Hola!
Bien, diez reviews (he recibido unos por correo y otro de boquilla... verdad Wilson???) y aquí está la continuación. Es menos sosilla que la anterior. No voy a contestar los reviews, porque en todos o casi todos solo pondría lo mismo: ¿por qué piensas eso...?
??????????????????????????????????????????????????
2 - EL GRAPHORN Y EL ELFO
Pasaron unos días y Harry seguía teniendo sus pesadillas.
Motivado por su conversación con Dumbledore, Harry observaba más que nunca a Rita, como si intentase resolver el misterio del que le habló el director, pero ella no hacía nada que se saliera de lo normal, o incluso de lo aburrido: iba a clase, hacía los deberes, etc, y en rara ocasión hablaba con alguien.
Esa noche Harry no conseguía conciliar el sueño, así que se vistió, cogió el cuadernillo en el que solía "escribir a Ginny" y una pluma y tintero y bajó a la Sala Común. Se sentó en una mesa, encendió unas velas y se puso a escribir:
"Querida (y mucho) Ginny:
Son las cinco de la madrugada y no puedo dormir. Puede que sea porque tengo miedo de volver a tener la pesadilla de todas las noches que hace que me despierte llorando o porque no hago más que pensar en ti.
¿Recuerdas a Rita, la chica de la que te hablé? ¿La que en cierto modo me recuerda tanto a ti? La he estado observando porque me intrigó lo que dijo Dumbledore, y no he conseguido despejar ninguna de mis dudas. Pero me ha llamado mucho la atención que tenéis muchas cosas en común y los mismos gestos.
No sabes cuánto te hecho de menos, Gin. Antes de dormirme y volver a tener la pesadilla, me imagino que al día siguiente bajaré a la Sala Común y me estarás esperando para bajar a desayunar como antes, que me cogerás de la mano, me abrazarás y me besarás, que volveremos a pasar la mayor parte de las tardes sentados junto al lago hasta que el sol se haya puesto, que volverás a susurrarme canciones y palabras de amor al oído y que volveré a acariciarte en ese lugar que sé bien que te vuelve loca y hacerte mía como aquella noche.
No sabes cuánto te quiero. Hay veces que estoy tan triste que me dan ganas de terminar con todo e ir a buscarte. Se puede decir que sólo me queda el consuelo de pensar que algún día todo acabará y me reuniré contigo.
Siempre tuyo:
HARRY J. POTTER"
Harry terminó la carta y miró con melancolía una foto que había puesto al principio del cuaderno de Ginny y él muy acaramelados. Eran ya las seis cuando el picoteo de una lechuza contra un cristal de la Sala Común sacó de su ensimismamiento a Harry, que seguía contemplando la foto. Pudo distinguir que era Hedwig y, dejándose el cuadernillo abierto por la foto, fue a abrir la ventana para dejar que la lechuza entrara. Hedwig le entregó una nota a Harry que decía:
"Harry, el mismo día que hablé contigo me puse en contacto con mi amigo Elrond para comentarle tu caso y si podía hacer algo. Me dijo que tenía razón, que había un hechizo que, sólo dicho por un Elfo, conseguiría quitarte tus pesadillas. Como Elrond está muy ocupado en Rivendel, ha mandado a alguien de confianza para que te aplique el hechizo. Ven cuando puedas para que el Elfo pueda hacerlo y no vuelvas a tener esas pesadillas.
Albus Dumbledore"
Harry sonrió, subió a por su capa invisible por si acaso y, aunque era muy temprano, fue a ver a Dumbledore. Cuando llegó al despacho, Dumbledore estaba hablando con lo que parecía ser el elfo del que le había hablado. Era rubio con el pelo largo y suelto, exceptuando dos pequeñas trenzas, tenía los ojos azules, unas orejas puntiagudas, llevaba una túnica verde y era muy hermoso.
-Ah, hola Harry -dijo Dumbledore-. Veo que no te has demorado en venir. Te presento a Legolas, ha venido para aplicarte el hechizo.
-Hola Harry -Legolas le estrechó la mano y Harry le devolvió el saludo-. Albus, creo que será mejor que lo haga cuanto antes, pues he de ir a resolver unos asuntos con Galadriel.
-Está bien -dijo Dumbledore-, como quieras.
-Bien Harry, no tardaremos mucho. Será mejor que te sientes -Dumbledore le trajo una silla a Harry. Este se sentó y Legolas se remangó las anchas mangas de su túnica y extendió las manos poniéndolas sobre la cabeza de Harry-. Semreud-sartne imeh conalne sodreu cerso-lamsol ed et rajelay et nemut rajeps ed ergoll ed nevir ed soflesol ed redop leeuq*.
