Los Tréboles
Por: Escarlata
Precure pertenece a Toei, el plot es mío
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"Hey, Setsuna, ¿en qué piensas cuando miras los prados de tréboles?" Preguntó Love en una ocasión cuando regresaban a casa después de un productivo día de clases. Ambas miraban el interminable manto de tréboles a ambos lados del camino como de costumbre.
"¿Uh?" Setsuna no supo qué responder al momento, la pregunta la tomó por sorpresa.
'Yo pienso en ti', pensó Love mientras miraba el rostro atribulado de Setsuna tratando de dar una respuesta a esa pregunta tan abierta. "Me puedes decir después, ¿de acuerdo?" Dijo enseguida y eso pareció calmar a Setsuna, quien sólo asintió con esa linda sonrisa tan suya.
La respuesta quedó en espera.
La respuesta nunca llegó.
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Momozono Love se preparaba para su primer día en la escuela preparatoria. Además, está vez podría compartir escuela con Miki y Bukki y eso la tenía francamente feliz. ¡Tenían tantos planes juntas! Volver a compartir las horas del almuerzo sonaba tan bien, salir juntas de la escuela era aún mejor. La emoción la hizo apresurar el paso y prácticamente correr a una velocidad por demás respetable. Bendito baile que la dotó de una gran habilidad y resistencia física.
El camino de siempre, el que se sabía de memoria y que podría recorrer con los ojos cerrados, la llevó a los extensos prados verdes repletos de tréboles. Justo en ese tramo del camino bajó la velocidad y se quedó viendo ese fresco verde matinal con mucha atención, claramente buscando el tan especial trébol de cuatro hojas.
No lo encontró, no ese día.
Ya será otro día, eso pensó Love con una sonrisa pequeña.
Esa misma mañana mientras se miraba a sí misma en el espejo y modelaba su uniforme nuevo, le llegó a la cabeza la idea de lo bien que se vería Setsuna en uno similar. Pensaba en ella cada tanto, pensaba en ella cuando algo bueno pasaba, Setsuna llegaba a su cabeza cuando más feliz se sentía y cuando más quería compartir esas alegrías con ella.
Estaba pensando en la ausente de nuevo y se dio un par de topes en la frente, no debía olvidar en ningún momento que Setsuna estaba de regreso en su mundo (su verdadero hogar) y tenía la importantísima misión de devolverle la sonrisa y la libertad verdadera a su gente. No era un trabajo para un día ni un mes, ni siquiera un año porque ya había pasado más de uno desde que se despidieron, era un trabajo que tomaría el tiempo que debiera tomar. Así de simple.
Así de complicado.
No es que Love comiera ansias, no es como si Setsuna le hubiera prometido volver. De hecho Setsuna no se despidió aquella vez, no la vieron partir. Eso le dolió un poco a Love pero no pensaba admitirlo en voz alta. Además, conocía a Setsuna lo suficiente como para saber que tendría sus razones para irse así nada más.
Love siguió su camino a su primer día de escuela, con sus amigas y con más nuevos amigos que pronto conocería. Pensar en ello la emocionó y volvió a correr con la agilidad digna de la bailarina que era. Miki y Bukki le esperarían una calle antes para entrar las tres juntas a la escuela, a manera de empezar con el pie derecho su nueva aventura como las novatas en turno. ¡Sería tan emocionante!
Aceleró el paso.
Sus pasos dejaron atrás los prados de tréboles hasta entrar apropiadamente a la zona urbana de su ciudad natal. Más estudiantes de distintos colegios iban por el mismo camino, también trabajadores y estaban los rostros de siempre de los tenderos que le saludaban como de costumbre. Love les devolvía el saludo con la alegría de siempre.
Un día más en Clover Town.
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Una voz sonó a sus espaldas. La voz de Daisuke.
"¡Hey, Love!"
"Ah, Daisuke, buenos días."
Chinen Daisuke, su amigo de la infancia. Su amigo por siempre porque lo rechazó cuando éste repitió su declaración de amor. ¡Por supuesto que quería a Daisuke! Era su amigo pero no lo amaba, no de la manera en que él quería. Love tampoco aceptó intentarlo, no cuando ya tenía el corazón lleno de alguien más. Nunca le haría eso a Daisuke ni a sí misma. Su amigo, por suerte, lo entendió y lo aceptó. Desde entonces se comportaba un poco mejor cabría decir, era menos hosco y eso era algo que todos agradecían, Love la primera.
Por supuesto, iría a la misma escuela que ella.
"Mi hermana dijo que te diera esto", dijo Daisuke y de su chaqueta sacó una memoria USB. "Dice que son las rutinas de práctica de su primera gira, las que te prometió".
