Comando#3: Nivel de dificultad

[Aoi-san, en verdad eres alguien confiable para estas cosas. La próxima vez que necesite algo de ayuda, definitivamente iré a buscarte.]

[Me da gusto haber podido ayudarte]

Leyó en el cuadro de dialogo tan pronto como termino una misión en el tercer día del juego. En la pantalla estaba dos personajes en forma de pixeles, pero con el cuadro de dialogo abierto, se podía apreciar la ilustración de medio cuerpo de los personajes.

El primero era un joven de cabello rubio ligeramente más puntiagudo y ojos azules, vestía una camisa blanca con los dos primeros botones desabotonados.

Y en el dialogo se encontraba un peli naranja con los ojos cerrados y una sonrisa, vistiendo casi el mismo tipo de vestimenta, solo que este contaba con un chaleco azul oscuro y una cinta atada en el cuello de su camisa junto a una metalla azul.

[Has completado una misión.]

[Recompensa: cinco puntos de fama.]


Un fragmento del juego se le viene a la mente, era algo insignificante, pero no era solo un recuerdo inútil.

Completar misiones dadas por los huéspedes te ayudaba a ganar puntos de fama.

Puntos que ayudaba a tener más misiones por parte de ellos u otros inquilinos, era como si completar una misión te hubieras ganado su confianza y el de los demás.

Si pudiera hacer eso ahora mismo, tal vez podía conseguir algo de información de este mundo y escapar antes del séptimo día.

- ¿Aoi-san? – El adolescente lo llamo con una voz aún más preocupada que antes.

El otro había detenido todos sus movimientos tan pronto como descubrió que fue su hermano quien lo salvo ayer.

¿Acaso le paso algo antes que él subiera al techo?

Su mirada azul de inmediato empezó a recorrer el cuerpo del peli naranja, en busca de alguna herida que pudo haber pasado por alto. Pero parecía que no había nada malo.

¿Podía ser que le dolía la cabeza? Bueno, por supuesto que le debería de doler, después de todo fue golpeado de esa manera por su abuela.

Entonces, ¿era un golpe de calor?

Su mirada paro por un segundo hacia el sol, solo para apartarlo cuando sus pupilas casi se derriten por su idiotez.

Quien en su sano juicio miraría al sol directamente.

Pues bien, parece que él.

- Minamoto-kun –

- Puedes llamarme Kou –

Respondió automáticamente con los ojos cerrados, esperando con paciencia que el ardor de sus pupilas se calmara.

Pero cuando sintió unas manos algo frías sujetar las suyas, no pudo evitar abrirlos por la sorpresa. Con algo de duda, Kou alzó la mirada para encontrarse con un sonriente Akane, quién estaba mirándolo con los ojos en forma de medio circulo.

- ¡Kou-kun! De casualidad hay algo que te preocupe sobre tu habitación. Ya sea una pequeña gotera o una parte del piso que rechine, cualquier cosa que te preocupe me lo puedes decir y me encargare de arreglarlo –

Dijo fingiendo tranquilidad, mientras sus manos seguían apretando las manos del adolescente. Solo podía conseguir los puntos de fama si entablaba una conversación con los huéspedes mientras le preguntabas si había algo andaba mal en sus habitaciones.

Si no recordaba mal, Kou era el personaje más fácil de ganarse su confianza en el juego.

Y cuando conseguías convertirte en alguien fiable para el menor, era aún más fácil ganar la buena opinión de todos. De esa forma podía conseguir algo de información sobre el exterior y poder escapar del final.

Fue en ese instante que el peli naranja dejo de sonreír cuando recordó que Kou y el resto de huéspedes no existía en realidad.

Entonces, ¿Cómo conseguiría información de este mundo?

Sus principales objetivos de información eran delirios de este cuerpo enfermo, por lo que todo lo que dijeran no podía ser real.

Si no fuera porque estaba sosteniendo las manos del rubio, no le importaría apretar sus manos en puños, permitiendo que sus uñas clavaran su palma.

- Aoi-san –

- ¿Sí? Hay algo en lo que pueda ayudar-

El calor de ambas mejillas no le permitió seguir hablando.

No espero que este inocente niño se zafara de su apretón y le abofeteara la cara en ambos lados del rostro.

Tampoco que hubiera tanta fuerza en esos bracitos.

- Siempre es bueno ayudar a los demás, aun así, también es importante cuidarte cuando estas lastimado - Le reclamo Kou con una expresión molesta por la falta de preocupación en el calmado rostro del peli naranja.

Tuvo una lesión en la cabeza apenas ayer y ahora se encontraba clavando tejas apenas se despertó esta mañana.

