7. Preparativos y Sorpresas I.

A la mañana siguiente Harry fue el primero en despertar y se dio cuenta de que ya era bastante tarde. Se levantó de un salto y empezó a despertar a sus compañeros. Cuando por fin estaban todos vestidos y listos el mismo pensamiento les entró a todos: ¡¡¡¡Llegaban tarde a clase el primer día!!!!

Al bajar a la Sala Común los chicos vieron que estaba desierta, las chicas o seguían dormidas o ya estaban en clase. Ese punto fue pronto aclarado por Dean Thomas al ver sobre una de las mesas unos papeles.

Cuando se acercaron se dieron cuenta de que eran sus horarios, al parecer las chicas si que habían despertado a tiempo y les habían dejado sus horarios, para que al verlos supieran que su muerte estaba próxima, pues cuando Ron tomó una de las hojas y la miró se puso pálido en extremo y dijo con voz temblorosa mirando a sus compañeros:

-Llegamos tarde a Pociones, Snape nos mata-inmediatamente salieron corriendo hacia las mazmorras.

Corrían todo lo que podían, cuando ya estaban cerca de la clase chocaron con otro grupo que salía de un hueco en la pared, se sorprendieron bastante al darse cuenta de que eran Draco Malfoy y los Slytherin de quinto año, al parecer también ellos se habían dormido.

Todos los chicos se quedaron totalmente confusos cuando llegaron a la clase y en lugar del habitualmente cruel y déspota Severus Snape encontraron al afable y alegre Albus Dumbledore.

Cuando el director sintió entrar al nutrido grupo de estudiantes levantó la cabeza y les lanzó una divertida mirada.

-Hoy no recibiréis castigo ni se bajaran puntos a vuestras casas, pero espero que esto no se vuelva a repetir.-dijo el profesor Dumbledore con un tono de voz que delataba su diversión ante la visión de los ocho muchachos cabizbajos y somnolientos.-Ahora sentaos y preguntad a vuestras compañeras lo que estábamos haciendo.

Cuando la clase terminó los chicos salieron rápidamente y cuando llegaron a la altura de las puertas del castillo se pararon y empezaron a hablar sobre la ausencia del profesor Snape, la profesora McGonagall que pasaba por el piso superior se quedó impresionada por la camaradería que mostraban los chicos. Al parecer la pelea del día anterior había hecho que Gryffindor y Slytherin se unieran, eso y la amistad de Harry y Draco.

-¿Dónde estará Snape? -dijo Ron intrigado- Esto es raro...

-Seguro que después de lo de ayer está con los Mortífagos, ¿visteis como nos miraba?- dijo Draco con un escalofrío.

-Si, como si lamentara que hubieran fallado...-confirmó Harry- pero eso no es para preocuparse, a mi siempre me ha mirado así y nunca ha intentado matarme, creo.

-Vámonos o no llegaremos a Historia de las Artes Oscuras y no quiero llegar tarde el primer día como vosotros.- dijo Hermione mordazmente mirando a los chicos del grupo que enseguida se sonrojaron provocando que las chicas prorrumpieran en carcajadas.

-Si, tiene razón, nosotros llegaremos tarde a Herbología y con lo bien que le caemos a Sprout es capaz de dejarnos sin puntos el primer día- dijo Pansy Parkinson llevándose a los Slytherin hacia las grandes puertas-. Adiós.

Mientras los Slytherin se iban los Gryffindor se dirigieron hacia el 2º piso pues allí se encontraba la clase. Al entrar se dieron cuenta de que el profesor aun no había llegado. Pocos minutos después entraba en el aula un hombre alto de pelo negro y rostro amable. Cuando llegó a la mesa se volvió hacia los alumnos y se presentó:

-Bueno, como ayer por las circunstancias no pudieron conocerme me voy a presentar. Mi nombre es Vincent Backwell y voy a darles la clase de Historia de las Artes Oscuras, materia que el profesor Dumbledore a creído oportuno añadir a su programa- su voz era seria pero una sonrisa suavizaba sus facciones al hablar.

