"Ahora puedo descansar en paz".

   by amhy potter.

Nota: No, por más que rece y patalee, no tendré a Harry Potter en mis manos, pero... cualquiera puede soñar con que un día de estos pasará, ¿no? Bueno, mientras eso pasa, les digo que sólo Jo es la bendecida en esta tierra. No soy dueña de nada, desgraciadamente.

Capítulo 6: "Hechos, no palabras".

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

— ¿Disfrutando el momento, Black?

No hubo respuesta. El hecho de que forzara a su boca a permanecer cerrada y apretar los dientes con fuerza para apresar un grito de dolor, le hacía imposible darme una simple respuesta.

Pero yo sabía que él lo estaba disfrutando.

Oh, sí. Él lo disfrutaba, y mucho....

Al igual que yo.

Ojos rojos me miraron con intensidad, tratando de mostrarse indiferentes a su condición. Ojos rojos buscaron por una salida, una solución, una última esperanza, en mí, en él, a su alrededor.

Fallaron; esos ojos rojos fallaron en su búsqueda.

Ojos rojos, que alguna vez fueron de un intenso azul.

Ojos rojos que ahora se hallaban inyectados en sangre.

— Vamos, Black, no me arruines el momento. Una simple respuesta no te hará mal; debes cuidar tus modales, ¿no?

No hubo respuesta.

Y sonreí para mis adentros.

Desde que Black había estado bajo mi cruciatus, decidí poner un poco más de "acción" al momento, y, bueno, pues..., agregué la telepatía a nuestro contacto.

Por fuera, Black gritaba de dolor y yo mantenía mi sádica sonrisa observándolo. De hecho, todo el Comedor observaba a Black. Todos, estaban absolutamente consternados por mi comportamiento. Mi Señor observándome con orgullo.

Por dentro, yo le hablaba a Black mientras él sólo se dedicaba a guardarse sus palabras. Tan difícil hombre...

— Oh, vamos, no hagas esto. Estás colmando mi paciencia, y realmente no quiero matarte todavía. La tortura apenas ha comenzado.

De nuevo, ninguna respuesta.

Rayos, lo que le dije era cierto. No quería matarlo todavía, mi Señor había dicho que lo hiciera sufrir al máximo.

Aún puedes hacerlo.

— ¿Qué?

Sus palabras me desconcertaron. ¿De qué rayos estaba hablando?

Demonios, no puedo creerlo. Seguro que el cruciatus que le puse se me fue de las manos y me pasé un poco. Ahora su mente también estaba afectada.

— Aún puedes luchar contra él. Lucha, Harry, lucha.

Oh, rayos. Ahora resulta que el tipo ya se puso sentimentalista. ¡Y yo que no traje pañuelos!

— Black, ¿es que nunca te cansas de estas cosas? No tiene caso que hables sobre ello. Estás acabado.

— Harry, aún hay esperanza. Aún la hay –insistió con vehemencia.

— Black, no seas patético. Toda esa palabrería de esperanza y esas cosas cursis no son más que estupideces. ¿Qué tan dura tienes esa hueca cabeza que no te entra?

— No es tu culpa, Harry. Lo que estás haciendo no es tu culpa. Sólo de Voldemort.

Ah, este estúpido ya me enfadó. ¿Porqué es tan hablador?

— De acuerdo, Black. Ya me fastidiaste. ¡Maximus Crucio!

Y gritos. Más gritos desgarradores deleitándome el alma.

Rayos, Black gritaba con tanto dolor, con tanto terror.

Debería guardarlo como una mascota para escuchar esos gritos cuando me viniera en gana.

Pero, mi Señor había dicho muerte, y así será.

— ¿Ya te cansaste, Black?

— No te culpo, Harry, no lo hago.

— ¿Quieres dejar esos sentimentalismos? Ya me cansé de esto.

— Lucha contra él, Harry. Tú puedes hacerlo.

— Black, por favor, sé sensato. Además, ¿contra qué quieres que luche?

Un silencio. ¿Qué, ya se murió? Oh, rayos. Espero que no, apenas estoy comenzando a divertirme.

— Harry, sé que duele, pero debes seguir luchando.

Ah, este idiota. ¿Dónde quedó su cerebro? Definitivamente se me pasó la mano con el curso...

