El primer señor del Caos.
Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.
Y recuerden, Shuumatsu no Valkyrie asi como los Mitos de Cthulhu son propiedad de sus creadores.
-¿¡Que vamos a hacer!?- preguntaba desesperada una joven de cabello corto lila y ojos verdes que vestía una chaqueta verde y unos shorts a juego junto a una camisa blanca.
-¡¿Quieres calmarte de una buena vez Geir!?- preguntó a su vez la otra persona, la única además de Geir en la habitación.
Se trataba de una mujer joven, aunque aparentemente varios años mayor a Geir ya de entrada era mucho más alta, con cabello largo color negro el cual adorna con una horquilla con forma de ala, sus ojos son de color verde esmeralda. Su atuendo consiste en un vestido de cola con mangas largas y guantes sin dedos, el color de este es blanco con bordes azules. Sus zapatos son unas botas las cuales se extienden hasta sus rodillas- estoy muy consciente del predicamento en el que nos hemos metido.
-¡Esto no es un predicamento!- dijo aún más desesperada Geir- ¡Brunhilde, la profecía que nuestra hermana Reginleif ha dado no es para tomar a la ligera!
La profecía en cuestión había sido dada por Reginleif en torno a un evento que las Valkirias, el grupo al que Geir y Brunilhde pertenecían, habían estado esperando con algo de temor.
Los dioses decretarian la destrucción de la raza humana y aunque las Valkirias intentarán ayudarlos al impulsar el Ragnarok, una suerte de torneo de Dioses contra hombres, la humanidad perdería siete de los trece combates necesarios para ganar de manera consecutiva.
En definitiva, estarán entre la espada y la pared.
-Lo sé- dijo tras chasquear la lengua la hermana mayor- pero también dijo que eso solo sucedería sí una inconmensurable fuente de destrucción o caos no se ponía de nuestro lado, así que, espero que encontremos la respuesta a ese acertijo antes de que sea demasiado tarde.
-¿En solo una hora?- gritó desesperada Geir.
-Prefiero intentar resolver eso a que seis de mis hermanas y yo vayamos a nuestra muerte de manera segura- comentó sombriamente la hermana mayor.
Acababa de sentenciar eso cuando un resplandor azul cobalto/ verde cobre iluminó el lugar…….
Reino Cero. Una hora antes.
En una región llamada Umbra, el espacio entre universos, existe un planeta rodeado de la inmensidad del vacío, protegida por un poderoso encantamiento por parte de dos increíblemente poderosos seres cuya identidad no viene al caso. En este planeta viven el llamado Asesino de Dioses y su esposa, la Ama del Caos, dos reyes que gobiernan este planeta creado por los dos seres antes mencionados.
El nombre de la pareja, Shiro y Konran Yoku.
Shiro y Konran tenían a su cargo a una serie de generales, un grupo formado por soñadores e idealistas que con ayuda de alguien que también, de momento no viene al caso, habían logrado superar sus limitaciones mortales.
En este momento, Sora, la asistente personal de los reyes le estaba enseñando un informe que tomó por medios algo cuestionables a un Shin, uno de los muchos Dioses que se encargan de vigilar el pasar de los eventos en el multiverso.
Informe que ese Shin en particular compartió con el Centinela Delos, encargado de vigilar el mundo del Ragnarok.
-Asi que dos eventos al mismo tiempo donde la Humanidad es exterminada- medito la reina, una mujer sumamente hermosa de cabello azul claro y muy hermosos ojos color rubí que vestía un sencillo atuendo muy alejado de la realeza al llevar un chandal negro con zapatos deportivos a juego- si eso pasa, la energía negativa que ambos eventos generarían uno tan cerca del otro, bastará y sobrará para activar una Semilla del Caos sin necesidad alguna de que está deba cumplir un deseo.
-Siento que hay un pero ahí- comentó el esposo de la reina, un joven de cabello castaño rojizo y ojos color turquesa que vestía también un chándal a juego con el de su esposa.
-Si mal no recuerdo, esa semilla en esa zona de esa dimensión la dejó por ahí "El devorador de mundos"- explicó la reina- y es alguien que ha tratado de llegar a este reino y no con intenciones de venir de visita.
El Reino cero era refugio de personas de mundos que los Centinela habían borrado de la existencia debido a que las temibles Semillas del caos habían germinado y los seres que habían el abismo que las usan de portal, infectaran sus mundos. En resumen, este reino era una especie de arca y santuario para aquellos que se habían quedado sin hogar.
Si ese tonto lograba invadir ese mundo, aunque un Centinela lo derrotará, al ser ese universo en particular, uno donde el espacio entre dimensiones, era más delgado; podría simplemente encontrar la manera de rasgar ese velo para invadirlos.
La solución a ese problema era sencilla. Al menos para ellos: evitar que en uno de esos mundos, ese resultado se de.
Konran, la reina del lugar, sabía que Shin Kai, el vigilante del Universo del Ragnarok le diría a Delos exactamente eso y podía prever que él y doce de sus camaradas irían ahora mismo a evitar ese resultado.
Así que …. Si la crisis ya estaba siendo atendida, ¿Porque no divertirse un poco, ayudando a la otra realidad alternativa dónde esos Centinela de mierda no le darían la mano a la humanidad?
-Sabes mi vida- dijo de manera cantarina Konran- creo que podríamos ir a estirar las piernas en el otro mundo dónde esos tontos no van a ayudar.
