"Pronto nos revelaremos.". —Frase de Darth Maul, usada para fastidiar a su Maestro a lo largo de la historia.
Prologo: La alianza letal.
Darth Sidious, era consciente de que su habilidad y dominio de la Fuerza eran inmensas, lo suficiente como para que él mismo lo considerara perfecta.
Esta creencia solo aumentó luego de que Sidious fue capaz de sobrepasar la línea espacio-tiempo y pudo de ver el futuro. Solo fueron pequeños trozos, pero lo suficientemente importantes como para que Sidious deseara perfeccionar esta habilidad.
Una autentica carta de triunfo había caído en sus garras, y él no pensaba dejar pasar esta oportunidad.
Por esta razón, a pesar de tener una agenda bastante apretada, él se tomó la libertad de permanecer en reclusión, para meditar y expandir sus sentidos en la Fuerza durante un tiempo. Naturalmente, su esfuerzo fue recompensado, Sidious fue capaz de rasgar el velo de la Fuerza y alcanzó a ver el futuro….
Sin embargo, no le gustó para nada lo que vio.
Bueno, la parte en la que los Jedis eran exterminados casi en su totalidad si le gustó. Al igual que él siendo el supremo gobernante de la galaxia… pero, los siguientes eventos después de esa gloriosa etapa fueron empeorando cada vez más. Una jodida guerra civil, el regreso de los Jedis, la traición de Vader… su propia muerte.
Inaceptable.
Ahora, consciente de todos los eventos que lo llevarían a su caída, Sidious pensó detenidamente que hacer al respecto.
La guerra de los clones ya estaba en marcha, o al menos los primeros pasos; la invasión de Naboo estaba sucediendo en estos momentos. Sidious no podía detener este evento, porque era el eje central de los demás eventos que llevarían a la orden Jedi a su destrucción, y a él como el Emperador de la galaxia.
Sin embargo, él sí podía cambiar, alterar, el rumbo de la historia.
Así que él canceló la misión de su aprendiz y le ordenó que regresara a su guarida, una de las tantas esparcidas por toda la galaxia, ubicada en Mustafar. Obviamente Darth Maul no estaba nada feliz al respecto, pero eso le daba igual a Sidious. De hecho, él le estaba haciendo un favor al evitar que Maul fuera a su encuentro con esos dos Jedis.
A menos que a Maul le gustase la idea de que lo partieran en dos con un sable de luz… pero eso era un asunto sin importancia. El punto era, Maul podría serle útil de una manera en la que él no lo había pensado antes. Al igual que el Conde Dooku, al igual que Grievous y demás esbirros.
En cuanto a Vader… tal vez Sidious también podría hacer algo respecto a él, pero aún faltaban muchos años para que Skywalker estuviera listo para ser Lord Vader. Así que, por el momento, Vader no era su prioridad. Había que hacer muchas, muchas otras cosas por delante…
Luego de un tiempo, Maul finalmente llegó a la guarida, acercándose dando largas zancadas.
Aunque por fuera su aprendiz parecía perfectamente tranquilo, Sidious pudo sentir los remolinos rojos de su ira en la Fuerza. Su aprendiz se detuvo a unos cuantos pasos de distancias, y entonces, se arrodillo con su cabeza hacia abajo.
"Lord Maul.". -Saludó Sidious.
"He vuelto, Maestro, tal y como usted lo ordenó.". -Dijo Maul, luego, él hizo una pequeña pausa. "A pesar de que ya me encontraba a medio camino de Naboo."
Sidious alzó una ceja. "¿Es eso una reprimenda?"
"De ninguna manera, Maestro."
"Eso pensaba. Nosotros- "
"Pronto nos revelaremos.". -Interrumpió Maul.
Sidious parpadeó y luego asintió. Toleraría la interrupción, esta vez, porque entendía perfectamente el entusiasmo de su aprendiz por cazar y destruir Jedis. "En efecto, Lord Maul, pronto nos revelaremos.". -Dijo él. "Decidí traerte de regreso de forma tan repentina debido a algo relacionado a eso. Debemos discutir algunos cambios de en el plan."
