47.- La pesadilla de James II

James estaba sentado mirándolo con escepticismo, habían estado así durante unos minutos y Harry estaba comenzando a ponerse un poco impaciente. Claro que él podía imaginarse el susto que suponía para el otro muchacho averiguar que tenía o tendría un hijo, pero cosas más extrañas estaban pasando en ese momento y necesitaba acabar con eso. Al final, James lo miró negando con la cabeza.

- Este sueño se está volviendo cada vez más extraño.

Harry miró boquiabierto al otro muchacho y dejó caer su cabeza contra sus rodillas, aquella era la última reacción que había esperado de su padre, la verdad es que había estado preparado para que estuviera furioso, feliz o cualquier otra cosa, pero que James pensara que aquello era todavía un sueño era demasiado. Le entraron ganas de agitar al otro muchacho, hacerle ver que tenía sentido pero comprendió que no había tiempo para hacerlo, necesitaba que se despertase. Se puso de pie y miró hacía James.

- ¿Tienes alguna pregunta más?- James le miró con una expresión neutra.

- Muchas, pero creo que no quiero escuchar la respuesta ahora mismo. Todo esto ya es bastante extraño.

Harry estuvo silenciosamente de acuerdo, ¿por qué debería perder el tiempo explicando las cosas cuando James ni siquiera lo iba a creer? Alargó su mano para ayudar al otro chico y Harry asintió.

- Sí, creo que lo mejor será que encontremos una forma de que despiertes.- James también asintió.

- Está bien pero, ¿cómo?- Harry se encogió de hombros.

- Creo que lo mejor será que intentemos encontrar algo que esté fuera de lugar.- El otro muchacho resopló.

- Harry, todo está fuera de lugar.- El muchacho moreno lo miró un poco molesto.

- ¿Tienes una idea mejor?

James negó con la cabeza y ambos muchachos comenzaron a recorrer las tierras. Harry estaba mirando a su alrededor, mientras buscaba una forma de salir de allí, James, en cambio, estaba sintiéndose extraño, había una sensación extraña que le atravesaba la mente, algo que lo dirigía en una dirección distinta.

- Harry, tenemos que ir al lago.

El otro muchacho lo miró atentamente por un momento y luego solo asintió. Los dos estaban de pie, asustados ante como vieron el lago; el agua, si es que era eso lo que ahora llenaba el lago, era de un color ámbar en vez del usual color azul oscuro. James se mordió el labio.

- Supongo que esto puede calificar como extraño, ¿no lo crees Harry?

Pero el otro muchacho no le estaba prestando atención, en cambio, estaba mirando hacía un árbol que estaba cerca del lago. Estaba escuchando débiles gritos que provenían de allí, e instintivamente supo que era el momento de dejar a James y ayudar a Lily

- ¿Harry?- El muchacho miró hacía su padre y le sonrió suavemente.

- Sigue, James, creo que esto te ayudará a despertar, pero ahora mismo me necesitan.- James frunció el ceño confundido.

- ¿Te necesitan?- Harry asintió.

- Lily también esta entrampada en una pesadilla. Tengo que ayudarla a despertarse.- James abrió la boca.

- Tengo que ayudarla, voy contigo.- Su hijo le sonrió suavemente.

- Me temo que es imposible, James. Tú estás en tu cuerpo, atrapado en tu mente y ella está en el suyo. Si entras en su mente, siempre hay la posibilidad que no puedas despertar y eso significaría que todos nuestros esfuerzos han sido inútiles. Por favor, entra en el lago y despiértate.- James no parecía estar de acuerdo con él y quiso discutir con el otro muchacho. Harry puso una mano confortante en su hombro.- Por favor, confía en mí, sé que es duro de hacer, pero sabes que haré todo lo que esté en mi poder para ayudarla.- James negó con furiosamente.

- ¡No puedo! Por favor, Harry, Lily es mi vida. Tengo que ayudarla.- Harry lo miró con simpatía.

- Lo sé, James, pero ahora mismo lo mejor que puedes hacer por ella es despertar. Imagínate que pasaría si la ayudas a despertar y te mueres allí. Ella se despertaría para encontrarte muerto. ¿Eso es lo que quieres?- El otro muchacho se enfurruñó.

- No.

- Entonces, por favor, entra en el lago y déjame hacer lo que tengo que hacer.- James al final suspiró y cedió.

- Está bien, pero si algo le pasa a Lily, te perseguiré aún cuando solo seas un fantasma.- Harry lo miró exasperado.

- No soy un fantasma. Sin embargo, ¿podrías decirle algo a Ryan por mí?- James se encogió de hombros.

- Claro ¿el qué?

- Dile que estoy bien ¿de acuerdo? Que no tiene que  preocuparse.

- Harry, estás muerto.- El muchacho miró a su futuro padre exasperado; realmente no era culpa de James pero a veces el otro muchacho podía ser un poco corto.

- Compláceme y díselo.

- Me encerrarán en St. Mungo por eso, pero está bien, se lo diré. ¿Algo más?

Harry negó con la cabeza y se devolvió su atención hacía el árbol; los gritos se habían vuelto más ruidoso y estaba comenzando a preocuparse. Se giró otra vez hacía James y le hizo señas para que se dirigiera al lago.

- Vamos, James. Ves.- El muchacho lo miró vacilante otra vez y Harry frunció el ceño, su paciencia se estaba agotando.- James, si no te metes en el lago ahora mismo, te voy a empujar para que entres.- James lo miró.

- ¿Por qué no vas a ayudar a Lily? Entraré cuando te hayas ido.- Harry estrechó los ojos.

- James Potter, no esperarás realmente que te deje aquí solo ¿verdad? Sé que en el momento en el que me vaya, me seguirás.

