- - ( Reconcili@ciones ) - -
Se despertó que sería ya cerca de mediodía. La señora Pomfrey le dijo que era normal que durmiera tanto, pues el Nah-rash había absorbido gran parte de su energía vital y ahora ella necesitaba descansar para recuperarse. Tal vez el vampiro había robado parte de su alma, pero por primera vez se daba cuenta de que su protector le había robado algo mucho más importante: su corazón. Sonaba muy cursi admitir algo así, pero empezaba a sentir los típicos síntomas del enamoramiento. Mariposas en el estómago, aceleración del pulso, suspiros incontrolados, temblor en la voz y, sobre todo, un gran vacío justo ahí dónde debería estar el corazón. Nada. No estaba. Había desaparecido.
El problema era, ¿quién lo había robado? Le había estado dando vueltas al asunto y barajando varias probabilidades, pero... Sabía que conocía a su salvador, por supuesto. La sensación de déjà vu regresaba cada vez que estaba junto a él, pero aún así...
Había tomado una decisión. En realidad, hacía tiempo que la había tomado aunque ella no fuera consciente. Le daba igual quién estuviera detrás de los misteriosos ropajes negros. Le daba igual si era Harry o si era Kenneth, el pardillo de Ravenclaw. Estaba enamorada de él.
De repente, en medio de la tranquilidad de una tarde de viernes, la puerta de la enfermería se abrió y apareció la persona que menos esperaba ver: Draco Malfoy.
-Ah, hola Weasley. ¿Haciéndote notar, como de costumbre?
¿Siempre tenía que ser tan mordaz?
-Hola –no tenía ganas de discutir con él.- ¿Has venido a ver a la señora Pomfrey?
-No, tenía unas ganas irresistibles de verte, así que he decidido saltarme la clase que más me gusta, Pociones, para visitar a la pobretona Weasley a la enfermería, porque un monstruo muy malvado la atacó ayer y ahora se encuentra mal –la miró, despectivo.- ¿Qué esperabas?
Ginny le dirigió una mirada triste:
-Un poco menos de prepotencia y un poco más de simpatía, tal vez –dijo, casi en un susurro. Él no pudo oírla.
-¿Qué?
-La señora Pomfrey está en su despacho- suspiró.
Él fue hasta la puerta del despacho y alzó la mano derecha para picar, pero en el último momento se giró de nuevo hacia Ginny, mostrándole la otra mano. Estaba roja y llena de sarpullidos. Sin perder su tono arrogante, dijo:
-Y dale las gracias de mi parte a tu amigo Longbottom-el-patoso por cagarla en la poción de piel de piedra.
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Tuvo que dejar de correr cuando llegó a la biblioteca. La señora Pince no se lo hubiera tomado muy bien, que digamos. Buscó con la mirada dónde estaba la sección de Arte Muggle y se encaminó hacia allí tan rápido como pudo. Tenía que encontrar qué significaba aquello.
Después de Pociones, la última clase del día, Dean había ido como de costumbre al aula de dibujo. No era exactamente un aula. En realidad, era un antiguo invernadero que se le había quedado pequeño a la profesora Sprout y había acabado por abandonar, sustituyéndolo por otro más grande. Pero era un sitio muy bonito y agradable, por lo que se había habilitado y se le había dado un nuevo uso. Ahora era una especie de "taller de artistas", donde los alumnos iban a dibujar, pintar, trabajar el barro, hacer esculturas... manualidades.
Llegó a la sección que buscaba. Bien. Empezó a revisar los estantes:
Arquitectura, pintura, artes plásticas, música... Museos.
Al llegar a la mesa donde solía sentarse, frente a unos ventanales que daban al Bosque Prohibido, algo le llamó la atención. Alguien había dejado una acuarela pintada sobre una hoja de cuaderno. Juraría que del cuaderno de Mandy, para ser más exactos.
British Museum, Museo del Prado, MOMA, Guggenheim, Musei Vaticani... Musée du Louvre.