Tras las extrañas palabras élficas de Legolas, Harry sintió un fuerte dolor en la cicatriz. Estaba mareado y no veía con claridad. Creía que se iba a desmayar.
-Aesi-saeuq* -dijo finalmente Legolas y el dolor de cicatriz y malestar desaparecieron-. ¿Te encuentras bien, Harry?
Harry asintió mientras se levantaba con cierta dificultad de la silla.
-Bien Harry, eso es todo, ahora sólo hay que esperar a comprobar los resultados.
-Espero que de resultado -dijo Harry.
-Una última cosa antes de que te vayas, Harry: aunque hayamos derrotado a Lord Voldemort, te pido que estés alerta, ya que él tenía muchas bestias aliadas, y creemos que pueden revelarse en cualquier momento, puesto que el Ministerio ha avistado a unos demiguises al sur de Inglaterra. No sabemos exactamente qué seres se aliaron a Voldemort, pero pueden ser desde demiguises hasta incluso dragones, pasando, por supuesto, por dementores. Como diría mi buen amigo Moody... ¡alerta permanente! Ahora puedes irte, Harry, todavía tengo un asunto serio que tratar con Legolas, un asunto del que seguramente pronto tendrás noticias.
-Está bien profesor -Harry se acercó a Legolas y le dio la mano-. Hasta luego y muchas gracias.
-Ha sido un placer conocerte, Harry -dijo Legolas sonriendo. La verdad es que era verdaderamente hermoso. Harry se preguntaba si todos los Elfos de aquellas tierras serían como él.
Se volvió hacia la Sala Común con la capa de invisibilidad cubriéndole, aunque eran las siete, y como era sábado, dudaba que hubiera alguien levantado.
Al entrar en la Sala Común, todavía con la capa puesta, vio a Rita Hepburn bajando la escalera que conducía a los dormitorios de las chicas. Llevaba un vestido blanco de lana algo más bajo de la rodilla y las mangas muy anchas de lo que parecía ganchillo y se cubría con un mantón también blanco y de lana. Harry nunca la había visto tan hermosa, y para no asustarla no se quitó la capa y se quedó observándola.
Rita se asomó a la ventana abierta y vino una lechuza con una nota que le entregó a ella. Rita la leyó y, con cara inexpresiva, la rompió y tiró por la ventana. Luego se dio cuenta de que las velas que antes había encendido Harry en la mesa, seguían encendidas. Se acercó extrañada para apagarlas y vio el cuaderno de Harry abierto por la foto. Se acercó temblorosa y se sentó en la silla con la mano tapándole la boca y las lágrimas asomándose a sus oscuros ojos y acarició con la yema de los dedos la foto. Cerró el cuaderno para ver la tapa, y vio que ponía "Propiedad de Harry Potter". Pareció dudar, pero finalmente Rita volvió a abrir el cuaderno por la última página escrita con llanto silencioso y Harry se acercó más a ella dudando si le importaba que Rita lo leyera. Conforme Rita leía, sus ojos se iban agrandando por la impresión y más lloraba, incluso llegó a mojar el cuaderno con sus lágrimas. Terminó de leer y se alejó del cuaderno como si este le asustara. Se llevó la mano al pecho, pues respiraba con dificultad y miraba la sala con temor. Se limpió las lágrimas y se fue corriendo por el retrato.
Harry se extraño muchísimo por el comportamiento de Rita al leer la carta que le había escrito a Ginny y ver la foto de la pareja. Cogió el cuaderno, subió a su cuarto y lo guardó en el baúl junto con la capa y luego volvió a bajar a la Sala Común.
Se asomó por la ventana que daba al lago y la frontera con el bosque prohibido y vio a Rita paseando por la orilla de la laguna, cerca del bosque. Decidió bajar a hablar con ella: deseaba conocer el porqué de su comportamiento.
Al bajar a los terrenos miró hacia donde antes se encontraba Rita y no la encontró. Conforme se iba acercando al lugar en el que vio a la chica, podía distinguir que en el suelo estaba el mantón que cubría a la muchacha. Fue corriendo hacia el mantón para comprobar que era el suyo y, cuando lo cogió del suelo, se oyó un grito, seguramente de Rita, que provenía del interior del bosque.
Harry corrió todo lo que pudo en dirección hacia el lugar desde el que había oído el grito.
-¡Rita! ¡RITA! -gritaba Harry.
