26.- Preocupaciones.

Sirius se preocupó inmediatamente; no le gustaba ver la preocupación en la cara del viejo director.

- ¿Le pasa algo a Harry, Albus?- El anciano suspiró y se sentó al lado de Minerva.

- Estoy angustiado por él, Sirius, está cansado, muy cansado y no solo físicamente. La última pelea sacó mucho de él  no sé si fue una buena idea el dejarle venir.- Sirius negó tristemente.

- Era lo que quería, Albus, tenía derecho a venir si era lo que deseaba hacer.

- Lo sé, Sirius, lo sé.- El viejo mago miró a su joven amigo.- Le he pedido a Harry que mañana se quede en cama. Asegúrate de que lo hace.- Sirius asintió.

- Lo haremos, director.

Dumbledore se puso otra vez de pie y miró a su alrededor.

- Regresaremos la semana que viene para vigilarlo, si la condición de Harry no ha mejorado me lo llevaré al futuro conmigo para que pueda recuperar sus fuerzas.- Después de pensarlo un momento pregunto.- ¿Estás de acuerdo, Sirius?

- Claro, pero ¿por qué estás esperando? ¿Por qué no te lo llevas ahora mismo?

- Le pregunté si quería venir conmigo y me dijo que prefería quedarse. Además, ahora mismo tenemos nuestros propios problemas allí, los periodistas siguen buscándolo, todavía insisten en que quieren entrevistarlo y Rita Skeeter nos está dando muchos problemas, si alguien averigua que Harry está en Hogwarts no tendría ni un solo momento de paz.- Ethan que había escuchado atentamente frunció el ceño.

- Entonces... ¿ha roto la promesa que le hizo a Hermione?- Todos se giraron hacía él y Dumbledore tenía un ligero ceño en su cara.

- ¿De que hablas, Charlie?

- Bien, el verano pasado los escuché a los tres que hablaban sobre ella, no escuché que decían solo pillé la parte en la que Hermione dijo que había averiguado algo sobre Skeeter y había hecho un trato con ella, mientras no escribiera mentiras Hermione no revelaría su secreto.- Minerva resopló suavemente.

- Bien, ciertamente ha roto su promesa. ¿Sabes que era lo que Hermione sabía de ella? Tal vez podríamos utilizarlo para mantenerla callada.- Charlie negó con la cabeza.

- Lo siento, por no lo escuché y cuando les pregunté se negaron a decírmelo. pero les preguntaré de nuevo, quizá ahora que esa Skeeter ha roto su promesa me lo dirán.- Dumbledore asintió.

- Sí, hazlo por favor.- Se giró a los mortífagos que habían permanecido inconscientes todo el tiempo y les puso un hechizo de levitación. Se giró a Arthur y Minerva que permanecían de pie.- Debemos irnos.- El anciano se giró a los demás que habían estado escuchando silenciosamente.- Por favor, confiad en los nuestros, son muy experimentados y harán todo lo posible para mantenerlos seguros.

Los maestros asintieron y con una inclinación hacía las personas del futuro, Dumbledore salió de la habitación seguido por Minerva, Arthur y los mortífagos flotantes.

Una vez se cerró la puerta detrás de los profesores, Sirius suspiró y miró a su alrededor. La mayoría del personal estaba perdido en sus pensamientos y comprendió que no harían más preguntas por esa noche, por lo que se giró hacía Daniel y le hizo señas.

- Vámonos, quiero inspeccionar a Harry.- Remus asintió.

- Claro, Ryan.- El hombre lobo se giró los maestros.- Nos vemos mañana, si necesitáis algo, sabéis donde encontrarnos.

Se despidieron de Ethan que había decidido quedarse en caso de que pasara algo y se marcharon del cuarto en silencio.

Ya en sus habitaciones, Sirius se dirigió inmediatamente a la puerta cerrada del dormitorio de su ahijado. Silenciosamente la abrió y entró en la oscuridad, el muchacho estaba debajo de sus mantas y tenía una mirada pacífica en su cara. Sirius se quedó un rato allí, mirando a Harry y preguntándose que pasaría desde ese momento. Se giró cuando escuchó que la puerta se abría y vio a Remus que entraba, el hombre lobo se movió hasta estar al lado suyo y también miró hacía el niño durmiente, entonces miró la cara preocupada de Sirius y puso una mano confortante en su hombro.

- Estará bien, Canuto.- Su mejor amigo suspiró y se frotó los ojos cansados.