Shiro sonrió divertido por la propuesta, después de todo, no lo llamaban "El asesino de Dioses" por nada.
Mundo del Ragnarok, tiempo presente.
-Dime algo Valkiria- miro de manera inquisitiva un hombre increíblemente anciano que vestía una toga, calvo y con ojos color ámbar con esclerótica negra- ¿Por qué deberíamos aceptar que humanos de otra dimensión que proverbialmente aparecieron en su estudio, luchen en el Ragnarok?
-¿Acaso defecto miedo?- preguntó Brunhilde con diversión- ¿Los poderosos dioses temen que Trece humanos de otro universo sean capaces de vencerlos?
-Ya los analice- comentó una voz jovial- son humanos totalmente. No hay nada divino en ellos.
-Gracias por esa información Ganesha- asintió un hombre mayor de cabello negro y que usaba un parche en el ojo derecho.
-Digo que los dejen- comentó con desdén una rubia muy tetona que vestía una toga- un humano es un humano al final de cuentas.
-Cierto- asintió de acuerdo otra voz de varón y que sonaba hueca- las reglas dicen que será una batalla entre trece guerreros de parte de la humanidad, lo que quiere decir que podrían ser incluso dioses que están del lado de los hombres los que luchan del lado de ellos. Trece humanos de otro mundo también entran en el criterio y dudo que hagan la diferencia.
-Bueno, ya que los puntos dados por Afrodita y por Mictlán son válidos, creo que permitiremos que esos trece sean los guerreros de la humanidad. Pero cuando pierdan, no quiero que lo uses de pretexto para intentar anular el resultado.- dictaminó al fin Zeus sonriendo socarron.
Brunilhde sonrió triunfal, aunque para los dioses era una sonrisa burlona.
-No me rebajaría a eso- comentó- no me rebajaría a eso.
Una hora después.
En una gigantesca arena, Heimdall, el dios nórdico que anunciaría el inició del Ragnarok tocó su cuerno a lágrima viva, dando inicio a la batalla entre Dios y el hombre, apareciendo representantes de todas las eras y pueblos en la historia de la humanidad de un lado del público, mientras los dioses vitorean a su bando sumamente confiados del otro lado del público.
-¡Y ahora, un pequeño anuncio!- dijo Heimdall sobrado de sí mismo, al creer que era un favor que le haría a la humanidad- Por cosas que sinceramente no vienen al caso, las Valkirias han reclutado de último momento a Trece humanos de otro universo para ser los encargados de evitar la destrucción de la raza humana de este mundo- al oír el clamor de los humanos en shock por esa revelación Heimdall se impuso con su atronadora voz- Si, existe el multiverso, superenlo, esa es una de las cosas que nosotros los dioses sabíamos que ustedes solo sospechaban. Ejem….. ¡Damas y caballeros… dioses y diosas! Es hora de iniciar la batalla entre Dios y el hombre.
Comenzaron a oírse pasos retumbando de un lado del escenario de la arena, llegando al centro del área de combate un hombre pelirrojo de ojos ámbar similares a los de Zeus, con un enorme martillo a cuestas, caminando en medio de varios relámpagos que crepitaban a su alrededor.
-¡El primer combatiente de los Dioses no necesita presentación!- dijo con solemnidad Heimdall- ¡El primer verdugo de la humanidad, aquel que masacró a los gigantes de hielo y derrotó a Jormungand, el Todopoderoso…...Thor!
En las gradas, del lado de la humanidad las personas estaban muy asustadas ya que esa primera elección les hizo ver qué los dioses no se guardaron nada.
Ojalá que el humano de ese otro mundo pudiera hacer algo contra el Dios del trueno.
Tomando una serie de tarjetas, Heimdall vio que Geir le enseñó un cartel que tenía un seis, por lo que este tomó esa tarjeta e inició la presentación del primer guerrero de la humanidad.
Un gran número de soldados apareció para formar 2 líneas paralelas perfectas frente a la entrada, los cuales sacaron armas que alzaron en el aire.
-¡Con ustedes, el epítome de la masculinidad griega, el avatar de las referencias, la cabecilla del ejército más poderoso del otro mundo.
Hageshi Hansamaru!- anunció el presentador del torneo.
Pasaron unos segundos y nadie aparecía. De hecho era el misterioso ejército el que ahora se marchaba directo al área de espectadores de los humanos para ver la pelea de su comandante.
-Cómo siempre le gusta hacer una Presentación llamativa- dijo rodando los ojos Shiro.
Heimdall aún estaba tratando de averiguar que sucede, mientras se preguntó porque todos andan callados.
-El competidor de los humanos desapareció- supuso sobrado de sí mismo el dios nórdico- ¿Tu lo has visto? ¿Quizás huyó del miedo?
-No sabría decirlo. Esa persona vino escondiendo su verdadero nombre pero si no hay problema. Yo pelearé con Thor.- Oyó detrás de él una voz de hombre jóven
En eso Heimdall cayó en cuenta de algo.
- ¿Eres Hageshi Hansamaru?- quiso cerciorarse- ¿El que la tarjeta se refiere como El Jojocomandante? ¿Te vez...?
Y es que a tres pasos de distancia suya había un joven con ojos de color onix y cabello negro vestido con un uniforme de bachillerato japonés, con una boina y botas mineras como única modificación a este uniforme, llevando un boken cruzado en sus hombros
- Sé lo que vas a decir, incluso mis amigos hacen burla de ello, así que solo acabemos con esto.- dijo algo enfadado por la reacción de siempre a su persona.
