse entusiasmado con la sola mención de aquella cosa tan misteriosa y Lupin había descendido entre el agitar de las ramitas de su escoba voladora, dejándoles solos allá arriba. James se acercó hasta su emocionado amigo, frunciendo el seño.
-¿Qué?- inquirió, y a Sirius le sorprendió su falta de modales.
-¿Qué de qué?- respondió, en la misma manera.
James entornó los ojos.
-¿Qué fue lo que te dijo Lupin? ¿Alguna cita?
Una sonrisa amplia cruzó el rostro de Sirius.
-¿Estás celoso?
James bien hubo podido reír, pero la mueca que dibujó en su rostro no dejó lugar a dudas. Estaba celoso. La esperanza volvió a reavivarse en el pecho de Padfoot y dio una vuelta alrededor de su mejor amigo, riendo.
-¡No te preocupes! No es nada de eso, es sólo que me dijo algo que..- miró hacia abajo y notó que los demás los veían, confundidos. Sonrió ligeramente. -..te lo diré más tarde.- y descendió rápidamente, seguido por un desconcertado James Potter.
----------------------------
-"Amo tanto esa forma en la que tus difuminados ojos azules me miran cada amanecer, cada atardecer, cada minuto de cada hora... amo sentirlos sobre mí y sentir mi piel, mi cuerpo arder. Amo el reflejo del mar y el aroma salado de tus miradas; amo su profundidad, su forma, su color a través de las delgadas gafas que solamente sirven para acentuar más la perfección de tu rostro. Amo que tus miradas sean mías y de nadie más.. Amo tu cabello desordenado, tu rostro, tu aroma, tu piel. Amo tu suave y a la vez áspera voz que susurra mi nombre 50 veces al día. Amo tu aliento fresco que golpea mi rostro cuando te acercas a confiarme uno más de tus secretos. Amo que confíes en mí, amo que estés cerca de mí. Amo la forma en la que la túnica cae por tus hombros y moldea tu perfecta figura blanca. Amo esas gafas redondas que te dan un gesto intelectual y la forma en la que las mueves con los dedos cada vez que no entiendes algo. Amo tu nombre, James Potter. Nombre y apellido común, todo un ser común tras el cual se esconde tu verdadero yo, tu verdadera esencia; el alma, el espíritu que me mantiene pegado a ti, fascinado, extasiado cada día al poder observarte, al poder sentirte, oírte y tocarte. Te amo a todo ti, James Potter, porque todo tú eres una criatura innovadora y extrovertida a la cual no me canso nunca de mirar.. algo que siempre es nuevo para mí, que entra por mis ojos, por mis oídos y mi nariz y que llega al corazón; que me embriaga los sentidos y me hace ser cada día más y más preso de tu ser.. Te amo, James Potter.. yo te amo..."..- sonrió. -¡Válgame, yo debería comenzar a pensar seriamente en llegar a ser poeta!- rió Sirius, recostado sobre su cama y creyendo erróneamente que se encontraba sólo.
-¿Y puedo saber el por qué?- una voz conocida desde el otro lado de la habitación. Poco faltó para que Black se cayera de la cama.
-¡P..PRONGS!
-¿Qué tanto haces, puedo saber?- inquirió éste, levantando la cortina roja de la cama de Black y asomando la cabeza por la abertura. Sonrió.
El admirar el color que había adquirido el rostro de Sirius era todo un show. James tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos para no soltar una risotada y en vez de eso se sentó junto a él, en la cama.
-Se supone que tendríamos que estar todos en la sala común hace una hora para terminar los deberes de pociones. El profesor Fletcher no estaba muy contento con nosotros la clase pasada y no queremos que nos vuelvan a castigar toda la noche.. ¿Verdad, Padfoot?
Una sonrisa suspicaz se dibujó en los labios del aludido.
-Bueno, depende.. si mal no recuerdas, la semana pasada tuvimos que limpiar los baños de los prefectos y suele verse cada cosa por ahí..- repuso, todavía con esa sonrisa, y Prongs no pudo evitar el secundarla. Acababan de recordar que la semana pasada habían encontrado a Howard Fields y a John Bogart (jeje, ambos chicos..), prefectos de Gryffindor y Hufflepuff respectivamente, en una situación muy poco conveniente... Tuvieron tiempo para respirar profundamente antes de caerse a carcajadas.
-¡Es que en serio!- exclamó James, en un momento en que el ataque de risa había reducido ligeramente. -¡No puedo creer que Fields nos haya resultado..!- se calló, demasiado agitado como para poder seguir hablando. Se dejó caer sobre el colchón de la cama de Padfoot y miró al techo, mientras respiraba con dificultad. Sirius también se detuvo, pero permaneció sentado en la cabecera de la cama, con la espalda recargada en la pared. Las cortinas colgaban por toda la cama; a Sirius siempre le había gustado la oscuridad. -No puedo creer que a algún chico pueda llegar a gustarle otro... es tan.. desagradable...
