24.- Mezcla del Pasado y del Futuro
El director echó una mirada a su alrededor preguntándose quien podía estar en la puerta, y notó que nadie parecía saber la respuesta.
- Adelante.
La puerta se abrió para revelar a un Dumbledore que parecía más viejo, acompañado por otra bruja y un mago. El anciano entró en el cuarto con una pequeña sonrisa en sus labios mientras los tres adolescentes se pusieron en pie rápidamente, aunque Harry vaciló un poco pero se sostuvo con rapidez en la silla. (Utilizará Dumbledore para el del futuro y director para el del pasado)
- ¡Profesor Dumbledore!
- Espero que no hayamos interrumpido nada.- Dumbledore echó una mirada a su alrededor mientras asentía a Ryan, Daniel y Ethan y mirando a los antiguos profesores. Hizo señas a las dos personas que estaba detrás de él.- En caso de que no los hayáis reconocidos estos son la subdirectora Minerva McGonagall y Arthur Weasley.- Los dos asintieron y el hombre se dirigió hacía Harry tomando al muchacho en sus brazos, mientras le daba un gran abrazo.- ¿Cómo te encuentras, niño?- Harry le sonrió ligeramente y enterró su cabeza en la túnica de Dumbledore mientras le devolvía el abrazo.
- Estoy bien, señor.- Dumbledore puso sus manos en los hombros del muchacho y lo alejó un poco mientras lo examinaba con cuidado.- Pareces cansado, Harry, ¿has descansado lo suficiente?- El muchacho miró exasperado al anciano.
- Yo he estado en cama casi toda la semana, Sirius y la señora Pomfrey insistieron.
Dumbledore asintió, todavía lo miraba preocupado pero dejó el tema. Mientras estaba hablando con Harry, Minerva se había acercado a Ryan y Daniel para hablar mientras Arthur hacía lo mismo con sus hijos y Hermione. Dumbledore se movió un poco y le dejó a Harry apoyarse contra sí con un brazo alrededor de los hombros del adolescente, sus ojos observaron a los mortífagos aturdidos y su sonrisa desapareció.
- Veo que al final has capturado a Pettigrew, Harry.- La atención de todos se volvió hacía él y Dumbledore se giró a Ryan y a Daniel.- Realmente estoy sorprendido de ver que sigue vivo, pensé que ya lo habríais matado.- Los dos hombres se ruborizaron un poco y miraron hacía abajo, al final Remus fue quien habló.
- Estuvimos apunto, Albus, pero Harry nos quitó las varitas.- Dumbledore se rió y le alborotó el pelo a Harry.
- Los conoces bien, Harry.
Harry se encogió de hombros y enterró más su cabeza en el hombre. Ryan los miró con una débil sonrisa en sus labios.
- Por cierto, Harry, ¿cuándo nos devolverás nuestras varitas?- El muchacho se río, sacó las varitas de su bolsillo y se las tiró.
- Ya está, ¿felices?
Los dos hombres fruncieron el ceño divertidos y guardaron sus varitas. El director había estado mirando todo aquello con gran entretenimiento hasta que al final centró su atención en Dumbledore.
- Perdón... ¿pero por qué estáis aquí?- Dumbledore sonrió con suavidad a su ego del pasado.
- Acabo de recibir la carta de Harry y hemos venido a llevarnos a los mortífagos; ellos no se pueden quedar aquí, pertenecen a nuestro tiempo, además queríamos ver a nuestros amigos.- Todos se quedaron en silencio durante un momento y entonces se giró hacía Ryan.- ¿Habéis visto a Severus?- Ryan frunció el ceño pero asintió.
- Vino hace un rato, justo después del ataque, Malfoy ya sabe que estamos aquí y no está muy contento. Severus dijo que atacarían alrededor de Navidad.- Dumbledore lo miró pensativo y asintió.
- Ya veo, hablaré con el ministro para ver si puedo conseguir la ayuda de algunos aurores.- Harry se retiró y miró a su mentor angustiadamente.