Tras esto se sentó tras su mesa con los ojos de todos los chicos clavados en él. Algo en el profesor Backwell le daba un aire bastante extraño; tal vez fueran sus ojos, que parecían haber hipnotizado a los jóvenes, que eran de un claro gris, casi blanco y daban la escalofriante impresión de que sólo había un pequeño punto negro en todo el globo ocular. Cuando se dio cuenta de la atención que recibía por parte de sus alumnos preguntó amablemente:

-¿Tenéis alguna pregunta?-ante esto la mano de Hermione se alzó en un instante, parecía que se le iba a salir el brazo del sitio de lo alzada que la tenía.-Si, señorita...

-Granger, profesor. Quería saber de que va ha tratar la clase, puesto que nunca la habíamos tenido antes y no sabemos de lo que va tratar...

-Claro, no hay problema. En esta clase vamos a estudiar el avance de las Ates Oscuras desde su inicio hasta nuestros días. Conoceremos a los más famosos magos tenebrosos y a sus mayores enemigos, a los más renombrados de los que luchaban contra ellos. Espero haber aclarado bastante este punto. ¿Alguna otra pregunta? - al mirar a su alrededor y no ver ninguna mano levantada abrió el libro y empezó la clase, pese a ser muy parecida a la del profesor Binns no resultaba en modo alguno aburrida, el profesor Backwell hacía que fuese muy entretenida.

Al salir de la clase todos eran de la opinión de que después de las del profesor Lupin era la mejor clase que habían tenido, con excepción de Parvati y Lavender que creían que las mejores eran las de adivinación. Cuando llegaron al Gran comedor todos estaban allí.

El resto del día pasó sin más incidentes. Las clases de duelo no comenzaban hasta la segunda semana de clases así que todos tenían una hora libre, que para desagrado de Ron y felicidad de Hermione, Harry pasaba en la biblioteca si bien no decía lo que estaba haciendo. Para sorpresa de sus amigos y profesores empezaba a responder tanto o más que Hermione, que parecía estar un poco celosa, pero se alegraba por su amigo.

Los días que faltaban para la primera clase de Duelo pasaron rápidamente para los chicos a los que todos los profesores mandaban un gran número de deberes para hacer. Cuando entraron en el aula vieron que estaba colocada de manera muy parecida a el Gran Comedor en segundo año cuando se hizo un club de duelo. El profesor estaba colocando algunas sillas que parecían haber sufrido los efectos de la clase anterior, era la última hora del miércoles y los Gryffindor de 5º año habían oído todo tipo de cosas sobre la clase; algunos decían que era genial, que el profesor se sabía todas las maldiciones y hechizos útiles para duelos, otros decían que la clase era durísima y que no la aguantarían mucho el ritmo del profesor; los alumnos no se lograban poner de acuerdo para decir si el profesor era bueno o malo, solo sabía que era muy duro y sus clases intensivas.

Los chicos se sentaron y esperaron a que llegaran sus compañeros de Ravenclaw. Llevaban casi diez minutos esperando cuando en lugar de los Ravenclaw entraron los Slytherin con Draco Malfoy a la cabeza.

-Señores, ¿qué hacen aquí? No tienen clase conmigo- dijo el profesor con un asomo de enfado en la voz.

-Ha habido una equivocación, profesor, han puesto a los Ravenclaw en dos clases a la misma hora y a nosotros en ninguna, el profesor Dumbledore se acaba de dar cuenta y nos a mandado a esta clase- explicó Millicent Bulstrode jadeando por la carrera hasta el aula.

-Esta bien, pasen y siéntense de una vez.

