Harry Potter no me pertenece, la disparatada idea sí.

Primer one-shot que hago de la saga.

La historia está ambientada en el tercer libro: "Harry Potter y el prisionero de Azkaban".

Cursiva: relatos.

PD: Hace años que leí los libros, si he cometido algún error, mis más sinceras disculpas.


…La niña dejo el brazo colgando, permitiendo que su mascota le lamiera la mano, como siempre hacia para calmarla cuando tenía miedo. Al final consiguió dormirse. Cuando despertó y fue al baño unas horas más tarde, en el espejo leyó: "No solo los perros saben lamer". Alguien había matado al animal.

El final del relato, consiguió arrancar jadeos horrorizados y algún grito, por parte de los oyentes.

- ¡Joder que mal rollo! – manifestó alguien.

- ¡Que cruel! – gimoteo una chica.

- ¿En serio? – inquirió una molesta e incrédula castaña –. Hay un asesino suelto; y ¿os ponéis a contar historias de terror?

Todos estaban reunidos en la sala común de Gryffindor. Contando y oyendo relatos para no dormir, menos ella que acababa de entrar por la puerta. La señora Pince la echo de la biblioteca de malas formas; y estaba muy irritada por ello. EL panorama que encontró solo consiguió cabrearla más.

- Es Halloween – dijo Harry como si eso lo justificase.

Varias cabezas asistieron enérgicamente.

- Exacto, eres una aburrida Hermione – se metió con ella Ron.

El resto de muchachos rieron dándole la razón.

Furiosa se marcho a su habitación compartida; y cerró la puerta de un portazo. Mientras se cambiaba de ropa, oyó como seguían con la fiesta.

- ¿A quién le toca? – pregunto alguien.

- A mí – manifestó el pecoso.

Había una vez un niño, cuya madre antes de dormir le cantaba una canción de cuna muy dulce, que le hacía dormir al instante…

Se metió en la cama e intento dormir a pesar del ruido. Maldijo a esa panda de imbéciles, hasta que Morfeo vino por ella, dándole algo de tranquilidad y descanso.


Con que aburrida, le haría tragarse al pelirrojo sus palabras, pensó según se levanto de la cama. Faltaban exactamente cincuenta y ocho días, para la fiesta de los "Santos Inocentes". Era la ocasión ideal. Solo tenía que pensar en una buena broma.

Hasta ahora, siempre había sido ella la receptora de las jugarretas de sus amigos y compañeros, pero este año iban a llevarse una pequeña sorpresa.

Si bien su cruzada, era principalmente con "la alegría de la huerta", el resto no se "iría de rositas".

La cuestión ahora era, ¿qué podía hacerles?


Descarto rápidamente todas las chiquilladas: nada de adulterar comidas o bebidas, cambiar la hora del reloj, tampoco rellenar zapatillas como si fuesen un pavo, ni artículos de broma…

Estaba al borde de la desesperación, cuando Sirius Black más la leyenda de miedo, le dieron una idea. Descabella, pero con tal de darle en los morros a cierto bocazas…valía la pena.

Se encontraba sumergida entre libros. Normalmente leía en busca de conocimiento, no para gastar una inocentada. Sin embargo, por una vez haría una excepción. Todo tenía que salir perfecto.

Aprovecho la visita a Hogsmeade, para pedir ayuda al dueño de la carnicería; y llevar a cabo su maquiavélico plan. Obviamente, no le hablo de sus intenciones y le pago por sus servicios.

Deshacerse del tonto no fue difícil. Fue decir las palabras mágicas: "Quiero comprar ropa, ¿me ayudas?" y verlo correr, como si le persiguiera un ejército de arañas. Cualquiera pensaría, que en lugar de cinco hermanos y una hermana; todas eran chicas y él era el único hijo varón.


Llego la hora. Era el día que había estado esperando ansiosamente. Una lechuza, le hizo el favor de traerle la casquería que había adquirido. El giratiempo le venía de perlas para que todo le saliese bien. Iba a darles una lección a esos idiotas.

Era consciente de que estaba siendo una hipócrita, pero le daba igual. A fin de cuentas, hoy era el día donde las bromas pesadas estaban permitidas, ¿no?

Preparo el escenario cuidadosamente. Ya sabía a qué hora aparecerían en la sala común. Tarde como siempre, pero no tanto como para cambiar de día. El estomago de Ronald era como un pozo sin fondo. No había nadie más en la estancia, lo cual era perfecto. Ya descubrirían su travesura a su debido tiempo.

Revolvió todo el cuarto para simular una pelea, incluso volcó algunos muebles para darle mayor realismo. Poso las vísceras de tal forma que las vieran según abrieran la entrada. Vertió sangre falsa, que compro en la tienda de bromas por el piso y sobre ella misma, antes de escribir con esta en la pared las palabras: "Seréis los siguientes".

