"Ahora puedo descansar en paz".
by amhy potter.
Nota: No, por más que rece y patalee, no tendré a Harry Potter en mis manos, pero... cualquiera puede soñar con que un día de estos pasará, ¿no? Bueno, mientras eso pasa, les digo que sólo Jo es la bendecida en esta tierra. No soy dueña de nada, desgraciadamente.
Capítulo 7: "Libertándose".
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
¿QUÉ HE HECHO?
No, no, no...
¿Qué rayos he hecho?
— Harry... ¿porqué? ¿Porqué no luchaste contra él?
¿Porqué no luché? ¿Porqué?
— Black, sigues con eso... Yo soy Harry, y yo los maté. Ahora, es tu turno.
¿Yo dije eso?
¡No!
¡No, no, y no!
¡Yo no quise asesinarlos!
¡Dios, no quiero asesinar a Sirius!
¡No quiero!
Diablos, no quiero seguir en esto.
Siento mi boca torcerse en una sonrisa maliciosa y sádica que disfruta el momento, y me doy cuenta de que no puedo controlar mi cuerpo.
Por una extraña razón no puedo.
¡Diablos! ¡Quiero terminar con esto!
¡No dejaré que Sirius siga sufriendo!
¡No lo haré!
¡No!
Viendo que mis manos temblaban junto con mi cuerpo al intentar levantar la varita en dirección a Sirius, y que mi rostro expresaba algo de forcejeo, Voldemort entró en el desconcierto, en la duda, en la sospecha.
— ¿Qué pasa, Harry? ¿Porqué no lo acabas de una vez?
— No...
— ¿No? Hijo, ¿te encuentras bien? Si lo deseas, yo puedo hacerlo por ti.
— No...
— Hijo, ¿estás bien?
— No... soy... tu hijo...
— ¿Qué?
— No soy tu... hijo, Voldemort... Y no dejaré... no dejaré que asesines a Sirius.
— ¿Qué demonios...?
— ¿Me oíste, Voldemort? No. Dejaré. Que. Lo. Lastimes.
— ¡Maldita sea, Harry! ¿Cómo demonios te pudiste liberar?
—Eso no te importa... Voldemort... Ya oíste lo que dije...
— Sí, sí. Pero, dime, ¿en verdad crees que podrás proteger a Black si no puedes controlar tu propio cuerpo?
— ¿Qué?
—Te liberaste, Harry. Pero solo mentalmente. Poseo tu cuerpo, y puedo controlarlo a mi antojo.
— Eso no...
— Pero no te preocupes, Harry. Un poco más de trabajo y tendré tu mente de nuevo.
— Tú no... tú no...
— Al final, te tendré completamente, Harry. Ya te tuve una vez y puedo volver a hacerlo.
— No... yo no...
— Ya no hay nada que puedas hacer, Harry. ¿Porqué no haces las cosas más fáciles para ambos y te entregas a mí?
— ¡No!
—Sabes que no hay escapatoria. Ya no puedes liberarte de mí... Ya no pue...
— ¡Sí puedo! ¡Logré hacerlo con mi mente, y podré con mi cuerpo! ¡Podré hacerlo!
—¡No seas tonto! ¡No hay nada que puedas hacer!
—¡Si lo hay! ¡Voy a salvar a Sirius, y tú no me lo vas a impedir!
—¡Entonces trata! ¡Trata y falla en el intento! ¡De todas maneras, conseguiré tenerte!
— Crucio —un susurro se oyó por todo el comedor dispersándose entre el silencio mortal.
Mortífagos y estudiantes y profesores observaron con interés la escena.
El afectado lloró en dolor y gritó con el alma. Este cruciatus, era mucho más doloroso que todos los demás.
Que todos los existentes.
Lastimaba a dos personas a la vez.
Y beneficiaba a una, que sonreía viendo divertido y complacido el espectáculo.
Lord Voldemort mantenía sus ojos rojos fijos en aquél que se retorcía de dolor.
En aquél que pensaba en agonía que su mundo acabaría ahí mismo, que el mundo y su corazón se destruirían sin piedad en cualquier momento.