En cuanto el profesor dijo esto Harry le hizo una seña a Draco para que se sentara cerca de ellos. El chico se sentó en uno de los pupitres de detrás de los tres amigos acompañado por Crabe y Goyle. Hermione se mostró muy poco amigable ya que aun no confiaba en el rubio de Slytherin a pesar de que este había dado muestras de estar realmente arrepentido de todos los insultos y hechizos que había lanzado contra ella a lo largo de los años.

Después de que todos se acomodaran en alguna mesa el profesor se levantó y con voz ronca y malhumorada se presentó a los que a partir de ese momento serían sus alumnos: -Mi nombre es James Arlet, para ustedes Profesor Arlet. No acepto inútiles en mis clases. No quiero conversaciones y exigiré que los trabajos que mande se me entreguen o suspenderán el curso.

Todos se quedaron helados ante el tono del profesor. Parecía peor que Snape en uno de sus peores días. Pero ahí no acabó la tortura, el profesor era MUY estricto y parecía odiar a todos los alumnos sin distinción de Casa o apellido.

Cuando por fin terminó la clase todos los chicos salían del aula completamente agotados y desmoralizados, entre todos habían perdido casi 80 puntos. Mientras se dirigían al Gran Comedor se cruzaron a varios grupitos de Slytherin que lanzaron miradas no sólo desaprobadoras a sus compañeros si no de intenso odio. Harry al advertir eso les preguntó que pasaba. Y Draco le contestó:

-La mayoría de nuestra Casa no nos creyó y nos odian porque muchos son hijos de Mortífagos, como nosotros, y no ven bien lo que hicimos. Sobre todo que los demás se hayan puesto de mi parte...-dijo el rubio Slytherin mirando a sus compañeros con agradecimiento en los ojos.

-¿No tenéis miedo de que os echen algo en la comida?- dijo Neville mirándolos asustado.

-Un poco la verdad, por eso llevamos varios días casi sin comer...- dijo Blaise Zabini.

-si queréis podéis comer con nosotros en nuestra mesa-ofreció Harry a sus nuevos amigos-. No creo que nadie se oponga. Después de contarles todo lo sucedido casi aceptarían que durmierais en la Torre de Gryffindor...-acabó con una sonrisa bastante sospechosa.

Cuando entraron en el Comedor para cenar todos estaban ya allí. Antes de sentarse Harry se acercó a la mesa y preguntó a todos si podían sentarse los Slytherin allí, nadie más se enteró de lo que estaban hablando los Gryffindor, todos asintieron en señal de acuerdo. Entonces Harry volvió con los otros chicos y les dijo que podían. Ante el asombro de casi todos los estudiantes y profesores y la indignación general de la mayoría de los Slytherin por primera vez en la Historia de Hogwarts un grupo de chicos comía n la mesa de otra Casa y nada menos que un grupo de la Casa de la Serpiente de Plata en la mesa de la Casa del León de Oro.

En la mesa de los profesores Snape parecía a punto de explotar e ir a matar a sus estudiantes por su atrevimiento. La profesora McGonagall estaba tan estupefacta que parecía que había entrado en trance. El Director miraba al grupo e amigos con una sonrisa en los labios que provocaba que su largo bigote blanco temblara débilmente. Godric Gryffindor y Salazar Slytherin aplaudían alegremente la osadía de los jóvenes ante la mirada atónita de algunos profesores y la severa de Rowena Ravenclaw, a la que parecía no hacerle demasiada gracia la manera en que sus amigos demostraban su aprobación a los chicos.

La cena fue la más entretenida que se recordaba en la mesa de Gryffindor ya que todos habían aceptado con alegría el cambio de bando aparente de los Slytherin y todos se entretenían con las historias que los demás contaban. Pese a esto Harry no dejó de darse cuenta que los gemelos Weasley y un grupo de los de séptimo año cuchicheaban entre ellos en total secreto. Su intriga creció cuando Katie Bell miró hacia él y asintió.

