"Puede hablarse de ingenuidad cuando se es ingenuo a propósito?" Tenemos que hablar de Kebin
minucias de la muerte
La comida de U-chan es lo mejor
Pensaba Ranma,, palpándose el satisfecho estómago y recordando lo que lo hizo refugiarse un rato con Ukyo; la visión del maestro Happosai corriendo con un costal que sin duda rebosaba de ropa interior femenina.
La mañana de Ranma había sido tranquila hasta ese momento y no pensaba arruinarla.
Un último vistazo le reveló un perro corriendo detrás del maestro.
"Se lo tiene bien merecido." dijo antes de cambiar de rumbo.
Ya por la noche, durante la cena, Ranma no pudo contenerse. Sabía que el maestro podía llegar a ser muy cruel si se lo proponía. Esperaba que el perro no hubiese jalado el bulto de ropa y el maestro se las hubiese cobrado con el can.
"Oiga,viejo, no le hizo nada al perro, ¿verdad?"
Happosaih frunció el ceño. "¿qué perro?"
Ranma miró al viejo, parecía realmente no saber. Mas temprano lo vi corriendo con una bolsa de ropa interior, un perro negro lo estaba siguiendo."
"¡Ah si, un buen tesoro… pero, Y ¿como era el perro?"
Ranma frunció el ceño. "Ya le dije que negro." ante la insistente mirada del viejo, aclaró. Ranma puso su puño bajo su barbilla y cerró los ojos. "Negro, bastante grande, quizá tanto como un lobo, orejas en punta, y una cola peluda bastante larga, jamás había visto una cola tan larga en un perro." Ranma abrió los ojos y alzó los hombros. "No puedo decir más, no puse tanta atención.
El viejo sacó su pipa. "Ya veo… se quedó ahí por varios minutos, pensando.
Después de varios minutos, en silencio, se levantó y retiró a su habitación.
"Saotome, ¿qué le pasa al maestro?"
"No debe ser nada, quizá reconoció al perro de algún lugar, una casa que robó o algo por el estilo."
al parecer a el único que no le sorprendió la muerte del maestro Happosai, fue al mismo maestro.
Tenía todo preparado; desde la forma en que quería su ceremonia, dinero a Kasumi para que preparase un banquete, la repartición de pertenencias, de las cuales una gran mayoría era ropa interior, alguna que otra reliquia para sus alumnos, una adornada caja sellada para Cologne, e incluso había mandado algunas cartas con anticipación a viejos amigos para que llegasen a tiempo para el funeral.
No era seguro si las lágrimas de Saotome y Tendo eran de felicidad o real pena, pero ambos bebieron y rememoraron al viejo con inusual precisión.
"¿cómo crees que supiera el maestro sobre su muerte?" preguntó curiosa Akane a sus hermanas.
"A quien le importa; el viejo tenía demasiados secretos." respondió Ranma en su cuerpo de mujer, una petición que el maestro había dejado por escrito y Tendo y Saotome obligado a Ranma, por miedo a que el maestro volviese.
"Fue el perro." respondió solemne Cologne, a quien las chicas no habían visto entrar a la estancia.
"¿el perro? ¿qué perro?" preguntó Kasumi
La vieja señaló a Ranma con la pipa. "Happy me consultó lo que mi yerno vio hace unas semanas." dejó salir una larga bocanada de humo. "Quería pedirte querido yerno que si veías algo así otra vez, me avisaras de inmediato."
Ranma parpadeó perplejo. "Si, supongo que si, no hay problema." dijo con simpleza.
"¿Hay algún peligro?" preguntó Akane.
La vieja sonrió. "No, no más de lo usual." tomó la caja que Happosaih le había dejado y se retiró.
*Notas de Smithback
Levemente basado en hechos reales. Una persona que conozco me contó lo que un compañero vio… un perro negro y grande de larga larga cola detrás de otra persona… esa otra persona murió…
Claro que puede ser coincidencia.. … o no…
*Para recordar a nuestro destino y aquellos que ya llegaron a el.
minucias de la muerte
La visita es inevitable, el problema es saber entender las señales de su llegada.
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