Love soltó un grito de alegría y abrazó bruscamente a Daisuke mientras daba vueltas con él. "¡Gracias!" Exclamó con alegría y tomó el USB para enseguida ponerlo a salvo en su mochila. "Miyuki-san me dijo que no estaba segura si aún tenía estos videos", comentó Love aún contenta.
"Una de las integrantes del grupo los tenía, al parecer su mamá grabó completa su primera presentación y muchos de sus ensayos", contó Daisuke apenas se recuperó del abrazo.
"Los veré después con Miki y Bukki", dijo con alegría. "Dale las gracias a Miyuki-san de mi parte".
Daisuke simplemente asintió. El chico suspiró de manera discreta mientras miraba a Love de reojo. Se sentía en paz de alguna manera gracias al rechazo de Love, pero su cariño por ella seguía encendido. Optó por mirar el cielo, necesitaba más tiempo para sí mismo.
El par continuó caminando mientras saludaban a otros compañeros en el camino. En la última intersección antes de ir a la calle que iba directo a la escuela, Miki y Bukki esperaban a Love en la esquina y ésta hizo una pequeña seña de despedida a Daisuke para disculparse y unirse a sus amigas.
"¡Me alegra que compartamos escuela de nuevo!" Exclamó Love apenas saludó a sus amigas, casi hermanas. Enseguida las abrazó de manera brusca y cariñosa. Caminaban torpemente por el último tramo a la escuela.
"No sé si correremos con la suerte de estar en el mismo grupo, yo espero que sí porque me vendría bien que alguna de ustedes me ayude con las notas de las clases cuando me toque trabajar", dijo Miki de manera jocosa. Ahora que era una estudiante de preparatoria, oficialmente podría faltar (e iba a faltar) a clases para trabajar como modelo por jornadas completas. Tendría una mejor paga, más fama y estaría un paso más cerca de ser la top model que deseaba ser. No pensaba descuidar sus estudios desde luego.
Sus amigas felizmente la cubrirían por ese frente. Inori fue la primera en hablar.
"Yo misma conseguiré las notas de las clases y te explicaré lo que no entiendas", se ofreció de inmediato la joven veterinaria.
"¡Muchas gracias, Bukki! ¡Eres la mejor!" Miki apretujó a sus amigas, haciendo que ambas rieran y caminaran con torpeza, quien las viera diría que estaban a nada de caerse. La vista del unido trío de amigas era linda, todos las conocían, todos estaban al tanto de que más que amigas eran hermanas. Y para unos pocos, sabían que eran guerreras legendarias.
Pero les faltaba una amiga, una guerrera, una hermana y justo eso pensaron las tres al momento de dar sus primeros pasos dentro de su nueva escuela.
Setsuna…
Si Setsuna estuviera ahí, quizá habría compartido grupo con ellas, las cuatro estarían en el mismo salón aunque en asientos diferidos, cosa que no era problema. Les faltaba ella, sin Setsuna no eran el cuarteto Clover, debían ser cuatro hojas, no tres. Pero no era como si Setsuna fuera a aparecer una buena mañana dando los buenos días a todos, ¿verdad?
Aceptaban ese hecho, lo abrazaban. No había nada más por hacer que aprovechar su primer día de escuela a tope, con energía y disfrutando de esa vida por la que tanto lucharon.
Lo merecían.
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"¿En qué piensas cuando miras los prados de tréboles?"
La pregunta se la hizo Love a su querida Bukki mientras volvía de la escuela junto con ésta para hacer la tarea. Love se conocía a sí misma, podría no ser la alumna más sobresaliente, pero hasta el momento nadie se quejaba de sus notas. De las tres la más lista era Bukki (junto con Setsuna) y siempre podían acudir a su ayuda para que les explicara la tarea. Miki faltó ese día por un trabajo de modelaje para una popular revista de modas. Apenas un par de semanas y ya se veía obligada a faltar a clases. No pasaría demasiado antes de que los demás alumnos comenzaran a pedirle autógrafos. Sus amigas las primeras.
"¿Los tréboles?" La pregunta tomó por sorpresa a Inori, que parpadeó un par de veces antes de mirar los dichosos campos una vez más. Por la temporada todo era verde hasta donde alcanzaba la vista, un verde vivo, fresco y sereno. Sonrió. "Pues pienso en los pequeños insectos que viven entre los tréboles y que son los que ayudan en buena parte a que todo éste prado esté verde y lleno de vida", fue la entusiasta respuesta, para enseguida hacer una larga lista de los insectos, arañas y demás criaturas que dependían de ese prado en especial.
