2.- Regreso

Harry abrió los ojos cuando aterrizó, sus piernas cedieron y se estaba cayendo cuando alguien lo cogió rápidamente. Mirándolo estaba la cara preocupada de Charley Weasley.

- ¿Estás bien, Harry?- El muchacho cabeceó mientras no hacía ningún esfuerzo por salir de los brazos del muchacho más mayor.

Lanzó una mirada a su alrededor y vio que se encontraban en la puerta de entrada de las tierras de Hogwarts. Charlie lo movió con cuidado, de forma que se estaba apoyando contra el muchacho y agitó la mano de Sirius.

- Hola Ryan.- El hombre sonrió.

- ¿Cómo va, Ethan?

- Bien, Dumbledore te está esperando.- Sirius levantó sus cejas.

- ¿Lo está? Albus dijo que no lo estaría.

- Lo sé, pero estaba bastante desesperado por encontrar un maestro de DADA, no ha podido encontrar todavía ninguno y se está poniendo nervioso, le gusta encontrarlos más pronto. Yo le conté que tenía un amigo que quizá podría serlo, pero que tenía que cuidar de su ahijado. El director me pidió que te escribiera y te preguntara si te interesaba y que Harry sería bienvenido si tú querías e trabajo.- Sirius sonrió contento.

- Bueno, esto ciertamente ayuda bastante.

Mientras su padrino y Charlie hablaban, Harry se había apoyado cada vez más en Charlie y había cerrado sus ojos. Estaba casi durmiendo cuando sintió a alguien alzarlo suavemente, gimió mientras abría sus ojos suavemente y de forma vacilante, por alguna rara razón se sentía muy cansado.

- Shhh... duerme pequeño.- Su padrino con voz confortante lo empujó al sueño casi inmediatamente.

Sirius sintió que Harry se relajaba en sus brazos y sonrió tiernamente a la figura delgada de su ahijado, en cambio Charlie parecía preocupado.

- ¿Se encuentra bien, Ryan?

- No te preocupes, Ethan, la enfermera dijo que estaría muy cansado. La última batalla agotó casi todas sus fuerzas, además que es el primer día que se le ha permitido levantarse.- El joven cabeceó.

- Sabes que es duro de creer que es el mago más poderoso vivo, más poderoso que Dumbledore y Tú-sabes-quien.

- Lo sé, cuando está dormido él parece simplemente otro niño. Esperemos que Dumbledore no note como es de fuerte, eso causaría muchas preguntas. ¿El director sabe algo sobre el estado de Harry?

- No, yo no lo sabía y entonces apenas le expliqué que había sido gravemente herido y que querías tenerlo cerca.

- De acuerdo, nosotros debemos continuar.- Sirius miró las dos jaulas.- Ethan, ¿te molestaría sacar a Godric y Hedwig de sus jaulas? No parece que les guste mucho estar allí.- Ethan se rió disimuladamente.

- ¿Harry los ha traído a los dos?- se acercó a las jaulas y las abrió. Los dos pájaros volaron libres y alrededor de Sirius y Harry, como asegurándose que su joven dueño solo dormía, y entonces se alejaron hacía el bosque, probablemente para conseguir algo que comer. Sirius los miró desaparecer, mientras movía un poco a Harry y sonrió burlonamente.

- No solo a esos dos.- Charlie miró el brazo de Harry y vio que su serpiente estaba allí.

- ¿Dónde está Eco?

- Creo que está dormida en uno de sus bolsillos.- Charlie se puso de pie limpiando sus túnicas y movió su cabeza.

- Venga, vamos a movernos, Dumbledore probablemente ya sabe que estás aquí y se estará preguntando que estamos haciendo.

Sirius cabeceó y rápidamente se acercaron hasta el castillo. Antes de que Ethan pudiera llamar que las grandes puertas fueron abiertas por una Minerva McGonagall mucho más joven.

- Hola, Ethan.

- Hola, Minerva, este es mi amigo Ryan Desclair y su ahijado Harry Danton.- Ryan saludó con una inclinación de cabeza a su antigua profesora.

- Encantado de conocerla, señora.- La bruja lo miró detenidamente y sonrió ligeramente.

- Encantada de conocerlo también, señor Desclair. El profesor Dumbledore está esperándolo en su oficina. Por favor sígame.

Antes de hacer lo que la mujer le dijo, Sirius se volvió a su joven amigo.

- Ethan, ¿podrías cuidar de Harry mientras hablo con el director?

- Claro Ryan.- Sirius depositó al durmiente muchacho en los brazos de Charlie con suavidad y acarició y besó cuidadosamente la frente de su ahijado. Charlie miró un poco divertido el ritual pero no dijo nada.- Nosotros estaremos en mi cuarto, ¿vale? Estoy seguro que alguien te podrá decir donde se encuentra.

- Muy bien, gracias.

Sirius siguió echando una mirada a su alrededor, mientras intentaba descubrir los cambios que habían pasado en veinte años, y McGonagall que había estado mirando interesada el intercambio, hasta que la voz de la bruja lo sobresaltó.

- ¿Señor Desclair?- Se volvió un poco sobresaltado hacía ella.

- Puede llamarme Ryan, profesora... lo siento, no he cogido su nombre.- Ella sonrió de nuevo y Sirius pensó que personalmente, nunca la había visto sonreír tan a menudo, pero no expresó este pensamiento.

- Yo soy la profesora McGonagall, enseño transformaciones y soy la subdirectora.

- Muy bien, es bueno saberlo. Ahora... ¿Qué quería preguntar?

- ¿Qué le pasó a Harry?- La expresión de Sirius se endureció.

- Hace un mes, nuestra vieja escuela fue atacada por mortífagos, muchas personas murieron. Yo estaba ayudando a un viejo amigo que se encontraba lejos y no pude llegar a tiempo. Harry ayudó en la batalla como hicieron otros estudiantes y fue herido gravemente mientras intentaba proteger a sus amigos. Realmente, él fue dado de alta simplemente esta mañana.

- Ya veo... siento mucho haberlo planteado.- Sirius sonrió.

- No debe sentirlo, esta vivo y en unas semanas debería estar completamente bien.

Ellos continuaron caminando silenciosamente hasta que alcanzaron la gárgola que guardaba la oficina de Dumbledore. La profesora McGonagall susurró la contraseña y la estatua saltó mostrando la entrada a la oficina del director. Subieron los escalones y entraron después de llamar. La escena que los saludó era un poco divertida, Dumbledore estaba de pie delante de la pecha que sostenía a dos fénixs cantando.