Thor miro con extrañeza a su oponente. Su apariencia no era la de un guerrero, pero algo le decía que no debía ignorar el hecho de que se acercó al presentador sin que nadie se hubiera dado cuenta.
-Lo que sea de cada quién- pensó en voz alta el Rey del Olimpo- ese joven está follable.
"Nota mental: mantenerme alejado de Zeus" pensó el joven y al ver a su rival, dijo con visible decepción en la voz:
-¡¿Ese de ahí es Thor!?- preguntó decepcionado- ¡Yo quería al clon de Chris Hemsworth!
-Si fuera el actor- dijo en un palco especial una pelirroja con un sensual kimono- Zeus ya estaría muerto.
Los demás ocupantes del palco asintieron de acuerdo, antes de ver cómo iniciaban las hostilidades.
Al oír aquello, Thor que mantenía los ojos cerrados, entre abrió uno de ellos para ver a su rival. Pero al no ver algo que llamara su interés volvió a cerrarlos, dando la impresión de que se había quedado dormido de pie.
-¡Y ahora, daremos inicio a la masacre!- dijo de manera confiada Heimdall- ¡Inicia la batalla entre Dios y el hombre!
Una suerte de gong sonó de repente y tomando eso como señal y queriendo acabar esto de una vez, Thor lanzó su arma en dirección a donde esa patética excusa de rival debía estar parada.
Mjolnir salió disparado de los brazos de su dueño y cubrió la distancia entre Thor y Hageshi en apenas un segundo, según la estimación del Dios del trueno, pero en vez de oír cómo caía muerto, pudo escuchar el incrédulo grito de los dioses y el estallido de una parte del muro de la arena.
-Outsider- canturreo divertido Hageshi- me permite evitar que mi oponente vea mi posición real en el campo de batalla y me permite hacer cosas como está…..- se preparó a atacar con su Bokken mientras Thor llamaba a Mjolnir de regreso- ¡Espada deslumbrante!
Una onda de energía plateada apenas y fue bloqueada por el Dios del trueno que sonrió con alegría al ver que su adversario no era tan indefenso como había supuesto. ¡Al fin peleaba contra alguien que no moriría al primer golpe que le diera!
Palco especial.
-¡Esa habilidad es increíble!- gritó Geir animada al ver cómo esa habilidad de Hageshi le daba una pequeña pero decisiva ventaja contra Thor.
-El Jojo comandante no se verá rudo- decía Shiro viendo como, para estupefacción de Thor y los demás dioses, el bokken no se hizo mil pedazos en cuanto su legendaria arma le dió de lleno- pero es uno de mis amigos más rudos.
-Ustedes si que son interesantes- miro Brunhilde ahora como Hageshi le hizo un corte en la mejilla derecha al dios pelirrojo con el arma de madera- creí que era ignorancia la razón por la que se negaron a usar las armas que yo y mis hermanas íbamos a darles. Pero parecería ser que ustedes tienen sus armas divinas propias.
-El bokken está hecho de madera de Adán- explicó un joven rubio de ojos verdes que vestía un pantalón de mezclilla negra, botas mineras, camisa polo blanca y bata de laboratorio- un árbol sagrado que tiene la virtud de que se puede afilar tanto como la obsidiana y es tan resistente como el oricalco. Me costó mucho darle esa forma al bokken, por lo que espero que no lo vaya a romper en esta pelea .
"Al menos la parte donde morimos ya es cosa del pasado" pensó la líder de las Valkirias "ahora solo falta ganar diez veces para que esto acabe"
Originalmente el Ragnarok lo ganaría aquel que pudiera vencer siete veces al bando contrario, pero ya que en el bando de los hombres había seres de otro mundo, Loki comentó que deberían ceder algo a cambio de esa concesión.
La que llegó en forma de la cantidad de victorias para su bando, subiendo a diez mientras que las de los dioses seguía en siete.
La apuesta era muy alta, pero Brunilhde esperaba que eso de que "A mayor riesgo, mayor ganancia" significará que si ganaban está vez, el bando de los Dioses estaría mermado si ellos trataban de imponer otro Ragnarok.
Ella tendría a los campeones que pensaba usar originalmente y los dioses no, eso pondría la balanza de su lado en ese hipotético escenario.
Uno que deseaba que se diera porque en esta oportunidad, los hombres se alzarian con la victoria.
Después de todo, en un milenio cabía la posibilidad de que aparezcan nuevos campeones que pudieran igualar o superar a los que originalmente había pensando en utilizar.
Con Zeus.
Un hombre joven que vestía como mayordomo vio también muy asombrado como un arma de madera no se hacía añicos al ser golpeada repetidas veces por el poderoso Mjolnir, sudando fríamente al sentir la onda de choque del último encontronazo entre Thor y Hageshi.
-Padre, esto se ve sospechoso- opinó el joven- ¿Cómo es que un arma humana y más aún, una hecha de un material endeble puede hacer frente a una de la categoría de la de Thor?
-Tranquilizate Hermes- resto importancia Zeus- subestimamos al enemigo en un aspecto fundamental, información. Algo me dice que esos paladines con los que se topó la Valkiria tienen armas de carácter divino. Pero esa sola ventaja no les servirá de nada, cuando los dioses decidan dejar de jugar e ir más serios.
Hermes sonrió ante ello. Cierto, ignoraban si esos humanos tenían armas así, lo que parecía ser el caso, pero eso no era nada ante el poder de un dios que luchaba en serio.