La acuarela representaba una gran pirámide de cristal, rodeada de otras tres mucho más pequeñas. De fondo, un palacio en el más puro estilo de Versalles. Una inscripción en la parte inferior completaba el cuadro:
"Pabellón Denon. Planta baja. Sala de Esculturas Italianas siglos XVI-XIX. Entrando a mano izquierda."
Una sonrisa surcó su rostro. Estaba muy claro cuál era la única escultura que estaba entrando a mano izquierda: "Eros y Psique", abrazados y a punto de besarse.
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-Padma, ¿tienes un momento?
Volvía a su Sala Común. Decidió que podía perder unos minutos. Asintió.
-Te alcanzo enseguida, Mandy, ahora vengo.
-Nos vemos –se despidió la aludida.- Hasta luego, Harry.
Padma se encaró hacia el recién llegado.
-¿De qué se trata?
Él parecía algo incómodo. Entre molesto y azorado.
-Creo que es obvio de qué se trata.
Ella lo miró, interrogante. Levantó una ceja. Harry empezó a andar, sin mirarla, hacia alguno de los laberínticos pasillos del colegio. Al fin, cuando estuvieron a solas, respondió la muda pregunta de ella.
-¿A qué creías que estábamos jugando anoche?
Ella sonrió.
-¿Lo pasaste bien?
-¡No! –casi gritó.- Perdona. No, no lo pasé bien. Se suponía que iba a evitar que te metieras en problemas, no a ayudarte a colarte en Slytherin.
-Vamos, Harry –seguía sonriendo con condescendencia. ¿Por qué no se había fijado antes en lo guapa que era?- ¡fue emocionante!
-¡Malfoy estuvo a punto de pillarnos! ¿Sabes lo cerca que estuvimos de la expulsión?
-Pero no pasó nada, ¿no?
-No tenías suficiente con entrar en la Sala Común o tirar esa silla al suelo, ¡tenías que empujar a Malfoy!
-¿No fue divertida su cara de sorpresa?
-Malfoy ya sospechaba que yo tenía una capa de invisibilidad. ¡Seguro que le ha faltado tiempo para contarle a Snape que ayer estuve en su Sala Común!
Ella se encogió de hombros, indiferente. Estaba divertido, Harry, tan preocupado. Divertido y atractivo.
-Pues les dices que me dejaste la capa a mí y que no sabes nada. Yo verificaré tu historia.
Harry, impotente ante la actitud de la Ravenclaw, la cogió por los brazos y la zarandeó con fuerza.
-Pero, ¿¡no te das cuenta de lo que esto significa!?
Oh. Y preocupado por ella, además. Perdió la sonrisa de suficiencia y lo miró con seriedad, con sinceridad.
-Lo siento. Asumo toda responsabilidad de mis actos.
Harry la miraba, como hipnotizado. ¿Por qué no reaccionaba?
-Yo también.
Y la besó.
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-Me da igual lo que opines, Neville, voy a sentarme a tu lado y quiero hablar contigo.
-¿Necesitas los deberes de Herbo?
-¡Déjalo ya! ¡Estoy harta! No quiero tus deberes, Neville –Parvati lo señaló con un dedo en el pecho. Realmente parecía furiosa.- Quiero–hablar–contigo.
Él aguardó, serio.
-Muy bien. Lo reconozco. Soy una estúpida.
La alarma apareció en los ojos de Neville. No esperaba aquello.
-Siempre te he tratado fatal, me he aprovechado de tu bondad y te he usado para mis propósitos. Y, para colmo, me reí de ti cuando me pediste que saliéramos juntos.
Asintió, porque era lo único que podía hacer. Se había quedado mudo.
-No tengo perdón. Sé que no lo merezco, lo sé. Pero no aguanto más.
Por fin, cuando parecía que había recuperado la palabra e iba a quitarle importancia al asunto, ella levantó la mano, pidiéndole que la dejara acabar.