Kou sabía que no era el único disgustado por la imprudencia de Akane, su hermano y algunos amigos que él hizo en la posada, habían escuchado y presenciado la escena a primera hora de la mañana.

Todos estaban preocupados por el peli naranja, cuando un Teru muy preocupado salió del pasillo donde se encontraba las habitaciones de la dueña y Akane, sosteniendo a este último, en estado de inconciencia y con mucha sangre brotando de su frente.

Aunque no fue una herida grave como se pensó en el principio, eso no pudo quitarle el miedo que sintió al verlo completamente inerte en los brazos de su hermano. Fue con la ayuda de Yashiro-san, una enfermera retirada del ejército, que la herida de su frente pudo ser tratada con seguridad y sin necesidad de sutura.

Pero fue a raíz de ese accidente que todos se reunieron para hablar sobre lo sucedido y de cómo esto podría volver a repetirse si no prestaban atención a su alrededor, los seis concordaron que vigilarían a Akane y a la dueña para evitar accidentes.

Fue entonces que Akane-san, Yashiro-san y Mitsuba hablaron de algo que no habían pensado antes, era los deberes de Akane en el hotel, que eran en su mayoría trabajos de reparación o limpieza. La conversación duro hasta altas horas de la noche, pero todos ya tenían una idea de cómo se repartirían las tareas.

Pero tan pronto como despertaron a la mañana siguiente y descubrieron que Akane no estaba en su habitación descansando, sería una mentira decir que todos no entraron en pánico por su desaparición.

Sus amigos buscaron por toda la mansión en busca del peli naranja y fue por pura casualidad, que cuando salió al patio delantero pudo notar a lo lejos la silueta de este en el techo haciendo ruidos de golpes.

Por eso subió al tejado para ayudarlo a terminar e incluso quizás apartarlo discretamente de la tarea y hacerlo él solo o con ayuda de alguien más, para que Akane pudiese bajar y descansar como debería de estar haciendo en un principio.

Las personas heridas deberían descansar, no trabajar en el rayo del sol.

Con eso en mente, el rubio le arrebato su mazo y se dispuso a amontonar las tejas enfrente suyo para evitar que el mayor trabajase.

- E-espera un momento, Kou-kun – Exclamo Akane en pánico.

Sin embargo, nuevamente fue interrumpido cuando un dedo presiono sobre su pecho.

- Sin excusas – Respondió el rubio con una rara expresión seria y un pequeño ceño fruncido. – Puedes irte a descansar, yo me encargo de reparar el agujero de la azotea –

Y sin más, el menor empezó a martillar sin permitirle decir algo más.

El peli naranja solo pudo observar con conmoción la situación.

Akane apretó sus puños, clavando sus uñas contra la palma de sus manos, sacando sangre de estas, cualquier dolor era mejor el intenso miedo que sintió al ser bofeteado.

Era un miedo tan intenso que todo su cuerpo parecía estar hecho de hielo, se sentía igual cuando esa anciana se acercó a él y lo golpeo con su bastón.

Pero esa vieja era real, no Kou.


Con el espíritu derrotado, Akane se dirigió a la cocina para empezar a preparar el almuerzo. Después de un vistazo en el almacén, se dedicó en hacer en el único platillo que se le ocurrió, fajitas de pollo.

Abriendo un cajón, tomo un gran cuchillo de cocina y comenzó a cortar el pollo en trozos pequeños. También se aseguró de cortar en tiras las cebollas, algunos pimientos y un diente de ajo.

Pero antes de llevar la comida a la estufa, le llego un pensamiento cruel.

- ¿Para cuantos debo de preparar? –

Su mente no dejaba de recordarle el ardor de ambas mejillas.

Sin embargo, eso podía ser debido a cosas que fueron creadas por su mente.

¿Era posible sentir dolor en una alucinación?

Recuerda que una vez leyó un artículo en preparatoria sobre sentir olores o ruidos cuando estabas alucinando, pero eso fue para una exposición sobre las drogas. Y no es que hubiera puesto mucha atención en el proyecto.

Dejo escapar un suspiro cansado.

No debió haberse metido en la carrera de administración de empresas, bien podía haberse metido el de psicología para ayudarse en estos momentos.

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Curiosidad que juego#3

El personaje del videojuego es alguien que sufría de delirios o más bien puede ser demencia, ya que según leí y entendí, parecen ser similares con los síntomas, pero me centrare en el tema de los delirios y alucinaciones.

Las alucinaciones se pueden percibir como objetos, sonidos u olores que parecen reales para la persona, pero en realidad no lo son.

Además, cuando escribía el capítulo, me dio un fuerte insomnio y gripa, por lo que si ven alguna incoherencia me avisan.