-¡Harry! ¡Socorro! -dijo una voz tras los frondosos árboles.
Fue corriendo hacia la voz y se encontró con Rita, que forcejeaba para soltarse de un graphorn**.
-¡Rita, aguanta! -exclamó Harry yendo hacia el graphorn, que se había parado y miraba a Harry con ojos asesinos.
Hacía una semana que dieron en su clase a los graphorn en DCAO, así que, por suerte, conocía los pocos hechizos que traspasaban la piel del animal. Cuando el graphorn vio a Harry sacando la varita, dejó a Rita en el suelo sin mucha delicadeza y se dirigió hacia Harry dispuesto a atacar mientras Rita yacía en el suelo inconsciente.
Finalmente, Harry consiguió vencer al graphorn, aunque también cayó inconsciente tras el último hechizo que venció al animal cuando Rita comenzaba a recobrar el sentido.
Muy lentamente y con gran dificultad, Harry se despertó, pero veía borroso. Estaba tumbado en lo que parecía una cama y lo único que podía distinguir frente a él era un par de ojos que reconoció con facilidad.
-Ginny... -Harry estaba débil incluyendo su voz. Si podía ver entre lo borroso los ojos de Ginny... ¿estaba muerto? ¿había muerto al enfrentarse contra el graphorn?
CONTINUARÁ...
* Esto no es élfico ni mucho menos, me lo acabo de inventar. Si le dais vueltas al coco (no muchas), podréis hallar lo que verdaderamente dice.
**Según el libro "Animales Fantásticos & Dónde Encontrarlos": GRAPHORN (clasificación del MM:XXXX): El graphorn se encuentra en regiones montañosas de Europa. Es grande y jorobado, de color púrpura plomizo. Camina sobre grandes zarpas de cuatro dedos y tiene dos cuernos muy largos y afilados y una naturaleza extremadamente agresiva. Algunas veces se ven trolls de montaña montando sobre ellos, aunque los graphorns no parecen aceptar con agrado ese intento de domesticarlos y es mucho más común ver a un troll con cicatrices infligidas por estas criaturas. Su cuerno, pulverizado, se utiliza en muchas pociones, pero su precio está por las nubes debido a las dificultades que entraña obtenerlo. La piel del graphorn es más gruesa que la del dragón y repele la mayoría de los hechizos.
Bien, diez reviews (he recibido unos por correo y otro de boquilla... verdad Wilson???) y aquí está la continuación. Es menos sosilla que la anterior. No voy a contestar los reviews, porque en todos o casi todos solo pondría lo mismo: ¿por qué piensas eso...?
??????????????????????????????????????????????????
2 - EL GRAPHORN Y EL ELFO
Pasaron unos días y Harry seguía teniendo sus pesadillas.
Motivado por su conversación con Dumbledore, Harry observaba más que nunca a Rita, como si intentase resolver el misterio del que le habló el director, pero ella no hacía nada que se saliera de lo normal, o incluso de lo aburrido: iba a clase, hacía los deberes, etc, y en rara ocasión hablaba con alguien.
Esa noche Harry no conseguía conciliar el sueño, así que se vistió, cogió el cuadernillo en el que solía "escribir a Ginny" y una pluma y tintero y bajó a la Sala Común. Se sentó en una mesa, encendió unas velas y se puso a escribir:
"Querida (y mucho) Ginny:
Son las cinco de la madrugada y no puedo dormir. Puede que sea porque tengo miedo de volver a tener la pesadilla de todas las noches que hace que me despierte llorando o porque no hago más que pensar en ti.
¿Recuerdas a Rita, la chica de la que te hablé? ¿La que en cierto modo me recuerda tanto a ti? La he estado observando porque me intrigó lo que dijo Dumbledore, y no he conseguido despejar ninguna de mis dudas. Pero me ha llamado mucho la atención que tenéis muchas cosas en común y los mismos gestos.
No sabes cuánto te hecho de menos, Gin. Antes de dormirme y volver a tener la pesadilla, me imagino que al día siguiente bajaré a la Sala Común y me estarás esperando para bajar a desayunar como antes, que me cogerás de la mano, me abrazarás y me besarás, que volveremos a pasar la mayor parte de las tardes sentados junto al lago hasta que el sol se haya puesto, que volverás a susurrarme canciones y palabras de amor al oído y que volveré a acariciarte en ese lugar que sé bien que te vuelve loca y hacerte mía como aquella noche.
No sabes cuánto te quiero. Hay veces que estoy tan triste que me dan ganas de terminar con todo e ir a buscarte. Se puede decir que sólo me queda el consuelo de pensar que algún día todo acabará y me reuniré contigo.