La respuesta, por supuesto, era la esperada. Love se echó a reír de buena gana. Sí, esa era Bukki, la entusiasta de los animales y una futura veterinaria.
"Tienes razón, esos pequeños tienen su felicidad entre todos esos tréboles", respondió Love apenas recuperó el aliento.
Inori miró a Love con suavidad y enseguida el campo de tréboles. Su sonrisa se hizo igualmente suave. "También pienso en ella", agregó en voz baja.
Love no necesitó que Bukki dijera más, con eso era suficiente para saber que ella y seguramente Miki también la echaban de menos. Miró al cielo ésta vez. "¿Te quedas a comer cuando terminemos la tarea?"
"Me encantaría", fue la dulce respuesta de Inori.
Love sonrió.
==o==
"Muchas gracias por pasarme los apuntes de la clase, Love", dijo Miki mientras caminaba con ella en dirección a la ciudad. Esa vez Inori tuvo que ayudar en la clínica y no tuvo oportunidad de acompañarlas a estudiar un rato.
"Para eso estamos las amigas", respondió Love con singular alegría. "¿Estarás bien para la primera ronda de exámenes? Es en un par de semanas", sus primeros exámenes en preparatoria, todos los de primer año en general estaban nerviosos por eso.
"Avisaré a la agencia que necesito estudiar, me darán al menos dos semanas libres si es que quieren que una de sus modelos estrella sea un ejemplo a seguir con sus buenas notas y rendimiento escolar", respondió Miki con una clara falta de humildad, con esa seguridad tan de ella.
Love sonrió y de hecho no pudo contener una risa.
"No puedes y no debes defraudar a tus fans, ¿verdad?" Preguntó con una sonrisa.
"Nunca lo haría", fue la cómica respuesta de la modelo, rió un poco y volvió su vista al frente. Precisamente pasaban por el camino de los tréboles. Miki miró los alrededores de manera discreta y sonrió pero para sí misma, de hecho suspiró hondo. "Cuando paso por aquí me acuerdo de ella", dijo con una media sonrisa en los labios, no muy amplia, no muy contenta pero tampoco triste, sólo nostálgica.
"Yo también", respondió Love con un hilo de voz.
Miki notó de reojo el gesto de Love y sólo atinó a tomarla de la mano y seguir caminando. No había palabras que pudiera darle para consolarla. No podía decirle un "ella volverá pronto" porque no podía asegurarlo. Lo que todas sabían era que Setsuna se estaba esforzando en su hogar para hacerlo mejor luego de liberarse de Moebius. Nada les decía que ella fuera a volver, nada les permitía comunicarse con ella después de que terminaran sus trabajos como Pretty Cures.
Sólo tenían los lindos recuerdos y todo lo que aprendieron juntas.
Sólo eso y nada más.
Miki no pensaba permitir que Love se sumiera en la tristeza. La tomó de la mano.
"Vamos por donas con Kaoru-chan, yo invito", dijo la modelo y sintió de inmediato el subidón de energía en su amiga, más por la forma en que ésta estrechó su mano.
"¡Genial! ¡Vamos!" Exclamó una recuperada Love.
"¡Vamos!"
Y fueron, dejando los prados de tréboles atrás.
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La semana de exámenes pasó, Love podía ver el alivio en la cara de sus compañeros de clases, salvo en Bukki, ella en especial siempre lo hacía bien en los exámenes. Miki también se notaba confiada y la misma Love sabía que sacaría al menos un promedio de 85 puntos en ésta ronda de exámenes. Nada mal para sus primeras notas en la escuela preparatoria, ¿verdad? Las tres pensaban celebrar con donas, luego al cine y pizza en casa. Lo tenían permitido, incluso Miki, que estaba bajo una dieta más controlada.
Sus días de estudiantes pasaban con la normalidad, la emoción y la inexorable sensación de que las cosas iban en serio ésta vez, que dentro de un par de años estarían a un paso de la universidad, de elegir su camino para el futuro. Aunque Love sabía que sus amigas y ella misma ya tenían una visión de ese futuro y ya se encontraban trabajando en ello, la emoción era la misma.
Y nuevamente Love se preguntó si Setsuna pasaría por lo mismo que ellas. Sin embargo, al recordar que las cosas en Laberinto no eran como en su mundo, simplemente no podía imaginarse nada más. Poco y nada sabía de Laberinto en realidad y se arrepintió de no preguntar más en su momento, no le gustaba ver el gesto atribulado de Setsuna cada que se tomaba el tema de su hogar controlado por un ser sin escrúpulos ni compasión.