"Sin embargo, será difícil retirar de forma abrupta nuestras tropas instaladas en Naboo sin levantar sospechas. Especialmente con esos dos Jedis allí."
"Lo sé, pero no se trata sobre ese asunto, sino sobre cambios a largo plazo. Pero por el momento, ve a descansar, el viaje de ida y vuelta ha sido largo… y aún falta alguien más para que comience la reunión."
Maul se levantó e hizo una reverencia. "Como usted ordene, Maestro."
Al ver a su aprendiz marcharse, Sidious se preguntó qué tipo de reacción tendría él al ver a esta última persona. Pero él se hacía más o menos una idea de lo que ocurriría; Maul se cabrearía. Maul se pondría furioso. Sin embargo, eso sería un mal necesario para alterar los futuros eventos. Y con suerte, mejorarlos a su favor.
Como siempre, Maul tendría callarse y obedecer a su Maestro, independientemente si le gustaba o no la orden.
Sidious pudo sentir a su siguiente y ultimo invitado una vez que él llegó a su guarida. A juzgar por como Maul se tensaba, su aprendiz también lo había detectado. Pero esto era perfectamente normal, ya que esta persona poseía una fuerte presencia en la Fuerza.
Unos pocos minutos después, el antiguo Maestro Jedi y actual Conde de Serenno, Dooku, apareció ante Sidious.
Dooku se limitó a mirar tranquilamente a Sidious y a su aprendiz durante unos instantes. Sidious detectó su leve confusión en la Fuerza, probablemente el Conde se esperaba una charla en privado, no en compañía de otro desconocido. Pero antes de que él pudiera hablar, Maul dio unos pasos al frente mientras activaba su sable de luz.
Las dos hojas carmesíes brotaron al instante, siseando furiosas al igual que su dueño. "Escoria Jedi!". -Rugió Maul, haciendo girar su sable en una burda demostración de bravuconería. En otros seres inferiores, tal vez eso hubiera sido intimidatorio. Pero para le antiguo Maestro Jedi, fue tan intimidante como si una hormiga le estuviera gritando. "Prepárate a-! "
"Suficiente, Lord Maul.". -Le interrumpió Sidious. Si ambos chocaban sables, Dooku mataría a su aprendiz en cuestión de segundos. "Él es el invitado que te mencioné anteriormente."
"Pero Maestro!". -Dijo Maul, impactado, pero sin apartar la mirada de Dooku. El otro hombre continuaba en silencio, pero con una ceja ligeramente alzada. Sidious no supo identificar si ese gesto era por diversión, curiosidad o simplemente desprecio. Probablemente era esto último. "Este hombre es-!"
"Se quien es.". -Interrumpió nuevamente Sidious, con sus dientes apretados. "Ahora baja tu arma, el Conde Dooku no es nuestro enemigo, es un aliado."
Maul finalmente rompió el contacto visual con el Conde, para dirigirle una mirada carga de dudas a su Maestro. Sidious levantó sus manos en forma de garras, amenazando silenciosamente con soltarle una furiosa descarga eléctrica. Maul rápidamente desactivo su sable y se arrodillo en el suelo con su cabeza hacia abajo, en gesto de sumisión.
Sidious asintió satisfecho y bajó sus manos. "Me disculpo por esta ruda bienvenida, Conde."
"Descuide, Lord Sidious. Entiendo perfectamente lo difícil que es controlar a un animal salvaje.". -Dooku regresó su atención hacia Maul. "Supongo que este es tu actual aprendiz."
"En efecto."
"Ya veo.". -Dijo Dooku para luego sacar su propio sable de luz con un simple tirón de la Fuerza. "En ese caso, Lord Sidious, ¿nos has reunido aquí para que luchemos por el derecho a ser su aprendiz?"
