44.- Confianza
Ron y Hermione aparecieron en el aula de transformaciones. El porqué habían llegado a ese lugar en particular estaba más allá de lo que podían comprender, pero ni se detuvieron para preguntárselo. Hermione abrió la puerta y miró afuera de forma silenciosa, y se sintió aliviada cuando vio que los estudiantes estaban en sus salas comunes o fuera, dejando los pasillos vacíos. Ambos adolescentes caminaron de forma rápida por los pasillos, usando los más pequeños para evitar las muchedumbres y decidieron utilizar el pasaje que había detrás de la bruja para ir a Hogsmeade, era la forma más segura. Ron miró a Hermione mientras caminaban por el oscuro camino.
- Bien, ¿qué vamos a hacer ahora, Herm?- La muchacha se encogió ligeramente de hombros
- Puesto que el profesor Dumbledore nos dijo que James y Lily pueden vernos, creo que la forma más fácil es buscarlos. Una vez los encontremos, podemos invitarlos a una cervezas de mantequilla en Las Tres Escobas y tú o yo podamos ponerles la poción en las bebidas.- Ron asintió pensativamente.
- Supongo que eso estará bien. Ahora solo tenemos que encontrarlos.
Hermione no dijo nada ya que habían llegado a Honeydukes. Con cuidado, cruzaron el sótano y salieron sin que nadie los notara, parecía que la suerte estaba de su lado. Ambos amigos se encontraron otra vez al aire libre e hicieron una pausa para intentar decidir donde podían estar. No sabían que era lo que había pasado con los mortífagos exactamente ya que Snape no había estado en el grupo que había realizado el secuestro. Suspirando, Hermione decidió que podrían comenzar a mirar, ya que no tenían todo el tiempo del mundo. Ron la llevó primero a Zonko's ya que era el lugar más probable donde James estuviera, por desgracia, no estaban allí. Los dos amigos comenzaron a mirar durante un rato, entrando y saliendo de diferentes tiendas, hasta que Ron descubrió una muchacha pelirroja cerca de la oficina de correos. Rápidamente arrastró a Hermione hasta el edificio y se encontraron cara a cara con Lily, la muchacha parecía muy sobresaltada cuando los vio y parpadeo dos veces antes de saludarlos.
- ¡Ron! ¡Hermione! ¿Qué estáis haciendo aquí?- La muchacha de pelo castaño suprimió el impulso de estrangularla y sonrió un poquito.
- Queríamos salir del castillo un rato, nos estabamos comenzando a aburrir. ¿Qué estás haciendo aquí, Lily? ¿Estás sola?- La pelirroja negó con la cabeza ligeramente.- Estoy aquí con James, quería comprar algunas bromas para gastarlas mañana en el desayuno.
Hermione se tensó, se estaba comenzando a enfadar, vio que Ron también había enrojecido un poco y cogió su brazo con rapidez, apretándolo suavemente para tranquilizarlo, no iría bien que se enfadaran ahora con los dos adolescentes tontos. Antes que ninguno pudiera volver a hablar, James salió del edificio con una gran bolsa cogida en sus brazos. El muchacho les sonrió.
- Eh, muchachos, que bien que os veo aquí.- Se giró hacía su novia.- He enviado el mensaje a tu madre, Lils, espero que te conteste pronto.- La muchacha asintió y lo beso rápidamente.
- Gracias James.
Ron y Hermione los miraron comenzando a impacientarse. Cuando James y Lily se separaron, Hermione dijo de inmediato.
- Eh, chicos, que tal si vamos a beber algo caliente, estoy comenzando a tener frío.
La feliz pareja estuvo de acuerdo enseguida y comenzaron a ir hacía la taberna, los otros dos adolescentes los seguían detrás. En cuanto llegaron, Hermione dijo que iría a conseguir las bebidas y con una mirada rápida a Ron, le hizo señas para que se marchara con James y Lily hacía donde una joven señora Rosmerta estaba sirviendo. El muchacho asintió ligeramente y dirigió con suavidad a los otros dos a una mesa que se encontraba en una de las esquinas más oscuras mientras Hermione fue a buscar las bebidas. Ron miró cuidadosamente a su amiga cuando ella regresó con cuatro bebidas en sus manos. Con una pequeña sonrisa, ofreció dos vasos a James y a Lily que se lo agradecieron, y mientras le daba su bebida a Ron asintió, indicando que había hecho lo que habían acordado y que en unos minutos ambos adolescentes estarían protegidos.
