6. La sorpresa de Dumbledore.
Al llegar a la puerta del colegio y bajar del carruaje una avalancha de profesores se les echó encima, al parecer como habían tardado en llegar se había corrido la noticia de que los habían capturado o incluso matado. Todos los profesores conocidos fueron a ver como se encontraban, todos se hallaban muy preocupados, todos excepto Snape, al que parecía no importarle mucho el destino de sus alumnos.

Tras el recibimiento de los profesores una joven se les tiró encima abrazando a Ron y a Harry. Era Hermione. Ella miró a Malfoy con desconfianza. Entonces sus amigos le explicaron el cambio de la situación de Draco y ella lo aceptó como uno más, pero aún había un brillo de desconfianza en sus ojos.

En ese momento vieron acercarse lentamente a la profesora McGonagall.

-Potter, Weasley, Malfoy, el profesor Dumbledore quiere hablar con vosotros en su despacho después del banquete. La contraseña es "mermelada de frambuesa".-dijo cuando estuvo justo a su lado.

-Bueno, nos hemos ahorrado los quebraderos de cabeza que nos iba a dar hacerle saber que queríamos hablar con él, ¿no?-dijo Harry bastante más animado que sus amigos-¿Por qué tenéis esa cara?

Momentos después de esto las puertas del Gran Comedor se abrieron dejando paso a los alumnos. Los chicos entraron con sus compañeros. Harry, Ron y Hermione fueron a la mesa de Gryffindor y Draco se separó de ellos para dirigirse reticentemente hacia la de Slytherin.

Cuando el último de los alumnos se sentó las grandes puertas se abrieron y Entraron los nuevos alumnos precedidos de la profesora McGonagall. Hagrid entró en el Gran Comedor por la puerta de detrás de la mesa de los profesores y saludó a los chicos como si nada hubiera pasado. Harry se preguntaba si su amigo sabría lo ocurrido con los mortífagos.

Mientras Hagrid entraba en el comedor el Sombrero Seleccionado abrió el desgarrón que hacía las veces de boca y empezó a cantar.

4 Grandes magos,

con un gran sueño,

con gran desdén lucharon,

y así Hogwarts fundaron.

Por generaciones y generaciones,

yo selecciono tu casa,

aunque sea más feo que una calabaza.

No te confundas ni te despistes,

yo sé lo que hiciste,

todo está en tu cabeza,

eso es lo que interesa.

Cuidado con los secretos,

que Hogwarts en sus paredes encierra,

fantasmas, quejidos y lamentos,

te atraparan, ¡estate alerta!

Mientras que los chicos, ya un poco más calmados al saber que sólo había que probarse el sombrero, miraban asombrados todo lo que los rodeaba la profesora McGonagall desenrollaba el pergamino con la lista de nombres y llamaba a los primeros.

-Arial, Fences- Un niño alto, de pelo castaño y bastante delgado se sentaba y probaba el sombrero en la mesa de Gryffindor los tres amigos inseparables hablaban sobre la extraña canción del sombrero, la gente de la Mesa de Profesores(había demasiada gente desconocida), lo sucedido con Draco y de la "desaparición" veraniega de Hermione.

-Chicos, no creo que debamos fiarnos de Malfoy, me da mala espina toda esa historia-dijo Hermione.-¿Cómo sabemos que es verdad y no una historia inventada por el Innombrable para acercarse a ti, Harry.

-Hermione tiene razón, no sabemos si es verdad.-apuntó Ron empezando a desconfiar de Malfoy.

-Lo que Draco dice es verdad, pero este no es el mejor lugar para hablar sobre esto.-dijo Harry convencido.- Por cierto Hermione ¿dónde has estado?¿No te vimos en el Expreso?¿Por qué no fuiste a casa de Ron en vacaciones?

-Ese es otro tema que mejor tratamos luego.-dijo Hermione mientras se le humedecían los ojos.

Harry y Ron se miraron asustados, ¿qué le abría pasado a su amiga?

-¡Eh! chicos, mirad a la mesa de profesores. No hay más gente de la que debería, incluso con las nuevas asignaturas.-dijo Harry para cambiar de tema- Debería haber sólo tres profesores nuevos, sin embargo...¡hay siete!