No hubo mucho tiempo de platicar luego de su batalla final.
Quizá era lo único de lo que se arrepentía en su corazón.
Eso y de no haber alcanzado a Setsuna antes de que se fuera para poder decirle lo que tenía en el corazón. ¿Por qué a todos se les ocurrió dejarla a solas con Daisuke aquella vez? Bueno, era obvio porque esos asuntos de declaraciones amorosas eran de dos personas. No le dio respuesta a su amigo en esa ocasión pero tampoco que tuviera en mente salir con él. Quería a Daisuke, pero no lo amaba.
A la única persona a la que podía relacionar con la palabra Amar, en el sentido romántico de la palabra, era a Setsuna. A ella y a nadie más. Daisuke lo comprendió, sus amigas lo sabían, pero Setsuna se fue antes de que pudiera decírselo.
Pensaba en ello mientras miraba los prados de tréboles.
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Era lunes y Love corría a la escuela, llena de ánimos y de energía como era su buena costumbre, saludando a cada persona en su camino y estos deseándole un buen día, como era la costumbre. Miki e Inori se la encontraron en el camino y entraron juntas a la escuela como ya comenzaba a hacerse costumbre.
Lo que no era habitual sucedió.
"Antes de pasar lista", dijo el profesor encargado de la clase, "quiero anunciarles que tenemos a un nuevo alumno de intercambio", y sonrió al ver a los chicos hacer escándalo y emocionarse. Con un gesto de mano los calmó a todos. "Me gustaría decirles que es una persona nueva aquí, pero no lo es. Seguramente algunos de ustedes sabrán de quién se trata", miró a la puerta y asintió. "Adelante", indicó.
La puerta se abrió y lo inesperado sucedió.
"¡Setsuna!" Exclamaron Love, Miki e Inori al ver que la nueva estudiante era nada más y nada menos que su querida amiga ausente: Higashi Setsuna. Ellas no fueron las únicas en reconocerla, al menos una tercera parte del grupo la reconoció y le dieron una cálida bienvenida que hizo sonreír a la recién llegada.
Ganas no le faltaban a Love de lanzarse encima de Setsuna a abrazarla, pero debía resistir, estaban en la escuela y a punto de empezar las clases. Y también debía permitir que se presentara con el resto del grupo.
Por supuesto, en cuanto acabó la primera clase, Love, Miki e Inori abrazaron a Setsuna con cariño, con asfixiante amor y un apretado abrazo que hacía que a la chica se le dificultara respirar.
"¿Cuándo volviste?" Preguntó Miki apenas el abrazo terminó, fue la primera que pudo hablar, ninguna de ellas cabía en sí misma por la alegría.
"Ayer por la tarde, pero decidí no avisarles, quería sorprenderlas", dijo Setsuna con su suave sonrisa y su gesto cálido, alegre. Esos gestos gentiles que sólo sus amigas más cercanas conocían. "¿Las sorprendí?"
"¡Por supuesto que lo hiciste, casi haces que me caiga de la silla!" Exclamó Bukki, alegre, mientras seguía abrazada a su amiga.
Quien tenía ambas manos de Setsuna entre las suyas era Love. No quería soltarla, no todavía. Sus ojos estaban húmedos por las lágrimas que querían escapar, no las dejaba.
"¡Volviste! Gracias por volver, Setsuna… Pensé que no volverías", se atrevió a decir. Miki e Inori le miraron de reojo, ambas pensaron lo mismo, por cierto.
"¿No?" Setsuna pareció un poco sorprendida por esas palabras. "Por supuesto que iba a volver, por eso no me despedí", dijo enseguida y esas palabras hicieron que sus amigas le miraran de manera fija. "Amo mi mundo y quiero lo mejor para éste y también para la gente que vive ahí", miró a cada una de ellas antes de mirar fijamente a Love a los ojos. "Pero éste es mi hogar, ustedes son mis amigas y mi casa es la casa de los Momozono".
Love ésta vez no pudo contener las lágrimas y lloró mientras monopolizaba a Setsuna por completo por medio de un apretado abrazo. Había TANTAS cosas que quería hacer en ese momento, pero lo mejor era calmarse, terminar el día de clases y volver a casa juntas.
"En serio éstas aquí", murmuró Love con una sonrisa pequeña, entre lágrimas.
"Puedes sentirme, ¿verdad? Estoy aquí, Love", respondió Setsuna, haciendo especial énfasis en el nombre de su amiga.
Love tragó saliva, algo en la voz de Setsuna hizo que su estómago se hiciera ovillo.