Utilizo todos los hechizos que había aprendido en la biblioteca, para darle mayor realismo a la escena. Finalmente, cuando comprobó que solo faltaban unos minutos para que la encontraran, se tendió en el suelo. Dejo la varita unos centímetros alejada de su mano; y se coloco de tal forma que daba la impresión, de que había intentado alcanzar esta para defenderse de su atacante, sin éxito.

Oyó el característico ruido de apertura; y las voces de los jóvenes magos. Se quedo como si la hubieran encantado con un petrificus totalus.

- ¡Ahhh! – el alarido de niña asustada que dio Ron, se oyó en toda la torre y para la bruja, fue la mejor nota a su arduo trabajo.

El ruido hizo que poco a poco, la gente saliera de sus cuartos para ver qué pasaba. Muchos se quedaron paralizados, mirando con terror tan macabro descubrimiento. Otros, principalmente las chicas chillaron y empezaron a llorar asustadas. Fue Harry, el que se atrevió a acercarse para comprobar si milagrosamente estaba viva, teniendo en cuenta la cantidad de sangre del lugar.

Estaba a punto de tomarle el pulso cuando:

- ¡Buuu! – grito Herminoe.

La respuesta a su acción fue un coro de gritos, junto con el salto de su amigo que casi lo clava al techo. Un golpe sordo la hizo volverse, el pelirrojo se había caído de culo por la impresión. Su cara estaba tan pálida, como si hubiese visto un fantasma. Lo cual no tenía sentido, ya que ese era un hecho normal en su colegio.

La profesora Mcgonagall estaba hecha un basilisco. Entre el griterío y el poco tacto con la situación que estaban viviendo, parecía que el castigo seria ejemplar. Sin embargo, la intervención del director Dumbledore aligero el ambiente.

En otras circunstancias, habría reído con la broma y apreciado el amor al detalle de Granger. Él mismo disfrutaba de esta festividad. Este año a diferencia de los otros dos anteriores, les regaño a todos recordándoles el contexto en el que se encontraban.

Como castigo les hizo limpiar todo sin magia, reflexionar sobre sus actos; y escribir una redacción mostrando su arrepentimiento.

La muchacha en ese momento, se reprocho a sí misma, por no haber usado un hechizo silenciador. Se habría ahorrado todo el lio, menos mal que el anciano mago tenía un lado infantil. Una vocecita en su cabeza, le dijo que habría sido una pena que el chillido afeminado del pecoso, no hubiese llegado a oídos de los demás.

Cuando decidió hacerle tragarse sus palabras a Ron, era plenamente consciente de que podía meterse en problemas, pero se recordó a si misma que eso no la había detenido con anterioridad. Al menos esta vez no incumpliría las reglas, se había consolado con ese pensamiento.

Sus amigos la increparon durante el trabajo extra escolar.

- Eres una bruja – afirmo el moreno.

- ¿Qué mierda de insulto es ese Harry? – protesto el larguirucho –. Arpía, pécora…esos sí lo son y más acertados.

- Supongo que ya no os parezco tan aburrida, ¿no? – replico con retintín la maga.

Los dos chicos intercambiaron una mirada de reconocimiento y sorpresa.

- ¿Has montado una escena propia de película de terror, solo por un comentario desafortunado? – interrogo boquiabierto el chico de ojos verdes.

- Recuérdame nunca hacerte enfadar en condiciones, ni ser tu enemigo – los otros dos rieron –. No tiene gracia, prefiero quedarme con la duda de lo que me harías.

Su comentario solo consiguió más carcajadas. Al final, se unió a sus amigos tras unos cuantos chistes. Estos eran un intento de hacer más ameno el arduo trabajo.


No supo cómo, pero al parecer todo Hogwarts se entero del episodio. Probablemente, sus compañeros de casa se fueron de la lengua. Concretamente apostaba por los gemelos Weasley, les encantaba ridiculizar a su hermano menor.

Lástima, esperaba que su jugarreta infundiera respeto. En ese sentido, había cosechado un estrepitoso fracaso.

- Así que gritas como una chica, comadreja – dijo una voz cuando estaban en el comedor –. Habría pagado por verte y oírte, ¡patético! – añadió Malfoy.

Las mejillas de Ron hicieron juego con su cabello, de tal manera que sus pecas parecían haber desaparecido. No pudo articular palabra alguna debido a la vergüenza. La bruja se mordió el labio para evitar reírse. Sin esperar una réplica Draco empezó a alejarse, hasta que de repente se giro y miro fijamente a Hermione. Esta pensó que la insultaría y se mentalizo para ello.

- ¡Buena jugada Granger! – ahora si volvió a su mesa.

Sus palabras la pillaron desprevenida, al igual que el sonrojo que le causaron. Probablemente, eran las más amables que el chico le había dedicado.

Por supuesto, esa no fue la única vez que el Slytherin, uso la broma para meterse con Ronald. Jamás pensó, que encontraría graciosos los ataques verbales de Draco Malfoy, al menos en privado. Como su pecoso amigo aprendió por las malas, la gente puede sorprenderte cuando menos te lo esperas.