— Black, ¿quieres dejar de decir tonterías? No me duele nada, idiota. Estás a punto de morir, y tú sólo te preocupas por estupideces.

— No estoy hablando contigo.

Silencio. ¿Qué?

¿De qué estaba hablando?

Estúpido Black, su incoherencia ya me estaba incomodando.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

Gritos por fuera aún resonando en las ventanas de Comedor. Black definitivamente se iba a quedar sin voz en poco tiempo.

Y sin vida también.

— Tú no eres Harry.

¡Ja! Este hombre es impresionante. Sale con cada tontera.

— ¿Qué yo no soy Harry? ¡Ja! Black, por favor. En verdad deseaba que mantuvieras tu cordura hasta tu muerte, pero... creo que no fue posible.

— No dejaré que lastimes a Harry, ¿me oyes? No lo permitiré.

— No seas idiota, Black. Yo soy Harry.

— No, no es cierto.

— Perfecto. Si quieres pensar que no soy Harry para evitar sentirte destrozado al ser torturado por él, hazlo. No me importa.

— No importa lo que me digas, seguiré creyendo lo mismo.

No entiendo, a veces no entiendo. ¿Cómo es que los humanos luchan por mantener esas esperanza, cualquiera? Es decir, algo por que vivir, no importa el tamaño de este. Sólo algo en qué sostenerse. Algo con qué soportar. ¿Porqué hacen eso? ¿Porqué no sólo se dan por vencidos?

Ya todo acabó. ¿Porqué él insiste en que no?

— De acuerdo. Si tanto insistes... Dime, según tú, ¿quién soy yo?

Silencio. Esto se estaba convirtiendo en algo más divertido de lo que pensaba. Tener a Black desquiciado y diciendo incoherencias tal vez no sería tan aburrido, después de todo.

— Eres él.

¿Él?

— ¿Quién?

— Voldemort.

¡Ja! ¡Esto sí será divertido después de todo!

— Ah... ¿Y porqué dices eso? –pensé en seguirle la corriente. El juego se estaba poniendo interesante.

— Harry, necesitas luchar más, sé que puedes hacerlo.

Oye, este tipo ya me convirtió en alguien con doble personalidad. Me pregunto si me agregará una tercera.

— Ajá... –lo siento, ya no podía aguantarme la risa. Quería seguirle al juego al tipo, pero me era muy difícil en medio de tanta risa.

— Harry, escúchame, tienes que escucharme.

— Lo estoy haciendo, continúa, por favor, continúa...

— ¿Quieres callarte de una vez? Quiero hablar con Harry.

— Oh, lo siento. ¡Lo olvidé! Yo no soy Harry, ¿verdad?

— Tú dijiste hace mucho tiempo, que Voldemort había dicho que tú y él eran muy parecidos.

¿Eso dije? Mmm... no lo recuerdo.

— Dijiste, que tenías miedo de todo el poder que tenías. Tenías miedo de igualar los poderes de Voldemort.

¿Ah, sí?...

— Black, ¿de qué estás hablando? 

— Miedo por lo  que esos poderes pudieran hacerte. Miedo en seguir inconscientemente los pasos de Voldemort.

Este loco ya me desconcertó. De veras que dice cada cosa...

— Dijiste que no necesitabas poder, que no lo querías... Dijiste que el poder sólo hacía ambiciosas a las personas.

— Ja, el poder es vida, sólo eso...

— El poder mataba el alma y los sentimientos.

Mmm... tengo que decir que eso es cierto. Pero, sin lugar a dudas, el poder sólo quitaba de en medio lo innecesario, lo inservible.

— El poder hizo a Voldemort dejar de vivir... Harry, tú lo dijiste.

— ¿Dejar de vivir? ¿Y ahora a qué te refieres? 

— Voldemort murió el día en que ambicionó más poder, el día que deseó ser poderoso.

¿Y qué de malo hay en eso?

— Ja, mi Señor no murió ese día..., sino que nació de nuevo.

— Voldemort era exactamente el ejemplo a seguir que no querías ser. Voldemort te enseñaba cómo debías vivir para no convertirte en él.

  Dijiste que sólo necesitabas poder para destruir a Voldemort, que eras el que debía hacerlo.

  Lo sentías como una obligación. Nunca me lo dijiste, pero sabía que así era. Sentías la responsabilidad y la gran carga en tu espalda de acabar con él. Nadie más podía hacerlo, sólo tú.

