5- Pesadillas
En el Gran Comedor, todos los profesores estaban esperando al nuevo miembro del personal docente. Ethan les había dicho que vendría a la cena, pero que seguramente llegaría tarde. Apenas había decidido comenzar sin él, cuando Sirius entró en la habitación. Se sentó en una de las sillas libres, entre Ethan y una mujer que recordaba como la que era la profesora de pociones por ese tiempo. Dumbledore su puso de pie y toda la atención se dirigió hacía él.
- Amigos míos, me gustaría presentaros al profesor Ryan Desclair, nuestro nuevo maestro de DCAO. Esperamos que te quedes mucho tiempo con nosotros Ryan y que este será un feliz año para ti.
- Gracias, director. Yo también lo espero.- Dumbledore cabeceó pero todavía no se sentó.
- Ryan ha traído con él a su ahijado, Harry Danton, que se unirá al cuerpo de estudiantes, como alumno de quinto curso y se clasificará con los de primer año. Podréis ver, que el muchacho parece un poco enfermo, es que él fue herido por mortífagos en una ataque a su antigua escuela el mes pasado y todavía se está recuperando, por eso, él se quedará con su padrino hasta que veamos que está preparado para ir a los dormitorios de su casa.
Todos los maestros asintieron comprensivamente y algunos de ellos le dieron miradas agradables a Sirius que devolvió con una pequeña sonrisa. Dumbledore se sentó otra vez e hizo señas para que todos comenzaran a comer. Los maestros lo hicieron rápidamente y comenzaron a hablar entre ellos. De mientras Ethan se giró hacía Ryan.
- ¿Dónde está Harry?
- Cenó en nuestra habitación y ahora esta dormido de nuevo, estaba muy cansado.- Viendo la expresión angustiada del pelirrojo, añadió.- No te preocupes, Ethan, se pondrá bien.
- Yo no lo sé. ¿No crees que será demasiado para él? Quiero decir, dentro de unos días todos los estudiantes volverán, incluyendo a ciertos gryffindors a los que se supones que debemos proteger.
- Lo sé, pero era su opción. Solo podremos ayudarlo tanto como sea posible.- Ethan asintió y cambió de tema.
Estaban hablando tranquilamente cuando una línea de luz azul oscura voló por el Gran Comedor. Todos los maestros miraron con curiosidad al pequeño ser que había aparecido delante de Ryan mientras que el hombre miraba al hada con el entrecejo fruncido.
- ¿Eco? ¿Algo va mal?- La pequeña hada asintió con fuerza y le cogió una buena cantidad de pelo para volar hacía la puerta, tirándolo de la silla.- ¡Au! ¡Espera! ¿Le pasa algo malo a Harry?- Eco se giró otra vez hacía él y le miró exasperada como diciendo que estaba siendo bastante estúpido ¿por qué otro motivo ella estaría allí?- Vale, vale... fue una pregunta tonta, ahora voy, pero... ¿podrías soltarme el pelo?- El pequeño ser parecía algo fastidiada, pero hizo cuanto le había pedido y sin esperarlo salió volando por delante. Sirius agitó su cabeza ligeramente divertido y dijo.- Perdonadme, voy a ver que es lo que va mal, los veré mañana.
Los maestros cabecearon y algunos de ellos dijeron un adiós muy bajo, pero todavía se encontraban sorprendido por lo que habían visto. Después que Sirius se había marchado, el profesor Thunder, el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se giró a Dumbledore.
- No nos habías dicho que Ryan tenía una pequeña hada, director.- Charlie se adelantó al director y contestó.
- Eso es porque no es suya. Eco es de Harry.
- Pero eso es imposible, sabes tan bien como yo que las hadas no confían en los magos adultos, mucho menos en un adolescente.- La respuesta de Ethan fue muy simple.
- Todavía no has conocido a Harry, lo entenderás cuando lo hagas.- Entonces Ethan se puso de pie y les sonrió- Si me perdonáis, ha sido un día largo.- Y se marchó.