En aquél que quería arrebatarle a su Heredero.
En aquél que interfería con sus planes, tratándole de quitar a su hijo.
En aquél que estaba a punto de morir, sólo unos segundos más.
Sólo unos pocos segundos más.
Sólo unos segundos eternos.
Su obra daba doble resultado.
Lord Voldemort se complacía con esto.
Sufría Black, y sufría Potter.
— ¡NOOOOOO! ¡BASTA! ¡NOOOOO! ¡SIRIUS! ¡BASTA!
— Vamos, Harry. ¡Disfruta de su agonía!
— ¡BASTA! ¡DETENTE! ¡POR FAVOR!
— Pero Harry... Black no está bajo mi cruciatus.
— ¡POR FAVOR! ¡BASTA! ¡DETENTE! ¡YA!
— ¡Esto es divertido, Harry! ¡Sólo mira su cara! Dime, ¿estás seguro que sufre por el cruciatus? ¿No será más bien por... la traición?
— ¡NOOOOO! ¡BASTA! ¡POR FAVOR! ¡DÉJALO!
— Te aseguro que Black tiene el corazón destrozado. ¡Su ahijado, su futuro asesino!
— ¡NO! ¡POR FAVOR!
— Vamos, Harry, ¿qué esperas? Mátalo ya... Mátalo...
— ¡POR FAVOR! ¡VOLDEMORT, DETENTE! ¡HARÉ LO QUE SEA! ¡LO QUE SEA!
— ¿Lo que sea, Harry?
— ¡DETENLO! ¡LO QUE SEA!
— De acuerdo, Harry...
— ¿Y bien, Black? —pregunté indiferente a mis verdaderos sentimientos, y mostrando al mundo que disfrutaba la agonía de Sirius. Lo tuve bajo mi cruciatus por lo que más o menos un minuto, y todos esperaron expectantes ante esto.
Un minuto, que me pareció eterno.
Neville, George, Fred, Seamus, Thomas, Ginny, Lavender, Parvati, Padma, Susan, Draco, Colin...
Todos ellos, todos ellos me ven con ojos impresionados.
Con ojos temerosos.
Soy un monstruo para ellos.
Un ser despiadado, sin alma, sin nada...
Sólo un ser en busca de dolor.
Un ser asqueroso que no merece la vida.
Que no merece el perdón de Sirius.
Que no merece nada.
Si hubiera podido controlar mi cuerpo, habría caído de rodillas frente a la figura sumergida en dolor que yacía en el suelo frente amí.
Hubiera entrado en shock al ver a Sirius frente a mí sufrir de esa manera, por mí.
Todo por mí.
Asesiné a Ron, a Hermione, a Remus y al profesor Dumbledore.
Torturé a Sirius con el máximo dolor que él jamás haya sentido en toda su vida.
Soy un monstruo.
No merezco nada.
Ni vivir ni morir.
Morir sólo sería un descanso para mí, y no merezco eso.
Merezco sufrir en agonía durante el resto de mis días.
Merezco todo y nada.
— Harry, Harry... Mereces lo mejor, mereces poder. Y yo te lo daré.
Que todo acabe... ya...
Esto... esto sólo es una maldita pesadilla...
Pero la pesadilla no acabará hasta que él muera.
Y ya quiero despertar.
Ya no más.
Voldemort quitó de inmediato su sonrisa de triunfo cuando me vio temblar y forcejear con mi cuerpo de nuevo.
— ¿Qué estás haciendo? Hicimos un trato.
Y que se vaya al infierno.
Me iré con él, al fin y al cabo.
Nos iremos juntos.
Pero no dejaré que Sirius muera.
No... ya no más.
Todo el Comedor me observó con extrañeza mientras me veían temblar frenéticamente. Mi varita temblaba bajo mis dedos y no podía más que permanecer en pie tratando de recuperar el control de mi cuerpo. Mi rostro se contorsionaba en un terrible esfuerzo, y se me hacía imposible siquiera llegar al poder de un solo dedo.
