Especial Monocromo terror.

- Lamia. -

Lamia 2da. Parte.

Este shot viene de uno creado para la semana LeviHan Hot, pero decidí incluir una segunda parte ahora.

Si no has leído la primera parte puedes verla en "Semana LeviHan hot" en el día "Fantasía".

Lamia.

Levi limpiaba la casa como era su costumbre mientras Hanji calificaba los exámenes. Completamente concentrada, aunque a un lado de la pila de papeles estaba aquel libro de relatos de fantasía erótica.

¿Seguiría leyendo el cuento de la arqueóloga y la lamia?, se preguntó pensando en lo tonto que le parecían aquellos relatos exageradamente fantasiosos, aunque por otro lado aquello había puesto a Hanji mucho más receptiva a la intimidad.

Normalmente lo hacían tres o cuatro veces por semana y nada durante el período de evaluaciones ya que Hanji estaba agotada en esas fechas. Sin embargo, ahora había tenido toda una semana de delicioso y ardiente sexo, incluso con algunos juegos.

Tal vez sería bueno leer él mismo algo de ese libro o al menos el capítulo en el que iba para saber qué podía esperar para la noche.

—Llevaré esto a tu buró. — Dijo él tomando algunas cosas demás sobre la mesa incluyendo el libro.

Hanji solo contestó con un "está bien" concentrada en su labor.

Así una vez Levi llegó a la habitación dejó todo sobre el mueble y se enfocó en hojear aquel libro.

Capítulo...

La hermosa arqueóloga junto a sus compañeros llevaba un par de meses en aquel lugar y aun así la visión de cada mañana no dejaba de sorprenderla.

Aquel pequeño y oculto poblado habitado por lamias era sumamente irreal, a donde mirara había lamias, hembras y machos, familias viviendo su vida de forma cotidiana, tenían su propio mercado, plaza, incluso una escuela para la educación de los más jóvenes.

Además de varios habitantes que eran como Moblit, con apariencia ya humana que podían ocultar los rasgos que aún conservaban de su ascendencia.

Aquella era la idea, mezclarse con los humanos generación con generación hasta que los más viejos fueran sepultados y los más jóvenes puedan integrarse a la sociedad humana sin rastro de su origen real.

Aquello le parecía interesante a la castaña, aquella raza humanoide había elegido "desaparecer" paulatinamente por el bien de sus descendientes, en realidad era una elección de gran valor y desinterés por el bienestar futuro.

Todas aquellas ideas giraban en torno a la cabeza de Hanji que miraba al techo mientras yacía en el lecho junto a su nombrado esposo viperino.

Su cuerpo estaba desnudo y envuelto por la larga parte de serpiente de Levi que la cubría sin apretar o causar daño con sus fuertes anillos musculares.

Había sido una noche de sexo intenso, y de eso no podía quejarse, su satisfacción era plena en términos sexuales, aunque la idea de dar a luz a un bebé le parecían extraña, por otro lado, durante aquellos dos meses Levi había hecho todo lo posible por ganar su interés incluso su afecto y ella no sintiera que estaba siendo obligada.

Aunque Hanji en realidad estaba más cautivada por todo lo que había sucedido de repente que la idea de ser esposa de un momento a otro no le pareció arrebatadora.

Además, Eren y Mike parecían bastante cómodos. Las chicas lamias emparejadas con ellos eran hermosas. Nanaba y Mikasa, ambas habían nacido de padre humano y madre Lamia, se esperaba que sus bebés también tuvieran apariencia humana.

Ya había conocido al padre de Mikasa, un antiguo profesor de la universidad regional que había "desaparecido" en la selva, pero la verdad era que vivía ahí felizmente "casado" con una mujer lamia muy hermosa que curiosamente poseía rasgos orientales.

Aunque no todo era de carácter interesante y curioso, Hanji ya había tenido que conocer al resto de la familia de Levi, Mikasa era su prima, la madre de él era una mujer lamia de rostro amable pero sus rasgos eran un tanto más serpentinos, sus ojos de pupila vertical y dientes afilados.

Sin embargo, aquello no era nada si la comparaba con su hermano, el tío de Levi, Kenny.

Un lamia al igual que su hermana, sin gota de sangre humana mezclada en sus venas, su ojos serpentinos eran temibles y mostraba sin reparo sus colmillos al hablar o reír. Aunque había que mencionar que era un tanto "dramático" para expresarse. Parecía feliz de que su sobrino tuviera ahora pareja aún con los cuestionables métodos con que su raza obtenía pareja, pero se la pasaba haciendo bromas sobre ello.

Hanji suspiró y decidió levantarse ya, las piernas le dolían un poco por todo la actividad nocturna, igual necesitaba moverse para que la circulación sanguínea ayude a menguar el dolor.

Con ambas manos tomó la parte de la cola que la envolvía y comenzó a hacerla a un lado, ya había liberado una de sus piernas cuando Levi mismo se movió dejándola libre de su abrazo.

—¿Quieres tomar un baño antes de desayunar? — Preguntó él dando una suave caricia en la femenina espalda.

—Solo necesito refrescarme. — Respondió ella mirándolo. —Oye, Levi... ¿Qué hay de lo que prometiste? Dijiste que podríamos salir a la ciudad otra vez y solo hemos podido escribir cartas.

Levi mantuvo su seria expresión, sabía que Hanji quería más libertad, pero temía que quisiera irse para no volver.

—Moblit puede traerles un celular para hablar, pero aún es pronto.

Hanji curvó una ceja y sin rodeos señaló algo que parecía obvio.

—¿Esperan que Mikasa, Nanaba y yo estemos embarazadas?

Levi negó sin mostrarse inquieto.