Maul se puso de pie de un salto, nuevamente, activando su sable doble y dispuesto a abalanzarse sobre su aparente nuevo rival. Sin embargo, Sidious volvió a amenazarlo con sus manos en forma de garras, esta vez con una descarga eléctrica preparada en la punta de sus dedos. Maul otra vez se arrodillo, pero sin apartar su vista de Dooku.
"Me temo que usted está equivocado, Conde.". -Dijo Sidious, dirigiéndole una mirada de advertencia a su aprendiz. Si Maul se ponía de pie otra vez sin su permiso, él lo electrocutaría. "Lo he llamado aquí para discutir sobre nuestros futuros planes, debido a un repentino acontecimiento muy importante."
Dooku ladeó su cabeza durante unos instantes, confundido, y luego guardó su arma. "¿Qué acontecimiento, Maestro?"
"Él no es tu Maestro!". -Escupió Maul, poniéndose de pie, desafiante.
Sidious lo electrocutó. Dooku observó indiferente como Maul se retorcía de dolor y agonía en el suelo al recibir el ponente Rayo de la Fuerza.
Luego de unos segundos, Sidious detuvo el castigo. "Nuestra caída, Conde.". -Dijo él con gravedad.
"… ¿Puedo pedirle que sea más específico, Maestro?"
"Por supuesto. Has de saber que he visto el futuro, Conde. Y no me refiero a unas simples imágenes confusas o sonidos inentendibles de la Fuerza. Estoy hablando de una autentica visión; el futuro."
Dooku llevó una mano hasta su barba perfectamente recortada, acariciándola distraídamente. Las palabras de Sidious le habían llamado la atención, y no se necesitaba investigar en la Fuerza para darse cuenta. "¿Qué has visto, Darth Sidious?"
"He visto a la Venganza de los Sith después de mil años; la orden Jedi totalmente exterminada, a manos del ejército de clones. He visto como la república se convertía en un gran y único imperio con su indiscutible emperador; yo.". -Sidious hizo una pausa. "Pero también he visto la derrota y muerte de Lord Maul en Naboo. También he visto su derrota y muerte, Conde, poco antes del final de la guerra de los clones. He visto a mi imperio quebrarse bajo una guerra civil, el regreso de los Jedis… y mi muerte."
Maul, quien en algún momento se había recuperado, miraba a su Maestro, atónito. El Conde Dooku aparentaba tranquilidad, pero él estaba igual de perturbado. Sidious podía sentirlo en la Fuerza.
"Ya veo…". -Dijo lentamente Dooku, luego de una pequeña pausa. "No es nada extraño que seres con gran potencial en la Fuerza sean capaces de ver el futuro. En la orden Jedi, ha habido varios casos de esto… pero no de manera tan detallada. Esto debe ser una señal, la Fuerza está a su favor, Darth Sidious. Esplendido."
"No duda de mi palabra?". -Preguntó Sidious.
"Hay alguna razón para que usted invente semejante historia y nos reúna aquí para contárnosla?"
"No."
Dooku asintió. "En ese caso, sí, le creo."
"Entonces, ahora que sabe estos hechos, ¿puedo seguir contando con su apoyo a mi causa?"
"Absolutamente.". -Dijo Dooku de inmediato. "Como dije, esto es una señal de la Fuerza de que este es el camino correcto. El hecho de que la orden Jedi sea totalmente exterminada es una prueba de ello. De lo contrario, nunca hubiera sucedido."
'Por supuesto, años y años de total dedicación y esfuerzo por parte mía también influyeron en eso, Conde'. -Pensó Sidious, inexpresivo. "¿Qué opina del regreso de los Jedis?"
"Un Sith sobrevivió a la destrucción de su orden, y la reconstruyó desde cero. No me parece algo descabellado que los Jedi hayan hecho algo similar en el futuro. ¿Cuántos eran, por cierto?"