-Siete, Harry, creo que empiezas a ver doble...-dijo Ron burlándose mientras se volvía hacia la Mesa Alta-Oye, que es verdad.

-Fijaos, aquellos cuatro parecen aún más viejos que Dumbledore-dijo Hermione mientras el Sombrero Seleccionador abría su desgarrón y gritaba, después de haber tenido sentado al pobre chico al rededor de 5 minutos.

-¡¡RAVENCLAW!!

-Tal sean amigos suyos, de cuando estaba en Hogwarts como alumno.-dijo Ron divertido.

-No sé, pero aquellos dos se lo están pasando en grande.-dijo Harry mirando a dos de los desconocidos. Eran los dos hombres del grupo ya que las otras dos eran mujeres. Ambos tenían una LARGA barba blanca y unos igualmente largos cabellos, también blancos. Uno de ellos tenía los ojos color verde esmeralda y el otro los tenía ambarinos como los de un halcón. Mientras los chicos hablaban, el Sombrero ya había llegado a Marlet, Georgia que fue directa a Gryffindor. La Ceremonia de Selección fue muy rápida y corta, ya que termino con Rounded, Bernard que fue enviado a Slytherin.

Cuando la ceremonia terminó el profesor Dumbledore se levantó de su asiento y el silencio inundó la sal en espera del habitual discurso de bienvenida.

-Queridos alumnos, este curso debido a lo sucedido el año pasado durante el Torneo de los Tres Magos se prohíbe a los alumnos salir del colegio después del anochecer, los profesores, los Premios Anuales y los Prefectos patrullaran por turnos los pasillos, el Bosque Prohibido como bien dice su nombre esta totalmente prohibido. Este año se vuelve a jugar la Copa de Quidditch-en ese punto el discurso del profesor fue interrumpido por una ensordecedora salva de aplausos. Los gemelos Weasley eran los más entusiasmados por la noticia.- bueno, como decía también tendremos dos asignaturas nuevas, Historia de las Artes Oscuras y Arte de Duelo. Ahora les presentaré a sus nuevos profesores...

En ese momento un débil grito proveniente de la mesa de Gryffindor le obligó a volver a detenerse. Al primer grito se le unieron muy pronto muchos más, antes de que nadie se diera cuenta de lo que pasaba casi todos los componentes de la casa Gryffindor estaban subidos a sus asientos. De repente se oyó una carcajada y a alguien decir:

-¡Sois unos exagerados!-Era Harry que después de decir esto se metió bajo la mesa. Todo el comedor se quedó mirando hacia allí preguntándose que estaría pasando.

Tras unos minutos en los que solamente se oían los murmullos de los miembros de otras casas y de los profesores que miraban dudando si intervenir o no. Se vio el destello de un hechizo y a los pocos segundos se escuchó claramente un sonoro golpe. Harry se había asustado y se había dado con la cabeza en la mesa. Tras esto salió frotándose donde había recibido el golpe con una mano, pero en la otra llevaba una enorme serpiente que se le enrollaba por todo el brazo y por el torso.

Todos los alumnos se echaron atrás aterrorizados por semejante visión. Los que estaban cerca de Harry se asustaron aun más debido a la expresión que este tenía, en ella se mezclaba la rabia, el odio y una tranquilidad mortal. Nunca habían visto a Harry así.

Harry se empezó a mover con la serpiente en dirección a la mesa de profesores. Para ser más exactos se dirigió hacia uno de los dos ancianos, el que tenía los ojos verdes. Todo esto había sido seguido atentamente por todos los alumnos, un silencio sepulcral se extendía por todo el Gran Comedor. Todos estaba extremadamente atentos a los movimientos de Harry.

Harry tendiéndole la serpiente al hombre dijo con una frialdad inusitada:

-Creo que es suya, señor Slytherin.-dijo para el asombro de todos incluido su interpelado que se encontraba mirándolo fijamente, como si nunca antes hubiera visto un chico o que nunca nadie le hubiera hablado con semejante mezcla de cortesía y desprecio. Tomó la serpiente de las manos de Harry y este añadió:

-Yo no la dejaría suelta por ahí, a la Señora Norris, la gata del Señor Filch, no le gustan las serpientes y me parece que ya ha tenido un encuentro con ella.

