1/3 DE MIS PUROS SENTIMIENTOS.
Por: Maeda Ai.
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Capitulo I.
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La luz del sol cae sobre el Dojo Kamiya; Kaoru-chan despierta después de una larga y agradable noche de sueños relajadores y de descanso.
Aun algo somnolienta, escucha las risas de Ayame y Susume, quienes juegan con Kenshin como cada mañana.
Por lo regular ella es la primera en levantarse pero esta vez tenia un peculiar cansancio que la había debilitado por completo.
Salió de su habitación y lo primero que escucho fueron los "saludos" de Yahiko. "¡Qué eres floja?!, es casi medio día y apenas te estas levantando, irresponsable, no tienes nada que hacer?!". Entre otros comentarios.
Otra cosa rara es que Kamiya lo ignoro por completo y solo respondió con un...
* Buenos días Yahiko. *
Paso de largo sin prestarle mayor atención al chiquillo y dirigiéndose al patio, encontrándose con Kenshin y las niñas.
"Buenos días, te sientes bien?". Palabras que se dejaron escuchar; respondidas con tanta tranquilidad que asustaba.
Otras personas que se encontraban en el Dojo eran Sanosuke y Fox-Lady. Maravilloso, hasta ellos se levantaron antes que ella.
* Vaya, la niña esta cansada; no puede con el ritmo de vida de un adulto. No me sorprende. *
Si, era un día medio normal, tomando en cuenta el agradable saludo de Megumi el día podría considerarse como normal.
Claro que los saludos no terminaron ahí, Takani siguió dando indirectas a Kamiya, hasta que alguien intervino...
* Ella es una chica ingenua y dulce, no como tu, que eres oportunista y experimentada.... no dejare que sigas
molestándola. *
Aunque te ame al punto de quiebra
no seria capaz de decirte un tercio de lo que siento
puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte
"te amo", mi corazón
Las palabras que articulara Sanosuke Sagara, no habían sido escuchadas por vez primera en ese lugar o por todos los presentes.
Ya había dicho algo semejante en ocasiones atrás, especialmente cuando Megumi molestaba sobremanera a Kaoru.
Kamiya le ofreció una ligera sonrisa al muchacho en agradecimiento, sonrisa que de hecho iba a ser correspondida, pero, el joven desvió la mirada, para después soltar una gran carcajada.
* Claro, a menos que no este yo... puedes molestarla cuanto quieras en mi lugar. *
Justo entonces Kaoru recordó la razón de su cansancio de los últimos días, era cierto, de todos los adultos que vivían en el Dojo, era ella la única que trabajaba y mantenía a duras penas a todos; aunque no se quejaba, lo cierto es que las constantes bromas por parte de sus amigos solo lograban ponerla de mal humor, lo que daba como resultado que estuviera estresada y sin ánimos para hablar con ellos.
Bueno, tampoco podía quejarse, le habían traído tantas alegrías que nada más importaba, por eso mismo y para no explotar, salió un rato del lugar.
* Ja, muy gracioso Sanosuke, pero no lo suficiente. *
Dijo poco antes de salir sin saber siquiera a donde se dirigía. No era extraño, de vez en cuando salía y al poco rato regresaba, igual, sin decir nada... en fin.
La joven mujer camino algún rato por las calles tratando de despejarse un poco; se fue al rió para sentarse en la orilla y pensar... pensar en nada y todo al mismo tiempo.
Las horas pasaron y el atardecer llego al lugar; los pigmentos semi-naranja cubrían el cielo con delgadas nubes cruzándolo, un sol agonizante se desvanecía en el horizonte... ya era momento de regresar a casa y... dormir un poco más, vaya que lo necesitaba, sin razones se encontraba con gran cansancio, quizá era el estrés.
Mientras cruzaba el puente se encontró a dos hombres que le impedían llegar al otro lado.