Siempre tuyo:
HARRY J. POTTER"
Harry terminó la carta y miró con melancolía una foto que había puesto al principio del cuaderno de Ginny y él muy acaramelados. Eran ya las seis cuando el picoteo de una lechuza contra un cristal de la Sala Común sacó de su ensimismamiento a Harry, que seguía contemplando la foto. Pudo distinguir que era Hedwig y, dejándose el cuadernillo abierto por la foto, fue a abrir la ventana para dejar que la lechuza entrara. Hedwig le entregó una nota a Harry que decía:
"Harry, el mismo día que hablé contigo me puse en contacto con mi amigo Elrond para comentarle tu caso y si podía hacer algo. Me dijo que tenía razón, que había un hechizo que, sólo dicho por un Elfo, conseguiría quitarte tus pesadillas. Como Elrond está muy ocupado en Rivendel, ha mandado a alguien de confianza para que te aplique el hechizo. Ven cuando puedas para que el Elfo pueda hacerlo y no vuelvas a tener esas pesadillas.
Albus Dumbledore"
Harry sonrió, subió a por su capa invisible por si acaso y, aunque era muy temprano, fue a ver a Dumbledore. Cuando llegó al despacho, Dumbledore estaba hablando con lo que parecía ser el elfo del que le había hablado. Era rubio con el pelo largo y suelto, exceptuando dos pequeñas trenzas, tenía los ojos azules, unas orejas puntiagudas, llevaba una túnica verde y era muy hermoso.
-Ah, hola Harry -dijo Dumbledore-. Veo que no te has demorado en venir. Te presento a Legolas, ha venido para aplicarte el hechizo.
-Hola Harry -Legolas le estrechó la mano y Harry le devolvió el saludo-. Albus, creo que será mejor que lo haga cuanto antes, pues he de ir a resolver unos asuntos con Galadriel.
-Está bien -dijo Dumbledore-, como quieras.
-Bien Harry, no tardaremos mucho. Será mejor que te sientes -Dumbledore le trajo una silla a Harry. Este se sentó y Legolas se remangó las anchas mangas de su túnica y extendió las manos poniéndolas sobre la cabeza de Harry-. Semreud-sartne imeh conalne sodreu cerso-lamsol ed et rajelay et nemut rajeps ed ergoll ed nevir ed soflesol ed redop leeuq*.
Tras las extrañas palabras élficas de Legolas, Harry sintió un fuerte dolor en la cicatriz. Estaba mareado y no veía con claridad. Creía que se iba a desmayar.
-Aesi-saeuq* -dijo finalmente Legolas y el dolor de cicatriz y malestar desaparecieron-. ¿Te encuentras bien, Harry?
Harry asintió mientras se levantaba con cierta dificultad de la silla.
-Bien Harry, eso es todo, ahora sólo hay que esperar a comprobar los resultados.
-Espero que de resultado -dijo Harry.
-Una última cosa antes de que te vayas, Harry: aunque hayamos derrotado a Lord Voldemort, te pido que estés alerta, ya que él tenía muchas bestias aliadas, y creemos que pueden revelarse en cualquier momento, puesto que el Ministerio ha avistado a unos demiguises al sur de Inglaterra. No sabemos exactamente qué seres se aliaron a Voldemort, pero pueden ser desde demiguises hasta incluso dragones, pasando, por supuesto, por dementores. Como diría mi buen amigo Moody... ¡alerta permanente! Ahora puedes irte, Harry, todavía tengo un asunto serio que tratar con Legolas, un asunto del que seguramente pronto tendrás noticias.
-Está bien profesor -Harry se acercó a Legolas y le dio la mano-. Hasta luego y muchas gracias.
-Ha sido un placer conocerte, Harry -dijo Legolas sonriendo. La verdad es que era verdaderamente hermoso. Harry se preguntaba si todos los Elfos de aquellas tierras serían como él.
Se volvió hacia la Sala Común con la capa de invisibilidad cubriéndole, aunque eran las siete, y como era sábado, dudaba que hubiera alguien levantado.
Al entrar en la Sala Común, todavía con la capa puesta, vio a Rita Hepburn bajando la escalera que conducía a los dormitorios de las chicas. Llevaba un vestido blanco de lana algo más bajo de la rodilla y las mangas muy anchas de lo que parecía ganchillo y se cubría con un mantón también blanco y de lana. Harry nunca la había visto tan hermosa, y para no asustarla no se quitó la capa y se quedó observándola.
