46.- La pesadilla de James I
Harry caminó despacio al vestíbulo, todo estaba callado y oscuro de forma antinatural; apenas podía ver su mano delante de su cara, por lo que se vio obligado a caminar despacio temiendo que chocaría con algo, pero ni eso lo ayudó cuando se resbaló en algo mojado y se cayó hacía delante. Gimiendo de dolor, se puso de rodilla y frunció el ceño, el suelo estaba cubierto con algo; era más espeso que el agua y no podía determinar realmente que era, también olía de una forma extraña. Permaneció quieto durante un rato todavía mientras intentaba que era lo que debía hacer, al final decidió encender alguna luz. Alzó la mano y se concentró un poco, y muy despacio comenzó a brillar una luz dorada.
Inmediatamente deseó no haberlo hecho, lo que se encontró era una vista repugnante; el suelo estaba completamente cubierto de sangre. Harry se estremeció, había visto cosas muy malas en su vida, debería estar acostumbrarse a ver sangre, pero por algún motivo, ver solo la sangre sin una fuente, hacía que la vista fuera peor. Tomó aire profundamente para calmarse un poco, intentó ignorarla y caminó hacía delante, siguiendo el tirón que sentía todavía. Se sobresaltó un poco cuando se encontró con las puertas cerradas del Gran Comedor, aquello era extraño, esas puertas no estaban cerradas casi nunca, eran demasiado grandes y habría sido una molestia para los estudiantes tener que abrirlas cada vez que iban a comer. Consideró darse la vuelta y mirar por otra parte, pero el tirón le hacía prestar atención a la puerta. Incluso antes que hubiera dado los primeros pasos de la escalera que lo habrían llevado al piso superior, el muchacho se encontró girándose y volviendo a las puertas. Medio molesto consigo mismo, puso la mano contra la puerta y empujó suavemente.
Un suspiro resignado se escapó de los labios del muchacho cuando la puerta se abrió sin un sonido. Había estado esperando que no lo hiciera para que pudiera marcharse. Negando con la cabeza, entró en la habitación despacio, teniendo cuidado de no resbalarse con la sangre que todavía cubría todo el suelo. Una vez dentro, la puerta se cerró silenciosamente detrás del muchacho, este se giró un poco, no muy sorprendido, después de todo aquello se estaba convirtiendo en una vieja película de terror.
Murmurando para sí, levantó la mano y la hizo brillar un poco más. Inmediatamente deseó no haberlo hecho, ahora sabía de donde venía toda aquella sangre. El suelo estaba completamente cubierto de cuerpos mutilados.
Harry retrocedió hasta que se apoyó contra la puerta, la luz de su mano vaciló hasta que desapareció, dejando al muchacho otra vez a oscuras. Los largos minutos pasaron antes de que Harry intentara continuar, tenía que permanecer lo más tranquilo posible si quería saber que pasaba. De repente, un pequeño sonido atravesó la habitación, haciendo a Harry saltar tres metros en el aire; había sido muy suave pero debido al silencio antinatural del castillo había sonado tan fuerte como un disparo.
Harry hizo aparecer la luz otra vez de forma rápida, cualquier cosa que había hecho eso todavía estaba vivo en la habitación, quiso verlo en vez de permitirle matarlo. Pasaron unos minutos mientras examinaba la habitación cuidadosamente, estaba comenzando a creer que había sido su imaginación cuando vio un pequeño movimiento que venía de la mesa de Gryffindor. Despacio, intentando no pisar los cuerpos, caminó hacía la mesa. Se sobresaltó mucho cuando vio que el ruido no venía de ninguna bestia incluso de ningún mortífago, en cambio sus ojos se fijaron en la pequeña figura de su futuro padre que se estremecía. El joven James estaba sentado contra la pared, con una Lily aparentemente muerta acunada en sus brazos. Harry frunció el ceño, aquello no podía estar pasando, James estaba durmiendo en la enfermería y ciertamente Lily no estaba muerta. Empezó a recordar que era lo que había pasado exactamente; después de dejar su cuerpo había sido atraído hacía James y todo se oscureció. Estrechando los ojos, Harry comenzó a comprender las cosas, no solo había sido atraído hasta James, aparentemente había sido atraído dentro de James. Estaba en la cabeza de su padre y por lo que veía, no era muy agradable. Quizá por eso no se había despertado aún, si el muchacho no comprendía que aquello era un sueño en lugar de una realidad, probablemente no podría despertarse. Con una nueva resolución, sabiendo que debía sacar a su padre del castillo, Harry se le acercó y se arrodilló delante del muchacho, mientras esperaba que le viera. Suavemente, Harry le habló.
- James.
El muchacho se estremeció y miró rápidamente. Sus ojos castaños eran grandes y desesperados, su cuerpo comenzó a temblar todavía más mientras acercaba a Lily todavía más. Harry frunció el entrecejo ligeramente, mientras se preguntaba cuanto tiempo habría estado allí.