—No, para eso aún no es tiempo, nuestra especie tiene sólo una temporada al año de fertilidad. Así que, aunque lo hagamos cada noche no quedarás embarazada. Además, quisiera que fuera algo que desees hacer, un bebé necesita del amor de su madre. — Hanji suspiró, aunque ahora tenía otro dato interesante de las lamias, sólo tienen un período de fertilidad al año y parece que esto aplica a machos y hembras por igual. —Por otra parte, lo de la comunicación puede ser, pero tendré que hablar con la regencia. Como has visto hay humanos viviendo aquí como pareja de lamias, ellos pueden ir y venir del poblado además es necesario su ayuda junto con las lamias con forma humana, encargarse de traer los recursos necesarios al pueblo, de otra forma no podríamos tener varias de las comodidades que has visto. Sin embargo no puedo garantizar que los dejen usar un teléfono, ya han existido casos de humanos que intentaron delatar nuestra existencia, incluso eliminarnos, no te mentiré todos ellos están muertos. Mi padre era uno de esos, solo fingió estar bien con mi madre pero planeaba el momento de escapar y regresar con más humanos para matarnos. Mi madre lo supo e intentó detenerlo pero él la atacó con un cuchillo, Kenny estaba cerca y tuvo que matarlo. Claramente no le tomó esfuerzo pues nunca le agradó su unión con mi madre, incluso me dice que cuando yo nací no fue capaz ni siquiera de sostenerme en brazos, mi padre siempre nos consideró monstruos.

Hanji escuchó aquello, no era que ella pensara escapar en especial porque todo su ser científico le clamaba saber más y más sobre las lamias.

—Yo no haría eso.— Afirmó ella. —Y Mike tampoco, creo que con sólo verlo sabes que está muy cómodo con Nanaba, ayer los viste jugando muy acaramelados en la fuente. Y Eren, bueno... Eren en verdad disfruta mucho estar con Mikasa, no me lo tomes a mal pero aún es un chico con más hormonas que neuronas, también está cómodo con esto aunque claro tiene familia con la que hablar en especial porque su padre es un hombre importante en la universidad para la cual investigamos y él podría buscar la forma de localizarlo.

Levi comprendía aquello y tal vez era sólo enamoramiento, pero confiaba en Hanji y sus palabras así que hablaría con los superiores para que les permitieran usar el teléfono.

Universidad de investigación.

Lejos de ahí, donde Hanji, Mike y Eren procedían, una reunión se llevaba a cabo.

Grisha mostraba un amplio mapa de un área boscosa.

—Aquí.— Señaló él mientras Zeke, su primer hijo, estudiaba el área señalada.

Zeke Jaeger un hombre reconocido por su amplio conocimiento en mapear áreas, búsqueda, investigación de terreno y cazador con reconocimiento oficial por agrupaciones profesionales. Hermano mayor de Eren quien estaba ahora discutiendo con su padre el inicio de la búsqueda de su desaparecido hermanito hace dos meses.

Había llegado una carta hace tiempo con la letra de Hanji afirmando estar bien y acampando en una zona selvática para estudiar unas escondidas construcciones, no sonaba veraz en ninguna forma.

En especial porque Moblit Berner, con quien se habían comunicado, les había afirmado que podía mostrarle el área mencionada, Grisha tenía contactos que le afirmaron que en aquella zona no había nada como ruinas o vestigios de construcción.

Por tanto ambos sospechaban que tal vez el grupo de tres habría sido secuestrado por algún grupo conflictivo del área.

—Creo que debemos ser cuidadosos y no hacer conocer nuestra llegada.— Afirmó un tercer miembro en aquella oficina.

Este era un chico de la edad de Eren, cabellera rubia y ojos azules. Armin Arlert. el mejor amigo de Eren, que estaba dispuesto a ir en ayuda de este.

Un par de días después.

Hanji se encontraba frente a un tablero de ajedrez, su contrincante era el tío de Levi.

—Y así es como nuestro pueblo llegó a esto, supongo que los tiempos actuales ya no están para la existencia de las especies humanoides.— Explicó él mientras hacía su jugada.

Hanji había escuchado con atención todo lo que Kenny le había contado. La historia del pueblo de las lamias es bastante atrayente y Kenny, a pesar de su apariencia atemorizante, era un hombre claramente muy inteligente que daba una conversación interesante.

—Ya veo, aunque debe ser complicado mantenerse ocultos. Jaque. — Respondió Hanji.

Kenny frunció el ceño mirando el tablero.

—Vaya... eres realmente buena en esto. No hay muchos jugadores de ajedrez que sean diestros por aquí. Y sobre lo otro bueno, no tanto, desde que los más jóvenes de apariencia humana crecieron las cosas han ido mejorando, como ves Moblit no es el único con un trabajo estable en la ciudad, otros han completado su educación fuera. Es bueno para nosotros... Hanji, lamento que sea extraño para tus costumbres por la forma en que todo ha sucedido, pero por cómo has tomado las cosas me gustaría pedirte que formes una familia con mi sobrino. Lo cierto es que la mayoría de los humanos traídos aquí no logran aceptar esto, intentan escapar o peor aún, revelar nuestra existencia.

Hanji enarcó una ceja.

—Nos secuestraron, esas no son formas. No pueden traer gente aquí y pedirles que se casen con alguien de una especie que ni siquiera sabían que era real. No me quejo de Levi, es muy atractivo y se esfuerza en que esta relación funcione, pero la mayoría habría entrado en pánico al verlo, ni siquiera esperó a que Moblit me explicara todo antes de simplemente entrar.

Kenny pareció incómodo pero no refutaría lo dicho por Hanji.

—En favor de mi amargado sobrino, ya presentía que no te asustarias, por el perfil que le dio Moblit era claro que eres una mujer muy especial.