Los ojos azules de Sirius Black se abrieron al doble. ¿Había escuchado bien? ¿¿Acaso James, su James Potter estaba diciendo que él nunca..?? ¿Que despreciaba a..?
El sonido de un cuerpo al desplomarse junto al suyo llamó la atención de Cornamenta. Giró sus ojos borrosos y se topó con el perfil del rostro de Black, que se había tirado boca arriba junto a él. Quiso sonreír.
-Bueno, entonces será mejor que ya..
-¿Por qué dices eso?- interrumpió Padfoot, y James arqueó una ceja.
-¿Por qué digo qué?
-Lo de los chicos.- dijo Sirius, sin dudarlo ni un segundo.
-¡Ah! Bueno, pues porque.. no sé, se me hace... raro. No me gustaría tener que experimentar el hecho de que me bese algún tipo o de conocer a alguien que lo haga...
-¿Pero por qué? ¿Qué tiene de malo?
-....- el cabello negro cayó sobre los ojos de Prongs y se quitó las gafas. -..no sé... sólo eso, no me gustaría.. creo que va contra mis principios... Además.. ¿Cómo pueden encontrarle placer a.. eso..?
Los ojos azules de Sirius se habían dilatado al máximo y temblaban entre la humedad de las lágrimas que luchaban por brotar.
-Pero James.. es amor... Es imposible decir que no al amor.... solamente llega y no te avisa de dónde.. no te dice en qué momento o de qué persona vas a enamorarte... nadie ni nada te prepara para eso y.. cuando te enamoras de alguien de tu mismo sexo.... pues.. no puedes hacer nada para evitarlo.....
Prongs frunció el seño, sintiéndose ligeramente culpable. Iba a preguntarle el por qué de toda esa alegata, cuando sintió que su amigo se movía. No tuvo tiempo de girar los ojos. El cuerpo de Sirius Black había apresado al suyo sobre la cama, pesadamente, y había sujetado sus muñecas entre sus puños. Se miraron fijamente a los ojos por unos segundos.
-S..Sirius, ¿Qué demo...?
Padfoot iba a cercándose peligrosamente a él; su cuerpo desprendía un cálido aroma a chocolate que nunca había percibido antes y sintió que sus sentidos se embriagaban por completo bajo aquella penetrante mirada. Entrecerró los ojos, dispuesto a recibir lo que viniera...
De repente el peso de Sirius se aligeró y pudo ver que se había levantado; se sentó sobre la orilla de la cama, con las piernas dobladas sobre el colchón, y se encogió de hombros. James se incorporó también, confundido.
-¿Padfoot..? ¿Qué era lo que..?
-Olvídalo, James. Perdóname, no sé qué me pasó.. yo....- susurró Black, el rostro escondido entre las palmas de sus manos. Se quedaron ahí sentados, uno junto al otro, durante algunos minutos más, sin decir nada ni voltear a verse. El único sonido que interrumpía el silencio era el del péndulo del reloj de pared y sus respiraciones. Los ojos azules de Prongs giraron levemente y se topó conque Sirius sollozaba en silencio.
No supo qué fue lo que le pasó; se le quebró el corazón.
Sin poder seguir conteniéndose ni un minuto más, se arrojó sobre Sirius y lo derribó contra la cama; los ojos claros le miraron, asustados, pero no se dejó intimidar. Había estado tratando de engañarse a sí mismo desde hacía tanto tiempo.. Aprisionó los labios del animago entre los suyos y el tiempo pareció detenerse. Se quedaron así, sin mover ni un sólo músculo, permitiendo que los segundos transcurrieran como minutos y los minutos cuales horas. Padfoot jadeó y abrió la boca. Finalmente James Potter lo besó... Un beso largo y desesperado; lleno de angustia, de culpabilidad, de deseo.. podía sentirlo bien. El aroma a vainilla de su aliento le llenaba los pulmones y no sentía ni la más mínima necesidad de detenerse a respirar. No podía creerlo, realmente no podía.. Trató de cubrirlo entre sus brazos, pero..
-¡No!
Se sorprendió. El beso había sido cortado de tajo por un empujón de las manos de Prongs, que había vuelto a incorporarse y le miraba con los ojos engrandecidos debajo de sus gafas. Se quedaron mirando por un segundo, hasta que Potter no pudo soportar más aquella mirada y salió huyendo. Sirius escuchó cómo sus pasos alcanzaban la puerta y ésta se cerraba detrás de él. Se quedó tumbado en la cama, con la mirada fija en el techo del dosel.
-No esperaba que fuese a ser así...