- Pero, señor, si Fudge se entera que ha estado manoseando en el tiempo enviándonos aquí podría enfadarse y usted tendría problemas.- Dumbledore le sonrió ligeramente al muchacho y lo volvió a apoyar contra sí.
- Calla, niño, no te preocupes por el ministro, lo sé manejar, si me da problemas yo puedo enviar a otros estudiantes o profesores.- Su sonrisa se agrandó.- Estoy seguro que a los gemelos Weasley les encantaría regresar.- La Minerva más vieja levantó la cabeza y lo miró aterrorizada. (Minerva para la del futuro, McGonagall para la del pasado)
- ¡Albus! No puedes hablar en serio, los gemelos son casi peores que los merodeadores, Hogwarts no sobrevivirían con todos en un mismo tiempo.- Dumbledore se rió suavemente.
- Vamos, Minerva, estoy seguro que Harry, Ron y Hermione podrían asegurarse de que los gemelos se comporten.- Remus resopló por detrás suyo causando que Dumbledore lo mirara con las cejas levantadas.
- No te ofendas, Albus, pero tú no has visto lo que estos tres han armado en el desayuno, han hecho que todos adoptáramos algún color y ¡hemos tenido que quedarnos así durante horas!
Los tres adolescentes se ruborizaron un poco bajo la mirada de su profesor mientras que Dumbledore los miraba con sus ojos centelleando, pero no parecía muy sorprendido.
- ¿Y puedo preguntar por qué lo habéis hecho? Normalmente no gastáis bromas en masa excepto en los Slytherins.- Harry se movió un poco en los brazos de Dumbledore, aunque no lo miraba.
- Teníamos una apuesta con Fred y George.- Dumbledore se rió.
- Estoy seguro de que no quiero saber de que trataba la apuesta, pero viendo como pueden influir en vosotros creo que es más seguro para Hogwarts que se queden en el futuro.- Minerva suspiró aliviada causando a las personas del futuro reírse.- Bien, ya veremos lo que hacemos aunque si alguien viene os avisaré por adelantado.- Todos asintieron.
Los ojos del anciano se clavaron en el sombrero seleccionador y sonrió.
- Decidme niños, ¿cómo fue la selección?- Los tres adolescentes lo miraron confundidos y Hermione le contestó.
- Fue bien, señor. ¿Por qué?
- Oh, por nada, siempre me he preguntado si el sombrero seleccionador mantendría su decisión si seleccionáramos a todos los estudiantes otra vez.- Los adolescentes se rieron un poco y Ron fue esta vez el primero en hablar.
- Bien, no lo haría, el sombrero me quería poner en Hufflepuff.
- ¡La verdad es que a mí me quiso poner en Ravenclaw!- Dumbledore les sonrió y miró al último adolescente, que dándose cuenta de su mirada lo miró y sonrió.
- No podía decidir donde ponerme, el sombrero me dijo que encajaba en las cuatro casas.- Dumbledore asintió y una mirada pensativa reemplazó su sonrisa.
- Es curioso... o bien, no es tan importante, ¿todavía estáis en Gryffindor?- Los tres asintieron con grandes sonrisas en sus caras.
- Sí, aunque tuvimos que intimidarlo un poquito. Creo que se quedó bastante frustrado por nuestra culpa.- Antes de que el anciano mago pudiera contestar a la declaración de Harry, Minerva lo cortó.
- Albus, podemos estar siendo rastreados, necesitamos decirles que es lo que está pasando y los niños deben ir a sus salas comunes, parecen exhaustos.
Ron y Hermione protestaron enérgicamente pero Harry no dijo nada, apenas se apoyó más en el brazo de Dumbledore, descansando su cabeza contra el pecho del hombre. Ahora que no tenía que preocuparse por nada más, se sentía muy cansando y se alegraba de poder dejara su mentor tomar el mando.
