11.- Magia sin varita

- Avada Kedavr...- Antes de que el hombre vestido de negro tuviera la oportunidad para acabar la maldición, fue lanzado contra la pared con tanta fuerza que aplastó su cráneo.

Minerva y Ethan miraron a su alrededor sobresaltados para encontrar que era lo que había salvado la vida de la bruja y vieron a Harry, que se encontraba apoyándose contra la pared con un basilisco muerto a su lado y la mano estirada en la dirección del mortífago. Minerva miró asombrada a la enorme serpiente, al mortífago y luego otra vez a Harry; examinó al muchacho cuidadosamente y descubrió algo en sus ojos que la asustó, eran como de un fuego verde que rugía con un impulso y fuerza que solo había visto en Dumbledore. Ethan también lo había notado, pero no se sorprendió tanto porque ya lo había visto antes, él en cambio estaba más angustiado sobre como Harry se apoyaba contra la pared, parecía como si se fuera a desplomar; también estaba angustiado por la reacción que tendría Ryan cuando averiguara que su ahijado había estado allí, en vez de en la seguridad del cuarto, el hombre sobreprotegía mucho a Harry.

- Mierda... A Ryan le va a dar un ataque.- Minerva lo miró sorprendida.

- ¿Por qué?- Charlie resopló.

- No lo conoces muy bien, pues porque Harry está aquí afuera.

- Ethan... ese muchacho ha matado a un basilisco y a un mortífago ¿y tú solo te preocupas sobre como Ryan va a reaccionar porque Harry está fuera de su cuarto?

- Sí. Créeme, él tiene muy mal carácter cuando Harry se pone en peligro y esto es ponerse en peligro. Pagará su enfado sobre el pobre muchacho, no me gustaría estar en su lugar.

Minerva agitó su cabeza asombrada y echó una mirada a su alrededor. Todos los mortífagos estaban bajo control y ahora estaban siendo atado por los profesores. La profesora Sinistra había ido a avisar al ministerio y había intentado informar a Dumbledore que había salido por un asunto de la Orden del Fénix cuando acabó el desayuno. Ryan y Danielle estaban vigilando a los mortífagos mientras que Hagrid y Brote los desarmaban. Algo llamó la atención de Minerva en una esquina del pasillo, algo se movía allí, antes que pudiera acercara a inspeccionarlo una serpiente salió y se movió hacía Harry, ella le vio subir por su pierna hasta que se colocó alrededor de su brazo. El muchacho dio una pequeña sonrisa a la serpiente y su mascota cerró los ojos, la pequeña hada de Harry voló el hombro opuesto en el que estaba Godric y le abrazó el cuello con sus pequeños brazos. Minerva se sobresaltó sacada de sus pensamientos cuando Ethan puso una mano en su hombro.

- Vamos Minerva, asume el puesto de Ryan vigilando a los mortífagos para que él pueda ocuparse de Harry. Danielle puede echarle una mirada al basilisco, estoy convencido que querrá usar algunas partes como ingredientes para pociones.- La bruja asintió y juntos hicieron camino hacía los dos profesores.

- Ryan.- El hombre miró a su amigo con una sonrisa cansada.

- ¿Estás bien, Ethan? ¿Minerva?

- Estamos bien, gracias a Harry.- Ryan lo miró palideciendo, agarró el brazo de Ethan y lo miró intensamente.

- ¿Qué quieres decir? ¿Dónde está Harry?

Ethan apenas se desconcertó por el enfado de su amigo, señaló hacía donde estaba el muchacho apoyándose contra la pared. Ryan soltó el brazo de Ethan y muy enfadado comenzó a acercarse a su ahijado. Ethan vio que era lo que iba a pasar y le agarró el brazo a Sirius dándole la vuelta.

- Ryan, si vas a comenzar a gritarle, es mejor que esperes aquí y me permitas ocuparme de él.

- Ethan....

- No escúchame. Los dos sabemos que tienes muy mal genio y que dirás cosas que en realidad no quieres decir. Por su apariencia, Harry está exhausto, cualquier cosa que le digas podría tomárselo muy mal. El solo mató un basilisco y un mortífago salvando a bastantes de nosotros, la última cosa que ahora mismo necesita es que empieces a gritarle. Guardaste el sermón hasta que haya descansado un poco.

- Está bien, está bien...- Todavía Ethan no le dejó ir, estaba mirándolo fijamente a los ojos.

- Hablo en serio, Ryan.- El hombre asintió y Ethan lo dejó ir. Se giró hacía los mortífagos todavía manteniendo un ojo vigilante en Ryan que ahora caminaba hacía su ahijado.

Harry miró cuando escuchó a alguien que se acercaba, había estado intentando reunir fuerzas para intentar volver a su cuarto pero parecía que eso ya no sería necesario; miró hacía el suelo mientras esperaba que su padrino lo viera y le diera un buen sermón. Sirius estuvo en silencio durante algún rato a su lado y Harry supuso que estaba intentando no dar rienda suelta a su carácter, se sobresaltó cuando una mano alzó su cara suavemente y le obligó a mirar la cara preocupada de su padrino.