Era solo cosa de ver cómo el tal Hageshi se cansaba o mejor, recibía el primer golpe de Thor y los humanos verían su realidad.
Arena.
Hageshi y el dios del trueno se separaron de un salto luego de una serie de intercambios de lances que no llevaron a nada.
Al menos en opinión de ambos rivales, ya que el público del lado de los hombres estaba eufórico al ver cómo un hombre de aspecto muy común le daba pelea al poderoso dios nórdico, mientras que los dioses seguían sin creer que alguien así estaba realmente dándole pelea a Thor.
-¡Vamos Thor, acaba con él!- arengaban los demás dioses a su paladín que se preparó para subir las apuestas.
Geir y Brunilhde vieron una con más horror que la otra, como el dios del trueno se doblaba en una extraña pose, tocando su cabeza el piso al estar encorvado hacía atrás, sosteniendo firmemente a su fiel martillo en su agarre.
-¡Estés listo o no, aquí voy!- se preparó Thor a finiquitar esta pelea de una buena vez.
Hace mucho tiempo, tierra de los Dioses.
-¡Disparen maldita sea, disparen!- arengaba uno de los oficiales de las huestes divinas a sus soldados para acabar con las moles de hielo viviente que usaban sus puños como arietes para derribar las murallas que separaban a estos monstruos de suelo sagrado.
Los dioses huyeron aterrados cuando finalmente uno de los gigantes de hielo pudo romper la muralla y entrar junto a sus sesenta y cinco camaradas dentro de los muros de Tierra sagrada.
Ya dentro, se dió una terrible carnicería en la que los gigantes habían masacrado sin piedad o muestra de titubeo a todo lo que tenían frente a ellos.
Eso hasta que apareció el mismísimo Thor ante ellos, con su fiel martillo y se dispuso a acabar con esto de una sola vez.
Echándose hacia atrás, haciendo que su cabeza tocará el suelo, tomando con fuerza a su fiel martillo, Thor tomó vuelo, mientras crepitaba electricidad a su alrededor y de repente, lanzó con todo lo que tenía a Mjolnir.
-Meh, no había nadie digno- suspiró Thor, bañado en sangre azul de sus enemigos, contemplando sus cadáveres.
Ese día, Thor mató él solo a todos los enemigos y por ello, de parte de los Dioses, ese poderoso lancé recibió un nombre….
Con los dioses.
Un hombre de múltiples brazos y ojos, tumbado en un cómodo diván entre abrió uno de sus cuatro ojos y miró cómo los rayos crepitaban alrededor de Thor, al punto que, parecía ser que del dios del trueno emanaban estos.
-Mhhhh- bostezó aburrido el Dios- está pelea ya acabó- comentó antes de volver a cerrar su ojo.
-Mmmm, es una lástima- dijo con algo de pena, la sensual diosa griega del amor, que veía el evento siendo custodiada por su corte de golem de piedra- ese chico aunque raro, se ve algo lindo. ¿Por qué los niños lindos deben morir tan jóvenes?
-Parece ser que Thor quiere acabar esto de una buena vez- comento un cuervo negro de nombre Memoria, que estaba sentado cómodamente en el hombro derecho de Odin.
-No creo que sea eso- le replicó su compañero, un cuervo blanco llamado Pensamiento que estaba en el otro hombro de su amo- creo que Thor respeta algo a su oponente y quiere liquidarlo con su mejor golpe. Una muestra de respeto si lo quieres ver así.
-Estos humanos- decía con una sonrisa maliciosa Zeus- creyeron que era dignos de enfrentar a un dios. No importa de que universo vengan, un humano es un humano.
Palco especial
Geir cayó de rodillas, desesperanzada al ver de primera mano el aterrador poder del dios nórdico del trueno.
-¿Quien en su sano juicio creería que un humano podría enfrentarse a un dios?- dijo sin esperanza- hermana, no puedo ver cómo….
-Tranquila- dijo firmemente Brunhilde- esos tipos que vienen de otro mundo…. No están preocupados por la seguridad de su compañero. Algo me dice que saben algo que nosotras no. Además- sonrió con malévola alegría- ¿No te acuerdas de las palabras de nuestra hermana? Tenemos al Caos de nuestro lado. No podemos perder esto.
-¡Vamos Hageshi!- arengó Konran- acaba con esto.
Arena
-¿Acaso será el fin de Hageshi?- preguntó Heimdall al otear entre la nube de polvo que había levantado el ataque de Thor- ¿acaso "El martillo de Thor" fue mucha pieza para él?
Thor miraba al frente con expectativa, cuando de repente…..
Un profundo corte apareció, naciendo en su hombro derecho y bajando de manera cruzada hasta terminar debajo de su hígado.
La Humanidad estalló en vítores al ver aparecer a Hageshi totalmente ileso a solo dos pasos a la derecha de Thor.
-Parece ser que te olvidaste de Outsider- negó con buen humor Hageshi- Solo tuve que liberarlo en el momento adecuado para así evitar con facilidad ese terrible golpe y así, acercarme sigilosamente hasta donde estás.
-Esa es una habilidad muy molesta- chasqueo la lengua Thor.
-Y no es la única virtud que tiene- sonrió con malicia Hageshi mientras saltaba para tomar distancia entre Thor y él- ¡Ittoryu Fūton, Corte de Cielo!
Lanzó un poderoso tajo que envió una ola de energía blanca en dirección a Thor, quien la bloqueó poniendo en X sus brazos, para recibir con sus guantes especiales dicha onda de energía.
