1000 lifes

Esos ojos rojos, los pudiera reconocer en cualquier lugar, ya que eran constantes en sus sueños,

ahora no podía creer que en aquella cafetería donde todos los días iba en la mañana por su café

pudiera encontrarla en aquel chico sentado en las mesas de afuera.

En cuanto sus miradas se cruzaron un dolor en el pecho y un par de lágrimas se hicieron presentes,

parecería que ese día tendría que desistir en tomar café, tal vez, ir a terapia era lo que necesitaba

había tenido una semana difícil en el trabajo, rechazaron sus vacaciones, y su madre se enfermo

ese mismo fin de semana, y ahora aquellos ojos que no lo dejan descansar en las noches estaban

ahí, a unos pasos de él.

Izuku Midoriya se tallo los ojos, tal vez tenía mucho sueño, aunque ya había leído en internet una

vez que todo aquel que vez en tus sueños son personas que viste en la vida real, nadie puede

inventar unos ojos rojos tan bonitos como esos, ¿verdad?

De cualquier manera, suspiro fuertemente, y al levantar la vista, ambos se vieron por unos

segundos nuevamente, sino fuera por la constante vibración en su pantalón, hubiera seguido ahí,

viendo esos ojos.

Separó la vista y tomó el teléfono, todavía era temprano no entendía porque la llamada tan

urgente, ya tenia 10 llamadas perdidas de Iida, el como siempre tan oportuno.

- Hola Iida, ¿qué paso? … Si… Iba a comprar café… ¿¡que paso que!? ¡NO! ¡YA VOY PARA

ALLA! – lo que le faltaba, una urgencia en el trabajo, colgó y se fue corriendo, no sin antes

voltear a ver al chico de ojos rojos.

--

Ya había pasado una semana desde que vio esos ojos, ¿cómo estará ese chico? No dejaba de

pensar Izuku mientras terminaba de escribir un reporte. Mugres reportes. Ser detective no podía

ser así, reportes y más reportes. Pero gracias al cielo ya iba a terminar. Se estiro flojamente, le dio

clic y su último reporte del día fue enviado. Los demás pendientes ya serán problema para otro

día.

Recogió su laptop y unos papeles, era al fin viernes, pero era viernes de fiesta en casa de los

Todoroki, ya estaban en octubre así que cada fin de semana si se podía era fin de semana de fiesta

de disfraces.

- ¡Nos vemos en la tarde chicos, iré a ponerme mi disfraz! – Al fin al cabo, no podía dejar

abajo a su mejor amigo Shoto, quien era el hijo del Sargento. Quien diría que aun siendo

adulto podía usar su tarjeta.

- ¡Claro Mido-kun! Nos vemos mas tarde – gritó una feliz Uraraka, ahora sí, podía salir feliz,

y con tranquilidad.

--

Izuku Midoriya y su traje de mercader medieval hizo entrada en la mansión de los Todoroki, se le

había olvidado que tan rico era su amigo. Riéndose un poco colocó las bolsas de refrigerios que

llevo como buen invitado en una de las mesas y recorrió la mirada por el lugar hasta que pudo

reconocer rápidamente a los de su escuadrón, pues parece que Todoroki llamo a todos los que no

estaban en guardia ese día incluso de otros recintos. Volteo nuevamente a la mesa para tomar una

bebida antes de moverse, pero choco con alguien.

- ¡Ay una disculpa! – se sobó la mano sin voltear la cara - no fue mi intención, solo voy a

tomar un refresco – al levantar la vista para verlo y sonreír apenado, era él.

El chico de ojos rojos, no pudo evitar formar un sonrojo en su rostro, y no era su culpa, el chico iba

casi desnudo, quien diría que Halloween era para eso.

- Con permiso… - Rápidamente bajo la mirada tenía que escapar, ¡que nervios!, pero no

pudo, ya que le tomo de la mano. – ¿eh? ¿sucede algo? – ahora el estaba confundido.