Pero no me daría por vencido.
No, no lo haría.
Ya todo acabó, ya no hay esperanza.
Pero sólo para Voldemort y para mí.
Sirius se quedaría con ella.
De eso me encargaría yo.
Y juré que así sería.
Sirius aún jadeando con inmensa dificultad me observó peleando al mismo tiempo contra su cuerpo que lo quería llevar a la inconsciencia.
Primero sus ojos fueron de extrañeza.
Ojos rojos que me quisieron penetrar el alma de nuevo.
Ojos rojos vacíos, ya sin casi nada de esperanza.
Sin ayuda qué dar, y sintiéndose impotente.
Sin nada qué hacer para que su dolor y el mío terminaran.
Ojos rojos que en cuanto reconocieron mi objetivo brillaron.
Ojos que se sorprendieron y que se intensificaron.
Ojos que volvieron a ser azules llenos de esperanza.
Ojos que me animaban a no darme por vencido.
Ojos que me decían que él, él estaba conmigo.
Ojos azules que me dieron esperanza.
Ojos azules que me dieron fuerzas para seguir adelante.
Ojos, por los cuales yo lucharía para que siguieran azules intensos.
— ¡Harry! ¡Harry, no te rindas! —Sirius gritó con voz cansada pero firme y viva, y una expresión en su cara que trataba de formar una sonrisa, una sonrisa de alegría.
Y todo el Comedor quedó en silencio al significado de estas palabras. Los chicos me miraron anonadados sabiendo todo lo que significaba.
Ahora todo tenía sentido. Absolutamente todo.
—¡Harry, sigue luchando! ¡Tú puedes hacerlo! — gritó, para sorpresa de todos, pero con voz determinada, Neville.
No podía fijarme en sus facciones, pues necesitaba de toda mi fuerza y concentración para recuperar mi cuerpo, pero imaginé por un momento la cara que tendría Neville.
Determinación, y valentía.
Me enorgullecí de él. Y peleé con más fuerza sintiendo que tenía además de Sirius, el apoyo de Neville.
Y sentí que podía ahora controlar mi mano izquierda. Además de que mi rostro parecía haber vuelto.
Una pequeña sonrisa de felicidad se mostró en mi rostro.
Y, al ver los demás que esta sonrisa no tenía más sadismo, malicia, ni una gota de maldad, los demás decidieron apoyarme.
—¡Harry, sigue!
— ¡Tú puedes hacerlo!
— ¡No te des por vencido, Harry!
Y sonreí aún más tratando ahora de controlar mi otra mano.
Ya tenía mi brazo izquierdo, y poco a poco, si seguía sí, podría poder controlar por completo mi cuerpo.
Pero a alguien no le gustaba la idea de que esto pasara.
—¡CÁLLENLOS A TODOS! —gritó Voldemort a sus morífagos, para que apresaran a los estudiantes y a los profesores—. ¡APRESEN A BLACK! ¡INMOVILICEN AL CHICO! ¡YA!
Hubo gritos de disgusto, y algunos se enfrentaron a los mortífagos, pero la mayoría fallaron.
Sin embargo, los gritos de apoyo hacia mí siguieron, e incluso aumentaron de intensidad.
Sirius fue apresado rápidamente por cinco mortífagos y fue inmovilizado de inmediato.
—¡Harry! ¡Harry! ¡Confío en ti! ¡Sigue peleando! —gritó antes de que lo amordazaran y le impidieran hablar.
Otros seis mortífagos fueron hacia mí con rapidez, y observé cómo Sirius y los chicos me veían expectantes y atentos a esto.
Traté de recoger mi varita con rapidez, pues ya había recuperado mi costado izquierdo, pero no fui lo suficientemente rápido.
—¡Suéltenme! ¡Suelten...! —grité y al instante me detuve de inmediato.
¡Había recuperado mi voz!
¡Y con eso, mi cuerpo también!
¡Sólo tenía lo inmovilizado!
¡Voldemort ya no lo controlaba!
Ni tampoco oí a Voldemort dentro de mí.
¡Ya no estaba!