----------------------------
Se encontraron sobre sus escobas, en el centro del campo de quidditch. Era de noche y los demás integrantes del equipo descendían para irse a dar un baño y después a dormir. Habían estado entrenando durante 3 largas horas y no veían el momento en el que sus hermosas camas les extendieran los brazos para dormir. No así James Potter y Remus Lupin, que se veían fijamente a los ojos, retándose. El licántropo hizo un rodeo y se situó a un lado de su amigo, viéndole de reojo, mientras ambos descendían lentamente a tierra firme.
-Ya deja de mirarme así, Lupin. Te dije que no pienso hablar con él si no viene hasta aquí para que lo hagamos.
Remus arqueó una ceja, indignado.
-¿Deseas que sea él quien te pida disculpas a ti? ¿Por qué? ¿Qué fue lo que te hizo?
-Enamorarme..- se dijo James a sí mismo, pero desvió su mirada hacia algún punto inconcreto. Remus volvió a situarse frente a él.
-No entiendo cuál fue el motivo de su disputa, pero no me gusta que estén enojados uno con el otro. No va con ustedes. Se necesitan y deberían saberlo.
-¡Yo no necesito a Black!- exclamó Prongs, mucho más fuerte de lo necesario. Algunas miradas furtivas se clavaron en él y sintió que enrojecía. -..no lo necesito..- continuó, en voz baja. -Y voy a mantenerme firme. Si él no desea que hablemos, no vamos a hacerlo. ¿Entendiste?- terminó, tocando el suelo con los pies y echándose a correr con la escoba al hombro. Remus aterrizó un segundo después de él, pero se quedó parado en medio del campo de quidditch.
-¡Pero es que se están despedazando lentamente, entiéndelo!
El animago hizo oídos sordos a esa última y certera afirmación.
Del otro lado del campo, abrazado a sus rodillas y con la escoba tirada junto a él, Sirius Black se ahogaba en lágrimas. No podía creer lo que había sucedido.. Después de haberse besado, James y él no habían vuelto a hablar. Hacía más de una semana de eso. Su vida se agotaba poco a poco. No más sonrisas, no más miradas, no más abrazos. Su combustible diario, su alimento se había ido. Ya no reía, ya no bromeaba, ya no desobedecía. Se había convertido en una simple marioneta sin alma que esperaba porque Prongs se acercase hasta él y le explicara por qué lo hacía... Es decir.. ellos dos ni siquiera tenían nada... ¿Verdad? Ya ni siquiera eran amigos... y aún así se preguntaba cómo era que le permitía echarse sobre su cuerpo cada noche y besarle hasta perder el aliento...
-No soy tu juguete..- balbuceó, con los ojos enardecidos. -No me gusta que juegues conmigo... ¿De verdad me amas? Dímelo, James.. voy a creerte...- levantó la mirada y permaneció viendo fijamente el cielo ennegrecido durante algunos minutos más.
----------------------------
Why do you stare at the sky with your blurry eyes?
----------------------------
Notas: Tee hee.. que fic más extraño.. ¿Verdad? o.oUu Un James+Sirius.. aaah, ¡TENGO QUE POBLAR FF.NET CON POR LO MENOS 10 FICS DE ÉSTA PAREJA ANTES DE PODER MORIR EN PAZ! >_Uu .. y.. errm.. en realidad el fic no se trataría de ésto... o bueno, sí.. pero.. @_@Uu.. dixke al final Prongs y Padfoot iban a concretar su relación todo bien mágico *-*Uu.. así de -"Te amo, Prongs", -"Yo también te amo, Padfoot", y vivieron felixes para siempre, fin o.oUu.. ¡PERO NO PUDE! TOTUu Aarrm.. en fin... Blurry Eyes, el opening de DNA² (Aaah, Katsura *¬*), y aunque no he colocado la letra, pues... verán que no ha sido un songfic o_oUu No sé ké quiera decir Blurry, pero utilixé el título xque A-M-O esa canxión (¿me creerán si dijera que tengo más de medio año con eia en la PC y no tenía ni idea de ke fuexe de ánime? XDUu She, io solamente se la adjudivaba a L'Arc~en~Ciel hasta ke mi mascota/hermano me dijo ke era opening de un ánime ke acababa de conxeguir TOTUu) y xque blur significa difuminado o algo axí en ingléx o_oUu.. y los ojos de Prongs están difuminados, ¿no? (para un mejor ejemplo, abran su psp, alguna imagen que les guste y apliken el blur (difuminar) y verán a ké me refiero ^-^) Anyway. Los que leen Bandits o My Best Friend no podrán dexir que he estado de floja.. Y no me enojo si me dejan un lindo y beio review o.o... nos tamos leyendo :)
Pd.- Solixito beta reader... no importa kién sea, los únicos requisitos es ke le guste Harry Potter (todos mis amigos por msn son fans de TODO menos de Rowling ¬¬... y los ke lo son AMAN a Remus Lupin XDUu), ke sea de América y ke pase mucho tiempo online o_o.. es todo... nanai.
----------------------------
shiniramen@hotmail.com ©Ed. Junio, 2003.