Rita se asomó a la ventana abierta y vino una lechuza con una nota que le entregó a ella. Rita la leyó y, con cara inexpresiva, la rompió y tiró por la ventana. Luego se dio cuenta de que las velas que antes había encendido Harry en la mesa, seguían encendidas. Se acercó extrañada para apagarlas y vio el cuaderno de Harry abierto por la foto. Se acercó temblorosa y se sentó en la silla con la mano tapándole la boca y las lágrimas asomándose a sus oscuros ojos y acarició con la yema de los dedos la foto. Cerró el cuaderno para ver la tapa, y vio que ponía "Propiedad de Harry Potter". Pareció dudar, pero finalmente Rita volvió a abrir el cuaderno por la última página escrita con llanto silencioso y Harry se acercó más a ella dudando si le importaba que Rita lo leyera. Conforme Rita leía, sus ojos se iban agrandando por la impresión y más lloraba, incluso llegó a mojar el cuaderno con sus lágrimas. Terminó de leer y se alejó del cuaderno como si este le asustara. Se llevó la mano al pecho, pues respiraba con dificultad y miraba la sala con temor. Se limpió las lágrimas y se fue corriendo por el retrato.
Harry se extraño muchísimo por el comportamiento de Rita al leer la carta que le había escrito a Ginny y ver la foto de la pareja. Cogió el cuaderno, subió a su cuarto y lo guardó en el baúl junto con la capa y luego volvió a bajar a la Sala Común.
Se asomó por la ventana que daba al lago y la frontera con el bosque prohibido y vio a Rita paseando por la orilla de la laguna, cerca del bosque. Decidió bajar a hablar con ella: deseaba conocer el porqué de su comportamiento.
Al bajar a los terrenos miró hacia donde antes se encontraba Rita y no la encontró. Conforme se iba acercando al lugar en el que vio a la chica, podía distinguir que en el suelo estaba el mantón que cubría a la muchacha. Fue corriendo hacia el mantón para comprobar que era el suyo y, cuando lo cogió del suelo, se oyó un grito, seguramente de Rita, que provenía del interior del bosque.
Harry corrió todo lo que pudo en dirección hacia el lugar desde el que había oído el grito.
-¡Rita! ¡RITA! -gritaba Harry.
-¡Harry! ¡Socorro! -dijo una voz tras los frondosos árboles.
Fue corriendo hacia la voz y se encontró con Rita, que forcejeaba para soltarse de un graphorn**.
-¡Rita, aguanta! -exclamó Harry yendo hacia el graphorn, que se había parado y miraba a Harry con ojos asesinos.
Hacía una semana que dieron en su clase a los graphorn en DCAO, así que, por suerte, conocía los pocos hechizos que traspasaban la piel del animal. Cuando el graphorn vio a Harry sacando la varita, dejó a Rita en el suelo sin mucha delicadeza y se dirigió hacia Harry dispuesto a atacar mientras Rita yacía en el suelo inconsciente.
Finalmente, Harry consiguió vencer al graphorn, aunque también cayó inconsciente tras el último hechizo que venció al animal cuando Rita comenzaba a recobrar el sentido.
Muy lentamente y con gran dificultad, Harry se despertó, pero veía borroso. Estaba tumbado en lo que parecía una cama y lo único que podía distinguir frente a él era un par de ojos que reconoció con facilidad.
-Ginny... -Harry estaba débil incluyendo su voz. Si podía ver entre lo borroso los ojos de Ginny... ¿estaba muerto? ¿había muerto al enfrentarse contra el graphorn?
CONTINUARÁ...
* Esto no es élfico ni mucho menos, me lo acabo de inventar. Si le dais vueltas al coco (no muchas), podréis hallar lo que verdaderamente dice.
**Según el libro "Animales Fantásticos & Dónde Encontrarlos": GRAPHORN (clasificación del MM:XXXX): El graphorn se encuentra en regiones montañosas de Europa. Es grande y jorobado, de color púrpura plomizo. Camina sobre grandes zarpas de cuatro dedos y tiene dos cuernos muy largos y afilados y una naturaleza extremadamente agresiva. Algunas veces se ven trolls de montaña montando sobre ellos, aunque los graphorns no parecen aceptar con agrado ese intento de domesticarlos y es mucho más común ver a un troll con cicatrices infligidas por estas criaturas. Su cuerno, pulverizado, se utiliza en muchas pociones, pero su precio está por las nubes debido a las dificultades que entraña obtenerlo. La piel del graphorn es más gruesa que la del dragón y repele la mayoría de los hechizos.
