19.- Snape y Malfoy.
Media hora más tarde los tres amigos corrieron por los pasillos vacíos hacía el aula de transformaciones, y una vez más fueron los primeros en llegar, los demás probablemente llegarían juntos. McGonagall los miró desde su mesa cuando entraron, ahora era de un suave color azul y parecía que se le había quitado un poco el enfado.
- Llegáis temprano.- Los tres se sentaron delante y Ron contestó.
- Lo sabemos, el profesor Flitwick nos dejó salir antes.- La bruja asintió y cerró el libro que había estado leyendo.
- Espero que no estéis planeando algo parecido a lo de esta mañana, no toleraré ese tipo de comportamiento en mi clase.- Ellos le sonrieron, no había cambiado nada en veinte años.
- No se preocupe profesora, normalmente solo gastamos bromas a las personas que no nos caen bien y desde luego, no a profesores.- Ron y Harry miraron a Hermione con grandes sonrisas burlonas en sus caras.
- Bien, yo recuerdo a cierto profesor de pociones...- Hermione se ruborizó un poco.
- Hay una excepción a cada regla...
- ¿Le gastasteis una broma a un profesor?- McGonagall los miraba con severidad.
- Bien, verá, a este profesor le gustaba castigarnos sin ningún motivo, nos odiaba hasta la muerte por lo que le dimos una razón para castigarnos.
Antes de que la profesora tuviera una oportunidad para contestarles, los demás estudiantes llegaron y Lily se sentó al lado de Hermione y comenzó a hablar agitadamente sobre la clase que había hecho con Ron. McGonagall cortó las conversaciones comenzando a hablar y Harry, Ron y Hermione demostraron ser igual de buenos en esa clase que en encantamientos ya que consiguieron ganar 50 puntos para Gryffindor.
Después de transformaciones tenían dos horas libres hasta el almuerzo por lo que decidieron ir afuera ya que todavía hacía calor para septiembre y se podían ver a muchos estudiantes deambulando por los terrenos. Decidieron ir hasta el lago y tumbarse, Hermione sacó un libro sobre Aritmancia y comenzó a leer el primer capítulo en voz alta para que sus amigos pudieran oírla, esa era una de las técnicas que habían utilizado para estudiar, uno de los tres leía un capítulo de un libro y luego lo discutían hasta que lo entendían completamente, era una gran forma de estudiar y podía ponerse muy interesante.
Llevaban aproximadamente media hora cuando Hermione paró la lectura de golpe, Harry la miró y vio que estaba mirando a su izquierda, miró y vio a un joven Snape que estaba al lado de un muchacho mayor que se parecía increíblemente a Draco Malfoy, supuso que era Lucius; los dos les sonrieron con desprecio. Ron que estaba estirado al lado de Harry se sentó pero su amigo ni se molestó en moverse, con voz tranquila les preguntó.
- ¿Ocurre algo?- Malfoy lo miró hastiado y contestó.
- Estáis en nuestro sitio.
- ¿De verdad? Creo que no tiene vuestro nombre.- Hermione sonrió ligeramente y comenzó a leer de nuevo de forma silenciosa, Ron era el único que todavía los miraba y parecía ligeramente divertido cuando vio que comenzaban a enrojecer por ser ignorados. Snape sacó su varita y apuntó a Harry pero el otro parecía no haberse dado cuenta aunque Ron sabía muy bien, que Harry era plenamente consciente de cada movimiento de Snape.
- Los sangresucia no son bienvenidos.- Malfoy puso una mano tranquilizadora en su brazo, pero una voz afilada no dejó escuchar la respuesta de Harry.
- ¿Qué está pasando?- Esta vez, Harry se sentó y miró tranquilamente a la profesora de pociones.
- Estos dos chicos estaban diciéndonos que no éramos bienvenidos a esta escuela porque somos hijos de muggles.- La mujer parecía un poco sobresaltada.
- Creía que eras de sangre limpia.
- Lo soy igual que Ron. Estaba a punto de decírselo pero usted llegó antes de que pudiera informarles.
- Ya veo. Diez puntos menos para Slytherin y estar contentos que no conseguís un castigo esta vez.
Los dos muchachos fruncieron el ceño pero no dijeron nada y se marcharon mientras que Harry se volvía a tumbar y bostezaba.
- ¿Cansado, compañero?- El muchacho moreno le sonrió y asintió.
- Sí, un poco.
- Estoy impresionada.- Los tres adolescentes miraron a la profesora que estaba justo a su lado.
- ¿Por qué profesora?
- Sois los primeros gryffindors que me encuentro que no han comenzado una pelea en el momento que fueron insultados. La gran mayoría de vuestra casa tiene un carácter con el que van rápidamente a sus varitas.- El trío se rió un poco.
- Antes lo hacíamos mucho, por lo menos Harry y yo lo hacíamos. Supongo que al final, Hermione entró en nuestras mentes, además que esos matones no merecían que nos metiéramos en problemas.- Harry continuó con el pensamiento de su amigo.
- Claro que esos no tocaron las cuerdas adecuadas para que nos enfadáramos.- La mujer asintió y les sonrió.
- Casi es la hora de comer, debéis ir dentro.- Con esas palabras los dejó solos. Ron se puso de pie primero y ayudó a Hermione y a Harry a ponerse de pie, aunque el último vaciló un poco y Ron tuvo que sostenerlo.
- Harry, ¿estás bien?
- Solo un poco mareado, pienso que voy a dormir un rato.- Ron asintió y lo cogió del brazo y comenzó a acompañarlo hasta el castillo.
- Vamos, te llevaré a tu habitación. ¿Me guardas un sitio, Hermi?- La muchacha asintió.
- Claro, que duermas bien, Harry, te veré después.- Los tres caminaron juntos solo hasta que entraron al castillo y Hermione al Gran Comedor.
Muchos estudiantes la miraban con grandes sonrisas y ella se preguntó el porqué sería pero lo ignoró, estaba acostumbrada a todo aquello para acobardarla, era normal siendo amiga de Harry. Se unió a los merodeadores sentándose al lado de Remus y notó que los colores habían comenzado a decolorarse.
- Hola a todos.- Los muchachos y Lily le sonrieron y Sirius se agachó.
- Por favor, Hermione, dinos que es verdad.- Ella miró al muchacho moreno y preguntó.
- ¿Qué?
- Que Harry, Ron y tú metisteis en problemas a Snape.- Hermione se rió ligeramente.
- Bien, en realidad lo hizo el solito, solo le contestamos serenamente.
- Oh, me habría encantado ver su cara.
- Sí, a mí también James. Normalmente es él quien mete en problemas a la gente, está bien saber que hay alguien que le devuelve el favor.- Los muchachos se rieron de las palabras de Remus hasta que alguien los interrumpió.
- ¿Hermione?
- ¿Sí, Ryan? Oh, lo siento, profesor Desclair.- Ryan rechazó con la mano.
- Llámame Ryan, no estamos en clase ahora mismo. ¿Puedes decirme donde están Harry y Ron?
- Harry no se encontraba bien y Ron lo acompañó a su habitación.
- Está bien, gracias Hermione.- Con estas palabras Ryan salió rápidamente del comedor y Hermione volvió su atención a los merodeadores que estaban tramando alguna travesura y le pedían consejo.