- Odio al rubio oxigenado – escupió molesto el pelirrojo.

- Da gracias a que no se sabe la leyenda de Sleepy Hollow – resoplo la chica.

- ¿De qué va? – pregunto una voz a su espalda con malicia.

Malfoy y sus secuaces estaban detrás.

Como buena sabelotodo respondió.

…Durante su viaje a casa, el maestro cabalgó a través de los espeluznantes bosques, entre la granja de los Van Tassel y el asentamiento de Sleepy Hollow.En cierto momento, el jinete se le apareció.

Ichabod huyo, con el jinete sin cabeza persiguiéndolo en una frenética carrera, hacia el puente adyacente al cementerio de la antigua iglesia holandesa del valle. Donde se decía que el espíritu: "se desvanecería en un destello de llamas y azufre".

El profesor cabalgó por su vida, apremiando desesperadamente a su caballo, hacia la parte baja del valle. Debido a que el fantasma era incapaz de cruzar este puente, Ichabod asumió que estaba a salvo.

Aun así, para horror del pedagogo, el macabro espíritu alcanzó el puente, encabritó a su caballo y antes de que Crane pudiera reaccionar, el espectro arrojo su cabeza decapitada, a la aterrorizada cara del educador.

Tras esa noche, desapareció misteriosamente del pueblo. Nadie volvió a ver a Ichabod Crane en Sleepy Hollow. Los únicos elementos encontrados, sobre la desaparición del profesor fueron su caballo, su sombrero y una calabaza destrozada cerca del puente.

Los chicos la miraron asustados y algo pálidos.

- De…deberías haber contado esa historia en Halloween – a Ron le temblaba la voz.

- No lo entiendo, ¿qué tiene que ver el pobretón con ese cuento? – intento sonar molesto Draco, sin éxito.

- Algunos rasgos del protagonista – evadió la pregunta.

- En serio, ¿cuáles? – era como un perro con un hueso.

No iba a dejarlo correr, resignada le contesto:

- Físicamente: tiene los pies grandes, es alto y delgado como un espantapájaros. Como rasgos personales: es tímido, glotón y…asustadizo – se sintió mortificada.

Había metido la pata en su intento por animar a Ronald. Ella y su necesidad casi enfermiza de contestar, cuando le hacían una pregunta.

- Ja, ja, ja – rieron los chicos de Slytherin.

- ¡Gracias por el material, Granger! – se despidió de ella, el líder del grupo.

- Hermione, ¡te odio! – exclamo con rencor el pecoso.


Si alguien le hubiese dicho, que Draco Malfoy la buscaría algún día simplemente para hablar, se habría reído en la cara de esa persona sin duda alguna. Estaba haciendo los deberes cuando lo vio acercarse.

- Granger – saludo sentándose a su lado –. ¿Puedes dedicarme unos minutos?

- ¿Cómo sabias que estaba aquí? – cuestiono extrañada.

- Salta a la vista que este es tu lugar favorito del castillo – indico con un ademán –. Eres una devoradora de libros.

No le hizo gracia su comentario, pero le había dicho cosas mucho peores.

- Habla no tengo todo el día – le apremio.

Pasó por alto sus maneras, quería respuestas y no iba a irse sin ellas.

- Es sobre la historia que contaste – la mirada de la joven, le indico que tenía su atención y podía continuar –. El muerto le tiro su cabeza; y encontraron una calabaza...parece que le tomaron el pelo.

- Algunos creen que el jinete era Brom van Brunt; y que aprovecho la leyenda para deshacerse de su rival – dada la afición del tipo por las bromas, no era una idea tan descabellada.

- Eso aclara un punto – sonrió satisfecho –. El otro es: ¿qué paso con Crane?, ¿el otro tipo le mato?, ¿fue una broma con resultado mortal?...

- Lo más probable, es que el relato saliese de los propios labios de Ichabod – era una hipótesis, pero cuadraba . Solo dos personas saben lo que ocurrió esa noche, ¿no?

- Es una teoría interesante – admitió complacido.

Su curiosidad había sido saciada por fin.


31/10/2022

Lo confieso me hacía ilusión subir algo por Halloween; y esto es lo primero que se me paso por la cabeza.

Supongo que la mayoría ha reconocido la leyenda de terror, "No solo los perros saben lamer". Fue la primera que se me vino a la cabeza. Probablemente, porque es la única historia que me genero malestar. Pobre perrito T_T

La segunda está sacada de internet; y "El jinete sin cabeza o La leyenda de Sleepy Hollow", doy por supuesto que todos la conocen.

Por si no se ha notado lo suficiente, soy fan del Dramione. En mi opinión, Ron y ella no pegan ni con cola. Prefiero a Harry de pareja.

Sé que este texto no es creíble, pero aun así siempre he pensado que la chica, es "de armas tomar". Sobre todo si está enfadada XD

¡Feliz Halloween!