- James, ¿puedes oírme?- La expresión aterrada del muchacho cambió a una de confusión.
- ¿H... Harry? ¡Pe... pero estás muerto! ¿Estoy muerto?- A pesar de la situación en la que se encontraban, Harry no pudo evitar una pequeña risita
- James, relájate, no estás muerto.- El muchacho miró tristemente hacía su novia.
- Lily está muerta.- Harry negó firmemente.
- No James, Lily no está muerta.- James lo miró sin creerle.
- Sí que lo está, mírala.
El muchacho movió un poco el cuerpo que sostenía y Harry tuvo que suprimir un temblor ante la imagen de su madre muerta, era un doloroso recordatorio de lo que pasaría en el futuro. Empujando a un lado sus recuerdos, miró a su padre otra vez.
- Sí, puedo verla, pero no es la Lily real, este no es el mundo real, es solo un sueño.- James lo miró escéptico.
- ¿Un sueño? Esto no es un sueño, es real, Lily está muerta.
Harry gimió y colocó la cabeza entre las manos; tenía que convencer al otro muchacho que aquello no era real. De repente una idea comenzó a formarse en su mente.
- James, si esto es real, entonces dime ¿cómo es que estoy aquí.- Su futuro padre lo miró confundido.- Estoy muerto ¿recuerdas? No podría hablar contigo si esto fuera el mundo real.- James lo miró pensativo soltando su agarro de Lily.
- Eres un fantasma.- Harry alzó una ceja y extendió su brazo.
- No puedes tocar a los fantasmas, intenta tocarme.
El joven muchacho extendió tentativamente su brazo, mientras que Harry suplicaba que James pudiera tocarlo. En el mismo momento que James lo tocó una luz brillante iluminó el cuarto y los cuerpos desaparecieron. Harry lanzó una mirada a su alrededor, parecía que las cosas iban bien. Su padre se puso de pie de forma temblorosa y lanzó una mirada a su alrededor boquiabierto.
- ¿Todo era un sueño?- Harry sonrió un poco de forma burlona.
- Más bien, una pesadilla, pero sí.- James se giró y lo miró atentamente.
- ¿Cómo es que sigues aquí todavía?- La sonrisa burlona del muchacho se ablandó.
- Todavía no te has despertado. Supongo que tendré que quedarme aquí hasta que te despiertes, no tengo mucha idea de lo que está pasando, pero es lo único que tiene sentido. Salgamos de esta habitación, estoy comenzando a sentirme arrastrado de nuevo.
James asintió y juntos dejaron el Gran Comedor, cuando estaban caminando por el gran césped que rodeaba Hogwarts, James volvió a hablar.
- ¿Puedo preguntarte algo?- Harry lo miró de forma interrogante.
- Sí, claro.
- ¿Por qué lo hiciste?- James dejó de andar y Harry se giró para mirarle fijamente mientras preguntaba.
- ¿Hacer qué?
- Saltar delante de la maldición asesina que venía hacía nosotros, te sacrificaste por nosotros. No lo entiendo, apenas nos conocías a Lily y a mí.- Harry suspiró y se giró para mirar el lago fijamente, mientras se preguntaba que debía decirle al otro muchacho.
- ¿Tanto te importa, James?- Su futuro padre asintió decididamente.
- Sí, me importa, necesito entender por qué lo hiciste. - Harry caminó hasta el lago y se sentó al lado de un árbol, mientras señalando al otro para que se sentar a su lado.
- Bien, es una historia bastante complicada y no entraré en detalles.- James asintió y se sentó a su lado.- Mira, Ryan, Daniel, Ethan, mis amigos y yo, no somos exactamente de tu mismo tiempo, venimos del futuro. Fuimos enviados al pasado por Albus Dumbledore para evitar que nuestros mortífagos invadieran vuestro tiempo.- James lo miró boquiabierto.
- ¿Vienes del futuro?- Harry se rió.
- Sí, eso fue lo que dije. Salte delante de ti, porque tú no tenías que morir ese día.- James quedó silencioso durante un momento y entones negó con la cabeza.
- Todavía no tiene sentido. Aún cuando vengas del futuro y yo no debía morir, no tenías que saltar delante de la maldición asesina por alguien a quien no conoces. Es inútil dejar de vivir por otro.- Harry alzó una ceja.
- ¿Quieres decir que es inútil dejar mi vida por mi existencia? Eso no tiene mucho sentido James.- El otro muchacho lo miró completamente confundido.
- ¿Existencia? ¿Qué quieres decir?- Harry se rió suavemente y extendió una mano.
- Temo que no nos hayamos presentado correctamente. Mi nombre es Harry Potter y soy el hijo de James y Lily Potter.