La conversación no pudo seguir, siendo interrumpida por quien llegaba. Levi estaba ahí.

—Se ha dado una respuesta, pueden usar el teléfono pero no será una llamada privada.

Hanji se levantó de su asiento con gesto alegre.

—¡Bien! Quiero hablar con mis padres para que sepan que estoy bien y con la universidad, así que deben estar preparados.

Más tarde.

Hanji hablaba a través de un celular que tenía una pequeña antena de comunicación que se prendía y apagaba según la necesidad de uso. Eren y Mike estaban a su lado y el altavoz está activo.

—Sí, en verdad lamentamos la falta de comunicación, nos pasó todo muy rápido y quedamos absortos en los vestigios que hayamos, Moblit nos ha guiado. Mandaremos nuestros reportes lo antes posible.

—Está bien doctora Zoe, pero por favor no deje la comunicación durante tanto tiempo. La familia de Eren ya fue a buscarlo personalmente.— Dijo la voz al otro lado.

Los tres se inquietaron ante tal anuncio pero era importante saber cuánto tenía aquello.

Eren se acercó un poco más al teléfono y habló.

—Ah, disculpe profesor ¿Quién de mi familia ha venido? ¿Y cuánto tiempo tiene desde que salieron?

—Hasta donde sé tu hermano partió con otra persona pero ignoro con quién, se fue. Eso ocurrió hace como tres días.— Fue la respuesta.

Tras ello la llamada duró sólo un poco más y después colgaron.

Levi, que había estado en el lugar junto a otros dos vigilantes, se acercó posando su mano sobre la de Hanji.

—¿Sucede algo? Han venido a buscarlos ¿Es ese un problema, aún en este lugar escondido?— Quiso saber.

Eren se aclaró la voz para llamar la atención.

—Sí, lo es. Mi hermano, Zeke Jaeger; él es un cazador muy hábil y reconocido, es casi insuperable rastreando y se mueve por terrenos como estos como si fuera un paseo por el parque... Tal vez debería llamarlo y decirle que estamos bien, si tiene tres días de ventaja es posible que ya esté rastreando la parte más exterior del anillo selvático.

Todos ahí se miraron un momento ¿sería lo mejor? Se preguntaron en silencio, Al final optaron por ello.

Eren tomó el celular y marcó el número que sabía de memoria.

—¿Hola, Zeke? Soy Eren, ya me enteré de que estás buscándome.

—¿Eren? ¿Dónde demonios te has metido? Nuestro padre y tu madre están muy preocupados. Te dije que ir a esa expedición era mala idea, ¿Está ahí Zoe? Exijo hablar con ella.

Eren dio una mirada a Hanji quien solo frunció el ceño y negó con la cabeza ante tal petición. Así que Eren siguió hablando.

—Zeke, estás en el altavoz, ella te escucha pero no tiene ganas de hablar contigo.

—¡Igual me va a escuchar! Zoe no necesito preguntar nada, sé que debiste arrastrar a mi hermano a una de tus extravagante investigaciones y por irte al corazón de la selva perdieron toda comunicación. ¡Exijo que regresen a una zona urbana! No me hagas ir a buscarlos, porque sabes que los encontraré.

Eren bufo un poco antes de responder.

—No, Zeke. Estamos en medio de una investigación muy importante y no regresaremos, además sabes que yo vine por mi voluntad, dile a papá y a mi mamá que estoy bien.

—Aún quiero hablar con Zoe o Mike, tal vez sea más cuerdo que ustedes dos.— Afirmó Zeke.

El rubio aludido miró a Hanji y ambos cayeron en cuenta de algo. Pero fue Hanji la que tomó el teléfono.

—Zeke déjanos en paz ya hablamos con quien debíamos.— Y tras aquello Hanji cortó la llamada, giró el teléfono haciendo presión en la tapa trasera y logró abrirla para sacar la batería. —Zeke era demasiado hablador, es seguro que estaba rastreando la posición del teléfono, será mejor que apaguen la antena.— Explicó ella.

—¿Rastreando?— Repitió Eren. Entonces era probable que Zeke estuviera acompañado de Armin.

Campamento de búsqueda.

Zeke miraba el teléfono cuya pantalla marcaba "llamada terminada" y como lo había dicho Hanji junto a este se encontraba Armin usando un equipo de rastreo portátil, la idea original era buscar donde fue la última presencia del teléfono de Eren pero aquella llamada de un número desconocido fue aún mejor para ellos.

—¿Y bien? ¿Ya sabes dónde están?— Preguntó el mayor.

Armin anotó algunas coordenadas y después estudió la pantalla del equipo unos segundos.

—Sí, es la única señal en toda esta área, es probable que viniera de un equipo de comunicación portátil. Pero ahora desapareció, debe estar apagado. Aún así ahora tenemos el área. Es extraño pues según los mapas topográficos no hay caminos construidos en esa área, será un avance difícil.

Zeke escuchó y se pasó la mano por la barba.

—Seguramente esos tres descubrieron algo interesante y no quieren que se sepa hasta tener todo respaldado. En fin iremos ahí y les haremos una pequeña visita, no llegamos aquí para nada.

Armin miró a Zeke un momento.

—Y ahora que sabemos que Eren está bien, ¿Vamos a buscarlo a él o, más bien, quiere ver a la doctora Zoe?— Preguntó el rubio más joven dándole una mirada suspicaz a Zeke.

Zeke curvo ambas cejas ante la observación del más joven.

—Es claro que me preocupa mi hermano menor, como el mayor es mi deber moral asegurarme que está bien.—Reitero dándole la espalda a Armin. Pero lo cierto es que en sus pensamientos se formó la imagen de Hanji con su ropa de exploración que solía quedarle cual guante mientras realizaba trabajos de revisión sin notar siquiera lo sensual que podía verse para los ojos del rubio.

