37.- La Cámara de los Secretos

Ron pronto fue unido por el resto y enfrentó el mismo pasillo que había visto en su segundo año cuando Harry y él habían bajado allí para salvar a Ginny. Esta vez no había ningún Lockhart, por suerte, para hacer sus hechizos tontos y hacer que se derrumbara las paredes. Ron usó la luz de su varita para lanzar una mirada a su alrededor; quiso asegurarse que todos estaban listo para hacerlo. Estaba especialmente interesado en los Merodeadores, que parecían alucinados, no prestaban mucha atención a lo que estaba pasando. Sus ojos se fijaron en Sirius, y detrás de la confusión pudo ver la mirada terca que a menudo había visto en los ojos de Ryan cuanto iba mal con Harry. Este adolescente no iba a dejar a nadie que lo alejara de allí, estaba determinado a hacer lo imposible por salvar a sus amigos. Dirigió su mirada a Remus y vio que el joven hombre lobo estaba tan determinado como Sirius.

Con un suave suspiro, Ron se giró a Hermione. Su amiga también había estado mirando a los dos adolescentes. Intercambiaron rápidas miradas, pero no dijeron nada. Dumbledore hizo señas para continuar andando; no haría ningún bien estar esperando y perdiendo el tiempo.

Les tomó veinte minutos llegar a las puertas que Harry les había descrito. Mirando las serpientes, Ron tuvo que evitar el estremecerse cuando las criaturas le estaban mirando de una forma que asustaba particularmente. El adolescente se dio la vuelta y preguntó suavemente.

- ¿Estáis listos?

Todos asintieron, algunos de ellos más confiadamente que otros. Ron miró otra vez las puertas y levantó su brazo. Dereck inmediatamente siseó de nuevo y las grandes puertas se abrieron. La habitación que había detrás de las puertas se encontraba totalmente negro, no entraba ni un rayo de luz. La que brillaba en sus varitas no era suficiente para iluminar la habitación, más bien, apenas ayudaba a que no tropezaran con las estatuas.

Habían dado solo unos pasos cuando las puertas se cerraron de golpe. Ron y Hermione junto con Ryan, Daniel y Dumbledore, se obligaron a quedarse en donde estaban, no podían arriesgarse a darse la vuelta, podían ser atacados por la espalda. Un sonido parecido a un zumbido comenzó en algún lugar delante de ellos. Ethan, Sirius y Remus se dieron la vuelta, justo para ver dos luces que venían de la tierra. No eran muy fuertes, de hecho, eran embotas y tenían un tinte verdoso. Antes de que cualquiera se pudiera mover, el zumbido se convirtió en un ruido fuerte. La tierra se abrió en dos puntos luminosos y de repente, apuntaron a dos cruces. Hermione abrió la boca y palideció. En las dos cruces se encontraban James y Lily. Era difícil decir si estaban vivos o muertos, estaban inmóviles, sus cabezas colgaban hacía un lado y sus manos colgaban flácidamente desde las cuerdas que los aguantaban en su sitio.

Ron miró hacía adelante con una austera fascinación, mientras intentaba enfocar lo bastante como para ver si los dos adolescentes todavía respiraban. Un suave sonido detrás suyo le hizo girarse justo para coger a Sirius que había comenzado a correr en dirección a sus amigos. El muchacho moreno no estuvo demasiado feliz de ser refrenado así, y comenzó a luchar contra él. Ron se alegró que Daniel hubiera cogido a Remus porque si tenía problemas con Sirius, no quería ni pensar en lo que sería refrenar al otro muchacho con la fuerza física superior que poseía el joven hombre lobo. Al final, después de unos minutos de luchar, Ron lo dominó. El muchacho pelirrojo lo  empujó hacía atrás y le dio una bofetada a Sirius, que dejó de luchar enseguida y miró asustado al otro muchacho mientras llevaba su mano hasta su cara despacio. Ron lo cogió por los hombros y lo agitó enérgicamente.

- Maldición, Sirius, deja de actuar como un niño. No tenemos tiempo para cuidar a niños como tú.- el adolescente lo miró herido pero Ron no había acabado todavía.- Usa la inteligencia por una vez. ¿Piensas que quienquiera que ha preparado esto dejara que bajemos a James y a Lily y que nos marchemos? No tiene ningún sentido. De hecho, no me sorprendería que el área que rodea a los crucifijos no esté maldita.

Sirius miró hacía el suelo, avergonzado por no haber pensado eso. Ron lo dejó ir despacio y se giró otra vez; Remus también había estado escuchando las palabras del pelirrojo y ahora se estaba quieto en los brazos de Daniel, pero el profesor no lo dejó ir, sabiendo que si el adolescente quería rescatar a sus amigos nadie sería lo bastante rápido para atraparlo.

Una voz suave y cruel rompió la tensión que había crecido dentro del grupo de rescate y Ryan sabía que estaban rodeados. No podía verlos ya que la luz de los crucifijos no era suficientemente fuerte, pero podía sentir su presencia oscura que los rodeaba. Un hombre caminó hacía la luz, interponiendose entre las dos cruces donde se encontraban colgando los dos adolescentes.

- Estoy sorprendido de conocer a un Weasley que tiene la suficiente inteligencia como para reconocer el peligro antes de correr a salvar a estos dos. Lo último que había oído, era que vuestra tonta familia que adora a los muggles era demasiado temperamental y se le tenía que romper la cabeza antes de que comprendieran algo tan simple como eso.

Ron y Ethan gruñeron enfadados, pero se quedaron donde estaban, si había algo que la guerra les había enseñado a ambos era a permanecer lúcidos durante una batalla y nunca ceder a las burlas de los enemigos.

Fue el propio Dumbledore quien rompió el silencio.

- ¿Quién eres?- El hombre miró al director con una mirada de aborrecimiento.

- Yo, viejo necio, soy el Rey Oscuro. Soy el más poderoso y…- Ryan lo cortó con un resoplido desdeñoso.

- Ese es Malfoy, la mascota de Voldemort. Ni siquiera o era lo suficientemente poderoso como para ascender en su propio tiempo y tuvo que venir al pasado con los pocos mortífagos que no fueron capturados por los aurores. Me pregunto lo que el Voldemort de este tiempo te haría si te cogiera intentando tomar su lugar, Malfoy.

Ryan sonrió burlonamente cuando vio como el rubio cerraba sus puños mientras que Ron y Hermione miraban entretenidos la conversación. Una voz suave al lado de Ron distrajo la atención de todos, parecía Sirius al fin había notado que pasaba algo raro además de obvio.

- ¿Al pasado?- Se giró para mirar a Remus pero este estaba mirando confuso a Daniel.- ¿Qué quieres decir?- Malfoy se relajó visiblemente y comenzó a reírse otra vez.

- Vaya, vaya, vaya… parece que alguien ha estado guardando secretos. La verdad, Black, Lupin, pensaba que le habríais dicho a vuestros egos pasados todo lo que estaba pasando hace tiempo.