- Lo sé, pero es difícil verlo siempre cansado, parece que cada vez que cada vez que comienza a mejorar pasa algo. Y ha cambiado tanto, me siento como si hubiera perdido al niño que había ganado.

- Sabes que eso no es verdad, Sirius, todavía es Harry.

- Pero un Harry mucho más reservado.- Remus suspiró, no sabía que más decir para calmar los miedos de su amigo.

- Sirius, solo ha pasado un mes desde el ataque, no ha tenido tiempo para superar lo que ha pasado, tienes que tener en cuenta que ha estado inconsciente la mayor parte del tiempo. Tienes que dejar que lo supere y estando aquí es probable que sea más difícil.- Sirius negó con enfado.

- Albus tendría que habérselo llevado, le habría dado tiempo para descansar.

- Albus no quiso forzar las cosas, Harry tiene derecho para decidir lo que quiere hacer con tal de que eso no le haga daño.- Sirius gruñó un tanto fustrado.

- No estoy seguro si esto no le hace daño.

- Lo sé, Sirius, pero ahora mismo pienso que un enjambre de reporteros no sería mucho mejor y Dumbledore no puede estar vigilándolo todo el tiempo. Probablemente sería mucho más estresante que quedarse aquí.- Sirius suspiró derrotado y asintió.

- Supongo que tienes razón, tendremos que ayudarlo aquí tanto como podamos. Estoy seguro de que Albus propondrá alguna solución, siempre lo hace.

Remus asintió y miró al muchacho que estaba en la cama, olvidado de la conversación que sus guardianes habían tenido en susurros.

- Ves a dormir, Sirius, no ayudará si mañana estamos cansados.- El otro hombre asintió, se agachó y besó a su ahijado en la frente.

- Buenas noches, niño

Ambos hombres abandonaron la habitación tan silenciosamente como habían entrado, cuando Sirius cerró la puerta, tuvo tiempo de ver como Eco regresaba al lado de Harry.

A la mañana siguiente, Ron y Hermione se dirigieron al Gran Comedor somnolientamente, no habían podido dormir mucho ya que estaban angustiados por Harry. Caminaron en silencio rodeados de muchos cuchicheos de los otros estudiantes, los más jóvenes lo miraban temerosos, los mayores salían de su camino para permitirles pasar. Muchas veces Ron tuvo el impulso de mirarlos exasperados y gritar que actuaran con normalidad, por suerte, gracias a su larga amistad con Harry estaba habituado a este tipo de comportamiento, aunque era normalmente su amigo moreno quien atraía la atención. Hermione caminó a su lado, ignorándolos también, esa era la mejor manera de tratar la situación: ignorarlos a todos y esperar hasta que comprendieran como estaban actuando.

Ron y Hermione se sentaron en la mesa de Gryffindor y notaron que ni Ryan ni Daniel se habían presentado en la mesa de profesores aún, Ethan estaba en una profunda conversación con el profesor Flitwick. Una voz los sacó a los dos de sus pensamientos.

- Eh.- Ambos adolescentes miraron y sonrieron.

- Hola Sirius, hola James.- Los dos merodeadores les devolvieron la sonrisa y se sentaron delante de ellos aunque James miró a su alrededor y frunció ligeramente el ceño.

- ¿Dónde está Harry?- Inmediatamente Hermione parecía angustiada.

- No lo sabemos, no lo hemos visto desde ayer.

- Harry no vendrá hoy.- Los cuatro adolescentes se dieron la vuelta y se encontraron con Daniel.- Esta muy cansado de la pelea de ayer, y sabéis que su salud ahora mismo no es muy buena. Ryan insistió en que se quedara hoy en la cama, lo más seguro es que mañana también. Depende de cómo se sienta.- Viendo las caras preocupadas de los adolescentes sonrió.- Si luego está despierto, podéis ir a verlo, estoy seguro que a Ryan no le importará.

Los cuatro amigos sonrieron un poco aliviados y se despidieron con la mano de Daniel cuando se alejó. James parecía entusiasmado con la idea de hablar otra vez con Harry.

- Eh, será fantástico. No he tenido la oportunidad de hablar mucho con él, y ahora es un héroe, ya sabéis, salvó a Dumbledore y a todos nosotros.- Ron y Hermione gimieron y pusieron la cabeza en sus manos. El pelirrojo murmuró.

- Sí, lo sabemos. Es algo normal en él.

Pero ningún merodeador lo escuchó, estaban hablando sobre lo que le iban a preguntar a Harry.