Pueblo Lamia.

Hanji, Mike y Eren estaban frente a un alto muro con grabados en bajo relieve el cual estudiaban a detalles. Mike usaba una brocha para eliminar la tierra que cubría los canales de las figuras para poder fotografiar cada imagen.

Hanji con una grabadora en la mano describe cada imagen con lujo de detalle para poder hacer un informe más tarde.

Mientras tanto Eren colocaba hojas sobre una imagen a la vez para después usar hojas de carbón y copiar los relieves.

—¿En verdad son tan interesantes esos muros antiguos?— Pregunto Levi, que estaba como observador de las actividades desde un lado.

Hanji lo miró un poco, ahí con su larga cola enrollada como apoyo de su dorso humano, su mirada era un poco de aburrimiento, aquella expresión le dio a ella una imagen un tanto linda. Cuando el rostro de Levi estaba relajado le parecía bastante tierno.

—Sí, son muy interesantes además su valor arqueológico es enorme. Me encantaría poder llevarlas para estudiarlas a detalle.— Explicó ella

Levi reacomodó su postura.

—Si cumplen con todo lo que les dará la confianza de los habitantes es probable que les permitan llevar esos grabados, no creo ser el único que piense que si tienen valor histórico es mejor que las preserve un lugar adecuado a que se continúen desgastandose expuestas al clima exterior. Después de todo es la historia de nuestro pueblo.

Hanji sonrió ante aquello haciendo que Levi sintiera un agradable calor en el pecho.

—Disculpe señor Levi.— Interrumpió Eren. —Noté que todos tienen un trabajo aquí, todos tienen algo que hacer, Mikasa está a cargo del proceso de alimentos, y Nanaba es maestra en esa escuela que tienen. Pero usted ha estado aquí con nosotros todo el tiempo.

—Soy un vigilante, un protector. Me ocupo de cuidar que todo esté en paz y si ingresa algún depredador me ocupo de él, no todas las lamias pueden protegerse por sí mismas, mujeres, niños y ancianos también son vulnerables como los humanos, el que seamos mitad serpiente no quiere decir que todos sepan cómo aplicar la constricción, así como no todos podrían hacerla. Mikasa, Kenny, otros vigilantes son rápidos y pueden triturar el esqueleto de su atacante con una contrición pero de igual forma hay quienes no podrían, tal vez ni siquiera lograsen enrollarlos. Todo depende del poder físico pues aunque tengamos colmillos no tenemos veneno.— Explicó Levi ante la mirada de los tres siendo la de Hanji la más curiosa.

—Son como los demás grandes constrictor, boas y anacondas, son enormes, pero no tienen veneno, dependen de la fuerza de sus anillos... ¿Pueden dislocar su mandíbula para tragar cosas grandes? — Añadió la castaña curiosa.

Levi frunció el ceño por aquello.

— No, claro que no, nuestro tracto digestivo es como el humano por eso la comida se corta y prepara, podemos comer carne cruda pero no lo hacemos ya.

—Interesante... — Afirmó ella, llena de muchas otras preguntas.

Aquella noche.

Hanji dejó escapar un sonido de placer desde su garganta mientras los dedos de Levi la recorrían y sus labios besaban su cuello.

La cola serpentina se enredó en una de sus piernas separándola y dejando acceso al erguido apéndice reproductivo.

Ella lo miró un momento, aquella erección era lo más sexualmente delicioso que había sentido y pensaba seguir disfrutando de esta mientras estuviera en aquel lugar, y era claro que Mike y Eren también lo estaban pasando bien con Mikasa y Nanaba.

A un par de kilómetros del lugar.

Zeke estaba mirando por unos binoculares hacia el corazón del bosque, desde la punta de un alto árbol de ramas largas y retorcidas.

Nada fuera de lo común pensó, Cuando un movimiento fue percibido por su vista periférica. El movimiento del rubio fue rápido y directo, sin dudar y sin error. Extendió en un tajo rápido el afilado machete que colgaba de su cinturón y con ello la cabeza de una serpiente de largos colmillos cayó junto a su pie sobre la rama para después deslizarse al suelo con el resto del cuerpo.

Zeke miró como la serpiente caía y frunció el ceño.

—Hay demasiadas serpientes por aquí, la mayoría venenosas. ¿Como esos tres se escuchaban con tanta calma?— Murmuró para sí, cuando un lejano destello llamó su atención, colocó los binoculares en sus ojos nuevamente y buscó aquel brillo repentino.

Se quedó quieto un poco y aquel destello difuso se repitió por una fracción de segundo para después desaparecer. Tras ello bajó de las ramas hasta donde Armin le esperaba, el chico miraba el cuerpo de la serpiente muerta con la luz de su linterna.

—Zeke... es muy peligroso seguir moviéndonos ahora, si de día es peligroso con estos reptiles por todos lados, de noche es mortal. Y aunque tengas excelentes reflejos, yo no. —Habló el chico preocupado por el área por donde se movían.

El rubio mayor tomó la mochila extra que Armin cargaba e ignoró la queja.

—Vi una luz a un par de kilómetros de aquí, es probable que se trate de Eren y los demás. Vamos, camina tras de mí, las serpientes me tienen sin cuidado así fueran de mi tamaño.

No lejos de ahí otro vigilante del pueblo Lamia hacía su ronda con una pequeña linterna tratando de siempre apuntar al suelo, aunque por momentos la levantaba de forma descuidada, sin saber que aquellos segundos de luz dirigidos al cielo habían indicado el camino a un humano peligroso.

Habitación de Levi y Hanji.

El trigueño cuerpo se encontraba perlado de sudor mientras los anillos serpentinos envolvían su ser de forma lujuriosa. Sus gemidos se alzaban sin pudor mientras su amante serpiente embestía en ella alojando su duro miembro en lo más profundo de su flor.