-Me he dado cuenta de lo importante que es tu amistad para mí. No he sabido valorar nuestra relación hasta que tu no me has dado la espalda. Supongo que estaba demasiado segura de que eso no iba a ocurrir y... –se interrumpió, buscando las palabras adecuadas. Bajó los ojos y, cuando volvió a mirarle, había desaparecido todo rastro de furia y ya solo quedaba ternura.- Suena un poco ridículo, pero no quiero perderte, Neville. ¿Aceptarás mis disculpas?
Era su turno. Esbozó una sonrisa:
-Claro. La verdad es que me sentía muy mal distanciándome de ti.
Parecía que le hubieran sacado un peso de encima.
-Gracias.
No pudo evitar echarse a los brazos de Neville y estrujarlo con fuerza. Él le palmeó la espalda torpemente, rojo de vergüenza.
-Vale, va... ya está, Parvati...
Ella se apartó, y lo miró con cariño.
-¿Puedo pedirte una cosa? -Parvati asintió.- Dile a Macmillan que te cuide.
-Oh, ¿Ernie? Me ha dejado.
-¿Por qué? –estaba realmente angustiado.
Ella se encogió de hombros, restándole importancia.
-Estaba celoso de ti.
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Durante las dos últimas horas, Gryffindors de distintos cursos habían empezado, jugado, ganado y perdido todas las partidas de ajedrez programadas para ese día. Todas menos una. Hermione y Ron seguían sentados, uno frente al otro, librando una batalla tan interna como externa. Prácticamente no quedaban piezas en el tablero, pero los dos reyes permanecían intactos, esperando contemplar la caída de su rival. Los demás participantes de la competición, así como algunos espectadores, se habían reunido alrededor de la mesa de la pareja. Connie, la sustituta de Lee Jordan desde que acabara Hogwarts el año anterior, comentaba las jugadas.
-Connie, ¿te importaría decirle a Hermione que ya lleva quince minutos decidiendo su próxima jugada?
-Herm...
-Lo he oído, gracias, Connie. Pero tu mejor que nadie, Ron, deberías saber que el ajedrez requiere su tiempo...
-¡Pero no el mío!
Sin levantar la vista del tablero, Hermione se decidió y escogió nueva posición para su alfil.
-Ya era hora –bufó Ron.
-¿Vas a seguir con tu actitud borde? –preguntó ella mientras el pelirrojo avanzaba la torre hasta su alfil y lo eliminaba del juego.
-¿Tanto rato pensando para esto, Hermione?
Pero el movimiento con la torre había dejado desprotegido al rey negro, y la reina blanca avanzó, implacable, hacia él.
-Jaque. Estás perdiendo facultades.
Ron entrecerró los ojos, mirando con rabia a su contrincante. Connie había dejado de comentar. Los demás observaban, aguantando la respiración. El aire podía cortarse con un cuchillo.
-¿¡Siempre tienes que hacerlo todo mejor que nadie!?
-¡Tan solo intento hacerlo lo mejor posible! ¿Preferirías que me dejara ganar para no mermar tu orgullo?
-¡Preferiría que no acapararas tanto!
-¡Oh! –se llevó las manos a la cabeza, apartándose el pelo de la cara.- ¡Vamos, Ronald Weasley! ¡Tú puedes hacerlo mejor que eso! Si estuvieras pensando en lugar de gruñir...
Pero Ron se cruzó de brazos, desvió la mirada y, de morros, se dedicó a contemplar el pavimento de la torre.
-¿Es que te vas a rendir sin siquiera intentarlo?
Él le dirigió una mirada de odio, chasqueó la lengua y, con despecho, colocó su propia reina entre la de Hermione y su rey. Luego se levantó y fue hacia las escaleras, dispuesto a irse a su habitación. Pero la voz de Connie lo entretuvo unos instantes:
-¿Lo dejamos en tablas? –miraba, divertida, el tablero. Ron no podía comprender dónde estaba la gracia, y menos las tablas. Estaba claro que Hermione había ganado esa partida y, por lo tanto, él estaba fuera del campeonato.
-Me parece bien –aceptó Hermione. Entonces se giró hacia Ron y él pudo ver como le miraba con una sonrisa en los labios. No de satisfacción, sino de reconciliación.