Todo el Comedor miraba atónito la escena, ya no parecía importarles la serpiente, que ciertamente tenía muy mal aspecto, estaban más ocupados procesando la información sacada de la conversación. ¡¡¡Salazar Slytherin estaba vivo y en Hogwarts!!! Los miembros de la Casa Slytherin estaban emocionados y orgullosos, pero el resto solamente se mostraban molestos y preocupados por su presencia en el castillo. ¿¿¿Y si se desencadenaba algo todavía peor que hacía tres años???

En el momento en que Harry se sentaba de nuevo y los cuchicheos, que habían estallado en la sala a causa de la revelación hecha por Harry, empezaban a adquirir un volumen alarmante el profesor Dumbledore carraspeó para recuperar la atención de sus impresionados alumnos.

Todos se quedaron mirándolo en silencio, esperando a que acabara su discurso y aclarara el asunto. Él empezó a decir.

-Bueno, lo último que quería anunciar es que durante algunos años tendremos entre nosotros a los cuatro fundadores de nuestro colegio. Ahora procederé a presentarlos. A mi derecha se encuentra Godric Gryffindor - el hombre de los ojos amarillos se levantó de su asiento y con una sonrisa debajo de su poblada barba saludó a los alumnos que le aplaudían calurosamente, con excepción de los Slytherin que ni siquiera se molestaban en disimular su despreció por el hombre que allí se encontraba.

A mi izquierda se encuentra Helga Hufflepuff- una de las dos mujeres se levantó, tenía el cabello liso y largo recogido en un moño flojo. Sus ojos eran de color azul claro, risueño y saludó a los alumnos que aplaudían cortésmente a excepción de los alumnos de la Casa fundada por ella que aplaudían con mucho entusiasmo.- A su lado se encuentra Rowena Ravenclaw.- la mujer que se encontraba a su lado se levantó y saludó con una inclinación de cabeza. La mujer tenía los ojos de color verde claro y bajo el apretado moño se notaba que su pelo era rizoso.

-A mi derecha también se encuentra Salazar Slytherin.- un silencio de muerte se formó en la sala mientras el hombre se levantaba claramente contrariado entre los aplausos de los alumnos de su Casa, pero nadie más aplaudió ni mucho ni poco.

Todos los profesores de Hogwarts estaban sumamente impresionados por la helada bienvenida que los alumnos le habían dado al hombre.

En la mesa de Gryffindor todos estaban emocionados por la presencia del fundador de su Casa pero su emoción se veía disminuida por el hecho de que también estaba Slytherin fundador de la Casa rival de los Gryffindor.

-Harry, ¿cómo supiste quien era?- preguntó curioso Neville.

-Me lo dijo su serpiente, que es muy agradable.- contestó Harry.

-No es posible que sea agradable, es una serpiente y además del antepasado de Quien-tu-sabes. No puede ser agradable.- dijo Ron con vehemencia.

-No digas tonterías, Ron, tu que sabes como son las serpientes si nunca has hablado con ninguna y además como sabes como es el señor Slytherin si no lo conoces.- apuntó Hermione muy enfadada.

-Vamos, Hermione, él fue el que empezó todo eso de la limpieza de sangre y, además, mira como son los miembros de su Casa...

-Eres insoportable.

-Y tu una estúpida.

Harry empezaba a preocuparse ya que la discusión de sus amigos estaba subiendo de tono por momentos y con ello atrayendo la atención de todo el comedor. Él ya había intentado intervenir para calmar los ánimos, pero había sido ignorado, no sabía como parar aquello. De repente se le ocurrió una idea...

Sabía que debía darse prisa pues incluso los profesores estaban empezando a observar con curiosidad la discusión. Harry se cubrió la cara con las manos y se concentró con los ojos cerrados en las copas de sus amigos, momentos después hizo un movimiento descendente con la cabeza y las copas se elevaron y derramaron su contenido sobre Ron y Hermione para diversión de todos los presentes.

Ellos se miraron desconcertados, pero de repente Ron se volvió hacia Harry enfadado, él sí había entendido lo que había pasado, y le dijo:

-¿¿¿¿Por qué has hecho eso????