Hanji clavó las uñas en la espalda dejando largas marcas en la blanca piel mientras se perdía en su orgasmo. Levi jadeaba ante la visión culminando poco después que ella.

Finalmente, cada uno liberó al otro y se dejaron descansar en el lecho, cayendo en un sueño tranquilo. Aunque su paz duraría poco cuando un golpeteo desde la puerta principal los despertó.

Hanji abrió perezosamente sus ojos percibiendo como Levi ya se notaba en alerta.

—¿Sucede algo?— Preguntó ella incorporándose.

Levi se levantó con expresión sería.

—Vístete. Algo sucede.— Pidió sin verla, dirigiéndose hacia la puerta.

Abrió encontrándose con Kenny.

—Deja de coger y ven. Hay dos intrusos en el pueblo y están armados.— Dijo Kenny de forma directa y tono serio.

Levi solo frunció el ceño regresando dentro de la habitación mientras Kenny se iba.

—¿Intrusos armados?— Fue lo primero que escuchó al entrar, Hanji estaba frente a él ya vestida y calzada.

—No salgas de aquí, deben ser humanos que llegaron por casualidad, pero están armados. Podemos esperar a que se vayan solos, pero hay alerta de hostilidad.— Explicó Levi apagando la baja luz que había en la habitación.

Hanji miró hacia la puerta.

—Podría ser Zeke, es más hábil de lo que me gustaría aceptar y es claro que debió de rastrear la llamada para llegar hasta aquí. Él es peligroso, hay que ir por Eren y Mike para que podamos alejarlo sin que haya conflictos.

Levi escuchó aquello, pero no parecía convencido.

—Ya debe estar siendo vigilado, no sé si les permiten eso. Ya habido malas experiencias con otros humanos y los de ahora están armados. Si ven a uno de los nuestros las cosas irán mal.

—Por favor Levi no podemos retenerlo, solo vino a buscar a su hermano.— Se quejó ella.

Afuera.

Zeke y Armin caminaban por una de las calles del lugar. Los ojos del mayor miraban entre las sombras.

—Este lugar son ruinas... En algún lugar deben estar Eren, Hanji y Mike.— Dijo Armin.

Zeke se detuvo y su voz salió como un murmullo.

—Ruinas sí, pero no estamos solos y no me refiero a esos tres, escucha con atención y no te alteres. Estamos rodeados, hay varios individuos ocultos entre la oscuridad y nos observan. Pero su movimiento es extraño...

—¿Qué?— Masculló Armin tratando de no moverse de forma nerviosa. —Te refieres a que este lugar... está habitado... — Añadió mientras la expectación crecía al saberse vigilados.

Zeke tomó con firmeza su rifle, cargado y listo para disparar, comprobó cómo su machete se mantenía accesible y en ese momento el sonido de pasos llegó.

Ambos miraron hacia el lugar del que provenían y una luz blanca mostró a tres personas.

—Zeke, baja esa arma. Te dije que no tenían por qué venir.— Se escuchó en la voz de Eren con irritación.

Ambos rubios vieron llegar a los tres desaparecidos que se reunieron con ellos en aquel punto.

—Ustedes, ¿estuvieron aquí todo el tiempo? ¿Qué lugar es este?

Hanji se adelantó al frente mientras Mike ya al lado de Zeke tomaba el cañón del rifle haciendo que lo bajara.

—Por favor, Zeke, no es necesario esto. Tu introducción aquí es molesta, es más estoy segura que de camino hasta aquí debiste de haber dañado mucha fauna.— Reclamó Hanji.

Zeke la miró de forma detenida, a ella, a Mike y a su hermano. Noto cómo las prendas de estos estaban demasiado limpias, no como si la hubieran lavado en agua de río, si no verdaderamente limpias después de un proceso adecuado de jabón y tendidas al sol. Así mismo los tres tenían un aroma de lo que parecía incienso.

Mike sabía que aquel aroma estaba presente, aunque esperaba que el viento nocturno lo hubiera disipado lo suficiente. Pero así, como Hanji también sabía, Zeke era perspicaz en los detalles.

La castaña siguió su mirada, leyendo silenciosamente cada indicio extraño que notó y sólo esperaba sus preguntas.

—¿Son una tribu? ¿Las ruinas están habitadas por una tribu no registrada? Claramente tienen establecida una sociedad por lo bien que lucen ustedes tres. — Finalmente formuló el rubio.

—Efectivamente.— Se afirmó a espaldas del grupo. Moblit se hacía presente. —Señor Zeke, como le había comentado antes, la doctora Zoe y sus compañeros están en excelentes condiciones. Si me hubiera pedido que lo trajera, lo hubiera hecho. A las personas de aquí no les gustan los visitantes inesperados, menos durante sus horas de descanso.

—Berner... — Reafirmó Zeke que inesperadamente alzó su rifle al frente. — Bien, quiero respuesta y las quiero ahora. Profesor Berner usted y yo hablamos muy temprano hoy y después mi compañero y yo pasamos el día entero hasta la noche buscando en la selva, selva cerrada a un nivel de paso entre árboles de menos de un metro. ¿Cómo es que está aquí perfectamente tranquilo? Sin un solo rasguño, polvo encima o mota de barro?

Hanji se colocó al frente tomando la punta del rifle haciendo que se enfocará hacia abajo.

—¡Zeke basta! Moblit conoce mejor esta selva que tú, él creció en el pueblo que está al borde de ella, descubrió estas ruinas cuando era sólo un adolescente. No hay secretos, estás siendo extremista.

Zeke bajó el arma un poco pero su dedo no se retiró del gatillo.