  Pero eso no te preocupó demasiado. Te costó trabajo, pero con el tiempo llegaste a aceptarlo. Lo que realmente te preocupó, fue que no sabías si podrías derrotarlo. Temías que nos pudieras decepcionar. Temías, que en cualquier momento de tu vida, dejaras de luchar contra Voldemort, y te pasaras de su lado.

— Bueno, Black. Creo que llegas un poco tarde para eso, ¿no? Yo sólo sirvo a mi Señor. Y te aseguro, que es la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.

— Pero aún estás a tiempo, Harry. No todo está perdido. Yo confío en ti.

Silencio. Yo... yo... no sabía qué decir. Sabía que Black estaba diciendo puras incoherencias, que lo que estaba diciendo no era cierto, pero aún así..., aún así, un nudo se formó en mi garganta.

Yo confío en ti.

¿Y qué me importan esas palabras? No es como si el mundo, mi mundo fuera a cambiar por esas palabras.

¿O sí?

— Bien, Black. ¿Qué te hace creer que no sirvo fiel y completamente a mi Señor?

no eres Harry.

Y dale con eso. ¡Que obsesionado!

— De acuerdo. ¿Qué te hace creer que no soy Harry?

— Llámalo intuición, llámalo instinto de padrino, no me importa. Lo sé, sencillamente lo sé.

Rayos, otro nudo ahora en mi estómago. Seguro que no comí bien hoy. Bueno, como sea.

Lo sé.

— Bien, Black. ¿Qué te parece una prueba de que realmente soy Harry, y que estoy completamente al servicio de mi Señor?

— ¿Qué?

Esto será divertido, muy divertido.

— Sólo observa.

Definitivamente muy, muy divertido.

Dejé la telepatía de lado y devolví nuestras mentes a la realidad. Los dos llegamos de golpe, y para mi deleite, Black volvió a sentir de nuevo su cuerpo pero ahora con mucha mayor intensidad.

Los gritos aumentaron.

Aumentaron como nadie había escuchado antes en su vida.

Mi sonrisa se extendió, y sentí en mí, los ojos de mi Señor con una expresión de orgullo.

Detuve el cruciatus y Black cayó de rodillas jadeando y ahora sin voz.

Vi cómo Lupin, Granger, Weasley y el viejo chiflado se acercaban a él.

Mi sonrisa a pesar de eso aún no había disminuido.

Y noté que los demás lo habían visto.

Me tomé la libertad de fijar mis ojos en cualesquiera de los presentes.

Uno que otro tembló ante mi mirada.

Intimidé a la mayoría de los presentes.

No me basaré en nombres, pero hasta uno que otro mortífago tembló ante mí.

¡Ah, sí! ¡La prueba!, la olvidé.

Levanté mi varita de nuevo, y, mostrando al mundo que su esperanza, su única esperanza, El Niño que Vivió, ya no era más su soporte, apunté al vacío sin decir aún nada.

Y otro silencio aterrador se produjo. ¡Qué divertido!

Bien, sabía que tenía que darle a Black una prueba contundente. El maldito ya me estaba sacando dolor de cabeza con tantas tonterías.

¿Qué debía ser mi objetivo?... O más bien, ¿quién?

Y, ahí, entre todos lo demás, lo encontré.

Era perfecto. Sabía que contaba con el consentimiento de mi Señor, así que no había objeción.

¿Quién mejor para mostrarle al mundo de su próxima e inevitable devastación, que matando a otro de sus fuertes soportes?

Uno, era el Niño que Vivió, pero, ya no contaban con ese. Ahora, tenía que irse con otro, ¿no?

Patético, los humanos no podía vivir sin tener a un líder.

En fin, como sea..., apunté mi varita a su corazón, y sentí cómo, las personas en el Comedor aguantaban la respiración y hasta sus latidos, en vista de la escena que tenían enfrente.

Harry Potter, el Niño que Vivió, apuntándole al corazón y listo para asesinar a Albus Dumbledore.

Su última esperanza. Su última esperanza puesta en ese hombre. Y ahora, ¿qué van a hacer?

Que hagan lo que quieran, ya están perdidos, no hay salida.

No hay salida.

No la hay.

— Avada Kedavra.