Frunció el ceño. Decidió regresar a la mesa. Cuando contempló el tablero por segunda vez, comprendió a Connie: con su último movimiento protegiendo al rey, había colocado la reina en posición de jaque al rey de Hermione. Al fin y al cabo, no había sido capaz de preverlo todo, y su imperfección animó a Ron.
La miró. Ella seguía sonriendo. La quería demasiado; tuvo que devolverle la sonrisa.
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Cena romántica... no creía estar de humor para una cena romántica. La segunda en tres días, y con dos chicos distintos. No, definitivamente no estaba de humor. Pero en realidad esa era la razón por la que iba a ir, no estaba de humor y Terence se había autoproclamado encargado de animarla. Una sonrisa tímida apareció en su cara. Terence era... tan tierno. La cuidaba tanto. Si Draco fuera la mitad de atento que él... Pero no, tenía que olvidar a Draco. Y la cena sería el primer paso.
Abrió el armario de su habitación por enésima vez, contemplando su amplio vestuario. Dudaba entre el vestido largo verde y el negro sin mangas. El verde Slytherin era muy apropiado, pero el negro le daba un toque de distinción y elegancia... se miró al espejo. Llevaba el oscuro pelo recogido en una cola alta, con algún mechón suelto cayéndole sobre los ojos. Se había quitado la corbata y desabrochado el primer botón de la camisa. Que, por cierto, llevaba despreocupadamente por encima de la falda del uniforme. No parecía la Pansy de siempre. Claro que era porque se iba a arreglar y...
Cerró el armario de un golpe. No tenía ganas de arreglarse, seguro que Terence lo comprendía. Por una noche, iba a dejar de lado la clase y el glamour.
Estaba sonriendo. Había conseguido que Pansy estuviera (mejor dicho, pareciera estar) feliz durante toda la cena. Tal vez la ambientación no era de cuento de hadas, pero estaban los dos solos. Tal vez ella no iba con un bonito vestido, pero sonreía. Tal vez él no era el chico con quién ella querría estar esa noche, pero era con quién estaba, y no lo estaba pasando mal.
-¿Sabes qué es lo que falta para completar la velada?
Pansy negó con la cabeza, Terence se levantó, fue hacia ella y le cogió la mano caballerosamente:
-¿Me permite este baile, señorita?
-¿Baile? Diría que falta...
-¿Música? –Terence gesticuló con su varita- ¡Voilà! –y retazos de Gone with the sin irrumpieron en la sala.
I love your skin oh so white
(adoro tu piel tan blanca)
I love your touch cold as ice
(adoro tu tacto frío como el hielo)
And I love every single tear you cry
(y adoro cada una de las lágrimas que derramas)
Pansy aceptó la invitación y, en silencio, dejó que Terence guiara sus pasos al ritmo que marcaba His Infernal Majesty.
Ohohohohoh my Baby,
How beautiful you are
(que preciosa eres)
Ohohohohoh my Darling,
Completely torn apart
(completamente destrozada)
Él se agachó un poco, lo justo para rozar la oreja de Pansy con sus labios.
-Tengo que confesarte algo –susurró.
-Adelante, estoy preparada para lo que sea. Además, tengo donde sostenerme.
Terence dibujó media sonrisa en su rostro y, con las manos en la cintura de ella, la acercó un poco más a él para sostenerla mejor. Un escalofrío recorrió la espalda de la chica.
-Estoy loco por ti.
Y, durante el segundo libre que tuvo antes de que Terence sellara sus labios con los de ella y el mundo dejara de existir, comprendió que Draco nunca había dejado de ser su amor platónico, pero, tal vez, la persona que realmente quería, la persona con la que estaba dispuesta a compartir algo más que ese beso, era Terence.
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La despertó un golpe de aire. ¿Dónde estaba? Ah, sí, en la enfermería. Recuperándose. Y el aire, ¿de dónde venía? Oh, vaya. La señora Pomfrey se había dejado la ventana abierta. El verano estaba cerca, pero aún refrescaba. Se levantó, medio dormida, cuando un presentimiento le hizo coger la varita, por si las moscas.