Dumbledore miró al niño con angustia, mientras sostenía su frágil cuerpo contra sí y intercambiando una mirada preocupada con Ryan que también parecía angustiado y cansado, obviamente había sido una semana también dura para él; se giró a Minerva y le instruyó:
- Minerva, ves con Ron y Hermione a la Torre de Gryffindor, asegúrate que entran. Y vosotros dos descansad ¿vale?- Los dos adolescentes pusieron mala ara pero siguieron a su profesora cuando salió de la oficina.- Arthur, Sirius, Remus, Charlie y tú explicad a todo el mundo lo que está pasando, yo llevaré a Harry a su habitación, quiero hablar con él un rato.- Sin esperar respuesta abandonó la habitación con Harry que caminaba a su lado.
Los pasillos estaban silenciosos ya que todos los estudiantes estaban en sus salas comunes, ni los fantasmas estaban vagando por los pasillos. Mientras caminaban, Dumbledore se dio cuenta que aguantaban la mayoría del peso del muchacho y se preguntó como Harry podía mantenerse en pie. Les tomó diez minutos para llegar a la habitación y Dumbledore empujó suavemente a Harry dentro del cuarto.
- Harry, ves a ponerte el pijama y entra en la cama.
El muchacho asintió y entró en su cuarto cerrando la puerta tras de si. Diez minutos más tarde justo cuando se estaba estirando, Dumbledore entró y sentó a su lado en la cama, justo como había hecho muchas veces después de la muerte de Voldemort. El anciano lo miró cuidadosamente y le preguntó.- ¿Cómo te estás sintiendo? Y esta vez la verdad por favor.- Harry suspiró y lo miró.
- Me siento cansado, pero ahora mismo siempre me siento así, y estoy empezando a odiarlo.- Dumbledore asintió y lo miró serio, entonces negó un poco con la cabeza.- Harry, sabes que no necesitas intentar engañarme cuando estás conmigo, no espero que actúes como un líder, puedes serlo, pienso que cualquiera lo cree menos tú.- Harry suspiró y se acurrucó contra Dumbledore.
- Estoy tan cansado de estar enfermo... ¿Cómo puedo proteger a mis padres si no me puedo proteger a mí mismo? Si Ron no me hubiera advertido sobre Colagusano me podría haber matado con facilidad. Yo deseaba tanto dejar que Sirius y Remus lo mataran y nos librásemos de él, ¿por qué tuve que ser yo quien los detuviera? ¿Por qué no pudieron hacerlo ellos?- Dumbledore suspiró con tristeza y acarició su cabeza con suavidad.
- No lo sé, Harry, pienso que ellos le odian tanto que no son capaces de pensar racionalmente sobre ello.- Se quedó callado durante un rato y luego dijo con suavidad.- Quizá deberías regresar durante un tiempo al futuro.- Harry intentó sentarse pero las manos de Dumbledore lo empujaron otra vez a las almohadas.- Calla niño, sabes que solo quiero lo mejor para ti y estoy muy angustiado porque no conseguirás la paz necesaria para recuperarte totalmente. Aun cuando el gran ataque sea en Navidad, los mortífagos atacaran de forma regular, lo sabes tan bien como yo, y también sabes que te involucrarás.- Harry apartó la mirada y se acurrucó un poco.
- Lo sé, profesor, pero todavía quiero quedarme aquí, a no ser que usted me pida que regrese.- Harry vio que el anciano mago negó con la cabeza.
- No Harry, no te lo estoy pidiendo, por lo menos no todavía. Pero quiero que descanses... mañana no vas a clase y te quedarás aquí descansando, ¿entendido?
- Sí, señor. Gracias por dejarme que me quede.- Dumbledore asintió y se puso de pie y suavemente lo arropó.
- Duerme ahora, niño, vendré a verte la semana que viene.- Harry sonrió y cerró los ojos. Un sentimiento cálido de seguridad se extendió por su cuerpo cuando Dumbledore le besó en la frente antes de irse de la habitación.