Fácil. Dos simples palabras, y bastaba para contener hasta los pensamientos de la mayoría de los presentes.

Black me observaba con terror. Infinito terror.

Terror que jamás había visto en mi vida.

— Di adiós al mundo, estúpido amante de los muggles.

Ni siquiera le dio oportunidad de saber que iba a morir.

El que fue una vez mi mentor, ahora me miraba incrédulo.

Sus ojos se posaron de los míos al rayo que sería su destructor.

No vi ninguna clase de sentimiento negativo.

No vi terror ni dolor.

Sólo decepción e incredulidad.

Y acabó. Todo acabó.

Todo estaba perdido.

Ya no había más.

Harry Potter, y Albus Dumbledore estaban muertos para ellos.

Nada más.

No hay esperanza.

No hay vida.

No hay nada.

Sólo muerte.

Dolor y muerte.

Para siempre.

— ¿Disfrutaste el espectáculo, Black?

No hubo respuesta, sólo esos mismos ojos.

Pero la diversión aún no acababa.

No dejaría que a esto se le quitara lo divertido.

Ni siquiera dejé a Black salir del shock.

Otro Avada, y Granger estaba muerta.

¡Ja, ja! Una sangre sucia muerta, ¡muerta!

Destruir la basura del mundo no es tan tedioso como decían.

— ¡NOOOOOOOOOOO!

¡Ja, ja! Weasley ahora tenía el corazón roto.  Su novia está muerta..., asesinada por el que él alguna vez llamó mejor amigo.

¡Qué divertido era esto! ¡Ja, ja! Disfrutaba este momento como nunca en mi vida.

— No... no, no, no.... No.

Aw... qué conmovedor. Weasley no acepta esta pesadilla.

No era cierto que su mejor amigo de toda la vida había asesinado a su primer y único amor.

¿Dónde quedó la coherencia?

¿Cuándo empezó la pesadilla?

¿Cuándo acabará?

Seguro que Weasley piensa esto.

Tiene su mundo destrozado.

No hay esperanza.

No la hay.

No hay salvación.

Todos lo saben.

Black aún sigue en shock.

¡Ja, ja!

¡Divertido!

— Observa con cuidado esto, Black. Puede que sea lo último que veas.

No lo dejé reaccionar.

Otro precioso Avada, y el que lo sostenía en un abrazo, cayó muerto a sus pies.

Y observó con terror la expresión misma de terror que el otro tenía.

Remus Lupin yacía sin vida.

Y todos, uno por uno, caerían rendidos a mis pies, a los pies de mi Señor.

Black se dio cuenta de que había perdido su voz..., y su cordura.

Black perdió a su mejor amigo.

Black perdió gran parte de su alma.

— Todavía no acaba aquí.

Weasley deseaba ir con su amada, ¿no?

Que se vaya.

— ¡Crucio!

Pero no sin antes una dosis extra de un hermoso sufrimiento.

Le destruí el alma y su corazón.

Ahora le destruiré el cuerpo.

Los demás Weasley lo observan con dolor.

Toda esa pobretona y asquerosa familia estaba viéndolo.

Lo observaron con terror mudos de la impresión.

No hablaron, sino sollozaron cuando me oyeron decir de nuevo las "palabras mágicas".

Weasley cayó sin vida encima del cadáver de su amada.

Que se amen en el infierno.

Que se vayan juntos a donde les plazca.

Eso ya no es más mi problema.

Los Weasley rompieron en gritos desesperantes y aterrados.

Los padres de Granger también habían visto morir a su hija.

Esas dos familias ahora están destrozadas.

¡Ja! Harry, su Harry había asesinado a sus hijos.

Qué mejor manera de morir, ¿no?

Ahora había menos estorbos en el Comedor, y en el mundo.

Harry, Harry..., ¿no pudiste aguantarte, no es así?

— Discúlpame, padre. La diversión era demasiada.

— Lo entiendo, lo entiendo. Pero, déjame algo, ¿quieres? ¡Mataste a ese estúpido amante de los muggles sin siquiera una tortura!

— Lo siento. No volverá a pasar.

— De acuerdo. No te preocupes, hijo. Aún tengo muchas sangres sucias para desquitarme.

— De acuerdo.

— Ahora, ¿vas a matar ya a Black?