—Ah, perdón.—Intervino Armin. —Creo que estamos algo tensos aquí. ¿Por qué no vamos a su campamento y así podemos hablar? Sería fantástico si pudiéramos conocer a los habitantes del lugar y que ellos vean que no somos peligrosos.— Sugirió mientras miraba a todos, entre ellos su vista se fijó en Eren y la expresión que formaba en su rostro, así cómo desviaba la mirada.

Aquello fue suficiente para Armin, siempre había podido leer las expresiones de Eren desde niños, y aquella le estaba diciendo que sí estaban ocultando algo.

Por su parte Moblit sintió como una gota de sudor aparecía en su sien. Lo pedido por el chico no era buena idea, No había nadie lo suficientemente mayor como para fungir como líder de los "tímidos" habitantes del lugar, las lamias con forma humana como él eran adultos jóvenes, el mayor apenas un par de años más que Moblit, lo cierto es que los líderes de la aldea eran Lamias sin gota de sangre humana.

Zeke regresó su atención a Moblit notando también el gesto de su hermano.

—Bien Berner, me disculpo por mi comportamiento. De hecho me gustaría poder presentarnos adecuadamente al líder o jefe del lugar.

—Eso no es posible.— Afirmó Moblit. —Todos están descansando ahora mismo.

—¿Qué hay con los que nos están rodeando en este momento?— Señaló Zeke refiriéndose a los que estaban alrededor.

—Son vigilantes de pueblo, solo cumplen con su labor.

Zeke mantuvo la mirada hacia un punto oscuro donde sabía que había alguien y por un momento notó un brillo en los ojos de aquella figura en oscuridad.

No era normal, los ojos humanos no reflejan la luz de esa manera, solo los ojos de los animales lo hacen. El rubio pasó la vista hacia la lámpara que está sujeta a su brazo por medio de correas, si la movía hacia ese lugar sabía que aquellos individuos se alejarían. Por otra parte, ahora tenía dudas sobre la naturaleza humana de Moblit ya que no se tragaba aquella explicación de que conoce el lugar como si fuera campo abierto, en especial en una selva tan cerrada como aquella.

Zeke se decidió y movió la luz al frente dando en el rostro de Moblit quien quedó deslumbrado por unos segundos pero Zeke lo había visto, los ojos verdes de este destellaron en aquella forma no humana.

Incluso Armin fue consciente de aquello en ese momento y miró rápidamente a Eren pero Zeke ya había levantado el rifle nuevamente.

—¡No eres humano!— Reclamó sintiendo que en realidad habían entrado a un lugar muy peligroso, su mente formó mil conjeturas en un segundo al mismo tiempo que su hermano, Hanji y Mike desaparecieron de su vista.

El dedo pulsó el gatillo pero el tiro fue desviado pasando a un lado de Moblit. Zeke sintió que una fuerza enorme le arrancaba el rifle de las manos.

Las lamias ya habían esperado mucho, esperando que los humanos pudieran alejar al peligroso visitante pero, al ver que no lo consiguieron, ya no darían más tiempo.

A un lado de Zeke, Kenny le arrebataba el rifles, los ojos de Zeke y Armin se abrieron de forma desmesurada ante la imagen, Kenny erguido sobre su larga cola se veía aún más grande e imponente, y sus rasgos serpentinos terminaban de mostrarlo como una figura aterradora.

Kenny apretó el rifle con la mano que lo sostenía torciendo el metal y haciéndolo caer al suelo partido en dos, dejando más que claro la fuerza que tenía.

Zeke retrocedió empuñando su machete haciendo que Kenny retrocediera ante el filo que alcanzó a rozar apenas la palma de su otra mano.

Él miró su mano notando una línea roja, era claro que el arma del rubio estaba bastante afilada.

—Zeke, Armin por favor mantengan la calma, esto no, es no... ellos no...— Comenzó a decir Hanji cuando sintió cómo su cintura era envuelta y sus pies dejaron de tocar el suelo. Miró hacia atrás mientras sus manos tocaban las escamas alrededor de su cintura. Levi la enrollaba por esta con el final de su cola, levantándola para que no se acercara a Zeke.

Eren y Mike fueron apresados de la misma manera por sus chicas lamia.

—Lo siento, Mike pero esto es peligroso.— Le dijo Nanaba al rubio envolviendo sus piernas y abrazado uno de sus brazos.

Mike sintió el firme agarre para que no se moviera, no era intención de Nanaba lastimarlo pero tampoco lo era dejarlo ir con Zeke y Armin.

En tanto Eren no sólo fue detenido por Mikasa, ella literalmente lo cargó en brazos.

—¡Mikasa, esto es innecesario!... Además me estas haciendo ver muy mal... — Se quejó el chico al verse cargado como novia, aunque aquello duró poco al regresar al hecho de que Zeke y Armin estaban rodeados por varias lamias e incluso las luces del poblado habían sido encendidas.

Ya no había nada que ocultar. Ambos rubios miraban aquello, seres mitad serpiente mitad humanos. Lamias, monstruos.

—¿QUÉ MIERDA ES ESTO?— Gritó Zeke apenas mirando a Hanji, Eren y Mike sujetos por aquellos seres..

Armin empuñó el arma corta que llevaba y se obligó a ver a Eren esperando ver algún indicio de que aquella locura era una pesada broma.

—Baja esa arma Armin, ellos no les harán daño.— Afirmó Eren.

—Sí, son pacíficos.— Añadió Mike.

Kenny chasqueó la lengua ante aquellas palabras.

—Sí, bueno, más o menos, ustedes ya demostraron que están dispuestos a atacar. Ahora será mejor que se rindan, no es necesario destriparlos pero si se ponen difíciles lo haremos, lo que sería una pena porque van a arruinar las bonitas relaciones de sus amigos.