* A ti te conozco, eres la dueña del Dojo Kamiya. *
Alcanzo a decir uno de los sujetos, el otro se llevo la mano derecha a la cabeza y después de un par de risas, también hablo...
* Si es cierto, dicen que no hay hombre capaz de domarte, mujer. *
Ambos individuos sonrieron maliciosamente; esa estúpida sonrisa que cruzaba sus desagradables rostros decía más de lo que mil palabras pudieran explicar. Esos depravados querían algo de Kaoru, algo no muy decente por la forma en que clavaban sus miradas en el cuerpo de la mujer.
Kaoru ni se inmuto, ni sorprendió con las insultantes miradas sobre su cuerpo, sencillamente quiso pasarlos de largo sin armar un escándalo y ya, pero no pudo; uno de esos hombres le sujetó el brazo izquierdo, impidiéndole dar un solo paso. Carcajadas por parte de ellos resonaron por todo el lugar; un brillo de lujuria se hizo característico en los ojos de los mismos... Kaoru-chan comenzaba a asustarse, en esos momentos vestía un kimono por lo que no había pensado en portar su espada de bambú, y para colmo esos dos traían con sigo espadas; de seguro ningún miembro de la policía los había visto hasta esos momentos.
Uno de ellos aló a la chica para que estuviera más cerca de el y poder comenzar con su "jueguito".
Las pupilas de la muchacha se contrajeron al imaginarse las negras intenciones de sus atacantes. Kamiya interpuso sus manos entre su cuerpo y aquel individuo.
Maldición!!, tenia que admitirlo, su fuerza física no era suficiente como para oponerse a esos pervertidos.
La chica estaba al borde de la desesperación, cuando...
* No quiero ver sus asquerosas manos sobre el cuerpo de ella, así que suéltenla. *
Aquella voz juvenil hizo que el corazón de Kaoru diera todo un vuelco.
Escuchar a Sagara la hizo sentirse aliviada; la aceleración que sufriera su corazón ante el temor de sufrir se detuvo repentinamente ante el alivio de sentirse segura.
Ahí estaba Sanza, con ambas manos en los bolsillos de los pantalones y mirando con desprecio a esos locos. Un aire frío se dejo sentir en el puente para dar paso a más y más nubes que comenzaban a cubrir el cielo para teñirlo de gris.
En poco tiempo el cielo indicaba que dejaría caer una fuerte lluvia; así pues al caer la primera gota, Sano se lanzo al ataque en contra de esos sujetos, quienes desenfundaron sus espadas, atacando a Sagara al unísono.
A pesar de que estaban armados, Sanosuke los evadió con facilidad para poco después propinarles varios golpes certeros que los dejaron inconscientes.
Para entonces la lluvia ya había comenzado; los atacantes yacían sin conocimiento en el suelo.
Mientras, el chico de cabello rebelde se giraba para ver a Kaoru; ella parecía tener la mirada perdida, permanecía estática en medio del puente, empapada y con el agua cayendo insistentemente sobre ella.
Sano se le acerco y al estar frente a frente la chica pareció salir de su trance para mirarlo a los ojos. El muchacho solo le sonrió ligeramente, ella.... se lanzo llorando a sus brazos, no solo por lo ocurrido sino también por su estado de animo de los últimos días, el Dojo, Megumi... todo, ya no aguantó más y explotó en un inconsolable llanto que Sanosuke no supo como detener; solo pudo abrazarla y dejarla desahogarse.
* Anda, regresemos que ya es tarde y seguro nos enfermaremos con esta lluvia. *
Al decir esto, la soltó; Kaoru no supo explicarse porque pero cuando el se alejo sintió un gran frío recorrer todo su cuerpo, un fuerte y punzante frío; se abrazo a si misma para tratar de contrarrestar esa sensación pero no sirvió de mucho.
Al darse cuenta, Sagara se quitó la camisa para dársela a ella; como Kaoru ni se inmutó y solo se le quedo mirando, el mismo se la puso al rededor de la espalda.