- ¡Tsk! – dijo el chico de ojos rojos, ¿tendrá problemas de habla? Al menos lo soltó, ¡pero no

le dejaba de ver! ¡Que martirio! Él tampoco quería dejar de ver esos ojos. ¡Y Ni siquiera se

sabe su nombre! Así que Midoriya respiro profundo, alguien tenia que ser el civilizado

aquí.

- ¿Te puedo ayudar con algo? ¿Quieres que te sirva refresco también? – le sonrió

nerviosamente, su sonrojo no paraba de crecer.

- No quiero nada – ¿eh?

- Oh ok, entonces, bonita noche, con permiso. – esta era su señal, dio una pequeña

reverencia y huyo hacia donde estaban sus amigos.

A pesar de haber podido escapar en ese momento, el chico de ojos rojos parecía vigilarlo toda la

noche, no importaba a donde volteaba, ahí estaba el, lo ponía de nervios. Suspiró y volteó la vista

con su amiga, tenía que evitar a ese chico, porque dejando de lado los nervios, sentía una presión

inexplicable en el pecho, puede que sea la cerveza…

- Entonces ¿Tú crees en lo que dijo la loca de Togata? ¡Me esta echando la culpa a mí! Ni

siquiera estamos en el mismo recinto y ahora resulta que el sargento cree que soy yo la

que no mando el reporte a tiempo y ¡perdimos a un testigo importante! – oh rayos, Izuku

Midoriya no tiene el contexto.

- Oh no…y… ¿Qué harás? – Sonrió para disimularlo, pero al hacerlo no pudo evitar darse

cuenta que el chico de ojos rojos ahora estaba más cerca, ¿con quien esta? ¿es Kirishima

kun? Trabajo con ellos el año pasado en una misión importante.

- Mido, No me estas poniendo atención, ¿verdad? – oh, atrapado.

- Si te estoy poniendo atención, obvio, de seguro fue M-mirio – no pudo evitar tartamudear.

- ¿En serio Mido? – soltó una risa, eso quiere decir que le atino, excelente – A ver, ¿Qué te

esta pasando? – dijo mientras se acercaba al oído – ¿a quién estamos vigilando? – le

susurró.

- ¿V-vigilar? ¡A nadie! No soy un Stalker ni nada por el estilo – no pudo evitar otro gran

sonrojo

- A mi no me mientes – dijo Uraraka mientras miraba a su alrededor – Veamos… oh, ya veo

– una risilla traviesa le salió sin querer, tal vez por su disfraz de bruja – ya se quien te esta

vigilando a ti, y parece que va a llegar en 3…2…1…

- Quita tus manos de él, cara redonda. - ¿eh?... El chico de ojos rojo lo jaloneo.

- ¡Oye! ¡Quien te crees que eres! Yo lo puedo tocar si quiero – dicho esto, procedió a

jalonearlo también.

- ¡Que te importa cara redonda! ¡Tengo cosas que hablar con este inútil! – cuando lo iba a

jalonear nuevamente, Izuku se safo de ambos.

- Yo no soy propiedad de nadie, ¿qué rayos sucede? – Le dio otro trago a su cerveza, y

ahora él fue quien jaloneo al chico de ojos rojos de la muñeca y empezó a caminar con el –

Ahorita vengo Uraraka shan.

Se termino su cerveza, y un poco mareado, siguió caminando con el chico hasta encontrar un

cuarto vacío para entrar los dos.

- Ahora sí, dime, ¿Qué sssucede? – dijo arrastrando la s, las cervezas que tomo si habían

hecho efecto, que gracioso.

- ¿Por qué estaba tan cerca de ti esa cara redonda? – Estaba enojado el chico de ojos rojos,

que raro…

- ¿De que hablasss? ¿Uraraka sshan? Ella es mi amiga, no tienes por qué insultarla – tenia

que enfocar la vista porque empezó a ver doble, parecía que estaba con cara de enojado,

pero Izuku Midoriya casi nunca se enoja.