Crack
Se oyó como los guantes se hacían pedazos al impactar esa técnica que dejó decenas de cortadas en los dedos y muñecas de Thor, similares a los cortes de papel.
Con los campeones y las Valkirias.
-¡Rompió los guantes de Thor!- exclamó Geir asombrada- la poderosa defensa que protege a Thor de ser destruido por el terrible poder de su martillo, ha sido destruida. ¿Eso quiere decir que ganamos la pelea?
-No, esto aún no ha terminado- dijo sombríamente Brunhilde- esos guantes no protegían a Thor del poder de Mjolnir. Protegían a Mjolnir del poder de Thor.
-¿¡Qué!?
-¡No mames, que asco!- dijo Shiro al ver cómo al martillo le invadía un aura palpitante que denotaba vida- ¡Esa cosa va a despertar cuál dulce mariposa!
Arena
Los dioses estallaron en vítores al ver cómo Mjolnir se resquebrajaba mientras se oían los latidos de un corazón bombeando con mucha fuerza.
-Parece ser que a ti también te emociona está pelea- sonrió el pelirrojo al ver cómo su poderosa arma había despertado- Hageshi ¿Cierto?- pregunto el dios y al ver el asentimiento de su rival, añadió- quiero pedirte un favor. No te vayas a morir con este ataque.
Thor lanzó su martillo en dirección a Hageshi, saliendo el "Jojo comandante" disparado a una velocidad aún mayor que las veces anteriores hacia el Dios del trueno, ganando velocidad mientras el martillo cambiaba de trayectoria, al moverse en una parábola.
-Con que Mjolnir si puede verme- sonrió Hageshi apareciendo casi detrás de Thor, haciendo que el Dios volteara en su dirección- esto es inesperado, pero interesante.
Cuando el martillo estaba a nada de golpearlo, el "Jojo comandante" se dobló hacia atrás, de manera similar a como Thor lo había hecho antes, evitando por poco recibir de llenó el impacto de Mjolnir.
Crack.
-¡Ouch, mi espalda!- gritó de dolor Hageshi al haberse lastimado la espalda al haberse doblado a gran velocidad
-¡Ya no te podrás burlar de mi dolor de espalda!- oyó Hageshi a alguien en el palco de sus camaradas.
Luego de reponerse más o menos, salió disparado a gran velocidad, y el comandante empuño su bokken por encima de su cabeza, notando justo a tiempo como el martillo, cuál boomerang, regresaba al punto de partida de dónde fue lanzado, salvado su integridad física al saltar muy alto y evitando al martillo que fue a dar a las manos de su dueño, mientras esté sonrió con alegría. Thor estaba disfrutando esta pelea como pocas veces lo había hecho en su vida.
Esa sonrisa le recordó algo a Hageshi, quien aterrizó al tiempo que bloqueaba con el bokken un nuevo embate de Thor, para gran consternación de los dioses, al ver cómo pudo atrapar al martillo con esa arma de madera sin que se rompa todavía. Con todo y que el que sí había cedido, era el suelo bajo sus pies. Ya que había creado un cráter algo profundo, la terrible presión del poder del Dios nórdico.
Hace mucho tiempo. Un mundo cualquiera.
-Señor Hansamaru- llamó la atención de Hageshi un profesor malhumorado- ¿Sus dibujos abstractos son más importantes que la clase?
-No señor Fuyiwara- negó un Hageshi que vestía casi igual a su yo actual, Salvo por el sombrero y las botas mineras.
-Entonces, quiere decirme ¿Cuál fue la causa principal del crack de 1928?- preguntó el profesor, seguro de que ese "raro" de los dibujos abstractos y grotescos, no dará la respuesta correcta.
-La misma que la de la crisis de los tulipanes- dijo con un encogimiento de hombros Hageshi- el mercado sobre especuló demasiado sobre las bolsas de valores norteamericana, inglesa, francesa, italiana y alemana principalmente y al no tener respaldo real esa especulación, las bolsas colapsaron sobre si mismas, lo que creo una ola de pánico que llevo a inversionistas y ahorradores a sacar todos sus activos de los bancos y a exigir los beneficios que estos habían pactado con ellos. Cómo los bancos no podían cumplirles, eso desencadenó una bancarrota masiva que a su vez, creó una de las crisis económicas más grandes de las que se tienen registro. En una nota aparte, esa suele ser la causa de esa clase de crisis, la sobre especulación. Como cuando el antiguo Raja de Bombay fue de visita a Verona y llevo con él tanto oro que despilfarro en propinas y pagar de más, que el oro dejo de tener valor en los reinos de esa zona, lo que llevo a qué los países vecinos intentarán aliviar esa especulación, saqueando Verona para así hacer circular más el metal precioso.
(Me invente eso para este relato, después de todo, es un mundo diferente, la historia no tiene porqué ser igual a la nuestra)
-Muy bien señor Hansamaru- dijo el profesor aún incrédulo de que Hageshi siempre supiera de que estaba hablando él. Le haría un examen más difícil para evaluarlo en su materia, ya que parecía estar más avanzado que los demás.
Hageshi solo regreso a lo suyo, lo que estremeció a su compañero de a lado al ver cómo dibujaba una suerte de híbrido entre hongo y cangrejo, con alas mebranosas, pinzas, patas de crustáceo y una serie de antenaculos dónde debería ir la cabeza.