Ambos rubios tragaron saliva con pesadez, aquella lamia hablaba... no, aquellas "cosas" hablaban el lenguaje humano.

Armin comenzó a bajar lentamente su arma pero Zeke se movió más rápido arrebatándosela mientras le gritaba "corre". Disparó al frente sin apuntar buscando que las lamias se movieran ante los disparos dándoles un camino de escape.

Aquello funcionó y estas se abrieron en una brecha por donde los dos corrieron, Zeke en búsqueda del escape, Armin confundido entre seguir a Zeke o quedarse donde Eren y los demás, eran criaturas no humanas pero incluso en su agarre se mostraban cuidadosos de no dañar a los tres involucrados.

Ambos corrieron, Kenny sólo frunció el ceño y ordenó.

—Matenlos.

—¡NO!— Gritó Hanji forcejeando con los anillos de Levi.

Kenny rodó los ojos, no quería que su sobrino se quedará sin la castaña así que tendría que ceder un poco.

—Atrápenlos y no los dañen en medida de lo posible, desarmen al barbón, es claramente peligroso e irracional, pues aún cuando sabe que hablamos el mismo idioma no se prestó al diálogo.

—Zeke no es irracional, consideren que tampoco sabían que ustedes existían.— Se quejó Eren aún en brazos de Mikasa.

—Tendrán que rodear a Zeke, es muy hábil.— Añadió Mike, pero Nanaba soltando un poco su brazo respondió.

—Y nosotros muy rápidos.

Los rubios corrían por el camino de roca hacia la selva solo escuchando el estremecedor reptar de las lamias, eran más veloces que un humano eso era claro.

Zeke disparó a un lado y pareció detener el avance de una. Aún así no tenía balas suficientes para todos.

Llegaron a la selva y corrieron dentro, Armin saltó sobre un cúmulo de maleza que se esparcía por el suelo resbalando con el barro bajo de este, se deslizó en un desnivel siendo tragado por la maleza.

Zeke miró aquello pero no se detendría, corrió con paso más firme por el área más despejada cuando algo atoró uno de sus pies y lo hizo caer en otro desnivel.

Armin por su lado trató de moverse pero ahora le dolía todo el cuerpo. Aquello estaba mal, su pierna derecha dolía de forma horrible cuando una voz le habló.

—Está rota.— Afirmó el tono aburrido de una voz fémina. —Te caíste desde ahí, es más alto de lo que parece, tu pierna se atoró en esas raíces y el peso muerto de tu cuerpo la rompió por la misma fuerza que caíste al estar corriendo.— Explicó ella mientras Armin solo abrió los ojos ante la conmoción de lo que sentía y lo que miraba.

Justo arriba de él en un árbol cercano cuyas ramas eran bajas y gruesas estaba enroscada la parte serpentina de una chica lamia, mientras su dorso estaba recostado boca abajo con el rostro apoyado en una de sus manos y le miraba sin mostrar gran interés.

Era una joven rubia de ojos azules y peinado recogido.

—Tú...— Apenas pronunció Armin pero su garganta se negaba a seguir pronunciando palabra alguna.

La joven se desenredó lentamente bajando hasta el chico, le observó un momento juzgando si era prudente moverlo. En efecto la pierna estaba rota pero no tenía fractura expuesta así que no tendría que preocuparse por alguna infección.

Tomó una amplia hoja y un pedazo de liana delgada con la cual comenzó a enrollar la parte rota y evitar que el hueso partido se moviera.

—¿Por qué me ayudas? — Pudo preguntar Armin al fin.

Ella siguió amarrando la liana sin mirarlo pero respondió.

—No somos monstruos, tu amigo y tú entraron a nuestro pueblo con armas, dispararon y no atienden a la razón. Tus amigos ahora tienen pareja aquí, a cambio de su unión con uno de nuestro pueblo reciben acceso a todo el material que quieran investigar. Por otra parte, si el barbón llega a matar a alguien con esa arma entonces sí que lo van a destripar.

Armin solo guardó silencio ante aquella explicación. Aceptaba que ahora quería hablar con ellos, en especial con Hanji quien seguramente tuvo mucho que ver con ese extraño trato. Además eso quería decir que ¿Las lamias que los detuvieron eran sus parejas? Se preguntó.

—Mi nombre es Armin Arlert, ¿Cuál es tu nombre?

—Annie Leonhart. Ahora te llevaré de regreso, por favor no empieces a caer en pánico otra vez.— Pidió Annie mientras lo levantaba en brazos.

Por su parte Zeke que se había deslizado por otra pendiente pero sin lesiones graves se había escurrido por un amplio hueco entre las raíces, tratando de guardar total silencio esperaba escapar de sus perseguidores. Y para sorpresa de él mismo lo consiguió o por lo menos hasta ese momento. Su mejor opción era quedarse ahí hasta el amanecer, aunque no sabía si la visión de aquellos seres era baja como la de las serpientes, su vista era igual a la humanidad o peor aún, más aguda que la de los humanos.

Aunque una cosa era clara, podían ver en la oscuridad.

Horas más tarde.

En el pequeño hospital del pueblo, Armin era atendido después de una rápida y directa conversación con Eren y los demás. El castaño se había quedado a platicar más con su amigo mientras Hanji y Mike se retiraron del lugar.

—Bueno, ¿y ahora qué? Parece que Zeke logró escapar?— Afirmó Mike.

Hanji miró hacia la selva y pensó un poco.

—No creo que Zeke esté lejos, seguramente está escondido en algún lugar. Sigamos con lo nuestro, tú continúa con los escritos que Nanaba prometió mostrar, yo voy a tomar algunas muestras de la vegetación.

Más tarde.