-Porque estabais a punto de que la profesora McGonagall os pusiera un castigo.-dijo Harry respondiendo a su pregunta.

Entonces los chicos se dieron cuenta de que todos los estaban mirando y que la profesora estaba levantada a medio camino entre la Mesa de Profesores y la mesa de Gryffindor y que lucía una mirada de enfado como pocas veces se le había visto.

Antes de que nadie terminara de comer Harry miró hacia la mesa de Slytherin y vio a Draco cuchicheando con sus compañeros de curso. Cuando terminó dirigió su mirada hacia Harry y le hizo una seña para que saliera. Con mucha discreción ambos salieron del Gran comedor y cuando estaban fuera Draco comenzó a contarle a Harry lo que había estado hablando con sus amigos:

-Se lo he contado todo y me dijeron que me apoyarían.

-Esperemos que así sea y que no te estén tendiendo una trampa.-cuando Harry decía esto la puerta del comedor se abrió y salieron unos cuantos Slytherin de los cursos superiores, por la palidez cadavérica que adquirió la piel de Draco Harry supuso que serían los aprendices de Mortífago.

Después de cerrar la puerta los muchachos levantaron las varitas contra ellos y les lanzaron un maleficio que ninguno de los dos conocía, lo que siguió a esto fue exactamente lo mismo que pasó en la estación con el Mortífago; un destello y las maldiciones se convirtieron en una serie de explosiones de colores que se parecían a un espectáculo de fuegos artificiales.

Al darse cuenta de que al parecer no podían atacarlos con magia decidieron que su superioridad numérica podía proporcionarles una gran ventaja para llevárselos de allí y entregárselos a su Señor...

Justo en ese momento la puerta del comedor volvió a abrirse y aparecieron varita en mano los Gryffindor y los Slytherin de 5º año. Cuando estos empezaban a lanzar sus maleficios y hechizos para dejar fuera de combate a los otros, aparecieron los compañeros de curso de los mortífagos, al parecer ellos no sabían nada de su lealtad hacia Voldemort y venían a defender a sus compañeros.

Harry viendo que sus compañeros y él mismo estaban en seria desventaja ante gente que tenía varios años más de formación mágica decidió que era más seguro prescindir de las varitas. Se concentró para quitárselas a todos y lanzarlas dentro del comedor.

Tras la apresurada salida de los grupos había quedado entreabierta, pero como no hacían ruidos y estaban algo alejados de la puerta poquísima gente se había percatado de su ausencia, en ese momento y antes de que nadie entendiese lo que estaba pasando todos, incluso el mismo Harry, estaban desarmados y sus varitas volaban rápidamente hacia el Gran Comedor.

En ese punto la pelea cambió y pasaron a las manos, los de 5º se mantuvieron a la altura durante un tiempo pero los otros no sólo los superaban en conocimientos sino también en físico ya que eran ENORMES todos ellos. Se formó tal barullo y griterío que llamó la atención de los profesores, que no se habían dado cuenta de nada debido a una animada conversación que los había involucrado a todos.

La primera en darse cuenta de lo que pasaba fue la profesora McGonagall, que dio un pequeño grito y dijo:

-¡¡Profesor Dumbledore!! Falta un curso entero de alumnos de Gryffindor y tres de Slytherin.

Un momento después todos los profesores y los fundadores se hallaban en pie caminando hacia la puerta. Cuando salieron no había nada raro, pero unos ruidos apagados llegaban desde la escalera. Hacia allí se dirigieron y no lograron encontrarle explicación a lo que vieron, ellos esperaba encontrarse a los Gryffindor totalmente rodeados por los otros y lo que vieron los dejó impresionados.

Un poco alejados de las escaleras estaban Harry y Draco inconscientes, a su alrededor había una especie de campo mágico y alrededor de este una poción de un color ponzoñoso; Delante de las escaleras había un grupo de chicos de 5º año rodeando a 4 Slytherin que estaban desmayados, en ese momento entraban por la puerta principal los chicos que faltaban con otros 4 Slytherin prisioneros. Al ver la poción tanto el profesor Snape como Salazar Slytherin soltaron una exclamación en la que se mezclaba la estupefacción con el horror. El primero en recuperar la voz fue Slytherin:

-¡Es la poción de la muerte!