Había un par de camas antes de llegar a la ventana, de modo que no vio la sombra oculta entre ellas. Hasta que cerró la ventana y se giró, y entonces ya fue demasiado tarde.
Por segunda noche consecutiva, la negra figura del Nah-rash, con sus largos colmillos blancos, se abalanzó sobre ella. Pero ahora estaba preparada (todo lo preparada que podía estar) y no estaba dispuesta a dejarse morir a manos de un asqueroso vampiro psíquico.
-¡Expelliarmus!
El Nah-rash salió despedido hacia atrás, pero su cruel sonrisa dentada no desapareció de su horrible cara. Ginny no se lo pensó dos veces y empezó a correr. Maldita sea. Si por lo menos estuviera en sexto... recordaba a su hermano practicando un conjuro contra este tipo de monstruos para la clase de Defensa, era algo como...
Ahí delante, entre ella y la puerta, de pie, impasible, barrándole el paso, la huída: el Nah-rash. Era más rápido de lo que creía. En realidad, puede que no se tratara de celeridad, sino de un parpadeo. Frenó su carrera, justo a tiempo para no caer en los brazos de su enemigo.
-No huyas...
Su voz era más lúgubre que sus colmillos. ¿Qué no huyera? ¡Lo llevaba claro! Se giró y... ahí estaba, otra vez, disfrutando a costa de ella. El vampiro estiró la mano hacia ella, como si fuera a rozarle la cara. Le apartó la zarpa de un golpe y apuntó con la varita:
-Ri... ¡rictusempra!
El rayo plateado salió de la varita de Ginny, impactando en su enemigo. Primero pareció que hacía efecto, pero el Nah-rash pronto se enderezó con su sempiterna sonrisa. El rictusempra se basaba en dejar sin respiración a la víctima. Y los vampiros no respiran.
Ginny, aún con la varita en alto, retrocedió un par de pasos. Tenía que pensar algo. Tenía que... sin darse cuenta, una silla a su espalda la hizo trastabillar y caer al suelo. El vampiro se lanzó hacia delante. Rodando sobre sí misma desde el suelo, consiguió esquivar el ataque. Se puso de pie como pudo y, vigilando a su agresor, corrió hacia la puerta.
Intentó correr, ya que se dio de bruces contra... una familiar figura de negro. Él la sujetó por los hombros, la preocupación teñía su mirada gris.
-¡Ginny! ¿Qué...? ¿Estás bien?
Se había olvidado por completo del Nah-rash. Su protector ocupaba toda su atención, los cinco sentidos pendientes de él.
Afortunadamente, él sí había visto al vampiro y su inminente ataque. Sin apenas reflexionar, proyectó a Ginny hacia una de las camas, quedando cara a cara con el Nah-rash.
-¡Tú!
Antes de poder verlo, un puñetazo directo al estómago lo envió al otro lado de la sala. Las fuerzas del vampiro habían aumentado desde el día anterior... gracias a Ginny y la energía que le había absorbido, probablemente. Se levantó a duras penas. Buscó su varita, pero no estaba. ¿Le habría caído? Tenía pocos segundos, así que se lanzó hacia delante, apartando a su enemigo. Corrió hacia Ginny, que ya se había levantado, y le cogió la mano.
-¡Vamos!
Notó como ella volvía a lanzar un expelliarmus y aceleró el paso. Tenían que esconderse. Cruzaron la puerta tan rápido como les permitían sus piernas, escapando, huyendo.
-Espera... –jadeó Ginny. Casi no le quedaba aire.- ¿En sexto no... no os enseñan cómo defenderos de él? Mi herm...
-He perdido la varita -¿cómo sabía ella que estaba en sexto?- y... nunca se me dio bien ese hechizo...
Ella se paró en seco. El Nah-rash volvía a estar en su campo de visión, y la idea no le gustaba nada. Y Ginny...