* Anda, que todos se han de preguntar donde estas. *
Kamiya afirmo con la cabeza y ambos se dirigieron al Dojo. Ella aun temblaba; el muchacho no sabia si se debía a lo ocurrido o a la copiosa lluvia que caía sobre Tokio y que por consiguiente provocaba que sus cuerpos tuviesen frío.
Sano quería hacerla sentir mejor, bien sabia que lo que tuvo que soportar con esos locos fue demasiado desagradable. Por eso puso su brazo derecho al rededor de la chica, tratando de decirle que ya estaba bien, no debía preocuparse más... el la protegería y no permitiría que le hiciesen daño.
La muchacha bajo la mirada para ver como se destrozaban las gotas de agua al estrellarse en el suelo, y también para ocultar el ardor de sus mejillas.... sonrojada, solo por un "abrazo".
Durante el camino, no pronunciaron una sola palabra; la tensión era incomoda pero así se mantuvieron hasta llegar.
Al entrar al Dojo se encontraron con Kenshin, quien preguntó si se encontraban bien pues ya era algo tarde y además andaban quien sabe donde con esa lluvia. Lo más sospechoso era ver que Kaoru-dono trajera la camisa del guerrero cubriéndola del frío.
* Descuida Kenshin, estuve jugando a la guerra con unos tipos, luego me encontré a Jo-chan camino acá, la
lluvia nos sorprendió y no pudimos llegar más temprano. *
* Si así fue... que bien que no les paso nada, verdad Kaoru. *
Kamiya no respondió, estaba ocupada en sus propios pensamientos hasta había dejado de disimular el rojo de sus mejillas; dijo buenas noches y se retiro a su habitación sin decir más ante las miradas curiosas de Kenshin y Sanosuke.
* Acaso le pasa algo malo?.* -Preguntó el samurai, rogando por una respuesta negativa.-
* No solo debe estar cansada, no te preocupes. * -Decía el chico alto mientras salía del lugar, acompañado
de la mirada del pelirrojo, que se había percatado de su rara actitud.
En las largas noches de insomnio
mis pensamientos hacia ti murmuran "eso es amor"
Los temblorosos latidos de mi corazón
que hablan incesantemente
cambian a suspiros mezclados
con un alta fiebre
Sagara caminaba por las calles camino a su casa, con la lluvia a mediana fuerza cayendo sobre la ciudad; solo quería dormir, esta... como decirlo?, aburrido, cansado.
Así pues, al llegar a su casa se recostó y trató de dormir... pero no pudo. Se paso gran parte de la noche tratando de conciliar el sueño pero no podía.
La misma razón de siempre.... ella, la niña que de una u otra forma se apoderaba por completo de sus pensamientos, pero desde esa tarde sin saber porque, cada vez que su rostro volvía a su mente un desesperante pero agradable cosquilleo surgía en su pecho y los latidos de su corazón aumentaban en velocidad... que demonios era?!.
Esa noche no pudo dormir en lo absoluto. Se sentía acalorado, con grandes deseos de que la tortura de la noche terminara; y como una brisa que refrescaba su extraña fiebre, el rostro de Kaoru Kamiya regresaba fugazmente a sus pensamientos haciendo que sus pupilas se dilataran ante la extraña sensación de recordarla; luego la mujer volvió a aparecer en su mente con ese rubor delicado que cubría sus mejillas, la mirada clavada en el, su cuerpo empapado....su cabello rendido ante la lluvia que escurría por su rostro. Y por supuesto, el kimono pegado a su frágil cuerpo debido a la lluvia.
Esa imagen la había podido contemplar por la tarde y la verdad es que....le agradaba mucho.
Y entre tantas dudas que invadían la mente de Sanosuke, una que parecía ser la más importante y fuerte de todas logro salir del interior del chico, en forma de palabras, pregunta...quizás afirmación.