El Comedor, después de permanecer unos segundos en silencios, rompió en gritos de ánimo por parte de mis amigos al verme de nuevo, a mí, a mi cuerpo.
Harry de nuevo.
— ¡CÁLLENLO! ¡MALDITA SEA, ATÚRDANLO! —gritó Voldemort completamente enojado corriendo hacia mí.
Voldemort sabía que ya no me estaba controlando.
Que ya no podía oírlo.
Que él ya no estaba dentro de mí.
Que yo ya no era su Heredero.
Que yo ya no era su hijo.
Pero en ese momento no me detuve a pensar en eso. Traté de liberarme con todas mis fuerzas mientras brazos fuertes me sujetaban y apretaban los brazos y las piernas. Uno de ellos se puso detrás de mí, y me retuvo por el torso.
¡Diablos, eran seis!
Y uno de ellos, permaneció de pie frente a mí y sacó su varita.
La apuntó hacia mí.
Y contuve la respiración.
Al igual que todos los demás.
Si me noqueaban, todo acabaría.
Voldemort volvería a tomar posesión de mi cuerpo..., y de mi mente.
Se perdería toda esperanza.
—¡MALFOY! ¡ATURDE AL CHICO DE UNA VEZ! —gritó Voldemort al mortífago que estaba frente a mí, Lucius.
Todos ellos en el comedor que confiaban en mí, todos ellos quedarían defraudados.
Soy su única esperanza.
Lo sé.
No me puedo dar por vencido.
No puedo.
Y no lo haré.
—¡Stup...! —comenzó a gritar Malfoy.
No lo dejé terminar.
— ¡Desmaius! —grité al tiempo que sólo con mi vista mandaba a volar por lo menos diez metros a Malfoy. Hubo impresiones por parte de todos, pero no me detuve a pensar—. ¡Suéltenme! ¡Suéltenme! —y con eso, los otro cinco morífagos salieron volando hacia diferentes direcciones.
Pude haberme alegrado de estar libre.
¡Estar libre!
Pero no lo hice.
Mientras los cinco mortífagos volaban en el aire, noté que uno de ellos, al cual se le había desprendido la máscara, era demasiado familiar para mí.
¡Snape!
¡Él aún seguía actuando!
Supongo que había pensado liberarme en cuanto tuviera oportunidad.
Pero tampoco pude suponer nada, pues no podía detenerme a pensar sobre eso.
Levanté mi mano izquierda rápidamente y extendí la palma hacia él.
El resultado fue el esperado.
Snape se detuvo repentinamente a cinco metros del impacto que seguro le hubiera causado la muerte.
Los demás de nuevo sostuvieron la respiración al ver esto, pero yo sólo me dediqué a poner a Snape en el suelo con lentitud.
Ya estando en el piso y a salvo, no esperé más y fui a rescatar a Sirius.
— ¡Sirius! ¿Estás bien? —le pregunté mientras le quitaba las cuerdas con rapidez.
— Sí, sí... ¿Y tú...? ¿Tú estás bien? —me preguntó con voz cansada pero fuerte y preocupada.
— Sí... Sirius... yo... yo lamento lo que... —intenté disculparme.
— No, Harry —me cortó con un ademán—. No fue tu culpa. Sabía que podrías hacerlo —comentó con voz suave y tratando de darme una sonrisa de ánimo.
Sí, lo hice, es cierto.
Pero lo hice tarde, muy tarde.
Ron, Hermione, Remus y Dumbledore están muertos.
No le argumenté más a Sirius pues él estaba cansado, y yo también. Además, no podíamos perder el tiempo en eso.
Se sentó con dificultad y abrió sus brazos con calidez esperando a que le correspondiera a su abrazo.
Lo hice.
O más bien, traté de hacerlo.
Algo, a unos centímetros de él, me lo impidió.
Sentí cómo unas cuerdas invisibles me sujetaban del torso y me jalaban en el lado contrario de Sirius.
— ¡Harry! —gritó con voz preocupada. Los demás en el Comedor no pudieron mas que permanecer en silencio y siempre atentos a cada movimiento.