Una vez Sirius había salido del Gran Comedor, corrió hacía la habitación que Harry y él compartían. En el momento que entró escuchó el sonido de sollozos sordos que procedían del cuarto del muchacho. Rápidamente entró y vio a su ahijado que se sentaba en la cama las rodillas junto a su pecho, mientras lloraba con la cabeza entre los brazos. En una percha junto a la cama, estaban Godric y Hedwig, que lo miraban preocupados, además Godric cantaba suavemente en un intento de confortar el chico. Dereck estaba en su lugar dentro de la cama y Eco volaba delante de Harry mientras que le acariciaba la cabeza de vez en cuando.
Cuando Sirius entró todos lo miraron, excepto Harry que parecía no notar su presencia; Eco se movió a un lado, sentándose al lado de Godric y dejándole espacio para confortar a su ahijado. Con dos pasos largos, estuvo a su lado y se sentó en la cama, poniendo sus brazos alrededor del muchacho que lloraba. Pudo sentir su agitación y como se estremecía, y por se dio cuenta de que hacía mucho frío en la habitación, y las mantas que habían arropado al muchacho se encontraban ahora en el suelo. Decidió rápidamente lo que debía hacer, cogió una fina manta y lo envolvió herméticamente con ella, alzó de la cama al niño y lo llevó a la sala común donde el fuego todavía ardía. Se sentó en uno de los sillones con Harry en su regazo y empezó a confortarlo.
- ¿Harry? Shhh... niño, todo va bien, estoy aquí. Por favor, dime que es lo que va mal, si no, no te podré ayudar.- Harry no contestó, solo enterró su cabeza en el hombro de Sirius y continuó sollozando mientras su padrino le susurraba palabras tranquilizantes. Al final, diez minutos más tarde, Harry dejó de llorar y solo descanso en los brazos del hombre mirando el fuego. Sirius esperó pacientemente durante algún rato, mientras le acariciaba la cabeza y lo mecía suavemente, pero finalmente le volvió a hablar.- Dime que esta mal, Harry.- Su voz todavía era suave y confortante, pero exigía una respuesta.
- Tuve una pesadilla sobre ese día. Lo vi todo de nuevo, a Voldemort tratando de matar a Ron y yo enfrentándolo.
Sirius asintió con comprensión, durante las últimas semanas Harry había tenido el mismo sueño una y otra vez, cuando se lo explicaba nunca le daba detalles pero tenían que ser terribles para que aterrorizaran a Harry de esa forma. Él sabía que la única cosa que podía hacer cuando esto pasaba era sentarse con el muchacho hasta que se dormía otra vez, que fue exactamente lo que hizo. Se sentaron en silencio, mirando el fuego y dándole el consuelo con su sola presencia. Cuando al fin el hombre notó que la respiración de Harry era más lenta y por fin se había dormido, se puso de pie cuidadosamente, con el niño todavía en sus brazos. Caminó dejando a Dereck que se había dormido en la silla y llevó a Harry a su habitación.
Cuando regresó, se sorprendió muchísimo al ver la figura familiar del director que estaba de pie justo delante del fuego. Rápidamente puso un encanto para imponer silencio alrededor del cuarto de forma que le dejara oír a Harry, pero que el muchacho no pudiera escuchar nada, y se acercó hasta Dumbledore.
- ¿Director?- El anciano se giró y sonrió.- ¿Cuánto hace que está aquí, señor?
- Un rato... no quise estorbar, solo asegurarme que Harry estaba bien.- Sirius se sentó en el sofá con un suspiro.
- No se preocupe, ahora ya está bien. Quizás va bien que sepa sobre las pesadillas.
- ¿Las tiene a menudo?
- Casi cada noche, esa es una de las razones por las que lo quiero tener cerca.
- Es comprensible. ¿Son del ataque?- Sirius asintió.
Se quedaron en silencio por unos minutos, al final, Dumbledore se giró y se dirigió hacía la puerta.
- Dime si puedo ayudar, Ryan.
- Lo haré, señor, gracias.
Dumbledore cabeceó y salió por la puerta, una vez se cerró, se escuchó un débil "buenas noches". Sirius permaneció algunos minutos más mirando el fuego que empezaba a apagarse y finalmente se acostó, sabiendo que no podía hacer nada más, dejando a Dereck durmiendo delante del fuego. Godric y Hedwig habían desaparecido después de que Harry se durmiera una vez más, y Eco estaba dormida en esos momentos junto al muchacho, como estaba acostumbrada.