Al salir del Gran Comedor el chico de ojos verdes sintió como le tiraban de un brazo y al mirar hacia atrás se dio cuenta de que era Fred Weasley que le hizo una seña para que le acompañara. Después de despedirse de sus amigos que lo miraron algo extrañados siguió al joven hasta un aula vacía donde se encontraban el resto de los de último año reunidos. Allí Harry se enteró de que era lo que estaban tramando durante la cena. Angelina Johnson fue la encargada de contárselo.

-Harry como tú bien sabes este es nuestro último año en Hogwarts y queríamos celebrar un baile de disfraces en Halloween organizado por nosotros con algo de ayuda, si conseguimos que alguien nos ayude... Pero antes de pedir a nadie que coopere para realizar nuestra idea tenemos que conseguir permiso para hacerlo y pensamos que el más indicado para hacerlo serías tú ya que conoces mejor que ningún otro alumno al profesor Dumbledore... -dijo Angelina mirándolo con expresión suplicante en los ojos.

-Me parece buena idea y os ayudaré con el profesor, pero con una condición...-dijo ante la propuesta de los chicos mayores.

-¿Cuál? ¿Cuál?-dijeron a la vez Fred, George y Lee Jordan.

-Que me dejéis participar en la organización.-aclaró con una sonrisa.

-Claro, no hay problema. ¿Conoces a alguien más que quiera participar y mantenga el secreto?

-Puede que los todos los de mi curso de Gryffindor se apunten y muy probablemente también los de Slytherin. Si no os molesta que ellos participen...

-No, no nos molesta para nada, parece que han cambiado mucho...

-Es la primera vez que un Malfoy se junta con alguien de Gryffindor...

-Y que pide disculpas...

-Tenéis toda la razón. Ahora me tengo que ir, pero en cuanto pueda hablaré con el Director. Por cierto, ¿cuándo empezamos a entrenar?

-Pues eso debería decidirlo el Capitán.- dijo George con una sonrisa que preocupó bastante a Harry.

-¿Quién es el nuevo? A mi no me habíais dicho nada...

-No te dijimos quien era porque fue elegido por mayoría absoluta...

-Si, pero quién es-dijo el chico empezando a impacientarse por los juegos de sus compañeros de equipo.

-La verdad, Harry, es que eres tú.- dijo Alicia Spinnet con una sonrisa.

-¿¡¿¡¿¡QUÉ!?!?!?-gritó atónito el nuevo Capitán de Gryffindor.

-Pues eso, todos decidimos que eras el mejor para el puesto. Así que, ¿Cuándo empezamos a entrenar, jefe?-dijo uno de los gemelos entre las risas de los demás al ver la expresión que se le había quedado a Harry.

-Pues... Primero habrá que encontrar un nuevo Guardián...¿Qué os parece si hacemos un equipo completo de reserva? Así el año que viene no tendré que volver a buscar a todos...

-Genial.

-Adiós, chicos. Me esperan.- dijo mientras salía de la sala y se dirigía hacia la Torre de Gryffindor.

A mitad del camino se encontró con Albus Dumbledore que iba acompañado de los Fundadores del colegio. Este le saludó cordialmente y Harry aprovechó para preguntarle si podía ir a preguntarle una cosa al día siguiente. El profesor algo extrañado y preocupado le pregunta.

-¿tiene algo que ver con los sucesos del año pasado, Harry?

-Para nada, profesor. No se preocupe...

-Muy bien-dio el aludido con una ligera sonrisa-. La nueva contraseña es "chicles de sandía" . Te espero después de las clases.

Cuando entró en la Sala Común vio que Ron y Hermione estaban sentados frente a la chimenea y bastante alejados de todos los demás. Al verlo llegar le hicieron una seña para que se acercara. En cuanto se sentó Ron preguntó:

-¿Para que te querían mis hermanos?