- ¡Estaba muy cerca de ti! – El chico de ojos rojos se jalaba el cabello desesperado

- Ni siquiera sé quién eres, ¿por qué me estas reclamando? – ayno, sus ojos empezaban a

cerrarse. Pero pudo ver como el chico de ojos rojos bajo la mirada, ¿quiere llorar?

- Entonces no te acuerdas… maldición - ohno, si está llorando

- ¿De qué hablas? – instintivamente, Izuku acercó su mano al rostro del chico y le limpió un

poco las lágrimas - ¿estás bien?

- Así déjalo inútil, luego hablamos… - lo dijo como si se fuera a ir, pero, en realidad se cayó

de rodillas, e Izuku con el

- ¡No! ¡No te vas hasta que me digas! Somos adultos, no somos adolescentes con mala

comunicación, ¡¡primero deberías presentarte!! Yoo empiezo. ¡Hola soy Izuku Midoriya

mucho gusto trabajo en el recinto 99! ¿Y tú? – la piel del chico de ojos rojos es muy suave,

y ahora que están tan cerca, podía ver que su cabello es muy rubio, es hermoso.

- Maldita sea, soy Bakugo Katsuki, en el recito 1. – Izuku no pudo evitar mirar esos labios

mientras hablaba, la cerveza esta haciendo que su inhibición disminuya

considerablemente.

- ¡Oh! mucho gusto – le sonríe tranquilamente – ¡Eso quiere decir que eres de Shibuya! Casi

no voy para allá esta fuera de mi jurisdicción, yo estoy más cerca de Kioto – otra vez lo

mira a los ojos, y otra vez no puede evitar sentir esa misma presión en el pecho – y… ¿de

que querías hablar Bakugo kun?

- ¡Qué diablos! ¡No me llames así te lo he dicho mil veces! - dijo mientras bajaba la mirada.

- ¿Oh, entonces Katchuki kun? - ¿escucho mal, dijo mil veces?

- … ¿como? – la mirada que puso Katsuki Bakugo en ese momento parecía de anhelo, e

Izuku, quería verla más seguido.

- Suena como si te estuviera diciendo Kacchan y no somos niños, ¿te molesta? – dijo

apenado, pero sin dejarle de ver esos ojos, tampoco pudo evitar ver el nerviosismo del

otro disfrazado de malas palabras que salían de sus labios.

- Así dime – dijo Kacchan y ahora Izuku no podía dejarle de ver sus labios. - Por favor

- Claro… mucho gusto Kacchan – tal vez era el alcohol, pero su cuerpo se sentía tan caliente

en ese momento, que no dudo en juntar sus labios, por primera vez, Izuku Midoriya se

sintió completo al besarlo. Lo malo es que, al momento de separarse, Bakugo Katsuki, salió

corriendo.

--

Lunes nuevamente a la tortura, ni siquiera pudo pedirle el numero a ese chico, y ahora tenia que

trabajar sin disculparse porque lo beso.

Pero ahora si iba a conseguir ese café, salió de su departamento y camino unas cuadras, hasta

llegar a la cafetería. Y por arte de magia, ahí estaba Katsuki. Ahora no había alcohol de por medio,

pero tenia que disculparse, junto todo el valor que pudo y se acercó a la mesa donde estaba el

chico.

- ¡B-buenos días Kacchan! – al hablarle, el chico se levantó de golpe y casi tira sus ¿dos?

cafés, ¿tanto le causo mal lo que pasaron el viernes?

- ¡No me asustes Idiota! Di que vienes en camino o algo, maldita sea, casi tiro el café

encima. – dijo enojado, pero ya con más calma.

- Lo siento, no sabía que estabas distraído – sonrió con calma, estar cerca de Bakugo le daba

tanta tranquilidad.

- Tsk, no importa, toma tu café y vete.

- ¿Mi café? ¿eh? – sin oportunidad de parpadear, Bakugo le entrego un vaso de café para

llevar, y según las instrucciones del mismo, es tal cual como le gustaba. - ¿Me estuviste

vigilando? – parpadeo varias veces sin entender, pero el comentario hizo que el otro se

sonrojara.