Al ver a los chicos en el suelo uno de los prisioneros dijo:

-Hemos triunfado el traidor a muerto y además Potter también. Nuestro Señor nos recompensará más que a nadie.-dijo entre carcajadas.

Al oír esto todos se pusieron pálidos. Los chicos de 5º año muy preocupados por sus compañeros y amigos se agruparon alrededor de ellos, con cuidado de no tocar ni la poción ni el campo mágico. Por las mentes de todos pasaban la misma pregunta,¿estarán de verdad muertos?

Esta inquietante pregunta fue pronto respondida. De repente y ante la incredulidad de los 8 mortífagos los chicos empezaron a moverse y a levantarse, primero Draco y luego Harry, al mirar a su alrededor y ver a los profesores y a los mortífagos capturados por sus compañeros se miraron y sonrieron.

Unos momentos después Draco preguntó:

-¿Cómo salimos de aquí?- su tono era preocupado ya que la poción se acercaba a ellos con extraordinaria rapidez. El campo que los rodeaba y protegía había caído al despertar Harry.

-Esa poción reacciona a la magia incendiándose, no va a haber manera de sacarlos más que con escoba, pero están demasiado lejos, morirán antes.- dijo Snape con bastante gusto. Parecía que le gustaba dar malas noticias.

Mientras tanto Harry pensaba en que estaría genial que apareciera Falcore y los sacara de allí. De repente por encima de las escaleras se oye un hermoso canto y aparece un hermoso fénix escarlata.

Los horrorizados espectadores miran al hermoso fénix estupefactos, menos el profesor Dumbledore que sabe a quien pertenece el bello animal. Harry y Draco observan con temor como la poción se acerca a ellos peligrosamente. Falcore vuela raudo hacia ellos, pero la poción está más cerca. ¿quien llegará antes?

Ya no había salvación para los chicos, la poción estaba a punto de alcanzarlos y Falcore aun estaba demasiado lejos.

De repente sin explicación ninguna la poción se elevó varios metros del suelo y se metió en los frascos donde había estado guardada hasta que se la derramaron a los jóvenes. Ron miraba a Harry anonadado, lo mismo que Draco, creyendo que había sido él. Al mirarlo se dieron cuenta que no había sido cosa suya ya que se hallaba igual de sorprendido que ellos, cuando sus miradas se cruzaron se dieron cuenta de que todos se hacían la misma pregunta: ¿Qué había pasado?¿Quién los había salvado?

-¡¡Bien, Godric!!- dijo Salazar Slytherin.

Esta exclamación desconcertó a todos e hizo que ambos se pusieran bastante rojos y que Rowena Ravenclaw y Helga Hufflepuff estallaran en carcajadas que a los otros dos no parecían hacerles demasiada gracia.

El profesor Dumbledore y los demás profesores que están presentes los miran con cara de "me he perdido hace tres kilómetros y no me encuentro".

Al darse cuenta de que los chicos se encontraban todos ellos con un aspecto deplorable el director salió de su asombro y llevarlos a la enfermería. Mientras avanzaban hacia la enfermería el profesor Dumbledore le dijo a Snape y a la profesora McGonagall:

-Severus, vete a avisar al Ministerio de que vengan a recoger a los chicos y tu Minerva encárgate de que los alumnos.

Snape asintió y salió hacia su despacho, la profesora también lo hizo, pero no salió hacia su despacho sino hacia el Gran Comedor desde donde empezaba a llegar un rumor de voces alarmadas.

En cuanto la profesora McGonagall llegó al comedor se apagaron los murmullos. Ella mandó a los prefectos que llevaran a los alumnos a sus respectivas casas y no dejaran salir a nadie. Mientras los demás profesores junto con los fundadores y los chicos involucrados en la desastrosa pelea se dirigieron hacia la enfermería.

Al verlos entrar la señorita Pomfrey le dijo a Harry entre preocupada y divertida:

-¡Vaya, señor Potter, Ahora además de acabar todos los cursos conmigo también los empieza!- esta frase logró romper el silencio y la tensión que se había formado en el grupo desde que emprendieran el camino.