-Para nada importante, sólo querían avisarme de que me eligieron Capitán del equipo. Nada más que eso- dijo él pensando que en realidad no estaba mintiendo a su amigo, sólo le estaba ocultando una parte de la conversación...

-Eso podrían habértelo dicho delante nuestra. No hacía falta llevarte aparte...- dijo la chica mirándolo con suspicacia.

El joven Gryffindor empezaba a ponerse nervioso, sabía por experiencia que era muy difícil engañar a su amiga.

-¡Oh!! Vamos, Hermione! Tú sabes como son mis hermanos de exagerados...

--Si, bueno... Tienes razón...

Estuvieron varias horas hablando y haciendo los deberes hasta que todos los de su curso fuero a Astronomía. Tras acabar la clase y separarse de los Ravenclaw con los que compartían la materia se dirigieron a sus habitaciones totalmente agotados.

Cuando se durmió Harry tuvo un extraño sueño. Se encontraba en una mansión a la que llegaba el rumor del mar. En una de las mazmorras de la mansión tres personas discutían o más bien una de ellas hablaba y las otras dos asentían de vez en cuando. Algo de lo que la figura más alta, probablemente Voldemort, decía le llamó la atención.

-Entrarás en el colegio y le darás esta poción a nuestro espía el sabrá que hacer con ella.-dijo entregándole al más bajo de los tres un pequeño frasco con una poción de un color difícil de confundir-. Si se toma esta pequeña joya de las Artes Oscuras se estará a merced de la persona que halla dado su sangre para la preparación. Muy pronto tu hijo aprenderá que la traición se paga, Lucius.

Tras esto emitió una carcajada tan tenebrosa que hizo que el chico que estaba de espectador silencioso sintiera un escalofrío antes de despertar en su cama en la Torre de Gryffindor. Alarmado despertó a Ron y ambos bajaron a la Sala Común con la capa invisible. Una vez allí el chico de ojos verdes se puso la capa y le dijo al pelirrojo.

-Espera aquí, Ron, Voy a buscar a Hermione...

Subió las escaleras que se dirigían a las habitaciones de las chicas; en el último rellano se encontró con que las escaleras acababan ahí y no había ninguna puerta. Había tres tapices y una mullida alfombra. En ese momento se dio cuenta y levantó la alfombra y allí se encontró una trampilla en la que había una inscripción que ponía Primer año. Siguió el mismo proceso con los tapices y encontró las habitaciones de 2º, 3º y 4º años, pero de las demás no había ni rastro. Después de un rato pensando donde estarían se recostó en el suelo y dijo para sí "paranoicos" mientras estaba sumido en sus pensamientos dirigió su vista hacia el techo y se fijo en que allí había una trampilla redonda muy bien disimulada. Cogió la varita y con un sutil movimiento logró abrirla. Al moverse la pequeña portezuela de madera bajo una escalerilla de oro con una preciosa decoración en plata, era verdaderamente espectacular, o al menos eso fue lo que pensó Harry.

En el rellano del piso más alto estaban las tres puertas correspondientes a los cursos superiores de la Casa Gryffindor. Entró en la que ponía Quinto Año y se encontró en una habitación parecida a la suya pero en esta había unos grandes ventanales que daban a la Torre Este, en la que se encontraban las habitaciones del director. Era una vista preciosa ya que la torre se veía totalmente iluminada contra el oscuro cielo nocturno en el que sólo había una miríada de estrellas. Un movimiento lo sacó de sus pensamientos haciendo que se diera cuenta de que si las chicas despertaban y lo encontraban ahí lo menos peligroso era la reacción de McGonagall...

Se acercó a la cama más cercana, en la que seguramente dormía Hermione, y abrió lentamente las cortinas de seda roja que la cubrían y como había pensado allí se encontraba dormida su amiga y compañera. Harry quedó desconectado un minuto mientras miraba a Hermione, pensando en lo bonita que se veía dormida. Mientras sus pensamientos vagaban se sobresaltó al darse cuenta de que la chica se estaba despertando y que seguramente gritaría al encontrarlo al lado de su cama despertando a todas las demás.