- ¡No eres tan importante para que alguien te vigile idiota! ¡Siempre pides lo mismo! Una y

otra vez, no importa el tiempo, un café con leche y 2 de azúcar, y si pueden que le pongan

menta.

- ¿Eh? ¿pero como lo sabes? – Katsuki lo entendió en ese momento, bajo la mirada y tomo

su café de la mesa para irse.

- Luego nos vemos Izuku. – esta vez, Midoriya no lo quiso detener.

Toda la semana se quedó pensando en él, no lo volvió a ver, incluso llegó temprano a la cafería y

se iba más tarde esperando que el estuviera, ¿y si le paso algo? ¿lo trato mal por decirle acosador?

Necesitaba verlo y no sabía por qué.

--

Pasaron 2 semanas y no había señales de Katsuki Bakugo en ningún lado, incluso llamo al Recinto 1

y pregunto por él, y hasta preguntó por Kirishima ya que le vio hablando con él en la fiesta, y nada,

parecía que siempre que lo buscaba, el otro estaba ocupado o estaba en campo.

No podía estar así.

No es acosar si es Halloween y uno va vestido de héroe de comic para no ser reconocido, ¿verdad?

Solamente es apreciar la festividad, no importa que hayan dicho sus amigos que parecía todo un

acosador.

Llego al área de Shibuya, el 31 de Halloween era el día con más problemas en las calles a nivel

global, sino fuera por Iida le hubiera tocado a él también trabajar, pero era su ultima oportunidad

para ver a Katsuki Bakugo, sobre todo porque le dijo Kirishima que todo el recinto iría de incógnito

a las calles, todos vestidos de héroe, y por eso él también iba así (aunque siempre ha sido un

completo nerd de los comics, si fuera por el hubiera usado el traje de all might edición dorada,

pero hubiera llamado mucho más la atención).

Encontró la calle donde iban a estar, y se sentó en una banca, iba a estar alerta.

Sin embargo, paso el señor que vende hot dogs, y el estaba hambriento, 5 minutos distraído no iba

a pasar nada, procedió a ir con el señor, y al momento de hablar, otra voz se escuchó al mismo

tiempo.

- ¡Me da un hot dog por favor! – Dijeron Kirishima e Izuku al mismo tiempo, y se voltearon a

ver riéndose.

- Kirishima kun! ¡Hola! Si quieres tu primero cómpralo – dijo Izuku riéndose

- ¡Oh Mido! ¡JAJA no te preocupes! Pero gracias, estoy de guardia, ¿cómo vas con tu misión

no tan misión secreta? – le dijo mientras le guiñaba el ojo y le pagaba al señor,

obviamente Izuku no pudo evitar el sonrojo.

- N-no lo he visto, pero estoy vigilando – iba a sacar el dinero para pagar el suyo cuando

alguien se paró detrás de él.

- ¿A quién no has visto nerd? – ¡oh no!

- ¿¡K-kachan!? – ¿por qué se tenia que ver tan hermosamente sexy ese chico.?

- Te hice una pregunta. – El chico de cabello verde se quedo sin palabras, ni pudo pagar su

hot dog, el amable de kirishima lo pagó.

- ¡Anda Baku bro! No seas así, déjalo estar, ¡está ocupado en una misión secreta!

- Cállate pelos de mierda – dijo sin dejar de ver a Midoriya, al fin lo tenía de frente, tenía

que hacer algo o se iba a ir – Diviértanse, yo me largo.

- ¡Tengo que hablar contigo! – sin pensarlo dos veces lo gritó y se llevó a Bakugo de la mano

a un lugar con menos gente.

Estaban en un callejón.

Solos.

Bakugo Katsuki estaba esperando a que Izuku hablara, pero el no podía, ni porque tenia el traje de

su gran héroe.

- Yo… - Las manos le sudaba demasiado, ¿Qué le iba a decir?

- ¿Qué quieres nerd? - Bakugo estaba inmutado, y parecía ¿triste?

- Yo… - Respiro hondo otra vez.