-¿Qué haces? ¡Corre!
Pero ella seguía inmóvil, tendiéndole su varita.
-Vamos, ¡usa la mía!
Maldita sea. No le dejaba alternativa. Y el vampiro se acercaba, andando tranquilamente, convencido de que él y Ginny no representaban ninguna amenaza. Maldita sea.
Cogió la varita de Ginny.
-¡Expulsio planis!
El Nah-rash sonrió.
-¡Expulsio planis, maldita sea, expulsio planis!
No estaba funcionando. Agradecía la fe que Ginny había puesto en él (no, no en él, sino en su "protector") pero habían escogido la opción incorrec...
-¡Desaparece! ¡Lo has logrado, está desapareciendo!
Y era verdad. El Nah-rash se desvanecía en el aire como humo, la sorpresa pintada en su rostro. No comprendía cómo lo había logrado. Pero lo había logrado.
Y entonces notó la pequeña mano de Ginny, aún cogida a él, que apretaba la suya reconfortándolo. Estaba mirándolo, con una sonrisa de gratitud y una mirada de felicidad. Su primer impulso fue abrazarla. Necesitaba tenerla entre sus brazos y asegurarse que estaba bien. Pero recordó quién era y recordó que se cubría la cara para ocultar su identidad. Dejó la mano de Ginny y le dio la espalda. Había llegado la hora de irse.
-¡Espera! –no podía ver su rostro, pero intuía cierto grado de angustia y desesperación. Esperó.- Aún no he podido agradecerte todo lo que has hecho por mí... Draco.
¿Draco? ¿Tan obvio era? Se quitó el pasamontañas. Ya no tenía sentido. Y se volvió para mirarla.
-¿Y ahora qué, Gi... Weasley? ¿Vas a insultarme?
Sus ojos reflejaban una tristeza infinita. Ni tan solo sus palabras habían conseguido ser hirientes. Parecía cansado, como si hubiera hecho un largo viaje, y ahora que llegaba al final descubría que había sido un viaje en vano.
Pero Ginny no veía a Draco Malfoy. Sólo veía a un atractivo chico de pelo rubio y bonitos ojos grises. Veía a su protector en la sombra. Veía a quién se había arriesgado para protegerla. A quién se había preocupado por ella. A quién ella, en silencio, había jurado amar.
Se acercó a él, cogiendo de nuevo su mano.
-Quédate. No me dejes, quiero estar contigo.
Era más de lo que había esperado. Era más de lo que podía comprender.
-¿E... estás segura?
Por toda respuesta, ella le devolvió el beso que Draco le había dado el día anterior. Con la misma dulzura, el mismo amor. Era todo lo que él necesitaba para reaccionar.
Cuando los labios de ella rozaron los suyos, los capturó en su boca y, atrayéndola hacia sí, dejó que cayera el último de los muros que los había separado.
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Ooooooh!
Esto es el final de Déjà vu!!!
No lloréis, no lloréis... ya sé que no podréis vivir sin vuestra ración habitual de este magnífico fic, pero todo lo bueno se acaba y...
*Gwen recupera el control de sí misma después de que una entidad superior se hubiera introducido en su cuerpo para hacerle escribir auténticas chorradas*
... ejem, ejem... pues como iba diciendo... pues eso, que este es el último capítulo de Déjà vu. Pero no me voy a despedir aún porque tengo preparado un epílogo de este fic (es una chorrada que hice un día en plena enajenación, tal vez también ese día estaba poseída por la entidad esta...). Así que espero que me dejéis muchos reviewitos y que no olvidéis echarle un ojo al epílogo, ok?
Ahora un par de comments y os dejo con las respuestas a los reviews:
Punto 1. Para todos los jugadores del Dungeons & Dragons: sí, Neville (y toda la clase) estaba haciendo una poción de Piel de piedra o, lo que es lo mismo, Stone skin. ¿Qué buen mago no se ha lanzado antes de un combate este magnífico hechizo (o se ha tomado una poción) para resistir las heridas del combate cuando ha tenido oportunidad?
