Sinopsi: Este es mi quinto Fic; un H/G & R/Hr sin H y sin R. Ya veréis porque... No me he podido resistir a la hora de meter spoilers del quinto libro (y de todos los libros en general, obviamente), así que si no quieres saber quién muere y más cositas que pasan en el quinto libro, te sugiero que no leas esto -me duele decirlo, yay! ='(-
Aunque
si tienes una mente de lo más curiosa y no te puedes aguantar, adelante, léelo
AT YOUR OWN RISK. Estás avisad@s (luego no quiero Howlers!)
Disclaimer: Todos los personajes que aparecen en este Fic, mas nombres concretos, hechizos y/o lugares mágicos son propiedad de JK Rowling.
N. Del A.: Mi autora y H/G shiper favorita, ginny132002 (h t t p : / / w w w . f
a n f i c t i o n . n e t / p r o f i l e . p h p ? u s e r i d = 2 7 3 5 2 3),
me ha inspirado totalmente con su 'Nadie Más Que Yo - The Show Must Go On' (h t
t p : / / w w w . f a n f i c t i o n . n e t / r e a d . p h p ? s t o r y i d
= 1 0 9 6 4 1 2)
y tenía la gran necesidad de hacer un Angst/Song Fic. Así que esperad un fic
muy muy triste... Y os puedo asegurar que nada de final feliz. Si consigo
haceros llorar, por favor, decídmelo en vuestros reviews. Es mi objetivo
principal ^^ (si, soy mala) A parte, espero que os guste! Please, dejad algún review, que no cuesta tanto... aunque sea para decirme que es el Fic más patético que habéis leído en vuestra corta pero intensa vida. Gracias... ^^
Bueno, preparados para deprimiros? Si? Pues vamos
allá!
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Hacía ya tres años que el mundo mágico se había librado de Lord Voldemort
definitivamente. La mayoría de los mortífagos habían muerto en la batalla
final, eso sí, llevándose a muchos magos, brujas y muggles por delante. Muchos
inocentes habían muerto, algunos luchando con mucho valor, comandados por
Dumbledore, otros, huyendo de lo que era un hecho, entre ellos el propio
ministro de magia, Cornelius Fudge.
Los dementores habían sido aniquilados, y el control de Azkaban recayó en un grupo numeroso de Aurores muy capacitados. Azkaban había sido destruida en tiempos de guerra y reconstruida en un año por un grupo de arquimagos, entre los cuáles estaban Dean Thomas y Susan Bones. Lo cierto es que habían hecho un magnífico trabajo, digno de Dédalo: Azkaban se había transformado en un complicado laberinto, del cuál era imposible salir a no ser que se tuviera la Llave Maestra, una llave que guiaba a través del laberinto en pos de la salida. Y estaba claro que ningún preso tenía dicha llave.
Todos estaban poniendo mucho de su parte en la reconstrucción del mundo mágico; en el aire se respiraba tranquilidad, y la gente empezaba a sentir de nuevo lo que era la alegría y la libertad; las esperanzas se renovaban a medida que pasaba el tiempo, que se desvanecía el dolor por los que ya no estaban (pero no eran olvidados)
Aunque no todo el mundo podía superar las pérdidas.
***
Molly Weasley estaba haciendo el desayuno. Eran las 8:30, hacía media hora que Arthur y los gemelos habían ido a trabajar. Fred se había prometido con Angelina, pero no había consentido ir a vivir aún con ella por solidaridad a su hermano George, que había perdido a Katie durante la batalla, y seguía viviendo con él en la Madriguera, a pesar de que George le instaba a vivir con la ex-capitana del equipo de Gryffindor.
La sra Weasley dirigía su varita cuál director de orquestra, y tanto platos como cubiertos se colocaron de forma ordenada en la vieja mesa, cuya superficie estaba desgastada por el tiempo y por la bayeta rasposa que empleaba la sra Weasley para limpiarla. La sra Weasley apuntó a una de las sillas de madera, que estaba descolocada, pero algo distrajo su atención. La repisa. La maldita repisa. Llena de fotos en movimiento, de marcos irregulares, de pequeñas manualidades mágicas que sus pequeños (cuando lo eran) habían hecho para ella. Se fijó en una foto en especial: la foto de graduación de su hija menor. Salían muchas chicas de su misma generación, todas abrazándola y sonriendo. Había una de ellas, una chica rubia con un sombrero de lo más estrambótico ('Luna Lovegood', pensó Molly con una vaga sonrisa) que abrazaba a Ginny con especial cariño, y le daba un beso en la mejilla, en un intento vano de animarla. Pero la Ginny de la foto no parecía tener ganas de animarse. Es más, miraba hacia otro lado, con los ojos brillantes, a punto de llorar. Parecía muy interesada en el marco; era el único que no le diría nada si derramaba una lágrima. Desde la graduación de Ginny en Hogwarts habían pasado unos dos años.
Molly fijó sus ojos en la siguiente foto, salían sus tres hijos mayores, antes de... Antes de que Percy se distanciara de la familia. El día en que se hicieron ésa foto fue el penúltimo día que vio a Percy con vida. Unos centímetros más allá, había una foto de tamaño considerable, mucho mas reciente, donde reaparecían Bill y Charlie, esta vez sin Percy, pero acompañados por dos mujeres; una, la que estaba a la izquierda de Bill, Fleur Delacour, tenía una larga melena plateada, y se aferraba sonriente al brazo descubierto de Bill. La otra, Hestia Jones, cuyo pelo negro azabache se balanceaba al viento, estaba cogida de la mano Charlie; la otra mano la tenía ocupada agarrando a una niñita pelirroja, que reía y se abrazaba a su madre. Molly no pudo menos que sonreír. Sobre la chimenea había una gran foto de familia: fue en el segundo año de Ginny, el tercer año de Ron, el quinto año de los gemelos y el último año de Percy. Molly observó fijamente la foto: el sol de Egipto les iluminaba a todos la sonrisa. ¡Cómo añoraba aquellos tiempos de paz! Aunque Ron y Harry se metían en muchos líos, le gustaba disfrutar de la paz que tantos años habían tardado en recuperar. Ron y Harry... Aparecían en la siguiente foto; era una de sus fotos favoritas. Aquellos pillastres se la habían hecho casi al terminar sexto curso. Ron salía muy sonriente, más pelirrojo que nunca, muy crecido, y con una túnica de gala nueva (la que Fred y George le regalaron misteriosamente en quinto), que le sentaba realmente bien. En el pecho lucía orgulloso la insignia de prefecto. Harry llevaba la preciosa túnica verde que la sra Weasley le había comprado en cuarto. Harry era más cuidadoso que Ron, por lo que su túnica le había durado bastante tiempo. Y le había hecho un conjuro alargador para no tener que comprarse otra túnica, pues le tenía mucha estima. Harry también estaba muy crecido, pero Ron siempre le ganaba en altura. Ambos estaban cogidos de los hombros, riendo, y de pronto miraban a ambos lados. Ron estiró el brazo, y atrajo hacia sí a una tímida Hermione, que se resistía a salir en la foto. Harry cogió a Ginny del brazo, que también se resistía, y la agarró por la cintura. Ron hizo lo propio con Hermione. Y mientras las chicas se sonrojaban, los chicos se reían y saludaban a la sra Weasley.
Todos esos recuerdos móviles eran felices, pensaba Molly, pero... La
realidad era bien distinta. La realidad no se reducía a una foto. Una lágrima
resbaló por la sonrosada mejilla de la sra Weasley, que, en un ágil
movimiento, limpió con un dedo. Ella no debía llorar... Debía ser fuerte...
Por ellas...
***
