CAPITULO 8

LAS ESPINAS

DEDICADO A:

MEWTH

El brillo hizo que todo desapareciera, el Hellspawn, la catedral, los callejones, la ciudad, el mundo. Lo único que quedo fue un desierto de sal inmenso, brillante, alumbrado por una extraña luz pálida que no era de sol ni de nada conocido. Vegeta escucho un rugido que parecía salir de las entrañas de la Tierra, el suelo se abrió frente a él y de las grietas salieron unos gigantescos tallos con gruesas y afiladas espinas que se le arrojaron encima. Claro que Vegeta no se iba a dejar atrapar tan fácilmente y lanzo varios Energy zan. Ninguno de ellos pareció tener efecto en el muro verde esmeralda, intento volar para destruirlas desde arriba, pero su cuerpo le resultó muy pesado y cayo boca abajo, nunca le había sido tan difícil moverse, ni siquiera en la cámara de gravedad aumentada. Se levanto y avanzo trabajosamente paso a paso, mientras que las espinas se le acercaban rápidamente. Al caer y levantarse se había hecho varias cortadas en el cuerpo, principalmente en las palmas de las manos, con los afilados cristales de sal que había por todas partes. Estaba sangrando demasiado para heridas de ese tipo.

Llego un momento en el que no pudo avanzar más. Se detuvo por completo. Solo podía maldecir, seguía sin entender que es lo que estaba pasando ¿cómo había llegado hasta ese lugar? ¿Por que los tallos lo seguían? ¿Esas cosas iban a acabar con él, el Príncipe de los Sayajins? Se sintió derrotado, la sombra de las malignas plantas lo cubrió y cerró los ojos, preparándose para lo peor. De pronto, un empujón lo puso fuera del alcance de la mortal amenaza. Al voltear hacia donde había estado lo único que vio fue a Gokuh, en el momento en que las espinas le caían encima y lo sujetaban. Una vez que lo atraparon, los tallos retrocedieron hasta el lugar de donde habían salido y volvieron a meterse en la enorme grieta.

- ¡KAKAROTTO!

Los tallos volvieron a salir de golpe, proyectándose hacia arriba, en las puntas más altas podía verse a Gokuh, con los brazos extendidos, atado en una cruz de espinas. Las afiladas puntas le habían atravesado todo el cuerpo, incluyendo los ojos y las palmas abiertas de sus manos. De todas su heridas salía sangre verde, brillante y viscosa.

Vegeta trabajosamente dio un paso hacia el cuerpo de Kakarotto, gimiendo y apretando los dientes, sentía sangre en la boca y los pulmones, tropezó y cayo de nuevo, al ponerse de pie todo había desaparecido y solo había un área de pasto con apariencia de estar recién regado.

- ¡Vegeta!

La voz a su espalda le sonó muy conocida.

- ¿Bulma?

Estaba de regreso en Capsule Corp., más específicamente en el jardín de atrás de la casa. El sabor de sangre en su boca se había ido, también volvía a mover el cuerpo con facilidad. No tenia rastro de ninguna herida. Se sintió más ligero que nunca, pero penso que eso se debía a que antes pesaba tanto que no se había podido mover.

- ¿Donde demonios has estado?

- Si pudieras decírmelo... me harías un gran favor - dijo, esta vez sin su típico tono ofensivo, pero Bulma no lo notó.

- No te hagas el gracioso. Desde hace tres días que no te vemos, te quedaste en el lugar del torneo de las artes marciales y...

- ¿Desde cuando? - No era posible que hubiera pasado tanto tiempo. A pesar de que fue una larga pesadilla... ¿pasaron casi tres días sin que se diera cuenta?

Bulma por fin se dio cuenta de que el Príncipe no estaba bien.

- ¿Te pasó algo? Te ves muy pálido.

- Si tu supieras - murmuró Vegeta.

- ¿Que?

Vegeta no quiso hablar más y se marcho volando hacia el templo sagrado.

En el Templo Sagrado, Spawn y Piccolo discutían civilizadamente.

- ¡¿CÓMO QUE NO SABES DÓNDE ESTA O QUE FUE DE ÉL!

- ¡¡NO ME GRITES! ¡¡¡YA TE DIJE TODO LO QUE SÉ! ¡¡DESAPARECIO!

- ¡¡LA GENTE NO DESAPARECE ASI NADA MÁS! ¿EXACTAMENTE QUE FUE LO QUE SUCEDIO?

- ¿QUE PARTE FUE LA QUE NO ENTENDISTE? ¿LA DE QUE YO NO TUVE NADA QUE VER CON...? ¿Sientes eso?

- ¡El Ki de Vegeta!

Gokuh y Piccolo se apresuraron a recibirlo. Vegeta llego muy serio.

- ¿Dónde estabas? ¿Que paso?

Vegeta miro a Kakarotto, volvió a ver al Hellspawn y la cruz de espinas. Movió la cabeza, buscando que las imágenes se alejaran.

- Encontré al Hellspawn - dijo finalmente.

- ¿Y?

- ¿Y, no sé, sucedió algo... muy extraño

Piccolo dudaba en hacerle más preguntas, cuando llegaron Gohan, Kibito y el Supremo Kaioh Sama. Nadie más había tenido éxito en la búsqueda del Hellspawn. Krillin se había quedado en casa a petición (muy amable petición por cierto -) de su esposa. (Creo que le dijo: "¡Tu no te mueves de aquí, vago!")

