Los personajes de Ranma ½ no me pertenecen, son de la gran mangaka Rumiko Takahashi. Hago este fic sin fines de lucro, sólo para el entretenimiento del fandom.
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DOS ROSAS PARA MI AMOR
Dicen que al rededor del año de 1920 en la ciudad de Nerima, Japón, vivía una mujer muy bella que era deseada por muchos hombres, era hija única de la familia Tendo; su nombre era Akane y tenía piel de porcelana tan blanca como la nieve, unos hermosos ojos achocolatados grandes y expresivos, su cabello lacio y largo en tono negro que en ocasiones parecía azulado y una sonrisa encantadora. No sólo era hermosa físicamente, tenía unos sentimientos muy puros; su amabilidad y dulzura la caracterizaban, todos en el pueblo la querían por siempre mostrar humildad y sencillez.
Su padre poseía uno de los dojos más importantes en esa época, haciendo que su familia fuera de las más adineradas, lo que la convertía en el partido perfecto para cualquier hombre.
Diario recibía obsequios de sus múltiples pretendientes, desde hermosos ramos de rosas y flores exóticas hasta ostentosas y caras joyas, pero ella siempre los rechazaba. Algunos la buscaban por su belleza, otros más por su dinero para hacerse de una buena posición. Akane hubiera podido casarse con quien ella quisiera, pues muchos hombres adinerados y guapos le insinuaban sus intenciones serias, pero ella sólo tenía ojos para Ranma, su novio, al que conoció años atrás en el pueblo.
Ranma Saotome era un hombre de clase media muy ecuánime y trabajador; era alto, su cuerpo estaba bronceado y bien formado por el trabajo, tenía unos ojos únicos eran azules de una tonalidad muy peculiar y su cabello negro azabache largo el que lo ataba en una trenza. Él adoraba a Akane, y el hecho de que ella lo quisiera a él y no a otro de sus pretendientes lo hacía quererla más aún. Fueron novios durante tres años a escondidas del patriarca Tendo, Ranma pidió su mano formalmente después de que Soun descubriera la relación que mantenía su hija con aquel chico, el cual no estaba muy de acuerdo con esa unión, pues pensaba que su hija merecía a alguien mejor, de un estatus social más alto, pero su esposa logró convencerlo y ver a su única hija feliz le bastó para aceptar el compromiso. Ranma se dedicó a trabajar y a hacer una linda casa para Akane, él y la familia que pudieran formar. Finalmente y después de un año desde que se hizo el anuncio de su compromiso, se casaron.
Su boda fue sencilla, con pocos invitados pues a la joven no le gustaban las grandes fiestas, lo importante para ella era unir su vida al lado del joven a quien tanto amaba y que sus personas más allegadas fueran testigos de aquella promesa de amor.
Los primeros años pintaban de maravilla para el matrimonio Saotome, eran muy felices. Ranma trabajaba arduamente para que a su esposa no le faltara nada. Akane era muy dedicada al hogar, a diario lo recibía en la puerta de su hogar con una linda sonrisa y un tierno beso en los labios. Fueron más dichosos cuando Akane anunció su embarazo después de un par de años de matrimonio. Ranma quien era un hombre tan centrado brincó de júbilo al saber la noticia, creía que ya no podía existir más felicidad, su esposa no solo era bella sino además virtuosa, lo amaba y le iba a dar un hijo, se sentía completo, pleno, no podía pedir nada más.
Todos envidiaban la felicidad del matrimonio y no entendían cómo es que aquella hermosa mujer hubiera preferido al joven Saotome por sobre todos los hombres que la pretendían.
Ranma cuidaba a su esposa con esmero y dedicación, se volvió sobreprotector con ella y con su hijo que venía en camino, cumplía sus antojos y la ayudaba para que ella no hiciera ningún sobreesfuerzo. Sin embargo, su felicidad duraría poco pues el embarazo comenzó a complicarse, y en una época donde la medicina no era avanzada, Akane desgraciadamente murió junto a su hijo antes de dar a luz, dejando sumido en la más profunda de las tristezas y depresiones a Ranma. Su carácter lo hizo seguir viviendo, aunque el dolor de ver desaparecer a su familia era muy grande. Para poder sobrevivir, Ranma sembró en el jardín de su casa dos rosales, uno de rosas blancas dedicado a su pequeño, el fruto de su amor por Akane y que jamás pudo conocer, y otro de rosas rojas para su amada. A los dos los cuidaba como si pensara que esos rosales eran la familia que había perdido. Ranma vivió muchos años más y ningún día de todos ellos dejó de llorarle a su amada esposa y a su hijo.
Visitaba diariamente a su familia en el cementerio antes y después de irse a trabajar, a ella le llevaba una rosa roja y a su hijo, una rosa blanca de sus rosales. Platicaba con ellos, pensando que en verdad lo escuchaban, les contaba su día en el trabajo, todo lo que hacía y les decía lo mucho que los extrañaba, lo mucho que los amaba y cuánto les hacía falta.
Los años pasaban y Ranma comenzó a enfermar por la edad, agonizante llamó a un amigo suyo; Ryoga Hibiki era muy querido para él pues tenía la edad que tendría su hijo, lo conoció un día en el trabajo cuando el chico llegó buscando empleo ya que había quedado huérfano, sintió pesar por él, y desde ese día se habían vuelto muy cercanos. Lo llevó a vivir con él y se dieron apoyo mutuamente. Decidió heredarle su casa con la única promesa de que cuidara los rosales como él lo había hecho. Su amigo lo prometió y Ranma murió en paz, pensando en que al fin podría reunirse con Akane y su pequeño.
Al principio, Ryoga se esmeraba por cumplir su promesa, trataba de cuidar los rosales tal y como se lo había prometido a Ranma, a diario los regaba y removía la tierra, para que siguieran creciendo, sin embargo, pronto se desesperó y dejó de prestarles la atención que necesitaban hasta dejar de cuidarlos por completo. A todos se les hacía extraño que, aun cuando nadie los cuidaba, los rosales seguían floreciendo.
Cuenta la leyenda que por las noches, en la casa que algún día perteneció a la familia SaotomeTendo, se ve a un hombre arrodillado junto a unos rosales, para después salir corriendo por la calle rumbo al cementerio, el cual lleva dos rosas en la mano, una blanca y una roja, sólo que ya no las lleva a las tumbas, sino que Akane y su hijo lo esperan en la puerta para recibir las rosas que con tanto cariño Ranma sigue cuidando para ellos.
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Si han llegado hasta aquí, gracias por leer.
Hoy en México celebramos el día de muertos, fecha donde recordamos a todos nuestros seres queridos que han partido al otro mundo. Esta historia está basada en una leyenda de mi comunidad.
Como siempre gracias a Sweetsimphony por todo su apoyo, así como a las páginas que han difundido mis historias.
Por otro lado, quiero agradecer a todos los que leyeron y votaron por mi historia "BESOS", gracias a ustedes obtuve el segundo lugar.