— Bueno, no sé. Creo que un poco de sufrimiento más no le vendría nada mal.

— De acuerdo, como quieras. Es tu decisión.

— Gracias, padre.

— ¿Te gustó mi demostración, Black? Fue todo en honor a ti. Ahí, ahí está tu prueba. 

Había gritos y sollozos por todo el Comedor. Los mortífagos ya había procedido a apresar a los inútiles aquí presentes, y la situación se estaba movilizando.

Sin embargo, yo permanecí con Black en el mismo lugar. La telepatía de nuevo en nosotros.

No obstante, el tipo, ahora rodeado de cuatro cadáveres observaba a cada uno con un vacío infinito en los ojos. Aún no salía del shock.

O más bien, no quería salir.

¡Qué obstinado! ¡Aún seguía creyendo que esto era una pesadilla!

Una pesadilla que pronto acabaría. Pronto acabaría.

Oh, pero mostró vida. El tipo mostró vida.

Levantó la cabeza con profunda lentitud y pude ver a través de esos ojos rojos—azules el gran vacío que lo carcomía.

La gran desesperación y el infinito terror.

El inevitable dolor.

Me  miró con una expresión única en el mundo.

Me atravesó con esa mirada.

Ya no existían las demás personas en ese lugar.

Incluso mi padre, lord Voldemort se había borrado por completo de ahí.

Sólo  Black y yo.

Sólo nosotros dos.

Y su mirada penetradora.

Me di cuenta de que me estaba viendo el alma, el corazón.

Era eso lo que él deseaba ver.

Pero yo sabía que se llevaría una gran decepción al ver que eso que él tanto buscaba, no existía.

Yo ya no tenía más de eso. Ya no tenía corazón.

Aún así, él siguió buscando decidido a no darse por vencido.

Y en su búsqueda, me habló en un susurro que increíblemente logré escuchar.

— ¿Porqué no luchaste, Harry?

Y me quedé petrificado. No sé porqué.

¿Porqué no luché?

Él le estaba hablando al Harry que supuestamente no soy yo, sí, pero...

Pero aún así, las palabras me calaron a mí.

¿Porqué no luché?

¡Demonios! ¡Claro que luché!

¿Qué clase de pregunta es esa?

¡Yo luché!

¡Siempre luché!

— ¿Porqué lo dejaste hacer esto, Harry? ¿Porqué?

Lo dejaste.

Lo dejaste.

Lo dejaste.

¡Yo no dejé a nadie hacer nada!

¡Yo soy Harry, y yo lo hice!

¡Yo lo hice!

Yo.

Yo.

Yo lo hice.

Sólo yo.

Nadie más.

Yo los maté.

Yo los asesiné.

Soy un asesino.

Sólo yo.

Nadie más.

Soy un asesino.

No soy como nadie más.

No sigo los pasos de nadie.

No me convierto en alguien que no quiero ser.

Siempre, siempre he deseado esto.

Nadie me hizo nada.

Yo lo hice por mi cuenta.

No me convertí en nadie que no quise.

No me convertí en nadie que odié.

Sólo me convertí en Voldemort.

En un asesino.

Me convertí en mi enemigo.

Soy un asesino.

Y todo es mi culpa.

Todo.

"Yo confío en ti"

"Tú no eres Harry"

"Lo sé"

Pero no hay salida.

No la hay.

Oh, Dios, ¿qué he hecho?

Soy un asesino.

Soy el mismo que Voldemort.

Dios mío, ¿qué he hecho?

Soy un asesino.

Asesiné a Ron, a Hermione, a Remus, y al profesor Dumbledore.

Los asesiné.

Igual que a Cedric.

Soy un asesino.

Y ahora, ahora...

Ahora voy a quitarle la vida a Sirius.

Oh, Dios, has que pare, que se detenga.

Que acabe la pesadilla.

Ellos no están muertos, no lo están.

Lo siento, Ron, ´Mione, Remus, profesor.

Lo siento. Oh, Dios.

No, no, no.

Esto no está pasando.

Por favor, has que pare, que pare, que todo acabe.

Los asesiné.

Esto no está pasando.

Por favor, alguien ayúdeme.

Necesito ayuda.

Por favor, no quiero estar solo.

Alguien, ayúdeme.

Lo siento, por favor, lo siento.