Hageshi era un muy talentoso artista y tenía una imaginación muy desbordada sumada a una gran sensibilidad y empatía que iban de la mano con una gran inteligencia.
Esto era caldo de cultivo para el bullying, por lo que siempre fue acosado en la escuela, razón por la cual en los descansos solía refugiarse en la biblioteca de la escuela en la que se entretenía leyendo libros o dibujando mangas de terror con las criaturas que desde siempre había imaginado.
Seres incorporeos que podrían poseer personas, criaturas parte pez, muy feas, otras con cara de pulpo, seres con cabeza de estrella de mar y cuerpo de barril con alas que servían a dioses impíos que veían como menos que insectos a la raza humana.
El joven quería ser mangaka y usar los seres que había imaginado como medio de inspiración y eje de sus historias, sin imaginar lo que pasaría dentro de poco tiempo.
Una semana después.
Un enorme rugido se oyó en todo el planeta tierra, los cielos sé desquebrajaron y en el lugar donde cayeron los pedazos del cielo, miles de personas se suicidaron inmediatamente al recibir la terrible ola de energía psíquica del Caos que salió de las grietas. Está ola se propago por el mundo, como un fuego en hierba seca, provocando una ola de suicidios masivos, así como de asesinatos producto de los violentos e imprevistos ataques de ira y locura de las personas.
Hageshi estaba en shock al ver en las noticias, como de esa grieta, millones de Shans, criaturas similares a insectos gigantescas salían de ahí, cantando alabanzas por la gloria del "Vacío final" mientras que otras que no podía ni siquiera reconocer de sus pesadillas e imaginación, cantaban alabanzas a Groth "El devorador de mundos", criatura de la que Hageshi solo había oído hablar en sus sueños, pero que sabía que acabaría con el mundo en poco tiempo.
-Esto no está pasando- musitó el joven mientras tapiaba su habitación lo mejor que podía con lo que tenía a la mano ya que sus padres intentaron asesinarlo. Aunque su madre con menos ganas que su papá. Siempre supo que ella era mentalmente más fuerte que él, pero vaya forma de comprobarlo.
"Piensa, piensa" se golpeaba la frente con la palma de la mano el artista, como tratando de aclarar o hacer trabajar más rápido su memoria "esos seres si son reales, así que algo de lo que por alguna razón se de ellos, debe ser de utilidad. ¿Quien podría vencer a Groth y no exigir algo a cambio tan terrible que sea igual de peligroso? "
Lamentablemente, esa lista era muy corta. Solo había dos dioses que podrían ceñirse a esa descripción, Yogg Sothot y Nyarlathotep.
El primero porque, le daba igual la raza humana, aunque por mero capricho podría ser que se ponga de lado suyo, lo que Hageshi veía poco probable.
El segundo porque, en términos simples, la Humanidad era su juguete personal al que adoraba hacer sufrir.
No, saldría igual de mal pedirle ayuda a uno de ellos.
-¿Y si me pides ayuda a mí?- preguntó Shiro que apareció de repente en la habitación de Hageshi, luego de que un destello de luz verde cobre lo cegara temporalmente.
-¿Quien eres y como llegaste aquí?- le apuntó Hageshi a Shiro con un bokken de madera que pertenecía a su padre, ya que este en su juventud fue parte del equipo de Kendo de su escuela.
-Relájate niño- hizo un gesto conciliador Shiro- los seres del caos a veces proyectan a personas muy sensibles información sobre ellos, solo por diversión. Información sesgada por cierto, ya que lo que típicamente ellos transmiten de los dioses Arquetípicos es totalmente mentira.
-¿Cómo que?- preguntó Hageshi.
-cómo eso- señaló Shiro al cielo.
Hageshi tomó su telescopio y vio en él a una mujer muy hermosa de rasgos de Europa del este apuntar con la palma de su mano al cielo, dónde un enjambre de Mi-go, Antiguos e insectos de Shaggai se dirigían a ella.
Un vendaval salió de la palma de su mano y el enjambre dejó de existir
-Esa es lo que tú llamas un Dios Arquetípico- comentó Shiro- y tiene la fuerza necesaria para destruir a Groth. Pero también para borrar este mundo con todo y lo que hay en él. Que es por lo que está aquí.
-¡¿Qué!?
-Tu mundo está condenado- sentenció fríamente Shiro- no hay nada que hacer. Lo único que puede hacer es salvarte a ti, ya que eres el humano más cercano que no ha pedido la cordura.
Así que, ¿prefieres hundirte con la nave? O ¿Venir conmigo a un santuario?
Un año después.
Hageshi llegó hace un año a este reino que Shiro llamaba Carcosa, lo que hizo reír al joven al entender con eso la identidad real de su salvador.
Había conocido a los Generales, un grupo de personas que al igual que él, fueron salvados por Shiro y Konran de ser destruidos con sus mundos, pero a diferencia de él, varios de los generales habían llegado con seres queridos y también, muy a diferencia suya, eran realmente expertos en algún tipo de combate.
El General dragón, la General Kitsune, el General científico, el General suertudo, la General anarquista y el General pacifista servían a Konran y Shiro.
Todos ellos eran refugiados como él, pero a diferencia suya que servían a los reyes, teniendo una suerte de condado a su cargo, aunque estás tierras eran llamadas pomposamente "Reinos", Hageshi servía directamente a Shiro y Konran como una suerte de comandante de sus propias fuerzas armadas.
Y ¿Porque era conocido como el Jojo comandante?