Antes de que despertara del todo se echó hacia delante poniéndole una mano en la boca a la joven que despertó inmediatamente y se sobresaltó al ver al chico casi sobre ella aunque le divirtió sobremanera lo sonrojado que estaba el pobre...

De repente se dio cuenta de que era más de media noche y que su amigo tenía prohibida la entrada en las habitaciones de las chicas, justo donde se encontraba en esos momentos.

-¿¿¿¿Harry, qué haces aquí???? ¡¡¡¡Esta es la habitación de las chicas!!!! ¡¡¡¡Tú no puedes entrar aquí!!!!-dijo Hermione sumamente sorprendida. De pronto se llevó una mano a la boca, parecía que se había dado cuenta de que algo grave había pasado. Tal vez debido a la mirada que le estaba lanzando el chico de los ojos verdes...

-Vamos a la Sala y te lo cuento. Ron nos esta esperando allí.- dijo Harry con un susurro apenas audible.

Se levantó y poniéndose una bata encima de su camisón siguió al joven hacia la Sala Común de la Casa Gryffindor, donde los esperaba impaciente su otro mejor amigo, el pelirrojo Ron Weasley que en esos momentos les enviaba una mirada enojada desde un sillón cerca del fuego y tenía el ceño fruncido cosa que mostraba claramente su enfado.

-Habéis tardado mucho. ¿Qué estabais haciendo?-preguntó con enfado.

-Nada, es que no encontraba la entrada...- dijo el interpelado sonrojándose levemente ante la mirada de incredulidad del otro- Es verdad, tu no sabes lo paranoicos que están los profesores, fue dificilísimo de encontrar- se defendió.

-No será para tanto, tardaste casi tres cuartos de hora...

-¡¡Vaya!! Si que tardaste poco. Dicen que el chico que menos tardó en encontrar las entradas sin indicaciones tardó más de dos horas...- dijo la chica admirada por la astucia de su amigo-. Es verdad- dijo azorada ante las miradas desconfiadas de sus compañeros.

-Bueno, Harry, a lo que íbamos... ¿Qué fue lo que pasó para que nos hicieras levantarnos a las... 3 DE LA MAÑANA?-dijo el pecoso mirando alarmado a su amigo y al reloj alternativamente. El moreno les contó con todos los detalles su sueño con Voldemort, Lucius Malfoy y Colagusano.

-¡¡¡¡Hay que avisar a Draco, al Profesor Dumbledore, a la Profesora McGonagall, a... a... a alguien!!!! ¿Por qué no os movéis? ¿No veis que es grave?

-Tranquilízate, Hermione. No ha sido más que un sueño...-dijo despreocupado el joven Weasley mientras reprimía un bostezo.

-¡¡¡¡¡¡¡RON!!!!!!! Tu sabes lo que pasó la última vez que Harry soñó con Quien-tú-sabes- dijo su amiga al borde de la histeria con los ojos llenos de lágrima a punto de ser derramadas- Debemos avisar de lo que ha soñado Harry aunque sólo sea a Sirius... Por lo que nos has contado esa poción podría hacer estragos en el colegio... Imagínate que se la dan al director y queda sometido a la voluntad del Innombrable... -dijo estremeciéndose ante la imagen que ella misma estaba presentando a sus amigos.

-Sé que tienes razón, pero prefiero que investiguemos nosotros mismos. Si avisamos, teniendo en cuenta que hay un espía en Hogwarts, Voldemort podría enterarse y cambiar de planes y entonces estaríamos totalmente perdidos porque no creo que nos volviéramos a enterar de ellos como ahora.-dijo Harry extremadamente preocupado.