- Habla o me voy, tienes 5 minutos. – También, estaba desesperado.

- ¡No te vayas! – lo tomo del brazo – no se qué te hice… Pero cada vez que me vez, tienes

una mirada de tristeza… y lo siento mucho

- … - Bakugo Katsuki lo miraba con asombro.

- Cada que te veo así de triste, quisiera abrazarte y pedirte disculpas, pero no se que hice,

me dirás loco, pero a pesar de haberte conocido apenas hace un par de semanas, siento

como si te conociera de toda la vida – alguien abrió la la llave de los ojos de Midoriya - yo

se que es imposible, pero, no puedo evitar sentir que te estoy dañando cuando en

realidad quiero que seas feliz – Una vez abierta, Midoriya no puede dejar de llorar - quiero

verte sonreír y yo lo siento mucho si tal vez te ofendí n-no era – antes de que dijera algo

más, Bakugo lo abrazó.

- El loco soy yo, tu no haz hecho nada, no es tu culpa – pareciera que el también estaba

llorando, asi que Izuku le devolvió el abrazo.

- Claro que es mi culpa, yo te dije de cosas – Bakugo lo separa un poco y le pone una mirada

que dice mil palabras, mientras le limpia las lágrimas con delicadeza.

- Nada es tu culpa, si te lo dijera, ¿me creerías? – respiro profundamente.

- Siento que, si me dijeras que la luna es de queso, pelearía con toda la comunidad científica

para decirles que es de queso – la mirada convencida de Izuku, hacía que el corazón de

Bakugo se alegrara.

- Eres un nerd, ¿lo sabes? – volteo el rubio hacia arriba para evitar que más lagrimas le

salieran.

- Siento que tú también lo eres – sonrió Izuku.

- Lo somos – Katsuki al bajar la vista, no pudo evitar acercar sus labios, este no fue un beso

como el de la otra noche con ambos intoxicados, claro que no, este era un beso

apasionado, donde palabras no se necesitaban para expresar lo que sentían. Hasta que

tuvieron que separarse por falta de aire.

- …Kacchan…yo sé que es muy pronto, pero, ¿crees que podamos salir algún día? ¿Como

una cita? – Izuku no podía con lo que sentía, se sentía tan nervioso

- Nerd, ya estamos en una – se rio Bakugo de el

- ¿Que? ¿Como?

- El pelos de mierda, te hizo venir disfrazado, hoy tenemos día libre, solo estábamos

recorriendo shibuya en busca de algún sitio para celebrar que rompimos un récord.

- Oh, entonces, ¿quieres ir con él? – no pudo evitar bajar la mirada y sentirse triste.

- Nah que se joda – ¿eh?

- ¿Entonces a donde quieres ir? – parpadeo dos veces Izuku feliz

- Hay un lugar aquí cerca, es una cafetería – volteo hacia atrás y lo señalo - donde podremos

hablar los dos, creo que venden de tu café… – al voltear a ver a Izuku lo vio, se puede

decir, ¿más rojo que antes?

- Y-yo conozco otro lugar… - oh.

Love hotel

- ¿Estás seguro? ¿No vamos muy rápido? – dijo Izuku – No te quiero lastimar.

- A mí, nadie me va a decir que me va a lastimar. – Acto seguido, Bakugo Katsuki, recuesta a

Izuku y se sube arriba de el – Te voy a montar tanto que voy a hacer que te vengas tantas

veces, que vas a rogar no haber nacido –

Entre besos y caricias ambos chicos pasaron toda la noche de Halloween en el hotel. No seria la

ultima noche.

Ni tampoco era la primera, Katsuki Bakugo tenía un secreto, uno que se llevaría a la tumba. Todo

con tal de renacer mil veces, y volverse a encontrar mil veces con Izuku Midoriya, su alma gemela.

Porque no importa en que universo estén, siempre, van a encontrar la manera de reencontrarse.

Porque su amor, es la fuerza más grande de todo el universo.

BY Jony

Feliz jawolin ¡!