Jame se ruborizó, pero no se movió de donde estaba. Al final, Harry tuvo suficiente, cogió con fuerza una de las muñecas de James y comenzó a arrastrarlo hasta el lago. James hizo un débil esfuerzo por soltarse pero Harry era más fuerte de lo que parecía.

- Sigue, y no se te ocurra hacer una estupidez. ¿De acuerdo?

Sin esperar respuesta, Harry empujó al otro muchacho al lago. Inmediatamente, el lago comenzó a cambiar de color y el mundo que había a su alrededor comenzó a desaparecer, una señal de que James lo había hecho y había comenzado a despertar. Harry corrió rápidamente hacía el árbol; sabía que tenía que salir del sueño antes que James se despertara del todo. Con un poderoso salto, golpeó el árbol y todo se volvió negro.

Habían pasado aproximadamente dos horas desde que Harry había desaparecido. Albus y Severus no se habían movido de sus lugares cerca de las dos camas, mientras esperaban pacientemente por una señal de que ambos adolescentes se despertaban. El anciano estaba dormitando en su silla; habían sido unos días muy estresantes y su edad lo estaba comenzando a alcanzar, Severus estaba planteándose se debía ponerlo en una cama cuando un pequeño sonido llamó su atención. Se puso de pie con rapidez, y se acercó más a la cama de James. El muchacho se estaba revolviendo un poco, luchaba por despertar.

- ¡Albus!- El director se despertó con un sobresalto y se quitó el sueño de los ojos.

- Sí, Severus. ¿Qué pasa?- Dumbledore se puso sus gafas y que el hombre estaba más cerca de la cama de James.

- Creo que Potter se está despertando.- Albus se acercó de forma inmediata, justo para ver como el muchacho abría sus ojos despacio. Sonriendo con suavidad, el director cogió la mano del muchacho en la suya.

- Severus, por favor, ves a buscar a mi ego pasado, a Poppy y a Remus.- El otro hombre asintió y salió con rapidez de la habitación.

- ¿Director?- Dumbledore devolvió su atención hacía el joven muchacho.

- Hola, James. Nos has tenido muy preocupados.- El muchacho se sentó despacio, ayudado por el hombre.

- Tuve un sueño muy extraño. ¿Qué ha pasado?- Dumbledore le sonrió suavemente.

- Lily y tú fuisteis envenenados. Un veneno que os encerró en vuestras mentes y os provocó pesadillas. Puedo imaginar que no ha sido muy agradable.- James frunció el ceño.

- Recuerdo a un hombre muy extraño que nos dio a beber algo. Era muy extraño. Se rió mucho, diciendo que el Niño-que-vivió moriría por fin.- Dumbledore asintió y apretó su hombro.

- Está bien, James. Ya nos hemos encargado de ese hombre, no tienes que preocuparte más por él. ¿Quieres hablar sobre los sueños? Supongo que fueron realmente aterradores.- James se estremeció un poco.

- Lo eran al principio, pero luego mejoraron.- El hombre alzó una ceja.

- ¿Mejoraron? ¿Cómo, James?

Pero antes que el adolescente pudiera contestarle, cuatro personas entraron en la habitación. La señora Pomfrey lo hizo recostarse para revisarlo mientras otros dos hombres se acercaron a Dumbledore. Lo que realmente llamó la atención de James, fue el otro Dumbledore que había entrado. El muchacho miró fijamente a los dos directores, entonces fue cuando se dio cuenta que aquel con el que había estado hablando era más viejo que el que estaba acostumbrado a ver. Al ver su expresión desconcertada, el profesor Moon se rió calladamente.

- Creo que el joven James está desconcertado, Albus.- Dumbledore se rió suavemente.

- Era de esperar. Lo siento, al principio no me he "presentado" James. Soy Albus Dumbledore, el ego futuro de tu director.- Los ojos de James se abrieron desmesuradamente ante las noticias, intentando ignorar a la señora Pomfrey.

- ¿Viene del futuro?- El director más joven asintió.

- De hecho, todos ellos. Creo que debo presentarte a los profesores Snape y Lupin.- Snape frunció el ceño.

- Potter.- Remus negó con la cabeza, divertido ante el tono del profesor de pociones pero devolvió la atención hacía su joven amigo.

- Hola Cornamenta.

- Lunático.

James se apoyó contra unas almohadas que la señora Pomfrey había puesto en su espalda completamente confundido. Mientras que Poppy había devuelto su atención hacía los hombres y les explicó que James estaba absolutamente bien, aunque bastante cansado. Después se dirigió hacía Lily para mirar si había habido cualquier cambio. Los hombres la miraban mientras trabajaba pero un grito sorprendido les hizo girarse otra vez hacía James. El muchacho estaba sentado sin ayuda de las almohadas.

- ¡Esperad un momento! ¿Ryan, Ethan, Ron y Hermione también son del futuro?- Remus parecía desconcertado por su amigo.

- Sí, James, ¿por qué?

- ¡Harry estaba diciendo la verdad!- Snape se acercó rápidamente hasta James y lo agitó un poco los hombros.

- ¡Que dices de Harry! ¿Qué sabes sobre él?- Remus separó a Severus notando como estaba de incómodo James ante el comportamiento de su mayor enemigo.

- Por favor, James, dinos que quieres decir.- El muchacho frunció el entrecejo.

-  Estaba allí, en el sueño. Me ayudó a comprender que estaba soñando, entonces me ayudó a despertar. – El muchacho miró a su durmiente novia.- Antes que me metiera en el lago, me dijo que tenía que ir a ayudar a Lily.

Los adultos se miraron confundidos. Dumbledore se sentó en una silla y le pidió a James serenamente que les explicara todo lo que había pasado, empezando por como habían sido secuestrados.