Por desgracia, antes que pudieran comenzar a beber, comenzaron los gritos. Los cuatro amigos miraron hacía la ventana y vieron aproximadamente diez mortífagos que lanzaban maldiciones a las personas. James y Lily se levantaron, sabían que tenían que salir de allí, al igual que estaban haciendo los demás clientes, pero Ron fue más rápido. El pelirrojo se levantó de su asiento y los agarró por las muñecas y los cuatro se quedaron quietos durante un minuto, cada uno miraba a los otros atentamente. Al final, James habló con voz suave.
- Ron, tenemos que irnos de aquí, los mortífagos están atacando así que ¿me sueltas la muñeca?- El otro muchacho asintió ligeramente, pero no lo soltó.
- Lo sé, y nos iremos de aquí, pero antes necesito que te bebas la cerveza de mantequilla.- Los ojos de James se estrecharon y comenzó a retorcer su muñeca para liberarla.
- ¡Ahora no hay tiempo para beber! ¡Nos pueden matar y en todo lo que piensas es en tu estómago!- Ron lo miró serenamente y apretó su agarro.
- ¡James, bebe!- Antes que el adolescente pudiera contestar, Lily que había estado mirando atentamente a Hermione habló.
- ¿Por qué? ¿Por qué es tan importante?- La muchacha de pelo castaño la miró por un momento, antes de volver a mirar por la ventana.
- No puedo decírtelo ahora. Por favor, confiad en nosotros y bebeosla.- Lily continuó mirando a la muchacha.
- Nos estás pidiendo mucho, ¿por qué tendríamos que confiar en vosotros?- Hermione la miró fijamente.
- ¿Por qué debéis confiar en nosotros? Bien, ¿qué tal porque nuestro mejor amigo salvó vuestras vida a costa de la suya propia? ¿Qué tal todas las veces que Ron y yo os hemos intentado proteger? ¿O por qué creéis que estamos aquí? No es que tuviéramos ganas de estar en Hogsmeade, podríamos estar en Hogwarts, lejos de los mortífagos. ¡Pero simplemente decidisteis dejar el lugar más seguro para comprar algunas malditas bromas! ¿Tenéis alguna idea de lo que pasará si los mortífagos os atrapan?- Antes que tuvieran tiempo de contestar, Ron les estiró de las muñecas con fuerza.
- ¡Es suficiente! Bebed las cervezas de mantequilla y saldremos. Estamos perdiendo tiempo. Los mortífagos se están acercando y no podemos salir de aquí.
James parecía que quería discutir un poco más, pero Lily cogió por fin la copa y comenzó a beber despacio. Con un suspiro resignado, James hizo lo mismo, pero antes de beber miró a los otros dos de forma asesina.
- Si algo le pasa a Lily, lo sentiréis.- Ron los miró con firmeza.
- No le pasará nada.- Y añadió en su cabeza.- Al fin. Después que la joven pareja había acabado sus bebidas, Ron dejó ir sus muñecas y se giró.- Vamos, no tenemos que perder más tiempo.
Los cuatro adolescentes salieron de la taberna sin ninguna otra palabra y rápidamente se dirigieron hacía Honeydukes. Hermione les vio venir; un grupo de cinco mortífagos, que andaban tambaleándose desde las sombras de un edificio y les acercaba silenciosamente. La muchacha había estado corriendo al lado de Ron, cogió su mano y lo arrastró de allí hacía un callejón oscuro, justo para evitar las maldiciones que habían volado a donde estaban.
Los cinco hombres enmascarados estuvieron de pie durante un rato delante de las formas aturdidas de James y Lily. Uno de ellos se giró hacía el que parecía el líder.
- Los otros dos se escaparon. ¿Debemos intentar atraparlos?- El líder lo miró pensativamente y Ron y Hermione aguantaron la respiración. Después de un momento el hombre negó con la cabeza.
- No, no merece la pena. Tenemos a los que vinimos a buscar, vamos con el Maestro antes que se ponga impaciente.- Cogiendo a los dos adolescentes, los cinco mortífagos desaparecieron. Ron y Hermione se quedaron en su sitio por unos minutos más y entonces, sin decir un palabra salieron del callejón y comenzaron su camino hacía La Casa de los Gritos. Lo habían hecho, ahora todo dependía de Harry.