En ese momento para asombro de Hermione entró Falcore de la zona de los dormitorios de los varones. Al parecer había sentido la tristeza y preocupación de su dueño y había bajado a consolarlo. Al llegar a la altura de los chicos se posó en la rodilla de Harry y se puso a cantar una preciosa melodía que transmitía una tranquilidad sobrehumana. Mientras tanto Hermione, que estaba sentada al lado del chico en el sofá se quedó boquiabierta mirando al maravilloso pájaro que tenía al lado. Cuando por fin pudo dominar su voz logró articular una pregunta:

-¿Eso... eso es... eso es un fénix?

-Si, me lo regaló el profesor Dumbledore. Pero aun no ha visto lo más raro...-dijo a su amiga y luego mirando al fénix dijo ante la extrañeza de su amiga- Falcore, por favor, ¿podrías recuperar tus verdaderos colores?

A los pocos segundos ante ellos se encontraba un espectacular ave de color blanco con brillos plateados en sus plumas. Ante este espectáculo la joven dejó escapar una exclamación ahogada por la hermosura y rareza de animal, que la miraba con un brillo extraño en los ojos. Cómo si lo supiera todo de ella.

-Pero los fénix son rojo y dorados... ¿Por qué me mira así?-dijo ella empezando a asustarse por el escrutinio al que estaba siendo sometida por la nueva mascota de su amigo.

-Si, pero Falcore es un fénix de hielo. Nadie lo sabe, así que no digas nada a nadie.

-Nunca había oído hablar de esos fénix ni los he visto mencionar en ningún libro...

-Arriba tengo uno que trata exclusivamente de ellos, si quieres te lo presto.

Siguieron hablando durante un rato hasta que los tres se quedaron dormidos en la Sala Común. Fueron despertados por las risitas de algunos Gryffindor madrugadores que al bajar para ir a desayunar se encontraron a los tres amigos en una posición bastante comprometedora. Ron se encontraba durmiendo cabeza abajo en uno de los sillones cerca de la chimenea con el pulgar en la boca. Harry y Hermione se encontraban en un sofá cercano; la cabeza de la chica reposaba en el pecho de su amigo mientras este la tenía abrazada protectoramente. Al despertar y ver esto el pelirrojo soltó una carcajada capaz de despertar a toda la torre y que hizo que sus amigos despertaran sobresaltados de su agradable sueño. Inmediatamente se dieron cuenta de porque se reía de esa manera su amigo y se sonrojaron en extremo mientras apartaban a mirada y cambiaban de posición a toda velocidad.

Los tres subieron a cambiarse entre las risas de sus compañeros, que también los acompañaron durante su camino hacia el Gran Comedor. Lo más divertido, para los demás, fue cuando poco después de sentarse en la mesa de su Casa llegaron sus amigos de Slytherin a colocarse junto a ellos y Neville les contó la manera en que encontraron a los tres dormidos. De repente todo el comedor quedó en silencio ante el escandaloso ataque de risa que le había entrado a Draco Malfoy. El rubio de Slytherin apenas podía respirar y mucho menos hablar al imaginarse la imagen que le estaban presentando los chicos. El asombro general creció cuando a él se unió Ronald Weasley, al que poco después siguieron todos lo demás chicos de 5º de las dos Casas, incluidos los dos protagonistas...

-Venga, dejad de reíros y acabad de desayunar o llegaremos tarde a Cuidado de Criaturas Mágicas...
Siento el retraso, pero he tenido una pésima racha: perdí el borrador, tuve un accidente, estuve en el hospital, suspendí, me castigaron... En definitiva, un encanto de temporada. Como además este capítulo se me está saliendo de madre he tenido que dividirlo en dos (otra vez). La continuación llegará en pocos días, lo prometo. Muchas gracias a los que me dejaron Review, vosotros si que sois un encanto y a los que lo leyeron y no lo dejaron, pues espero que os gustara y que seáis buenos y amables y la próxima vez si me dejéis uno (Dydrex pone cara de perro abandonado).