"¿Les parece si almorzamos? Luego de clases podemos ir con Kaoru-chan y celebrar el reencuentro con donas, ¿qué dicen?" Propuso Inori y el ahora cuarteto exclamó un 'sí' en total acuerdo. El mejor plan para la tarde que podían pedir. El resto de sus pendientes podían esperar un poco más, ¿verdad?
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Love y Setsuna iban de regreso a casa.
Por lo que Setsuna les contó, la primera en saber de su regreso fue Ayumi, la topó cuando ésta salía de su trabajo y fue ella misma quien se encargó de su registro en la escuela. Por supuesto, todo a espaldas de las chicas, sobre todo de su hija Love. La mujer también quería que fuera sorpresa para todos. Ni siquiera su marido sabía del regreso de Setsuna. De hecho Ayumi tenía en planes hacer una gran cena para celebrar la vuelta de su querida Secchan, incluso estaba arreglando su dormitorio de nuevo.
Por su lado, Love era toda sonrisas. Llevaba a Setsuna de la mano y ésta no se le soltaba. Caminaban a paso relajado y llegaron al último tramo antes de llegar propiamente a casa de los Momozono: los prados de tréboles.
Ambas se detuvieron un momento mientras miraban ese manto verde y fresco, mismo que se mecía suavemente gracias a la caricia de la brisa de primavera. El par sonrió.
"Oye, Setsuna".
"¿Mmm?"
"Una vez te pregunté qué pensabas cuando veías los tréboles, ¿lo recuerdas?" Preguntó Love con un tono de voz bajo, suave, casi secreto. Estrechó un poco más la mano de Setsuna.
Setsuna sonrió al escucharla, le miró unos segundos y enseguida volvió su atención a los tréboles. Sólo por admirarlos, no que buscase algo en especial.
Lo único cierto es que algunas cosas se encontraban sin buscar, simplemente estaban ahí porque así debía ser. Sonrió al notar algo, soltó a Love y fue directo a cortar un trébol de cuatro hojas. Se la ofreció a Love mientras sonreía de manera cálida, cándida… Casi amorosa.
"¿Quieres saber la respuesta?" Preguntó Setsuna, juguetona.
"Sí, me encantaría. Me dejaste esperando por tu respuesta por mucho tiempo", contestó Love mientras miraba con cariño el trébol.
"De acuerdo, te la diré", incluso se aclaró la garganta. Se puso ligeramente roja sin poder evitarlo. Miró a Love con un gesto tímido imposible de ocultar.
Love estaba expectante.
"En ti… Pienso en ti, Love".
La respuesta fue clara, casi seca, firme y a la vez tan tímida, una combinación que sólo Setsuna podía lograr y verse lindísima. Love se sonrojó sin poder evitarlo.
"Setsuna…"
"Lo primero que hice en Laberinto fue promover la reforestación de todas las zonas posibles, hicimos campos de tréboles y sólo logré pensar en ti incluso cuando no me lo proponía", explicó sin mirarla todavía, bajó el rostro. "Pero esos tréboles no eran como estos, tampoco pude encontrar uno de cuatro hojas", continuó.
Love se sonrojó más, tragó saliva y se animó a tomar una de las manos de Setsuna con su mano libre. Sus manos se estrecharon con fuerza.
"Love, yo…"
"Setsuna…"
Ambas suspiraron y se miraron al mismo tiempo, como si lo hubieran planeado, pero no. Era el momento, eran sus manos unidas, era el trébol que sostenía Setsuna y la brisa que mecía suavemente el verde a su alrededor. Love no podía dejar de ver los gentiles ojos de Setsuna.
"Yo también pienso en ti cuando veo los tréboles, Setsuna", dijo sin dejar de mirarla. "Porque más que buena suerte, significan felicidad. Y encontré mucha felicidad cuando te conocí… Eres mi felicidad, Setsuna".
"Love…" Setsuna tragó saliva, esas palabras le aceleraron el corazón.
"Gracias por volver", murmuró y, ya sin poder evitarlo, besó sus labios.
Un beso suave, dulce, breve y lleno de amor.
Un beso entre los campos de tréboles.
"Nunca me fui, sólo tenía un trabajo por hacer", respondió Setsuna luego del beso, fue lo único que atinó a decir. Era obvio que comprendió perfectamente el sentido romántico de ese beso y, sobretodo, lo aceptó. Le sonrió a Love con nerviosismo, con tímida alegría. "Creo que la frase que debo decir es otra".
"¿Ah sí?"
"Sí", se aclaró la garganta una vez más. "Ya estoy en casa".
Love sonrió.
"Bienvenida".
Y un beso más.
Uno más antes de volver a casa juntas.
FIN