* ¿La amo?.*
La noche siguió sin dar cabida a una respuesta segura para aquella pregunta. Torturando así al muchacho, que no entendía bien lo que estaba pasando o lo que estaba sintiendo.
Los rayos del sol alumbraban las calles de Tokio.
Por primera vez en mucho tiempo Sanosuke Sagara se había levantado más o menos temprano, para él, permanecer un rato más en al cama hubiera sido tortura; se encontraba más cansado, era uno de esos días en que el cuerpo sin razón alguna, no tienen fuerzas ni para andar a pie unos minutos.
Se dirigió al Dojo, necesitaba comer y obviamente ahí podía conseguir comida gratis, también estaba la opción del Akabeko pero tenia la necesidad de ver a Jo-chan, aunque su comida no fuera igual de buena, se conformaría con verla.
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Sano entró al Dojo, ya ni siquiera necesitaba tocar la puerta principal o ser invitado; de hecho nunca fue necesario, nunca pidió permiso el solo entraba y ya.
Se quedo parado en el pasillo que daba al jardín del lugar, saludo esperando que alguien le contestara; por unos momentos pareció que nadie se encontraba ahí, hasta que escuchó su voz...
Dame sonrisas y días brillantes
con tu sonrisa
Luego hasta el frío de la noche helada
seria bueno y yo lo aguantaría
Kaoru lo saludo con más ánimos que el día anterior; la resplandeciente sonrisa que la caracterizaba estaba en su rostro, eso la hacia verse un millón de veces más linda que con los ojos distantes y la mirada triste....aunque aun así era muy linda.
* Vaya Sanosuke no esperaba verte hoy. Creo que últimamente vienes a visitarnos más seguido eso me agrada. *
Sagara no contestó, no articulo palabra o sonido alguno, solo la miraba atento; no estaba sonrojado, ni nervioso... tan solo sumergido en los profundos ojos de la mujer.
Kaoru no entendía nada; Sano no era tan callado, si había algo importante que decir, o algo estúpido daba igual, el lo decía sin mayor problema.
Creyendo que no era importante, tomó a Sanza por el brazo derecho y....
* Déjame adivinar... ¿Quieres desayunar?. *
Le decía la chica mientras lo invitaba al interior de la casa, sacándolo por completo de su trance y sumergiéndolo inmediatamente en otro más profundo aun.
* Vamos, a estas alturas me sorprende que esperes a ser invitado... nunca lo haces. *
Seguía diciendo mientras servia ramen. Sus movimientos eran seguidos con amplia precisión por los ojos del luchador; y a diferencia de la gran mayoría de las veces, SIEMPRE, en que la comida es servida, Sagara no "atacó" al instante... tenia la mirada baja ahora esperando una reacción por parte de Kamiya.
Cuando la niña se dio cuenta de que el tazón del chico seguía intacto se atrevió a preguntar si algo le preocupaba ya que estaba realmente extraño esa mañana; a lo que Sanosuke contestó:
* Jo-chan... quiero hablar con tigo es de algo que, que me inquieta y que en verdad es importante. *
Las palabras dejaron a la muchacha algo pensativa. ¿Qué podría ser tan importante para Sagara?; si el por lo regular no le da gran importancia a las cosas.
Kaoru aun sostenía el tazón; se encontraba entre confusa y tranquila, quizás no era nada, solo....deseos de hablar.
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Las canciones de Rurouni Kenshin son las únicas que pueden competir contra las de Escaflowne [según yo], por eso me decidí a hacer mi primer songfic, que por cierto este primer capitulo no tiene nada de Hentai, a lo más "perverso" que llegue fue a dar insinuaciones de un intento de violación,,, pero no paso a mayores,,,, para los siguientes dos capítulos si habrá Hentai. Así que pueden dejar este fic por la paz hasta este capitulo, o pasar a leer lo interesante.
Solo puse los primeros tres versos de esta canción, los demás vienen en el siguiente capítulo.
maeda_ai@hotmail.com
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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