En este reino convergian las fuerzas mágicas y metafísicas de los universos por lo que era teóricamente posible tener casi cualquier poder del vasto multiverso.
Aunque Hageshi escribía sobre los que aprendió eran "Seres del Caos", le habría gustado siempre tener un Stand como en Jojos.
Y si, comprobó que ser apuñalado por el objeto sagrado necesario para despertar su Stand, dolía como el infierno.
-¡Hageshiii-kun!- oyó como una joven le llamaba, era una mujer joven con corte de cabello de hombre, aunque estaba usando un kimono de kunoichi, y veía sobresalir un enorme martillo de guerra a la usanza europea, detrás de ella.
-Yuriko-sama, ¿necesita algo?- preguntó el joven a la General "anarquista" pues era la que solía romper más a propósito y por simple diversión las reglas del lugar.
- Vine a mostrarte algo- dijo sonriendo muy animada Yuriko- tada.
"Acta de adopción" fue lo que leyó Hageshi como encabezado de los documentos que ella le mostraba.
-Eso es...
-Así es, ahora eres mi hijo- canto triunfal la más novata de los generales.
-Parecemos de la misma edad…- comento con algo de resquemor Hageshi- Y además ¿como es siquiera esto legal?
-Soy una general- dijo con falsa modestia Yuriko- así que puedo hacer lo que se me dé la gana, excepto derrocar a Shiro. Pero desde el día de hoy me llamarás mamá Yuriko.
Hageshi solo suspiro. Debía recordar que aunque ella se veía más joven que él, de hecho Yuriko era muchos años mayor a él, los suficientes como para ser la abuela de su tatara abuela.
Y era la más joven de los generales. Algo que tenía que ver con las bendiciones que los reyes les habían otorgado. Algunas de las cuales también tenía él.
Arena.
-Pareces sorprendido- comentó Hageshi- no voy a perder contra ti porque me lo ha ordenado mi Rey, quien me salvo de una muerte inminente y del olvido. Alguien como tú, no va a derrotarme nunca.
Thor solo sonrió con mucha alegría, esto iba ser muy interesante.
-Veamos que tan fuerte es tu convicción- nuevamente preparó ese lance mortal Thor- ¡Listo o no, allá voy!
El dios lanzó a Mjolnir con fuerza, pero a diferencia de las veces anteriores, Hageshi en vez de bloquear, se preparó a recibir al legendario Martillo con un contragolpe.
-Ittoryu- puso el filo del arma a la altura de sus ojos, agarrando firme la empuñadura en una posición ofensiva- ¡Punto de quiebre!
El bokken le pegó a Mjolnir con fuerza con una suerte de ariete de energía a una velocidad aún mayor a la que se estaba moviendo.
Crack.
-¡Eso no puede ser verdad!- exclamó Pensamiento en shock.
-Una pesadilla- estuvo de acuerdo Memoria.
Odin apretó con fuerza los puños sobre el reposabrazos de su asiento al ver lo que pasó cuando esa onda de energía le impactó a Mjolnir.
-Imposible- dijo Afrodita, logrando lo imposible, pues aún con los ojos desorbitados y la quijada prácticamente en el suelo, seguía viéndose muy hermosa.
-Los hemos Subestimado mucho, según parece- fue todo lo que dijo Hermes.
-Asi parece- dijo Zeus viendo todo igual de sorprendido que los demás dioses, mientras le daba a Hermes un sobre que contenía todos los dioses que pelearian contra esos humanos, mientras que él leía los nombres de los humanos de otro mundo que pelearian contra ellos.
Palco especial.
-¡Eso es imposible!- decía Geir a nada de un infarto- ¡destruyó al poderoso Mjolnir como si fuera nada!
Un mensajero cualquiera le entregó a Brunilhde la lista unificada de peleadores del Ragnarok, leyendo ella al fin los nombres de los dioses que iban a pelear contra estos humanos muy interesantes.
Entonces, se podía leer en la lista unificada los siguientes nombres.
Dioses. Humanos.
Zeus. Shiro Yoku
Buda. Konran Yoku
Loki. Nefren Kha
Apolo. Riki Senryaku
Poseidón. Chusai Barai
Susano'o No Mikoto. Nageru Kausera
Thor. Hageshi Kansamaru
Bishamoten. Ryoku Asai
Anubis. Kabe Mayoshi
Odin. Yuriko Testuno
Belcebú. Tenshi Yoku
Shiva. Jeikobu Taikan
Heracles. Buki Kibo
"Esto será muy interesante" reflexionó ella "pero hay algo aquí que no me cuadra"
Providencial o no su aparición, había algo en varios de esos hombres que le parecía muy sospechoso. Quizás y debería tener un ojo sobre ellos por si acaso.
-¡Ya te habías tardado Hageshi!- le regaño la pelirroja- ¡Acaba esto de una buena vez!
-Ya deja de jugar con él- asintió de acuerdo Yuriko.
Con Hageshi y Thor.
Hageshi tomó su bokken y se preparó para darle fin a la pelea
-Thor, fue un gran honor pelear con usted- dijo con sinceridad el joven- Hace tiempo que no encuentro a un oponente como usted. Por eso es una lástima que está sea nuestra despedida.
Thor sonrió, listo para enfrentar lo que sea que tuviera listo su contrincante. Se lanzó de frente esperando darle un golpe con toda su colosal fuerza. Y Hageshi lo evadió con facilidad. Entonces con su arma predilecta por ser un recuerdo en cierto sentido de su antiguo mundo (pues una de las pocas posesiones que trajo consigo fue el bokken de su padre que descansaba seguro en una repisa en su habitación), atacó de manera repetida y sin descanso
-¡Ora, ora, ora, ora!- daba lancesy estocadas a una increíble velocidad, provocando tantos y tantos cortes que nadie podía contarlos, a lo que Thor salió disparado sin vida.