Todos empezaron a reír mientras la señorita Pomfrey atendía a los magullados chicos, a Harry y a Draco les dio una poción con un aspecto que hizo que más de uno de los allí presentes sintiera ganas de vomitar, en especial los que conocían sus ingredientes, nada más tomarla los chicos se sintieron mejor, pero el sabor que les dejo les hizo poner una cara que hizo que toda la habitación estallara en carcajadas. Mientras se reían llamaron a la puerta que tras abrirse mostró a un profesor Snape especialmente malhumorado.

-Profesor, un grupo de aurores ya se dirige hacia aquí desde el Ministerio, se quedaron asombrados con lo sucedido aquí, nadie se esperaba algo así.- dijo al profesor Dumbledore de manera respetuosa mientras lanzaba una mirada asesina a los chicos que se encontraban en las camillas de la enfermería dejando claro que él no habría llorado si los Mortífagos hubieran logrado su objetivo

-Gracias por avisarme, Severus, Voy a esperarles. Poppy, si los chicos ya están listos que vayan a esperarme a mi oficina-dijo el profesor Dumbledore mientras salía en dirección a la entrada del castillo.

La señora Pomfrey se dirigía ahora a ver que tal estaba Harry este se dio cuenta que si le examinaba vería el Medallón y con Salazar Slytherin en la sala consideraba que era muy arriesgado.

-Señora Pomfrey, estoy bien, yo no tengo nada, Draco esta peor, atiéndalo a él primero.- Decía Harry a la enfermera tratando de librarse de la cura y, por tanto, de la revisión.

-De eso nada, señor Potter, métase detrás del biombo y quítese la túnica mientras yo preparo la poción para curarle todas esas heridas.- dijo con un tono que no admitía replica.

Harry obedeció reticente las ordenes de la mujer, pero de repente se dio cuenta de que esa situación aun tenía una salida airosa para él, sin tener que desvelar un secreto que ni si quiera conocía del todo, al empezar a quitarse la túnica se quitó el anillo de la mano y el Medallón del cuello y los envolvió en la ropa para que nadie se percatase de lo que había hecho.

Mientras Harry se preparaba tras el biombo la señora Pomfrey se había acercado a Draco para curarle a él también pues había empezado a desvestirse antes que él. Cuando llegó donde estaba el chico la señora Pomfrey dejó escapar un grito y la poción se le resbaló de las manos estrellándose con gran estrépito.

-Va... va... vayan a buscar al director, rápido - dijo la señora Pomfrey asustada.

Todos se quedaron mirándola incrédulos. La enfermera del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería nunca había perdido así los nervios ni siquiera por mordeduras de dragón. Ron se preguntaba que podría haber peor que eso. Uno de los profesores nuevos se ofreció a bajar él a avisar a Dumbledore

Harry que estaba tras el biombo, que lo separaba de la enfermería, no sabía que estaba pasando. Cuando oyó el ruido del frasco al romperse contra el suelo se asomó por encima, subiéndose a la cama, y quedó totalmente perplejo. Él ya se había supuesto algo así, no creía que fuera para tanto. Eso explicaba muchas cosas.

De repente la puerta se abrió bruscamente dejando ver al director con preocupación en los ojos, seguido por el profesor y los que parecían ser los Aurores del Ministerio, entre ellos se encontraba Ojoloco Moody que miraba desconfiado hacia todos lados. El profesor Dumbledore dijo dirigiéndose a la señora Pomfrey:

-¿Qué pasa, Poppy? ¿Por qué has mandado al profesor Backwell que me buscara?-pregunto rápidamente.

-Mejor mírelo usted mismo, profesor.-dijo la enfermera con la voz tan temblorosa como sus manos.

El Director se aproximó a la camilla en la que se encontraba Draco tumbado boca abajo, con aspecto de estar horrorizado con la perspectiva de la cantidad de preguntas que se avecinaban. Al ver al muchacho Dumbledore lanzó una exclamación ahogada.