- ¿Estás bien, niño?

- Sí, solo cansado.- Su voz era muy suave y Sirius pudo escuchar el agotamiento que tenía, todo el enfado que había tenido se marchó rápidamente para sustituirlo por una gran preocupación. Sin hacer caso a su túnica, cogió en brazos a su ahijado, haciendo que Godric y Eco tuvieran que ponerse a volar. Sirius sintió como Harry apoyó su cabeza en su hombro y colocó un brazo alrededor de su cuello. Después de mirar por última vez el basilisco Ryan se dio la vuelta y fue hacía su cuarto con el fénix y la hada que volaban detrás de él.

Una vez en su habitación, Sirius se dirigió rápidamente al baño y le quitó a Harry la ropa ensangrentada. Todavía con el muchacho en brazos preparó un baño caliente y lo puso dentro; notando el letargo en el que Harry había entrado, empezó a limpiar la sangre. Media hora más tarde, Sirius lo sacó del agua envolviéndolo en una gran toalla; tras secarle el pelo y haberle puesto un pijama nuevo que había comprado esa misma mañana salió de baño, listo para acostar a su ahijado.

Un suave golpe en la puerta lo detuvo donde estaba, suspiró resignado y fue a abrir la puerta viendo al profesor Flitwick y a la profesora Danielle que estaban de pie delante suyo. Ambos vieron a un Harry cansado y junto a él, un Sirius muy irritado.

- ¿Qué queréis?- Su voz fue fría y tenía una advertencia muy clara: alejaos de Harry. Danielle se movió nerviosamente bajo la enfadada mirada.

- Estamos teniendo problemas para poder quitar la espada que su ahijado utilizó para matar al basilisco, no podemos acercarnos y el ministerio pronto estará aquí para llevarse a la serpiente. Hemos pensado que a Harry le gustaría tener su espada de vuelta.

- ¿La espada?- Una mirada de comprensión atravesó su cara.- Oh, claro, esperad un segundo.- Sirius giró su cabeza al muchacho que dormía prácticamente contra su hombro; realmente le apenaba tener que despertarlo, pero sabía que nadie más podría sacar la espada. Lo agitó ligeramente.- Harry.- Los ojos del muchacho se abrieron y su cabeza dejó el hombro de su padrino, miró a su alrededor desconcertado, se sentía tan cansado, casi como si pudiera dormir durante años. Al final, no notando nada mal en el cuarto miró a su padrino que todavía lo sostenía.

- ¿Algo va mal?

- Necesitan que quites tu espada.- Harry frunció el entrecejo no entendiendo de lo que hablaba su padrino. La única cosa que quiso hacer era volver a dormir, pero desgraciadamente Sirius le permitiría hacer eso.- Harry, escúchame por un segundo, entonces podrás volver a dormir. Necesitamos que llames a tu espada, con la que mataste el basilisco, ¿recuerdas?- Harry recordó débilmente que había matado una gran serpiente con la espada Gryffindor. Si esa era la espada de la que Sirius hablaba ¿por qué no se lo decía? Muy cansado para pensarlo, convocó la espada a sus manos y se volvió a apoyar contra su padrino puesto que había hecho lo que se esperaba de él. Los dos maestros de Hogwarts miraban la espada asustados; parecía muy antigua, tenía incrustados rubíes y esmeraldas. Sirius la miró el tiempo suficiente como para comprobar que el nombre grabado en el mango no fuera visible para sus compañeros, después de eso volvió su atención otra vez a Harry.

- Muy bien, niño, ¿ahora podrías guardarla en tu baúl?- Sin moverse, Harry hizo lo que le dijeron y la espada desapareció de nuevo dentro de una luz de oro. Sirius se giró a sus compañeros profesores.- ¿Algo más?- Ambos negaron con la cabeza y se giraron para marcharse. Antes que Sirius pudiera volver a cerrar la puerta Filtwick se giró hacía él.

- Ryan, ¿sabías que Harry habla parsel?- La cara de Sirius se oscureció y agarró a Harry con más fuerza, mientras hacía que el muchacho se retorciera un poco. Contestó con una voz cuidadosamente controlada.

- Sí, lo sabía. Y debes estar contento de que lo sea, el que sea el único hablante de parsel además de Voldemort ha salvado muchas vidas, incluyendo la tuya.- El pequeño profesor sonrió y cabeceó. Parecía que se sentía más cómodo cuando se giró para alejarse del cuarto.

Sirius pudo finalmente cerrar la puerta y se dirigió al cuarto de Harry, aunque este estaba tan delgado, ya comenzaba a cansarse de sostenerlo. Arropó al dormido muchacho ya en su oscurecida habitación, besó su frente suavemente, a la vez que sonreía tiernamente cuando el chico se revolvió un poco, le hizo una seña a Eco para que le advirtiera si Harry se despertaba y se marchó de la habitación.