- Arrivederci- dijo simplemente Hageshi una vez que Thor cayó al suelo sin vida.
-¡Eeeeeeehhhhhh!- fue el atronador grito triunfal de la humanidad al ver cómo cayó el primer dios ante ellos.
Pero los dioses en cambio, estaban mudos, sin poder creer y asimilar que Thor había sido derrotado.
-No...no puede estar pasando esto- negaba Afrodita, su cuerpo temblaba de miedo como una hoja arrastrada por el viento- ningún humano podría vencer de esa manera a Thor.
-Tsk- chasqueo la lengua Shiva- dudo que Ganesha se haya equivocado, Thor se confío, pero aún así, esa arma debe ser otra cosa si pudo vencer a Mjolnir.
-¡No es posible!- exclamó Memoria viendo como su amo apretaba los puños aún más, destrozando los reposabrazos.
-¡Debe haber hecho trampa!
-¿Padre?- preguntó Hermes a su padre que tenía una mirada sombría mientras veía de Soslayo a Odin.
-Aunque habíamos acordado previamente que Shiva pelearia después de Thor, creo que será una buena idea que sea yo el siguiente- dijo el Rey del Olimpo que se movía para interceptar al dios Hindú- estos humanos se han creído por un mero accidente que son capaces de hacernos frente. Hay que sacarlos del error.
En eso, padre e hijo se encontraron con un corpulento hombre rubio de largo cabello y vestido con pantalones de cuero, un casco y una capa a la usansa romana.
-¡Padre!- llamo la atención de ellos el hombre- ¿Es cierto que Thor fue vencido?
Zeus asintió de acuerdo y por puro reflejo miro en dirección a donde se supone estaba la arena.
De haber seguido en su palco, habría visto como el cuerpo del derrotado dios nórdico se desintegraba en la nada, ya que al morir en el Ragnarok, los participantes en vez de ir al más allá, serían totalmente destruídos, sus almas y cuerpos, para jamás volver de alguna manera.
Lo que si oyó, fue la indignación de los demás dioses, al oír la burla de ese tal Hageshi al dar sus últimas impresiones del dios del trueno nórdico.
Arena.
-Lo admito, creo que la confianza en mí mismo ha vuelto- comenzo a monologar el primer peleador de la humanidad- No pude evitar admirar a Thor. A pesar de que fuimos enemigos. Lo admire como un armario admira a una garrapata antes de aplastarla. ¿Los armarios sienten? No importa, yo tampoco siento. Solo siento tristeza. Estoy muy triste.
- Ya me cansé, acaba de una vez con tu monólogo- oyó Hageshi la voz de Yuriko- todos seguramente ya se fueron para este punto.
- Pero, mamá…- protesto Hageshi entre abucheos de los dioses, notando muy pocos ese extraño detalle de que le diga mamá a alguien de su misma edad.
- Estás castigado jovencito.
-Estoy muy triste.
Con los Centinela.
Tam, tam…
Cayó pesadamente el cuerpo de Thor que había perdido la cabeza, literalmente, luego de que una alabarda de energía creada por Hatori, el centinela que era conocido como "El ninja", se colo en la defensa de Thor luego de que Mariska, la Centinela que había borrado el mundo natal de Kevin hace mucho tiempo, mandara a volar lejos a Mjolnir de una patada.
La pelea fue intensa, pero desde el comienzo quedó muy claro que ella tendría las de ganar.
Al retirarse a ver a sus compañeros, ella tuvo la sensación de que en el mundo que no habían escogido, las cosas habían sido parecidas a esto. No es que fuera de su incumbencia lo que Shiro y los demás estaban haciendo. Si, de pasar eso, algo le decía que ese tipo estaba involucrado.
La batalla entre Dios y el hombre en estos dos mundos sería una masacre, porque los seres más fuertes del multiverso habían decidido meterse en ella y estaban peleando del lado de los humanos.
Y corte.
Si, yo sé que esperaban una actualización de cualquier fic, menos esto.
Y sinceramente yo no esperaba que incluso la "Vieja confiable" me fallara.
Así que, en lo que reparo mi máquina, estaré usando otra de manera muy intermitente para poder sacar algo, esto es parte de lo que iré haciendo.
Cómo pueden darse cuenta, está relacionado a mi fic (que necesito con urgencia retomarlo) El Centinela, así como a Naruverso, ya que Shiro y compañía hicieron una breve aparición como invitados ahí.
Estoy intentando crear un ciclo y este relato sería parte de él junto al fanfic del Centinela.
¿Y porque esto está en Xovers y no en Shuumatsu no Valkyrie crossover con Mitos de Cthulhu?
Porque no solo uso a esos fandom o versiones canon de ellos y así me evitó mentadas de madre por no hacerlo.
Aclaro, en el círculo de alegres compadres que incluye a Kira no kami, emperor92, Regina Alba Blossom, Kevin606, Sebas 902, y un largo etcétera, adoramos a Augusto Derlett, por lo que su versión de los Mitos es más usada que la de Lovecraft.
Sin más que decir, los veo en cuanto pueda.
Próximo capítulo: El rey troll.
Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retroalimentación entre nosotros.