Hanji estaba sentada en un pequeño tapete de ramas tejidas que usaba para no estar sobre el barro del suelo, aunque no era algo que le molestara pero Levi había insistido en que lo usara para no ensuciarse.

Miraba algunos retoños tiernos que brotaban a los lados de un sendero, eran plantas de hojas pequeñas pero claramente acostumbradas al constante sol, sin mencionar que en una zona selvática era raro encontrar plantas de hojas pequeñas.

Hanji tomó algunas hojas y las colocó en una pequeña bolsa, después se recargó en el tronco del árbol tras ella y miró hacia los espesos arbustos.

—Sé que estás ahí Zeke, deja de ocultarte. Tal vez eres bueno contra animales y gente inexperta, pero ese no es mi caso, te vi llegar. Las lamias son tan inteligentes como los humanos así que te van a encontrar tarde o temprano..— Dijo sin quitar la vista.

Un momento después algunas ramas se movieron mostrando que efectivamente Zeke estaba ahí oculto y cubierto de hojas y barro.

—¿Y por eso cometes la aberración de estar con una de esas serpientes?— Recriminó Zeke.

—No es ninguna aberración, tú fuiste quien llegó de forma hostil, eres como la mayoría, prefieren destruir algo que no entienden, sin hacer el mínimo esfuerzo por comprenderlo, solo porque es diferente.

Zeke se acercó hacia ella, mirando alrededor, parecía que estaban solos.

—Se llevaron a Armin.

—Principalmente para ser atendido y, por lo que dijo, tú simplemente lo dejaste atrás, herido.

Zeke llegó frente a ella y tomó su muñeca haciéndola levantar de forma brusca.

—Vendrás conmigo, y todos sabrán lo que se oculta en este lugar.— Sentenció, pero Hanji se mantuvo seria.

Zeke sólo sintió como su propia muñeca era apretada mientras la vegetación tras Hanji parecía cobrar vida.

Y sólo hasta ese momento lo distinguió.

Ahí estaba Levi perfectamente camuflado con vegetación y barro, a disgusto de él pero efectivo como había dicho Hanji. Apretó la muñeca de Zeke y siseó mostrando sus colmillos.

—Suelta a mi esposa.— Ordenó.

Zeke casi paralizado ante aquella visión soltó un grito tan fuerte que se escuchó por toda la aldea.

En el hospital Eren le presenta a Armin a Mikasa.

—Ella es Mikasa y él es Armin. Somos amigos desde la infancia y... — Fue interrumpido por el aterrador grito que los tomó desprevenidos. —Parece que ya atraparon a Zeke... —Mencionó Eren sin preocuparse realmente antes de continuar. — Bueno, Armin es super inteligente y ha hecho muchos estudios asesorado por Hanji.

Más tarde.

En una pequeña sala habían reunidos tres lamias de edad marcada además de Levi, Hanji, Mike y Zeke en calidad de detenido.

—Entendemos que no quieren que lo eliminemos. Pero es claro que este humano es un peligro.— Dijo uno de los Mayores.

—Sabemos que puede causar problemas pero tal vez un tiempo aquí podría cambiar su opinión. —Afirmó Hanji. —Además Levi me había mencionado que tienen una forma de borrar la memoria.

—Cierto, pero estamos molestos, él disparó y cuando escapaba hirió a uno de los nuestros.— Remarcó otro de los Mayores.

—¿Por qué no lo dejan aquí, tal vez así como Zoe y sus amigos le interese ver las historia de este lugar, solo está asustado yo me ofrezco para vigilarlo todo el tiempo.— Escucharon a espaldas de ellos.

En la puerta del lugar otra mujer lamia se asomaba, era alta y de cabello rubio, era claro por su mirada que Zeke le había causado interés.

Los mayores se miraron entre sí, hasta que uno habló.

—Zoe, Zacharius, Levi pueden retirarse. Nosotros deliberaremos— Ordenó mientras la mujer lamia se acercaban a Zeke.

—Hola, yo soy Yelena.— Le saludó.

Un momento después los tres aludidos antes salieron.

—Necesito un baño.— Se quejó Levi.

Hanji le sonrió y tomando su brazo le dijo de forma coqueta.

—Bueno, con Zeke detenido podemos relajarnos. Te puedo ayudar a quitarte todo el camuflaje de barro.

—Es lo mínimo que espero, siendo que fue tu idea.

Mike solo los miró y rodó los ojos, esos dos eran muy evidentes aun él también prefería pasar el resto del día con Nanaba.

Después de todo aún les quedaba un poco más de tiempo antes de regresar a la ciudad.

Levi cerró el libro y miró la portada unos segundos. Aún le quedaban varios capítulos a esta historia. Era claro que la arqueóloga dentro de la trama terminaría teniendo un bebé de su pareja lamia.

—Una historia fantasiosa como excusa para mostrar sexo irreal.— Pronunció.

La voz de Hanji le respondió a sus espaldas.

—Oye no juzgues mi libro, además tú sales ganando.— Le afirmó ella, rodeándolo con los brazos desde atrás.

—¿Tu tendrías sexo con un ser mitad humano?— Interrogó, mirándola desde un lado.

Hanji acercó sus labios al oído y susurro.

—Solo si eres tú...

Levi sintió que su piel se erizaba ante el toque, pasó a dejar el libro a un lado y se giró para tomar a Hanji de la cintura.

—La protagonista de ese cuento disfruta lo que hace.— Afirmó, mirándola con interés íntimo.

Hanji sonrió acercando sus labios a él.

—Y me anima a disfrutar también.

Ambos se unieron en un beso dejándose caer en la cama, sería una noche grata y pudiera ser que la protagonista de aquel libro no fuera la única que pronto tendría un bebé en camino.

Fin.

:D Espero que les gustara, es un poco simple, pero quería escribirlo.

Gracias por leer.