Oh, Dios, ¡soy un asesino!

¡UN ASESINO!

¿Qué he hecho?

¡¿QUÉ HE HECHO?!

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

Pude haberlo terminado en un final en suspenso. Pude hacerlo, pero, sencillamente no quise. Espero que esto no perturbe la emoción de la historia.

Como sea. Bueno, sí. Hice de Harry un asesino, un verdadero asesino. Está a punto de asesinar a Sirius, y, en el siguiente capítulo  verán si la muerte le llega al animago, o no.

Sencillamente, no sé de dónde rayos salió toda esta palabrería. No lo sé. Quiero decir, todas estas palabras de poder y lo que dijo Harry, bueno. Me pareció verlo como un sádico maniático disfrutando de estas muertes.

Sí, lo sé. Debo tener la mente trastornada para escribir esto.

Como sea, espero que este capítulo les haya gustado.

Es una advertencia, que esta historia llegará a su fin dentro de aproximadamente cinco capítulos, es definitivo.

Ahora, los reviews.

La_MaS_PiLLaDa: Hola, Laura. Me alegra mucho que me hayas mandado un review de nuevo. Lamento haberte puesto furiosa, y que las ansias de saber te hagan eso, pero, si así no fuera, la historia no tendría su chiste, ¿no? Bien, ahora, de veras que siento mucho que hayas tenido que "presenciar" la muerte de estos personajes, pero en verdad que no es mi culpa. (Bueno, sí lo es, pero ese no es el punto) Sobre si Sirius morirá, bueno, eso no lo sé. (O más bien no te lo diré, jeje) De nuevo, gracias por tus comentarios. Y sigue escribiendo, que gracias a ti se me sube el ánimo para continuar la historia. ^_^

Galy: Hola! Gracias por comunicarte! ¿Te confundes? Bueno, sí. A cualquiera le pasa, incluso hasta mí, jeje. Pero al final quedará todo claro, lo prometo. ¿Esta es la prueba de Slytherin y Gryffindor? Mmm... lo siento, no te lo puedo decir. Pero aún así, te recomiendo que no te pierdas detalle de lo que sigue. ¡Escribe de nuevo, y gracias! ^_^

Juli3ta: Oye! Gracias! ¿Te echaste los capítulos en un ratito? Vaya. Y sobre lo de que soy buena escritora, mmm, creo que estás exagerando las cosas. ¿Sabes? Esta es una historia muy complicada, y hasta cierto punto, un tanto filosófica. Definitivamente, no mi especialidad. Pero ya sabes, cuando la musa llega, no cómo sacarla. ¡Gracias por tu review, y escribe de nuevo! ^_^

PAU: Fíu.... es un alivio que hayas decidido seguir mi consejo. ¡Buena chica! Es que es todo por tu bien, es necesario que no leas fics tanm darks. Muchas gracias por las felicitaciones, de veras que me suben un buen el ánimo. Gracias a ti, me decido a seguir con el fic, y hasta la inspiración viene en montones. ¡Gracias! ^_^

Dydrex Slytherin: ¡Mira que deberías dejar de darme  ideas! Mira en lo que la historia se ha convertido, ¡Harry se convirtió en asesino, y Dumbledore, Remus, Hermione y Ron están muertos! Me das ideas, y voy y las escribo... bonita cosa. Poco más, y haces que hasta yo me vuelva una Slytherin. Las historias darks son fuertes, ¿eh? Bueno sí, pero para el que no puede soportarlas. Y yo aconsejo a cualquiera que desee intentar leerlas, que no lo haga. Si alguien se decide a hacerlo, bueno, ya hará su propio juicio. En mi opinión, las historias darks, son definidas en una palabra: realistas.  Eso es todo. Algunas (o debo decir las mayoría) de estas historias me parecen interesantes, entretenidas y he de decir que hasta cierto punto no llegan a mi disgusto.

¡Honor al gran valeroso Godric Gryffindor, y alzad sus cabezas con orgullo, ante el emblema de la mejor Casa que hasta ahora ha prevalecido con dignidad! ¡Fuerza, gloria, aventura y valor dentro de los corazones Gryffindors!

Ja, ja, ¡arriba Gryffindor!

Bueno, eso es todo. Los veo la próxima. Ah, y una cosa más.

Gracias por leerlo. Bye!!!!!