"Solo dos.". -Bueno, eran tres si él contaba a Obi-wan Kenobi, que murió poco después en su enfrentamiento contra Vader. Pero Dooku no necesitaba saber eso.
"Irónico."
"Sí…". -Dijo Sidious arrastrando la 's', como si fuera un siseo. Él inspeccionaba a Dooku en la Fuerza, pero sin descuidar el aspecto físico (lo bueno de ser político, era que uno no podía mentirle a un mentiroso). Pero Sidious no encontró nada que le indicaran que el Conde le mentía o intentaba engañar. Por ahora.
"En cualquier caso.". -Continuó Sidious. "Me complace oír su respuesta, Conde… no, Darth Tyranus."
Dooku tardó un instante en entenderlo, entonces, él puso una rodilla en el suelo y bajó la cabeza "Es todo un honor, Maestro."
Maul, que había estado observando todo en silencio, se puso de pie de un salto. "¡Aguarde un segundo, Lord Sidious!". -Protestó él. "¡Yo soy su aprendiz por derecho, la regla de Dos indica que usted no puede-! "
Sidious lo electrocutó.
"Soy consciente de la regla de Dos. Y no es tu lugar decirme lo que puedo o no hacer". -Gruñó Sidious a su casi rostizado aprendiz. "Sin embargo, con este nuevo acontecimiento, pienso que nuestra prioridad debería mantenerse; eliminar a los Jedis. Luego, estabilizar el gobierno de los Sith en la galaxia, sofocando las futuras rebeliones. Una vez hecho esto, finalmente decidiremos si la vieja y casi obsoleta regla de Dos debe cumplirse o no."
"Entonces, ¿quiere decir que nos entrenará a los dos, Maestro?". -Dijo Maul desde el suelo. Él no se levantó, pero parecía estar bien.
"Así es...". -Sidious miró sus manos con confusión. ¿Tal vez él no uso la cantidad de energía correcta? "Ustedes dos son demasiado valiosos e importantes en sus respectivas tareas como para hacer que se maten el uno al otro… por ahora."
Maul pareció considerar esto y luego asintió. "Ya veo.". -Él miró a Dooku. "Viejo…"
"Lord Tyranus.". -Corrigió el Conde, con el ceño fruncido. "Tal vez tú has estado bajo el aprendizaje de Darth Sidious durante más tiempo que yo. Pero en cuanto a experiencia en combate y dominio de la Fuerza, soy tu superior."
"Viejo.". -Repitió Maul con firmeza, sin prestarle atención a la severa reprimenda. "Por el bien del gran plan y la futura aniquilación de los malditos Jedis, al menos de mi parte, no habrá hostilidad entre nosotros."
Esa declaración pareció tomar a Lord Tyranus con la guardia baja. Sidious asintió complacido. Justo como él lo esperaba, la devoción de Maul hacia los Sith, al gran plan y su infinito odio hacia los Jedis era suficiente como para que él estuviera dispuesto a tolerar a un rival. Sin embargo, esto también dependía del Conde. Sidious lo miró, expectante.
Y Tyranus tampoco lo decepcionó. Él asintió. "Lo mismo digo, no habrá hostilidades entre nosotros.". -Dijo Tyranus, para después añadir:" Hasta exterminar a los Jedis."
"Hasta exterminar a los Jedis.". -Repitió Maul al estar de acuerdo. Él se puso de pie y sonrió de manera feroz, enseñando sus dientes. "Ellos no tendrán ninguna posibilidad contra…esta alianza letal. ¡Pronto nos revelaremos y la galaxia quedará bajo el gobierno indiscutible de los Sith!"
"En efecto, Lord Maul.". -Dijo Sidious, asintiendo. "Unas sabias palabras."
"Gracias, Maestro."
Inmediatamente después, Sidious lo electrocutó.
No pienses demasiado acerca de esto, la historia es de todo menos seria, simplemente lo hice por aburrimiento.