Punto 2. La escultura conocida con el nombre de "Eros y Psique" existe y se encuentra en el Museo del Louvre, y si no la han cambiado de lugar, en el sitio donde dice Mandy. Es muy mona. Si alguien quiere verla, que la busque en el google o que me la pida y yo se la mando :)
Punto 3. Tema His Infernal Majesty. Lo sé, estoy un poco obsesionada con Him. Es lo que hay! Pero me pareció que la canción quedaba bien aquí, porque es muy tranquilita, y tb por la letra... me imagino a Pansy pálida y fría, pero llorando y destrozada por Draco... Sólo que me he saltado una línea de este trozo de la canción que no quedaba bien, "I just love the way you're losing your life" ("simplemente adoro la manera en que estás perdiendo la vida", más o menos), porque no me parecía demasiado... ¿apropiado?
Punto 4. Lo del "parpadeo", es una especie de teletransportación. Creo que lo usaban los brujos en la serie "Embrujadas", pero tb se usa en otras partes...
Punto 5. Y, por fin, los reviews:
Igni: Hola!!! Oh, q bien q te guste!!! Me alegra mucho leer cosas así!! Y bueno... ¿no era muy difícil adivinar la identidad del chico misterioso, verdad? Pero bueno, he preferido no decirlo abiertamente hasta el final para mantener un poquitín de expectación... jujuju... Y si te gustó el beso del último capi... espero que te hayan gustado los de este, que había más para escoger!!! Te ha gustado el final?? Te has fijado q no puedo dejar de hacer proselitismo de Him?? Es que Ville es Ville y claro, ¿qué voy a hacer yo más que volver a escuchar el último CD? Hasta pronto!
Mary-chan: Doncs bé, aquí tens el final!! T'ha agradat en Draco??? Argg, a mi se'm cau la baba sola, i això que ho escric jo... (estic fatal!) Però és que és taaaaaaaaaaan mono... Espero que no hagi trencat les teves expectatives i que realment el noi fos qui creies que era... sip? Pos petonets i ens llegim aviat!!
Nimph: Carinyu!!! Bitxeju!! Ja torno a deure't un mail… wops! Però de segur q un dia d'aquest t'escric, okis? I m'ha dit la Marina que vindràs per cel·lebrar el seu cumple, oi? Doncs si vens el dissabte 28 i et quedes, el dia 29 és la festa major de Canet, i hi ha focs artificials a la platja i fira i coses d'aquestes típiques... ja saps, ara q estàs de vacas pots passar un cap de setmana canetenc! Però al q anava... A que en Terence encara és més maco? I a que en Draco el supera però de poc? Ja veus q jo sóc de les de "cada oveja con su pareja", q no pot ser això de deixar la gent soltera (jujuju...) sobretot en aquest fic, és clar, doncs era l'objectiu final! Un petonàs i fins aviat!
Laura Weasley: Mmmmm… me alegro de que hayas retomado el fic!!! Y de q te guste, por supuesto!!! Bueno, ahora ya queda poquitín, así que a leer el final q hay sorpresa!!! Gracias por tu review!! Nos leemos pronto!
Jeru: Bueno... contenta, verdad? Sé que no me extendí demasiado en la ducha, pero es que fue una escena q no estaba prevista y q añadí al último momento... pero me alegro de que te gustara igualmente!! Y por lo demás... por supuesto q Ginny recuerda el beso!!! Cómo olvidarlo?? Es posible olvidar un beso de un chico tan... tan... ¿perfecto? Como ves, estoy de acuerdo contigo en q Padma y Harry hacen buena pareja, sobre todo con esta Padma con tendencias un poco psicóticas... Ya sé q Terence es muuuuy tierno, por eso me gusta tanto (aish...) pero aunque tal vez no lo he demostrado demasiado, tb tiene su punto "maquiavélico" (ay pobre, me he pasado...). Me refiero a q tb sabe urdir planes y liarla cuando es necesario, sólo q yo he mostrado la vertiente "estoy colado por Pansy". Y lo del Lavender/Ernie no tienes por qué preocuparte, Lavender se queda con su Seamus, q le quiere mucho y Ernie... bueno, yo tb creo q mejor q se quede con Hannah, no? Pues hasta aquí hemos llegado, y espero q te haya gustado como termina el fic (Qué tal Draco-chan?? A que está monísimo?), así q... un besote!!
