Los personajes usados en esta historia pertenece a Hiro Mashima y su anime Fairy tail.


Mientras todo Fiore duerme tranquilamente en sus hogares, una intrépida peliazul de ondulado y hermoso cabello comienza su misión en la fría noche. Como una superninja sale con mucho pesar de su cómoda cama para poder encontrar el objeto de su deseo: un paquete de galletas que venía como recuerdo a su mente al sentir los antojos de media noche por el embarazo.

Tras llegar a la cocina con sigilosos pasos y mirar alrededor para asegurarse que no había nadie cerca, se abalanzó sobre la caja de galletas con chispas de chocolate que se encontraba sobre la mesa sin ninguna vigilancia, olvidada de guardarse fuera de su alcance.

Con cuidado y mucha calma abrió la caja para saborear una a una esas pequeñas delicias que ayudaría a satisfacer su antojo de algo dulce. Los minutos trascurrieron hasta que Juvia se percató de la solitaria galleta en el fondo, única de las doce que contenía el paquete.

El crujiente dulce recibió una penetrante mirada.

- Juvia sabe que eres una galleta confiesa- exigió.

Comenzó así una trágica historia, en la cual la galleta era un criminal por solo tener unas cuantas chispas y estar sola sin compañera alguna.

- No, no soy una galleta- exclamaba en pánico una voz más aguda.

- Juvia lo sabe, no lo niegues, su destino será el mismo- amenaza.

- Ayuda, ayuda- sollozaba con chillona voz.

- Juvia no te dará clemencia impostora- concluyó.

Durante el interrogatorio y casi condena de la galleta, un pelinegro comenzaba a despertar por los ruidos en la cocina que tomaban fuerza. Al observar su alrededor notó que el otro lado de la cama se encontraba vacío; lentamente se levantó y salió de su alcoba para ver como su esposa hacía una escena con las galletas que compró esa mañana. Viendo la hora en el reloj de la pared intervino en el acto final que la peliazul estaba por realizar.

-Juvia, la galleta también merece clemencia -comentó con voz profunda interrumpiendo en la escenografía.

La peliazul se vio descubierta por su esposo y padre de su futuro hijo, el cual ahora la mira con algo de ternura.

- Pero Gray-sama, esa galleta es por el antojo de Juvia y se negaba a ser comida- murmuró con pena.

Él sonríe para después reír, se acerca a ella y le besa la frente.

- Ya es muy tarde para estar sacrificado galletas Juvia, vamos a dormir- pronunció antes de bostezar.

- Está bien Gray-sama, pero Juvia quiere que la abrace- murmuró sonrojada- las noches son frías...- finaliza en un bostezo.

- Todos lo que quieras-

Sonríe dirigiéndose a su habitación.


Gracias por leer la historia.

Es mi primer historia, espero que les guste aunque sea un escrito muy corto.

Edite la historia un poco por algunas incongruencias que tenia con ayuda de mis amigas que escriben fanfic en Wattpad.