- ¿Entonces usted lo encontró señor Vegeta? - pregunto el supremo Kaioh - ¿Puede decirnos donde localizarlo?

- Tal vez no siga allí, pero no estoy seguro, en el estado en que se encontraba no pudo haber ido muy lejos.

Gokuh también lo había pensado. Le costo mucho trabajo regenerar lo que había perdido, recuperarse y ponerse en condiciones de volar hasta el templo sagrado. Además, el esfuerzo de tener su forma humana le pasaba factura, volvía a marearse y no sabia cuanto tiempo podría mantener ese aspecto.

- De todas maneras vamos - dijo Gohan -, tal vez hallemos una pista o un indicio de donde puede estar.

Todos estuvieron de acuerdo, incluso Gokuh, aunque por dentro estaba un poco inquieto, después de todo, no le agradaba lo que Gohan pudiera ver ahí. Además, desde que Vegeta se le había acercado, la ropa comenzó a hacer que le diera una persistente molestia que tardo en identificar como comezón en el pecho.

Gohan era el más sorprendido cuando se entero que el Hellspawn había estado "viviendo" en la ciudad que "protegía" (N. de P. S.: Pongo esta ultima palabra entre comillas porque el muchacho es un inútil). También se le hicieron extraños todos esos callejones, el nunca había puesto un pie por ahí.

- ¿Entonces esos rumores...? Yo nunca pude confirmarlos.

- Ya ni porque eres el Gran Tal Ivan...

- ¡Sayaman, papá!

- Lo que sea. Sal de tu barrio más seguido - fue lo que le dijo su padre –. Si habías escuchado algo ¿Por qué no habías venido antes?

Gohan se deshizo en un mar de excusas, entre lo que su padre solo entendía frases sueltas como "Estaba ocupado", "No podía dejar mis estudios", "Tenia que vigilar el resto de la ciudad", "Ultimamente estaba entrenando muy duro y...", "Mamá me hubiera matado". (¿O era "Mi mamá no me dio permiso de venir"?)

Al llegar a los escombros de la catedral y entrar a ver la silla que se había construido el Hellspawn nadie supo como reaccionar.

- Es una costumbre que tienen los Hellspawns - explico el supremo Kaioh Sama -, parece que les gusta coleccionar los restos de sus enemigos como trofeos.

Unas ratas se dejaron ver por un momento. Olía a basura y carne quemada. Cada vez que Piccolo iba se preguntaba como es que Gokuh soportaba quedarse en ese lugar. Una idea que tuvo de repente lo hizo estremecerse: llegó a temer que al engendro realmente le agradara el sitio.

El supremo Kaioh Sama notó que Gokuh se ponía un poco nervioso o triste. Eso le resultó bastante extraño, su comportamiento le parecía muy sospechoso desde que lo conoció, estaba seguro de que ocultaba algo. No quería entrometerse, pero tenia curiosidad por saber que estaba pensando, así que le leyó la mente.

"Que triste..." supo que pensaba, "que triste fue el final de Titanic, pero no era la gran cosa, he visto mejores películas y Di Caprio en si no es nada extraordinario como actor..."

El supremo Kaioh Sama se desconcertó y se le noto en la cara. Gokuh lo miro y amablemente le pregunto:

- ¿Sucede algo?

- ¿Eh? No, nada.

"Buen intento Supremo Kaioh" penso Gokuh, "pero se necesita algo más que su poder para entrar a mi cabeza"

Vegeta aun seguía sin recuperarse del todo, el mensaje de letras verdes que estaba en una pared de la catedral llamó su atención.

- "Estos callejones pertenecen al Spawn" - leyó en voz alta.

- Si, al Spawn - le contesto una voz entre las sombras -, solo que no especifico a cual.

Tras ellos se encontraban el hombre de negro y Smut. La sonrisa del hombre de negro no podía ser más amplia.

- Es un placer poder verlo supremo Kaioh Sama - dijo inclinándose para saludarlo -, de hecho usted es la razón de que nosotros estemos en la Tierra.

- ¿Cómo dice? ¿Llevan todo este tiempo en la Tierra esperando a que yo llegara?

- ¿Esperando? Para nada, nosotros llegamos después que usted. Sabíamos que había venido a buscar al soldado que fue enviado a este olvidado rincón. Por eso entramos a ese Torneo de Artes Marciales, sospechábamos que usted asistiría, buscando ayuda.

- ¿Entonces no eres el Hellspawn que fue enviado a la Tierra desde el principio?

- ¡Que barbaridad! - dijo haciendo un ademan de villano afeminado de serie policiaca -. Yo pensaba que usted seria un poco más listo, en fin, esta cacería no será tan interesante como pensaba, ¡que perdida de tiempo! Le entregaremos al señor Zarach la cabeza del Supremo Kaioh sin ninguna dificultad.

- ¡No lo creo! - gritó Gokuh -, tendrás que derrotarnos primero.

Gokuh sabia perfectamente que si el supremo Kaioh no había podido ni siquiera leer su mente, eso significaba que tampoco le presentaría molestia alguna a otro Hellspawn.

- ¡Yo estoy de acuerdo con él! - dijo Gohan.

- (Bostezo) ¿Smut?

- Si señor.

- Encárgate.

Al decir esto desapareció, dejando a Smut a cargo de la situación.