La visión de la espalda del joven Malfoy era en verdad para sorprender y aterrorizar a cualquiera, incluso al más calmado. Estaba totalmente cubierta de cortes, quemaduras y ampollas. Al verlo todos se quedaron asombrados preguntándose quién podría haberle hecho eso al pobre chico.

El profesor Dumbledore salió del trance en el que las heridas del muchacho parecían haberle hecho caer y dijo dirigiéndose a los allí presentes:

-Por favor, dejadme solo con los señores Potter y Malfoy, deseo hablar con ellos.-todo el mundo salió, incluso los magos del Ministerio, sin preguntar siquiera.

Cuando todos se hubieron ido Falcore, que se había posado en el hombro de Harry, levantó el vuelo y posándose al lado de Draco empezó a llorar.

En cuanto las espesas lágrimas tocaban la piel herida esta se curaba por completo adquiriendo su aspecto normal, a los cinco minutos el chico se encontraba casi totalmente reestablecido y se sentó lentamente en la cama, algo más dispuesto a contestar las preguntas que tenía que hacerles a ambos el profesor Dumbledore.

-Bueno, me gustaría que ambos me contarais todo desde el principio.-dijo Dumbledore mirándolos con su habitual brillo amable en los ojos.

Los chicos se miraron algo nerviosos y empezaron a contar todo lo sucedido durante el viaje en el "Expreso de Hogwarts", Draco le contó lo mismo que a los chicos.

Harry acordándose de las advertencias de su padre y su tío omitió mencionar la carta, el Medallón, su encuentro con su tío en el Callejón Diagon y los demás acontecimientos relacionados con eso, lo mismo que el descubrimiento de que el anillo regalo su madre era el Anillo de Slytherin.

Cuando terminaron de contárselo el profesor asintió, y mirando un extraño reloj que sacó de entre su túnica les dijo:

-Aun hay cosas que no me coinciden en la historia, pero es muy tarde y mañana tenéis clase, así que, id a vuestras respectivas Casas y que durmáis bien. Tras decir esto último desapareció el gesto serio que había mantenido y les dirigió a los muchachos una tranquilizadora sonrisa.

Al salir los chicos suspiraron aliviados y después de unos momentos en silencio Draco le dijo a Harry:

-Mientes como un verdadero Slytherin, no se que haces en Griffindor.-dijo mientras estallaba en carcajadas a las que después de un momento se unió Harry.

Cuando cesaron sus risas nuestros amigos se dieron cuenta de que no tenían ni idea de la contraseña.

-Me parece que hoy vamos a dormir en las escaleras- dijo Harry tratando de contener el ataque de risa que amenazaba con repetirse al imaginarse la escena.-bueno, esperemos que alguien nos este esperando. Hasta mañana.- dijo Harry al llegar al pasillo que separaba sus caminos.

Cuando llegó al retrato de la señora Gorda y esta le pidió la contraseña Harry quedó silencioso durante un segundo pensando en que esa noche en verdad iba a dormir en las escaleras como un perro abandonado. Este pensamiento empezaba a preocuparle cuando de repente el cuadro se levantó bruscamente y Harry vio frente a él a su amigo Ron.

Al parecer los chicos que se habían visto enzarzados en la pelea le habían estado esperando y por ello cuando entró en la sala se encontró a todo el quinto curso de Gryffindor despierto en la sala común esperando una respuesta.
-¡Harry! ¡Por fin! Empezábamos a preocuparnos por si Dumbledore le hacía caso a Snape y te expulsaban.- dijo Seamus Finnigan

-No, Seamus, sólo quería saber toda la historia, a vosotros os lo a contado Ron, ¿¿verdad??- dijo Harry con la esperanza de librarse de otro interrogatorio.

-Si, ya nos lo ha contado.-dijo débilmente Neville.

-¡¡¡¡Mirad la hora que es!!!!- Dijo Hermione poniéndose histérica.-Mañana tenemos clase, así que es mejor que nos vayamos todos a dormir.-dijo mientras se levantaba y empezaba a empujar a todos en dirección a las escaleras.

Aparte de ella nadie quería irse todavía a dormir. En el dormitorio de los chicos todos empezaron a cambiarse hablando de todo lo sucedido. Ya pasaban de las dos de la madrugada cuando al fin dejaron de hablar y se quedaron dormidos.