De nuevo, todos ellos temieron perder la esperanza.
Su esperanza.
—¡No dejaré que esto termine así! —gritó Voldemort, varios metros de distancia de Sirius y a pocos detrás de mí.
Cada vez más y más corta la distancia entre ese asesino y yo.
—¡No! ¡Suéltame! ¡Déjame! —grité tratando de forcejear contra las cuerdas. Estaba muy débil y no sabía qué hacer.
Liberarme del control de Voldemort, y realizar ese tipo de magia me habían cansado el cuerpo.
Pero aún así traté de hacer algo, un hechizo o algo que me sirviera para soltarme de estas malditas cuerdas que me ataban a él.
Que me ataban a lord Voldemort.
La única conexión que había entre nosotros dos.
Que se derrumbara de una vez por todas.
—¡Te lo dije, Harry! ¡Esto no acabará así!
Que Voldemort saliera de mi vida.
Que yo saliera de la suya.
Que esto acabara de una vez.
Que la vida me dejara vengar las muertes de mis amigos.
Que esto acabara ya.
¿Porqué tanta obsesión conmigo?
¿Qué tengo que es tan importante?
¿Porqué lo tengo yo?
Sólo quería una cosa, una maldita cosa.
Sólo destruir a Voldemort.
E irme al infierno con él.
No importaba, sólo que él dejara de molestar en las vidas de los demás.
Y en la mía.
Que saliera de nuestras vidas.
De la mía.
Pero eso no se me hizo posible cuando unos dedos alargados y fríos tocaron mi piel.
Cuando manos anormales me sujetaron de los hombros y del torso.
Cuando me vi envuelto entre los brazos de Voldemort, sintiendo su pecho detrás de mi espalda.
Cuando Voldemort, me abrazó.
Y yo me perdí en la oscuridad en medio del dolor de la cicatriz.
No grité, ni produje sonido alguno.
Sólo me dejé caer en la oscuridad.
En los brazos de Voldemort.
Me adentré en la oscuridad de Voldemort, en su oscuridad.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
¡Hey! ¿Qué les pareció? A mí me pareció muy interesante y emocionante, sobre todo el final, jiji.
Bueno, no tengo aún planeada la siguiente parte, así que no sé qué vaya a pasar con Harry, ni tampoco con Voldemort.
Ahora, a los reviews:
A La_MaS_PiLLaDa: ¿Cómo se me ocurrió matarlos? Bueno... te digo algo: Sí, soy toda una Gryffindor, que no se te olvide nunca. Y como tal, supongo que sabes qué pasará.... Me alegra mucho que mandes un review, y no te imaginas cuánto. Cada uno significan demasiado para mí. Ahora, ya viste que Harry enmendó su error, así que las cosas ya no están tan... bueno, tan oscuras... Espero que te haya gustado el final. Gracias! ^_^
A cindy: Hola! Oye, no te puedo decir si esta es la prueba o no, pero te digo que al final, al final lo sabrás. Por el momento, lo que sabes es que Ron, Hermione, Remus y Dumbledore sí están muertos, pero Harry ya reaccionó, ¿no? Supongo que eso es lo bueno. Luego veremos qué pasará. Gracias por el review! ^_^
A Galy: Eh... ¿no entiende? Bueno, que rollo. Algunas cosas sí son muy complicadas. Pero al final todo se va a desenvolver y todo estará resuelto, pero no te preocupes, no falta mucho para eso. Gracias por tu review ^_^
A Naiko: ¿La prueba? Bueno, no te digo que ya pasó, es decir, que ya terminó, pero tampoco puedo decir que todavía no empieza. ¿Revuelta? Sorry, no puedo decirte más. Pero pronto lo sabrás, ¡ánimo! Y gracias por escribir. ^_^
Bien, ahora Harry ya no es malo. ¿Qué rollos se me ocurren, no? Harry bueno, luego malo, ahora bueno... Pero, no creo que llegue a malo de nuevo, ¿o sí? ^_^
Los veo la próxima, y gracias por leerlo.