Duendezilla: Waw!! Gracias por tu review tan efusivo!! Me encanta q te guste!!! Y ya ves que no he tardado demasiado en subir, eh??? Bueno, ya ha terminado (te ha gustado???) pero aún queda el epílogo, así q no te olvides de leerlo!! Hasta pronto!!
Sabina Evans: Wolas!! Q genial q te mole mi fic!!! (a mi tb me gusta, jejej, ¿por qué será?? Egocéntrica!!! (me lo digo a mi misma, eh?)) Has visto que lo he seguido.... solo q hasta aquí, ya se acabado! Pero imagino q te habrá gustado tb el final, porq, para mi, Draco y Terence estan de muerte!! Es q son mis favoritos, y en algo tiene q notarse!! Sip, sé q el beso es como el de Spiderman pero es que... ¡me encantó spiderman!! Y el papel de salvador de Ginny es realmente un poco de superhéroe, no? Bueno simpática! Besotes!!!
Jatsumy: Buenas!! Creo q esta vez he tardado menos, no? Bueno, es q con el último capi tuve una serie de problemas técnicos que... mejor olvidar!! Así q aquí hy más de Déjà vu, y no vas a tener q preocuparte más porq esta vez acaba y acaba, con final, y sin dejarlo en la parte más interesante (o tal vez sí, pero como no voy a narrarlo...). Por cierto, ya me leí tu fic!! Aún tengo q dejarte review, pero prometo hacerlo!! Está muy bien, síguelo!! Tengo ganas de un "choque directo" Draco/Ginny... Nos leemos!!!
Marina: Hola!! Saps q ma germana Rinoa es diu igual q tu??? (és a dir, Marina, és clar...) Primer em pensava que el review era seu, però definitivament ella no es diu Varo de cognom!! (crec q jo ho sabria, no??) Que bé q t'agradi el meu fic!!! I realment, crec q ff està ple de catalans!! (bé, sobretot catalanes ;) I ara q ja has llegit el final... ¿decepcionada de q no fos en Harry el salvador de la Ginny? Espero q no, i és q m'encanta en Draco!!! Bé, petonets i fins aviat!!!
Megan Baudelaire: Ooooh!!! Q bien, q bien!! Q entusiasmo, así me gusta!! ;) Bueno, pos siento decepcionarte pero Déjà vu acaba ya... y no, no creo q siga. Tan sólo el epílogo! Lo q si q estaba pensando es hacer un fic de otro estilo, más de aventura en vez de fic coral, pero q retome las cosas donde las ha dejado este fic (principalmente cuestión parejitas y cosas así), y uno de los protas sería Ethan Nott, un huffie q sale en el segundo capítulo... sin olvidar a Draco y Ginny, por supuesto!! ¿Qué te parecería? Pero bueno, creo q dejo la línea de fics corales en buenas manos, verdad? ;) ¿para cuando Serendipity? Un besazo!!
Abin: Hola! Pues aquí está!! Continuación y final de Déjà vu!! Te ha gustado?? Espero que sí... y si no, disimula!! ... jajaja... es broma! Y qué, ¿da mieduchi el vampiro??? Bueno, era la idea, aunque lo realmente importante es... ¿¿¿a q son monísimos Draco y Ginny??? Besitos y hasta pronto!!
Me permito añadir una recomendación para esta semana:
"Historia de un sueño"Un songfic de Rinoa basado en una canción de la Oreja de Van Gogh, tal vez el primero de una saga del nuevo disco "Lo que te conté mientras te hacías la dormida"
Gracias a todos por leer y disfrutar de Déjà vu y, sobre todo, por dejar esos lindos reviews!!! Un besazo a todos!!!
Greta
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